El pasado jueves 7 de febrero, el Teatro Real pasó el programa de la Temporada 2013/2014; ya lo tiene colgado en su web en el enlace que os pongo a continuación . Parece ser que el hilo conductor de toda la temporada va a ser el amor, con lo que ello conlleva. Voy a pasar a comentar mis primeras impresiones, a bote pronto sobre la parte que más me interesa, las óperas. Y al final del artículo pasaré a realizar una impresión final.
Las óperas que se van a programar son doce en total:
-Empezará la temporada con “Il barbiere di Seviglia”, la pieza más conocida de Rossini, paradigma del compositor, será posiblemente un éxito, sin dudarlo; además viene con un montaje de Emilio Sagi que, particularmente, me suele convencer. Lo malo, si algo se puede decir, se ha hecho muchas veces recientemente, y teniendo tantas obras del compositor… Sugerencia, “Guillermo Tell”, para próximos años, sí… estaría muy bien.
-La siguiente, va a ser una composición contemporánea del compositor alemán Wolfgang Rihm, “Die Eroberung von Mexico”, con textos de Antonin Artaud; no tengo referencias operísticas de este prolífico compositor con cientos de obras en su haber, lo que sí sé es que dentro de lo más actual está más bien en contra de Boulez o Stockhausen, es una incógnita por ahora.
-El dúo bastante conocido desde la llegada de Mortier: Currentzis a la dirección y Sellars a la escena, nos traerán “The Indian Queen”, una composición del fantástico Purcell, que este año tendrá dos óperas, a pesar de no tener efemérides a celebrar. Barroco de la mayor calidad, sobre todo en la segunda “Dido and Eneas”, esta en versión de concierto, con la dirección del omnipresente griego y donde podremos disfrutar del famoso “Lamento de Dido”, un momento cumbre de la música universal.
-La siguiente será “L’elisir de amor”, un Donizetti mayúsculo y quizá de los más conocidos, siempre es un placer oír “Una furtiva lagrima” en directo, el reparto, además parece más que conveniente, sobre todo por la presencia estelar de (Ex)Celso Albelo y el barítono Schrott o la soprano Camilla Tilling. Lo peor, que se ha hecho varias veces ya desde que se estrenó el teatro, y estaría muy bien recordar otras óperas del compositor. También es cierto que es uno de los pocos belcantistas que programa Mortier, y bien es sabida su tirria hacia ellos, solo comparable con la que siente por Puccini y el verismo.
-El dúo que comenté anteriormente vuelve a repetir con ese canto místico de amor que es “Tristan und Isolde”, del gran Wagner, para conmemorar sus doscientos años de su nacimiento, y qué mejor que hacerlo con este monumento a la humanidad. Los cantantes, Urmana y Dean Smith, desgraciadamente no son garantes de la calidad que haría falta, Smith es interesante pero insuficiente para el papel de Tristán; Urmana, es, me temo, bastante limitada, a priori, para hacer un papel de este estilo. Habrá que verla, de todos modos, para llegar a una conclusión.
-“Brokeback Mountain” es el estreno mundial del compositor norteamericano Charles Wuorinen sobre el texto de la escritora Annie Proulx, otro de esos compositores actuales que tiene mucho ya en su haber, pero que sin embargo no es muy conocido para el gran público. Es un estreno encargado por el propio Mortier y con un tema bien conocido por la película de Ang Lee; ¿polémica a la vista? Habrá que comprobarlo.
-Se cumple el tercer centenario del nacimiento de Christoph Willibald Gluck en el 2014, y para la ocasión se van a traer dos óperas suyas, la primera será “Alceste”, una pequeña delicia, un goce para los sentidos que, además trae un reparto excelente y conveniente para el tipo de repertorio, Willard White, Antonacci, Paul Groves.. y la dirección de Ivor Bolton nos van a asegurar un buen espectáculo. “Orphée et Eurydice” será un experimento en forma de danza-ópera con la espléndida música de Gluck, dirección de Hengelbrock y montaje escénico de Pina Bausch con el Ballet de la Ópera de París, puede ser interesante, para julio.
-El segundo Wagner es uno de los románticos, “Lohengrin”, la mágica ópera del cisne, tendrá dirección de Hartmut Haenchen y será posiblemente otro triunfo; Wagner, en directo, funciona a las mil maravillas, y su duración no suele estorbar en esta percepción. Es una gran ópera y muy accesible para el gran público. Veremos si König o Ventris consiguen llegar a la excelencia en un papel precioso como este. Polaski y Zajick cubrirán con nota a Ortrud, no sé qué pensar de las que van a hacer de Elsa o Telramund.
-Otro de los platos fuertes va a ser sin duda “Les contes d’Hoffmann” del fantástico Offenbach, Cambreling a la dirección y un reparto con Arteta, Von Otter, Eric Cutler… deberían ofrecer lo mejor de una ópera magistral. Podríamos disfrutar, y mucho, según la escena que nos plantee Marthaler.
-Sólo me falta comentar “I vespri siciliani”, un Verdi poco conocido y que, sin embargo, es buenísimo, como casi todo lo que compuso el italiano; la lástima es que viene en versión de concierto, un desaprovechamiento para una obra magnífica y que dejaría un buen recuerdo en el coliseo madrileño.
Desde luego no se puede negar que el programa operístico es variado, tenemos buen barroco, clásicos, un poco de belcantismo, Verdi y Wagner, homenaje a Gluck, estreno mundial y representación contemporánea, hasta algo de ópera francesa. Pero sí que es cierto que falta verismo, no hay nada de ellos, ni de Puccini, claro; Mortier es fiel a sus principios. También hay poca ópera francesa, teniendo en cuenta todas las posibilidades que hay, solo Offenbach. Lo más imperdonable es que programe tanto de Purcell siendo el 2013 el aniversario de los 100 años desde nacimiento de otro compositor inglés, Benjamin Britten, totalmente ninguneado en esta temporada, que debería haber tenido alguna muestra de sus obras, qué bien habría estado un “Billy Budd”… me deja una sensación un poco agridulce del programa.
El año que viene comentaré un poco más cada una de las óperas. Esto es solo un avance.
Iremos (al menos) a Donizetti
Sabia decisión, menuda maravilla puede ser, Celso Albelo es colosal, canta de vicio, me lo presentó un director amigo mío y, además es un tío majísimo. Y no te digo, pero Schrott es impresionante, canta realmente bien. Por intérpretes puede ser de lo mejor del año que viene.
Un abrazo César!
Roberto Devereux ha sido un gran éxito.
Está claro que el público del Real quiere belcanto.
Hace años era normal ir a la ópera y ver Aida, La Traviata o Madama Butterfly, REGULARMENTE.
Pero, actualmente, lo raro es ver programadas óperas que todo el mundo desea ver.
Es más, cuando se programa por ejemplo AIDA, se dice: vaya AIDA, que bien¡¡¡¡ Y la gente va entusiasmada hacia el teatro.
Ahora, me pregunto cuanto entusiasmo tendrán abonados que vayan a ver esas creaciones mundiales, operas, o como se quieran llamar….
Está claro que queda mejor ser Snob, y programar óperas que nadie desea ver.
Defintivamente, estoy casi convencido, que si esas óperas no se programasen dentro de abono, me temo que media sala estaría vacía….
y claro, como toca por abono, pues lógicamente la gente va a verlas, pero como el que va a ver una exposición de arte contemporaneo, por hacer algo más, ver amigos, y pasar el rato.
Pero una vez cae el telón, esa ópera pasa al olvido….
Sigo diciendo que las óperas creadas después de Turandot, ya no son óperas propiamente dichas, pero claro….interesa que sean llamadas óperas para que sean incluidas en los teatros de ópera y en los abonos, pues ciertos bodrios, sino fuese así, me temo que no los iría a ver nadie, y lógicamente, sus autores, no ganarían dinero…
Totalmente de acuerdo con tu apreciación y con el argumento que desarrollas.
Los clásicos deberían ser ineludibles y a partir de ahí complementar las temporadas con otros estilos.
Sin embargo, Mortier, por poner el caso que nos ocupa, lo hace al revés y el resultado es un poco indeseable,
de hecho, no hace más que perder abonados, lo cual no acabo de entender para qué le sirve.
Yo suelo disfrutar de los diferentes estilos que se me ofrecen pero es una pena con todo lo que hay que no se programe prácticamente nada de lo más antiguo, no digamos belcanto o Puccini o verismo, debido a las fobias del director.
En cuanto lo de la ópera después de Turandot, quizá es otra cosa, pero han habido buenas creaciones como para merecer el apelativo aún. Aunque me temo que la de Brokeback Mountain no va a entrar en ese baremo… ejem…
Bueno, muchísimas gracias por tu comentario razonado y que no hace más que dignificar este blog.
Un abrazo y espero seguir viéndote por aquí.