Siempre a vueltas con el terror

Hacía tanto tiempo que ni recordaba la última vez que fui al cine a ver específicamente una película de terror; me da la impresión de que alguna vez lo hice con mi madre, cuando estaba soltero en las sesiones de cine en las que aprovechábamos los días de espectador. Eso se me antoja una cantidad desorbitada de tiempo.

El pasado sábado me regalaron una entrada para ir a ver de estreno la sexta entrega de una de mis sagas favoritas: Scream. Tenía un poco de miedo, la quinta fue un intento de revitalizar la saga que se quedó a medias en prácticamente todo (a pesar de su éxito comercial). Afortunadamente fue un acierto mayúsculo, es mucho mejor que la quinta y pone la base para continuar en siguientes entregas. Destacaría lo siguiente como hechos que dan optimismo al respecto:

-La combinación de las dos hermanas (Jenna Ortega y Melisa Barrera) como Final Girls funciona, tiene química y sirve para tener dos tipos distintos de ellas (con la posibilidad futura de que Sam pueda acabar siendo como su padre).

-Se ha subrayado aún más el whodunit en esta entrega sin dejar de lado los elementos terroríficos y de slasher. El escenario escogido mucho más amplio (New York) me daba mucho miedo ya que Woodsboro (más contenido) parecía ser lo ideal para una película de este subgénero. La realidad es que no se consigue un slasher al uso, esto no tiene ya nada que ver con el comienzo de la saga pero está evolucionando a algo manejable y que trae diferentes sensaciones.

-El final es toda una herencia de las novelas de Agatha Christie, evidentemente no diré cuál porque cualquier avispado se daría cuenta antes de tiempo.

-POR FIN deja atrás la mayoría de los personajes originales, un cambio necesario y que refuerce aún más la sensación de legado. Espero que Gale ya no aparezca en la siguiente.

-Sigue igual de sangrienta, o puede que más que las anteriores. Aumenta el body count considerablemente, y…. ¡empuña una escopeta!

Y, además, me llevé una figura de Ghosface. Noche redonda.

Bestias, mis comienzos con Joyce Carol Oates

Gracias a Goodreads (la aplicación que utilizo para llevar mi biblioteca) recordaba que hacía más de diez años que leí el primer libro de Oates, no fue Bestias, sino A media luz, un libro descatalogado en Lumen que fue mi puerta de entrada. El segundo sí fue esta historia con la edición de la extinta editorial Papel de liar y supuso la confirmación de mi gusto por la autora.

Lo he dicho alguna vez, una de las mayores virtudes de Oates es su capacidad de cambiar de estilo y de género, siempre consigue adaptarse a la historia que está contando y metamorfosear su manera de contarla. En Bestias esta adaptación es más que patente, de ahí que el traductor/a tenga que saber reflejar esta circunstancia.

La nueva edición de contraseña con traducción de Pepa Linares me ha parecido fabulosa, refleja a la perfección el clima decadente y opresivo en el que se mueven los dos profesores y que les sirve para subyugar a sus alumnas y abusar de ellas. Y todo ello lo consigue dotando a cada frase de lirismo. Esa dicotomía arte-perversión está muy lograda y resulta, en la mayoría de las ocasiones, ciertamente poética. Trata temas muy duros de una manera muy sutil y desde el principio queda clara la naturaleza de los dos profesores: “Somos bestias, ese es nuestro consuelo.”

Espero que siga la buena racha y puedan traer alguna propuesta más de la autora con esta calidad de edición.

Ronan, defeated

Ronan ha supuesto mi primer momento para construir mazos, es la primera vez que lo he necesitado entre tres campañas y cuatro escenarios. Sin duda, para mí, “Los más buscados de la galaxia” en modo campaña (no cada escenario de manera individual) es el escenario más difícil de superar. Y lo es, sobre todo, porque vas heredando una serie de desventajas que, aunque intentes compensarlas comprando en la tienda, no resulta suficiente para la dificultad general.

Incluso utilizando a Gamora, una heroína completísima como ya he contado en alguna ocasión, tuve que cambiar algunas de sus cartas para encontrar una solución. Ronan es muy difícil porque la amenaza avanza rapidísimo y porque sus cartas de encuentro (siempre como mínimo dos de ellas…) tienen la palabra clave Oleada impresa con frecuencia (que hace que se muestren más cartas de encuentro). De ahí que, en la fase del villano, puedas recibir ataques descomunales (por el poderío de ataque de Ronan gracias a su lanza y la gema del poder cuando te la quita), o que te avance el plan a la siguiente etapa o incluso que recibas cuatro o cinco cartas de encuentro. Es insostenible.

Mi primer diseño fue reforzar las cartas con eventos de intervención, desde luego me sirvió para controlar la amenaza y para quitar planes secundarios molestos como el molesto Maniobra de pinza (dos aceleradores de amenaza), pero me di cuenta de que en cuanto cambiaba al alter ego para recuperar vida, el plan avanzaba tan rápido que ya no podía pararlo. La solución fue cambiar algún evento de justicia y complementarlos con alguno de defensa. Especialmente útil es uno del mazo del Doctor extraño que cura dos de vida y hace dos de daño al enemigo. Un bombazo.

Aún así, llegué a las dos últimas rondas justito, le acaba de quitar un montón de vida y me arriesgué a no cambiar a alter ego, tenía sólo 3 puntos de vida casi al final del turno. Quién iba a imaginar que mi salvación iba a ser un aliado, en este caso, además, uno que no he utilizado mucho: Angela. Este aliado tiene una característica especial, tiene coste cero a condición de buscar en el mazo de encuentros un esbirro para ponerlo frente a ti. El esbirro que puede sacar además tenía ataque veloz (de 1 afortunadamente). Llegué a la fase de villano con 2 de vida, el villano con 3. Tenía que sobrevivir para poder matarle en mi turno. Había vaciado la amenaza, el ataque del villano iba a ser brutal pero utilicé a Angela para defender ese ataque. De los dos esbirros que estaban enfrentados a mí, defendí uno de ellos. Me quedaba uno de vida. Había que desvelar dos cartas de encuentro. Era casi imposible.

La primera carta obligaba al villano a avanzar el plan… ufff… por ahora sobrevivía

La segunda carta era Fanatismo, se le asignaba con dos contadores de furia a Ronan pero sería para su próximo ataque, tenía oleada…. Había que sacar una más…..

La tercera fue un plan secundario: Corte de energía… no me dejaba quitar del plan por su icono de crisis. ÉPICO.

Tres cartas de encuentro y sobreviví. En mi siguiente turno le lancé un cañonazo de 3 de energía y lo derroté. De verdad, qué partida para el recuerdo.

Me temo que Espiral (en el escenario de Mojomania) me va a obligar a tunear otro mazo… ya os contaré.

Cuidaos mucho

Un abrazo

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *