El asesinato de Margaret Thatcher de Hilary Mantel. Mujeres en distancias cortas

ElAsesinatoMargaretParto de un hecho esencial: disfruto mucho de las buenas recopilaciones de cuentos, historias o narraciones o como queramos llamarlas, independientemente de género y temática.

Particularizando al caso que me atañe en esta ocasión, El asesinato de Margaret Thatcher es una antología de Hilary Mantel que contiene once narraciones; Mantel es una escritora que maneja realmente bien el ritmo narrativo de historias largas; hablé con anterioridad en el blog de En la corte del lobo donde resaltaba sus grandes dotes como escritora.

Teniendo en cuenta estas dos premisas, el resultado final adolece del genio de la autora británica presente en sus obras sobre Cromwell; pero, a pesar de su irregularidad, se convierte en una antología de buena calidad aunque sin llegar a la excelencia de los grandes paradigmas.

Sus historias  utilizan diversos medios para funcionar siendo la tónica común la utilización del narrador en primera persona en la figura de diferentes mujeres, mujeres que luchan en el día a día y se encuentran con diferentes adversidades; tal es el caso de la protagonista de “Perdone la molestia”, excelente historia en la que tiene que afrontar estar en un país extranjero cuya sociedad sistemáticamente relega a la mujer a un papel de mera comparsa:

“Aquella noche decidí que no podía soportarlo más. Creía que ni siquiera soportaría que tomáramos otra taza de café juntos. Pero tenía medio de poner fin a aquello, así que me excusaba diciendo que la sociedad que me rodeaba me había dejado indefensa. No me sentía capaz de hablar con Ijaz claramente. Seguía siendo totalmente incapaz de desairarlo. Pero el simple hecho de pensar en él me hacía retorcerme por dentro de vergüenza, por mi propia desorientación general y por las lamentables mentirijillas que él me había contado para falsear su vida,  la situación en la que nos habíamos metido atolondradamente; recordaba a la cuñada, su gasa color melocotón y su labio fruncido.”

Uno de los pocos momentos en los que se rinde al relato de género aparece en “Vacaciones de invierno,” el sentido de lo narrado en el siguiente párrafo contiene un significado muy distinto según se lee su parte final, es un relato en crescendo en la tradición de Poe:

“El fresco de la noche les golpeó entre los omoplatos y se encogieron un poco uno contra otro. Phil le cogió la mano; ella la soltó de un tirón;  no malhumorada, sino porque sintió que necesitaba concentrarse. La silueta del conductor apareció ante ellos, iluminado por los faros. Volvió la cabeza y miró a un lado y al otro de la carretera vacía. Tenía algo en la mano, una piedra. Se agachó. Zud, zud, zud. Ella se puso tensa. Quiso gritar. Zud, zud, zud. El hombre se incorporó. Llevaba un bulto en brazos. “La comida de mañana –pensó ella-. Cocida con cebolla y salsa de tomate.” No sabía por qué le había venido a la cabeza la palabra “cocida.”

Sin embargo, en “La calle Harley” trata con mucha sutileza las relaciones entre mujeres del mismo sexo, las dudas que surgen, el miedo a lo desconocido… con un humor irresistible:

“Dejando a un lado mis prejuicios (cosa nada fácil, ¿por qué habría de serlo?), he de decir que no tengo ninguna elevada opinión de la señora Bathurst, aunque como colega de trabajo sea mucho más alegre últimamente. Ahora que se ha enrollado con Bettina, es una persona vivaz, llena de energía. Tiene los ojos brillantes y no hace más que mirarme. Supongo que quiere disculparse  por haberme atacado en la calle. Me ha pedido que la visite el próximo fin de semana. No sé si iré o no. “Ven para un bocadito”, fue así como me lo dijo.”

No puede faltar la violencia de género, en “La escuela de inglés” me gustaría comentar dos temas con los que articula con éxito un tema sobradamente tratado en diferentes ámbitos, aparte del literario. En primer lugar, la presentación del maltratador, caracterizado de una manera infantil, malcriado por sus padres e inherentemente educado como un hombre que está por encima de las mujeres, hay aquí una alusión a lo estructural del patriarcado:

“-Joshua, se dice con razón: “No sabes que has nacido.” He aprendido esta expresión hace poco, significa que hay que estar agradecido por lo que se tiene. Tú cuentas con la bendición de una familia cariñosa, al menos en parte. Tienes buena salud y educación, ropa de abrigo y limpia, comida preparada para ti todos los días del año, dinero para gastar que te dan por nada, y ninguna tarea más que procurar ser amable y limpiarte los zapatos del colegio después del largo permiso del fin de semana, cosa que nunca haces. Sé un chico mayor –dijo-. Sólo los niños lloran por no ir a esquiar. Una niña pequeña de la edad de Jonquil. Tú, Joshua, ya es hora de que te portes como un hombre.”

En segundo lugar, la reacción de la mujer es inadmisible para el lector; hay un tierno patetismo en su respuesta al maltratador, al intento de minimizar el dolor que puede llegar a sufrir: dolor tanto físico como mental. El reconocimiento de su debilidad ante esa situación es resultado de la tradición y no es capaz de superarla, es una relación de poder que no puede evitar.

“-¿Es que eres tonta? Tienes que gritar. ¿No me has oído lo que voy a hacerte?

-Sí, señor –dijo ella-, pero no puedes. En la violación tiene que haber forzamiento, es decir, resistencia. Yo no voy a luchar contigo, porque soy una persona hambrienta y débil, y aunque no lo fuese, tú puedes conmigo. Así que no correré el riesgo de resultar herida y tener que ir a urgencias. No puedes arrancarme esta ropa porque no tengo dinero para otra. Si quieres me la quitaré yo, o si tienes mucha prisa me levanto la falda y ya podrás hacerlo, si sabes cómo. No es como el porno, en que la mujer está siempre abierta. Lleva tiempo. Es difícil. Como sacar la cama del armario.”

Si todos los cuentos reflejan de alguna manera la situación actual de la mujer,  en “El Asesinato de Margaret Thatcher” plantea sin embargo una situación pasada hipotética: la narradora se encuentra con un miembro del IRA que quiere asesinar a Margaret Thatcher y accede a ayudarle para que esto suceda:

“Él coge el haceviudas, lo coloca tiernamente sobre las rodillas. Inclina la silla hacia delante y, como veo que sus manos están una vez más resbaladizas de sudor, le llevo una toalla y él la coge sin hablar y se seca las palmas. Vuelvo a tener el recuerdo de algo sacerdotal: un sacrificio. Haraganea una avispa en el alféizar. El aroma del jardín es acuoso, verde. Entra bamboleante la tibia luz del sol, abrillanta los zapatones sucios de él, avanza tímidamente por la superficie del tocador. Deseo preguntar: “Cuando suceda lo que ha de suceder, ¿será ruidoso? ¿Desde dónde esté sentada yo? ¿Voy a estar sentada? ¿O de pie? ¿De pie dónde? ¿Junto a su hombro? Quizá debiera arrodillarme y rezar.”

Es evidente que la autora materializa una petición presente en el inconsciente colectivo de muchos británicos ( y en el suyo propio como ha reconocido en alguna entrevista al respecto); es el poder de la escritura para imaginar que ese pasado distinto podría haber deparado una realidad distinta para las mujeres, una realidad diferente, no sabemos si mejor, a la que aparece en el resto de sus narraciones anteriores.

Los textos pertenecen a la traducción de José Manuel Álvarez Flórez de El asesinato de Margaret Thatcher de Hilary Mantel para la edición de Destino

3 thoughts on “El asesinato de Margaret Thatcher de Hilary Mantel. Mujeres en distancias cortas

  1. Saludos… Leí “Una reina en el cadalso” y me sorprendió gratamente el estilo narrativo de Mantel, escritora que no conocía. Después de leer últimamente a jóvenes escritores desesperados por demostrar su talento con pomposas frases “inteligentes”.., la reposada, sutil e irónica narrativa de Mantel me parece de lo más fresco. Me ha venido a la memoria sobre su crítica de la diferencia entre los relatos cortos y largos que con Murakami pasa al contrario, los relatos largos pierden la magia que poseen los cortos y es que escribir historias largas no es tan fácil como parece. Me voy…Adiós.

    • Gracias! Mantel es verdaderamente interesante. Una gran escritora la verdad. Lo que dices de Murakami lo suscribo… prefiero sus relatos a sus novelas largas. Un abrazo

  2. Pingback: Lectura y Locura | Resumen Marzo 2015. Volando voy

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *