Solamente viendo el ambicioso subtítulo (Historia del cine fantástico y de terror Español, 1897-2010), que acompaña a este “Silencios de pánico” editado por Tyrannosaurus Books, nos podemos hacer una idea de la importancia que cobra, y sí, decirlo muy en voz alta, se convierte en una obra de lectura obligada, imprescindible.
En la introducción de los autores (Diego López y David Pizarro) podemos comprobar sus nada desdeñables pretensiones y sus intenciones:
“A pesar de que teníamos claro este concepto como libro-entrevista, no queríamos limitarnos a exponer una profusa crónica de declaraciones sin ton ni son, también deseábamos aportar nuestra perspectiva crítica, exponiéndola de forma diversificada, bien analizando ciertos largometrajes, destripando otros o, simplemente, narrando curiosidades de rodaje. En definitiva, componiendo una sólida historia de nuestro cine más sobrenatural pero de dilatada concepción, pues los límites de lo imaginario en la mayoría de ocasiones sobrepasan los delirios mentales del ser humano. Así pues, no es de extrañar que a diferencia de otras obras dediquemos apartados a películas esquinada, oscuras o malditas, movimientos cinematográficos vanguardistas o simplemente, films clasificados “S” que se arrimaban al género por pura comercialidad; amén de dedicar un apartado especial en clave de bonus track al cine fantástico fronterizo, donde, con ánimo de impulsar una serie de títulos poco conocidos para el aficionado al fantástico, se profundiza en campos “vírgenes” de los márgenes del género, apuntalando el policíaco con tintes fantasmáticos, el Spanish Giallo, el Spanish Gothic, el cine X con esquirlas (para)normales o la animación fantástica.”
Esta estructura ayuda a que el relato cronológico de los sucesos no se vuelva monótono en ningún momento; al referirse a Luís Buñuel y “Un perro andaluz” (“Obra visionaria y adelantada a su tiempo, bien podría considerarse una de las primeras muestras de pregore mundial”), encontramos la clave por la cual está obra se vuelve única:
“Lamentablemente, y como es habitual en estos casos, su línea de creatividad no fue explorada ni seguida por la industria española, quedando desterrada como la mayor parte de la filmografía de su realizador. Una pena que nuestro realizador más universal y prestigioso haya forjado su fama en países extranjeros. Pero por triste que parezca, esta ha sido la tónica habitual en nuestra cinematografía y evidente es: la esencia se perdió (o nunca se poseyó) y la marginalidad que sintió el fantástico durante muchos años fue producto de la falta de compromiso por parte de las productoras que despreciaban, por incultura o ignorancia, propuestas como la buñueliana, que revitalizaban nuestra filmografía con nuevos aires fantásticos.”
En efecto, tanto en el cine, como en la literatura, etc… se empieza a considerar cada vez más el valor de la temática de género y la existencia de un libro como este certifica que estas fronteras están cada vez más diluidas, afortunadamente para nosotros.
Si a esto le sumamos el grado de exhaustividad del inmenso trabajo de los autores que recorren la historia de nuestro fantástico cinematográfico desde Nemesio N. Sobrevila hasta las últimas obras de Paco Plaza, Alex de la Iglesia o Jaume Balagueró, pasando por los verdaderos fundadores del género español con varias figuras especialmente preponderantes. Jesús (Jess) Franco es una de ellas:
“Nada hacía prever que Franco (Jesús) diera un tumbo súbito a su filmografía y ese mismo año realizara Gritos en la noche (1961), una de las películas más importantes, influyentes y representativas de nuestro fantástico. Escudándose en un guión propio de marcadas referencias terroríficas, el realizador navega entre tramas policiales y un trasfondo gótico de remarcadas connotaciones macabras, donde la figura del mad doctor, magníficamente interpretado por Howard Vernon, es reinventada a base de canalizaciones de otros filmes y/o géneros –siendo el más evidente Los ojos sin rostros (Georges Franju, 1960), pero también encontramos resquicios de expresionismo alemán, del terror de la Universal, de seriales, del krimi…”
Chicho Ibáñez Serrador es otra de estas figuras, como podemos comprobar al hilo del comentario sobre “La residencia” :
“Narciso Ibáñez Serrador nos introduce a una obra gótica, fiel reflejo de las producciones de Hammer Films, con una evidente carga erótica, lésbica e incestuosa, y un sentido de la violencia, a menudo grotesca, lindante con el giallo, capaz de condensar en imágenes las tensiones necrófilas más perversas, el suspense hitchcokiano más tenso, la atmósfera más barroca y la violencia más extrema. Además se apoya a la perfección en el compositor Waldo de los Ríos para crear una banda sonora inquietante e irrepetible.”
Y, desde luego, no puede faltar Jacinto Molina, más conocido como Paul Naschy:
“Si el decenio anterior viene, ponderosamente, marcado por el nombre de Jesús Franco, quien gracias a su labor escribe una buena parte del fantástico español de los años sesenta, en los setenta nos topamos con un caso similar, aunque en esta ocasión personificado en la figura de Jacinto Molina, igualmente conocido por su habitual seudónimo de Paul Naschy. Una personalidad importante para el desarrollo de la industria del fantastique al concebir al mítico hombre lobo Waldemar Daninsky, esencia principal del fantaterror español.”
Por citar algunos de los artífices de nuestra jugosa tradición fantástica que van apareciendo sin falta en el libro. Con reflexiones de los propios autores a momentos históricos que han marcado el devenir de nuestro cine, como es el caso de la “Ley Miró”:
“Es evidente que la ley Miró desarmó el cine de géneros español y la viabilidad comercial del mismo. Sin embargo, el director que mejor supo desenvolverse, o al menos con más ahínco, con las nuevas normativas fue Jesús Franco, quien en un primer momento se mostró resentido: “Mi vida se divide en dos etapas. Antes y después de la muerte del general Franco, y antes y después del mandato de Pilar Miró. Por culpa de Pilar Miró yo he estado a punto de irme a la ruina, de morirme de inanición.”
En la parte final, una vez llegados al 2010, encontramos una serie de entrevistas a autores contemporáneos que complementan perfectamente el trabajo realizado anteriormente, además de una serie de artículos finales bastante interesantes que ayudan a comprender aún más la importancia de nuestro cine fantástico, habitualmente denostado por “crítica especializada”. Me gustaría quedarme, por poner un ejemplo con su definición del Spanish Gothic cuando comentan la película de Fernando Fernán Gómez de 1964 “El extraño viaje” y que es la precursora de un género genuino español:
“Una amalgama de géneros contrapuestos, donde se trataba desde el documental al terror, pasando por la comedia, el drama, el erotismo, el policíaco… lo cual sirvió para construir un profundo y esperpéntico sainete de terror gótico, repleto de callejones oscuros, sombras alargadas, espectros vivientes… personajes ambiguos. En fin un film fantasmático sin elementos sobrenaturales pero de marcada atmósfera gótica y con sopesados ingredientes intrigantes que elevaban el suspense a cotas desmesuradas.”
Creo que lo mejor que puede decirse de este libro es que se ha convertido desde el minuto uno de su concepción en una obra de referencia. Vaya trabajo inconmensurable el de Diego López y David Pizarro, vaya (robusta) y fantástica edición con fotogramas, pósters de películas, etc… de Tyrannosaurus Books.
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