Antes que nada me veo en la obligación de explicar cuál será mi dinámica en los próximos meses; primero, hay que entender mi situación: recién terminada la lista de la rentrée, empiezo a preparar la hipotética lista para Halloween y me doy cuenta que este año, siguiendo un trabajo continuado de años anteriores, se publican muchos libros de terror, mucha variedad, diferentes géneros, muchos y variados autores y autoras.
Hace unos años, cuando Canino todavía estaba en marcha pensé en realizar un artículo hablando de un micro-boom en el género, ahora estoy convencido de que es un boom en toda regla y es de agradecer la constancia de editoriales que han apostado casi enteramente por editar un montón de obras, como es el caso de Biblioteca de Carfax, Dilatando Mentes, Obscura, Cerbero, Orcinny y otras muchas más. Y se ha visto refrendado con una gran respuesta de los lectores.
Como resultado de ello, se pueden hacer unas selecciones para Halloween de un nivel altísimo; y también ha ocurrido que, lógicamente, me he juntado con un carro de libros de terror (aún sin leer) a los que quiero ir dando la salida adecuada además de promover el género y su lectura.
Para avanzar en ello he pensado en desencadenar un hilo en twitter, lo llamaré #LibTerrorTon y lo voy a dedicar exclusivamente a ir poniendo las lecturas de libros y cómics de terror, algunas tendrán post en mi blog, otras no pero tendrán comentarios en twitter, y lo que vaya surgiendo, nunca se sabe todo lo que puede dar de sí y no estoy seguro del tiempo que le voy a dedicar. Lo que sí prometo es una cantidad ingente de libros leídos. A mí me viene bien para aclarar mis pensamientos una vez leídos y si le sirve a alguien para buscar posibles lecturas, genial.
Aprovecho este post inicial para introducir un de esos libros impactantes del género con algún comentario que me sugiere su desasosegante lectura; es importante comentar que llegué a este libro un poco después de su publicación (2020) y no fui consciente de su existencia hasta que ganó el Shirley Jackson Award a la novela (por encima del excepcional Mexican Gothic de Silvia Moreno-García).
Una vez leído, entiendo perfectamente su relevancia, en Cadáver exquisito, su autora, Agustina Bazterrica, propone una de las distopías más perversas que he tenido la oportunidad de leer. Para quien no sepa de qué trata, su trama (sin spoilers prácticamente) se basa en la posibilidad de que un virus en el futuro origina la imposibilidad de comer la carne de los animales, este hecho desencadena la normalización del consumo de carne humana (sí, canibalismo).
Una de las cosas más terribles del libro es encontrarse con todo un mazazo de normalización de una conducta actualmente reprobable presentado de una forma tan “razonable”, su lectura te hace transitar entre lo grotesco sin que apenas te des cuenta debido a que la autora sabe perfectamente mostrar la situación como si fuera algo aceptable dado el contexto.
Especialmente dolorosas son las descripciones brutales de los procesos normalizados para llevar a cabo ese canibalismo, descripciones muy poderosas e inolvidables por su crudeza y, en ocasiones, tremendamente líricas…. generando un contraste aún mayor. No en pocas ocasiones tuve que retirar la mirada para recuperarme de la situación leída.
En este orden de cosas, es lógico que se pueda buscar una interpretación más alegórica al libro, un alegato en contra del consumo de carne, interpretación que puede hacer más llevable su lectura pero que no diluye el fuerte contenido que se refleja.
Uno puede pensar que la autora relajaría el pistón al final, ofrecer una pequeña redención, aligerar la intensidad…… sin embargo, ofrece una conclusión sin concesiones a lo sentimental. En línea con todo lo que ha ido desarrollando a lo largo de esta horripilante historia. Fascinante, pero….. hay que ser muy consciente de lo que vas a leer.
Abrazos y ¡buenas lecturas!