ACTUALIZACIÓN IMPORTANTE AL FINAL DE LA RESEÑA SOBRE EL AUTOR DE ESTA OBRA.
Navona editorial se ha lanzado con un nuevo sello dentro de su fantástica colección; en este caso se trata de Navona Negra y, sinceramente, no pueden haber empezado mejor: han etiquetado el increíble “La promesa” del austríaco Dürrenmatt (del que hablé ya en otro momento); o están incluyendo clásicos de Chejov o Conan Doyle; incluso están dedicándose a recuperar autores y ese es el pretexto que me sirve para publicar esta reseña.
Martin Aloysius West (en adelante M.A. West) fue un autor norteamericano del que no se sabe prácticamente nada, más allá de su nacimiento en 1923 y de publicar una serie de novelas enraizadas en el pulp más clásico de la época y que tienen como protagonista al Rudy Bambridge, una mezcla de sicario y solucionador de problemas.
“El viento en la sangre” es la novela de M.A. West que Navona ha elegido para embarcarse en esta aventura; y no puede haber comenzado mejor, la novela es irresistible desde las primeras páginas hasta el fantástico final. Es un pulp con todo lo bueno del género, esas características que lo hicieron único. Solo hay que ver la siguiente descripción de Danny Morton, uno de los personajes, para caer enamorado en un vistazo:
“Pequeño y escuchimizado, Morton tenía un semblante pálido y anguloso, con una gran nariz cuyas dimensiones intentaba disimular inútilmente sirviéndose de un ridículo bigote tan negro y fino que parecía dibujado con lápiz de ojos. Se movía con la resolución característica de los tipos duros, aunque sabía (como sabían todos los que le conocían) que siempre había sido y nunca sería más que un perdedor, un segundón que se arrimaba a quienes valían más que él para alimentarse con sus sobras.”
La novela está estructurada en capítulos cortos, con continuos cambios de puntos de vista según el personaje del que se trate y avanzan a toda velocidad, sin respiro, dejando un cliffhanger en cada uno de ellos que contribuye a que te apetezca aún más leer los siguientes; además, no se cortan en describir con todo lujo de detalles alguno de los temas escabrosos que salen, la violencia está a la orden del día, pero se trata con humor:
“-Quiero que ese hijo de perra tenga una muerte lenta y dolorosa. Quiero que le arranques uno a uno los cinco miembros mientras aún está vivo y que, cuando todo acabe, cada trozo de su carne sirva para alimentar a los peces del río Chicago en un barrio distinto.”
La mezcla de comedia y tragedia es sello de la casa y no puede ser más sabia, el dolor está tan presente como en nuestras vidas; a pesar de todo lo que supone la parodia del género; la ficción se convierte en una de las mejores maneras de reflejar la realidad en la que vivimos:
“Lorna no pudo continuar hablando. De nuevo se echó a llorar sin poder reprimirse. Lloró por Tom, por Helen, por Danny Morton, por ella misma. Lloró por todos ellos, por lo que habían hecho y por lo que habían dejado que hacer, por sus decisiones equivocadas y por las cosas que no habían podido evitar. Ahora Danny estaba muerto y ellos, los tres, tenían las manos manchadas con su sangre. Y las manchas de sangre jamás se limpian.”
Es curioso que, en los tiempos que corrían, M.A. West decidiera hacer ese paradójico final, pero se agradece encontrarlo; no solo por el cambio de perspectiva sino por atreverse a ir más allá del típico macho protagonista. La novela, pues, se convierte en una subversión que coge lo mejor de los Thompson, Goodis, MacDonald… una excelente propuesta que esperamos que tenga su continuidad con próximos títulos que recuperen a un autor tan interesante, sobre todo para aficionados al buen pulp como nosotros.
Los textos provienen de la traducción de Thalía Rodríguez y Alexis Ravelo para esta edición de “El viento y la sangre” de M.A.West para Navona.
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ACTUALIZACIÓN DÍA 01/09/2014
Lo que son las cosas…. resulta que esta novela no pertenece a ningún M. A. West sino que fue escrita por el canario Alexis Ravelo que ha explicado en el siguiente post los motivos que le llevaron a perpetrar este pequeño juego.
Desgraciadamente este post no me deja muy bien como bloguero/crítico de cara a mis lectores. Siempre he querido contrastar fuentes y, en este caso, por confiar en la editorial e impulsar una nueva colección de novela negra (que tanto quiero) he cometido un error que es achacable más a mí que al propio engaño urdido entre editorial y escritor. Y que, me guste o no, es un engaño para los que me leen también.
Esta lección me sirve para que, en futuras reseñas que publique no cometa errores de este calibre, comprobaré las fuentes y la coherencia de lo publicado por respeto a mí mismo y al de los que me leen.
La obra es muy disfrutable, independientemente de esta pequeña mascarada y no voy a dejar de recomendar su lectura, eso sí la reseña estaba fundamentada en otros factores y no recomiendo su lectura por el montón de imprecisiones.
Lo que no aseguro es que los libros de alguna editorial entren tan fácilmente en mi amplísima lista de lecturas, entre otras cosas porque no me “fiaré” mucho de sus propuestas. No es una rabieta, es, sencillamente un medio más para elegir lecturas. Todo vale para el bagaje literario que sigue en su vida. Y esto, indudablemente, no será fácil de olvidar.
Un abrazo a todos.
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Querido Mariano: Lamento los inconvenientes que esta boutade haya podido causarte, de verdad. Pero, por favor, no te flageles: a mí tu reseña me pareció estupenda y me parece que analizaste muy bien el texto, como sueles hacer, en general, en este blog. Por lo demás, me consta que Navona es muy estricta en sus criterios y que nunca antes ha participado en ‘gamberradas’ como la que yo les propuse. Al margen de los motivos que yo aducía en mi entrada, hay otro que me parecía interesante: la cantidad de títulos y autores que nos hemos perdido durante años y que descubrimos gracias a rescate como los que hacen Navona o Acantilado, de autores y textos que han permanecido durante años descatalogados. Un ejemplo: Erskine Caldwell. Si ha sido posible ‘colar’ a West es precisamente gracias a las sombras editoriales en las que están tantos y tantos autores interesantes. Y eso es algo que también merece reflexión, creo. Un fuerte abrazo y, por favor, sigue trayéndonos lecturas y locuras.
Alexis.
Hola Alexis,
Gracias hombre, te agradezco el comentario. Yo no indagué más sobre el autor precisamente por confiar en estas labores editoriales, por eso me he sentido un poco tonto, máxime cuando siempre intento ser muy cuidadoso con lo que publico. Es lo que me da rabia. Pero bueno, también me alegro que sirviera para darla a conocer a más gente. La novela está muy bien, yo que tú seguía publicando novelas con este pseudónimo-temática… 😉
Un abrazo