“El viento en la sangre” de M. A. West

viento-y-sangre-9788492840496

ACTUALIZACIÓN IMPORTANTE AL FINAL DE LA RESEÑA SOBRE EL AUTOR DE ESTA OBRA.

 

Navona editorial se ha lanzado con un nuevo sello dentro de su fantástica colección; en este caso se trata de Navona Negra y, sinceramente, no pueden haber empezado mejor: han etiquetado el increíble “La promesa” del austríaco Dürrenmatt (del que hablé ya en otro momento); o están incluyendo clásicos de Chejov o Conan Doyle; incluso están dedicándose a recuperar autores y ese es el pretexto que me sirve para publicar esta reseña.

Martin Aloysius West (en adelante M.A. West) fue un autor norteamericano del que no se sabe prácticamente nada, más allá de su nacimiento en 1923 y de publicar una serie de novelas enraizadas en el pulp más clásico de la época y que tienen como protagonista al Rudy Bambridge, una mezcla de sicario y solucionador de problemas.

“El viento en la sangre” es la novela de M.A. West que Navona ha elegido para embarcarse en esta aventura; y no puede haber comenzado mejor, la novela es irresistible desde las primeras páginas hasta el fantástico final. Es un pulp con todo lo bueno del género, esas características que lo hicieron único. Solo hay que ver la siguiente descripción de Danny Morton, uno de los personajes, para caer enamorado en un vistazo:

“Pequeño y escuchimizado, Morton tenía un semblante pálido y anguloso, con una gran nariz cuyas dimensiones intentaba disimular inútilmente sirviéndose de un ridículo bigote tan negro y fino que parecía dibujado con lápiz de ojos. Se movía con la resolución característica de los tipos duros, aunque sabía (como sabían todos los que le conocían) que siempre había sido y nunca sería más que un perdedor, un segundón que se arrimaba a quienes valían más que él para alimentarse con sus sobras.”

La novela está estructurada en capítulos cortos, con continuos cambios de puntos de vista según el personaje del que se trate y avanzan a toda velocidad, sin respiro, dejando un cliffhanger en cada uno de ellos que contribuye a que te apetezca aún más leer los siguientes; además, no se cortan en describir con todo lujo de detalles alguno de los temas escabrosos que salen, la violencia está a la orden del día, pero se trata con humor:

“-Quiero que ese hijo de perra tenga una muerte lenta y dolorosa. Quiero que le arranques uno a uno los cinco miembros mientras aún está vivo y que, cuando todo acabe, cada trozo de su carne sirva para alimentar a los peces del río Chicago en un barrio distinto.”

La mezcla de comedia y tragedia es sello de la casa y no puede ser más sabia, el dolor está tan presente como en nuestras vidas; a pesar de todo lo que supone la parodia del género; la ficción se convierte en una de las mejores maneras de reflejar la realidad en la que vivimos:

“Lorna no pudo continuar hablando. De nuevo se echó a llorar sin poder reprimirse. Lloró por Tom, por Helen, por Danny Morton, por ella misma. Lloró por todos ellos, por lo que habían hecho y por lo que habían dejado que hacer, por sus decisiones equivocadas y por las cosas que no habían podido evitar. Ahora Danny estaba muerto y ellos, los tres, tenían las manos manchadas con su sangre. Y las manchas de sangre jamás se limpian.”

Es curioso que, en los tiempos que corrían, M.A. West decidiera hacer ese paradójico final, pero se agradece encontrarlo; no solo por el cambio de perspectiva sino por atreverse a ir más allá del típico macho protagonista. La novela, pues, se convierte en una subversión  que coge lo mejor de los Thompson, Goodis, MacDonald…  una excelente propuesta que esperamos que tenga su continuidad con próximos títulos que recuperen a un autor tan interesante, sobre todo para aficionados al buen pulp como nosotros.

Los textos provienen de la traducción de Thalía Rodríguez y Alexis Ravelo para esta edición de “El viento y la sangre” de M.A.West para Navona.

—————————————————————————-

ACTUALIZACIÓN DÍA  01/09/2014

Lo que son las cosas…. resulta que esta novela no pertenece a ningún M. A. West sino que fue escrita por el canario Alexis Ravelo que ha explicado en el siguiente post  los motivos que le llevaron a perpetrar este pequeño juego. 

Desgraciadamente este post no me deja muy bien como bloguero/crítico de cara a mis lectores. Siempre he querido contrastar fuentes y, en este caso, por confiar en la editorial e impulsar una nueva colección de novela negra (que tanto quiero) he cometido un error que es achacable más a mí que al propio engaño urdido entre editorial y escritor. Y que, me guste o no, es un engaño para los que me leen también.

Esta lección me sirve para que, en futuras reseñas que publique no cometa errores de este calibre, comprobaré las fuentes y la coherencia de lo publicado por respeto a mí mismo y al de los que me leen.

La obra es muy disfrutable, independientemente de esta pequeña mascarada y no voy a dejar de recomendar su lectura, eso sí la reseña estaba fundamentada en otros factores y no recomiendo su lectura por el montón de imprecisiones.

Lo que no aseguro es que los libros de alguna editorial entren tan fácilmente en mi amplísima lista de lecturas, entre otras cosas porque no me “fiaré” mucho de sus propuestas. No es una rabieta, es, sencillamente un medio más para elegir lecturas. Todo vale para el bagaje literario que sigue en su vida. Y esto, indudablemente, no será fácil de olvidar.

Un abrazo a todos.

Una mezcla inverosímil: “La promesa” de Friedrich Dürrenmatt y “Tormenta” de Jim Butcher

Digo inverosímil porque, indudablemente, no creo que haya muchos puntos en común entre el suizo Dürrenmatt y el norteamericano Butcher; más allá de la realización de obras de género, claro está.

La-promesa“La promesa” del suizo Friedrich Dürrenmatt (1921-1990) es la primera novela de este original duelo; lleva el subtítulo suficientemente identificativo (o no, según veremos luego) de “Réquiem por la novela policíaca” y desde las primeras páginas podemos ver la intención del escritor en boca del investigador que narra la historia y del que solo sabemos la inicial de su nombre y su perspectiva: 

“Por desgracia, en todas esas  historias de crímenes subyace aún un fraude mayor. Y con esto ni siquiera aludo al hecho de que en ellas los criminales encuentran su castigo. Pues esos hermosos cuentos han de ser moralistas a la fuerza. Pertenecen al tipo de las mentiras necesarias para mantener el orden social, casi como un refrán piadoso: el crimen no vale la pena. […] todo eso puedo dejarlo pasar […] No, me irrita mucho más la cuestión del argumento en sus novelas. Aquí el fraude es enorme y descarado. Ustedes construyen sus argumentos sobre la base de la lógica, como en el ajedrez: aquí el criminal, aquí la víctima, aquí el confidente, las reglas y revise la partida, y ya tiene cazado al criminal y ha logrado que triunfe la justicia. […] La realidad se las arregla con la lógica sólo a medias. […] pero los factores disonantes que entran en juego son tan frecuentes que muy a menudo es la pura suerte o el azar lo que decide nuestra partida a favor. O en contra nuestra. […] También lo azaroso, lo incalculable, lo inconmensurable, juegan un papel, y un papel demasiado grande.”

Esta tesis es la que pretende demostrar, al menos en el fondo, cuando nos cuenta la historia de su subordinado, el detective Matthäi y su investigación del asesino en serie a la que asistimos, en las páginas que la confirman. Prescinde de un narrador omnisciente para mostrar, con todo detalle, los avances que hace. Precisamente, en este camino, el momento en que Matthäi pregunta a la niña Ursula por la última víctima, Gritli Moser, supone un cambio radical en la base, aparentemente formal y anclada en bases reales:

“-¿No se encontró Gritli con nadie?

-Sí, se encontró con alguien –respondió la niña.

-¿Con quién?

-No era un hombre –dijo la niña.

[…]

-Se encontró con un gigante –dijo la niña en voz baja.

[…]

-Y ese… gigante… ¿le regaló algo a Gritli?-pregunté.

[…]

-Un erizo.

-¿Un erizo? ¿Qué quieres decir, Ursula? –pregunté, confuso.

-El gigante tenía erizos pequeños por todas partes –aseguró la niña.”

Es en ese momento cuando el relato se vuelve onírico, mágico y más perturbador si cabe; sobre todo, una vez acabado, cuando somos conscientes del increíble final conociendo todo lo que ha ocurrido anteriormente. El papel que juega “lo azaroso, lo incalculable, lo inconmensurable” en la resolución final se convierte en algo simplemente imprescindible. Lo genial es que estos elementos no desacreditan la novela policíaca sino que, por el contrario, la engrandecen, convirtiéndola en una obra excelente.

tormenta_jimbutcherEncadenando lo mágico de lo que hablaba en el anterior libro, en el “Tormenta” de Jim Butcher nos encontramos con algo radicalmente distinto; su mayor  pretexto es la diversión, no busca intensión moralizante, no busca trascender (ni falta que le hace); lo que nos encontramos es un investigador de lo paranormal, como podemos ver en las primeras páginas en el cartel del despacho de Harry Blackstone Copperfield Dresden:

“HARRY DRESDEN – MAGO

Se encuentran objetos perdidos.

Investigaciones paranormales.

Asesoría. Consejos. Precios razonables.

No se hacen pócimas de amor, ni bolsos sin fondo, ni fiestas u otros entretenimientos”

“Te sorprenderías al saber cuánta gente llama solo para preguntarme si voy en serio. Pero si hubieras visto las cosas que yo he visto, si supieras la mitad de lo que yo sé, te preguntarías cómo puede pensar nadie que no voy en serio.”

Partiendo de una base tradicional, la del detective clásico, enmarca los casos en lo sobrenatural;  en la última frase encontramos la promesa potencial de diversión, de maravillas que podremos ir encontrando en la serie (“Tormenta” es el primero de una serie de novelas que tienen como protagonista al mencionado Harry Dresden) asentadas en las tradicionales figuras ya clásicas del género; así podemos ir encontrando magos, varitas mágicas, calaveras que hablan, demonios, enemigos indefinibles y rastreros:

“El demonio nos acechaba. Podía verlo claramente gracias a la luz de mi bastón, pero hubiese preferido que no fuera así. Era horripilante, deforme, asqueroso, muy musculoso y lo he comparado con un sapo porque no conozco nada más que se aproxime lo más mínimo a su descripción.”

Y el protagonista tiene la mordacidad de los más grandes de la novela policíaca y hace gala de su destreza:

“Y así, caminé a través de un paisaje espectral plagado de calaveras, a pesar de la tormenta que se avecinaba, hacia una casa llena de poder maligno que latía con una fuerza mística feroz y salvaje. Avancé para enfrentarme a un adversario asesino que tenía todas las ventajas, que estaba preparado y deseaba matarme desde lo más hondo de su destructivo poder, mientras que yo estaba armado con nada más que mi propia destreza, mi ingenio y mi experiencia.

¿Tengo un trabajo genial o no?”.

La novela funciona estupendamente a todos los niveles, hay imaginación, hay respeto por los elementos clásicos con la suficiente innovación, hay un sano cóctel de fantasía aderezado con truculencia y criaturas maravillosas o demoníacas; un elenco de personajes en formación pero que empiezan a definirse y, sobre todo, no nos engañemos, entretenimiento del más alto nivel. Más que recomendable ponerse con ella ahora, además, está saliendo una edición en bolsillo muy ajustada en precio y tamaño. Estimo que es una ocasión fantástica para conocerlo y disfrutarlo…