Fringe… y llegamos al final

Este año no nos tendremos que preocupar por su cancelación como en años anteriores, estamos en la última temporada de Fringe, los últimos trece episodios que terminarán en febrero del año que viene.

Y este es uno de los trailers que presentan esta temporada final:

La serie de ciencia ficción se estrenó en el año 2008 y era una creación del omnipresente JJ Abrams, Alex Kurtzman y Roberto Orci. Los protagonistas, Olivia Dunham (Anna Torv), Peter Bishop (Joshua Jackson)  y Walter Bishop (John Noble) formaban parte de una unidad especial del FBI, la “Fringe Division”, que se encargaba de estudiar fenómenos extraños, a veces incluso terroríficos y que se trataban de resolver gracias a las ocurrencias del gran Walter, basadas en sus experiencias pseudo-científicas practicadas en el pasado con su amigo William Bell (Leonard Nimoy).

En sus primeros capítulos no se salió de lo que era un simple procedimental, en este caso, un “monster of the week”, con mayor o menor inspiración, pero ciertamente repetitivo; esto supuso, sin dudarlo una dificultad a la hora de obtener audiencia, ya que recordaba poderosamente a “Expediente X” o “The Twilight Zone”. Pero según avanzaba la temporada empezó a desarrollarse una trama general que es la que iba a vertebrar la serie, dando explicación, a su manera, a todos estos casos extraños. A pesar de lo sosos que pudieran ser los protagonistas en esos principios, Walter en la figura del gran John Noble, ponía siempre una nota cómica, un misterio a cada enigma que resolvía y un aire a científico loco que, a los grandes seguidores de la ciencia ficción nos colmaba; si a eso le sumábamos la aparición de universos paralelos y líneas alternativas en el tiempo, la serie se convertía en algo muy distinto a lo esperado y desde luego se transformó en una de las series que valía más la pena seguir.

La aparición de las contrapartidas de los personajes en otro universo paralelo sirvió, además, para enriquecer la serie en muchos aspectos y hacer crecer a los protagonistas, al menos en el caso de Anna Torv y, cómo no, John Noble; en el caso de la primera especialmente, esta evolución fue evidente y la hizo madurar como actriz coincidiendo con el mejor momento, en mi opinión, de toda la serie.

Al mismo tiempo que se desencadenaban estos eventos, las audiencias iban cayendo estrepitosamente, y esto se debía esencialmente a una serie de motivos que paso a intentar desgranar:

-La mayoría de la gente estaba más interesada en la trama general que en los capítulos autoconclusivos, quería saber cómo avanzaba; el cambio de “intros”, muy original, servía para saber en qué universo, o en qué tiempo se iba a desarrollar la acción y siempre infundía unas expectativas que, a veces, no se veían satisfechas; esto no quita para que hubiera capítulos individuales excepcionales.

-El tener que hacer temporadas tan largas, siempre de 22 episodios o más, originaba unos altibajos tremendos, la serie era muy irregular, hubo gente que ya la había visto que recomendaba a otros que vieran 10 capítulos porque con esos ya sería suficiente para seguir con la trama principal, que era la verdaderamente interesante. Temporadas de trece episodios o menos le habrían sentado estupendamente en mi opinión.

-Tras el interesante final de tercera temporada, la premisa resultante no sólo tardó muchísimo en utilizarse sino que se centraron, inevitablemente, en la resolución de la relación de la pareja formada por Peter y Olivia; olvidando de manera inexplicable la trama principal que se desarrolló, como de costumbre en los cuatro últimos episodios. Esto hizo que perdieran los últimos seguidores de ciencia ficción que quedaban y que permanecieran más mujeres, fieles a este tipo de tramas.

Y con esto, ya sabiendo que era casi imposible que les renovasen, acabaron la cuarta temporada de una manera más o menos razonable, habida cuenta de lo que les quedaba. Muchas promesas resultaron ser, ciertamente, en poca cosa. Una última temporada desperdiciada y con un último tirón de genialidad en el capítulo 19 “Letters of transit” en el que planteaban una huida hacia delante, un flashforward hacia un mundo dixtópico y dominado por los observadores.

Sorprendentemente esto hizo que consiguieran una temporada más corta de 13 episodios, pero a modo de epílogo, la temporada terminó el año pasado; tomarían de referencia ese capítulo y lo utilizarían como elemento de partida; no puedo negar que la idea me gusta, y les da la oportunidad de concentrarse en la trama y olvidarse de episodios autoconclusivos; la pregunta es, ¿conseguirán interesarnos?. Tengo dudas muy fundamentadas de que lo consigan pero también es cierto, que aún guardo una pequeña esperanza. Habrá que ver cómo desarrollan los acontecimientos.

No quiero, de todos modos, dejar de mencionar los grandes momentos vividos, sobre todo entre el final de la segunda y el principio de la tercera,: mundos alternativos, líneas temporales, exploraciones de la identidad; todo era posible, todo era disfrutable y maravillaba, hacía pasar grandes momentos; pase lo que pase, Fringe se habrá convertido ya en un entretenimiento excelente.