Nu)n(ca de Luigi Amara. Lo sublime oculto

nunca

Recordemos de la wiki, la definición y origen de musa:

“En la mitología griega, las musas (en griego antiguo μοῦσαι mousai) eran, según los escritores más antiguos, las diosas inspiradoras de la música y, según las nociones posteriores, divinidades que presidían los diferentes tipos de poesía, así como las artes y el amor.”

Me viene muy bien traer a colación este concepto al hilo de la publicación del poemario Nu)n(ca del mexicano Luigi Amara (ensayista, poeta y escritos de libros infantiles). La musa no tiene por qué ser algo real sino el modo en que muchas veces nos sentimos inspirados a la hora de escribir algo. Sin embargo, en el caso de Amara, sí que utiliza un elemento para reflexionar sobre él, en este caso la foto de Onésipe Aguado Mujer de espaldas que actúa, en este caso, como catalizador de la inspiración poética:

Mujer_vista_de_espalda_Nunca

Amara, durante las páginas que ocupa Nu)n(ca, llevará hasta sus últimas consecuencias lo que es observable y lo que no lo es tanto, así como las consecuencias de esta observación visible/oculta; la espalda que nos ofrece la modelo le lleva a una reflexión sobre su actitud al respecto a la vida, un cierto inmovilismo por comparación con respecto al resto:

 

“Darle la espalda a todo:

                                                eso

es tener estilo. No azotar la puerta, no

escapar con zancadas teatrales,

simplemente voltearse.

Que otros elijan los riscos

susurrantes,

las ruinas

de la noche en su último desplome;

aquí es el grado cero,

el vacío por diorama,

vieja zona del no

sin más explicaciones,”

 

La foto con la modelo de espaldas se convierte en un microcosmos del mundo, detenido en un instante, un instante maravilloso que no deseamos que pase de ninguna manera, solo si ella se da la vuelta podríamos hacer que se terminara, pero no es lo deseable, hemos alcanzado la sublimidad:

 

“El mundo detenido en su destello.

Paladeando el instante en que deseamos

–con tal intensidad, que incluso

temimos darle consistencia

de grito-,

que ella se dé vuelta,

que escuche

nuestro llamado inexistente.

Pero no.

                Por más que las preguntas

asedien su clavícula,

por más que dedos sin peso

rocen sus lóbulos negados,

el giro nunca llega,

 

En la siguiente frase de Magritte que  Amara integra con el ritmo de su poema se encuentra la causa de la sublimidad, no es tanto lo que vemos sino lo que se nos oculta detrás de lo visible; no importa tanto lo evidente sino lo potencialmente visible, es en esa potencialidad donde se encuentra nuestro deleite, aquello que más anhelamos:

 

“René Magritte, decía, escribió:

 

“Todo lo que vemos oculta otra cosa, siempre queremos

ver lo que está oculto detrás de lo que vemos.”

 

Esa extraña que nos gustaría explorar porque no lo conocemos, territorio inexplorado que nos colma:

 

“La espalda habría de parecer

extraña, inexplorada,

como un paraje recién descubierto,

como una franja de la realidad

que nunca visitamos.

 

Como si fuéramos ciegos

a un color

y de pronto un artista

pintara todos sus cuadros

con el mismo, insospechado tubo de óleo”

 

Ese cuello al principio de la espalda que actúa como corte de lo que nosotros podemos llegar a ver; el anhelo de una belleza que nos estamos perdiendo por no ofrecernos su rostro:

 

“Sable, alfanje, cimitarra.

Sable, alfanje, cimitarra.

 

Y en el fondo, un cuello,

ese cuello.”

 

El cristal de fondo no actúa como reflejo, es esquivo y no nos refleja más que sombras que acentúan esa necesidad de conocer lo que no vemos, solo podemos aspirar a escuchar una música que nos ayuda a digerir un ansia que “Nunca” se va saciar:

 

“Tal vez es el cristal

que nos deja mirando

como moscas.

La sombra

japonesa al otro lado

del papel,

la cajita cerrada en que se escucha

la misma necia y desquiciada

música, 

la tonada prisionera

de su loop,

pianola mínima

del nunca.”

 

Precisamente al no desvelar lo que no vemos no perdemos la esperanza de que sea sublime y que nos llene completamente:

 

“[…] porque no tiene rostro,

porque su rostro es todo aquello

que nos falta,

lo fijo que se escapa

en el torrente,

lo que no fue

 –y vuelve-

como niágara negro,

lo que se filtra y deja rastro

de su polvo,

lo que no espera

y no tuvimos

y resbala,

lo que renuncia

y no tocamos

–pero mancha-,

lo que nunca.”

 

A lo mejor Amara nos está alertando de que para ser feliz no hace falta tener todo sino aspirar a tenerlo, y es en esta potencialidad donde radica nuestro afán.  Y es ahí donde nos llevan sus versos, a un abismo de posibilidades que nunca nos decepcionan.

Mi proyecto literario 2016: Las mujeres como protagonistas

Pablo-Picasso-Woman-writingHechos a tener en cuenta:

-14 mujeres han ganado el premio Nobel de literatura de 112 galardonados.

-Actualmente en las listas de apuestas aparecen como mucho 14 o 15 de 70, no es que haya cambiado mucho.

Este post de @Metamaiko en Verne forzó mi reflexión.

Svetlana Alexievich, escritora bielorrusa, gana este año el Nobel de Literatura. Raro es el que la ha leído, raro es el que lee mujeres habitualmente, raro es el que la leerá.

Repasando los libros leídos todos los años suelo hacer mis estadísticas para saber el tipo de lecturas que hago, no sólo en cuanto a cantidad y calidad, me gusta repasar también cuestiones de género y, a veces nacionalidades. Gracias al post que mencioné anteriormente revisé las que llevo leídas este año, la gran cantidad de libros me ayuda para poder diversificar y hay que reconocer que, por ejemplo, este año, he leído cuarenta libros escritos por mujeres.

Aun así, este número supone un 20% de los libros que leo, normalmente, de cada cinco libros, cuatro son de hombres. Está ligeramente desproporcionado, y eso es mi caso… no digo el resto de lectores habituales.

De ahí que me haya propuesto dedicar un año a leer la mayoría de mis libros (todos será imposible por estar escribiendo en otros sitios donde tengo algún otro encargo) pero la idea es clara: siempre que sea posible, mi siguiente lectura será una mujer. Esto naturalmente tiene unos objetivos que paso a mencionar:

-Lo habitual, culturalmente (de una manera estructural) es que se elija una lectura con escritor masculino, si vemos las novedades mensuales, la mayoría de las veces la proporción está radicalmente balanceada hacia ese lado. Lógicamente, se escogerá una lectura de este tipo. Intentaré que esta tendencia, escrita inconscientemente en mi interior, se balancee hacia un cierto equilibrio futuro.

-Leer muchas más mujeres que hombres me va a servir para evaluar, al final del año, si de verdad podemos considerar que existe una “écriture feminine”, término que fue acuñado por Hélène Cixous para referirse a la forma de escribir de una mujer (“woman must write her self: must write about women and bring women to writing, from which they have been driven away as violently as from their bodies”). Si esto fuera así, serían identificables una serie de signos tanto en estilo como en temática, narradores, etc…  que nos llevarían a pensar en una serie de características propias de las mujeres que no están presentes en los hombres y que, si no lees a mujeres, no podrás descubrir nunca. Estaría genial poder ir identificando este tipo de rasgos. E incluso indagar en los rasgos machistas de las propias escritoras, que, lógicamente, podrán encontrarse.

-En mi caso particular me va a servir para abrir la mente a otras posibilidades, tendré que evaluar si esta mayor diversidad me resulta interesante tanto en el análisis literario como a nivel personal. Esto convencido de que va a ser así por la nómina de escritoras que tengo pendiente.

-Naturalmente, me va a servir para hacer proselitismo con un montón de autoras, escritoras que verá más gente y que puede animarse a leer. Eso siempre  es un objetivo de fondo. A lo personal (mi principal razón) se une lo social y la difusión.

-El tipo de escritoras escogidas no se va a limitar a lo contemporáneo, habrá escritoras de género, poesía, pensamiento, tiene que haber de todo para que de verdad valga la pena y se pueda hacer una buena comparación incluso por géneros.

Repasando el otro día mi nutrida biblioteca, encontré unas cuantas escritoras de las que vais a ver un buen desfile el año que viene. Tengo muchas obras suyas sin leer:

Joyce Carol Oates

Margaret Atwood

Alice Munro

A.M. Homes

Eleanor Catton

Kate Atkinson

Dorothy Sayers

Patricia Highsmith

Nancy Mitford

Elizabeth Taylor

Stella Gibbons

Beryl Bainbridge

Connie Willis

Rosa Ribas

Agatha Christie

Sarah Paretsky

Sue Grafton

Janet Evanovich

Iris Murdoch

AS Byatt

Virginia Woolf

PD James

Jhumpa Lahiri

Hillary Mantel

Mary MacLane

Svetlana Alexeievich

Anna Katherine Green

Marisha Pessl

Zadie Smith

Caitlin R Kiernan

Elizabeth George

Maria Lang

Carson McCullers

Val McDermid

Lea Cohen

Susan Sontag

Muriel Spark

Elizabeth Bowen

George Eliot

Pilar Pedraza

Flannery O’ Connor

Katherine Ann Porter

Molly Keane

Hanna Arendt

Eudora Welty

Miyuki Miyabe

Natsuo Kirino

Margaret Millar

Ngaio Marsh

Mary Shelley

Doris Lessing

Marie Edgeworth

Helen MacDonald

Edith Wharton

Fred Vargas

Margaret Drabble

Chimamanda Ngozie Adichie

Nawal El Saadawi

Nadine Gordimer

Rita Indiana

Elfriede Jelinek

Clarice Lispector

Toni Morrison

Valerie Mrejen

Hertha Müller

Cynthia Ozick

Alejandra Pizarnik

Marilynne Robinson

Mercé Rodoreda

Beatriz Sarlo

Wislawa Szymborska

Gabriella Wiener

Adrienne Rich

Siri Hustvedt

Selva Almada

Sandra Santana

Cristina Rivera Garza

Diamela Eltit

Tamara Kamenszain

Sylvia Molloy

Y no descarto que haya más elecciones según lleguen novedades editoriales. El caso es que veremos cómo evoluciona. Quiero fomentar, de esta manera, reflexiones distintas, debates distintos. De hecho estaría bien poder analizar las obras desde otras perspectivas.

Es muy ambicioso, pero bueno, veremos cómo se desarrolla. Por lo menos es un subconjunto de mi proyecto (algunas mujeres estaban incluidas) . Y me viene bien por partida doble para ir cerrándolo.

¿Qué pensáis de este proyecto? ¿Os interesa? Espero todos los comentarios que se os ocurran.

¡Buenas lecturas!

Cuentos completos de E. L. Doctorow. Descubrimiento póstumo

CuentosCompletosEl 21 de julio de este año nos dejó el escritor norteamericano Edgar Lawrence Doctorow; mi relación hasta ese momento no llegó ni a turbulenta, estaba basada en la indiferencia, haber oído hablar de él y, sin embargo, no haber probado ninguna de sus obras, novelas por las que era mundialmente conocido. Su muerte desencadenó (como nos ocurre tantas veces) mi acercamiento a su obra, aunque de una manera poco ortodoxa: a través de sus cuentos.

Da la casualidad que en el momento de su fallecimiento la editorial Malpaso estaba preparando una recopilación de todos sus cuentos como se indica al principio de la antología en una nota aclaratoria:

“E. L. Doctorow murió el 21 de julio de 2015 cuando se corregían las pruebas de este volumen. Durante las semanas anteriores colaboró generosamente con Malpaso para perfilar los detalles de una edición (la primera de todos sus cuentos en cualquier lengua) que esperaba con enorme interés. Ya no podrá verla, pero sirva este libro de homenaje póstumo al gran escritor norteamericano.”

Hablaba sobre lo poco ortodoxo de mi acercamiento y lo hacía fundamentado en el buen prólogo de Eduardo Lago, donde el escritor en primer lugar habla sobre las diferencias entre cuentos cortos y novelas a la hora de narrar:

“En un intento de explicar en qué consiste exactamente la diferencia entre la distancia corta y la larga a la hora de narrar, Doctorow puntualizó que en tanto que una novela es el comienzo de una prolongada exploración, el cuento es un organismo vivo que cuando llega al terreno de la imaginación lo hace de manera súbita y con sus rasgos ya perfectamente formados. La distinción, con ser sugerente, no alcanza a explicar la elusiva magia inherente a la manera de fabular de Doctorow, cuyos entes narrativos nunca parecen tener del todo claro lo que son. La publicación de un volumen como el que el lector tiene en sus manos es de una importancia superlativa por dos razones. La primera, que los cuentos de Doctorow, con ser de una calidad excepcional, jamás habían sido reunidos en un solo volumen, ni siquiera en inglés. La segunda, que el escritor del Bronx goza de un inmenso prestigio como autor de algunas de las mejores novelas norteamericanas de las últimas décadas, pero su labor como cuentista ha pasado prácticamente desapercibida.”

Para, al final de dicha reflexión, referirse en segundo lugar a lo atípico que es acercarse a los cuentos de Doctorow teniendo en cuenta que su fama se fundamenta en la calidad de sus obras largas; se esfuerza Lago en definir la sensación que produce está lectura y señala un detalle primordial: la ordenación de los relatos a gusto del propio autor en una lógica solo comprensible por él:

“Leer un cuento de Doctorow es una experiencia estética un tanto desasosegante. No falta nada en estos relatos, y sin embargo dejan en el lector una desazón muy profunda, como si exigieran que ocurriera algo más, cosa que de hecho sucede, sólo que, extrañamente, fuera de la página.

A efectos de esta edición, la ordenación de los relatos completos de Doctorow la estableció el propio autor poco antes de morir, y no coincide exactamente con la de los volúmenes en que aparecieron de manera originaria, sino que obedece a una lógica superior que solo su creador fue capaz de ver. En este sentido resulta altamente significativo que se respete la profunda unidad que constituyen los relatos integrantes de la segunda colección de cuentos de Doctorow, uno de los volúmenes más perfectos salidos de su pluma.”

Acaba definiendo al autor como algo muy distinto en base a esta experiencia lectora; es curioso porque repasando esto me quedo con esa sensación desconcertante:

“[…] en ellos hay algo que no se manifiesta de la misma manera en las novelas mayores. Para decirlo de manera sumaria, como autor de relatos breves, Doctorow fue un escritor más directo, poético y fugaz; más emotivo y cercano; más íntimo y elusivo; más profundo y misterioso; y, a la postre, mucho más desconcertante. Como se ha recalcado, nunca antes había existido en ningún idioma la posibilidad de adentrarse sin restricciones en lo más hondo del lado secreto de la imaginación de un cuentista excepcional que da la casualidad de que se llama exactamente igual que un novelista a quien llevábamos muchos años leyendo con admiración: Edgar Lawrence Doctorow.”

A pesar de que no haya una unidad de estilo ni temática en ellos, esta recopilación da la impresión de desprender una amalgama de historias desconcertante; parece más un ciclo vital de cuentos que una recopilación de relatos individuales. Incluso me atrevería a que el ritmo “in crescendo” en cuanto a su calidad suponen una especie de relato de formación del autor tanto como persona como artista. Cada fragmento configura un avance parcial, de ahí esa sensación incompleta que va tendiendo a completarse según avanzas en la antología.

Me quedo con algunos fragmentos que refuerzan este sentimiento, como en “Glosas a las canciones de Billy Bathgate” en la que un niño le sirve para reflejar su infancia, los recuerdos de una calle, el sabor de un momento:

“Mientras el niño va olisqueando vidas ajenas al pasar ante las casas del barrio, distinguiendo el olor de las naranjas del de los quesos, los pollos, el pescado y los zapatos nuevos hechos con materiales baratos, debe vigilar con pericia lo que tiene detrás y lo que tiene delante. Solo lleva seis o siete años en este planeta, pero ya es víctima de los chicos mayores (negros, irlandeses, italianos) que acechan, merodean y pinchan, invisibles como las agujas de zurcir; de los policías; del encargado de vigilar a los niños que hacen novillos; del Castigo, que le tira de las orejas para arrastrarle de vuelta al orfanato que está a varias colinas de distancia, a varios valles profundos (muy profundos) de distancia, con ascensos y descensos demasiado empinados, demasiado angostos para unos zapatos de goma tan pequeños, para unos calcetines tan caídos, desmadejados.”

Consciente de que lo sensorial es imprescindible para sentirse integrado en una sociedad que te deja abandonado en un solipsismo inevitable y determinista:

“Si a un hombre le quitas la capacidad de sentir, acabará inventando sus propias sensaciones; si le quitas la vista y el oído y no le dejas oler y ni tocar nada, verá, oirá, olerá y sentirá lo que su mente imagine. Esto demuestra que nacemos condenados a la soledad, que nacemos con hambre de mundo y sin poder compartir esa hambre, y que nuestro corazón rebosa soledad y que esa soledad inunda el mundo, y lo empapa hasta que la primavera de los corazones solitarios se queda sin sangre y entonces ese río nuestro se seca.”

De “Jolene: Una vida” aprendemos que la vida cambia en un instante y casi sin que nos demos cuenta, avanzamos, evolucionamos, nos formamos para lo que está por venir, aunque cueste:

“Tenía más de mil dólares en el cajón de su mesilla de noche. Sabía que con el tiempo podría reclamarlos si estaba dispuesta a dejarse interrogar por la policía, pero nada de lo que pudiera sucederle sería tan malo como lo que le sucedería si asumía ese riesgo. Aun cuando no les dijera nada, ¿qué efecto tendría Sal’s Line en las posibilidades de que ella llegara a su decimonoveno cumpleaños que, causalmente era al día siguiente? Él no estaba allí para decírselo.

Y así es como cambia la vida, igual que azota el rayo: en un instante lo que era ya no es lo que es y te encuentras sentado en una roca al borde del desierto, con la esperanza de que pase un autobús y se compadezca de ti antes de que te encuentren allí muerta como un animal cualquiera atropellado en el asfalto.”

De hecho, en “Wakefield” ahonda en la inconsciencia de las decisiones, en que quizá no estemos tan libres como creemos para hacerlo:

“La gente dirá que dejé a mi mujer y supongo que, si nos atenemos a los hechos, eso es lo que hice, pero ¿dónde estuvo la intencionalidad? En ningún momento tuve el propósito de abandonarla. Si acabé  en el desván del garaje, con todos los muebles viejos y los excrementos de mapache, fue por una serie de circunstancias anómalas –y es así  como empecé a abandonarla, sin saberlo, claro está-, pese a que bien habría podido entrar por la puerta como venía haciendo a diario después del trabajo a lo largo de los catorce años y dos hijas de nuestro matrimonio.”

Lo que sí está claro es que la decisión puede no ser entendible a primera vista, pero a larga escala, como todos estos cuentos en un conjunto, forman parte de la transformación que se opera en ti mismo, sólo se podrán entender más adelante:

“Cualquier puede tener un cambio radical de parecer, eso está claro, y no veo, pues, por qué algo así, junto con todo lo demás, habría de ser impropio de mí. ¿Acaso no podía un hombre, después de una vida responsable y conforme a las reglas, verse de pronto arrancado de su rutina y distraído por un ruido en su jardín trasero y apartarse entonces de una puerta para entrar por otra como primer paso en la transformación de su vida? Y he ahí en qué me transformé, algo que no concuerda precisamente con la idea de perfidia masculina al uso.”

Es quizás ese determinismo, esa incapacidad de elegir tu propio destino ante los eventos que se sucede, lo que subyace en cada narración como es el caso de “Integración” donde el autor dota al destino de un papel sagrado venga de donde venga:

“Da igual que el matrimonio lo hayan concertado los padres o un dios borracho […] y que todo se haga por motivos equivocados: da igual. Sea por mediación de la familia o sea por un deseo de ir a vivir a otro país, la cuestión es que subyace el mismo hecho misterioso, actuando a modo de destino. Y una vez consumado, ya no puede haber nada más.”

Lo que está claro es que está sensación no es placentera para el lector, que se enfrenta a momentos que no entiende, momentos que le incomodan, hay un deje particularmente negativo que el autor utiliza una y otra vez para contener lo vital de cada persona; en “La legación extranjera” podemos asistir a otra metáfora de este estilo donde la casa, el hogar, normalmente asociado a lo cotidiano y a la seguridad de cada persona se convierten en receptáculos de vida, contenedores de dicha pulsión, ¿un eufemismo de tumbas?

“Pero por fuera no se notaba que allí hubiese pasado nada de particular. La casa estaba siempre silenciosa, la puerta cerrada, el coche aparcado en la calzada.

Las casas estaban hechas para contener la explosión vital de la gente de la misma manera que las bombas neutralizan las cestas de red de acero de los artificieros de la policía.”

El fantástico relato final, “Vidas de los poetas”, nos lleva a una vida literaria que, puede ser que el autor no viviera de una manera tan vital como podríamos esperar, sus palabras, como todos los cuentos que llevan a este momento nos llevan a una falta de autenticidad  de los creadores literarios; estaba hablando de él mismo o del mundo que lo rodeaba pero esa definición de la fama de los escritores era ciertamente indicativa de un desencanto latente:

“Bueno, pues, anoche, como me sentía muy fastidiado, me decidí a ir a la fiesta de presentación del libro de Crenshaw en el Dakota. Lo que yo quería era sentirme bien y recordar lo que hacemos. Mi estimado colega se ha dado cuenta de que para conservar fama de leyenda literaria le basta con escribir cada tres o cuatro años una novela floja pero llena de circunlocuciones y conseguir que den fiestas en su honor en salones famosos. Es increíble, se cree con derecho a los honores y los consigue.”

Los cuentos de Doctorow nos llevan al descubrimiento de un autor diferente tanto del resto, como de su propia obra novelística, y, francamente, es una antología de relatos muy sólida y satisfactoria a pesar de las dificultades que sientes al leerlas. Todo un logro para la editorial Malpaso y para nosotros, los lectores, que somos los que disfrutamos finalmente.

Los textos provienen de las traducciones de Gabriela Bustelo, Carlos Milla Soler, Isabel Ferrer Marrades y Jesús Pardo de Santayana  de Cuentos completos de E. L. Doctorow en la edición de Malpaso.

Nobel 2015.Vuelven los suecos con sus excentricidades

No tenía claro este año sí iba a hacer un post, pero mira, al final me he decidido aunque no creo que este año vaya a acertar. Pongamos el contexto en primer lugar. El año pasado el ganador fue el insulso Patrick Modiano, uno de esos que tanto les gustan a los suecos, arrebatándoselo en última instancia al favorito N’gugi Wathiong’o. Este año, la cosa sigue más o menos igual en los primeros puestos como podemos ver en la ya tradicional página de apuestas de Ladbrokes

Apuestas_Nobel

Siendo los cinco primeros unos clásicos en estas lides:

Svetlana Aleksijevitj       5/1

Haruki Murakami            6/1

Ngugi Wa Thiong’o          6/1

Philip Roth                         10/1

Joyce Carol Oates            12/1

La elección de Munro hace dos años sigue inhabilitando a los norteamericanos durante bastante tiempo; con lo cual nos quedarían tres. Murakami también lo tiene difícil por la historia habitual del Nobel, Mo Yan está todavía demasiado cerca para que escojan un oriental otra vez, y cuando esté cerca lo va a tener reñido con “nuestro amigo surcoreano” Ko Un. Dicho esto y tras las típicas conversaciones que mantenemos en twitter con el hashtag #ElClubdelNobel  (lo más divertido con diferencia de este fenómeno mediático) mis apuestas van a ir por diferentes frentes temáticos que paso a enumerar.

-El bloque africano, siguen vigentes sus posibilidades desde el año pasado tanto el caso del pobre N’gugi Wathiong’o como Adonis, otro de los que llevan tiempo entre los primeros, pueden resultar dos opciones muy viables para la academia sueca. Este año además los de PRH han aprovechado las fechas para reeditar y publicar libros del primero. Por fin podemos leer al famoso N’gugi. 

-Este año cobra importancia el bloque hispanohablante: el efecto Vargas Llosa ha pasado un poco (en lo literario, ya sabemos que en otras cosas no…) y podría ser posible que ganara  nuevamente uno de los nuestros, César Aira ha subido bastante en las apuestas, de los españoles Goytisolo y Marías cobran cada vez más fuerza. Quién sabe.

-Nada desdeñable es el bloque de europeos poco habituales, aquellos que no entran en los países más típicos, Svetlana es la más potente candidata, pero hace poco de la última mujer, luego vendrían los Fosse, Kadaré, Nadas, etc. exóticos y con un perfil que les gustaría a los suecos, sobre todo ahora que llevan dos años seguidos de perfiles más comerciales.

¿Y mis favoritos? Poco importan a estas alturas, en posts anteriores en el blog podéis ver algunos de ellos pero guardo pocas esperanzas con ellos.

Veremos lo que sucede este jueves.

¡Buenas lecturas!

Resumen Septiembre 2015.Disfrute ante todo

lapuertabroncePasan los meses, pasan los libros, algunos con más pena que gloria. Pero siempre con algo que aportar. Este mes de septiembre se ha caracterizado por la variedad nuevamente, aunque no he tenido mucha novela de género, lógico tras dos meses como los que he dedicado a policiaco. Ha sido un mes fantástico, os relato mis lecturas a continuación:

El rancho de la U alada de B. M. Bower, en el enlace podéis pinchar para ver la reseña que hice al comienzo del mes.

Mi vida como hombre de Philip Roth, poco más puedo añadir al comentario extenso que tenéis pinchando en la imagen. Los comienzos de Zuckerman.

Todos deberíamos ser feministas de Chimamanda Ngozie Adichie,  extraño formato el escogido por la editorial para publicar el discurso que dio la nigeriana en las charlas TED; de todos modos, el precio es razonable y el contenido muy necesario; la autora particulariza su situación a Nigeria pero el caso es extrapolable a cualquier país y ahonda en la necesidad de establecer un discurso feminista desde el ámbito de la mujer y el hombre; para ello profundiza en los fenómenos machistas que se viven por costumbre, que se encuentran englobados en lo tradicional o, dicho de otra manera, en lo estructural y establecido por defecto en una cultura. Imprescindible lectura tanto para hombres como para mujeres, aunque duela es necesario darse cuenta de lo que está inherentemente aceptado siendo parte del machismo.

End Zone by Don Delillo, especialmente recomendado para los aficionados al fútbol americano, más que para los aficionados a Delillo.

Cuentos completos por E.L. Doctorow, parece mentira que haya tenido que conocer al autor precisamente por su faceta menos conocida. No es mala opción como explicaré en su reseña. 

Sonetos by William Shakespeare, más información sobre ella y las peculiaridades del gran William Shakespeare en el título. 

El patriarcado del osito Teddy de Donna Haraway, Haraway no se conforma con alertarnos de la estructuralidad asociada al feminismo sino que la extiende más allá. Este es uno de esos libros que nos ofrece una apertura a temas de los que, inconscientemente, no nos habríamos dado cuenta. Y eso es de agradecer.

El cuaderno perdido de Evan Dara, todos los años Pálido fuego nos sorprende con algún título de alto nivel, este año ya han cumplido con esta excepcional obra de Dara. En breve me extenderé más.

El-marciano-Andy-WeirLa puerta de bronce y otros relatos de Raymond Chandler, curiosísima la propuesta de Cátedra que se centró en tres relatos del autor con más que evidentes careos con la ciencia ficción-género fantástico. Los relatos que aparecen son «Verano inglés», melodrama de tintes góticos; «El rapé del profesor Bingo», vuelta de tuerca sobre el tema del hombre invisible, y «La puerta de bronce», que presenta una misteriosa entrada a otro mundo de claras reminiscencias lovecraftianas. La calidad es diversa, resintiendo un poco el resultado global, pero la introducción de Julián Díez es completísima y se centra en el autor, su obra e incluso la poética del escritor norteamericano. Solo por ese texto (que ocupa más de la mitad) valdría la pena tener este libro. 

El marciano de Andy Weir, es totalmente lógico el éxito de esta novela y su posterior película, no tanto por el tema tratado, un “survival” de toda la vida, sino por la ambientación exótica: sobrevivir en Marte. Sus virtudes son indudables, se lee muy rápido por el estilo ágil del autor, sin artificios; el escritor sabe cómo hacer cercanos temas aparentemente lejanos relacionados con la ciencia, sabe explicar desde el cultivo de patatas hasta la propulsión de una nave pasando por cómo obtener oxígeno y resulta lógico cuando lo estás leyendo; está lleno de buen humor, y eso siempre es de agradecersolo podríamos acusarle por lo facilón del final y porque  el estilo ciertamente no es para tirar cohetes. Pero a estas alturas poco importa, nos ha hecho pasar un muy buen rato.

Personae de Sergio de la Pava, es inconcebible que este libro esté publicado. La traducción realizada por el propio autor convierte el texto en una amalgama de palabras sin sentido ni concierto. Es prácticamente ilegible. Y la culpa no creo que haya sido solamente del propio autor sino que parte de ella hay que repartirla con la editorial que permite que este engendro salga a la venta y engañe a los lectores que disfrutamos con gozo de su excepcional primer libro. Una verdadera pena. Dinero malgastado.

Hollywood gótico de David J. Skal, ¿quién dijo que los ensayos no pueden ser divertidos? Skal es un especialista en coger temas tan interesantes como este (“la enmarañada historia de Drácula”) y relatarlos con la suficiente amenidad (hasta tratándose de intrigas de derechos). Me extenderé más adelante con él. 

Papá Piernas-largas de Jean Webster, ya lo he dicho en el enlace, una verdadera delicia.

la-sonrisamarfilCarpe Diem de Saul Bellow, me temo que no he acertado con el primer libro que leía de Bellow, gracias a sabios consejos de grandes lectores enderezaré esta situación para coger próximos libros suyos. No es que sea malo, ¡para nada! Se lee con gusto y puedes ver trazas de lo que puede hacer pero el resultado es tremendamente irregular para emitir una opinión más en firme sobre el autor. Habrá que esperar.

El buen relato de J. M. Coetzee y Arabella Kurtz, sorprendente mezcla de psicoanálisis y saber literario que funciona mejor de lo que se podría esperar, y sin indigestiones. En breve la reseña más completa.

La sonrisa de marfil de Ross MacDonald, vuelvo a los libros del gran MacDonald con un Lew Archer incisivo y cínico en una trama de secuestro que deviene en unos cuantos asesinatos. Lo bueno del escritor es que nada es lo que parece y vuelve demostrarlo hasta la última página con un giro inesperado.  Puede que no sea la mejor, pero es un entretenimiento de mucha calidad.

Y eso ha sido todo este mes. Sobre el siguiente no os sé poner qué es lo que tocará porque depende de los sitios donde pongo contenidos. Quizá os sorprenda lo que vaya llegando.

Pero siempre y ante todo, buenas lecturas a todos.

Papá Piernas-largas de Jean Webster. Relato de formación desde la inocencia

papa_piernas_largas“Jerusha tenía imaginación: una imaginación que, según Mrs Lippett, le traería más de un problema si no tenía cuidado, pero por mucho que la usara no conseguía ver más que el umbral del hogar al que quería entrar. Tenía diecisiete años, era pobre, decidida, de espíritu aventurero, pero nunca había puesto el pie en el interior de una casa normal. No era capaz de pintar en su mente la vida diaria de aquellos otros seres humanos, los que seguían con sus cosas sin huérfanos que los incomodaran.”

Esta es la encantadora descripción que Jean Webster (1876-1916) le dedica a la inocente, imaginativa y subyugadora Jerusha (o Judy); una huérfana que sentirá como toda la vida le da un vuelco cuando se encuentra, de golpe y porrazo, con un mecenas que quiere financiar su vida con unas condiciones ciertamente curiosas:

“-Este señor se ha quedado al final para hablar conmigo de las condiciones, que son muy poco habituales. El caballero, he de decir, es algo excéntrico. Pero tú le has parecido original, y tiene el objetivo de que estudies para ser escritora.

-¿Escritora? –Jerusha no podía pensar, solo repetir las palabras de Mrs Lippett.

-Ese es un deseo; si se hace realidad o no, ya lo veremos. Quiere darte una asignación mensual muy generosa… yo incluso diría que, para una chica de tu edad que nunca ha tenido que gestionar el dinero, demasiado generosa. Pero me ha explicado su plan con todo detalle, y no me pareció que quisiera oír mis sugerencias.”

En efecto, que se centre en su carrera de escritora y para ello la obliga a que cada mes le escriba una Daddy_Long_Legs_-_page_35carta contándole cómo le va yendo; esto convierte el relato de formación en un relato de formación artística paralelo, ya que se puede ir comprobando la evolución de la escritura página a página según avanza la historia. Lo mejor de todo es que este relato se fundamenta en la inocencia de la protagonista, todo se convierte en un descubrimiento, por la novedad que supone a pesar de la edad que tiene. Este “sense of wonder” es continúo en cada una de las cartas y va teñido en ocasiones de una cierta tristeza, como cuando se refiere a su vida anterior en el orfanato:

“Yo he sonreído un poco y he dicho que no, que creía que lo podría superar. Al menos hay una enfermedad que nunca voy a sufrir, que es la nostalgia del hogar. Nunca se ha oído hablar de nadie que eche de menos el orfanato, ¿verdad?”

El siguiente párrafo con ese tono inocente y desenfadado que utiliza la escritora transmite a la perfección esa maravillosa ignorancia ante todo lo que descubre, sobre todo en el terreno literario:

“Nunca he oído hablar de las cosas que sabe, simplemente por contagio, la mayoría de las chicas que tienen una familia como es debido, y una casa, y amigos, y biblioteca. Por ejemplo: no he leído los libros de Mamá Oca, ni David Copperfield, ni Jane Eyre, ni Alicia en el país de las maravillas, ni una sola página de Rudyard Kipling. No sabía que Enrique VIII se había casado más de una vez, ni que Shelley fuera poeta. Tampoco sabía que las personas, tiempo atrás, eran monos, ni que eso del jardín del Edén no es sino un mito precioso. Tampoco sabía que R.S.L. significa Robert Louis Stevenson, ni 5940782_origque George Eliot era mujer. No había visto en mi vida una reproducción de la “Mona Lisa” ni (esto no se lo creerá, pero es cierto) sabía quién era Sherlock Holmes.”

La evolución del personaje es continua, lo que al principio supone una verdadera incomodad luego es parte de una familiaridad que estabiliza una vida que, hasta ahora, estaba perdida en el ostracismo de la soledad; por primera vez, empieza a sentir que es parte de un mundo del que sentía desvinculada:

“Es una sensación muy agradable la de regresar a algo que me es familiar. Ahora me siento ya en la universidad como en casa, al cargo de la situación. De hecho, empiezo a sentirme en el mundo como en casa; como si realmente yo formara parte de él, no como una intrusa por lástima.

Estoy segura de que a usted lo que trato de decir le suena a chino. No es posible que alguien de la importancia de un patrono comprenda los sentimientos de alguien de la insignificancia de una huérfana.”

Parte importante de este continuo descubrimiento e inclusión en el mundo viene de su socialización, gracias a la cual, se dará cuenta del valor que puede tener una familia, sobre todo en su caso particular:

“Y qué decir de la familia. Yo no me había imaginado nunca que una familia fuera algo tan agradable. Sallie tiene padre, madre y abuela, y una hermanita de tres años que es la cosa más rica, toda llena de ricitos, otro hermano mediano que siempre entra en la casa con los zapatos llenos de barro, y uno mayor y guapo que se llama Jimmie y que está en tercer curso en la universidad de Princeton.

Las comidas todos juntos son divertidísimas: ríen y hablan todos a la vez y no se bendice la mesa antes de empezar. Me resulta un alivio no tener que dar gracias a alguien cada vez que me llevo el tenedor a la boca (seguro que esto es una blasfemia pero hasta usted diría alguna si hubiera tenido que dar gracias por obligación tantas veces como yo hasta ahora).”

Papá-piernaslargas se convertirá, según crece Judy, en su único vínculo de tipo familiar;  el único ancla que le ata a una vida de normalidad que anhela sobre todo ahora que la ha conocido; lo bueno de esta evolución es que es muy madura, no duda en devolver dinero que no cree que merezca a pesar de la generosidad de su patrocinador:

“Pero la cuestión es que tenía que devolvérselo. Entiéndalo, yo no soy como las demás chicas, que pueden aceptar regalos de la gente con naturalidad. Ellas tienen padres y hermanos, y tías y tíos; relaciones que yo no puedo establecer con nadie. Me gusta fingir que es usted algo mío, por jugar con esa idea, pero por supuesto sé que no es verdad. Yo, realmente, estoy sola, acorralada frente al mundo, y cuando lo pienso en esos términos siento que me falta el aire. Entonces trato de olvidarlo, y vuelvo a fingir. Pero usted tiene que darse cuenta, Papá, de que no puedo aceptar más dinero del necesario, porque algún día querré devolvérselo y, aunque llegue a ser una gran escritora como espero, no seré capaz de afrontar una deuda tan increíblemente cuantiosa.”

Daddy_Long_Legs_-_page_40Es por esta madurez por la que es capaz de discernir que no todas las familias son maravillosas, que vive en un mundo donde lo superficial puede ahogar lo verdaderamente real:

“He pasado allí unos días interesantísimos, y muy esclarecedores, pero… ¡qué contenta estoy de que esa familia no sea la mía! De verdad que prefiero provenir del orfanato John Grier. Por muchos que sean los aspectos lamentables de cómo me criaron allí, al menos nadie fingía lo que no era. Ahora ya sé lo que quiere decir la gente cuando habla del peso de las cosas: el ambiente materialista de esa casa es aplastante y creo que no respiré a gusto hasta que no me vi en el tren de vuelta. Allí todos los muebles son labrados, tapizados y preciosos, todas las personas a las que conocí iban maravillosamente vestidas, y hablaban bajito y con los mejores modales, pero de verdad le digo, Papá, que no oí ni una frase de verdadera conversación desde que llegué hasta que me fui. Y no creo que por la puerta principal cruzara ni una sola idea.”

El final de este recorrido es una pequeña sorpresa que transforma lo anteriormente leído sacándonos una mezcla de sonrisa y emoción que es ciertamente deliciosa. Estamos ante una pequeña esencia que se puede disfrutar desde la óptica infantil-juvenil tanto como desde una perspectiva adulta. Además, toda la edición viene aderezada con los dibujos originales de la escritora que muestran perfectamente acordes a lo narrado. Una verdadera suerte disponer de esta nueva edición de un clásico que había quedado relegado a un injusto olvido.

Los textos provienen de la traducción de María Sierra de Papá Piernaslargas de Jean Webster para la editorial Turner.

Roberto Devereux en el Teatro Real.El poder de las grandes voces

Publicada originalmente en la web de Ópera world en este post.

Roberto Devereux en el Teatro Real: el poder de las grandes voces

Parece que la mayoría de críticos que asistieron al estreno no acaban de entender la elección de esta producción para comenzar el año y sin embargo, a mí me queda bastante claro. De hecho estoy seguro de que Joan Matabosch ha marcado un check de cumplimiento en su hoja de ruta anual. Y no solo porque haya traído una de las óperas que más le gusta del prolífico autor italiano al Teatro Real, sino porque el público empieza a comprobar una estrategia distinta donde el belcanto es posible y es refrendada por el poder de las grandes voces de dos maestros en esto: Mariella Devia y Gregory Kunde. Dos intérpretes veteranos que consiguen con cada intervención arrancar aplausos y “bravos” a un público que, en apariencia, era considerado frío y que sin embargo, disfruta de la música en plenitud que les ofrecen y lo agradece con verdadera desmesura, hasta el punto de que al final la mayoría comenta “Pues la producción no era tan fea.” Conseguir devolver la ilusión al público parece imprescindible y este es un gran comienzo.

Hay que reconocer que la producción de Alessandro Talevi de Roberto Devereux en el Teatro Real es bastante poco afortunada en casi cualquier aspecto; dos ideas rondaron la cabeza y sobre ellas construye una producción donde falta un hilo conductor más allá de llenar de oscuridad el ambiente y la comparación de la reina Isabel con una viuda negra. No existe prácticamente dirección escénica, cuando se llena de personas el escenario se quedan estáticos observando, sin ninguna finalidad y encima no es funcional, en medio de los actos hay cambios de escenas que cortan la acción que debería seguir; por si fuera poco el artefacto mecánico sobre el que se monta la reina hace un ruido del demonio y enmascara un poco la música. Ciertamente olvidable.

Campanella viene siempre con la vitola de especialista belcantista y bueno, tampoco es que deslumbre, no se le puede negar su extrema atención al trabajo de los solistas para apoyarles y dejarles que sobresalgan ante todo, consiguiendo un gran equilibrio entre orquesta, cantantes y coro; sin embargo la música no fluye como debería, por ejemplo en la obertura en la que va de menor a mayor intensidad, sin sacar todo el jugo a una partitura muy interesante; aún así su labor es muy correcta aunque no llegue a los umbrales de excelencia deseables; la orquesta titular sigue en un punto intermedio donde va mejorando poco a poco pero se notan desajustes, especialmente en metales, demasiadas dudas.

Escena de Roberto Devereux en el Teatro Real

Devia no tiene la voz adecuada para cantar ahora mismo a Elisabetta; es un hecho comprobado que denota una falta de graves que den consistencia a un papel que necesita esta convivencia para ser abordado con la perfección que necesita, eso que hizo sin asomo de dudas nuestra gran Montserrat Caballé hace ya algunos años; tampoco es que esté en el mejor momento de su carrera pero nadie puede dudar de la gran artista que es y el pasado viernes lo volvió a demostrar con una excelente caracterización del papel y sin necesidad de irse a sobreagudos no escritos pero con un gusto inigualable por el canto legato y con una voz que enamora desde el primer instante por su capacidad de transmitir el papel de la atormentada reina; un verdadero recital sobre cómo se debe cantar belcanto dotándole además de una grandísima capacidad dramática, memorable su “Quel sangue versato”, uno de esos momentos que se te quedan grabados a fuego.

¿Qué tenor puede cantar en menos de un mes y medio los dos Otellos (Rossini y Verdi), Manrico de Il trovatore y este Roberto Devereux en el Teatro Real sin morir en el intento y sin pifiarla en ninguno? En efecto, Gregory Kunde es de los fenómenos más extraños y estratosféricos que se pueden escuchar hoy en día. Podríamos llamarlo tenor dramático de coloratura si dicha acepción fuera habitual pero es que solo se puede aplicar a él. Había gran expectación por verle por fin en Madrid y cumplió todas las expectativas. Es inconcebible que un tenor con tal facilidad para la coloratura sea capaz de dotar de tal proyección a su voz y todo ello con una excelente afinación, capaz de variar entre un canto sentido matizado y demostraciones de tenor heroico con un fiato que (como el de Devia) asusta por su infinita capacidad, hasta en los recitativos demuestra su canto pulcro y con gran carga teatral. Un artista inolvidable que lo bordó también.

Sorpresa más que agradable la Sara de Silvia Tro Santafé, empezó con una frialdad que no podía vaticinar el desborde tanto en actuación como en voz en segundo y tercer acto excelentes; especialmente el dúo con Roberto fue apoteósico, arrancando gritos de un público que ya estaba rendido al trabajo de los solistas principales; qué tersura en las voces medias y qué potencia en los agudos a pesar de alguna pequeña desafinación. Bien, aunque un poco por debajo de los anteriores, el más limitado Marco Caria, que, contagiado por el buen hacer de sus compañeros intentó sacar lo mejor de sí mismo con el resultado de una más que adecuada actuación además de brindarnos con agudos bien colocados y proyectados. El resto de papeles cumplieron sin aspavientos. El coro estuvo igualmente a buen nivel en sus momentos, especialmente las voces masculinas, de las que sigo pensando que están últimamente un poco por encima de las voces femeninas. El resultado fue, de todos modos, el esperado en cuanto a precisión y fortaleza.

Noche mágica, noche de verdadero deleite para los asistentes. Es el poder de las grandes voces: son capaces de cambiar cualquier percepción. Buen comienzo de temporada.

Las fotos pertenecen a Javier del Real.