Fajas de enero: Nuevo año, nuevas fajas

Después de un pequeño descanso vuelvo a realizar un post donde recojo otras muestras de fajas. Es evidente que esto no para y las editoriales piensan más en ellas y su impacto de lo que nos quieren hacer pensar. Os traigo como de costumbre una buena muestra de ellas con diferentes estrategias:

Faja_desmoronamientoPRHM cuando se pone se lo monta muy bien, aprovechando la publicación del ensayo El desmoronamiento de George Packer realiza un diseño ciertamente curioso para poder conseguir que se venda la obra, no olvidemos que el autor es prácticamente un desconocido. Cualquiera que vea la faja tendrá muy claro el mensaje, poco importa quién lo ha dicho, sino que fue el mejor libro del 2013. De ahí que las fuentes de la clasificación aparezcan en un tono muy parecido al de la faja mientras que lo verdaderamente importante (National Book Award 2013, Uno de los mejores libros del 2013, Mejor libro de 2013, Mejor libro político de 2013…) aparece en color blanco, resaltando muchísimo con respecto al resto. ¿Aún no tenéis claro que fue el MEJOR LIBRO del 2013? Lo tengo en casa y podré deciros si es tan bueno.

faja_kerr-El segundo ejemplo del mes me ha llamado la atención por lo macabro de la apuesta de Serie negra de RBA. Pongamos en antecedentes, antes de que miréis la faja, de un hecho necesario para entenderla en su extensión: Mourinho, ENTRENADOR PORTUGUÉS (guiño), se fue del Real Madrid con más pena que gloria y suscitando el ODIO (guiño) de aficionados al equipo en cuestión y, en general, aficionados al deporte (un núcleo numeroso, no lo olvidemos, de la sociedad actual). En el inconsciente colectivo aficionado al deporte, e incluso no aficionado, Mourinho es considerado una persona NON-GRATA y ODIABLE (guiño, guiño) justificadamente. Serie negra, aprovechando que Philip Kerr saca una novela negra donde se asesina a un FAMOSO TÉCNICO PORTUGUÉS (codazo, codazo) para recordarlo en su faja y atraer a un público que podría haber pensado faja_MAclaneen esa posibilidad con el técnico real y que puede verlo fructificar en un relato ficcional. Audaz  la propuesta, veremos, tengo curiosidad, si funciona.

-Como bien dijo mi librero, no creo que Mary MacLane merezca una faja tan fuera de su tiempo e injusta como esta: “LA PRIMERA BLOGUERA DE LA HISTORIA, Un best seller de 1902 inédito en español.” La combinación anacrónica de 1902-bloguera funciona fatal, por mucho que el prólogo lo haya escrito una bloguera famosa… y resaltar que es un best seller de principios del siglo XX no habla demasiado de su calidad sino de que vendió mucho, ¿es esta la forma de vender una escritora interesante? Habrá que comprobarlo.

-Para acabar, un despropósito,; tampoco podíamos esperar más de los Faja_EGB20150128_180354creadores de Yo fui a EGB, que nos sacan ahora Yo fui a EGB 2, la faja lo tiene todo: dibujines de fantasmas y HEIDI, frases que nos retrotraen de nuevo a esa nostalgia mal entendida que fue el motor de ventas de esta infame propuesta (¿A qué esperas para viajar de nuevo a EGB?), otras frases que quieren atraer a nuevos lectores (el tópico ¡El libro más esperado del año!) o la patibularia “Vuelve el fenómeno que ha revolucionado todas las librerías” (revolución=ventas). El sello de “calidad” definitivo lo pone en un pequeño sello “Incluye adhesivos exclusivos y El gran juego de YO FUI A EGB”. Imaginad el gran juego, las pegatinas… ¿cómo no he caído todavía?  Fassscinante.

Después de esta faja se me han acabado las ganas de poner más. Temo el día, más próximo de lo que parece, en que salga el Yo fui a BUP o a FP o cualquier cosa. Es inevitable que esta moda siga, para nuestro pesar…

Espero que os hayan gustado y ya sabéis, proponed y veremos si entran en el siguiente mes. Estoy abierto a todas las posibilidades.

Los atracadores de Tomás Salvador. Novela negra en plena dictadura

AtracadoresSe está produciendo una deslocalización evidente en cuanto a la publicación de novela policiaca, negra, de detectives, etc… Se puede comprobar por la falta de una colección central, en alguna editorial, que saque todos los meses una buena remesa de novelas de género; Serie Negra de RBA lo estaba haciendo hasta hace poco, pero ahora mismo, como mucho, saca dos al mes y es ciertamente insuficiente, ya que el equilibrio necesario entre clásico-consagrados y novedades es imposible sacando tan poca cosa. Que no exista un referente ha ocasionado que cada editorial saque un sello negro alternativo, tal es el caso de varias como Salamandra, Navona, Alfaguara, Anagrama, Siruela, RHM… que, en la mayoría de los casos, utilizan autores que ya tenían y le unen otros para completarlo un poco. Esta descentralización tiene cosas buenas y cosas malas: las buenas tienen que ver con una cierta variedad en novedades, cada editorial busca autores fetiche que les ayuden en las ventas y están explorando mercado, están saliendo autores que no se han leído por aquí con frecuencia con resultados de éxito desiguales; las malas, como ya he comentado varias veces, tienen que ver nuevamente con la ausencia de clásicos y la prácticamente inexistente presencia de novedades detectivescas más allá de lo ya conocido.

Hoy traigo un caso afortunado, la recuperación de novela española realizada en medio de la dictadura franquista: tal es el caso de Los atracadores de Tomás Salvador gracias a la labor de Salto de Página. El prólogo de Javier Sánchez Zapatero introduce de manera admirable el contexto de la obra y el autor:

“Relegada hoy a mera nota a pie de página de las historias de la literatura, la de Tomás Salvador Espeso (1921-1984) es una de las más singulares e interesantes trayectorias de la narrativa española del siglo XX. Autor de una extensa producción que incluye alrededor de cuarenta novelas, una decena de compilaciones de cuentos y varios ensayos, disfrutó de cierta popularidad durante las décadas de 1950 y 1960.”

Y lo emparenta con la tradición ya conocida con la dicotomía policía-escritor, una tradición que venía del siglo XIX, la figura de Vidoq se convirtió en proto-policía-escritor:

“Al regresar a España, aprovechando los beneficios que se le concedían a los divisionarios, ingresó en el Cuerpo General de Seguridad y fue destinado a Barcelona como inspector de la Brigada Político-Social, la policía secreta encargada de reprimir cualquier tipo de disidencia durante el régimen franquista. Su condición de “policía-escritor” lo vincula con la tradición instaurada a mediados del siglo XIX por Eugène-Francois Vidocq –quien escribió sus memorias después de abandonar su pasado delictivo para convertirse en el primer director del departamento de “Seguridad Nacional” francés- y que, en el caso español, tuvo como representantes fundacionales a Luis Fernández-Vior y Tomás Gil Llamas.”

Subraya en dicho prólogo las virtudes del autor (y de la novela) sacando a colación el retrato psicológico que realiza con admirable precisión Tomás Salvador; no duda en comentar su punto débil, la necesidad de presentar a la policía en toda su rectitud estatal:

“Los atracadores destaca por la forma en la que aborda una temática no especialmente transitada en la literatura española de mediados del siglo XX. La capacidad para penetrar en la psique de los criminales, reflejar de forma realista los ambientes del hampa de la época y transmitir una interpretación social del delito –alejada, eso sí, de cualquier atisbo crítico y filtrada por un obvio mensaje moralizante que concordaba con la ideología oficial- sitúan a la novela, junto a títulos de Mario Lacruz y Francisco García Pavón, en el reducido grupo de obras que durante el régimen franquista comenzó a sentar las bases de la tradición de género policiaco en la literatura española.”

La novela se estructura en tres libros y un epílogo que describen a la perfección el esquema ya habitual en el caso de los criminales: inicios-ascensión-caída. En esta ocasión Salvador utiliza tres libros con títulos muy sugerentes y que conectan con el esquema: Libro de la inquietud, libro de la violencia y libro de la muerte y un epílogo policial.  No hace falta que explique los paralelismos evidentes. No se queda ahí, en cada uno de los tres libros se divide en tres grupos de narraciones (1,2 y 3) según el atracador que esté describiéndola desde su primera persona. No resulta previsible esta asociación ya que elige en cada uno de los libros un orden distinto de narradores acorde a la evolución de la novela.

Si estructuralmente no se rige por lo habitual, su adecuación estilística es todavía más dispar, destacando su eclecticismo, dado que la adapta al protagonista que esté narrando en ese momento, se atreve hasta a hacer un monólogo interior “joyceano” donde se salta toda regla de puntuación y así reflejar la confusión mental de uno de los protagonistas:

“Había dejado que las manos fueran colgando ta ca ta corre las manos así colgando y los hombros por allí y los hombros por allá Ramón que eres un bailón y ya está oh la zorra que te llama chico es muy vieja déjala que llame salta por el agua otra vieja cuidado vieja casi tropiezas Ramón tenía los ojos cerrados zas y ya está ni siquiera se ha dado cuenta nadie se daba cuenta iba corriendo y no se daban cuenta ni miraban y podía llevar una pistola o un puñal o una bomba que hiciera mucho ruido y matara mucha gente eso podría saltar por encima del chaval su madre se enfadaría no era que le importara que la madre se enfadara pero habían quedado atrás eso no sabía porque la calle estaba oscura tenía sucia la camisa no iba afeitado pero debía ser joven y guapoooo eso es idiota […]”

La alternancia de los narradores le sirve para dar riqueza al texto, en el caso de las descripciones es más que evidente, utiliza la narración de Chico Ramón para describir al “Señorito” y a Compare Cachas, las descripciones no se quedan en lo meramente físico sino que añaden características psicológicas e incluso la propia opinión personal del narrador:

“El Señorito era un tipo alto y delgado, muy alto, muy delgado. Todo era largo en él: la nariz, las manos, el pelo, hasta las pestañas casi femeninas. Miraba pocas veces de frente y por eso no podía decir cómo eran sus ojos. Llevaba buena ropa, pero muy arrugada. Largo estómago y largas piernas. Sobre las escurridas caderas el pantalón se le sostenía casi de milagro. Su gesto más característico era llevar las manos en el bolsillo del pantalón, manoseándose. Aquel gesto le resultó a Ramón profundamente antipático; pero al Señorito, por lo visto, le importaba muy poco ser esto o lo otro.”

“Compare Cachas tenía un bigote extraordinariamente fino y bien cuidado. Compare Cachas era todo bigote y mano en la nariz, sacándose punta, hablando gangosamente. Tenía una barbilla débil y unos labios gruesos. No parecía muy listo. No lo era, desde luego… Hasta le escurría un poco de baba. Pero en algunos instantes lograba alcanzar una serenidad casi perfecta, pasmosa. Sucedía esto cuando no se creía observado. El afán de comprender las cosas le obligaba a una atención tan forzada que durante la misma llegaba a ser inteligente. Cuando se le miraba, y se le preguntaba algo, volvía a reír tontamente, a tocarse la nariz. Una de sus manos, la derecha, estaba siempre cerrada, con el puño apretado sobre unas legendarias cachas.”

Las tres narraciones son, como se puede esperar, poco fiables, los tres atracadores, los tres fuera de la ley; en ningún momento se tiene noticia de los avances policiales pero se atisba una sombra que cumple su labor siempre, un departamento policial aparentemente invencible, una amenaza. Utiliza a los tres atracadores para criticar, de alguna manera, la situación de la sociedad, lo puede hacer porque en el final invalidará todo lo contado/pensado por ellos mediante el epílogo que salvaguardaba la posible censura franquista:

“-Tú representas la inquietud. No sabes lo que quieres, del mismo modo que yo no sé para lo que vales. Si yo lo supiera, te lo diría. Y se acabarían tus dudas y se acabarían las mías. Mira, Chico, la inquietud es esto: es no saber, no tener confianza, es desear hacer una cosa y empezarla con grandes ánimos para ir decayendo a medida que se avanza; inquietud es tener pocos años y sentirse viejos. Todos nosotros tenemos pocos años y sin embargo somos viejos. Somos una generación de viejos. Somos unos mierdas que antes de antes de pensar en la vida sabíamos lo que era la muerte.”

Hay una progresiva evolución hacia su caída, Salvador indaga en la posible causa antes de que se produzca este hecho. Camina de mano del lector, guiándole en el camino policial encubierto:

“Al decirle eso, Chico Ramón se estaría figurando que le llevaba una estupenda noticia. Y no sabía que con ello remachaba el último claro que quedaba suelto en el enorme cajón de madera que los contenía todos. El miedo venía después. Cuando pensados los hechos asustan, no su consecuencia, sino su facilidad. Aquella facilidad en la acción, en la violencia, era un peligro. El peligro de su misma soberbia. El peligro de creerse todopoderosos.”

El epílogo, narrado desde la perspectiva policial, da luz a los hechos de los últimos capítulos, de esta manera desacredita las opiniones que han tenido anteriormente ensalzando a la vez la labor policial con todas sus consecuencias.

“El pensamiento pasa a serlo todo. Le basta con pensar: “entre los ojos”. Y la pistola se dispara sola. Tal es la realidad. No disfracemos las cosas. Sintamos piedad por los delincuentes, pero no busquemos para ellos ninguna disculpa. Han borrado las distancias, las leyes. Contra ellos solo puede defenderse la sociedad eliminándolos de su seno. Todo atracador debe suscitar en los hombres honrados una repulsión violenta. No son héroes, no lo serán nunca. En un héroe podrá haber un asesino; pero es un hombre que lucha gallardamente. Cuando termina la circunstancia personal que lo empujó, el héroe vuelve a su casa, abandona sus armas y se pierde en el anonimato. Un atracador es un cobarde. Y no conoce principio ni fin en sus fechorías.”

Una verdadera suerte tener con nosotros esta fantástica novela. Roguemos porque podamos  ver más ejemplos de este tipo en un panorama negro cargado de incertidumbres.

Hänsel und Gretel de Engelbert Humperdinck en el Teatro Real. Cuento de hadas wagneriano

Publicada originalmente en Ópera World en este enlace.

hansel1

Casi un siglo hacía desde la última vez que se programó Hänsel und Gretel en Madrid;  nunca es tarde si la dicha es buena como en este caso en particular.

La producción inicialmente pensada se tuvo que cambiar por una ya establecida, en este caso, la de Pelly que realizó para el Festival de Glyndebourne; sobre el papel parecía una buena idea, sobre todo teniendo en cuenta la gran acogida que tuvo también su montaje de la Fille du Régiment que vimos hace nada en este mismo teatro. El resultado en esta ocasión, nuevamente, es un triunfo. Pelly siempre consigue hacer montajes que, sin ser clásicos o anacrónicos, resultan actuales y guarda un gran respeto por el contenido del libretto, logrando, de este modo, satisfacer a un tipo de público muy amplio: los que piden una fidelidad y los que quieren una evolución.

En este maravilloso cuento de hadas, el francés hace contemporánea la historia, la casa en la que viven Hansel y Gretel está hecha de cartones, la ropa que llevan los protagonistas está sucia, están viviendo una crisis, no tienen casi alimentos para comer;  la casa de la bruja está formada de estantes de un supermercado, hay carteles de rebajas, cajas registradoras..  que representan el consumismo, el capitalismo de una sociedad jerarquizada por una situación en la que nos vemos atrapados. En este orden de cosas, los niños liberados están todos gordos, se convierten en los símbolos de la mala alimentación, del consumismo sin límites. Esta crítica está presente pero sin llegar a cansar ya que no se olvida del cuento y de los elementos mágicos, como las apariciones de los duendes del rocío del sueño. Su creatividad es paradigmática a la hora de crear a la bruja, la dependienta del supermercado, que nos anticipa en uno de interludios con un juego de sombras chinescas. Todo funciona porque, además, no entorpece la acción teatral, sino que la realza.

hansel2

La música de Humperdinck, exuberante, de gran densidad orquestal,  de este gran admirador de Wagner, tuvo como ejecutor un Paul Daniel incisivo e inspirado.  Desde la obertura hasta el fin supo sacar todo el jugo posible sin olvidar los matices, llevados a cabo con seguridad por la orquesta que sonó especialmente bien en las cuerdas (como ya adelanté en Romeo y Julieta), tersas y sensibles en los momentos de más sensibilidad, contundentes en los más potentes. A pesar de algún desajuste en los metales, su trabajo fue encomiable.  Daniel, consiguió, que todo sonara empastado y equilibrado, sin tapar a los solistas que se pudieron distinguir sin esfuerzo.

La Gretel de Sylvia Schwartz fue de referencia, entre otras cosas, porque consiguió conjuntar a la perfección su trabajo actoral con la vocalidad necesaria para cada momento. Desde los dúos con Coote, donde empastaba a la perfección, hasta momentos intimísimos y sensibles, como alguno de los del bosque, sin olvidar la proyección es los momentos más fuertes orquestalmente. Da la impresión de que su voz se adapta a la perfección por tesitura y proyección a este papel. Fue un prodigio comprobar cómo se debe conjuntar la voz, evolucionar y actuar. Hasta saludando, seguía interpretando su papel, qué capacidad de interiorización. Al lado de ella estaba una Alice Coote que cantó bien y que contrastaba a la perfección con la voz de Schwartz, sus dúos, ciertamente, fueron deliciosos, emocionantes desde casi cualquier punto de vista. No descuidó la actuación, que trabajó realmente bien y su voz fue aterciopelada y redonda, pierde un poco por lo completa que fue Gretel, pero Coote construyó un muy buen Hansel.  Diana Montague en su papel más reducido estuvo solvente, sin estridencias vocales a pesar de algún vibrato en el agudo más descompensado; fue una perfecta réplica musical al Peter de Bo Skovhus que cantó atronadoramente las notas agudas, contrastaba demasiado con la casi ausencia de notas bajas pero, de cara a los oyentes, tenía una presencia escénica y vocal brutal. Gran actuación de José Manuel Zapata, travestido de Bruja, lógico que triunfara, buscó todas las posibilidades que le ofrecía el papel y las llevó al extremo; centrado tanto en ello que se resintió en lo vocal, algunas de sus notas, especialmente agudas estuvieron ligeramente desentonadas al cogerlas, aunque luego corrigiera. Buen trabajo de los dos duendes con especial atención  a Elena Copons y su sensible interpretación del duende del sueño. Un poco destemplada  en las notas agudas, gritadas más  que cantadas, aunque bien actuado el duende del rocío de Ruth Rosique. Especialmente relevante, para acabar, la actuación del coro de pequeños cantores de la JORCAM, afinadísimos y con muchísimo gusto en su interpretación, cantar y hacerlo bailando es siempre difícil y ellos lo bordaron.

hansel3

Gran ovación del público a una función ciertamente memorable. El trabajo de estos artistas nos llevó a todos a un cuento de hadas, uno lleno de sorpresas agradables. 

Las fotos pertenecen a Javier del Real.

La calavera bajo la piel de P.D James. El recuerdo a una gran dama del crimen

LacalaverabajolapielEl pasado 27 de noviembre del 2014 nos dejó Phyllis Dorothy James, mundialmente conocida por P.D. James. La británica, nacida en Oxford en 1920, fue uno de los mejores exponentes del género policíaco. En casos como este, con una dilatada carrera por detrás, con una cantidad razonable de títulos entre los que escoger, al lector que no conoce al autor siempre se le plantea la típica pregunta de qué leer para saber si le puede gustar.

Lo más habitual es que hubiera escogido algún libro de la serie de Adam Dalgliesh, su detective más famoso, y que reúne algunos títulos sobresalientes como es el caso de Sabor a muerte (1986), Intrigas y Deseos (1989) o Un impulso criminal (1963); no me equivocaría al recomendarlos ya que representan de manera fidedigna las virtudes de la escritora. Sin embargo, saliéndome un poco de  esta zona cómoda, voy a recomendar sus novelas de la investigadora Cordelia Gray.

Me refiero a No apto para mujeres (1972, An unsuitable job for a woman), descatalogada e inencontrable en la actualidad; y a La calavera bajo la piel (1982,The Skull Beneath the Skin), de la que sí se pueden encontrar algunas ediciones de bolsillo. La trama es aparentemente sencilla: el noble sir George Ralston contrata a nuestra heroína para acompañar a su esposa, Clarissa, amenazada por unos curiosos anónimos, a una isla, Courcy Island, donde actuará en una obra de teatro; el objetivo es conseguir protegerla y que recobre la confianza en sí misma de cara a su carrera como actriz.

Si hay algo que caracteriza a P.D. James es la profundización psicológica que realiza de los personajes, esto conlleva un ritmo sosegado, se toma su tiempo para presentar la acción y los personajes, dotándoles de mucha personalidad. De ahí que la mayoría de sus libros tengan un número bastante más elevado del tipo medio de trescientas páginas. Cordelia Gray, la protagonista, es un ejemplo claro de esta caracterización, como podemos ver cuando conoce a Ralston:

“En realidad, soy un cliente, en caso de que usted sea Cordelia Gray. ¿La gente no suele decirle…?

Aunque irracionalmente, Cordelia se sintió decepcionada. ¿Por qué había supuesto que era diferente del resto de sus parroquianos de sexo masculino? Terminó la oración por él:

-¿Que es un trabajo impropio de una mujer? Me lo dicen, pero se equivocan.

-Iba a preguntarle si la gente no suele decirle que es difícil encontrar su oficina –aclaró Sir Ralston […]” 

Cordelia es insegura y concienzuda, comprometida con lo que hace; es tozuda y lucha contra lo establecido en una época en la que lo que se llevan son los detectives masculinos. Ella se rebela contra esta situación predeterminada y considera que su “trabajo no es impropio de una mujer” (referencia clara a la primera novela, de magnífico título An unsuitable job for a women).

El manejo de la trama policíaca es honesto en su presentación, prolijo en detalles y muy centrado en la investigación, James es una heredera del Detection club, de la escuela de Christie, Chesterton y Sayers. No duda en dedicar todo el tiempo necesario para presentar los personajes y la trama, de hecho, el asesinato se produce cuando ya ha pasado la mitad de libro.

Afortunadamente este despliegue de páginas está más que justificado, no solo por el “qué” sino por el “cómo”, dentro del género policíaco es una fina estilista que juega con el lenguaje cuando es necesario:

“En aquella habitación Clarissa había entrado una sola vez, estremecida y ahora fingía que no existía. Pero él había observado con placer que aquellos de sus invitados  que eran amantes –confesos o furtivos- gustaban en ocasiones de dormir allí, a la manera en que las prostitutas del siglo dieciocho copulaban con sus clientes en las superficies planas de las tumbas de los cementerios del East End londinense. Gorringe contemplaba con una mirada sardónica y ligeramente desdeñosa aquella simbiosis de erotismo y morbosidad, la misma mirada que dedicaba a todas las posibilidades humanas que no compartía.”

Sus descripciones están cargadas de detalles que, la verdad sea dicha, no dejan lugar a la imaginación por lo completas que resultan. El uso de “carmesí” le da la nota de color necesaria para que la escena, a pesar de lo poética que es la descripción, resulte al mismo tiempo violenta y llena de color:

“Clarissa yacía, fantasmal, sobre su lecho carmesí, con ambos brazos delicadamente plegados a los costados, las palmas hacia arriba, la mata de pelo en una deslumbrante cascada sobre la almohada. La ropa de cama había sido doblada a los pies; la vio boca arriba, descubierta, con la clara bata de raso levantada casi hasta las rodillas. Cuando alzó los brazos para abrir las cortinas, Cordelia pensó que la evanescente luz de la estancia le estaba gastando una broma: el rostro sombreado de Clarissa parecía tan oscuro como el dosel, lo mismo que si su piel hubiese absorbido el vivo carmesí.”

Me imagino que la escritora pensó en cruzar en algún momento a su heroína en alguna aventura con Adam, como en el anterior, su otro investigador aparece de forma indirecta en la narración en varias ocasiones, un Dalgliesh ya establecido y alejado de la esfera más policíaca:

“Pero al menos Cordelia podía tener la certeza de que, quienquiera que visitara la agencia, no sería Adam Dalgliesh. En las enrarecidas y misteriosas alturas de las jerarquías en que éste moraba ahora, semejantes tareas eran inimaginables. Se preguntó si leería algo sobre el crimen, si se enteraría de que ella estaba implicada.”

No quedaría dejar pasar tampoco la oportunidad de poner el siguiente fragmento que me recordó poderosamente a una novela de, quizá, la más grande del crimen:

“El silencio de aquel claro de luna le pareció casi de mal agüero. Mientras les daba las buenas noches, la idea que había intentado sofocar las últimas veinticuatro horas salió a la superficie con toda su desnuda y aterradora lógica: “En esta pequeña y solitaria isla estamos reunidas diez personas y una de ellas es un asesino.”

¿Isla? ¿Asesinato? ¿Diez personas? No me digáis que no habéis pensado en Diez negritos. Yo lo veo como un pequeño homenaje, no solo el momento sino la novela en sí.

En el final, además de la resolución del crimen, no falta tampoco aventura, situaciones extremas y muertes y un dilema moral que Cordelia tendrá que resolver:

“Repentinamente se sintió invulnerable. La policía tendría que tomar sus propias decisiones. Ella ya había tomado la suya, sin vacilación y sin debate: diría la verdad y sobreviviría. Nada podía hacerle mella. Se sujetó la bandolera firmemente en el hombro y avanzó resuelta hacia la lancha. Durante un soleado instante tuvo la impresión de que Courcy Island y todo lo que había ocurrido durante aquel fatídico fin de semana eran tan ajenos a su vida y a su futuro, a su rítmico latido del corazón, como el indiferente mar azul.”

Lejos de arrugarse, nuestra heroína irá a por todas y será consecuente con lo que ella piensa, demostrando que, en la debilidad, cuando más frágiles nos sentimos, es en el momento en el que precisamente debemos mostrar nuestra fortaleza, como el caso de Cordelia.  Lástima que no escribiera más novelas con ella como protagonista, las dos que creó son excelentes: Novelas policíacas de mucha calidad.

Los textos provienen de la traducción de Iris Menéndez de La calavera bajo la piel de P.D James en Ediciones B.

“The Taqwacores” de Michael Muhammad Knight. La raíz del punk islámico

The taqwacoresNacido en Nueva York en 1977, Michael Muhammad Knight descubrió a los 16 años el Islam tras leer la biografía de Malcolm X, viajó a Islamabad para profundidad en la realidad del islamismo militante llegando a cambiar de opinión y a cuestionarse la ortodoxia musulmana, sus restricciones y su rigidez doctrinal. Fue así como decidió escribir “The taqwacores”, novela fundacional del movimiento punk islámico, una más que curiosa propuesta que nos traído Ginger Ape Books & Films.

Una publicación que me trajo dos o incluso tres problemas iniciales, que suponen un hándicap para la mayoría de los lectores que se acerquen a esta obra; el primero de ellos tiene que ver con el punk, fenómeno o movimiento del que, prácticamente, no conozco nada de nada y que el autor define, a su manera, en estos términos:

“Llegué a comprender inevitablemente que la palabra punk no tiene un significado tangible como árbol o coche. Más bien, el punk es una bandera; un símbolo abierto que solo significa lo que la gente cree que significa. Hubo un tiempo que en la China las luces rojas de los semáforos significaban pasar. ¿Qué se puede decir ante eso?

Dejé de intentar definir el Punk más o menos al mismo tiempo que dejé de intentar definir el Islam. Son dos conceptos no tan alejados entre sí como uno pudiera pensar.”

El segundo problema, lógicamente, tiene que ver con el Islam, y en concreto, con su terminología, el siguiente párrafo lo ilustra a la perfección:

“[…] y ahora hay mogollón de musulmanes que no tienen miedo a morir. MASH’ALLAH, pero, joder ¡ahora los musulmanes tienen miedo a vivir! Tienen miedo a la vida, tío, más del que tienen a Satán, al SHIRK, a la PITNA, a la BID’AH, al KAFR, a la QIYAMAH o a los tormentos de ultratumba; ellos temen a la Vida, le tienen miedo a esto… Alzando su brazo desnudo, se agarró y pellizcó la piel para señalar lo que era esto. “Ahí tienes a todos esos pobres chavales que se creen inferiores por no hacer las dos FAJR, las cuatro ZUHR, las cuatro ASR, las tres MAGHRIB, las cuatro ISHA, la puta SUNNA, sus WITR o sus NAFL; por no llevar calcetines de cuero, ni cepillarse los dientes con ramitas, por no dejarse barba o no llevar HIYAB; […]”

La aparición de términos muy específicos del Islamismo es muy habitual y obligan a consultar con mucha frecuencia el ingente glosario del final de libro, ralentizando considerablemente su lectura; necesita una aclimatación mayor de lo que viene siendo costumbre al acometer cualquier libro. El último problema, consecuencia de este segundo, es el desconocimiento de la doctrina islámica con profundidad.

Estas dificultades iniciales son superables con tesón (en el caso del vocabulario) y gracias a la prosa de Knight; en efecto, se trata de una novela de formación, en una nueva forma de pensar con respecto al Islam; sus ideas son claras:

“No vamos a cortarle las manos nadie, ni lapidaremos a los fornicadores, ni lanzaremos a los homosexuales desde los alminares, como decía ALI que hiciésemos. Y puedes estar seguro que no habrá matrimonios con niñas de nueve años, hermano. Y tampoco habrá una policía religiosa patrullando las calles para asegurarse de que la gente está rezando.”

“MASH’ALLAH.”

“Ni matanza de apóstatas”, añadió.

“Eso también es muy importante.”

“Sí, Yusef. Tenemos la oportunidad de hacer algo grande.”

Para llegar a hacer esto, será imprescindible algo tan radical como el movimiento “taqwacore” para, aunque parezca mentira llegar a una moderación e, incluso, sentido común, él mismo define el carácter transgresor (y muy subido de tono):

“Una parte importante del movimiento taqwacore consiste simplemente en echar mierda por ahí y tocar las narices a la gente”, me explicó al ver la reacción que reflejaba mi rostro. “La gente se pone tan tensa y sensible con la religión, la toma tan en serio que a veces es necesario que llegue un punk y les diga ‘que te jodan, que te jodan, que te jodan, que jodan a todo lo que representas, estás lleno de mierda y tienes esperma en el pelo’. Nadie tiene por qué darse tantos aires.”

De hecho, es la conexión entre punk e Islam lo que desencadena esta doctrina:

“El punk rock implica música malintencionada, ropa malintencionada, lenguaje malintencionado y comportamientos malintencionados. Significa cavar tu propia tumba respecto a las expectativas que la sociedad depositó alguna vez en ti; y con todo, permanecer orgulloso, feliz de ser quien eres, forjando, en cierto modo, una comunidad común con el resto de extraviados.

El taqwacore es la aplicación de esta virtud al Islam. Me encontraba rodeado de musulmanes deliberadamente malvados, pero que amaban a Alá con una pasión gonzo que escapaba a ritualismos absurdos y aburridos, al estúpido Islam de los campamentos, ese que aseguraba que nuestro DEEN poseía cierta superioridad moral inherente que hacía que el mundo nos perteneciese legítimamente.”

No es banal la comparación de Muhammad Knight con Hunter S. Thompson, la narración se estructura como si de una narración periodística se tratase con toda la viveza de un narrador incluido en ella, ese narrador intradiegético involucrado en la acción primordialmente. Al final su idea del Islam es salirse de lo estrictamente obligado  sin dejar de creer en el propio Alá como organizador de sus vidas.

“Si Alá quiere decirme algo, lo hará delante de mis hermanos y hermanas. Si hay alguna ley que seguir, la encontraré ahí fuera, en el mundo.”

Es consciente, finalmente, de que ser musulmán tal y como es entendido en la religión islamista en la actualidad, lo que sí busca es el sentido común en su interpretación, la religión nos tiene que ayudar a ser hombres:

“Y eso es todo. Como musulmán, he fallado. Pero de lo que estoy seguro es que continúo siendo un ser humano.”

El libro está de rabiosa actualidad, más después del atentado a los integrantes de #CharlieHebdo, de hecho, hace nada, la editorial ha sacado a colación la carta de repulsa del escritor ante dicho atentado y las consecuencias de integrismo islámico. Este libro complementa a la perfección la actitud necesaria y ejemplifica la lucha por la libertad. Una lectura muy necesaria.

Los textos pertenecen a la traducción de JMT & B. Orzos de “The Taqwacores” de Michael Muhammad Knight de Ginger Ape Books & Films.

Leer mucho no es causa de admiración…

el_arcoirirs“El día 10 de diciembre de 2014 empecé con El arco iris de la gravedad de Thomas Pynchon, primer libro de la lista. Casi un mes más tarde puedo decir que he abandonado exitosamente esta novela tras haber leído la friolera de 257 páginas (y me han parecido casi 2000). No puedo más, es total y absolutamente infumable, un despropósito y un sinsentido. No me gusta cómo está escrito, pensado fríamente no sucede nada y la narración consiste en una serie de descripciones encadenadas que apenas tienen que ver una con la otra. Vamos, primer “éxito” del reto.”

Esta cita, encontrada en el blog de una de las blogueras más influyentes en la actualidad (le siguen miles), desencadenó esta entrada que, a primera vista, podría resultar polémica y contraproducente. La lectora en cuestión es admirada por su capacidad para leer libros en tiempo récord y reseñarlos a la misma velocidad; de hecho, lee casi 400 libros todos los años y en diferentes idiomas.

Por otro lado, uno de los fenómenos que ayudan a leer es ponerse retos, desafíos; este blog está plagado de ellos (a ese ritmo de lecturas es lógico…), pero en realidad se pueden reducir a uno solo: son retos basados en la cantidad (10 libros de colores, 30 libros en un mes, libros que contengan las notas musicales, etc…), herederos del ya conocido reto de la red social más conocida (Goodreads) que te desafía a poner los libros que te vas a leer en un año y, por consiguiente, te hace el seguimiento.

Como ya comenté en este post, la valoración cuantitativa de la lectura hizo que disminuyera mi capacidad de comprensión, debido al estrés que me producía pensar que tenía que acabar un libro para poder ponerme en seguida con el siguiente; no existen retos, o hay muy pocos de ellos que se basen en la comprensión, disfrute o formación.

Volviendo al texto que comenta la conocida bloguera demuestra, para mi pesar, varias consecuencias funestas:

-Primero, leer mucho no garantiza comprensión y esto es algo que no pensaba que llegara a ocurrir. Es evidente por lo comentado (en un primer atisbo) que ni siquiera sabe que está describiendo  características postmodernistas, que identifica como fallos. No tiene que gustarte Pynchon por obligación pero su problema viene más unido a la lentitud para leerlo (recordad que no le dura un libro nunca más de tres días, ni los de mil páginas). Si un libro cuesta leerlo, ¿ya no vale la pena?

-Segundo, “no sucede nada”, ¿tenemos que reducir los libros que leemos a solamente aquellos en los que suceden cosas? El “qué” prevalece sobre el “cómo”.

-Tercero, debido a su influencia, de golpe y porrazo, todos sus miles de seguidores no creo que piensen nunca más leer a Pynchon tras desaconsejarlo de una manera tan tajante (“total y absolutamente infumable, un despropósito y un sinsentido”).

Todo esto me lleva a la cada vez más poca importancia que se da a una de las características esenciales que debería tener un lector: necesidad de formarse, bien a través de alguien o autoformarse. Y lo digo porque esa formación te puede ayudar en dos sentidos fundamentales:

-Para comprender “por qué” no te gusta una obra o corriente literaria que la engloba. Dar un paso más allá del “megustismo” imperante y saber dar razones con rigor.

-Para, gracias a la comprensión, disfrutar aún más de la obra en cuestión cuando te gusta. Este crecimiento del disfrute es exponencial, para nada lineal y el lector debería ser consciente de ello.

Esta formación debería cubrir más allá del contexto histórico e iría encaminada también al contrapunto con otros autores (por similitud o disimilitud), al estudio de las corrientes literarias y su evolución, así como al estudio del estilo de cada autor. Un repaso a las posibilidades críticas desde el pasado hasta la actualidad también complementaría infinitamente el disfrute.

Leer es genial, pero leer y comprender es uno de los mayores placeres que nos brinda esta vida. Creo que el esfuerzo inicial bien vale la pena.

“La escucha oblicua. Una invitación a John Cage” de Carmen Pardo. Comprender lo incomprensible

LAEscuchaOblicuaEl creador de “Silencio” fue, sin lugar a dudas, una de esas figuras inolvidables del siglo XX. Su figura resulta tan incomprensible para el no lego musical que cualquiera de sus “obras” pueden ser entendidas como simples excentricidades, como transgresiones para llamar la atención de la opinión pública. No en vano, en la mayoría de ocasiones, sus manifestaciones artísticas finalizaron en sonoros abucheos, como con la paradójica 4’ 33”.

Carmen Pardo se adentra en este aparente cenagal para intentar dar un poco de comprensión a esta figura; el resultado, ya en su título “La escucha oblicua. Una invitación a John Cage”, es una invitación a adentrarnos en ello y va mucho más allá de lo musical, este ensayo recoge a la perfección la evolución de la filosofía del autor, filosofía que origina su concepción de la música.

En el prefacio a la primera edición de Gloria Moure que abre el libro en cuestión me quedo con dos ideas necesarias para el devenir de los argumentos de Carmen; en primer lugar, pretende que salgamos de la única idea musical para dar al personaje una perspectiva más artística y completa, donde se integra la música y otras facetas:

“John Cage fue un activador sonoro de espacios y un escultor de sonidos igual  que lo fue Duchamp con su Erratum Musical; por eso, como tal y no sólo como pintor o dibujante, los teóricos del arte jamás han tenido el menor inconveniente en considerarlo un artista plástico de extraordinaria valía.  Es más, es muy posible que conceptuando su trabajo desde esta perspectiva más configurativa y objetual fuera más fácil entender el auténtico sentido de su obra musical, al poder sortear mejor el pesado imperativo litúrgico y discursivo que desvirtúa la desnudez cognitiva que la música requiere para ser auténticamente apreciada.”

Una vez hemos salido de esta parte más cómoda nos adentraremos en profundidad en todas sus perspectivas creativas, sin dar especial atención a unas sobre otras, entendió a la perfección la descentralización de un mundo postmodernista y lo reflejó a lo largo de toda su obra:

“Reclamó para lo sonoro una libertad perceptiva absoluta, resaltó sus posibilidades plásticas y espaciales, y subrayó la esencia fónica de los textos por encima de su significación, de modo que su aportación superó  con creces el ámbito de lo estrictamente musical e integró otros géneros artísticos. Por eso, como ocurre con el ensayo de Carmen Pardo Salgado, cualquier incursión en su obra musical debe estructurarse cubriendo las diferentes ópticas desde las que él creo, sin privilegiar ninguna de ellas en particular. Nos dejó en medio de un mundo sin centralidad donde el caos es un requisito creativo y la inestabilidad del lenguaje una exigencia poética. Sabía que siempre había sido así, a pesar del espejismo ilustrado, y que tarde o temprano también aprenderíamos a vivir-escuchar-crear sin temor ni soberbia.”

Del prefacio a la edición francesa de Daniel Charles (traducida y anotada por la propia Carmen Pardo) extraigo otro par de ideas que nos ayudarán a entender, en primera instancia, la noción de oblicuidad, la propia forma de estructurar su ensayo  se adecua a la perfección al sentido de la vida de John Cage:

“Una parte importante de la originalidad de libro se debe justamente a la oblicuidad de la lectura misma, que permite el desglose y la dosificación de las ideas y de los rectificativos; a cada nivel, sea el de la estrategia o de la simple táctica, la eficacia está en función, como lo había sido ya para un filósofo de la talla de Jean Wahl, de las elecciones que distribuyen las diferentes nociones. Se es libre, en este sentido, de despacharlas, según el caso, a derecha o a izquierda, aquí o allá.”

El que la escucha sea oblicua es debido a su forma de entenderla y que explicaré más adelante; romper lo establecido se convierte en una consecuencia de las ideas de Cage:

“La escucha se vuelve oblicua cuando rompe todas las trabas.”

Establecido lo anterior podemos ir al texto de la autora; cómo es lógico, inicialmente se dedica a definir su visión del norteamericano y redunda en lo que hablaba anteriormente: su incomprensibilidad es resultado de su imposibilidad de categorización como artista:

“Hay tal vez voces que marcan una época, voces que son audibles en medio del murmullo que pretende articular el tiempo. Hay tal vez voces que permiten entonar el propio  tiempo desvelando las tensiones que conducen a unos modos determinados de obrar y contar. Si existieran tales voces, en el siglo XX destacaría sin duda la voz de John Cage. Pero ¿quién fue John Cage?, ¿un músico?, ¿un pensador?, ¿un pintor?, ¿un micólogo? Ninguna de estas acotaciones por sí misma podría ofrecer un entramado que acordó el tono de esa voz, y es que no parece legítimo hacer entrar en estos límites a alguien que con su pensamiento y sus acciones indicó el modo de escapar a toda voluntad de categorización.”

Es justo, en este orden de magnitud, que solo él fuera capaz de definirse a sí mismo, su nombre, en este caso le sirvió para hacerlo:

“Por ello, la única definición posible, es tan sólo la que él mismo, jugando con su apellido, ofreció a un periodista: “Salid de la jaula, poco importa en la que se esté”. La voz de Cage sería entonces aquella que en su resonar quiere quebrar los muros que delimitan un espacio, cualquier espacio, para mostrar que esos muros se construyen con ideas, con valores, con prejuicios. Unos muros que contribuyen a fragmentar la experiencia y a reconducirla haciéndola recorrer los cauces del pensamiento. Y de entre esos muros, serán los que limitan el ámbito musical los que tensarán aquí el oído.”

Ese pensamiento “fuera de la jaula” (muy de moda actualmente con ese “think out of the box” equivalente) lo aplicó a lo musical en una primera instancia; salir de lo establecido supone atender a la música en sí misma, no en cuanto a las relaciones que tiene una nota con otra sino a lo que es el fenómeno musical en sí mismo:

“En el solfeo se expone la relación entre los sonidos, se enseñan las notas, la clave en la que deben ser entonadas, el compás… Se aprenden los protocolos que hacen del sonido una nota, pero no se atiende al sonido mismo. Insertado en una clave y un tono determinados, el sonido cobra sentido en función del intervalo que lo separa del resto de los sonidos y lo circunscribe a un espacio musical determinado. Es en ese espacio por recorrer, declarará Cage, donde el pensamiento olvida el sonido en sí, fuera de esa relación. La música se convierte en una artificio mental  que reviste el sonido y que impide oírlo sin mediaciones.”

Es fácilmente comprensible entonces que expusiera sus tres convicciones en su conferencia de 1937 “The future of Music: Credo”, postulados de su porvenir:

“En ella el compositor expone tres convicciones: 

1.La música es organización del sonido.

2.La organización del sonido incluirá el ruido y, con él, toda la música de percusión.

3.La organización del sonido se realizará también en centros de música experimental donde se producirá música sintética. 

La definición de música ofrecida amplía la categoría de lo musical al aplicarse a todo tipo de organización sonora y no solamente a las organizaciones que corresponden a unas épocas determinadas de la historia.”

Su filosofía, heredera del budismo Zen, derivaría entonces en su defensa de un renacimiento, una interpretación distinta cada vez que se haga, no por repetición de algo, sino porque nada está establecido, cada vez que se interpretara sería única al derrocar todos los artificios establecidos (como el solfeo):

“[…] debe vivir el instante sin crear el intervalo de tiempo, la distancia que lo conduciría a la enunciación de un juicio de valor. En la vivencia del instante el hombre se encontrará en lo que el músico denomina el eterno renacimiento, un renacer exento de identidad. Un renacimiento en el que la partícula “re” no se refiere a nada anterior, un nacer cada vez en y con la experiencia. […] El yo se hace así cambiante, disgregándose en una experiencia que no puede, ni quiere ser delimitada. Emergerá entonces lo que Cage, en sintonía con el budismo zen, denomina el Sí mismo.”

La consecuencia directa de todas sus ideas es la génesis de lo que denominó “armonía horizontal” como se indica en este texto:

“Todos los elementos puestos en obra: su experiencia silenciosa, la crítica al antropocentrismo, la entrada del azar y el budismo zen confluyen en lo que será la postulación de una armonía horizontal que podría ser la propia del caos, de esa visión igualitaria que conduce a situar todas las cosas en el centro. Una armonía que se aleja de aquella otra fundada en las relaciones de alturas y para la que Cage, a decir de Schoenberg, estaba negado. Después de golpear repetidamente el muro de esa armonía, Cage encuentra la armonía horizontal.”

Esta nueva forma de entender la armonía, que nace del caos, tiene como centro de su espectáculo, como marco en el que realizarlo, el “happening”, la indeterminación es la base de dicho “happening”, la intencionalidad es la amenaza a esta experiencia:

“El happening presenta multiplicidad de acontecimientos, de centros que no se obstruyen, ya que ninguno pretende imponer un sentido que domine. Lo que posibilita que un happening funcione, según Cage, es la indeterminación, la no-intencionalidad. Si hay intencionalidad es como si hubiera un texto, no puede darse la interpenetración de centros y se cae de nuevo en el establecimiento de límites entre arte y vida.”

Comprendida su forma de entender la música, Carmen se centra en la escucha de dicho fenómeno, es la escucha oblicua, exigente, la única forma en que puede afrontarla el oyente, esta experiencia nos saca de nuestro intervalo de comodidad y es muy exigente; Cage propugnaba que olvidáramos nuestra parte racional para entrar en la propia experiencia musical sin reglas establecidas:

“La referencia a la escucha oblicua tiene por objeto designar esta transformación del oído que Cage propugnaba. El término oblicuidad indicará esa forma en la que la escucha atraviesa el sonido y su representación. Consiste en un escuchar a través del sonido, y no de las ideas, para percibir que el sonido nunca cesa. Por eso, la escucha oblicua surge de la modificación de un oído que estaba dormido en los parajes del pensar. Este espacio intermedio se hace posible gracias al vacío extendido por Cage, pero está poblado tanto de ideas como de vacío que se avienen en perfecta consonancia.”

Nadie dijo que fuera fácil entrar en ello; se “requiere disciplina, aceptación” es, para Cage, “la oblicuidad ” “la forma más alta de responsabilidad ante uno mismo”:

[…] lo que se escucha a través de un fragmento de música es el sonido en cuanto sintiente, es la propia experiencia sonora aconteciendo. Se deja oír el grano de la música, su inserción en la vida, el grado cero que el músico reclama. Esta escucha, que se podría denominar de superficie, requiere disciplina, la aceptación, la oblicuidad podría constituirse en la forma más alta de responsabilidad ante uno mismo. Es una responsabilidad atravesada por la irresponsabilidad.”

Complejo acercamiento al gran John Cage el que realiza Carmen Pardo en esta obra y que, como de costumbre, nos trae con gran felicidad Sexto Piso. Muy recomendable para todos los grandes amantes de su figura así como de este siglo XX que nos trajo tantos retos tanto en lo musical como en lo literario.

Resumen Diciembre 2014. Grandísimo colofón

Menuda forma de terminar el año. Diciembre fue un mes excelente por las lecturas escogidas. Empezó con Gaddis y acabó con Coover, pasando por Rohan O’Grady, Allie Brosh o “American Noir”. Todos ellos incluidos en mi top del año por méritos propios, por su calidad. Fue difícil llegar al reto que me había propuesto, porque la lectura de “La hoguera pública” estuvo marcada por su complejidad… ¡se reducía mi capacidad lectora a la mitad! Pero vaya lectura. Un mes, como de costumbre, muy variado y de buen nivel, con alguna pequeña decepción. El resumen, a continuación:

“Hipérbole y media” de Allie Brosh, entró con pleno derecho en el top del año la recopilación de posts del blog de la autora. Una mezcla irresistible de buen humor, estética inocente y tragicomedia.

“Los reconocimientos” de William Gaddis, una obra para nada redonda pero, sin embargo, una obra maestra en su irregularidad y pretensiones. Obra clave para entender el postmodernismo literario norteamericano.

“Nobles y rebeldes” de Jessica Mitford, por falta de tiempo no me pude extender en una reseña, sin embargo, no quiero dejar pasar la oportunidad de recomendar este libro; la hermana de Nancy  ofrece un ensayo autobiográfico al que no le falta diversión y un fresco inolvidable de su familia y la época histórica que vivió.

“El gran mínimo” de G. K. Chesterton, como ya comenté, no es la mejor obra para conocer al gran Chesterton, pero sí que es una manera de complementar su obra para los que ya estamos rendidos al orondo escritor británico.

“Pero…¿quién mató a Harry?” de Jack Trevor Story, tampoco hice reseña, no porque no lo mereciera sino por falta de tiempo. Una comedia negra que, a pesar de llevar un chiste hasta la extenuación sorprendentemente funciona.

“Las cinco máquinas simples” de Todd McEwen, Automática intentó repetir el éxito de su maravillosa “Boston” con esta recopilación de cuentos sexuales del autor. Desafortunadamente, está lejos de aquel, se deja leer pero no embriaga para nada. Prescindible.

“Matemos al tío” de Rohan O’Grady, una verdadera delicia que me sorprende que no haya aparecido en ninguna lista del año. Así están las cosas.

“La escucha oblicua, una invitación a John Cage” de Carmen Pardo, espléndido intento de explicar la figura del polémico Cage. En breve aparecerá reseña por aquí.

“Un impulso criminal”  de P.D. James, la segunda novela de su detective Dalgliesh es, como de costumbre, un gran ejemplo de las virtudes por las que destacó la inglesa.

“Ananda:108 poemas Zen” de Ko Un, qué lástima que no podamos ver más poesía del surcoreano por estos lares, todavía espero que gane el Nobel y se produzca el milagro.

“Los papeles de Mudfog” de Charles Dickens, uno de esos libros al que completistas como yo no nos podemos resistir a pesar de la desigual propuesta.

“American Noir” de varios autores, edición de James Ellroy y Otto Penzler, imprescindible selección de relatos negros con varios autores que han engrandecido el género.

“El nadador en el mar secreto” de William Kotzwinkle, me temo que no entré demasiado bien con él. Donde algunos ven sutileza yo veo torpeza a la hora de extender la metáfora en la que se basa y abuso del sentimentalismo como herramienta para empatizar con el lector. Me consta que muchas personas que lo están disfrutando, yo no lo he hecho.

“Viaje a Rusia” de Stefan Zweig, anecdótico viaje del escritor austriaco que tampoco pasará a la historia por su calidad.

“La hoguera pública” de Robert Coover, el último libro del año fue, sin lugar a dudas, una obra maestra. Y entra en ese panteón de los mejores libros que he leído. Intentaré en unos días escribir algo más largo sobre esta obra capital

No puede faltar, como de costumbre, una foto de las últimas adquisiciones de la biblioteca.

Últimas compras

Como ya adelanté en este post  intentaré hacer una previsión de lecturas del mes, sobre todo para centrarme en las lecturas que me interesan más allá de cantidad. Las elegidas del mes de enero son las siguientes:

Lecturas_Enero Este mes he cogido varios de los que tenía pendientes del mes anterior como es el caso de los de King, Dickie, PD James, etc… y los he complementado con los del siguiente mes donde he puesto una muestra de literatura japonesa y alguno de mi proyecto como Dickens, Oates o Nooteboom. Claro que, al final, me he dado cuenta de que son más de los quince que tenía previstos. Es probable que no acabe con todos. Pero quiero ver hasta dónde va el asunto.

Lo que sí tengo claro es que son muy disfrutables y no me saldría de lo previsto cumpliendo con mi proyecto y con los objetivos de principios de año.

Ya os contaré qué tal va la cosa y cómo avanzo.

“Viaje a Rusia” de Stefan Zweig. Travesía anecdótica

Viaje-a-Rusia-250x369“Viaje a Rusia” es más anecdótico que otra cosa. No pienso engañar a nadie, no tenemos aquí al mejor Zweig, pero no es una lectura desdeñable. Hay reflexión e, indudablemente, lo que más se perfila es la figura del propio austriaco. Es una manera de conocer aún más a la persona, ya que, alejado de su estilo habitual, opta por un estilo más directo de lo acostumbrado, más allá del virtuosismo, abogando por la claridad de la exposición. Es una manera de conocer al autor más que a su obra.

Solo hay que comprobar sus reticencias a viajar a la Unión Soviética, consecuencia de los miedos del propio autor a una situación europea altamente inestable; será la figura de Tolstoi en forma de homenaje el que le animará a dicha travesía:

“[…] no me acababa de decidir a viajar a la Unión Soviética”, escribió años después Zweig en su autobiografía, “El mundo de ayer” […] La ocasión llegó con ese homenaje a Tolstoi, exento a priori de partidismo y ajeno a la política. Zweig se trasladó a Moscú sin ánimo alguno de elaborar juicios, antes al contrario, sólo con la intención de observar. Y lo hizo, no sin desconcierto, maravilla y alguna sospecha, y sabiendo en todo momento que tan breve visita no podía fundamentar impresiones que aspiraban a tener validez objetiva”

Sus dudas se resuelven una vez está allí, está claro que el cruce de culturas es tan impactante que no puede evitar sentirse en un mundo diferente al que está viviendo habitualmente, hay aquí un rejuvenecimiento del autor, subyugado por Rusia y sus encantos:

“¿Qué otro viaje puede hacerse hoy que sea más interesante y fascinante, más enriquecedor y apasionante, que una visita a Rusia? […]  Cada encuentro, cada conversación, cada trozo de ciudad suscita en nosotros mil preguntas, nuevas curiosidades sobre el pensar y el vivir en este mundo inédito; y sin cesar va y viene uno del entusiasmo a la duda, y del asombro a la vacilación. Y cada hora tiene aquí un contenido tan denso y apretado, que con sólo diez días de estar en Rusia podría escribirse un voluminoso libro acerca de este país.”

Encantos que tienen que ver con lo cultural inevitablemente, el trato a los museos diferencia, en este caso, la sensibilidad de los rusos sobre todo si se compara con los franceses:

“El flujo de visitantes es incesante: soldados, campesinos, mujeres del pueblo llano que aún hace diez años ignoraban lo que fuera un museo. Todos recorren ahora las salas con devoción. Conmueve verles avanzar sobre el parquet, con sus altas y pesadas botas, con prudencia y respeto, y comprobar con cuanta deferencia, con cuanta ansia de aprender, conducidos por benévolos guías, se detienen en grupos ante las obras de arte. Es este motivo de orgullo de los directores de los museos, de los dirigentes y de todo el pueblo: a diferencia de la Revolución francesa, que destruyó no pocos tesoros arrasando iglesias, la Revolución rusa (aunque más dura y radical que aquella) no destruyó ninguna obra maestra.”

Tostoi es prácticamente el álter ego para Zweig, la visita a su habitación le ayuda a descubrir al autor ruso, su persona; para nosotros, como lectores, la figura de Tolstoi sirve para dibujar aún más rasgos de la personalidad del escritor austriaco:

“Y en la habitación de trabajo –que ningún escritor europeo reservaría hoy para sus sirvientes-, todavía se ve, clavado en la pared, el gancho al que Tolstoi, durante el año de su crisis, pensó ahorcarse.  Y lleno de veneración contempla uno la famosa escalera por la que Tostoi, el viejo escritor de ochenta y tres años, descendió un amanecer, a las cuatro de la mañana, hasta la cuadra, para huir a caballo de su pueblo y de su familia e irse en busca de la muerte. Y aquí se respira la historia, tan densa y apasionante, de su vida, y el recuerdo de su obra da a todas estas pequeñas cosas de su hogar una calidad emocional que nos llega a lo más hondo del alma.”

Zweig toma partido por los rusos y alienta a olvidar “lo político” en favor de “lo humano” gracias al desarrollo intelectual que considera cargado de vitalidad:

“Cuando un pueblo viene padeciendo tantos sufrimientos y acepta con semejante heroísmo tantos sacrificios por amor a una idea, me parece más importante incitar a admirar el aspecto humano que tomar posición política. Además, ante tamaña vitalidad intelectual, la humilde posición del testigo me resulta más honesta que la demasiado temeraria de juez.”

La obra de Gorki, nos desvela, es la llave para entender el sentir del pueblo ruso:

“El que conoce la obra de Gorki, conoce el pueblo ruso de hoy y en él la miseria y privación de todos los oprimidos; sabe con el alma que participa de ellos, por su sentimiento último, más raro y apasionado, lo mismo que por su miserable existencia cotidiana: todos sus tormentos y pruebas de los años de transición podemos conocerlos de forma más turbadora que en cualesquiera otros en los libros de Gorki.” 

Lo bonito de completar la obra de un autor es descubrir facetas pequeñas que pueden llegar a ser grandes. Este texto corrobora esa sensación. En lo pequeño se descubre lo grande de un autor, en muchas ocasiones.

Los textos provienen de la traducción de Sequitur para “Viaje a Rusia” de Stefan Zweig

“Los papeles de Mudfog” de Charles Dickens. Curiosidades dickensianas

Papeles de MudfogEs mi afán completista, con todo lo que tiene que ver con Dickens, lo que me lleva a comprar todo lo que sale relacionado con él. Tal es el caso de “Los papeles de Mudfog” donde Periférica reúne siete relatos de etapas primerizas del autor, cuando escribía bajo el seudónimo de Boz; en el postfacio de la traductora Ángeles de los Santos podemos aclarar el origen de dichos textos:

“Los textos recogidos en este volumen fueron publicados originalmente en la revista literaria Bentley’s Miscellany entre enero de 1837 y febrero de 1839, período en el que el propio Dickens, que todavía firmaba con el seudónimo Boz, fue editor de la revista. Estas historias no se recopilaron y publicaron como libro hasta 1880, diez años después de la muerte del autor, y constituyen una de las obras menos conocidas y menos estudiadas de Charles Dickens, incluso en el Reino Unido. Probablemente quedaron para siempre en segundo plano debido a que coincidieron en el tiempo con “Oliver Twist”, que fue recibida desde el principio con gran interés.”

Realmente solo tres de los textos son referidos a Mudfog (“La vida pública del señor Tulrumble, en otro tiempo alcalde de Mudfog” e “Informe completo de la primera (y segunda) reunión de la Sociedad Mudfog para el Avance de Todo”). En los cuatro restantes sobresalen dos: “La pantomima de la vida” y “Epístola familiar de un padre a su hijo de dos años y dos meses”. Los últimos textos, mucho peores (“Detalles referentes a un león” y “Roberto Bolton, el caballero con contactos en la prensa”) complementan un volumen ciertamente irregular.

El postfacio, bien ubicado en este caso, ya que desvela detalles de trama, en su análisis resalta dos ideas que me parecen muy interesantes para afrontar este volumen de relatos. En primer lugar, la presencia de las características esenciales de la obra del autor británico:

“Por otra parte los textos aquí recogidos anuncian los temas y las claves que seguirán apareciendo y desarrollándose en las posteriores obras de Dickens, y que definen su estilo: de un lado, el compromiso social, la preocupación por los desfavorecidos y la crítica a las instituciones; de otro, el talento para la caracterización de personajes, la capacidad de observación de la realidad, la ironía, el sentido del humor, la tendencia a la exageración y al “surrealismo”, la utilización de elementos autobiográficos, la presencia de la ciudad de Londres como un personaje más, etc.”

Especialmente reseñables son estas características en los tres primeros relatos, los relativos a Mudfog, por ejemplo, al describir la ciudad, hay aquí como alguien más ha comentado, ecos del Dickens “pickwickiano”, el creador efervescente con descripciones muy vivas y cargadas de buen humor tanto a la hora de definir la ciudad como para pintar personajes:

“Mudfog es un lugar saludable –muy saludable-, húmedo quizás, pero no peor por ello. Es un error suponer que la humedad es malsana: las plantas crecen muy bien en lugares húmedos, ¿por qué no habría de ser igual para las personas? Los habitantes de Mudfog son unánimes al afirmar que no hay mejor raza de personas sobre la faz de la tierra. Ahí tenemos una refutación, irrebatible y veraz al mismo tiempo, del error común. Así que, admitiendo que Mudfog es húmeda, afirmamos categóricamente que es saludable.”

“Consideramos el ayuntamiento uno de los mejores ejemplos que existen de arquitectura de establo: es una combinación de los estilos pocilga y granja, y la simplicidad de su diseño es de una belleza incomparable.”

La descripción de Ned Nariz de Botella entraría de lleno en este Dickens efervescente:

“Se emborrachaba por encima de la media una vez al día, y se arrepentía más o menos al mismo nivel una vez al mes. Y cuando se arrepentía estaba invariablemente en la última etapa de una borrachera llorosa. Era un tipo andrajoso, errabundo, protestón, con tendencia al alboroto, agudo y listo, y era capaz de trabajar cuando le apetecía. En absoluto se oponía al trabajo duro por principios, porque podía trabajar sin descanso en un partido de cricket durante un día entero, corriendo y atrapando y bateando y lanzando y disfrutando con un esfuerzo que dejaría exhausto a un galeote. Habría tenido un valor incalculable para un parque de bomberos: nunca hubo un hombre con tal gusto natural por una bomba de agua, por subir escaleras corriendo y por tirar muebles por la ventana de un segundo piso; ni era este el único elemento en el que se sentía a sus anchas.”

La segunda idea del postfacio tiene que ver con algo particularizado a estos relatos:

“Estos informes de la Sociedad Mudfog reflejan especialmente un rasgo fundamental de la época anteriormente citado: los continuos avances tecnológicos, científicos e industriales. […] Dickens, atento observador y cronista de su mundo, refleja igualmente en su parodia la inseguridad y la inquietud por los cambios que dichos avances traían consigo.”

De hecho, Dickens, adelantado a su tiempo, es capaz de crear un proto-steampunk patente en los dos informes de la sociedad Mudfog donde la mezcla de lo victoriano con los inventos resulta ocurrente e inspirada:

“El pasado mes de octubre nos otorgamos el inmortal honor de reflejar, a un coste enorme y con unos esfuerzos sin precedente en la historia del periodismo, los actos de la Sociedad Mudfog para el Avance de Todo, que en este mes celebró su primera gran reunión anual para maravilla y deleite de todo el imperio.”

El único relato al nivel de los tres ambientados en Mudfog es el que lleva por título “La pantomima de la vida” y nos traen de nuevo al mejor Dickens con su identificación de los payasos y la vida:

“Sí, el gran parecido que hay entre los payasos del escenario y los de la vida real es, en verdad, extraordinario. Mucha gente suspira al hablar del declive de la pantomima y murmuran con tono triste y sombrío el nombre de Grimaldi. No pretendemos despreciar a ese honorable y excelente caballero cuando decimos que esto es una verdadera tontería. Los payasos que superan con creces a Grimaldi surgen cada día, y nadie los patrocina. ¡Es una pena!”

A pesar de su irregularidad, esta recopilación de cuentos reúne trazas del talento de Dickens y solo por ellas vale la pena, aunque, ciertamente, estaríamos hablando de una obra que está más dirigida a completistas de su obra. Como conclusión os dejo con el final del cuento que acabo de mencionar donde utiliza al ”bardo” como inspiración parafraseando unos versos de “As you like it”:

“Un caballero, no del todo desconocido como poeta dramático, escribió hace dos o tres años: “El mundo es un escenario/y los hombres y mujeres meros actores”, y nosotros, siguiendo sus huellas a una pequeña distancia que no merece la pena mencionar, de unos cuantos millones de leguas, nos aventuramos a añadir, a modo de nueva lectura, que el poeta se refería a una pantomima y que todos somos actores en la pantomima de la vida.”

En efecto, todos somos actores en esta pantomima que es la vida.

Los textos provienen de la traducción de Ángeles de los Santos de “Los papeles de Mudfog” de Charles Dickens en Periférica

Mis estadísticas del 2014. Propósitos 2015

Los números sirven, con su frialdad, para poner en perspectiva. Ese es el objetivo de este post: complementar la visión cualitativa que ya comenté en Mis libros favoritos del 2014.

barkEn el 2014 he batido mi récord, he llegado a 200 libros…  superando los 171 del anterior. Han supuesto un total de 55746 páginas que son más que las 50195 del año anterior.  Este número de páginas supone que:

1º El libro medio tenía 278,73 páginas; sin embargo, en el 2013 fue de 295 páginas aproximadamente, ha habido una cierta disminución totalmente lógica por una cuestión que comentaré al hilo de propósitos.

2º Teniendo en cuenta los 12 meses del año, la media de libros mensual ha sido de casi 17 (lo que supone unas 4645 páginas mensuales)

3º Si dividimos el año en 52 semanas, compruebo de esta manera que he leído, de media, casi cuatro libros por semana (1072 páginas) por semana.

El “mamotreto” del año fue Gaddis y sus “Reconocimientos” con 1376 páginas.

En cuanto a la lista de libros ha sido la que pongo al final del post,  muchísima variedad de autores este año, los únicos de los que he leído tres libros o más son en orden de mayor a menor: Charles Dickens (7), Stephen King (6), Jim Thompson y Rick Riordan (5), Lawrence Block (4), Jim Butcher, Harry Houdini y Joyce Carol Oates (3).

Esto significa que mi proyecto a tres años, que lo he alargado a cuatro, ha avanzado poco… En cuanto a la famosa distinción de hombres y mujeres, de estas últimas han caído 42 libros, lo que supone un 21% de libros de mujeres. En inglés, ha habido 10, sólo un 5% sobre el total. Y las nacionalidades, ha habido de todo.

Las consecuencias de estos números son más importantes de lo que parecen, saco estas reflexiones:

-He llegado a un límite de compromiso entre lo que puedes leer sin que perjudique la calidad de lo que lees. En mi caso, leer más podría ser contraproducente. Sobre todo porque en la parte final condicionaba el tipo de lectura para conseguir esa cantidad que tenía en Goodreads. La cantidad no debe ser el criterio de selección de lecturas sino el gusto, el disfrute por encima de todo, o los intereses que tengas.

-Me he centrado tanto en las lecturas nuevas que he olvidado demasiado mi proyecto de lecturas, que he escogido porque son los autores que más me gustan.

-He leído poco en inglés. Muy poco.

Por ello, este año he bajado mi reto de cantidad a algo más cómodo (180) y me voy a centrar en dos temas primordiales:

-Mi proyecto.

-Lecturas de género (negro, terror, ciencia ficción…)

Y para conseguirlo voy a cambiar la forma de elegir las lecturas, todos los meses pondré una foto de las lecturas que he elegido para el mes que viene y donde la mitad de ellas serán seguro, referentes a mi proyecto. El resto serán de género, inglés, etc…

Es la única manera de asegurar lecturas. Cierto que se vuelve un poco programático… pero avanzaré las lecturas del proyecto y deja margen para añadiduras varias. No sé cómo saldrá el experimento.

Y para acabar, la lista…. Que ya toca…

Jacques Abeille

Los jardines estatuarios

 

Edmond About

La nariz de un notario

 

Ryunosuke Akutagawa  (y otros)

Antología de relatos japoneses

 

Nina Allan

Máquinas del tiempo

 

Martin Amis

Lionel Asbo: El estado de Inglaterra

 

Sherwood Anderson

Muerte en el bosque

 

Freddy Arteaga Canessa

Un Zombi ilustrado y otras anomalías

 

Daniel Ausente

Mentiré si es necesario

Mataré a vuestros muertos

 

John Banville

El mar

 

Leigh Bardugo

Sombra y hueso

 

Julian Barnes

Niveles de vida

 

Bruce Bégout

Le park

 

Ambrose Bierce

El clan de los parricidas y otras historias macabras

 

Lawrence Block

Cuchillada en la oscuridad

Cuanto el antro sagrado cierra

Un baile en el matadero

Caminando entre tumbas

 

Arturo Borja

Los entusiastas

 

Alan Bradley

Flavia de luce y el misterio de la gitana

 

Allie Brosh

Hipérbole y Media

 

Fredric Brown

La noche a través del espejo

 

Mijail Bulgákov

El maestro y Margarita

 

Edward Bunker

Huida del corredor de la muerte

 

Jim Butcher

La tumba

El caballero

Máscaras de muerte

 

Angela Carter

La cámara sangrienta

 

Noel Ceballos

La escuela nocturna

 

Gilbert Keith Chesterton

El gran mínimo (inglés)

 

Lincoln Child, Douglas Preston

Fuego Blanco

 

Inger Christensen

Alfabeto

 

Ann Cleeves

Una trampa para cuervos

 

Eoin Colfer

El ultimo guardián

 

J.M Coetzee

La infancia de Jesús

Vida y época de Michael K

 

Robert Coover

La hoguera pública

 

Edmund Crispin

Trabajos de amor ensangrentados

 

Roger Crowley

Imperios del mar

 

Don Delillo

Jugadores

 

Emilio de Marchi

El sombrero del cura

 

E. M. Delafield

La dama de provincias prospera

 

Sergio De la Pava

Una singularidad desnuda

 

Charles Dickens

Relatos londinenses

Paseos nocturnos

Escenas de la vida de Londres por “Boz”

La navidad cuando dejamos de ser niños

La declaración de George Silverman

Estampas de caballeretes y de parejitas/Estampas de señoritas

Los papeles de Mudfog

 

Paula Daly

¿Y tú qué clase de madre eres?

 

Leonid Dobychin

La ciudad de N

 

Fiodor Dostoievski

La mujer de otro hombre y su marido debajo de la cama

Los hermanos Karamazov

 

Will Eisner

Contrato con Dios y otras historias de Nueva York

 

James Ellroy (y otros)

American Noir

 

Jeffrey Eugenides

La trama nupcial

 

Gillian Flynn

Heridas abiertas

 

C.S.Forester

Los perseguidos

 

David Foster Wallace

This is Water (inglés)

 

Matt Fraction

Ojo de Halcón 2: Pequeños aciertos

 

William Gaddis

Los reconocimientos

 

Enrique Gallud Jardiel

Historia estúpida de la literatura

 

Curtis Garland

El fantasma de Baker Street

 

Ángel Gil Cheza

El hombre que arreglaba las bicicletas

 

Francisco González Ledesma

El adoquín Azul

Rancho Drácula (como Silver Kane)

 

Sue Grafton

Kinsey y yo

 

Alexander Grin

El cazador de ratas

 

Jack Handey

The stench of Honolulu (ingles)

 

Chad Harbach

El arte de la defensa

 

Joe Hill

NOS4A2

 

Hugo Von Hofmannsthal

Carta de Lord Chandos

 

Harry Houdini

Sherlock Holmes contra Houdini (con sir Arthur Conan Doyle)

Traficantes de milagros y sus métodos

Valle-Inclán y el insólito caso del hombre con rayos X en los ojos (Con Grace Morales y Ramón Mayrata)

 

Bohumil Hrabal

Clases de baile para mayores

 

Víctor Hugo

Nuestra señora de París (vol 1)

Nuestra señora de París (vol2)

 

Jorge Ibargüengoitia

Maten el león

 

Eva Illouz

El futuro del alma

 

Henry James

Pandora

El comienzo de la madurez

 

P.D. James

Un impulso criminal

 

Paul Jenkins

Origen: Lobezno

 

Geoff Johns

La noche más oscura Omnibus

 

Nikolay Karanzim (y otros)

Rusia Gótica

 

Hannah Kent

Ritos funerarios

 

Stephen King

El ciclo del hombre lobo

The colorado Kid

Riding the bullet

El fugitivo

Carretera maldita

La larga marcha

 

Chuck Klosterman

I wear the black hat (inglés)

 

William Kotzwinkle

El nadador en el mar secreto

 

Ko Un

Ananda: 108 poemas Zen

 

Jhumpa Lahiri

La hondonada

 

Roque Larraquy

La comemadre

 

Maurice Leblanc (y otros)

Tras las huellas de Arsenio Lupin

 

Elmore Leonard

Mr Paradise

Yibuti

 

Nell Leyshon

Del color de la leche

 

Daniel Lipkowitz

Lego Star Wars: The Yoda Chronicles (ingles)

 

Rob Lloyd Jones

Wild boy

 

Diego López

Silencios de pánico: Historia del cine fantástico y de terror 1897-2010

 

H.P Lovecraft

El resucitador

 

Richard Matheson

Nacido de hombre y mujer (y otros relatos espeluznantes)

 

Ana María Matute

Pequeño Teatro

 

Ed McBain

El estafador

El traficante

 

Eimear McBride

A girl is a Half-formed Thing (ingles)

 

Cormac McCarthy

El guardián del vergel

 

James McCLure

Piel de serpiente

 

Ian McEwan

Operación Dulce

 

Todd McEwen

Las cinco máquinas simples

 

William McIllvaney

Laidlaw

 

Gretchen McNeil

Diez

 

Margaret MacMillan

1914: De la paz a la guerra

 

José-Carlos Mainer

Historia Mínima de la literatura española

 

Seicho Matsumoto

El expreso de Tokio

 

George Meredith

El general Ople y Lady Camper

 

Edmond Michotte

La visita de Wagner a Rossini

 

Jessica Mitford

Nobles y rebeldes

 

Charlotte Moberly

Una Aventura en el tiempo

 

Alan Moore

Miracleman 1: El sueño de volar

 

Lorrie Moore

Bark Stories (inglés)

 

Ian Morris

¿Por qué manda Occidente… por ahora?

 

John Mortimer

El regreso de Titmuss

 

Tasashea Nesbit

Las esposas de los álamos

 

Jo Nesbo

El doctor Proctor y el fin del mundo. O no

El leopardo

 

Chimamanda Ngozi Adichie

Americanah

 

David Nobbs

EL regreso de Reginald Perrin

 

Joyce Carol Oates

Un jardín de placeres terrenales

The fabulous beasts (inglés)

Zombie (inglés)

 

Rohan O’Grady

Matemos al tío

 

Okamoto Kido

Fantasmas y samuráis

 

Seumas O’Kelly

Al borde del camino

 

Carmen Pardo

La escucha oblicua

 

Stephen Pastis

Desastre total 2: Mira lo que has hecho

 

Carlos Pérez Merinero

Días de guardar

 

Inmaculada Pertusa Seva

Fundido en negro (varias escritoras)

 

Nic Pizzolatto

Galveston

 

Edgar Allan Poe (con Benjamin Lacombe)

Cuentos Macabros

 

Robert Polito

Arte salvaje: Una biografía de Jim Thompson

 

Patricio Pron

Nosotros caminamos en sueños

El libro tachado

 

Alexander Pushkin

Historias de Belkin

 

Louis Raemaekers

Historia en viñetas de la Gran Guerra

 

Marcel Reich-Ranicki

Sobre la crítica literaria

 

Arturo Reverter

Las 50 mejores arias de Verdi

 

Sofía Rhei

El joven Moriarty: El misterio del Dodo

El joven Moriarty y la planta carnívora

 

Rosa Ribas

La detective miope

 

Manfred von Richthofen

El avión rojo de combate

 

Rick Riordan

El ladrón del rayo

El mar de los monstruos

La maldición del titán

La batalla del laberinto

El último hérode el olimpo

 

Charles Rosen

Schoenberg

 

Philip Roth

Deudas y dolores

 

Carlos Salem

Muerto el Perro

 

Emilio J. Sales Dasí

Relatos hispánicos asombrosos y de terror

 

James Salter

La última noche

 

Mikel Santiago

La última noche en Tremore Beach

 

George Saunders

Pastoralia

 

Erwin Schrödinger

Candentes Cenizas

 

Peter Sís

El piloto y el principito

 

Lemony Snicket

¿Cuándo la vio por última vez?

 

Somerset Maugham

Collected Short Stories Vol. 1 (ingles)

 

Jean Stafford

Los niños se aburren los domingos

 

Anna Starobinets

La glándula de Ícaro

 

D. E. Stevenson

Las dos señoras Abott

 

Steve Stevenson

Asesinato en la Torre Eiffel

 

Igor Stravinski

Poética Musical

 

Jonathan Stroud

Agencia Lockwood

 

Matt Sumell

Hacer el bien

 

Jiro Taniguchi

Enemigo

 

Donna Tartt

El jilguero

 

Danielle Thiéry

Clavos en el corazón

 

Jim Thompson

El exterminio

Libertad Condicional

Aquí y ahora

Asesino burlón

La sangre de los King

 

Karin Tidbeck

Jagannath

 

Jack Trevor Story

Pero… ¿quién mató a Harry?

 

Ivan Turquenev

Primer Amor

 

Ana Useros

Cuentos de detectives victorianos

 

Kurt Vonnegut

Que levante mi mano quien crea en la telequinesis

 

Richard Wagner

Cartas sobre Luís II de Baviera y Bayreuth

 

Thornton Wilder

La cábala

 

Virginia Woolf

La fiesta de la señora Dalloway

¿Soy una Snob? ¿Qué regalar a una snob?

 

Guillermo Zapata

Una bala para Dios y otra para el Diablo

 

Stefan Zweig

Confusión de sentimientos

Viaje a Rusia

 

Mis lecturas favoritas del año 2014

Pasan los años y ya se está convirtiendo en una pequeña tradición realizar una selección con mis lecturas preferidas del año pasado. Os recuerdo que podéis consultar las de años anteriores en los siguientes enlaces.

Lecturas favoritas Año 2011.

Lecturas favoritas Año 2012.

Lecturas favoritas Año 2013.

Sinceramente, la utilidad de estas listas es la manera de hacer balance personal del año, sirven para valorar lo que he leído de manera cualitativa y junto con el post que suelo hacer con las estadísticas, complemento cuantitativamente esta información. Me consta que a varios lectores les sirven para prever posibles lecturas (o no), pero, sinceramente, no es el objetivo, lo hago porque me apetece a mí, como todo lo que aparece en este blog.

Los criterios son los mismos del resto de años pero los voy a resumir de manera esquemática:

-Hago la lista sobre libros publicados o reeditados en el 2014. Ni mucho menos me leo todo (ni nadie lo hace) y tengo mayor afinidad por libros de editoriales pequeñas independientes que por las grandes monopolizadoras (esta afinidad tiene que ver con leer antes un libro que otro), aun así podréis comprobar que hay de todas. Otros años introducía un libro de otro año pero este año, habiendo varias reediciones, no lo creo necesario.

-El número de libros varía de un año a otro, no pongo límites, este año han caído veinte, eso lo adelanto ya.

-El orden en el que aparecen es cronológico, desde principios de año hasta las últimas lecturas, no asigno posiciones, son mis libros favoritos sin más.

-No hay restricciones en cuanto al género escogido ni la temática.

Lo más importante: el criterio de elección es mi gusto personal, aparecen los libros con los que más he disfrutado (por los motivos que sean) y, por lo que he estado observando en otras listas, no suelen coincidir con la mayoría de ellas.

-Ah, NO MENOS IMPORTANTE, los he leído todos.

lepark_grandePasemos entonces a la lista en cuestión:

“Le park” Bruce Bégout, empezó el año inmejorablemente con esta novela del filósofo Bruce Bégout y que editó con mucho gusto Siberia; un parque de atracciones terrorífico por sus implicaciones y, quizá, porque está más presente en la realidad de lo que creemos. Muy poco se ha hablado de esta pequeña maravilla.

 

la-noche-a-traves-el-espejo-9788415973225“La noche a través del espejo” de Fredric Brown, reedición de la obra maestra de Brown que nos trae Reino de Cordelia y que debería hacer las delicias de cualquier aficionado a la novela policíaca; seguro que no va a estar en ninguna lista del año pero esta mezcla de onirismo y realidad es sencillamente mágica.

 

nariznotario“La nariz de un notario” de Edmond About, otra reedición de la mano, en este caso, de Ginger Ape Books & Films, una sátira de la beau monde parisien que le sirve de vehículo para criticar las relaciones de clase e indagar en la reflexión sobre la construcción de la identidad de una persona como fin último.

 

la-camara-sangrienta“La cámara sangrienta” de Angela Carter, otra más, en este caso la de los cuentos de Angela Carter que toman como base los cuentos de hadas de Perrault y los subvierte de tal manera que se convierten en vehículos para la defensa de la mujer y el feminismo, en una lectura de género ciertamente imprescindible. Máxime si, además, tienes las magníficas ilustraciones de Alejandra Acosta.

 

relatos-hispanicos-asombrosos-y-de-terror-9788437632667“Relatos hispánicos asombrosos y de terror” edición de Emilio J. Sales,  “asombrosa” recopilación de relatos a cargo de Cátedra que nos descubre una faceta deliberadamente ignorada: los escritores clásicos españoles también escribían narraciones de género, y lo hacían muy bien.

 

cuentosvictorianos“Cuentos de detectives victorianos” edición de Ana Useros, selección primordial para entender la evolución histórica de las novelas de detectives desde sus inicios, antes incluso de “Los crímenes de la calle Morgue”, que era considerada fundacional. Espléndida edición a cargo de Alba.

 

americanah“Americanah” de Chimamanda Ngozi Adichie, deliciosa novela que era de lo mejor del Baileys prize (junto con la novela de Lahiri) y que ahonda en el papel de la mujer, su emancipación y lucha contra el patriarcado inherente además de exponer con mucho humor los problemas de una inmigrante nigeriana. Una gran novela que se convierte en un clásico casi instantáneo de narrativa contemporánea con multitud de matices de raza y género.

 

thompson_portada“Arte Salvaje. Una biografía de Jim Thompson” de Robert Polito, exhaustiva es la palabra que mejor define este ensayo de Robert Polito sobre el gran Jim Thompson, no creo que se pueda escribir más y mejor sobre la vida y obra del autor. Además, se me antoja muy acertado el análisis crítico de su obra. Un triunfo de Es Pop Ediciones, que trabaja cada obra como si fuera la última en una edición excelente.

 

NOS4A2_cover“NOS4A2” de Joe Hill, el hijo del señor King sigue demostrando libro a libro que puede hacer obras del nivel de su padre; en esta conjuga su amor por lo clásico y le añade los suficientes elementos modernos para crear una narración ciertamente fascinante sin caer en los tópicos habituales.

 

maestro_previa_corregida_rgb“El maestro y Margarita” de Mikhail Bulgákov, esta reedición del clásico ruso se convierte, por derecho propio en la edición definitiva de la obra de Bulgákov. La traducción de Marta Rebón y la edición de Nevsky en consonancia contribuyen a realzar aún más esta obra, ya imperecedera, con infinidad de matices y posibilidades.

 

Nacido de hombre“Nacido de hombre y mujer (y otros relatos espeluznantes)”  de Richard Matheson, parece mentira que, después de tantos años, tengamos el primer volumen de los relatos de Matheson. La espera ha valido la pena, Matheson entendía a la perfección el género y los artificios que sirven a ello.

 

Una-singularidad-desnuda“Una singularidad desnuda” de Sergio de la Pava, no se ha hablado suficiente de la primera excelente novela de Sergio de la Pava. El autor nos brinda una novela muy completa ahondando en una manera de hacer postmodernismo desde el humanismo y, encima, está cargada de buen humor. Es imposible que Casi, su protagonista, no te seduzca.

 

los-ninos-se-aburren-los-domingos-9788494236709“Los niños se aburren los domingos” de Jean Stafford, se acostumbra uno a que Sajalín Editores nos saque siempre alguna joya y claro, nuevamente este año, lo vuelven a hacer recuperando varios de los cuentos que hicieron famosa a la norteamericana y por los que ganó el Pulitzer en 1970. Cuentos que, enmarcados en el gótico sureño, nos traen a colación las penurias de ser mujer en una época como la que vivió la escritora y la forma en que reaccionó ante estas injusticias. Sencillamente necesarios.

 

Alfabeto2“Alfabeto” de Inger Christensen, Sexto piso inició su nueva colección poética de manera inmejorable. Este largo poema que sigue el abecedario y la serie de Fibonacci no se encorseta en una faja sino que ahonda en la libre composición y en la diversidad de estilos y temas. Una verdadera delicia poética.

 

comemadre 1“La comemadre” de Roque Larraquy,  dentro de su nueva colección “El cuarto de las maravillas” Turner nos ha traído esta pequeña rareza dentro de su “gabinete de curiosidades”; en esta obra no vas a encontrar algo habitual, tenlo por seguro, pero también ten en cuenta que vas a disfrutar de lo lindo.

 

Hiperbolemedia“Hipérbole y media” de Allie Brosh, hablando de rarezas… esta recopilación de entradas del blog de la inimitable Brosh se sale también de lo habitual y me vuelve loco con esta tragicomedia ilustrada cargada de humor negro.

 

losreconocimientos“Los reconocimientos” de William Gaddis, lo sé, Gaddis ya es un habitual, todos los años aparece por aquí. Pero ¿os habéis dado cuenta de qué primera novela se marcó? Ambición es una palabra que se queda corta para lo que intenta abarcar en esta novela fundacional. Un ochomil literario.

 

MatemosTío“Matemos al tío” de Rohan O’Grady, utilizar niños en una narración siempre es espinoso; en este caso lo es más por la forma de mezclarlos con una trama gótica, con elementos ciertamente perversos; pero el resultado es excepcional e inolvidable.

 

american-noir“American Noir” de varios autores, edición de Ellroy y Penzler, ¿de verdad hace falta que recomiende a alguien una recopilación de relatos de novela negra que incluye a Goodis, Ellroy, Oates, Leonard, etc.? Pues eso, si te gusta el género negro te apasionará. Si no te gusta, también. Qué buena colección de novela negra está montando Navona.

 

Hoguera_Cubierta“La hoguera pública” de Robert Coover, a pesar de su dificultad a todos los niveles, este es uno de los mayores acontecimientos literarios del años,  José Luís Amores lo ha vuelto a hacer con su humilde “Pálido Fuego”, esta vez para traernos la obra maestra del autor y una de las obras claves de la literatura contemporánea norteamericana.

 

Termino, agradeciendo, como siempre a los lectores de este blog su presencia y sus lecturas. No os cortéis en opinar sobre esta extensa lista y aportar vuestras lecturas favoritas.

 

Ah… y ¡Feliz año 2015 cargado de lecturas!