“La fille du régiment” de Gaetano Donizetti en el Teatro Real. Apoteosis “tenoril”

Publicado inicialmente en Ópera World en este enlace.

Pocas veces vivimos un éxito tan aplastante como el que tuve ocasión de presenciar ayer.

No puedo evitar sentir, como tenor de coro  que soy, un gran orgullo al escuchar un despliegue de medios como el que ofreció ayer el mexicano Javier Camarena, más tratándose de una de las arias más famosas que se conocen por su gran dificultad técnica; “Ah! mes amis”, con sus nueve “Dos de pecho”; es un escollo de gran dureza ya, que requiere una conjunción de técnica y una gran resistencia para llegar al do final sostenuto con garantías.  Y sorprende aún más porque lo afronta con voz de pecho, alejado de la más etérea interpretación de Flórez que adolece del volumen del mexicano. Camarena aprovecha la técnica sul fiato al máximo consiguiendo una proyección atronadora de cualquier nota que ejecute. En el caso de los proverbiales “Dos” era más que escuchable por todo el teatro, que asistía con reverencia a un espectáculo de esos que no se olvidarán nunca; no hay rastro de gola  sino que el sonido se proyecta desde la máscara central consiguiendo una gran resonancia, milagrosamente no necesita prácticamente vibrato en el sostenuto final, es prácticamente imperceptible; y todo ello con una afinación perfecta, no caló ni uno solo de ellos. Se notó durante toda la actuación, sobre todo cuando el protagonismo era de Marie cómo se adecuaba para empastar y no sobresalir demasiado; pero claro, con ese torrente en los “concertantes” se le oía por encima de todo. Quizá se le podría poner algún pero en la parte final, puede que fuera el cansancio, o la relajación, pero la mezza voce que manejó fantásticamente toda la obra se resintió un poco en su “Pour me rapprocher de Marie” pero fue un espejismo que finalizó brillantemente con otro de sus épicos agudos (improvisado en este caso).

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No todo fue Camarena claro. El montaje escénico de Pelly, muy conocido ya por llevar bastante tiempo trasladándose de un teatro a otro es tremendamente efectivo. Sencillo en concepción, ambientado en la primera guerra mundial, clásico, pero que aprovecha a la perfección los momentos cómicos que abundan a lo largo del libretto para acentuarlos aún más, sobre todo en la original disposición del segundo acto, donde aprovecha el carácter musical para realizar coreografías divertidísimas que arrancaron las sonrisas de los espectadores en no pocos momentos. Junto a este buen montaje no podemos olvidar la dirección musical del veterano Bruno Campanella, perfecto conocedor de la obra, que sabe sacar todo el jugo que destila su partitura. Sonó conjuntada la orquesta, con matices, con buen uso de los crescendos a pesar de que inicialmente los metales estuvieron un poco despistados. Todo se iba ensamblando en el gran espectáculo.

Aleksandra Kurzak hizo un esfuerzo encomiable con el endiablado papel de Marie, consciente de los medios de su compañero y de la rotundidad, intentó ganar por la parte actoral, se mostró muy divertida, pizpireta en su papel, buscando todos los rasgos que hacen encantadora a esta protagonista. Sin embargo, sus problemas de afinación durante buena parte de la obra lastraron su actuación. Fueron evidentes desde su “Au bruit de la guerre” donde transitaba por las notas agudas bruscamente y sin detenerse demasiado en las notas de paso para calar en la nota más aguda. Este problema de afinación fue más escandaloso en los momentos en piano de “Il faut partir” donde afeaba completamente muchos de sus pasajes, quedó ciertamente deslucida. Si a eso sumamos que su voz en el agudo no es precisamente bella, pues el resultado final  no fue todo lo que se podría esperar de un papel como este. Sonó mejor cuando cantó el dúo con Tonio o el trío con Sulpice. Lástima, aun así el público reconoció su esfuerzo. Spagnoli nos pintó un Sulpice muy Fille2dicharachero, un contrapunto cómico que brilló con luz propia, especialmente en los diversos momentos en los que cantaba con los protagonistas, su centro está bien timbrado y tiene la voz adecuada aunque le faltó un poco de proyección, quedando ligeramente en segundo plano su voz la mayoría de las veces. Podles, con la voz ciertamente avejentada, confío en su capacidad como actriz más que en el canto, ya en su “Pour une femme de mon nom” inicial prácticamente no se la oía con la entrada de coro, aunque sabíamos que cantaba, se esforzó porque por lo menos las notas finales se escucharan pero hablar de un intento de canto legato sería demasiado aventurado, todo sonó muy entrecortado aunque, por lo menos, fue divertida; el papel teatral de nuestra Ángela Molina como la duquesa de Crakentorp fue lo que tenía que ser, extravagante, rozando la parodia en todo momento, ni más ni menos que lo que se le tenía que pedir; bien Isaac Galán como Hortensius, otro de los contrapuntos cómicos y con solvencia. El resto de comprimarios cumplió sin más. Nuevamente tenemos que congratularnos del papel del coro del Teatro Real que volvió a mostrarse sólido en su actuación, especialmente en los concertantes del primer acto cantados con mucho gusto al mismo tiempo que tenían que moverse por todo el escenario; como siempre, plenos de energía y con una calidad en cada nota interpretada que no se puede poner prácticamente ningún pero. Siguen demostrando que son toda una referencia.

En conclusión, una noche magnífica, gozosa, de esas que ayudan a aficionarse al género. De las necesarias en estos tiempos. Así, yo digo sí.

Las fotos son propiedad de Javier del Real

Lo que podremos ver en la temporada 2014/2015 del Teatro Real

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Había mucha expectación por comprobar lo que iba a pasar con la nueva temporada del Teatro Real; parece que la era Mortier ha acabado pero, hasta que no se vieran las nuevas temporadas parece que no es oficial. El resultado tras el anuncio de la nueva temporada se ha quedado, de hecho, todavía en un estado intermedio, un limbo musical con ciertos atisbos de cambio que son los que promueve Matabosch y otras óperas que son herencia todavía del legado de Mortier. Entre dichos atisbos se puede ver la mayor presencia de intérpretes españoles, la elección de Ivor Bolton como director musical titular (aunque en ese año solo va a hacer una producción, ya que lo oficial será el próximo año) y algunas producciones que iban a ir al Liceo y que vienen por aquí. Además de la vuelta de cantantes mediáticos que tan poco le gustaban a Mortier.

Vayamos pues a lo que podemos esperar, que no es poco:

-Se abrirá la temporada con la reposición del ya conocido montaje de “Las bodas de Fígaro” de Mozart de Emilio Sagi; no seré yo el que me queje pero, ciertamente, se programó no hace mucho y es una de esas óperas que ha venido en no pocas ocasiones, con todo lo que se podría programar de Mozart…  Lo más interesante será ver de nuevo a Ivor Bolton (flamante director musical titular) dirigiéndola (es la única que hará ese año hasta su entrada oficial) y dos elencos heredados, especialmente de los que ya hemos visto en la etapa de Mortier, varios bastante conocidos  ya de estos años, sin ser especialmente importantes; por lo menos son adecuados al repertorio.

-La segunda ópera “La hija del regimiento”, de Donizetti, sí que es algo nuevo por fin. Tenemos la producción de Laurent Pelly y la dirección musical de Bruno Campanella y Jean-Luc Tingaud. Oportunidad de oro de descubrir otra de esas joyas del compositor, no se programa con tanta frecuencia y que constituye un emblema del bel canto. Los papeles de la soprano que alternará a Natalie Dessay (aunque está prácticamente retirada), Kurzak  y Rancatore y del tenor con su famosa aria de los 9 “dos de pecho” (“Ah Mes amis), que tendrá a Siragusa y Camarena como protagonistas, son paradigmas de lo más endiablado y bello del canto. Pietro Spagnoli y Luis Cansino como Sulpice y Ewa Podles y Ann Murray completan los roles principales. Mediática, además de anecdótica, será la presencia de Carmen Maura como Duquesa de Krakenthorp, pero atraerá a mucha más gente y se venderá muy bien. De todos modos valdrá la pena. Es muy disfrutable. Echo de menos lo que podría haber hecho Celso Albelo con un papel que borda especialmente como es el caso de Tonio.

“Muerte en Venecia” del británico Benjamin Britten es una coproducción con el Liceo que ha llegado demasiado tarde por partida doble, no solo por la producción sino por el centenario de Britten. Aun así la fantástica producción de Willy Decker puede triunfar; veremos si otro de los prometidos de Mortier, Alejo Pérez, corrobora las buenas sensaciones que dejó este año con “The Indian Queen”María José Suárez y Vicente Ombuena completan un reparto muy especializado en este tipo de obras y del que se puede esperar un buen rendimiento.

-Tres funciones hay programadas para “Romeo y Julieta” de Gounod.  Versión concierto que, sin embargo, tiene más de un atractivo; en primer lugar, en la dirección musical con Plasson a la batuta; lo segundo serán sin duda los cantantes, la presencia de Tagliavini, Yoncheva y, sobre todo, el tan cacareado “divo” Roberto Alagna (suspenderá función antes de cantar?? Con él nunca se sabe) aseguran por lo menos impacto y, posiblemente, tres buenas noches de música.

-El cuento de hadas de Humperdinck “Hansel y Gretel” tendrá el aderezo del vestuario de Agatha Ruíz de la Prada. La dirección musical será de Paul Daniel y Diego Rodríguez. La dirección escénica de Joan Font de los Comediants. Esperemos que esta pequeña obra maestra se vea reforzada por estas propuestas escénicas; la música, deliciosa, lo merece. Parece que Alice Coote y Sylvia Schartz en los papeles de Hänsel y Gretel  y el gran Bo Skovhus como Peter pueden asegurar un buen papel en lo musical.

“El público” de Mauricio Sotelo, sobre el texto de Andrés Ibáñez de la obra de Federico García Lorca, será el primer estreno mundial del año, y además español. Con dirección del fantástico Pablo Heras-Casado y unos cantantes que tendrán que enfrentarse, auguro, a una partitura contemporánea difícil y de texto complicado igualmente (no en vano la obra de Lorca es bastante compleja). Esta, así como el otro estreno, generará sentimientos encontrados como suele ocurrir con este tipo de obras. La escena vendrá a cabo de Robert Castro. El foso será ocupado por la Klangforum Wien.

Matabosch habrá tenido mucho que ver en “La traviata” de Verdi que tendremos a continuación con producción de David McVicar y dirección musical de Renato Palumbo ya que se trata de una coproducción del Teatro Real, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, la Scottish Opera de Glasgow y la Welsh National Opera de Cardiff. Siempre es un gusto encontrarnos con esta maravilla. Habrá que ver si Ciofi puede con él todavía, se alternará con Irina Lungu y Ermonela Jaho. Alfredo será interpretado por Francesco Demuro, Antonio Gandía y Teodor Ilincái, sin demasiadas garantías para sacar algo más digno que lo que podría haber hecho más de un español. Cubierto con creces el papel de Giorgio Germont con el inmenso Juan Jesús Rodríguez, Ángel Ódena y el experimentado Nucci. Siempre es un éxito de público, o sea que, tiene pinta de triunfar a lo grande con su música imperecedera y archiconocida.

Harmut Haenchen dirigirá el “Fidelio” de Beethoven con esta nueva producción del Teatro Real en coproducción con l’Opéra national de Paris que realizará Alex Ollé (La fura dels Baus) con Valentina Carrasco. Los cantantes, con la figura bien conocida de König como Florestan y de Pieczonka como Leonore estarán bien acompañados por el Rocco del poderoso Franz-Josef Selig. Completan reparto Anett Fritsch, Ed Lyon, Alan Held y Goran Juric.

-Si mediático era lo de Carmen Maura, qué podemos decir de este “Gianni Schichi”, tercera ópera del Tríptico pucciniano que tendrá la dirección escénica nada menos que de Woody Allen y Plácido Domingo debutará en el barítono protagonista. La dirección musical de Giuliano Carella se quedará oscurecida por el tamaño escénico propuesto. Acompañarán en esta divertida obra de Puccini Maite Alberola, Elena Zilio, Albert Casals, Maria José Suárez, Vicente Ombuena, Luis Cansino… para una posibilidad realmente atractiva para el público, el texto de la obra junto con las ocurrencias de Allen pueden resultar más que entretenidas.

Plácido Domingo es el gran protagonista de las “Goyescas” de Granados en esta coproducción del Teatro Real y Los Angeles Opera, ya que se encargará de su dirección musical. José Luís Gómez será el encargado de la escena. El trío protagonista nos trae, desde hace bastante tiempo, de nuevo a María Bayo a la que acompañarán Andeka Gorrotxategi y José Carbó. Es una verdadera maravilla, preveo éxito total.

-Para acabar la temporada el otro estreno mundial español, “La ciudad de las mentiras” de Elena Mendoza con libreto de Matthias Rebstock basado en relatos de Juan Carlos Onetti (Un sueño realizado, El álbum, La novia robada y El infierno tan temido). La dirección escénica será de Matthias Rebstock y Titus Engel asegurará una siempre profesional dirección musical. En cuanto a los cantantes, seguro que tendrán que trabajar a lo grande por las dificultades inherentes. Katia Guedes, Anne Landa, Anna Spina y Graham Valentine serán algunos de los valientes. Mi comentario anterior a la obra de Sotelo aplica perfectamente a esta.

Eso es todo, comienza el cambio, se pueden ver los indicios, pero tendremos que esperar un poco más para comprobar de lo que es capaz Joan Matabosch, mientras disfrutemos en lo posible esta temporada de transición.

Artículo publicado inicialmente en Ópera World

Muti y el dominio de la excelencia “Donizettiana”

Nos encontrábamos ante la segunda de las cuatro funciones que va a dirigir el director italiano Riccardo Muti en su paso por Madrid y en este caso, con un cambio de programa, ya que inicialmente estaba previsto el estreno de “La rappresaglia” de Mercadante. El cambio viró hacia uno de los títulos en los que Muti, desde sus principios, es un consumado especialista, el gran “Don Pasquale” del siempre infravalorado Gaetano Donizetti.

Y digo infravalorado porque, normalmente, se tiende a desprestigiar entre el público de los teatros de ópera, aquellas obras que no acaban en una tragedia, quizá por el hecho de que es más sencillo percibir la “grandeza” en el drama que en la comedia. Y es una pena porque Donizetti tiene mucho de comedia, pero también de drama. El propio Muti en una entrevista en Madrid en estos días resaltaba que, precisamente, la dificultad en la interpretación del genio italiano estaba en el equilibrio que había que conseguir entre los momentos bufos y los dramáticos.

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Esto se vio en la función de ayer, Muti no es un espectáculo en el foso como otros directores más dados a los gestos de cara a la galería, la mayoría de las veces ajenos a la dirección. Muti transmite tranquilidad, seguridad en sí mismo y sobre todo una economía de gestos totalmente controlados, puntillosos, prácticamente programados en todos los aspectos, dirigiendo cuando toca la orquesta, el coro o los cantantes; especialmente interesante es ver cómo cortaba las salidas del coro con una precisión inigualable. Muti es un estudioso, un intelectual, estudia cada partitura a fondo y el trabajo que hace con la orquesta antes de cada concierto e interpretación tiene que ser exhaustivo. Y el resultado está ahí, en la visión de su partitura de ayer, espléndida, detallada; una orquesta hecha a su medida y que seguía sin dudar su dirección dotada de una claridad meridiana y un equilibrio excelente con los cantantes y el coro. Todo un acontecimiento ver a este mago a la batuta. Sacó todo lo que se podía sacar a una música magnífica.

El montaje de Andrea de Rosa era uno ya utilizado y que venía del Festival de Ravenna; sencillo, pero efectivo, no creo que se necesitara más. Constaba de un escenario central donde se desarrollaba la mayoría de la acción como en una obra de teatro, alrededor de él el resto de actores se movían anticipando los momentos que viviríamos en escena como si estuviéramos en el backstage de una obra obra de teatro. La simplicidad de la propuesta resultaba dinámica sin llegar a minimalista y, sinceramente, casi se agradece en estos momentos después de lo que vivimos con “Don Giovanni”. No era sobresaliente pero bastaba para lo que estábamos viendo.

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No esperaba demasiado de los cantantes y sin embargo me llevé una muy buena sorpresa. Me imagino que el propio Muti habrá tenido que ver mucho en la elección de los mismos. Nicola Alaimo como Don Pasquale y Alessandro Luongo como el Doctor Malatesta eran dos de esos ejemplos paradigmáticos de bajo cantante, este tipo de bajo al que se le exige una gran capacidad de actuación y, más que un registro amplio, una capacidad proverbial para recitar textos cantados a una velocidad endiablada (de esto Rossini y Donizetti tienen unos cuantos papeles de bastante dificultad); teniendo en cuenta estas características los dos estuvieron realmente graciosos en su interpretación de los dos personajes y demostraron que dominan sus papeles, a pesar de no tener voces especialmente extensas; especialmente hermoso resulta el timbre de Alaimo. Dmitry Korchak como Ernesto resultó bastante adecuado para el papel, tenor lírico-ligero dotado de un buen canto legato y que le ayudaba a cantar sin dificultad las coloraturas exigidas; si bien tuvo alguna dificultad en el registro agudo calando alguna nota, también es cierto que improvisó un Do de pecho en su romanza que, sinceramente, no me esperaba; su voz no es bella, quizá por la falta de claridad en sus agudos pero resultó  muy adecuado. Y la gran triunfadora de la noche a nivel vocal fue la Norina de Eleonora Buratto, pizpireta y tremendamente chisposa durante toda la actuación deleitó a los asistentes con una galería de coloraturas y notas agudas dignas de mención; a pesar de las dificultades, solventó cada pasaje con soltura, un torrente vocal en una voz, además, ciertamente bella, arrancó en todo momento los jaleos rendidos del público. El coro titular, como nos acostumbra siempre, estuvo rotundo en sus pasajes corales.

Definitivamente, Muti supo insuflar de magia a una partitura mágica de por sí y se vio un espectáculo que colmó las expectativas del público, entre el que se encontraba nuestra reina en esta ocasión y que me imagino disfrutó como el resto de la representación.

Primeras impresiones sobre la temporada 2013/2014 en el Teatro Real

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El pasado jueves 7 de febrero, el Teatro Real pasó el programa de la Temporada 2013/2014; ya lo tiene colgado en su web en el enlace que os pongo a continuación . Parece ser que el hilo conductor de toda la temporada va a ser el amor, con lo que ello conlleva. Voy a pasar a comentar mis primeras impresiones, a bote pronto sobre la parte que más me interesa, las óperas. Y al final del artículo pasaré a realizar una impresión final.

Las óperas que se van a programar son doce en total:

-Empezará la temporada con “Il barbiere di Seviglia”, la pieza más conocida de Rossini, paradigma del compositor, será posiblemente un éxito, sin dudarlo; además viene con un montaje de Emilio Sagi que, particularmente, me suele convencer. Lo malo, si algo se puede decir, se ha hecho muchas veces recientemente, y teniendo tantas obras del compositor… Sugerencia, “Guillermo Tell”, para próximos años, sí… estaría muy bien.

-La siguiente, va a ser una composición contemporánea del compositor alemán Wolfgang Rihm, “Die Eroberung von Mexico”, con textos de Antonin Artaud; no tengo referencias operísticas de este prolífico compositor con cientos de obras en su haber, lo que sí sé es que dentro de lo más actual está más bien en contra de Boulez o Stockhausen,  es una incógnita por ahora.

-El dúo bastante conocido desde la llegada de Mortier: Currentzis a la dirección y Sellars a la escena, nos traerán “The Indian Queen”, una composición del fantástico Purcell, que este año tendrá dos óperas, a pesar de no tener efemérides a celebrar. Barroco de la mayor calidad, sobre todo en la segunda “Dido and Eneas”, esta en versión de concierto, con la dirección del omnipresente griego y donde podremos disfrutar del famoso “Lamento de Dido”, un momento cumbre de la música universal.

-La siguiente será “L’elisir de amor”, un Donizetti mayúsculo y quizá de los más conocidos, siempre es un placer oír “Una furtiva lagrima” en directo, el reparto, además parece más que conveniente, sobre todo por la presencia estelar de (Ex)Celso Albelo y el barítono Schrott o la soprano Camilla Tilling. Lo peor, que se ha hecho varias veces ya desde que se estrenó el teatro, y estaría muy bien recordar otras óperas del compositor. También es cierto que es uno de los pocos belcantistas que programa Mortier, y bien es sabida su tirria hacia ellos, solo comparable con la que siente por Puccini y el verismo.

-El dúo que comenté anteriormente vuelve a repetir con ese canto místico de amor que es “Tristan und Isolde”, del gran Wagner, para conmemorar sus doscientos años de su nacimiento, y qué mejor que hacerlo con este monumento a la humanidad. Los cantantes, Urmana y Dean Smith, desgraciadamente no son garantes de la calidad que haría falta, Smith es interesante pero insuficiente para el papel de Tristán; Urmana, es, me temo, bastante limitada, a priori, para hacer un papel de este estilo. Habrá que verla, de todos modos, para llegar a una conclusión.

-“Brokeback Mountain” es el estreno mundial del compositor norteamericano Charles Wuorinen sobre el texto de la escritora  Annie Proulx, otro de esos compositores actuales que tiene mucho ya en su haber, pero que sin embargo no es muy conocido para el gran público. Es un estreno encargado por el propio Mortier y con un tema bien conocido por la película de Ang Lee; ¿polémica a la vista? Habrá que comprobarlo.

-Se cumple el tercer centenario del nacimiento de Christoph Willibald Gluck en el 2014, y para la ocasión se van a traer dos óperas suyas, la primera será “Alceste”, una pequeña delicia, un goce para los sentidos que, además trae un reparto excelente y conveniente para el tipo de repertorio, Willard White, Antonacci, Paul Groves.. y la dirección de Ivor Bolton nos van a asegurar un buen espectáculo. “Orphée et Eurydice” será un experimento en forma de danza-ópera con la espléndida música de Gluck, dirección de Hengelbrock y montaje escénico de Pina Bausch con el Ballet de la Ópera de París, puede ser interesante, para julio.

-El segundo Wagner es uno de los románticos, “Lohengrin”, la mágica ópera del cisne, tendrá dirección de Hartmut Haenchen y será posiblemente otro triunfo; Wagner, en directo, funciona a las mil maravillas, y su duración no suele estorbar en esta percepción. Es una gran ópera y muy accesible para el gran público. Veremos si König o Ventris consiguen llegar a la excelencia en un papel precioso como este. Polaski y Zajick cubrirán con nota a Ortrud, no sé qué pensar de las que van a hacer de Elsa o Telramund.

-Otro de los platos fuertes va a ser sin duda “Les contes d’Hoffmann” del fantástico Offenbach, Cambreling a la dirección y un reparto con Arteta, Von Otter, Eric Cutler… deberían ofrecer lo mejor de una ópera magistral. Podríamos disfrutar, y mucho, según la escena que nos plantee Marthaler.

-Sólo me falta comentar “I vespri siciliani”, un Verdi poco conocido y que, sin embargo, es buenísimo, como casi todo lo que compuso el italiano; la lástima es que viene en versión de concierto, un desaprovechamiento para una obra magnífica y que dejaría un buen recuerdo en el coliseo madrileño.

Desde luego no se puede negar que el programa operístico es variado, tenemos buen barroco, clásicos, un poco de belcantismo, Verdi y Wagner, homenaje a Gluck, estreno mundial y representación contemporánea, hasta algo de ópera francesa. Pero sí que es cierto que falta verismo, no hay nada de ellos, ni de Puccini, claro; Mortier es fiel a sus principios. También hay poca ópera francesa, teniendo en cuenta todas las posibilidades que hay, solo Offenbach. Lo más imperdonable es que programe tanto de Purcell siendo el 2013 el aniversario de los 100 años desde nacimiento de otro compositor inglés, Benjamin Britten, totalmente ninguneado en esta temporada, que debería haber tenido alguna muestra de sus obras, qué bien habría estado un “Billy Budd”… me deja una sensación un poco agridulce del programa.

El año que viene comentaré un poco más cada una de las óperas. Esto es solo un avance.

Un repaso a la temporada de ópera 2012/13 en el Teatro Real

Es ya de dominio general entre toda la gente que me conoce mi gran afición a la música clásica en general y a la ópera en particular. También es un hecho que todos los años suelo ir a disfrutar de varias de las óperas que nos ofrece el Teatro Real en Madrid gracias al abono anual. Todo esto hace que, si alguien se anima a ir, suela preguntarme por las más adecuadas. Es de perogrullo, hay obras más digeribles inicialmente que otras y estoy encantado de aportar mi experiencia.

Aprovechando que estamos al comienzo de la temporada y que, además, acabo de empezar el blog, voy a repasar a continuacion lo que nos va a ofrecer el teatro en orden más o menos cronológico, espero que le sea útil a alguien:

“Moses und Aron“ de Arnold Schönberg (1874-1951), es la obra que se ha escogido como comienzo de temporada y como parte de los eventos asociados al aniversario de su última apertura. Está muy bien su elección por lo que significa, pero este es el tipo de ópera que no recomendaría a un profano nunca. La partitura está escrita en técnica dodecafónica ortodoxa y es tremendamente dura al oído de prácticamente cualquiera. Sé que la puedo disfrutar como otras del mismo tipo (esa “Lulú“ de Alban Berg me viene a la cabeza) y los músicos igual; pero el resto, abstención, hay mejores posibilidades, eso sí, por lo menos no es muy larga….

“Boris Godunov” de Modest Mussorgski (1839-1881), sobre esta existen dos versiones, la primera de ellas, la mas primitiva, no pudo ser estrenada en 1869 cuando la terminó, debido a que no había papel femenino; la segunda versión, de 1872, con un acto polaco y otros cambios sí se estrenó en 1874, esta es la versión que veremos este año, diez actos. Estamos ante una obra excepcional, una obra maestra de la lírica que combina sabiamente la épica musical, con esa escena de la coronación que os pongo a continuación, momentos minimalistas y que requieren un canto más intimista. Sencillamente una maravilla en todos los sentidos. El reparto que se han traído es casi enteramente ruso, y cuenta con el ya legendario Anatoli Kotscherga (antes Boris)ciendo de Varlaam.

Il prigionero/Suor Angélica”de Luigi Dallapiccola (1904-1975) y Giacomo Puccini (1858-1924) es una coproducción con el Teatro del Liceo que consta de un programa doble con una primera, para mí al menos, desconocida obra; por lo que he podido buscar, estuvo a medio camino del clasicismo y el dodecafonismo, por lo tanto, podemos esperar una mezcla curiosa que espero que no desmerezca demasiado la segunda. Me imagino que, debido a este doble programa es por lo que Mortier (sabiendo su odio profundo a la hora de programar a Puccini) ha accedido a programar uno. Sea como sea estamos de enhorabuena, esta es una pequeña obra maestra (pequeña por la duración), segunda de las óperas incluídas en “Il Trittico”, está protagonizada exclusivamente por mujeres y, aunque todas tienen su hueco, la protagonista tiene uno de esos papeles deliciosos que te pueden encumbrar para siempre. Un milagro musical cargado de emoción, no en vano, he llorado todas las veces que la he visto/oído. Cómo no poner el “Senza Mamma”, cómo no…

“Macbeth” de Giuseppe Verdi (1813- 1901), no hace falta hablar mucho del compositor que todo el mundo conoce, quizá, el más grande a la par que Wagner; los dos llevaron este subgénero a la perfección total, al entendimiento como obra de arte total. Esta vez vamos a conocer una de las óperas que menos representan y que además no es tan conocida, de sus llamados “años de galeras” (1844 a 1850). Pero no hay que engañarse, la obra es magnífica, el papel de Lady Macbeth es el verdadero protagonista de la obra, y, además escribió una partitura endiablada para él (a ver si Violeta Urmana consigue sacarle partido). Cabe mencionar que la obra tiene más coros de los habituales en sus partituras (ese “Patria opressa” es excepcional); con lo cuál tenemos un conjunto muy consistente y disfrutable desde todos los puntos de vista.

“Pasifal” de  Richard Wagner (1813-1883), si antes teníamos a Verdi, aquí tenemos al otro gran representante, en una obra decididamente difícil, ambigua, complicada, pero excepcional, una maravilla cargada de emoción con un hándicap muy importante: se va a representar en modo concierto. Y esto es así, porque esta obra reúne las características más esenciales, largos monólogos, unión completa de la música, sin números cerrados y que suele entrar mejor con una puesta escénica. Hacer aguantar a la mayoría de la gente más de cuatro horas en modo concierto me parece quizá lo menos adecuado. Ya veremos de todos modos, puede ser una buena manera de que alguien conozca a este coloso.

“The perfect American” de Philip Glass (1937), estreno mundial por encargo del propio Mortier al compositor norteamericano sobre la vida de Walt Disney. A priori parece interesante, pero hay que orientar un poco a los que vayan a verlo. Glass es quizá el representante más conocido de la corriente minimalista (junto con Steve Reich), corriente que se basa en la repetición interminable de temas musicales, siendo a veces, a pesar de la belleza de la melodía, ciertamente monótono. Al no tener ningún fragmento musical de la obra, os pongo uno de su famosa “Einstein on the beach”. Habrá que ver si la puesta en escena ayuda para calibrar su posible éxito.

De Mozart (1756-1791)  se van a programar nada menos que tres  en diferentes momentos, aprovecho para unirlas aquí; baste decir que tanto “Cosí Fan Tutte” como “Don Giovanni”  y “Die Zauberflöte” son quizá las más conocidas junto a “Las bodas de Fígaro”, es difícil quedarse con un momento de ellas o quedarse con alguna de ellas en particular, quizá la más sólida en lo musical y dramático sea la segunda, Cosí es excepcional en lo musical pero el argumento es una chorrada, y la flauta está en alemán, es un singspiel, con recitativos muy secos aunque cómicos, sin música. Cualquiera de ellas podría valer para un profano en la materia. Pongo un fragmento de los muchos entre los que se puede elegir que adoro especialmente.

“Roberto Devereux” de Gaetano Donizetti (1791-1864), sorprendentemente veremos esta rareza de uno de los máximos representantes del belcantismo, desgraciadamente sólo serán dos funciones y en concierto también, una penita, la verdad. Este compositor es más conocido por otras pero siempre creaba buenas obras, y esta es otro buen exponente de ello. El elenco es más que recomendable con nuestro José Bros en el papel de Roberto y la inimitable Edita Gruberova en el de Elisabetta, si además está Sonia Gannassí y el siempre solvente Simón Orfila, pues podemos tener una agradable sorpresa musical.

“Les pêcheurs de perles” de Georges Bizet (1838-1875). Bizet es especialmente conocido por haber compuesto “Carmen”, maravilla de las maravillas y popular entre las populares; pero ojo, a esta obra la tengo un cariño especial, está dotada de una sensibilidad a flor de piel y tiene uno de esos roles de tenor de los que no puedes más que enamorarte; es una joya, una de esas que nunca olvidas. Además, viene Juan Diego Flórez a cantarla, esto es un éxito garantizado, porque su voz está hecha para cantar a Nadir. Muy recomendable aún siendo en concierto. Podría poner el dúo entre Zurga y Nadir, pero al final me decanto por la famosa aria del tenor “Je crois entendre encore” que salía en repetidas ocasiones en el “Match Point” de Woody Allen. Habrá tortas para conseguir una entrada…

“La Rappresaglia” de Saverio Mercadante (1795-1870), esta es la excusa para traer al gran Riccardo Muti de nuevo al Real, lo cual me congratula, pero también será una función casi imposible de conseguir, aún así, tiene cuatro programadas, siendo una además fuera de abono. En cuanto al repertorio prosigue en su labor de recuperar las obras del italiano, en este caso se trata de una ópera buffa y será bastante accesible musicalmente, como algunas que se han ido recuperando ya, os dejo aquí un fragmento de “Virginia”:

“Wozzek” de Alban Berg (1885-1935),  una obra esencial para entender los derroteros por donde ha ido la música contemporánea, a medio camino entre la tonalidad y el dodecafonismo, atonalismo puro, enervante, tétrico, desestabilizador; particularmente me encanta y soy capaz hasta de emocionarme con ella a pesar de lo que te desafía: la hermosura de lo horrendo. No es para todos los públicos, tampoco por la temática ni la escabrosidad y violencia de lo que relata. Sabiendo esto… ya se puede obrar en consecuencia.

Y la temporada acaba con “Il postino” de Daniel Catán (1949-2011), la cita anual con Placido Domingo, que siempre es una garantía de éxito y de espectáculo, viene acompañado de la emergente Nancy Fabiola-Herrera y de la ya consagrada Cristina Gallardo-Domas, la obra está basada en la novela Ardiente Paciencia” de Skármeta, y es sobre la ficticia amistad de Pablo Neruda y un cartero (sí, ESA película), no la conozco musicalmente, es una incógnita. Pero con esos cantantes…

Ya me he extendido demasiado, espero haber reflejado lo que viene este año a nivel operístico; ya iré comentando alguna cosa más según vaya yendo a verlas; según mi punto de vista es un año muy completo, consistente y ecléctico, veremos cómo resulta.