Si la literatura de género normalmente suele ser denostada por la crítica, el caso de lo que se ha dado en llamar 9º arte, es decir, el cómic, es aún más flagrante; siendo, sin embargo, una de las formas artísticas más completas ya que supone una perfecta combinación entre dibujo y guión.
Sin investigar demasiado en las razones, sí quería incidir en una de las mayores causas para este olvido consciente por parte de crítica “seria” (con todo lo peyorativo que implican mis comillas…) es la atribución casi unánime a los cómics de una infantilización con la que va unívocamente unida; es decir, leer cómics es para niños, un adulto no puede leerlos a menos que:
-Se trate de una novela gráfica, entonces sí que tiene más nivel que el cómic.
-Que transcienda el género; esta causa, de hecho, se utiliza con no poca frecuencia aplicándola en general a toda la literatura de género.
Las dos anteriores estrategias obedecen a una “adultización” (permitidme el palabro..) , innecesaria de todas las maneras, ya que algo no tiene por qué ser mejor por ser adulto; ya vemos, de hecho, algunos productos que son, a pesar del intento, bastante menos adultos que muchos cómics. En cuanto a la semántica, prefiero referirme la mayoría de las veces a cómics, que, al fin y al cabo, es lo que son. Todavía hay gente que llama a “Watchmen” novela gráfica, cuando es una recopilación de cómics…
Tras esta introducción, me dispongo a ofreceros en este monográfico de literatura de género dos buenos cómics, que ni trascienden ni falta que les hace; son simple y llanamente muy buenas lecturas.
La primera de ellas es el “Green Manor” con guión de los franceses Fabien Vehlman y dibujos de Denis Bodart, la contraportada de la excelente edición de Dibbuks nos da pistas sobre lo que nos vamos a encontrar:
“El crimen no es nada sin un mínimo de elegancia.”
“A primera vista el muy selecto Club Green Manor se parece a cualquier otro club inglés. Sin embargo, detrás de sus espesas paredes, en sus mullidos sillones, se esconde la mayor pandilla de estafadores, canallas y asesinos que la reina Victoria ha conocido jamás.”
El hilo conductor de todas las historias es este peculiar club inglés; las historias, en su mayoría, son detectivescas; la ambientación, en el Londres de finales del siglo XIX. Se trata de 16 historias cortas, pero realmente intensas, muy ingeniosas en los guiones y en las conversaciones de los protagonistas y que, además, muchas veces consiguen finales tremendamente sorprendentes. El trazo del dibujo de Bodart es muy limpio, con predominio claro del dibujo, elegante en el trazo, tan elegante como las historias de la época; una perfecta simbiosis de dibujo y guión que hacen disfrutar y mucho de la novela de detectives.
La segunda recomendación es un cómic de superhéroes, sí me atrevo a hacerlo a pesar de que estamos en el segmento más poco valorado de los cómics. En este caso se trata del “Ojo de Halcón” de Matt Fraction y David Aja. Se trata de la última colección del singular arquero que se ha lanzado en EEUU y que ahora nos trae Panini en su primer volumen que recopila los seis primeros números de la colección. Este tándem ya triunfó, por lo menos a nivel de calidad, en la colección “El inmortal puño de hierro” y ahora vuelven a deleitarnos con una muestra de cómo se puede hacer un excelente cómic. Los guiones de Fraction se caracterizan en este caso por jugar con la narrativa que, además, están muy bien acompañados por el dibujo de Aja, más sucio, menos dibujístico, difuso, que me recuerda poderosamente al David Mazzucchelli de “Año Uno”, totalmente acorde con la historia que se cuenta. Un Ojo de Halcón un poco más alejado de la esfera de su trabajo en los “Vengadores” y más social, a la manera de Spiderman o, más bien Daredevil. Las composiciones de página son muy arriesgadas, el tiempo narrativo cambia a placer (proverbiales los saltos temporales en el número 6 “Seis días en la vida de… “ que da título al volumen), la narración de Aja es primorosa, detallista, una maravilla. Javier Pulido le sustituye en dos números, los más superheroicos, pero no se resiente; se resalta más el dibujo pero la narrativa es excepcional igualmente. En fin, memorable recopilación que recomiendo sin dudarlo. Una joya.