Mis tenores favoritos (2ª parte)

 bayreuth

Ya empecé a comentar cuáles eran mis tenores favoritos en este artículo anterior . Hoy voy a terminar con él; me gustan más tenores, naturalmente, en distintos papeles que no han podido entrar por limitaciones de espacio, quizá en el futuro.

-Ahora me voy a centrar en el tenor ligero,  característico por cantar más de cabeza que de pecho, en repertorios más ligeros en cuanto a la orquesta y donde no es necesario dar peso a la voz media, ejemplos característicos son los Mozartianos, Haëndelianos o Rossinianos. La mayoría de la gente lo asocia fácilmente hoy en día, ya que Juan Diego Flórez lo está bordando y es tremendamente conocido. Pero mi tenor elegido va a ser otro peruano y amigo del anterior, el gran Ernesto Palacio, poseedor de una voz pequeña en el volumen pero de un alcance inmenso y con una capacidad para hacer agilidades que resulta, simplemente proverbial, sobre todo porque para ser ligero no resultaba tan autoparódico como oír a ese clásico Tenor di Grazia que era Luigi Alva, que parecía que estaba cantando en falsette en todo momento. Un ejemplo válido para entender la importancia de Palacio puede se este “Languir per una bella” de “L’Italiana in Algeri” de Rossini, es bárbaro lo bien que se mueve en las agilidades y el manejo del canto en “pianissimo”, delicadísimo:

Aquí voy a introducir el contratenor, esa voz capaz de cantar de cabeza sin pensar nunca en pasar al registro de pecho, prodigio de técnica y trabajo; mucha gente lo considera frío pero a mí, sinceramente me emociona; como ejemplo voy a poner esta vez uno actual porque me tiene totalmente hipnotizado, Philippe Jaroussky, ¿se puede tener más sensibilidad a la hora de cantar? Increíble este “Lascia Chio Pianga” de Haëndel:

-Como transición a los pesos pesados de los tenores, tiene que aparecer, tenía que hacerlo en algún momento, Franco Corelli, lírico spinto que lidió con papeles más potentes en lo orquestal como los Puccinis o el simple repertorio del verismo; la voz, muy peculiar, era ciertamente hermosa y tenía unas cualidades asombrosas de fiato, además de una agudo espectacular; el único enemigo para convertirse en uno de los mejores tenores era su propia falta de confianza que le obligaba a usar el portamento a veces antiestéticamente; a pesar de esto, su voz es un monumento, os pongo dos fragmentos de los muchos que se podrían elegir, atención al primero, “Recondita armonia” de “Tosca”, jovencísimo, exuberante, un torrente de voz, en directo:

Y para acabar de enamorarse de esta peculiar voz, una de las arias más famosas de la historia de la ópera, “Vesti la Giubba” del “I Pagliacci” de Leoncavallo, desbordante de nuevo, vaya plenitud:

-Paso a los tenores dramáticos, ojo, yo suelo distinguir entre dramáticos y heldentenors (el tenor wagneriano); pues bien, aquí podría haber introducido a Carreras (poco probable) y a Domingo, con papeles como el Sansón o su increíble Otello; pero me voy a quedar con algo distinto, el chileno Ramón Vinay, broncínea voz (muy al estilo de Mario del Mónaco) pero de mayor calidad y sensibilidad; menos tosco, especialista en dramáticos potentes y que cantó lo más pesado del repertorio wagneriano (¡con éxito!), imprimiendo una personalidad única a un papel que bordó, os pongo precisamente de su “Otello” el “Dio mi potevi Scagliar”:

-Y con el chileno paso a lo más pesado, el heldentenor, el tenor heroico, el tenor que tiene que luchar con orquestas de una densidad brutal y sobrevivir al intento, ¡¡desde luego es heroico!!. Hay muchos pertenecientes a la época dorada de Bayreuth que cumplieron su cometido, que no es poco, pero me gustaría pensar que existe un tenor que aúne las características de Lauritz Melchior y Wolfgang Windgassen: la mezcla perfecta para crear el tenor heroico total. Lo de Lauritz no era normal, una voz incombustible de una potencia descomunal; empezó como barítono pero en seguida se convirtió en el heldentenor por excelencia y llegó a cantar en el MET durante 25 años más de 1000 veces los papeles wagnerianos!!, esto no lo ha hecho nadie, ya que el desgaste de este tipo de papeles es considerable, inhumano. Os pongo una muestra con su “Nothung, Nothung” del “Sigfrido” de Wagner:

Windgassen era también un titán, pero, además, añadió lirismo a los personajes de Wagner, supo cantarlos dotándolos de emotividad sin perder fuerza, labor ciertamente difícil, es proverbial, verle cantar su Tristán o su Sigfrido, paradigmas de canto expresivo con toda la potencia que requiere; su voz era muy amplia y podía luchar contra todas las orquestas que le ponían igualmente; conocer Wagner con él y la inconmensurable Birgit Nilsson es enloquecer con Wagner, os voy a poner un par de fragmentos de este increíble cantante, en primer lugar el “Heil dir, Sonne! Heil dir, Licht” del “Sigfrido” con ese dúo:

Cuánto transmitía Birgit de Brünhilde, cuánta fuerza, qué rotundidad en cada nota, sin portamentos y afinación plena;  qué pareja más memorable en el fondo de nuestros recuerdos, en ese rinconcito de nuestro corazón; para acabar, por qué no, el último fragmento va a ser el Dúo de amor de “Tristán e Isolda”, esta vez cantado con Martha Mödl, tened en cuenta que este último momento dura media horita, guardadle un hueco:

Espero que os haya gustado la recopilación, otro día recopilaciones de otras cuerdas, cómo no. Si os gusta claro.

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