“En la corte del lobo” de Hilary Mantel

en-la-corte-del-lobo_9788423323456Aunque no suelen gustarme las novelas de ambientación histórica, sí que es cierto que hay períodos que, aunque no sea mi campo de interés, me atraen más de lo habitual y tolero libros relacionados con ellos. Este es el caso de la fascinante etapa de los Tudor, ambientada durante el reinado de Enrique VIII, de ahí que me atrajera inicialmente el título del que vengo a hablar hoy: “En la corte del lobo” de la multipremiada Hilary Mantel que, además, ganó por esta novela el Man Booker (y ya puestos por la posterior, que leeré en un futuro próximo).

Esta etapa, ciertamente, ha sido contado de mil maneras posibles; tanto a través de otras interpretaciones literarias como por adaptaciones a la pequeña y la gran pantalla como la famosa serie de televisión “Los Tudor” con Jonathan Rhys-Meyer como Enrique VIII, de no hace mucho tiempo. Por lo tanto, ¿qué añade este libro publicado en 2009 a todo lo que ya se ha hecho sobre la misma etapa?

Lo que llama más la atención es la perspectiva escogida por la escritora británica, el punto de vista de toda la narración es el hijo de un herrero, Thomas Cromwell, de origen humilde, y que se irá convirtiendo en la mano derecha del rey y que moverá el reino a su antojo; en las primeras páginas tenemos una descripción que nos sirve para hacernos a la idea de lo que es nuestro protagonista:

“Thomas Cromwell ya tiene más de cuarenta años. Es un hombre de constitución fuerte, aunque no alto. Su rostro dispone de varias expresiones, y una es legible: una expresión de alegría contenida. Tiene el pelo oscuro, tupido y ondulado, y unos ojos pequeños, de mirada muy penetrante, que se iluminan en la conversación: eso nos contará muy pronto el embajador español. Se dice de él que sabe de memoria el Nuevo Testamento en latín, y que gracias a ello tiene siempre a su disposición como sirviente del cardenal una cita oportuna cuando los abades titubean. Habla con gravedad y rapidez, sus modales indican seguridad; se siente en casa en la sala de un tribunal y en un muelle, en el palacio del obispo y en el patio de una posada. Sabe redactar un contrato, adiestrar un halcón, trazar un mapa, detener una pelea callejera, amueblar una casa y encandilar a un jurado. Sabe emplear citas alusivas de los autores de la Antigüedad, desde Platón a Plauto y viceversa. Trabaja todas las horas del día, desde que se levanta hasta que se acuesta. Gana dinero y lo gasta. Acepta toda clase de apuestas.”

La escritora británica escogerá un narrador omnisciente pero dando todo el protagonismo a este carácter al que se refiere siempre, curiosamente, en tercera persona (“él” o “he”en inglés) que causa en la mayoría de los lectores confusión a pesar de reforzarlo en ciertas ocasiones con un Cromwell a continuación. No creo que exista tal confusión, ya que, desde el principio, lo hace de esta manera; sí que entiendo que la mayoría de los lectores esperan que sea el rey al que se refiera en tercera persona y por eso el lío.

El resto de figuras tienen tratamientos más acordes con lo que ya conocemos de otras interpretaciones; tenemos el caso del manipulador, conspirador y maestro de nuestro protagonista, el arzobispo y después cardenal Wolsey, en el siguiente párrafo vemos a pequeña escala lo que luego será el secretario:

“Y todos los desenlaces son posibles, todos pueden manejarse, e incluso manipularse hasta que resulten deseables: oración y presión, presión y oración, lo que ha de pasar, pasará por designio divino, un designio reenfocado y rediseñado mediante útiles enmiendas por el cardenal. Al principio solía decir: “Haremos esto y aquello”. Ahora dice: “Esto es lo que haré”.

Tampoco vacila en la forma de dibujar a Ana Bolena, la siguiente descripción es sintomática de la fuerza del carácter de la futura reina que no duda en masacrar a Catalina de Aragón y su hija María:

“Yo soy Jezabel. Vos Thomas Cromwell, sois los sacerdotes de Baal –dice Ana con ojos centelleantes-. Como soy mujer, soy el medio por el que entra el pecado en este mundo. Soy la fuerza del demonio, la vía de acceso del maldito. Soy el medio por el que Satanás ataca al hombre, al que no era lo suficientemente audaz para atacar directamente, solo a través de mí. En fin, esa es la idea del asunto. La mía es que hay demasiados sacerdotes con escasa cultura y trabajo todavía más escaso. Ojalá el papa y el emperador y todos los españoles estuviesen en el mar y ahogados. Y si hay que arrojar a alguien por la ventana de un palacio…, alors, Thomas, sé muy bien a quién me gustaría arrojar. Salvo que en la niña María los perros no encontrarían ni pizca de carne que mascar. Y, en cuanto a Catalina, está tan gorda que rebotaría.”

Estas son las bases sobre las que la inglesa construye una trama con un cuidado del detalle histórico exhaustivo y que sabe contar lo que ya se ha contado en otras ocasiones como si fuera prácticamente nuevo y, desde luego, ameno; a pesar de la densidad de personajes y subtramas que se originan y que pueden echar para atrás a más de un lector no avezado en lides de estas características. Quizá lo más polémico es el retrato del ultraconservador-ortodoxo Thomas Moro y me imagino que causó impresión en su momento; me parece una visión distinta pero, por supuesto, vivificadora, que complementa aún más una etapa histórica tremendamente folletinesca y conspiranoica.

Quería terminar mi recomendación de esta maravilla citando uno de los párrafos finales donde nos da la clave de lo que es el poder, eso a lo que no llegaremos ninguno y que, al fin y al cabo, da la impresión que mueve el mundo:

 “El destino de los pueblos se hace de este modo, dos hombres en habitaciones pequeñas. Olvida las coronaciones, los cónclaves de cardenales, la pompa y los desfiles. Así es como cambia el mundo: la carta que se empuja sobre una mesa, un trazo de pluma que altera la fuerza de una frase, el suspiro de una mujer cuando pasa dejando en el aire un rastro de azahar o de agua de rosas; su mano cerrando la cortina del lecho, la discreta visión de piel sobre piel.”

La intimidad de lo minimalista que, paradójicamente, controla el mundo, el destino de los pueblos y los hombres. Excelente.

7 thoughts on ““En la corte del lobo” de Hilary Mantel

  1. Bueno, yo no me expreso tan bien como tu. Te felicito,es un placer leerte.
    Así que seré breve.
    Lo he leído,pero admito , un poco avergonzado, que me he saltado páginas…..no me ha enganchado tanto como otros autores sobre el mismo periodo,
    ( Alison Weir, es mi preferida) PORQUE, todo hay que decirlo, no destaca mucho a Ana Bolena en las setecientas y pico páginas, a la que SÍ destaca en su próximo libro que sí leeré próximamente, ” una reina en el estrado”, y que espero con muchas ganas.
    Veamos, el libro es apasionante, por supuesto, y si no fuese por mi manía con Ana Bolena, lo habría disfrutado mucho más, PERO , basta que vayas pasando páginas deseando leer sobre Ana, que claro….todo lo demás pierde interés. Osea, el fallo es mío no del libro, que conste. jejejej.
    No me extraña que le diesen un premio, pues es una verdadera obra maestra, y refleja muy muy bien todo ese tiempo, del que me considero un poquito entendido…ejjejej. Así que el libro lo vale, y mucho.
    Ahora, personalmente, disfrutaré mucho más ” una reina en el estrado”.
    En fin, esto era lo que quería comentar.
    Aprovecho para darte las gracias por tu blog, es muy interesante. 🙂

    • Muchas gracias por tus siempre “jugosos” comentarios.
      Tienes razón, la Bolena donde va a tener más importancia es en el siguiente.
      Lo tengo ya dispuesto pero se me va a retrasar por otros temas su lectura.
      Espero que te llene aún más… jeje…
      Desde luego tiene pinta de ser así porque Mantel sabe cómo reflejar a Bolena y seguro que lo ha bordado…
      Ya comentaremos…
      ABrazos

  2. Pingback: Abril 2013, un mes dedicado a la literatura de género | Lectura y Locura

  3. Yo me he leído ya tanto este libro como el de la Reina en el estrado y aunque me parecen entretenidos de leer creo que se pasan de subjetivos. Las anteriores versiones de la historia tanto en libro como en serie o película retrataban a Cronwell como lo que era, un corrupto intrigante al que no le importaba matar a todo el que se interpusiera en su camino para salirse con la suya y aquí sin embargo lo ponen como de sensato y sensible hasta el punto de que ni siquiera torturo a uno de los supuestos amantes de Ana Bolena. Mientras que el resto de los personajes quedan bastante peor. No se, aunque sean novelas a mi me gustan que sean lo mas objetivas posibles y aquí me parece que intentan dar una versión tan distinta de como se ha retratado a Cronwell hasta ahora que no les queda realista

    • Muy de acuerdo con lo que comentas. DE todos modos, es evidente que la autora ha sacrificado el posible realismo (que no lo busca en ningún momento) para enfocarlo en un punto de vista radicalmente distinto que nos gustará más o menos pero que trae nuevas perspectivas. Puede ser más o menos precisa pero esta premisa es muy atractiva y reescribe unos de los períodos más conocidos de la historia inglesa.
      Un abrazo y gracias por venir!

  4. Un buen libro y muy interesante, es una serie recomendable para leer. Pero yo estoy también de acuerdo en que la fidelidad a los hechos históricos esta muy dejada y no ha sido la autora justa con muchos personajes, especialmente con Tomás Moro que lo ponen al pobre de sanguinario cuando siempre crítico la violencia e incluso decía que una victoria en la guerra no debía celebrarse si había muerto gente.
    Aún así me gusta la versión que hacen de Enrique VIII y de Ana Bolena, por los hechos si que debían tener el carácter con el que aquí se les representa.
    Aconsejo el libro yo también

    • Muchas gracias por tu opinión… creo que estamos todos de acuerdo en que la versión ofrecida no es la más histórica… pero por conseguir una buena narración, perdonamos bastante. Es ficción al fin y al cabo

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