Rezagados 2015. Libros que merecían un post más largo

9781444789171Quería dedicar un post con unas pequeñas cápsulas a esos libros que, aunque me hubiera gustado llegar a reseñarlos, la falta de tiempo me ha obligado a que se queden en el tintero. Se trata de libros de bastante calidad en su mayoría pero el final de año ha sido un poco alocado y ya no tienen el hueco. Esto es una especie de reseteo para comenzar a todo trapo con el nuevo año que comienza y del que pronto os haré un nuevo post con la selección de autoras escogidas para enero.

Mientras tanto, aquí tenéis los últimos coletazos del año 2015:

Revival de Stephen King, con autores como el norteamericano, con una carrera literaria tan extensa y prolífica y con tantos temas tratados,  suele ocurrir que los lectores adoptan un mantra que les haga sentirse cómodos; hasta hace poco el mantra iba por el “los libros de ahora no son tan buenos como los primeros” o el ya famoso “no sabe acabar los libros”  (tengo un comentario en el blog recordándomelo, cuando intenté razonarlo con el comentarista, no volvió a aparecer); ahora el que se lleva más es el de, “está muy bien… pero no da miedo”; por otra parte no está alejado de la realidad, en la última época el señor King ha diversificado el tipo de libros que escribe entrando en terrenos de ciencia ficción pura o incluso novela policíaca (aunque siempre haya jugueteado con ello); este último libro podría encuadrarse en este estilo con varias partes diferenciadas, las primeras más de desarrollo de los personajes, donde todo va sumando hasta un final de claras reminiscencias lovecraftianas  que, en este caso, desdice el tópico de los malos finales. Una más que recomendable novela de un autor que escribe cada vez mejor aunque le falte el ímpetu de los inicios.

Voces de Chernóbil de Svetlana Alexiévich, no me da tanta pena que no vaya a llegar al blog este libro; entre otras cosas porque, gracias su reciente Nobel de literatura tanto Acantilado como, especialmente Debate, se están poniendo las pilas de una manera apoteósica y van a entrar varios suyos este año que vendrán por el blog. De hecho, estoy ahora mismo con La guerra no tiene rostro de mujer, que es aún mejor que este que os comentaba. La técnica utilizada por la bielorrusa bebe de las fuentes del periodismo, tiene un trabajo de campo considerablemente extenso en el que la autora recoge los testimonios de las personas afectadas por el tema en cuestión, en este caso el accidente de la central nuclear de Chernóbil. Lo bueno es que no se limita a transponer las conversaciones sino que consigue estructurar la polifonía resultante en un documento que estremece por la narración de sucesos de la forma en la que lo hace. La aparente frialdad no es tal, no podemos más que sentir rabia ante lo que acontece y todo viene por la capacidad de la autora de reflejar una oralidad de manera coral. Hablaré más sobre su técnica, muy interesante, en los próximos libros.

zofia-nalkowska-medallonesMedallones de Zofia Nalkowska, de alguna manera, la técnica anterior la llevó a cabo la polaca Zofia Nalkowska en 1946 en este libro donde se dedicó a preguntar a supervivientes del genocidio nazi en ocho relatos ciertamente conmovedores. La escritora escogió el cuento como forma narrativa y le dotó de un lirismo que no tienen los textos de Svetlana. Ahora que la bielorrusa está tan de moda es buen momento para recordar a ésta también.

El caballero ha muerto de Cees Nooteboom, nunca dejará de sorprenderme Siruela con la forma de publicar la obra del holandés;  de pronto, tras unas cuantas obras sacan esta que supone la segunda en su dilatada carrera y claro, se convierte, más bien, en una obra para incondicionales del autor difícilmente entendible para los le encuentren por primera vez. Yo diría que esta y Philip y los otros (su ópera prima) constituyen experimentos narrativos que el escritor utilizó para desarrollar su idea de literatura, en este caso con juegos narrativos y construcción de la identidad del autor. Una narración muy metarreferencial pero no es una buena puerta de entrada para un neófito con el autor.

Lecturas de mí mismo de Philip Roth, lo mismo puede decirse de esta obra del grandísimo Roth, escrita en 1976, es un compendio de artículos, entrevistas y ensayos del autor que cubren toda su primera etapa como escritor desde su Goodbye Columbus hasta Mi vida como hombre; es muy disfrutable, sobre todo, si conoces todos sus libros del inicio, aunque es cierto que su explicación de la polémica judía a raíz de El lamento de Portnoy es leíble sin conocer el libro; sin embargo creo que el mayor jugo se le puede sacar con la lectura complementaria de lo anterior, hay mucho buen humor, mucha reflexión y metaliteratura a raudales. Roth es un autor imprescindible de leer desde el punto de vista cronológico, su evolución es más clara desde esa perspectiva que leyendo puntualmente alguna obra aislada.

poridentidadLos hechos de Philip Roth, lo cronológico se puede aplicar igualmente a este libro, engañoso como pocos; escrito justo después de todas la novelas de Zuckerman (hasta La contravida) sin embargo no suele incluirse en las novelas de este personaje de ficción y es un error más que tiene que ver con el juego de confusión de la identidad que nos propone el escritor norteamericano. Esta obra pasa por una autobiografía poco convencional donde se relatan unos hechos como si fueran reales y relativos a la vida de Roth. Nada es lo que parece, la carta final de Zuckerman en tono de reproche es magnífica y no hace más que refrendar el juego al que nos somete el autor, novela tras novela.

Engaño de Philip Roth, extraña novela esta, escrita en 1990, que se compone enteramente a base de diálogos bastante ingeniosos que reflejan diversas conversaciones entre el escritor y su esposa, o entre el escritor y su amante; parece mentira que escribiera esta obrita justo antes de sus indiscutibles obras de madurez. Se puede leer pero no aporta mucho más al canon Roth.

El buen relato de J. M. Coetzee y Arabella Kurtz, me puede mi afán de completismo con el ilustre escritor sudafricano (ahora australiano). Y más en un libro formado por conversaciones del autor con la psicoanalista Arabella Kurtz donde se ahonda sobre todo en el método psicoanalítico y su relación con la literatura y la propia vida. Me suele aburrir bastante el tema y con este libro me ocurre, inevitablemente, cuando habla ella y remonta cuando, él, como de costumbre, consigue dar sentido a algo tan difuso. Da la impresión de que Coetzee consigue estar  siempre por encima de sus conversadores, todavía me acuerdo de las cartas con Auster que comenté por este blog y que eran un ejemplo de sus virtudes conversadoras y su inteligencia en el análisis.

¡Buenas lecturas!!

Resumen Febrero 2015. Manteniendo ritmo

Este mes llego aún más tarde al resumen del mes anterior. Y encima he publicado menos reseñas. No tengo tiempo personal, el trabajo me está ahogando y tengo una falta de fuerzas evidente para profundizar en las reseñas, por lo tanto, es a lo que llego. No voy a ahondar en dos muy buenos libros como son el de Nooteboom y Gerhardie, lo cual no quiere decir que no anime a leerlos por su calidad. Aquí tenéis lo que he leído durante el mes de febrero: 

Noticias de Berlín de Cees Nooteboom, me da pena no haber podido extenderme más sobre este compendio de las crónicas del gran holandés sobre sus estancias en Alemania antes, durante y después de la caída del Muro. Sus crónicas son más valiosas aún por su carácter único en busca de europeización (debe ser uno de los pocos que todavía cree en ella). La curiosidad es grande ya que, habitualmente sus textos se basan en viajes; en este caso se han realizado en base a sus estancias prolongadas.

“Lo repito, las fábulas son sencillas, no expresan la verdad, sino un sentimiento. ¿Dónde está la Europa con la que hemos soñado durante tantos años? ¿Dónde ha desaparecido? ¿Quién se la ha llevado? ¿Los serbios? ¿Los especuladores? ¿Los decidores de no daneses? ¿Los agricultores franceses? ¿Los obreros de las acerías polacas? ¿Los pescadores españoles? ¿Los políticos impotentes con sus palabras vacías? ¿Los muertos de Sarajevo? ¿Las minorías? ¿Los neofascistas? ¿Los parados de Alemania del Este? ¿La Bundesbank? ¿Los euroescépticos ingleses? ¿Dónde está? ¿En Bruselas o en Londres? ¿En Atenas o en Kosovo? ¿O quizá, a pesar de todo, en Maastricht? Si sigue en vida en alguna parte, nos gustaría recuperarla, no la Europa del Mercado y de los muros, sino la Europa de los países de Europa, de todos los países europeos. Un día, un erudito alemán, Helmuth Plessner, escribió un libro titulado Die Verspätete Nation (La nación retrasada). Fue en los años treinta, y nadie lo escuchó. Deberían devolvernos nuestra Europa antes de que realmente sea demasiado tarde.”

Galatea de Melisa Tuya, un inicio prometedor, si vais al enlace sabréis más sobre ella. Un entretenimiento que se lee sin que te des cuenta y que deja uno de esos finales que se quedan grabados por su audacia.

Asesinato en la planta 31 de Per Wahlöö, no deja de resultar curioso que RBA en su ya caótica y prácticamente desahuciada colección Serie negra (la mejor y más completa de los últimos años) se haya decidido a sacar este libro del sueco. Wahlöö, aquí sin Sjowall, nos ofreció un entretenimiento razonable pero lejos de sus novelas con el comisario Beck tanto en trama como en el humor que destilaba.

Playback de Raymond Chandler, Chandler y su última novela con el gran Marlowe, siempre un placer visitar al maestro; en esta última obra demuestra su buen oficio y no decepciona, es su final.

Secret War II (Segunda Parte): Círculo cerrado de Jim Shooter, segunda parte de las segundas Secret Wars, la obra que se convirtió en una extensión de su grado de endiosamiento; momentos febriles alternados con entretenimiento.

Las apariencias no engañan de Juan Madrid, todo el mundo se acordará de Juan Madrid cuando muera, como con Ledesma; su serie de Toni Romano (o Antonio Carpintero) es de lo mejor en género patrio; crónicas de una época como la transición de una sociedad como la madrileña. Hardboiled hispano que está muy alejado de las típicas novelas policíacas y muy cercano a lo más crudo y sórdido de las calles y sus personajes más marginales.

Glow de Ned Beauman, lástima. Beauman es un autor sobresaliente, ya he hablado alguna vez de él en el blog a propósito de sus anteriores novelas aquí y aquí; en esta ocasión, tenemos una muestra representativa de su buen hacer, muy superior a la media, pero, teniendo en cuenta lo que es capaz de perpetrar, me temo que este libro es un paso atrás en su imparable talento. Un libro muy disfrutable, un buen libro, nada más desgraciadamente.

La libélula de Amelia Roselli, podéis pinchar en el enlace para ver la reseña que hice en su momento. Otro logro de la colección de poesía de Sexto piso. 

Divagaciones rossinianas de Alberto Zedda, ya hablé exhaustivamente sobre él. No creo que haga falta decir mucho más sobre sus indudables virtudes.

Regalo de la casa de Juan Madrid, ¿he dicho ya lo buenísima que es la serie del entrañable Toni Romano?

La sala del crimen de P.D. James, cualquier libro de la autora británica es todo un reto por su capacidad para crear tramas policíacas y por su buen hacer como escritora. Este es duodécimo de la serie de Adam Dalgliesh y, como es habitual, está muy bien hecho desde casi cualquier punto de vista.

La mujer de un solo hombre de A.S.A. Harrison, esperaba más del único libro de la canadiense; quizá es una cuestión de expectativas, pero Salamandra Black sigue ofreciendo forraje de calidad limitada en envoltorio de obras ineludibles; esperaba más de la colección, así que le vamos a dar un descanso porque ni Manzini ni Penny me interesan especialmente. Volveré con ella más adelante según lo que vayan sacando.

Los políglotas de William Gerhardie, ¡Ay del que se pierda al ruso nacionalizado británico! Es toda una tragedia no haberme podido extender como se merece con él pero os dejo un párrafo que ejemplifica su idea del humor extensible a esta fantástica novela:

“-No, así no funciona el humor. Hay humor cuando me río de ti y me río de mí al hacerlo (por reírme de ti), y me río de mí por reírme de mí, y así a la décima potencia. El humor es imparcial, libre como un pájaro. La inapreciable ventaja de la comedia sobre cualquier otro género literario que retrate la vida es que uno se sitúa discretamente por encima de todas las nociones, actitudes y circunstancias así retratadas. Reímos… reímos porque no podemos ser destruidos, porque no reconocemos nuestro destino en ningún logro en particular, porque somos inmortales, porque no existe este o aquel mundo, sino infinitos mundos: pasamos eternamente de uno a otro. En ello reside la hilaridad, la futilidad, la insuperable grandeza de la vida.”

Mujeres & mujeres de Juan Madrid, breve, condensado, pero no menor, para nada, esta cuarta entrega de la saga de Romano.

Desastre total 3: He vuelto de Stephan Pastis, me encanta Pastis, en este libro infantil, el tercero que se publica del autor, la inocencia se mezcla con las novelas de detectives; la creatividad como leit motiv.

Las compras, estas fueron las últimas, os pongo dos fotos porque se me han mezclado dos meses.

Compras_febrero_1

Compras_Marzo1

En cuanto a la previsión de lo que voy a leer en Marzo, en lo que estoy ahora mismo, me equivoqué en cuanto al número, cogí demasiadas. Es una nube de previsiones… como podéis ver en la foto.

Previsión_Marzo1

El próximo mes lo voy a limitar un poco más porque así no hay quién se centre. Lo que tengo claro es que sigo recuperando mucho de lo antiguo, ya que las novedades que están saliendo no están a la altura deseada. Lo bueno es que ha llegado Crispin, y abril promete a Roth, Barth, y muchas otras maravillas. Parece que la cosa empieza a mejorar.

Mis estadísticas del 2013

No os salváis este año tampoco, queridos lectores, de aguantar este post.

Me sigue siendo muy muy útil para saber cuantitativamente la cantidad de libros leídos; la calidad se evalúa de otras maneras, especialmente con el post de los mejores del año.  Este punto de vista suele ser frío pero valioso.

timesarrowEl 2013 se ha caracterizado por tener un avance evidente en el número de libros leídos mientras el año anterior llegué a 131, en este mi reto lector de Goodreads era 150 y, finalmente ha llegado hasta los 171, superándolo con holgura. Además, el número de páginas ha aumentado igualmente, he llegado al bonito número de 50195 páginas, que también es más que las 40581 del 2012. Según este número de páginas:

1º El libro medio en el 2012 tenía unas 310 páginas de media; sin embargo, este año ha sido de 295 páginas aproximadamente, ha habido una cierta disminución, pero nada reseñable ya que he leído más en inglés y han vuelto a caer libros de dificultad lectora inherente.

2º Teniendo en cuenta los 12 meses del año, la media de libros mensual ha sido de casi 15 (lo que supone unas 4182 páginas mensuales)

3º Si dividimos el año en 52 semanas, compruebo de esta manera que he leído, de media, más de tres libros por semana (965 páginas) por semana. La alternancia de dos o tres lecturas a la vez es culpable de esto.

Es interesante saber que el libro más largo ha sido de 1176 páginas, podéis adivinarlo, fue “El plantador de tabaco “de John Barth, hubo alguno de menos de 50 páginas también. Variedad, en ella está el gusto.

En cuanto a la lista de libros ha sido la que pongo al final del post,  muchísima variedad de autores este año, los únicos de los que he leído tres libros o más son en orden de mayor a menor Cees Nooteboom (10), Margaret Atwood (7) y Barnes, Gaddis, Nesbo, Munro, Oates y Spark con 3 cada uno. Esto significa que mi proyecto a tres años ha avanzado poco… En cuanto a la famosa distinción de hombres y mujeres, de estas últimas han caído 41 libros lo que supone un 24% de libros de mujeres. En inglés, ha habido 20, un 12% sobre el total. Y las nacionalidades, ha habido una mezcla variada desde luego, ya lo podréis comprobar a continuación.

Y para acabar, la lista…. Que ya toca…

Martin Amis

Time’s Arrow (inglés)

Jacinto Antón

Héroes, aventureros y cobardes

Aleksey Apukhtin (y otros)

Pioneros de la ciencia ficción rusa.

Margaret Atwood

Un día es un día

El cuento de la criada

El asesino ciego

Chicas bailarinas

Resurgir

Asesinato en la oscuridad

La maldición de Eva

Javier Avilés

Fantasmas contra extraterrestres

Julian Barnes

El loro de Flaubert

The sense of an Ending (inglés)

A history of the World in 101/2 chapters (inglés)

John Barth

El plantador de tabaco

Ned Beauman

Boxer Beetle (inglés)

The teleportation accident (inglés)

Brian Michael Bendis

Los poderosos vengadores: La iniciativa Ultrón

Los poderosos vengadores: La bomba de Veneno.

Arnold Bennett

Enterrado en vida

Rafael Bernal

El complot mongol

Lauren Beukes

Las luminosas

Zoo city (inglés)

Denis Bodart

Green Manor: el crimen no es nada sin un mínimo de elegancia

Carmen del bosque

La música de los bosques

Stewart Brown

The Heinemann Book of Caribbean Poetry (inglés)

Edward George Bulwer-Lytton

La casa y el cerebro

Edward Bunker

Stark

Little Boy Blue

Frances Hodgson Burnett

La formación de una marquesa

Jim Butcher

Luna llena

Tormenta

Luisfer Romero Calero

Integridad

Emilio Carrere

Ciencia ficción. Poemas, artículos y novelas cortas.

Carrigan (y otros)

¡Bang, bang, estás muerto! Vol. II

James Hadley Chase

Acuéstala sobre los lirios

Gilbert Keith Chesterton

Sobre el concepto de barbarie

Lincoln Child, Douglas Preston

El cadáver

J.M. Coetzee

Esperando a los bárbaros

Edmund Crispin

El canto del cisne

Neil Cross

Luther: El origen

James Crumley

El pato Mexicano

Mark Z. Danielewski

La casa de hojas

Don Delillo

Americana

La calle Great Jones

Peter Debry (y otros)

¡Bang, Bang, estás muerto! (Vol 1)

E. M. Delafield

Diario de una dama de provincias

Philip K. Dick

Los tres estigmas de Palmer Eldritch

Ubik

Charles Dickens

Doctor Marigold

Joël Dicker

La verdad sobre el caso Harry Quebert

Assia Djebar

Lejos de Medina

Margaret Drabble

La piedra de moler

Friedrich Dürrenmatt

La promesa

Gillian Flynn

Perdida

John Fowles

La mujer del teniente francés

Matt Fraction

Ojo de halcón 1

Brian Friel

Translations (inglés)

William Gaddis

Gótico Carpintero

Ágape se paga

Jota Erre

Stella Gibbons

La segunda vida de Viola Wither

William Golding

El señor de las moscas

David S. Goyer

JSA Vol 2: Darkness Falls (inglés)

JSA Vol 3: The return of Hawkman (inglés)

Charles Homer Haskins

El renacimiento del siglo XII

George V. Higgins

La rata en llamas

Chester Himes

Algodón en Harlem

Harry Houdini

Cómo hacer bien el mal

Ted Hughes

Cartas de cumpleaños (inglés)

Shaun Hutson

Slugs

Jorge Ibargüengoitia

Los relámpagos de agosto

Rabee Jaber

Los drusos de Belgrado

Shirley Jackson

La maldición de Hill House

Elizabeth Jenkins

Harriet

Lidio Nieto Jiménez

Páginas amarillas

Geoff Johns

JSA, Vol 4: Fair Play (inglés)

Jane Johnson

Eidolon

Peter Stephan Jungk

El americano perfecto

William Kennedy

La jugada maestra de Billy Phelan

Stephen King

Rabia

Joyland

Jiri Kratochvil

La promesa de Kamil Modracek

Benjamin Lacombe

Swinging Christmas

Doris Lessing

El cuaderno Dorado

Thomas Ligotti

Noctuario

Vic Logan (y otros)

¡Bang, bang, estás muerto! Vol III

Manel Loureiro

El último pasajero

Jean Patrick-Manchette

Balada de la costa oeste

Hilary Mantel

En la corte del lobo

Dacia Maraini

Bagheria

Fel Marty (y otros)

¡Bang, bang, estás muerto! Vol IV

Daphne du Maurier

El muñeco

Ed McBain

El atracador de mujeres

Cormac McCarthy

El consejero

El sunset limited

James McCLure

El cazador sordo

Ian McEwan

Atonement (inglés)

Amsterdam

Todd McEwen

Boston. Sonata para violín sin cuerdas.

John Mortimer

Un paraíso inalcanzable

Slawomir Mrozek

El árbol

Alice Munro

El amor de una mujer generosa

La vida de las mujeres

Las lunas de Júpiter

Jo Nesbo

El doctor Proctor y los polvos tirapedos

El doctor Proctor y la bañera del tiempo

El muñeco de nieve.

Nele Neuhaus

Amigos hasta la muerte

Adam Nevill

Apartamento 16

Carmen del bosque Nieto

El libro de Nebal

Cees Nooteboom

Zurbarán

Mokusei/ El buda tras la empalizada

Autorretrato de otro

Cartas a Poseidón

Luz por todas partes

Así pudo ser

Cómo ser europeos

La historia siguiente

Una canción del ser y la apariencia

En las montañas de Holanda

Flann O’Brien

La saga del sagú de Slattery

Joyce Carol Oates

Mujer de barro

Sexy

Infiel. Historias de transgresión.

Okamoto Kido

Hanshichi. Un detective en el Japón de los samuráis

Margaret Oliphant

Una ciudad asediada

Greg Pak

World War Hulk

Robert B. Parker

El manuscrito Godwulf

Stephen Pastis

Desastre & Total. Agencia de detectives

Daniel Pennac

Entre moros y cristianos

Allan Pinkerton

Los forajidos del Misisipí

Harold Pinter

The dumb waiter (inglés)

Sylvia Plath

Poesía completa (inglés)

Edgar Allan Poe

Cuentos de muerte y demencia

Miedo en el cuerpo. 25 años de terror con Valdemar

Douglas Preston (y Lincoln Child)

Dos tumbas

Prince

21 Nights (inglés)

Thomas Pynchon

Bleeding edge (inglés)

James Robinson

JSA, Vol 1: Justice be done (ingles)

Javier G. Romero

Bolsilibro & Cinema Bis

James Ross

Mal dadas

Philip Roth

Goodbye Columbus

Ango Sakaguchi

En el bosque, bajo los cerezos en flor

George Saunders

Diez de diciembre

Giorgio Scerbanenco

La muñeca ciega

Francisco Serrano

Perros del desierto

Maj Sjöwall/Per Wahlöo

El asesino de policías

Los terroristas

Thorne Smith

¿Se cayó….?

Zadie Smith

White teeth (inglés)

Lemony Snicket

¿Quién será a estas horas?

Muriel Spark

El único problema

La intromisión

La plenitud de la señora Brodie

Anna Starobinets

El vivo

D. E. Stevenson

El matrimonio de la señora Buncle

Bahaa Taher

El oasis

Prince

Matt Thorne

James Thurber

La maravillosa O

Lavie Tidhar

Osama

Eloy Tizón

Técnicas de iluminación

John Tones

Nigromancia en el reformatorio femenino

Kurt Vonnegut

La cartera del cretino

David Foster Wallace

La escoba del sistema

Evelyn Waugh

Un puñado de polvo

Marc Weingarten

La banda que escribía torcido

M. A. West

El viento y la sangre

Geoffrey Willans

¡Abajo el colejio!

Cornell Woolrich

Rendez Vous en negro

Patrick deWitt

Los hermanos Sisters

Mis lecturas favoritas del año 2013

Me encantan las listas. Hay tantas listas como gustos y siempre es divertido comprobar lo que sale y sobre todo ligarlo a las afinidades de cada lector.

Este es el tercer año, desde que me “dedico” a escribir posts sobre libros en distintos sitios,  en el que preparo una lista con lo mejor del año. A ver si, poco a poco, consigo que se convierta en una costumbre el que aparezca este post justo el día 1 de enero del año siguiente.

Como en años anteriores me gusta repasar lo que ha sido mi año lector personalmente; también solía hacer una pequeña reflexión sobre el mundo editorial; pero gracias a las “Epístolas librescas” del grandísimo Jónatan Sark en el maravilloso Blog Ausente de Lord Absence, no tiene mucho sentido, ya que en ellas está todo lo bueno  que va saliendo en el año. Además, en su post con el clásico “Sark de Oro” del año realiza un resumen tan exhaustivo como interesante.

Os dejo a continuación los enlaces a estas Epístolas que si no conocéis ya estáis tardando en ir a verlas:

Epístola 1.

Epístola 2.

Epístola 3.

Epístola 4.

Epístola 5.

Epístola 6.

Centrándome en lo personal, tengo que reconocer que, nuevamente este año, me he superado en la mayoría de atributos; he leído mejor, más cantidad, más calidad y más en inglés.

El año pasado terminé 131 libros, y estaba bastante bien, pero este he llegado a los 171 que parecen un límite bastante razonable. También es cierto que, en el proyecto que tengo pensado a tres años las novedades han acabado asfixiando mi reto y debo retomarlo con más fuerza este año para poder terminarlo. En cuanto a las editoriales, como de costumbre, he escogido un montón de títulos pertenecientes a las más  pequeñas, tengo tendencia a ello, y a evitar, habitualmente, los best-sellers vendidos a bombo y platillo. El año que viene se presenta del mismo estilo, sobre todo porque, posiblemente, el Grupo Prisa sea absorbido definitivamente por Random House Mondadori, dejando todo el poder a dos grupos que monopolizarán las novedades mensuales y unas pocas editoriales intentando buscar su hueco entre “nichos” de lectores que busquen ofertas distintas.  De hecho este año lo hemos visto, cómo surgen grupos pequeños buscando su espacio en el corazón de alguno de nosotros como “Malpaso” o “Ginger & Ape”.

cuentos-de-muerte-y-demencia-9788415717287Sin más demora, paso a comentar los que considero las mejores lecturas del año; no son ni más ni menos que los libros con los que más he disfrutado. Son todos publicados (o reeditados) este año y siempre pongo una novedad (o dos) de años anteriores por su relevancia literaria; evidentemente no leo todo, mi ancho de banda llega a donde llega, y soy consciente que hay varios libros que tengo a punto de leer que podrían haber entrado en esta lista. Otros años dejaba once títulos en total, este año han salido más; no lo voy a dejar fijo, este año salen estos y el próximo posiblemente saldrá otro número. Teniendo en cuenta estas consideraciones, vayamos a la lista:

“Cuentos de demencia, amor y muerte” de Poe y Gris Grimly, en un año en el que han proliferado los libros ilustrados, con propuestas de todo tipo, esta edición de Nórdica elcazadorsordode los cuentos de Poe brilla con luz propia gracias a las fabulosas ilustraciones del enigmático Gris Grimly que convierten el libro prácticamente en un cómic y que consiguen el doble objetivo de resaltar las historias de Poe hasta en sus detalles más nimios además de maravillarnos con su indudable preciosismo.

“El cazador sordo” de James McClure, el editor de Reino de Cordelia es, como yo y otros tantos, un fanático del sudafricano McClure y tiene la idea de sacar todo lo inédito del increíble escritor; esta obra tiene todo lo que se necesita para hacer una novela negra perfecta: personajes carismáticos, una buena trama, dolor, en fin, otra obra de incalculable perdida-gillian-flynn-L-C_o8Lavalor.

“Perdida” de Gillian Flynn, sorprendentemente está pasando desapercibida por su halo de best-seller, pero esta historia nos demuestra que el legado de Patricia Highsmith no se ha perdido; la perversidad del personaje principal  me recuerda a los mejores momentos de la inglesa y de Jim Thompson por su afán de darle la vuelta a todo lo establecido y salir impune. Mucha más calidad de lo que la gente se puede pensar.

ojohalconPor“Ojo de Halcón. Seis días en la vida de…” Matt Fraction y David Aja, hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un cómic; los seis primeros números de la nueva colección de Ojo de Halcón nos demuestran que no hay personajes acabados sino malos escritores. Este es uno de esos cómics en que la perfecta unión entre dibujo y trama dan como resultado una de esas pequeñas obras maestras del noveno arte. Aja está inmenso en la narración, Fraction crea historias con un lapromesakamilpunto de preocupación social sin olvidar lo superheroico. Excepcional.

“La promesa de Kamil Modracek” de Jiri Kratochvil, sorprendente novedad esta del checo Jiri Kratochvil que nos trajo Impedimenta. No era esperable que una especie de novela negra postmodernista del este, de un autor desconocido por estos lares, fuera a funcionar tan bien como novela de género y reflexión sobre la culpa el dolor además de incorporar elementos metaficcionales. un-paraiso-inalcanzable-9788415625278Una joya a descubrir en el gran catálogo de Enrique Redel.

“Un paraíso inalcanzable” de John Mortimer, todo lo que sale proveniente de las islas británicas me suele llamar la atención; este libro que publicó Libros del asteroide nos trae a John Mortimer reflejando como nadie el paso plantador_gdedel tiempo de la sociedad británica de postguerra hasta los tiempos de Margaret Thatcher con una sutil ironía y buen humor a raudales, una obra clave de este año.

“El plantador de tabaco” de John Barth, por fin, gracias a Sexto piso, tenemos entre nosotros la legendaria obra del norteamericano y podemos degustar en su plenitud su multitud de puntos de vista. Me extendí pero bien en la reseña donde explico sus grandes virtudes. Una delicia para todo aquel que disfrute de la luztodaspartesliteratura con mayor grado de complicación pero no desdeñe el buen humor.

“Luz por todas partes” de Cees Nooteboom, estamos, sin lugar a dudas, ante  la mejor recopilación de la obra poética del holandés infatigable. Una antología que, gracias a Visor de libros, nos lleva desde los primeros poemas a los últimos publicados y podemos comprobar la heroes_aventureros_cobardes-jacinto_antonevolución en las temáticas y en el estilo. El gusto por el acertijo llevado hasta las últimas consecuencias. Uno de los mejores autores actuales.

“Héroes, aventureros y cobardes” de Jacinto Antón, cierto que no son nuevos, pero también lo es que es la primera vez que se recopilan esta serie de artículos del periodista en un solo libro; Jacinto Antón hace que, tengamos la edad que tengamos, se acreciente nuestra sensación de maravilla ante todo lo que nos cuenta.  ¡Viva la aventura!, en la más fiel tradición de Indiana Jones o Quatermain.

Luminosas-673x1024“Cartas de cumpleaños” de Ted Hughes, no es exactamente de este año pero estas cartas han sido reeditadas por Lumen con ocasión del aniversario de la muerte de Sylvia Plath; indisolublemente unidos a la obra de Plath, Hughes está colosal en este poemario que podemos disfrutar en plenitud en esta edición bilingüe; más allá de lo confesional, el aliento poético del británico es proverbial y nos lleva al thomas-pynchon-bleeding-edge-novelcielo con su intensidad dramática.

“Las Luminosas” de Lauren Beukes,  estamos ante el perfecto thriller, pastiche de géneros donde un asesino en serie se desplaza en el tiempo. Al mismo tiempo tenemos un retrato de la mujer y de la sociedad a lo largo del tiempo. La novela te deja sin aliento por su adicción y tiene paradojas de una sutileza difícilmente superable. Una maravilla.

“Bleeding Edge” de Thomas Pynchon, Pynchon ante el desastre de las empresas de internet y ante el 11-S, Pynchon retador y más cercano a la novela de género que a sus obras Tapa-baja-Jota-Erre-195x300más voluminosas. Pynchon siempre a un nivel muy alto, esperemos que este año pueda ser publicada en España, pero habrá que esperar.

“Jota Erre” de William Gaddis, Gaddis llevó la sátira de la sociedad capitalista a sus últimas consecuencias en esta mastodóntica obra maestra. El fracaso del sueño americano estaba patente aquí en la figura del niño Jota Erre Vansant, subversión del mito; paradigma de la gran el-renacimiento-del-siglo-xii-9788493829582Novela Americana por el reflejo del zeitgeist de una nación. Estilo inigualable. Imprescindible.

“El Renacimiento del siglo XII” de Charles Homer Haskins, ¿quién dice que un ensayo histórico tiene que ser aburrido “per se”? Ático de los libros quiere demostrarnos con su recién lanzada colección de historia que puede ser muy divertido y estar muy bien escrito. Su punta de lanza puede ser, sin duda, este deleite de Mal dadasCharles Homer Haskins que nos relata una época, la Edad Media, oscura de por sí, con la claridad de su erudita prosa.

“Mal dadas” de James Ross, parece mentira que en 1940 el infortunado James Ross realizara una obra de estas características; a medio camino del retrato de la sociedad norteamericana  post- Gran Depresión y de la novela negra más sórdida, se trata de un retrato de los anhelos de los habitantes del sur americano y de su lucha Casadehojaspara salir de las situaciones más penosas para alcanzar el gran “sueño”. Otra de esas pequeñas sorpresas que nos trae habitualmente Sajalín Editores.

“La casa de hojas” de Mark Z. Danielewski, lo que en un principio era imposible este año se ha hecho posible gracias al trabajo de Alpha Decay y Pálido Fuego; es decir, tener la primera edición en español de la inigualable obra del norteamericano; una obra única por lo que supone como experiencia, en la que texto, disposición del texto, trama y el propio lector se convierten en parte de la misma. Una obra necesaria que ahora podemos asesinociegodisfrutar… y temer.

Y para acabar recupero en esta ocasión dos obras de otros años que, sin embargo, constituyen dos obras maestras ineludibles. No pude dejar de alegrarme de la concesión del Nobel a Alice Munro, pero tampoco pude dejar de entristecerme por las consecuencias directas: la muy posible condenación al ostracismo de dos de las escritoras más grandes vivas que tenemos en infiella actualidad: Por un lado su compatriota Margaret Atwood  que  tiene en “El asesino ciego” una de las obras más deliciosas que he tenido la oportunidad de leer, completísima en trama, estructura, personajes, para paladares selectos. Por el otro, desde luego, ya lo sabéis, la simpar Joyce Carol Oates y su recopilación de historias cortas (tan de moda ahora gracias a Munro) “Infiel. Historias de transgresión”, cada relato una verdadera patada en el estómago y a todas nuestras comodidades y seguridades, una subversión continua que demuestra  su maestría en la narración y que nadie (sensible o no) debería perderse.

Bueno, y eso es todo… creo que este año me he pasado, pero valía la pena. Ha sido un muy buen año. ¿Qué nos traerá el siguiente? En este blog lo iréis viendo como de costumbre.

Espero que os guste la selección y os ayude para las compras navideñas.

¡Feliz año 2014!

“Luz por todas partes” antología poética de Cees Nooteboom

luztodaspartesAcababa de terminar de leer la inencontrable “Así puede ser” de mi holandés favorito, una antología de su obra poética hasta 1999 realizada por Huerga y Fierro cuando, justo este año, acabo de ver publicada su antología más reciente por la editorial Visor de libros: hablo de “Luz por todas partes” y recoge poemas del autor desde “El poema negro” (1960) hasta el homónimo título del 2012. Por lo tanto, engloba la mayoría de lo que ya salió antes y se complementa con obras más recientes. De hecho, la traducción e introducción de los textos que voy a poner pertenecen a la misma persona, Fernando García de la Banda. Es decir, se puede omitir la compra de la primera, ya que esta segunda es completísima, y ya que hablo de ella en general, es excepcional.

Y no me ahorro apelativos porque, sinceramente, no soy muy dado a leer poesía, debido a mi inclinación natural a leer ficción y tengo que reconocer que, últimamente, leo bastante más del primero y la culpa la tienen autores tan diversos como el surcorenano Ko Un (del que hablé por aquí…), el holandés que ya todos conocéis y del que hablaré a continuación y, más ortodoxo, Ted Hughes, por demostrarme el místico término del aliento y la energía poética y que está presente en su estimulante obra. Y no solo la leo, sí, la disfruto muchísimo.

En la exhaustiva introducción, el traductor expone muy acertadamente las características generales de la poesía de Nooteboom y es relevante cuando al hilo de la dificultad de sus poemas indica lo siguiente: “El hermetismo citado no ha de extrañar, si tenemos en cuenta que el concepto clave de su poesía –junto con el ver, el mirar- es el enigma o misterio, ‘radseel’ en neerlandés  (que en su acepción más lúdica significa también ‘adivinanza’, ‘acertijo’).  Nooteboom concibe la literatura, y en general todo el arte, como una indagación en el misterio: ‘El gran arte te enreda en enigmas que tienes que resolver.”

Característica que, en mi opinión, constituye uno de sus mayores encantos.

En dicha introducción a la manera de prólogo también informa sobre el proceso “traductológico”, seguido con las dificultades generales de traducción de la poesía neerlandesa y en particular la de Nooteboom y constituye una guía de introducción para principiantes de inestimable valor para el mayor disfrute de lo que viene después.

Lo único discutible o a lo que se le podría poner un pero es la falta de imágenes  que sirven de inspiración a algunas antologías poéticas como la de “Autorretrato de otro” (de la que hablé en este enlace) y el orden cronológico inverso en el tiempo, de más reciente a más antiguos. Parecía más lógico haberlas colocado en orden inverso: de más antiguos a modernos para ver la evolución. De todos modos esto no ensombrece un resultado final grandioso del que os voy a poner a continuación una pequeña muestra de los poemas que demuestran su eclecticismo a la hora de elegir temas, su manejo de estructuras variadas y su sensibilidad.

De “Luz por todas partes” (2012), este “Fuera” es un canto a cada momento que vivimos:

 

No voy ahora fuera,

ya estoy fuera. A medio camino entre la palmera

y la higuera. Bajo la media luna,

a siete horas del rocío.

Gotas sobre el plumbago.

 

¿Cómo se llama cada hora

de la noche, cómo cada minuto

de la hora? Si los días tienen nombres,

¿por qué no los minutos?

 

Cada instante de nuestra vida

debería tener un nombre

que no se pareciese al nuestro,

que nos olvidase. Cada segundo

una cifra en un registro

 

de atisbos, murmullos

escuchados, versos

trabados con diarios,

susurros de escarcha y nieve,

el poema más lento

de la duración.

 

Y este fragmento de “Borges” que refleja a la perfección lo indefinible de la producción del enigmático autor:

 

[…]

Así arrojaste tu obra

al tiempo, palabras, un día empezadas como nada,

como pensamiento, como frase, como poema,

escritura transformada en libro

de mármol, y luego hundiéndose

perdida, corroída

por mil ojos aún no nacidos,

otra vez convertida en palabras sin poeta,

y más aún, letras en la piedra más y más ilegibles,

susurro de fragmentos,

el eco enigmático de un tiempo prehistórico,

 

hasta esa única y última

redención,

 

alcanzada

ausencia

 

En la mencionada “Así pudo ser (1999)”, “Quimera” representa uno de sus estudios de la identidad, cómo somos, cómo se construye:

 

Nunca fuiste quien quisiste ser,

quien creías que eras.

El traje equivocado

en un mundo volcado.

 

Siempre has ido con la mentira,

la más antigua prometida, nunca creíste

que los dichos cercanos

 

son los más íntimos. Para ti era

más familiar la aparición

que el primer pensamiento,

 

tenías demasiado  mundo, demasiado musgo

en tu estatua, estabas

con el libro que tú mismo no querías leer,

 

un hombre de carne que se volvió de cal,

un ángel de sombra, solo,

y envuelto en el vacío oficio

de tu nombre.

 

Y “Acertijo”, el más idiosincrático para mí, ¿es él la persona a la que se está refiriendo? Yo creo que sí y que emparenta con esa necesidad de resolver enigmas en el arte a la que se refiere el propio autor:

 

El grillo es el monje del pájaro.

Su madre un cardo,

su hija un guijarro.

 

¿Y yo? Yo construyo mi nido

en las algas ondulantes

y me sumerjo en el acertijo

 

donde se está fresco

y se percibe el aroma

de un tiempo sin fin.

 

Podría poner más muestras, pero voy a finalizar con un poema de la recopilación “Ausente, presente” (1970) y esta joya:

 

NADA

La vida

deberías poder

recordarla

como un viaje al extranjero

y con amigos o amigas

comentarla luego

y decir

no ha estado mal

la vida,

y ver pasar jirones de mujeres, misterios

y paisajes

y luego recostarte satisfecho

pero los muertos no pueden recostarse.

Ni tampoco pueden hacer nada.

 

Espero que la vida se convierta siempre en algo que disfrutes gracias a la gran literatura. La de autores como Cees Nooteboom.

“Cartas a Poseidón” de Cees Nooteboom

cartas-a-poseidon-9788498419993Es muy dado Cees Nooteboom a tomar como musa inspiradora de sus escritos el elemento más impensable, ya hablé al respecto con su “Autorretrato de otro”  donde se daba uno de estos casos.

En esta ocasión una servilleta con el nombre de Poseidón escrito en letras azules en un restaurante al azar en Múnich supone el desencadenante para que el holandés escriba unas cartas al dios con lo que ve, oye y piensa. Sigue una estructura sencilla donde alterna cartas directas a Poseidón que se van alternando con otras que pueden ir (o no)  directamente relacionadas con él y que poseen títulos diversos; además, cada una de estas notas, cartas, etc. vienen complementadas con notas e imágenes al final del libro.

En estos libros de viajes nos encontramos con la faceta en la que saca su lado más lírico; el resultado, a pesar de algún texto irregular, es maravilloso. Un triunfo de lo sensorial con algunas cotas que alcanzan lo sublime; aprovechando precisamente su lectura, totalmente satisfactoria, me gustaría citar algunos de estos momentos:

En ‘Bayreuth’: “Ocurre cada verano, con las misma certeza que Wimbledon o el Tour de Francia. De repente penetran en mi jardín mediterráneo sonidos alemanas. Sonidos aún inseguros, que no saben si son bienvenidos. Metales, timbales, voces altas y duras. Como sondeándolo todo. Noto que todo mi jardín se pone alerta, a la defensiva. Las palmeras, el hibisco, los cactus, el papiro, plantas que no sobrevivirían en la bruma fría del norte. Pero la música no tiene compasión, disfruta de su poder. A mis oídos llegan los tonos sostenidos alemanes, los sonidos militantes del coro, esa otra lengua cortante, las cornetas de caza, el crescendo de una gran orquesta, la traición de Tristán que entrega a Isolda a su rey, la furia de ella, el grito de dolor que disfrazado de canción corre junto al lila claro del plumbago y, como una súbita tormenta, cruza veloz la buganvilla que deja en la tierra manchas moradas. Y yo ahí en medio, desterrado, un jardinero nórdico bajo los olivos, apresado en la contradicción de mi vida.”

¿Hay mejor forma de describir la música de Wagner en su templo Bayreuth? Qué catálogo de imágenes que juegan con la vista y el sonido: “La música no tiene compasión, disfruta de su poder”.

‘Libros’ contiene el siguiente párrafo: “Al principio no reconozco otro sonido que el rumor del agua que corre, pero luego percibo por debajo de ese suave rumor un murmullo cada vez más intenso y furioso, como un coro que cantara con los dientes apretados, un zumbido átono y siniestro que no desvela ningún significado, un agobiante lamento de tinta y papel, el sonido que emiten los libros cuando saben que son quemados o ahogados, el dolor por lo que ya nunca más será leído.”

Capacidad innata de encontrar la metáfora más acertada que describa lo que quiere decir, vuelve a jugar con esa fusión de sonido y visión y se suma el olor ahora. Qué imagen más bella la de “agobiante lamento de tinta y papel”.

Una de esas maneras que tiene de ligar textos con el dios la tenemos en el texto ‘Chica’, sencillo, onírico: “Entonces la oigo. Al principio el sonido es muy flojo, aún no sé de dónde viene. Luego un poco más fuerte y entonces consigo localizarla. Una chica sentada con su guitarra sobre un bordillo de piedra, más abajo, junto a una especie de dique, las piernas colgando sobre el agua. Está sola, su voz es aguda y fina. Entona una canción en su lengua que resuena por toda la bahía y, cuando ya me he alejado un buen trecho, la sigo oyendo, una mujer cantándole al mar. Seguro que el dios también la ha oído, no puede ser de otra manera.”

Una simple foto amarillenta en el artículo ‘Bal des Ambassadeurs’, encontrada en el mercadillo bonaerense de San Telmo, le sirve para deleitarnos con el paso y la evocación del tiempo: “Haciendo un esfuerzo de concentración, oigo fragmentos de palabras y frases: Masaryk, Rijnland, Múnich, pero estas desaparecen enseguida o se ocultan detrás de otras palabras más inocentes: foxtrot, mañana, champán, recepción. Las bocas abiertas o entreabiertas, frases políglotas congeladas al mismo tiempo que su significado, y entre pasos de baile y trajes de noche, entre flirteos y espionaje, entre hombres y mujeres, la música y el misterio del tiempo.”

Me gustaría acabar con una pequeña dosis de una de las cartas que dirige directamente al dios,  ‘Poseidón XXII’: “En un barco pequeño se percibe mejor la infinitud del mar, es como si una fuerza tirara de la embarcación. Cuando de noche estás solo en la cubierta y miras fijamente el movimiento de las olas, la existencia se torna una infinita pregunta sin respuesta. Algo así será. Más adelante visité tus templos vacíos en el cabo Sunión y en Segesta, Sicilia. Envoltorios clásicos de extraordinaria belleza, poderosas columnas dóricas con el cielo como techumbre, donde la imaginación transforma el susurro de los árboles en voces humanas que tal vez aún hablen de ti o tal vez no. Y aquí, donde me encuentro ahora, tengo el mar y con él te tengo a ti siempre a mi alrededor. ¿He logrado así estar más cerca de ti? Creo que no, porque sigo buscándote. Cuanto más leo sobre ti, más identidades adoptas, normalmente no muy amables.”

Lo fascinante del mar en su aparente infinitud. Nooteboom, poeta siempre, buscando la sublimidad.

Textos de la traducción del neerlandés de Isabel-Clara Lorda Vidal para esta edición de “Cartas de Poseidón” de Siruela.

“Cómo ser europeos”: ensayos sobre el europeísmo de Cees Nooteboom

como-ser-europeos-ebook-9788498418477En las sucesivas reseñas que estoy publicando sobre libros de Nooteboom no han salido aún dos facetas suyas que abordaré en los próximos artículos; sí que es cierto que están muy unidas entre sí, hablo, como alguno sabrá del “europeísmo” del holandés, este europeísmo ha sido reforzado por su faceta principal, su afición, más allá de lo lúdico, por viajar a innumerables países que, además, le sirven de escenarios para sus novelas, novelas de viajes, poemas, ensayos, etc.

Con la reciente lectura de su recopilación de ensayos “Cómo ser europeos” (1993) es la mejor forma de dar contexto a esta faceta de indudable valor.

En “El rapto de Europa”, primer ensayo incluido en la selección, parece mentira que nos encontremos 20 años antes del momento actual; en ese corto texto encontramos una serie de ideas que reflejan con mucha claridad su idea de lo que debería ser Europa, a lo que debería llegar. La exposición es simple pero muy potente, podemos ver cómo expone las características que definen a Europa:

“Unicidad y pluriformidad, he intentado hallar en mi vida la traducción de estos términos abstractos. Porque, si soy europeo (y espero empezar a lograrlo, a la larga, al cabo de sesenta años de trabajo encarnizado), eso significa sin duda que la pluriformidad europea influye en mi uniformidad holandesa. […] ¿Acaso no es cualquier ciudadano, entre otras muchas cosas, un producto, un punto de convergencia, un receptáculo de su pasado nacional? Está, para expresar la idea de forma más paradójica, encaramado en la cúspide de una pirámide histórica, y debe, al mismo tiempo, mantenerla en equilibrio sobre su cabeza. Es a la vez imposible y obligado. El producto de la historia debe, conscientemente o no, cargar con esta historia. Está escrita en su carácter nacional, en su lengua, en su herencia social cultural, y se trata aquí de una herencia que no se puede rechazar[…];

Dos ideas subyacen en este extracto: la primera de ellas se relaciona con la unicidad de cada país,  y la enlaza con el patrimonio histórico ineludible e irrechazable que heredamos todos y cada uno de nosotros; la otra idea tiene que ver con la pluriformidad, la multiplicidad de formas que se dan por tener tantos países distintos que deberían enriquecer el panorama y reforzar era europeización, aunque ya sabemos, hoy, que no es así.

El holandés es consciente de los esfuerzos, desde hace tiempo, de realizar esta unificación, pero también es consciente de que esto no se está haciendo correctamente, precisamente por las características de las que hablaba al principio; un ejemplo muy claro que relata es el de la Europa de posguerra y el fracaso que supuso intentar exponer esta unificación desde la violencia:

“De la posguerra recuerdo la desnudez y el vacío. Una vez más, alguien había intentado unificar Europa por coacción y, una vez más, la tentativa había resultado un fracaso, porque es imposible gobernar Europa según un esquema hegemónico. La pluriformidad no es digerible por un organismo único, es necesaria una alquimia completamente distinta y extremadamente misteriosa. No habíamos llegado a eso en aquella época y, según mi modesta opinión, seguimos sin alcanzarlo hoy en día[…]”.

Al final del texto es capaz de irse a lo micro y exponer, desde su punto de vista, que podemos aceptar o no, lo que él cree que debería ser esta actitud integradora, es sumamente concreto en su exigencia y en sus esperanzas:

“[..] me fui a España y, a decir verdad, no me he movido de allí desde entonces, una esquizofrenia europea ya incurable divide mi ser en una parte meridional y una parte nórdica; en invierno, vivo en Amsterdam o en Berlín, en verano, me entrego despiadadamente a España, convirtiéndome así en una de esas criaturas híbridas incomprendidas dondequiera que vayan, que tienen su residencia en tres lugares distintos, o sea en ninguna parte, quizá uno de los primeros europeos verdaderos, valientes cobayas del nuevo continente, que han incorporado en su propia existencia la unicidad y la pluriformidad. Deberían disecarnos, somos de gran interés para la ciencia. […] odiamos la tontería de las grandes naciones que no hablan más idioma que el suyo y que se aseguran que la nación siguiente tampoco lo haga […]; no entendemos que los mismos hombres de izquierdas que lamentan la desaparición de una especie de pájaro de las más insignificantes rían viendo a un hombre, quizá el último, llevar el traje tradicional bávaro; nos sentimos humillados cada vez que un McDonald’s suplanta un plato de pulmón en Suabia, un plato de callos en Florencia, un haggis en Edimburgo, o un plato de bacalao en Navarra […] despreciamos el cáncer de la violencia nacionalista, ya sea llevada a cabo por irlandeses, croatas, vascos o serbios; somos, en una palabra, aquellos a los que nadie escucha.”

Podemos aceptar o no estas ideas, pero están cargadas de sentido común, Europa podría ser de otra forma si se intentaran llevar a cabo. Nooteboom, en los ensayos, un gran escritor y humanista.

Textos de la traducción del francés de Anne-Hélène Suárez Girard de la obra “Cómo ser europeos” de Cees Nooteboom de Siruela.

El resumen de julio y lo que se avecina en agosto

El mes de julio ha resultado este año bastante extraño; principalmente porque he estado casi todo el mes de vacaciones y, además, por la influencia de “El plantador de tabaco” que me absorbió bastante tiempo. El caso es que he tenido acceso muy limitado a mi procesador de textos habitual y se me ha acumulado todo de una manera considerable. La pena de esto hasta que me ponga al día, es que se van a quedar en el tintero varios libros que, sin duda, merecerían un comentario mayor y que, sin embargo, solo los voy a citar en este post conjunto. Sí que pondré las relacionadas con mi Proyecto literario que irán apareciendo sucesivamente:

Sin más dilación, este es el resumen de lecturas del mes:

“Un paraíso inalcanzable” de John Mortimer, de esta joya ya tenía preparada la reseña y caerá en no mucho tiempo, mientras llega, ya os aseguro que va a estar entre lo mejor del año. Una delicia.

“El plantador de tabaco” de John Barth, el post 150 de este blog, todo un éxito para mí, ya lo comenté anteriormente por aquí.

“Joyland” de Stephen King, sí habrá reseña de él, al menos algún comentario. Un muy buen King como últimamente nos tiene acostumbrados.

“Cómo hacer bien el mal” de Harry Houdini, una verdadera sorpresa la publicación de este catálogo de escritos del gran y conocido ilusionista por parte de Capitán Swing. Una lectura diferente para aquellos que piensan que un ensayo es aburrido. Houdini sorprende primeramente con un relato que bien pudiera haber sido escrito a dos manos con el gran Lovecraft; el resto se trata de artículos realizados por él y que nos desvelan secretos para hacer que un ilusionista triunfe además de desvelar algunos de los increíbles trucos de los tragasables o tragapiedras… sí, habéis leído bien. Lectura muy original, divertida y refrescante para el verano.

“Enterrado en vida” de Arnold Bennett, comentaré algo más sobre él, aprovechando el centenario de títulos de la editorial Impedimenta. Baste, como adelanto, comentar que es una lectura anclada en el realismo decimonónico y cargado de mucho buen humor con un personaje dickensiano.

“El último pasajero” de Manuel Loureiro, ya lejos queda la trilogía de zombis del gallego cuando vemos un giro en su carrera con este thriller con viajes en el tiempo, nazis, elementos de terror y, sobre todo, mucha emoción. Una novela que bien podrían haber escrito los increíbles Preston y Child y que sienta un precedente muy interesante, sobre todo por una presentación del conflicto excelente aunque decaiga más en la parte final. Una más que recomendable propuesta de lectura veraniega con más calidad de lo habitual.

“Cartas a Poseidón” de Cees Nooteboom, uno de esos libros de viajes a los que nos tiene acostumbrados; una simple premisa cargada de mucha belleza y de la que hablaré en un post individual.

“Mujer de Barro” de Joyce Carol Oates, uno de esas novelas que nos brinda normalmente la gran narradora norteamericana, más introspectiva por momentos pero juguetona como pocas, y más comprometida que nunca. Oates siempre embriaga con sus ideas, y aquí no puede ocurrir de otra manera. Próximamente prepararé algo sobre ella.

“Luz por todas partes” de Cees Nooteboom, maravillosa antología poética del holandés que comentaré  más adelante en un post a tal efecto.

“La piedra de moler” de Margaret Drabble, es un acontecimiento que publiquen una novela de la hermana de A.S. Byatt, entre otras cosas, porque no hay nada de ella disponible en castellano. El problema en este caso es la elección de un título de sus inicios que, sinceramente, no es demasiado representativo de su calidad. Estamos ante un relato de autorrealización con la típica mujer de la época que intenta compatibilizar vida personal y laboral. Anclado en la tradición realista la novela se lee muy bien, pero queda lejos de sus experimentos postmodernistas (más interesantes en mi opinión), que realizó posteriormente, sobre todo en su Trilogía “The Radiant Way”. Aun así, es una buena lectura para conocerla y esperemos que venda lo suficiente para que veamos más ejemplos de su pluma.

“La maldición de Eva” de Margaret Atwood, me extenderé aún más sobre este libro de ensayos, vale la pena introducirse en el universo de la escritura sobre todo por la sencillez y el sentido común que demuestra.

“La segunda vida de Viola Wither” de Stella Gibbons, si la editorial Impedimenta tiene un valor seguro, es sin duda el caso de Gibbons, sello de una forma de hacer las cosas y que, además, ha sido elegido para ser el título 100. Muy apropiado.

“Luna Llena” de Jim Butcher, qué divertido e imaginativo es Butcher con las aventuras de Harry Dresden, en esta segunda entrega (que ha salido ahora en bolsillo) aprovecha los elementos que ya presentó en el primero y le da una vuelta al mito del hombre lobo. Lo mejor es que presenta datos sobre el pasado de Harry que servirán, más que probablemente, como germen para las siguientes aventuras. El único pero es que consiga que los métodos usados en su investigaciones no se vuelvan monótonos. Veremos si lo logra en las siguientes entregas. Esta, como la anterior, sigue en buena forma.

“Apartamento 16” de Adam Nevill, con lo poquísimo que se publica de terror en España (aparte de los King, Barker y alguna cosilla más…), intento cada vez más hacerme con todo lo que va saliendo. Este escritor británico es una posibilidad razonable de disfrutar del terror. Estamos ante una típica historia de habitación fantasma, un hotel donde los personajes se ven influenciados por el mal que emana en la habitación, un pasado por descubrir y un personaje maligno muy unido al arte. A pesar de caer en tópicos muy asociados a este tipo de relatos el libro se deja leer y tiene buenos momentos, probaré otros  libros suyos sin dudarlo.

“Los tres estigmas de Palmer Eldritch” de Philip K. Dick, cada vez que leo a Dick tengo la misma sensación: es como si la cabeza fuera a estallar con los innumerables conceptos que empieza a presentarte sin que apenas te dé tiempo a aclimatar tu pensamiento. Es una delicia de ciencia ficción, inconmensurable y que sigue asombrando a pesar de haberse escrito ya hace cincuenta años…  Un coloso imprescindible.

“Boston. Sonata para violín sin cuerdas” de Todd McEwen, este no era una lectura muy veraniega a pesar de tratarse de una lectura estupenda. Principalmente porque el recurso utilizado por el autor, ese continuo flujo interior de pensamientos en la cabeza del protagonista tras darse un golpe en la cabeza, obliga a una lectura más detallada para no perder el ritmo de lo que cuenta y eso se hace notar en la velocidad lectora. Eso sí, a pesar del reto que supone, es muy divertido y la historia desborda buen hacer por su imaginación y momentos de lirismo; además está muy bien acabado. Es muy recomendable si se busca algo más exigente.

Y con esto acabo el resumen, jugoso, como habréis comprobado, de este mes de vacaciones.

El otro día realicé las compras mensuales que os pongo a continuación.

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Sin embargo, no creo que en agosto lea ninguno de ellos, aprovechando que tengo que estudiar para los últimos exámenes (espero) de la carrera en septiembre voy a profundizar en algunas lecturas que no tuve tiempo de hacer relacionadas con el siglo XX británico. Por lo tanto estaré centrado en Spark, Lessing, Fowles, Barnes, Plath, Hughes y cosas por el estilo. Ya comentaré el próximo mes cómo va la cosa con ellos.

El próximo mes, de hecho, se acerca una efemérides de gran importancia para mí, ¿adivináis cuál es?

Resumen de junio y….vacaciones, aprovechando el estío

Verano, calor, y, sobre todo… ¡vacaciones!

Debido a esta circunstancia, altamente saludable y recomendable, no me va a quedar más remedio que tomar un descanso en el blog también. Sobre todo porque no se puede estar administrando  desde otros sitios tan fácilmente y no me voy a llevar el portátil para hacerlo. Eso sí, os aseguro que no faltarán lecturas aprovechando el fantástico descanso.

El mes de junio se saldó con una buena cuota de lecturas que resumo a continuación:

“La muñeca ciega” de Giorgio Scerbanenco; lo que tienen las portadas, por esta en particular habría apostado, y más de uno lo haría también, por una novela más cercana al terror; nada más lejos de la realidad, ya que se trata de una historia de detectives con algún elemento original en la forma de desencadenar la resolución. Muy recomendable.

“Luther: el Origen” de Neil Cross, hablé de él, junto con el de “Little Boy Blue” de Edward Bunker. Mezcla excelente de “hardboiled” del bueno.

“Una canción del ser y la apariencia” de Cees Nooteboom, lo exploré en su enlace en profundidad. Este mes he avanzado mis lecturas pendientes del holandés.

“Noctuario” de Thomas Ligotti, terror muy alejado de lo cotidiano, gran heredero de Poe y Lovecraft, jugando con lo indeterminado y con las imposibilidades de la realidad. Interesante propuesta y, sobre todo, distinto a lo habitual.

“Mokusei/El buda tras la empalizada” de Cees Nooteboom, ficción exótica en Japón y Thailandia, ya hablé largo y tendido sobre ellos.

“La jugada maestra de Billy Phelan” de William Kennedy, todo un microcosmos de la sociedad norteamericana especificado en la ciudad de Albany con las relaciones entre sus habitantes y el hampa de fondo. Mafiosos, tramposos y el juego a través de la figura del superviviente Billy Phelan.

“La promesa de Kamil Modracek” de Jiri Kratochvil, una de las grandes sorpresas de lo que llevamos del año, ojito a la mezcla de novela policíaca, humor negro y juegos metaliterarios en una novela magistral que tiene en Nabokov a uno de sus protagonistas. Me extenderé en una reseña en no mucho tiempo. Lo merece.

“En las montañas de Holanda” de Cees Nootebom, ya lo comenté en el post que le dediqué, quizá es una de mis obras favoritas del autor y una estupenda puerta de entrada a su literatura.

“La historia siguiente” de Cees Nooteboom también, novela corta de una dificultad en el fondo bastante considerable, espléndida en ejecución, difícil de recomendar.

“El matrimonio de la señorita Buncle” de D.E. Stevenson, buena muestra de humor costumbrista inglés aunque no tan ambiciosa y redonda como el primer libro que salió de la autora.

“Eidolon” de Jane Johnson, olvidable pastiche que mezcla todo tipo de historias que se han contado mil veces. Un pequeño desastre.

“Zurbarán. El pintor del misticismo” de Cees Nooteboom, libro de arte, más que obra de literatura. Hermoso en demasía.

“Autorretrato de otro” de Cees Nooteboom y Max Neumann, experimento narrativo que mezcla dibujos y poesía en prosa, estimulante y diferente muestra del buen hacer de nuestro Cees.

“Entre moros y cristianos” de Daniel Pennac, entrega de la familia Malaussene que se había quedado inédita hasta este momento; es una maravilla encontrarse con estos personajes de nuevo, aunque no llegue a lo sublime que supusieron algunas de las anteriores entregas.

“Así pudo ser “ de Cees Nooteboom, otra muestra de su eclecticismo, esta vez en una muestra de poesía.

“Cómo ser europeos” de Cees Nooteboom, recopilación de ensayos con su preocupación por el “europeísmo” de fondo. De una clarividencia meridiana.

“Los relámpagos de agosto”  de Jorge Ibargüengoitia, cómo utilizar la ficción para explicar la realidad; en este caso la revolución mexicana, y encima con un humor a prueba de bombas.

Buena cosecha ha sido lo resultante. Aunque parezca mentira Julio ha empezado inmejorablemente con “Un paraíso inalcanzable” de John Mortimer y, a partir de ahí, se ha desencadenado lo que he denominado efecto “Plantador de Tabaco”:

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 La verdad es que la novela de Barth es un “tochazo” considerable que está provocando las siguientes consecuencias:

-Desarrollo de los bíceps del brazo izquierdo (el que uso normalmente para trasladarlo).

-Reducción drástica del resto de lecturas.

-Adicción extrema a la narrativa del norteamericano.

-Hedonismo puro y duro ante el “estilazo” del autor.

A la vuelta de vacaciones tocará, como no puede ser de otra manera una reseña para esta joyita recién recuperada por la editorial Sexto Piso y que promete ser uno de los libros del año.

¡¡¡¡Buenas vacaciones para todos!!!!

“Autorretrato de otro. Sueños de la isla y la ciudad de antaño” de Cees Noteboom

autorretratoSi hace poco hablaba de la vertiente más artística de nuestro holandés favorito; ahora voy a introducirme en otro de los géneros que practica con frecuencia: la poesía.

En este caso de trata de una colaboración entre el escritor y el artista alemán Max Neumann. Treinta y tres dibujos de Neumann llegaron a la casa de Nooteboom en Menorca, y allí comenzó un proceso de escritura en el que “la realidad, los recuerdos, mitología e historia, la infancia y un profundo proceso de indagación sobre el laberinto de la identidad desembocaron en estos treinta y tres poemas en prosa.”

En el postfacio a esta edición de los poemas y sus dibujos que realiza el traductor Fernando García de la Banda se explica un poco el proceso creativo; ya que, se suponía que estos poemas en prosa no debían ser representaciones de imágenes pictóricas, sino más bien una inspiración, como “musas”, para la creación de unos poemas, gracias a esas sensaciones.

La idea es ciertamente original, y el resultado, excelente, a pesar de que tenía reticencias al experimento. La edición bilingüe requiere un gran esfuerzo de traducción; ninguno de los dos autores buscaban belleza ni lirismo propiamente dichos (aunque al final sí consigan momentos de este estilo) y ello se refleja en la aridez de los textos, de los dibujos, de los temas tratados; es difícil no caer en la tentación de hacer más bello el texto y, sin embargo, no solo lo consigue sino que al leerlos y observar las imágenes se generan sensaciones, que van del dolor a lo sublime. Un cúmulo de momentos de todo tipo que no causan indiferencia. Podemos ver como ejemplo el poema número dieciocho:

“Alguien en un camino en el campo, una figura inmóvil, envuelta en su sombra. Solo después esta serie: un niño, un perro, un cura, tres ancianas. Era incapaz de hacer algo con aquello. Fue a sentarse a una piedra; podría decirse que sopesaba la tarde. Oscureció lentamente, oyó los guijarros del riachuelo, rodando suavemente unos encima de otros, un imperceptible deslizarse y chocar, el sonido que también harían si él no estuviera allí. “Así se pulen”, pensó. Y sintió sus formas redondas en la palma de la mano. Luego, cuando ya colgaba la niebla sobre el agua, la noche se convirtió en búho. Se estremeció con el grito que hizo insoportable el silencio.”

O de este poema veintidós que genera otro tipo de sensaciones que se acercan más a lo musical:

“[…]La idea de que el silencio entre las notas se registre como tiempo lo conmueve. Así, también la ausencia de sonido es música, invisible e inaudible como el propio tiempo. Audible, inaudible. En ese silencio continúa, hasta que el silencio aún mayor lo acoge todo, el sonido y su opuesto. Solo entonces ha llegado al mar. Ritmo, el número de las olas, secuencia.”

 Al final es inevitable que haya elementos comunes, pero el autor aprovecha para realizar una exploración de la identidad de la persona, de la construcción a través de los demás; y, ¿por qué no?, de la infancia en contraposición con la vejez, con la muerte.

autorretratoneumann“Había también otra forma junto a él. Otro rostro que eclipsaba el suyo. Quizá el suyo ya no existiera, pero eso daba igual. La forma sería capaz de multiplicarse y él podría estar en todas partes, casi siempre invisible. Lo que importaba era tener una voz que casi nadie pudiera oír. Eso requería el menor número posible de palabras. Se tumbó en el suelo, ya frío. Su madre surgió de uno de sus sueños. Parecía recubierta de plata, y caminaba por una carretera con árboles arqueados. La sentía cantar. Luego, durante mucho tiempo, no sucedió nada. Ahora necesitaba pensamientos para sustituir a su rostro, el escudo ausente. También había otras manos en lugar de las suyas. Ya apenas las iba a necesitar.”

El viaje resurge como metáfora de la búsqueda de la identidad y del camino que recorremos en la vida desde la infancia hasta el final de nuestros días. El lenguaje se vuelve la expresión de nuestra identidad y parte de ella:

[…]Tomó su maleta y se demoró aún un rato ante la ventana de su casa vacía. Afuera había parado el viento. Ya nada volaba. Pensó en la primera palabra, y luego en la última, y se imaginó que una voz pronunciaría un día en algún lugar esa última palabra, igual que la misma voz u otra exclamó en otro tiempo la primera. Las cosas, desprovistas de su nombre y abolidas, las palabras borradas, hasta que tampoco la primera hubiera sido pronunciada. Solo después volvería a hacerse el silencio. Solo después volvió a hacerse el silencio.

Excelente edición de una obra estimulante a pesar de su breve extensión a cargo de Calambur.

Los textos provienen de la traducción del neerlandés de Fernando García de la Banda para esta edición de la obra.

“Zurbarán. El pintor del misticismo” de Cees Noteboom

zurbaran-el-pintor-de-misticismo-9788498415612Una de las características que definen a Cees Nooteboom es su eclecticismo desbordante; con una variedad de estilos que le permiten abordar diferentes vertientes literarias. Esta semana voy a poner un par de subgéneros que amplían, sin lugar a dudas, estas cualidades. En su magnífica “El enigma de la luz”  reunía varios artículos en clave de ensayo ficcional donde demostraba no tanto los conocimientos técnicos como su apreciación sensorial a las obras que comentaba. Y para ello utilizaba sus mejores herramientas literarias acentuándose más que en el caso de su obra de ficción, por poner un ejemplo ilustrativo.

Este “Zurbarán. El pintor misticismo” reúne las experiencias del escritor holandés al presenciar una exposición sobre el arte español del Siglo de Oro que tuvo lugar en la National Gallery de Londres, el nombre de la muestra era “The sacred made real” (“Lo sagrado hecho realidad”). La edición, preciosa, de Siruela, recuerda al formato de los libros de arte que edita Taschen y que son bastante conocidos entre los compradores habituales de arte.

Nooteboom realiza un comentario extendido durante varias páginas referentes a la obra de Zurbarán y a la época en que se realizaron y, en la parte final, escoge una selección de cuadros del gran pintor español que reflejan lo hablado y que, ciertamente, son magníficos. Es fabuloso como en pocas palabras es capaz de mitificar al extremo su pintura, haciendo gala de un lirismo extremo, con todo lo bueno que se puede asociar a este último adjetivo. Cada palabra de las que comenta exalta su obra:

“Es, ante todo, la idea que hay detrás la que se impone: que hubo un tiempo en el que las personas vivían en esta realidad que ya no nos permite acceder a ella como tal, y que se identificaban totalmente con ella, de modo que veían esas imágenes como cuerpos de personas reales y padecían sus sufrimientos como propios. Para lograr este propósito, las imágenes tenían que ser lo más reales posibles: la sangre tenía que parecer sangre de verdad; y las lágrimas, lágrimas de verdad.”

Se podría limitar a comentar, desde la perspectiva actual, una obra que, a todas luces, no es característica de los tiempos contemporáneos, ni entendible; sin embargo, es capaz de ser consciente de la época y con esa base dar la apreciación necesaria. Es una aproximación ciertamente inteligente y que pone en su sitio una muestra genial. La conclusión, clarividente, a la par que acentuadamente lírica nos acerca más a un pintor imprescindible:

“En sus cuadros hay infinidad de cosas por ver, pero para mí Zurbarán es también el pintor de lo indescriptible; hasta en los cuadros más mudos hay una forma de éxtasis que literalmente no se deja describir, y entonces no puedo hacer más que volver a mi punto de partida: las personas que el pintor reflejaba pertenecían a un mundo que para nosotros ha devenido inaccesible para siempre. El milagro es que a pesar de todo podamos verlas. No es posible acercarse más al enigma.”

El único “pero” que le puedo poner a la exquisita edición de Siruela es el “algo elevado” precio; la calidad de reproducción de los cuadros es prácticamente insuperable.
Los textos provienen de la traducción de neerlandés de María Cóndor para esta edición de Siruela.

“En las montañas de Holanda” de Cees Nooteboom

enlasmontañas“En las montañas de Holanda” se ha convertido en una de mis novelas favoritas de Nooteboom. Ese es el primer hecho que saco después de acabar su lectura. El segundo sería que me parece una de las mejores posibilidades para empezar a leer al holandés, de las más accesibles, no solo por la trama, muy cercana a un cuento de hadas, sino porque es una obra de no mucha extensión y además con muchas posibles lecturas a varios niveles.

Lo más genial de dicha novela es que esta apariencia de cuento le sirve para, al mismo tiempo, explorar los límites narrativos de la novela. De hecho tenemos dos narraciones bien diferenciadas; por un lado, el de la historia de Kai y Lucía, por otro, las digresiones de su escritor, Alfonso Tiburón Mendoza, inspector de carreteras de la provincia de Zaragoza, que sirven, justamente, para discernir sobre esas fronteras.

Desde el comienzo, con ese “Érase una vez“ entramos en territorio de cuento de hadas:

“Érase una vez un tiempo, que, a decir de algunos todavía perdura. En ese tiempo, Holanda era mucho más extensa que ahora. No falta quien lo niega, pero también hay quien asegura que, si bien dicho tiempo ha existido, es ya cosa pasada. Si eso es cierto, lo ignoro. Pero sí puedo afirmar, porque lo he constatado personalmente, que la bandera holandesa ha ondeado en los puertos más altos de Europa.”

Lo onírico aparece mezclado con la realidad, es imprescindible que esta unión no se pierda porque será la manera de defender la argumentación de fondo de Nooteboom; con la descripción del sur de Holanda y de sus habitantes podemos ver igualmente una muestra de esta conjunción:

“La gente del Sur era más ruda, pero también más libre, de la misma manera que sus paisajes eran más abruptos y solitarios. Aquello que repelía a otros, a mí me atraía. La altiplanicie del sur era mi paisaje preferido. Los periodistas proclives al tópico hablaban siempre de un paisaje lunar, pero ya quisiera yo ver en la luna una cabaña construida con grandes cantos rodados donde cobijarse y dormir, al lado de un impetuoso arroyo de montaña.”

Gracias a las digresiones del escritor sabemos cuál es el tema del relato: “Ahora ya vamos al tema: la belleza perfecta y la felicidad perfecta. Dudo que muchos de mis célebres colegas se atrevan a abordarlo. Así y todo, ese es el tema de mi relato.”

Entre otras cosas porque no solo reconoce que a ningún autor le parece interesante tratarlo, sino que establece que es un modelo obsoleto en la siguiente frase, un modelo insoportable para una sociedad contemporánea en la que todo se ha convertido en “relativo”, ¿qué cabida tiene la perfección en una sociedad como esta?

“Con la muerte de dios, tanto si ha existido como si no, el modelo de perfección ha quedado abolido. A partir de ese momento el arte ha estirado el cuerpo hecho a Su imagen y semejanza, lo ha dividido en superficies, lo ha horadado por todas partes y lo ha deformado. Diríase que ya no podemos soportar la perfección, ni siquiera como idea, porque nos aburre como un sueño soñado con demasiada frecuencia.”

Hablando de Kai y Lucía, los circenses protagonistas de la novela que escribe, entra en la dimensión de la pareja y aprovecha para entrar en otro nivel, el del lenguaje, en este caso con la palabra pareja:  “Y, además, forman una pareja, una paar. Siempre me ha gustado la palabra holandesa, la española es demasiado larga. Pareja si se pronuncia en voz bien alta, evoca un vínculo, pero nunca con la fuerza absoluta contenida en la palabra holandesa paar. La pareja es la asociación humana más reducida y, debido a que excluye a los demás, resulta insoportable.” Este tipo de discusión lo realizará frecuentemente, aportando una versión lingüística muy interesante que añade otro nivel a lo escrito.

Si tanto la pareja como lo perfecto (representado en un principio por Dios) está en una crisis manifiesta, ¿qué nos podría quedar?,¿ los cuentos de hadas?:

“-Es un error.

-¿Qué?

-No creer en cuentos de hadas.

-¿Por qué?

-Porque hay muchas cosas que pueden explicarse mediante los cuentos de hadas.

El cuento de hadas es un hongo de la realidad. Disfraz, apología, hongo, enfermedad, caricatura.”

En esta realidad insoportablemente inestable, un cuento de hadas podría darnos la estabilidad que nos daban las convicciones profundas, el cemento para construir nuestra identidad:

“Pero ¿por qué alguien escribe un cuento de hadas? ¿Por qué la realidad le resultaba insoportable? Los mitos no los escribió nadie, y esa debía ser sin duda la clave. Escribir cuentos de hadas era un falso anhelo de escribir mitos y, por tanto, un anhelo de no ser nadie o de ser todo un pueblo, una masa sin nombre ni rostro, una especie extinguida.”

Reforzando cada vez más la idea de los “sproocsprekers” (story-tellers), sí, los contadores de historias como figuras indispensables en la construcción de la ficción. Esa ficción que siempre defendió Chesterton como “una necesidad” para nuestra existencia.

En la magistral última parte Nooteboom encadena las nociones de novela, mito y cuento de hadas y lo hace a través de las diferentes versiones de un mismo relato que realizan varios autores:

“Kundera y D’Ors escriben novelas. Platón habla de un mito contado por Aristófanes durante el banquete. Andersen escribe cuentos de hadas. Las novelas describen cómo es la vida porque narran aquello que puede ser. El mito da respuestas imposibles a preguntas sin solución. Sucede en ellos lo que nunca ha sucedido. Los mitos son ejemplos; las novelas, imágenes; los cuentos de hadas, mentiras amables que cuentan los hombres incapaces de resistir el mito malogrado de la vida. En los mitos, los seres humanos viven eternamente. En los cuentos, viven muchos años y son felices. En las novelas, al final de esos muchos años empieza la desdicha, y la mayoría de las veces incluso antes.

En los mitos, todo, de un modo u otro, queda resuelto. En las novelas nunca se resuelve nada, y en los cuentos la solución se aplaza, pero si alguna vez tiene lugar, es fuera del marco del cuento. Esa es la mentira.”

En efecto, la solución en los cuentos se aplaza u ocurre siempre fuera del marco del cuento, no hay lugar para la tristeza, ya que siempre nos quedamos con una más que satisfactoria lectura. Justo como sucede con este “novelón” de Nooteboom. Una joya imprescindible de narrativa contemporánea.

Textos de la traducción del neerlandés de Felip Lorda i Alaiz para esta edición de “En las montañas de Holanda.”

“La historia siguiente” de Cees Nooteboom

P86350A.jpg“La historia siguiente” es una de esas pequeñas novelas con las que de vez en cuando nos sorprende nuestro holandés favorito. En dos partes nos muestra una historia en retrospectiva de construcción de la identidad a través de sus dos grandes amores del pasado. Lo más curioso es que el protagonista, el profesor Herman Mussert, enseña lenguas muertas y utilizará constantes paralelismos que tienen que ver con los clásicos grecolatinos.

Lo bueno de estas novelas es que, según el momento en que las cojas, pueden dejarte una sensación u otra. Te puedes fijar más en algo que, sin embargo, la próxima vez que la leas a lo mejor ni lo consideras. Esta es quizás la fuerza de la narrativa contemporánea, dejar historias poco cerradas y que, además, dejan bastante a la interpretación del lector, base de la “teoría de la recepción” literaria.

Nooteboom, como otros grandes actuales, juegan con estos factores muy sabiamente y nos ofrece muchas posibilidades en esta pequeña obra por poner un ejemplo. De entre todas las posibilidades que subyacen en la trama: construcción de la identidad, límites entre ficción y realidad, la frontera entre la vida y la muerte, etc. Me gustaría quedarme sin embargo con uno de los temas que más me obsesiona últimamente: la construcción de la realidad mediante la ficción y el entrelazamiento de los relatos.

Dice Nooteboom:

“Tengo exactamente la misma sensación que tenía antes, cuando debía revisar un montón de traducciones de Heródoto. Siempre he tenido debilidad por este fabulador transparente; la historia inventada es más atractiva que el soso terror de los hechos.”

Muchos autores, solo tenemos que ver el caso de Barnes, McEwan, Pynchon, en una realidad como la que estamos viviendo, desprecian el realismo, precisamente por lo limitado que es para pintar todos los grises del entorno, ese “soso terror de los hechos” que el propio Cees nos comenta anteriormente y al que contrapone, sin embargo, con una realidad inventada, mucho más atractiva y, ojo, sin olvidar que esta ficción le sirve para cuantificar dicha realidad, intensificarla o disminuirla, superando en medios a los límites impuestos por lo “realista”.

Unido a esta idea está el siguiente texto:

“Cada noche uno de nosotros contaría su historia, y yo las conocería y no las conocería, y cada uno de estos relatos sería el final de otro más largo. Lo único era que los otros parecían saber mucho mejor que yo lo que tenían que contar. Bueno, ahora lo sé, pero por entonces aún no lo sabía. El narrador con una historia sin final es un mal narrador, eso ya lo sabes.”

Los relatos, estos textos ficcionales se entrelazan entre sí, formando una historia aún mayor, precisamente como un todo disfuncional y fragmentado que sirve para construir una realidad de ese tipo, alejada de la simple descripción de hechos, por muy crudos que estos pudieran ser; es irónica la afirmación referente a la no-finalización de la historia, ya que, precisamente, parece que quiera afirmar lo contrario; o simplemente que para crear una buena historia no hace falta un gran narrador.

Me encanta el uso que hace de este último medio, solo hay que verlo en esta pequeña descripción que hace de lo que justamente realiza habitualmente en sus libros de viajes:

“Luego he leído algo sobre Java, pues desde que fui despedido del instituto escribo guías de viaje, una tarea estúpida con la que me gano el pan de cada día, pero no es ni con mucho tan idiota como la de todos esos llamados escritores literarios de viajes, que sienten la necesidad de untar su preciosa alma sobre los paisajes del mundo entero para epatar a la burguesía.”

¿Idiota? Para nada, “su preciosa alma” impregna cada rincón de las historias o relatos que nos quiere contar.

Traducción de los textos del neerlandés de Julio Grande para esta edición de “La historia siguiente.”

“Una canción del ser y la apariencia” de Cees Nooteboom

canciónserPor fin empiezo a profundizar en la literatura del escritor holandés Cees Nootebom, uno de los escritores más variados y enriquecedores que se pueden encontrar actualmente; sobre todo por una elección de temas muy diversa según el libro que toque.

En este caso, bajo el sugestivo título “Una canción del ser y la apariencia” podemos entrever una dicotomía: ser/parecer, sin embargo, ¿en qué aplica esto a la literatura?

En el prólogo del húngaro Péter Esterházy encontramos lo siguiente:

“El gran talento de Nooteboom reside en el sentido de las proporciones. No simplifica las cosas, pero es capaz de acercarnos a ellas con sencillez. Crea la sencillez sin renunciar a la complejidad natural. Aquí también los hechos transcurren por diversos hilos, pero lo hacen con naturalidad, como si no pudiera ser de otra manera.”

En efecto, no resulta difícil seguir la propuesta de Nooteboom donde intercala dos partes muy diferenciadas, ese ser (el del escritor, la realidad) con esa apariencia (la de sus personajes, la ficción). El entrelazamiento de las dos historias, la de la conversación entre escritores holandeses y el de los personajes que aparecen en la novela de uno de ellos;, no faltan entonces esos momentos, con reflexiones literarias sobre la soledad del escritor en unión con esa realidad cada vez más aburrida que muchas veces quiere reflejar:

“Hay algo inefablemente triste en los escritores solos en su despacho. Tarde o temprano llega un momento en sus vidas en el que dudan de lo que están haciendo. Quizá sería extraño si no sucediera así. Con el paso de los años la realidad se va haciendo cada vez más importuna, y al mismo tiempo menos interesante, precisamente por el exceso de la misma.”

Alternadas con la realidad,  como podemos ver en la descripción de Tarnovo, una ciudad medieval de Bulgaria:

“Desde la lejanía reconoció el Cárevec y el Trapezica, y cuando se hubo acercado a la ciudad vio cómo las casas pegadas con sus tejados rojos bailaban reflejadas en el agua turbulenta del río. Tenía la sensación de que todo era irreal, demasiado bello, algo creado para ser pintado. “

No faltan los guiños a los lectores, Nooteboom es consciente de que navega por las aguas turbulentas de la metaficción y quiere quitar hierro al asunto, que el lector sea consciente de ello:

“A los lectores puedes ahuyentarlos con dos cosas: una, con falta de capacidad profesional, y dos, aburriéndolos demasiado con la profesión como profesión.”

En esta novela de límites y fronteras ficcionales, precisamente la libertad se encuentra en lo que ya está escrito; es esta libertad lo que define a un autor de sus personajes; lo que le da la identidad que luego puede insuflar a esos personajes:

“-Mira –dijo-, justamente ese es el límite de la existencia de un personaje de novela. Pessoa  eligió, puede decirse, más o menos su propia muerte; en cualquier caso eligió, digamos desde un determinado momento su propia vida. Tú, por nombrar a alguien, puedes morir aún mil muertes. Pero madame Bovary pudo y puede morir sólo una muerte, siempre la misma.”

Sin embargo,¿ importan al lector medio estas disquisiciones? Me temo que el bueno de Cees no es muy optimista al respecto:

“-¡Esa presunción demencial de los escritores! Todo escritor se cree distinto e incluso mejor que los demás porque los observa y vuelve a crear a otros a imagen y semejanza de ellos y de sí mismo, como si de alguna manera hubieran absorbido la esencia de lo que son las personas y ahora pudieran repartirla. Si olvidas por un momento la piadosa charla de la clase media cultural, sabrás que al grueso de la humanidad le interesa tanto la escritura o el oficio de escritor como la construcción de puentes o la arqueología prehistórica.”

Hasta tal punto es consciente de esto que, en el final, tiempo y espacio, realidad y ficción, ser y apariencia, autores de personajes; están más cerca de lo que se podría pensar:

“El sol poniente daba un aspecto terrible a la ciudad. La luz tardía lamía obscena los edificios y confería a los muros ocres, al descenso del agua del Tíber, al mármol de columnas y escaleras, un color apasionado y oscuro, lujurioso hasta lo macabro. Le afectó más que la nostalgia que había sentido al ver por primera vez a Laura, ahora tan cerca de él. Ella pasaba a la ciudad, formaba parte del lugar, en este decorado fluyente de plazas, basílicas, palacios, pero al mismo tiempo era su ocaso, porque aquí lo especial, que era ella, formaba parte de lo normal.”.

Lo especial no es que estén separados sino esta fusión de contrarios, es un relato metaficcional donde ficción y realidad conviven estrechamente, se subvierte esta autoconsciencia de la ficción y el escritor vive con sus creaciones y sus creaciones con él. Es estimulante cómo nos maneja en esta pequeña novela y que, sin embargo, resulta más clarificadora de lo que es mi enrevesada exposición.

Traducción del húngaro de Adan Kovacsis del prólogo de Péter Esterházy

Traducción del neerlandés de Julio Grande de la novela “Una canción del ser y la apariencia”.

“¡Mokusei!/El Buda tras la empalizada” de Cees Nooteboom

P86439A.jpgQuien haya leído el comentario que publiqué anteriormente no se hará una idea de lo que es Nooteboom; afortunadamente voy a publicar bastantes cosas sobre él y ya aviso, la variedad de su obra es sencillamente proverbial. En este caso tenemos, quizá, lo que es una de sus partes más comunes. El holandés es conocido precisamente por ser inquieto, y si es tan inquieto y cosmopolita, buena parte de culpa la tiene el haber viajado por diferentes países. Esta recopilación es una buena muestra de ello.

“¡Mokusei!/El Buda tras la empalizada” recoge dos relatos breves del autor, caracterizados por su exotismo en una primera lectura, el primero de ellos “¡Mokusei!”, se ambienta en Japón; el segundo, “El buda tras la empalizada”, en Thailandia.

“El mokusei es una de las pocas plantas aromáticas de Japón –aprendió más adelante-, y así la había llamado a partir de entonces, Mokusei. Ahora ella tenía tres nombre: uno secreto, solo para él, Máscara de nieve; el suyo propio, Saroko, que él nunca utilizaba, y Mokusei. Así le escribía, era un nombre que sólo existía para ellos dos.”

Arnold Pessers, el protagonista de esta historia de amor y alter ego holandés, utiliza el nombre de la planta aromática como parte de la definición de su amor:

“Más tarde, cuando todo hubo terminado, reflexionaría mucho sobre ello: ¿cuándo empieza algo así, un gran amor? […] Un gran amor, esa cosa impronunciable emponzoñada de trivialidad, probablemente empezó con el deseo de vivirlo. Y ese lo había sentido a lo largo de toda su vida. Había sido la preparación para el instante en que él estaba allí, escuchando la voz de ella en la casa de té, ese pequeño oleaje incomprensible de preguntas y respuestas en el que pedía y obtenía el permiso para cambiar en alguna habitación del establecimiento su traje europeo por los kimonos que había llevado consigo.”

Otro de los hilos conductores que utilizar para hilvanar la historia es la incapacidad del lenguaje para expresar los sentimientos y relaciones entre personas; hay ecos “foucaltianos”  en esta incapacidad del lenguaje al definir el discurso:

“Lo limitado de esta frase le gustó. Sólo cuando los demás entendían poco podían comprender todo. Eso era muy tranquilizador, el idioma echaba a perder siempre muchas cosas entre hablantes de una misma lengua, porque –pensaba-  tan pronto como se empezaba a hablar se mentía.”

Como viajante es consciente en sí mismo de que no se puede conocer un país como Japón siendo turista:

“Pero si es muy simple. Une maniére de dire. La mayoría de los europeos y americanos que vienen aquí, no los hombres de negocios per se, ya que a estos se les ayuda muy pronto a salir del sueño, sino los personajes artísticos (por llamarlos de algún modo), no conocen el Japón real en absoluto. Saben que es diferente, pero Vietnam y Costa de Marfil son también diferentes. Japón es, perdóname, diferentemente diferente. Pero ¿cómo explicas esto? No hablan la lengua y en la mayoría de los casos tampoco la hablarán nunca; saben algo de la cultura, en realidad nada importante, pero esto no los afecta, tienen algo mejor, tienen una idea acerca del Japón.”

Lo que refuerza esa idea mítica que tenemos de la cultura/sociedad nipona; nuestro holandés favorito utiliza una historia de amor para presentar otros temas subyacentes accesorios a una historia cargada de lirismo evocador.

En “El Buda tras la empalizada a orillas del Chao Phraya”  hay dos ideas que me gustaría destacar especialmente:

“El centro del mundo ha viajado con él. No, está mal dicho, el centro del mundo está en todas partes al mismo tiempo, pero en el lugar en el que estás temporalmente sólo existe ese lugar. En España los Países Bajos son una sombra, en América Europa es un espíritu, en Asía existe primero lo circundante, sólo después el resto.”

Esa tendencia que tenemos absolutizar nuestra importancia y que es inherente al ser humano; precisamente el hecho de viajar descentraliza esta sensación, relativizando esos sentimientos y ayudándonos a tener en cuenta las ideas del resto. Esta idea, la del viaje como catalizador de experiencias y como forma de relativizar tu existencia al mismo tiempo que tienes en cuenta la de los demás está muy presente en toda la obra de Nooteboom.

“Palabras suaves, gestos tailandeses, formas de amor, sombras contra el muro. Y él había estado a menudo en el balcón y había mirado el siempre cambiante orden de los cuerpos debajo de él, en la calle. También había visto el cielo de muchos colores distintos. Era hora de partir. Demasiado tiempo en esta ciudad no podría ser bueno para nadie. Y, sin embargo, sabía lo que ocurriría. El avión se elevaría sobre el delta humeante. La ciudad –en la que él aún permanecía- yacería allí debajo como un montón de viles disparates, bordada con el oro de templos y palacios. Y él, él tendría nostalgia, nostalgia o pena.”

Los momentos líricos se asociarán a los momentos de más pena/nostalgia, y, extendiéndolo, a los momentos de más dolor; esta también es una constante en sus historias que iremos viendo según vaya teniendo más libros por aquí.

Dos lecturas breves, intensas, pero enriquecedoras por muchos motivos.

Textos de la traducción del neerlandés de Julio Grande para esta edición de “¡Mokusei!/El Buda tras la empalizada” de Cees Nooteboom

“Los libros del 2011 que más me gustaron”

Aprovecho el momento, casi fin de año, para recuperar la recopilación de los libros que más me gustaron que hice el año pasado y así luego referenciaré a los de este año. Así que, sin más dilación, aquí está:

Estamos en el momento, final de año, llegan las tan temidas listas, listas de todo lo que ha ocurrido durante el año: lo peor, lo mejor, lo más divertido, lo más popular… tenemos para todos los gustos. Dentro de este “subgénero” están, naturalmente, las listas de libros, que suelen ser aún más monótonas que el resto, por la sencilla razón que las hacen los críticos y nunca coinciden con los gustos de la mayoría, huyendo de los best-sellers como si fueran la peste. Curiosamente mucha gente las sigue y se pueden llegar a decidir por comprar libros un poco diferentes de lo habitual.

A nivel editorial  ha habido de todo, en primer lugar es de destacar la irrupción a mayor escala de los lectores de eBooks, sobre todo con el lanzamiento justo antes de Navidad del muy conocido lector de Amazon en España, si a eso sumamos que, tanto la Casa del Libro como la Fnac han sacado sus propios lectores con precios bastante competitivos, entonces estamos hablando de un verdadero avance; mucha gente va a comprar lectores de eBooks estas navidades y los va a complementar con tablets, que van a ser, probablemente, el regalo estrella. Las editoriales están, sin embargo, actuando con cautela y lentitud, el fondo editorial sigue siendo pequeño y el precio poco ajustado, originando  que los lectores que compraban libros de papel no inviertan en electrónicos ya que los pueden conseguir por otros medios. En cualquier caso, el 2012 puede ser un punto de ruptura que habrá que seguir.

En segundo lugar, en cuanto a la publicación en papel, las grandes editoriales siguen siendo bastante conservadoras en su catálogo, sacan libros de todo tipo en multitud de sellos e intentan asegurar beneficios, así tenemos el caso de Random House Mondadori y Planeta, es reseñable la maravillosa y completísima colección de novela negra de RBA que se ha estabilizado definitivamente y está sacando de todo: nuevas novelas, clásicos, reediciones, etc. Más interesante ha sido el año en el caso de las editoriales más pequeñas, que arriesgan e intentan hacer algo distinto, apuestas como las de Alpha Decay o Blackie Books son interesantes, abogan por autores jóvenes en el caso de la primera o libros diferentes en el caso de la segunda. Te puede gustar más o menos pero hacen algo innovador y, a veces, aciertan con alguna joya desconocida. Ha habido otras tantas de este estilo que están siendo, además de acertadas, más regulares, como por ejemplo Impedimenta con un listado delicioso  y una edición muy cuidada, o Libros del Asteroide, Sajalín Editores, Nevsky Prospects, Valdemar, EsPop ediciones, Salto de página, Papel de Liar, Ático de los libros, etc… que están publicando un catálogo más reducido pero de una calidad indudable. Como siempre, la literatura de género en sus variantes de terror y ciencia ficción está un poco abandonada, saliendo sólo lo menos arriesgado, pero bueno, confiemos en que el año que viene vaya un poco mejor y que se anime alguna más aparte de Valdemar.

Después de todo esto entremos en faena, ¿cuáles son los libros más cool que hemos tenido en este año 2011? Cool puede aplicar a lo que queramos, así que la lista puede tener best-sellers, reediciones, libros de otros años, clásicos… y con mi único criterio personal. Espero que os guste.el-ultimo-buen-beso_james-crumley

“El último buen beso” de James Crumley. RBA comenzó el año a lo grande con la recuperación de esta novela. “El discurso intelectual está muy bien tío, pero en mi negocio lo que abunda es la violencia y el dolor”, así se las gasta C.W. Sughrue, el atípico (ex militar, alcohólico, drogadicto y mujeriego) buscador de personas desaparecidas. Tenemos aquí una novela negra muy dura donde la sociedad, en franca decadencia, aparece relatada con toda la sordidez y amargura de la que es capaz: las consecuencias de la guerra, el mundo de la pornografía, las venganzas, las relaciones malsanas, los vicios,.. eso sí, con una prosa muy muy elegante. Esto es literatura, sin más, te gustará si te gusta leer un buen libro, independientemente de si es de género o no. Un clasicazo que no nos vamos a cansar de recomendar.solaris

“Solaris” de Stanislaw Lem. Lo de la editorial Impedimenta es tan colosal que siempre nos quedaremos cortos. En este caso cogieron el clásico del escritor polaco y reeditaron, en nueva traducción directa desde el polaco,  por primera vez la imprescindible obra de ciencia ficción. Una obra que va más allá de la ciencia ficción, representando con toda claridad la psicología humana.

violación“Violación, una historia de amor” de Joyce Carol Oates. La editorial Papel de Liar está haciendo una labor excelente publicando estas pequeñas historias góticas y siniestras de la gran escritora norteamericana. La violación en grupo de una madre en presencia de su hija desencadenará una espiral de acontecimientos tanto entre la violada y su familia como entre los violadores y todo el pueblo. Nos brinda con una de esas historias que te dejan sin aliento, que te desbordan y que está escrita con una intensidad y una tensión narrativa sin igual. Qué relato, es imposible no sentirse roto al leerlo, pero qué lectura. Es obligatorio leer a Oates. Una obra para sentir.

“Los amigos de Eddie Coyle” de George V. Higgins. Gracias a Libros del Asteroide gozamos de la recuperación de una de esas novelas en la que se conjugan todas las virtudes que sirvieron para construir la novela Los amigos de Eddie Coylenegra más negra. La trama importa, pero no tanto como todo lo que la rodea. Los hechos se suceden de manera vertiginosa, el hampa, los bajos fondos con su sordidez, quedan perfectamente reflejados con diálogos chispeantes, fluidos, llenos de humor y de drama al mismo tiempo. Una de las más grandes del año. Estamos de enhorabuena.

zorros“Los zorros vienen de noche” de Cees Nooteboom. Como ya comenté en esta reseña, en esta recopilación de relatos cortos que cada historia es una pequeña obra de arte. Tomando como hilo conductor algo relacionado con la fotografía se originan en los personajes reflexiones con respecto a los recuerdos, la nostalgia, la vida y la muerte. Su prosa produce sensaciones indescriptibles, un placer para los sentidos.

“Todo oscuro, sin estrellas” de Stephen King. La última recopilación de cuentos cortos del Sr. King es de las mejores que ha hecho en mucho tiempo. Cuatro historias en las que lo todo-oscuro-sin-estrellas-de-stephen-kingsobrenatural es simplemente anecdótico y lo que importa de verdad es el verdadero terror que puede causar el propio hombre. Como dice en su epílogo el propio escritor “poner a gente ordinaria frente a situaciones extraordinarias”. Son historias de bastante dureza, apelando a los bajos instintos. Stephen King está en plena forma.

“El callejón de las almas perdidas” de William Lindsey Gresham. Sobre una premisa que recuerda a “La parada de los monstruos” de Todd Browning en su comienzo y que luego se decora con elementos del más puro “hardboiled” a lo Jim Thompson, el malogrado escritor  construye una novela que cuenta la historia de un l-callejon-de-las-almas-perdidasaprendiz de mentalista que trabaja en un circo de “freaks” y que intenta prosperar en la vida combinando su capacidad con los timos. Lo onírico se alterna con lo real, los flashbacks con el momento presente, evolucionado los personajes mediante el monólogo interior. Estilísticamente excelsa. Lirismo y crudeza se mezclan a partes iguales.  Muy amarga pero muy recomendable.

“Ventajas de viajar en tren” de Antonio Orejudo. Cierto que este año la novela que se ha publicado del grandísimo escritor español es “Un momento de descanso”, pero nos apetecía recomendar más esta, que, aunque fue publicada en el año 2000, Tusquets la ha recogido en su catálogo en este mismo año. Estamos ante una de esas novelas que es un ejercicio de estilo en sí, lo real se mezcla con lo ficticio. El autor es capaz de cambiar de narrador, de alternar flashbacks con cartas y con historias presentes. Toda la novela es sumamente original y una total virguería. Una buena forma de conocer uno de los mejores narradores actuales.ventajas-de-viajar-en-tren

“El dinero de los demás” de Justin Cartwright. El libro trata sobre la crisis bancaria y los personajes que rodean la caída de un banco británico privado y las consecuencias que traerá, a los periodistas que investigan el posible fraude, pasando por un escritor que recibía financiación del banco y a la propia familia que sustituye en la dirección del banco al patriarca. Relata con mucho humor todos los entresijos de la situación, con las trampas, dinerodemas_bajaengaños, dinero fantasma,… elaborados por los poderes fácticos para seguir manteniendo su estatus a pesar de la catástrofe económica. Está espléndidamente narrado y aprovecha para hacer una sátira sin compasión. Qué libro nos brinda la editorial Ático de los libros, tan necesario como imprescindible.

“El lunes empieza el sábado” de los rusos Boris y Arkadi Strugarski. Es una atípica novela de ciencia ficción mezclada con fantasía. Aunque le cuesta un poco empezar, es simplemente maravillosa, diferente y, sobre todo en su parte final, está lunessábadoestupendamente escrita. Además contiene mensajes de todo tipo de los autores referentes al régimen imperante en la época en que la escribieron pero tratados con humor. Fantasía a raudales. Ciencia ficción de la que nos falta. Qué buena recuperación de Nevsky.

casa-desolada“Casa desolada” de Charles Dickens. Sí, no es de este año, pero si hay que recuperar un clásico este podría ser un buen ejemplo, voluminoso eso sí. En el excelente prólogo de la no menos excelente edición de Valdemar se dicen varias de las virtudes del escritor: “Lo genuinamente dickensiano: su estilo, la densidad de sus motivos, la psicología de sus personajes, en definitiva, el poder inconmensurable de su palabra.” Aquí creó una novela perfecta, en casi todos los aspectos, no hay maniqueísmos, no hay infantilización, lo tenemos en su madurez, con un estilo elegante e inconfundible. Quizá la obra más completa y perfecta del gran autor inglés.

“Los zorros vienen de noche” de Cees Nooteboom

La mayoría de las personas que lean este comentario no conocerán a este escritor, lo tengo asumido. De ahí que tenga el firme propósito de dar a conocer la pluma del magnífico autor holandés Cees Nooteboom a todos los que se pasen por aquí. A algunos puede que no les guste. Pero a la mayoría espero que les acabe apasionando como a mí.

Escribía el bueno de Cees en su fabulosa novela/ensayo “El enigma de la luz” sobre el arte, y sorprendía mucho, sobre todo porque no lo hacía desde un punto de vista académico, centrándose en la técnica del cuadro, sino más bien en criterios artísticos, subjetivos, sensoriales, en definitiva, en lo que sentía cuando veía una obra de arte, en concreto un cuadro. En lo que esa obra ocasionaba en él, desde los detalles más pequeños que repasaba con asombrosa meticulosidad, hasta encuadrar emocionalmente la obra en su conjunto. El resultado era increíble, ya que lograba la empatía con el lector ocasional sin necesidad de entrar en intelectualismos.

Esa misma forma de explicar el arte, lo aplica igualmente al hablar de personas. Y es ahí cuando entramos en la recopilación de relatos cortos que forman “Los zorros vienen de noche”. Tomando como hilo conductor en todas las historias algo relacionado con la  fotografía: que puede tratarse de la foto de una persona, o de algún animal, o simplemente el hecho de hacer una foto; ese desencandenante ocasionará en los personajes reflexiones con respecto a los recuerdos (“Sigo siendo mi memoria, eso sí, pero no sé cuánto tiempo más voy a ser capaz de mantener mis recuerdos. Una vez que estos hayan desaparecido, habré muerto de verdad”), la nostalgia (“A veces sigo pensando en términos físicos y me embarga una suerte de tristeza; no, mejor dicho de nostalgia”), la vida y la muerte (“Ya murió. Este estribillo lo oirás con frecuencia. Qué le vamos a hacer, forma parte de la vida”)

Cada historia es una pequeña obra de arte, desde “Góndolas”, ambientada lógicamente en Venecia donde una fotografía antigua origina los recuerdos de una época anterior; hasta ese díptico que conforman “Paula” y “Paula II”, donde en un genial alarde de estilo y previsión pinta al personaje con trazos formados por los recuerdos de una persona que le conoció (en la primera de ellas) y con los propios recuerdos de ella, desde su estado de muerte (en la segunda).  Todo lo hace centrándose en los pequeños detalles cotidianos y con un lirismo de una belleza inconmensurable: “Durante un segundo fue como si la electricidad fluyera por encima de él. Fulgores líquidos, una rauda línea de luz blanca recorriendo la oscura silueta de su cuerpo. Todos oyeron su grito audible incluso por encima del bramido de las olas, un alarido de palabras sofocado por el grito agudo de la mujer y un nuevo trueno”.

Hacía meses que no me leía un libro del autor, y cuando lo lees te das cuenta que lo echas de menos. Es el reencuentro con un amigo, no te va a recriminar el tiempo que ha pasado, sino a alegrarse de que estés con él de nuevo. Su prosa produce sensaciones: se visualizan los colores, las personas; se filtran los sonidos, las conversaciones; se siente el frío, el calor, el sol, la lluvia… Y todo ello te produce una sensación de paz, de descanso (“A partir de ese momento empezó otra forma de mirar. Como desde el sueño. Una sensación de paz profunda”) Concluyendo, un placer para los sentidos, una obra necesaria e imprescindible.

Valoración del libro:

Una de premios: El príncipe de Asturias y la cercanía del Nobel.

Presumiblemente, el próximo jueves 11 de octubre del 2012, tendrá lugar el acontecimiento literario más importante del año: la entrega del premio Nobel de literatura. Mucho antes, a nuestro nivel, el español, ya se ha decidido el premio príncipe de Asturias de las Letras que es el premio más importante, a nivel internacional, entregado en España. No quería dejar pasar la oportunidad de mencionar especialmente que este año ha recaído en uno de los “eternos aspirantes al Nobel”; el cliché por excelencia que oiremos en las próximas semanas hasta en la sopa en todos los medios de información. El norteamericano Philip Roth, un coloso de las letras que, posiblemente, no reciba sin embargo el máximo galardón, debido a la animadversión de la academia sueca con respecto a Estados Unidos.

El gran escritor norteamericano como agradecimiento al galardón contestó a los organizadores con el siguiente mensaje:

“Estoy encantado de recibir el Premio Príncipe de Asturias y emocionado porque el jurado haya encontrado mi obra merecedora de tal honor.

Es particularmente conmovedor para mí haber recibido la noticia del premio sólo unas semanas después de la muerte de Carlos Fuentes, quien recibió el premio en el año 1994. Carlos fue un querido amigo mío y un colega generoso durante muchas décadas y, por supuesto, uno de los más grandes novelistas en español de nuestra era. Quisiera que estuviese vivo para que pudiera oír su voz melodiosa al otro lado del teléfono dándome la enhorabuena con su cortesía habitual”.

Philip Roth, Nueva York, 6 de junio de 2012

Es tan inteligente que liga su premio al gran Carlos Fuentes, demostrando que, al menos, conoce el premio y que incluso ha mirado los ganadores desde 1994; añadiendo una nota conmovedora al agradecimiento que con una nota formal/cortés habría bastado, esperemos que venga a recoger el premio; su discurso será, sin lugar a dudas, un acontecimiento a seguir. Roth, con sus temas, tiene una carrera literaria muy meditada y, desde luego merece lo mejor. En breve espero poner un comentario sobre la increíble “La contravida”, otro exponente de su saber hacer.

Curiosamente la lista de los premios Príncipe de Asturias en los últimos años es bastante consistente y más consecuente que la de los Nobel; que hace gala de unos partidismos que, por otra parte, la hacen bastante divertida por todo lo asociado, digamos, “lateralmente” al premio.

El pistoletazo de salida del premio suele ser la apertura de la casa de apuestas de Ladbrokes con su página dedicada a este premio en particular. Aquí tenéis la página para seguir la evolución. Además, coincide con el artículo estándar que realizan en todos los medios para contar lo mismo de todos los años, con la única actualización de cuál va primero en las apuestas en ese instante.

Cierto es que un premio, que debería ser hipotéticamente el más importante a nivel mundial en el ámbito literario, no ha sido entregado a clásicos insustituibles de la talla de Joyce, Proust o Nabokov entre otros, se desacredita por sí mismo; pero también es cierto que, para todos los que amamos la literatura tenemos siempre la esperanza de que se premie a los mejores.

Algunos datos curiosos: Francia es el país con más laureados, nada menos que catorce, luego van Reino Unido y EE. UU; sin embargo este recibió su último premio en 1993, hace casi veinte años; España lo ha recibido en cinco ocasiones; en los últimos diez años solo tres mujeres han sido galardonadas. Digo estos datos porque desde luego suelen dar pistas para  ver cuál puede ser el de este año.

Y, concretando, ¿cómo están las apuestas ahora mismo? Suenan con fuerza los nombres de Murakami, Bob Dylan, Mo yan, Nooteboom, Kadaré, Adonis, Ko Un, Dacia Maraini o Philip Roth y Cormac McCarthy. Pero no hay que dejarse engañar, en años anteriores el verdadero ganador suele aparecer en los primeros puestos en los dos últimos días.. y esta lista evoluciona un montón según pasa el tiempo; solo hay que recordar los casos flagrantes, en cuanto a subida meteórica y posible filtración, de Le Clezio y Hertha Müller.

Os recuerdo los últimos laureados, desde el año 2002:

2002 Imre Kértesz

2003 J.M Coetzee

2004 Elfriede Jelinek

2005 Harold Pinter

2006 Orhan Pamuk

2007 Doris Lessing

2008 Le Clezio

2009 Hertha Müller

2010 Vargas Llosa

2011 Tomas Tranströmer

Lo que parece claro es que, este año, no va a ser un poeta; no suelen repetirse los géneros, excepto en ficción; lo más probable es que sea mujer, llevamos pocas en los últimos años, y las últimas nacionalidades que menos se han repetido son la norteamericana y la asiática, se pueden descartar los europeos. Con este perfil y, teniendo en cuenta la animadversión evidente a EE. UU. de la academia sueca, o será canadiense o será asiático, y si es posible, será mujer, no digo nombres  y que cada uno haga sus cábalas; yo añadiría los africanos, hace bastante de Coetzee también, y podrían estar ahí. Todas estas elucubraciones las discuto todos los años con mi librero, es parte del juego, y muchas conclusiones son suyas.

Y, ¿quién me gustaría a mí que ganara? El corazón, la mente, y cada fibra de mi piel querría a Pynchon, pero es casi imposible, aunque aparezca en las apuestas, además, seguro que no iba a recoger el premio o renunciaba a él; no me importaría tampoco que fuera Roth (aunque con el Príncipe de Asturias es difícil, solo Lessing en los últimos años ha recibido ambos premios). Una opción bonita aunque no realista sería la del holandés “errante” Nooteboom; no estaría mal tampoco Delillo, o McCarthy, pero están lejos de ser posibles; me encantaría, de manera egoísta, y más probable sería el caso de Joyce Carol Oates, mujer y norteamericana; además, falta mucho suyo por publicarse por aquí, esto sería un espaldarazo definitivo para conseguir ver toda su increíble carrera literaria.

Con estas últimas consideraciones lo dejo por ahora, y ya veremos cuánto acertamos, a veces se lleva uno sorpresas, es realmente entretenido.