El libro de la almohada de Sei Shonagon. Intimismo milenario

AlmohadaSegún leía el libro, dos textos brillaron con luz propia por lo que suponen una vez pasados más de mil años dese su publicación:

“Oscurece y casi no puedo seguir escribiendo y mi pincel está gastado. Sin embargo, yo quería agregar unas cosas antes de concluir.

Escribí estas notas en mi casa, cuando tenía mucho tiempo libre, y por lo tanto nadie se enteraba de lo que estaba haciendo. He incluido cuanto he visto y he sentido ya que mucho de lo que hay en él puede parecer maligno o aun perjudicial para otros, tuve cuidado de ocultarlo. Ahora se ha hecho público, que era lo último que yo podía esperar.” 

“Después de todo, lo escribí para divertirme y puse las cosas exactamente como ocurrieron. ¿Cómo podrían mis apuntes compararse con los muchos libros memorables que existen en nuestro tiempo? Los lectores han declarado, sin embargo, que puedo enorgullecerme de mi trabajo. Esto me sorprendió mucho, pero supongo que no es tan raro que a la gente le guste mi obra, porque como se desprenderá de estas notas, soy la clase de persona que aprueba lo que otros aborrecen y aborrece lo que les gusta. Piense lo que piense la gente de mi libro, todavía me arrepiento de que haya visto la luz.”

En el primero de ellos se produce una descripción de su proceso a la hora de escribir, el momento que buscaba para hacerlo, el tiempo del que disponía y su pretensión inicial de no hacerlo público. El proceso creativo, describirlo, como una experiencia de vida, lo que ha visto y sentido lo reflejó en esas páginas. En el segundo se corrobora precisamente el fin lúdico que tenía al escribirlo y, desde luego, no era consciente de la calidad del material que escribía al comienzo. Después de tanto tiempo, podemos certificar, en nuestras manos, que estaba creando un clásico de la literatura japonesa (y de la literatura universal).

Para dilucidar la relevancia del texto, el prólogo de María Kodama es sumamente esclarecedor;  en primer lugar, sabiamente, se encargó de dotarla de un marco histórico:

“El libro de la almohada de Sei Shonagon pertenece al período Heian, que abarca del año 794 al 1185. El libro podría fecharse alrededor del año 994. Poco sabemos de la autora. Nació probablemente en el año 965 y fue dama de la corte de la emperatriz Sadako durante la última década del siglo X. Su padre era un oficial del clan Kiyowara, pero era más conocido como investigador y poeta. Sei Shonagon se casó con Tachibana no Norimitsu y tuvo con él un hijo. Su vida después de dejar la corte a la muerte de la emperatriz es totalmente desconocida. Shonagon menciona en su libro sólo una vez a su padre, nada más sabemos de la biografía, pero ¿importa una biografía frente a la inteligencia y sensibilidad que revela un autor a través de su obra?

Sei Shonagon formará parte de la pléyade de escritoras que durante el período Heian harán florecer la literatura en lengua vernácula en un momento único en la historia de la literatura. No podemos dejar de mencionar su rival Murasaki Shibiku, que con su obra La historia de Genji introducirá en el mundo la primera novela psicológica. Gracias a estas autoras y a otras tenemos una vívida pintura de lo que era la vida de la corte hace más de mil años.”

En efecto, más de mil años desde que se perpetró; de esta manera sabemos el período en el que se escribió y cuál era el oficio de su escritora (dama de la corte); sorprende muchísimo que en una época tan lejana hubiera tantas escritoras que se dediquen a este oficio, muy diferente de la misma época en la cultura occidental; y establece un paralelismo obligatorio con su coetánea Murasaki Shibiku, de la que durante este año leeré La Historia de Genji.

A continuación pasa a describir la personalidad de Sei Shonagon en base a su estilo y los temas tratados, sinceramente, creo  que está muy bien descrito, desde su frivolidad hasta su agudeza y su sensibilidad poética; rasgos que se unen indisolublemente para escribir un libro único:

“La escritura de Sei Shonagon revela una personalidad de mujer aguda, observadora, bien informada, rápida, sensible a la belleza del mundo, al destino de las cosas, en suma, una personalidad compleja e inteligente. Revela también rasgos de frivolidad e intolerancia para su trato con gente social o intelectualmente inferior; un crítico japonés la llamó “lisiada espiritual” y consideraba casi patológica su adoración por la familia imperial. Sin embargo su personalidad tiene un rasgo distintivo que trasunta en su literatura y que la diferencia de sus contemporáneas al describir sus relaciones con los hombres. Se asemeja a ellas en su amor por el fausto, por el color, por una mezcla de inocencia y sofisticación y por su deleite ante la poesía.”

Seguro que todos los que habéis llegado aquí os estaréis preguntando el contenido a estas alturas; nada mejor que irnos a los siguientes párrafos:

“El título El libro de la almohada, en japonés Makura no Soshi, cuya traducción literal sería “notas de la almohada”, es una denominación genérica para describir un libro de notas totalmente informal, que los hombres y mujeres escribían cuando se retiraban por las noches a sus cuartos y que guardaban posiblemente en los cajones de las almohadas, que eran de madera. Anotaban ahí las impresiones que durante el día habían vivido u observado. Esta forma de literatura parece ser autóctona del Japón y se conserva hasta el presente como “escritos ocasiones”, e incluye alguno de los más valiosos trabajos de la literatura japonesa.” 

“Sei Shonagon en su obra describe largas listas de nombres de insectos, de plantas, de cosas agradables o desagradables, de temas poéticos, al modo conocido por occidente que utiliza Homero en los famosos catálogos de las naves, de los mejores guerreros, de los caballos. Esta técnica insólita en apariencia  es retomada por Borges cuando hace de esas enumeraciones que le eran tan caras, poemas de inigualada belleza. Además de las 164 listas, el libro está formado por anécdotas, anotaciones diarias, descripción de caracteres, y la vida de la corte con sus con sus costumbres, sus juegos, sus intrigas y también su crueldad. Borges creía que un libro de esta naturaleza, que no tuvo una versión impresa hasta el siglo XVII (circulaba en manuscritos), debe haberse ordenado y reordenado no sólo por su autora sino a través de las sucesivas lecturas que los especialistas hicieran de ellas a través de los siglos. Esto debe de haber sido muy difícil desde el punto de vista de la estructura del libro.”

Una serie de notas que relatan experiencias vividas durante el día, a modo de diario, de manera informal y que se complementa con listas de todo tipo que van desde poesías hasta catálogos de naves y caballos, y claro, anécdotas y descripciones de la vida de la corte; la selección que realizaron Borges y Kodama es, simplemente, excepcional por su eclecticismo y sensibilidad poética. También se señala su defecto más visible: la estructura. Es difícil, después de tanto tiempo y tantas variaciones, cuál era la ordenación original de una catálogo de temas tan variados.

Me gustaría señalar también la explicación a que las mujeres fueran las transmisoras literarias de la época, todo cobra sentido:

“Puede parecer curioso el hecho de que este período, uno de los más importantes de la literatura japonesa, esté representado casi exclusivamente por mujeres. Esto se debe a que la escritura con ideogramas chinos estaba prácticamente en manos de los hombres; las mujeres utilizaban los silabarios japoneses hiragana y katakana, este último con trazos más geométricos destinado a la transcripción de los nombres  o palabras extranjeras. Por ello en Murasaki Shikibu o en Sei Shonagon encontramos los ideogramas sólo para nombres propios, títulos o citas; es imposible hallar en todas sus obras una sola palabra o locución china.”

No puede faltar algún texto más para conformar lo anteriormente dicho; el siguiente párrafo, muy lírico describe un espectáculo primaveral; es paradigmático de su estilo y refleja su gran sensibilidad ante los fenómenos naturalezas, ante la belleza que observa:

“En el tercer día del Tercer Mes, me agrada ver el sol que brilla sereno en el cielo de primavera. Es entonces cuando florecen los durazneros. ¡Qué espectáculo nos brindan! Los sauces son también encantadores en esa época, con los brotes todavía cerrados como gusanos de seda en sus capullos. Cuando las hojas han brotado ya no me atraen. En efecto, todos los árboles pierden su encanto cuando sus flores se deshojan.

Es un gran placer arrancar una larga rama florida de un cerezo y ponerla en un gran florero. ¡Qué hermosa tarea para ejecutar frente a una visita mientras se conversa!”

Lo mismo puede decirse del siguiente, donde aparece un día en el Palacio en el que se produce la recitación de poemas y cómo el propio emperador, más adelante, se quedará subyugado y asombrado por su capacidad para recordar poemas y ligarlos con el momento presente:

“Estábamos sobrecogidos por toda la encantadora escena. Fue entonces cuando Korechika lentamente recitó un antiguo poema: 

Pasan los días y los meses, pero perdura para siempre el monte Mimoro.

 Profundamente impresionada, sentí el deseo de que todo esto durara mil años. En cuanto las damas que servían en el comedor principal llamaron a los caballeros de honor para que se llevaran las bandejas, Su Majestad volvió a la sala de la Emperatriz. Entonces me pidió que untara la piedra con un poco de tinta. Deslumbrada, pensé que nunca podría apartar mis ojos de su resplandeciente rostro.”

 “Semejante fervor por la poesía es realmente conmovedor.

El emperador, que estaba oyendo el relato, quedó muy impresionado.

-¿Cómo es posible que hubiera leído tantos poemas? –dijo, cuando la Emperatriz terminó-. Yo mismo me siento incapaz de leer tres o cuatro volúmenes. Por supuesto, las cosas han cambiado. En aquel tiempo todos, hasta la gente más humilde, se complacía en las artes y tenía el hábito de pasatiempos elegantes. Una historia así no sería posible en nuestros días.”

Ella misma  tenía un especial interés en la poesía, en las artes y en aquello que resultara elegante, de ahí que no dudara en denostar  a otras mujeres que no podían apreciar lo que ella estaba viviendo; indudablemente, no podía ocultar un cierto esnobismo y sensación de superioridad que resulta un poco enervante:

“Cuando trato de imaginar cómo puede ser la vida de esas mujeres que se quedan en casa, atendiendo fielmente a sus maridos, sin vísperas de nada, y que a pesar de todo se creen felices, me lleno de desprecio. Pueden ser de alcurnia y no haber tenido ocasión de saber lo que es realmente el mundo. Ojalá pudieran convivir con nosotras, aunque sólo fuera como servidoras, para darse cuenta de las delicias que están a nuestro alcance.

No soporto a los hombres que piensan que todas las servidoras del Palacio son frívolas o malas.”

De todos modos, es un pequeño apunte de su compleja personalidad que no puede ensombrecer un documento excepcional desde todos los puntos de vista: como fresco histórico de un pasado muy lejano, como descripción de las costumbres de la época y de la realeza japonesa en particular y, sobre todo, por su alta sensibilidad cargada de sutileza y lirismo.

“Anoté en mi libreta un poema que me había impresionado. Desgraciadamente una de las criadas lo vio y recitó los versos torpemente. Es terrible cuando alguien recita deprisa un poema sin el sentimiento apropiado.”

Qué terrible es comprobar que ya nadie sabe recitar un poema a través de un libro de más de mil años de antigüedad.

Todo es poesía en un libro inolvidable.

Los textos provienen de la selección y traducción de Jorge Luís Borges y María Kodama de El libro de la almohada de Sei Shonagon editado por Alianza editorial.

La Flauta Mágica en Madrid: inolvidable propuesta escénica

Publicado inicialmente en Ópera World en este post.

La Flauta Mágica en Madrid: inolvidable propuesta escénica

Es imposible aburrirse con el espectáculo que nos brinda esta producción de la Komische Oper de Berlín, gracias a sus artífices Suzanne Andrade, Barrie Kosky y Paul Barrit nos encontramos en una de esas ocasiones en las que toda la producción se adecua a la perfección a la música y le da consistencia al libreto y a la acción teatral dando como resultado una inolvidable propuesta escénica.

Siempre ha sido difícil representar esta ópera, siendo un singspiel , los números musicales se intercalan entre recitativos secos, sin ningún tipo de música, donde se tiene que reforzar lo teatral, la actuación de los protagonistas; sin embargo esto es difícil cuando el libreto, como es en este caso deEmanuel Schikaneder, es tan ambiguo e inconsistente, tan pródigo en cambios de escena y localizaciones demasiado abstractas para ser bien presentadas; ello no es óbice para que la maravillosa música de Mozart fluya dando lugar a algunos de los números más conocidos de la historia pero es evidente que supone un reto para los enfoques de los directores de escena. Todavía recuerdo hace unos años en el mismo teatro cómo la Fura dels Baus optaba por cargarse todos los recitativos para poner reflexiones aparentemente trascendentales y llenar la escena de pelotas de tenis, además de poner en aprieto a una Reina de la noche en dudoso equilibrio. Una producción relegada al olvido con total justicia. Era ignominiosa.

De ahí el doble valor de la producción que se representa en estos días en el Teatro Real, no solo solventa las dificultades con dinamismo sino que consigue integrarla con la música y lo teatral de manera simbiótica; da la impresión que no falta ni sobra nada. Su original idea parte del cine mudo y la estética recuerda a Buster Keaton (como bien nos recuerda el programa) en la concepción de la animación y en el manejo soberbio de los recitativos: sustituidos por mensajes en pantalla como si se tratara de la época con música de fondo (espléndidas las fantasías en Re y Do menor), consiguiendo de esta manera dar consistencia a la trama que de otra forma podría quedar coja. Una especie de pantalla de cine llena la escena y se van proyectando las escenas según se suceden, moviéndose una serie de paneles a diferentes alturas donde van apareciendo los cantantes; esta ingeniosa idea insufla dinamismo, los cambios son rapidísimos, no entorpecen la acción, además están llenos de sorpresas y originalidad (qué ejemplos los dos con la Reina de la Noche) resultando muy divertidas o incluso evocadoras según sea necesario. Concluyendo, es mejor verla, cualquier palabra se queda corta ante imágenes que se explican por sí solas. Buen trabajo, además, de los cantantes que interactúan con lo proyectado como si fuera real. Todo un logro perfectamente pensado y milimetrado al segundo que no pierde su capacidad de empatizar con el espectador.

La Flauta Mágica en Madrid: inolvidable propuesta escénica

Ante la excelencia que supone este montaje tenemos que contraponer, lógicamente, lo musical; y ahí encontramos no pocos nubarrones debido a la concepción del teatro pero cumplen más o menos con lo que el público puede esperar. Afortunadamente la labor de Ivor Bolton estuvo acorde con lo que se esperaba de él como director titular (las dos anteriores ocasiones me habían causado dudas razonables); enérgico con la orquesta y tan dinámico como lo escénico, su lectura de la música de Mozart fue divertida y cuidada, incluso eligiendo tempos que iban ligeramente acelerados sin que la acción se resintiera, sabiendo adaptarse los cantantes a ello. La orquesta sonó bien, sin estridencias, equilibrada y empastada con los cantantes.

En cuanto a los cantantes, empiezo por lo peor en esta ocasión, la mayoría del público suele sentirse satisfecho si la soprano que hace la Reina de la noche lidia su segunda aria con todos sus sobreagudos (“Der Hölle Rache kocht in meinem Herzen”) y, desde luego, Ana Durlovski, delicada muñeca en la obra de Offenbach el año pasado en este mismo teatro, tiene los agudos y la facilidad para emitirlos, estuvo notable, bastante precisa en su emisión. Sin embargo, la verdadera medida de este papel viene con la primera aria “Oh zittre nicht, mein lieber Sohn!”, complejo número debido a que tiene tres partes muy diferenciadas donde se precisa una dramática de coloratura, ese tipo extraño de soprano que consigue dotar de dramatismo y personalidad al papel; el problema es que Durlovski es una ligera de libro y cada una de las partes estaba cantada de igual forma, no hay profundización y su centro se queda ahogado, sin fuerza, sin nada de cuerpo. Su voz, me temo, no es lo más adecuado para este papel. Tampoco acabo de entender el Sarastro de Cristof Fischesser, más en un papel como este, de bajo profundo de libro pero sin grandes profundidades canoras, es una perita en dulce para un bajo habitual (todavía recuerdo lo bien que la cantaba Kurt Moll), en su aria “In diesen heil’gen Hallen” tiene que transitar por el registro grave con facilidad (sólo baja hasta un Fa3) y Cristof no lo consiguió en ningún momento, llegaba a duras penas, aumentaba el vibrato, sin apenas volumen. Lo malo es que ni siquiera los agudos, muy cómodos, resultaban adecuados. Una voz ciertamente limitada.

La Flauta Mágica en Madrid: inolvidable propuesta escénica

Mejores las prestaciones de Sophie Bevan como Pamina, hermosísima su aria (“Ach, ich fühl’s, es ist verschwunden”) cantando en todo momento con sensibilidad y con gran proyección sonora, convenció además con su actuación para configurar un papel muy completo. Lo mismo se puede decir del Tamino de Joel Prieto que cantó su joya (“Dies Bildnis ist bezaubernd schön”) con mucho sentido y con un timbre ciertamente bello, bien proyectado, un instrumento de calidad al que solo le faltaba un poco de dramatismo en algún momento. Tampoco se puede uno quejar del Papageno de Joan Martín-Royo cuya voz se adaptaba a la perfección al papel del pajarero, no demasiado complicado en lo vocal pero que requiere una gran actuación para resultar tan divertido como es necesario. Estelar Ruth Rosique en su breve pero intensa Papagena. Bien el malvado Monostatos de Mikeldi Atxalandabaso.El coro estuvo estupendo, bien empastado en los números en los que participó y contundente en el espléndido final.

Todo un triunfo, de esos que dejan una sonrisa en la boca a todos los asistentes, sepan de ópera o no

Solsticio de Joyce Carol Oates. Confrontación psicológica

303580Decidir cómo comenzar este año tan especial era fundamental para dar impulso a mi idea; lo único que tenía claro era que quería empezar con algo que me gustara mucho; al fin y al cabo se trata de leer, y si no te diviertes leyendo, estás apañado; de ahí que, a modo de círculo que se cierra casi desde el primer instante, pensé en mi querida Joyce Carol Oates. El libro fue puro azar, un libro descatalogado y que tuve que poner directamente en Good Reads porque nadie lo había puesto en la base de datos, esto es ciertamente extraño teniendo en cuenta que el libro es de 1985 y esta edición, en concreto, del año 2002.

Anécdotas aparte, la elección ha sido muy adecuada; dentro de las eclécticas posibilidades que nos ofrece la vida y obra de Oates, este libro concretamente, por el tema trata y la forma de hacerlo tiene que ver con una forma de escribir que podría estar asociada más a mujeres, al tratar la extraña relación de amor-odio entre ellas. Al estar leyéndola, de hecho, me vino a la cabeza la idea que sostenía Adrienne Rich según la cual las mujeres llegan a un grado de amistad tan íntimo, tan especial que no puede ser replicado por ninguna amistad entre hombres, ni siquiera homosexual. Rich lo contextualizaba incluso entre amigas que no tienen por qué ser lesbianas.

En Solsticio, Joyce Carol Oates aborda este tipo de amistad entre dos mujeres radicalmente distintas, por origen y condición social, por un lado tenemos a Mónica, a pesar de su juventud es experimentada en la vida, a sus veintinueve años se ha divorciado ya, está huyendo del recuerdo de una época que le hizo olvidar lo preciada que era por sí misma:

“Mónica, sin sentimentalismo, se vio como una mujer, anteriormente una jovencita con el poder (que no sabía de dónde provenía) de convencer a los demás, durante un tiempo, de su cualidad de “dorada” y especial. La lógica emocional del amor por ella.

Se había casado a los veintiún años y divorciado a los veintinueve. Tenía que rendir cuentas por los ocho años, más o menos. (Se había ido a vivir con su novio, en lo que figuraba ser un gesto de desafío, siete u ocho meses antes de la boda. Pero ni la familia de él ni la suya decidieron responder al desafío.) Estaba empezando a olvidar muchas cosas. Ya había olvidado mucho.”

Por el otro la poderosísima figura de Sheila Trask, artista con un marido famoso y relacionado con el arte; su descripción es muy significativa, utiliza las características físicas para subrayar la psicología que hay detrás, su llamativa personalidad, incluso la adopción de rasgos de hombre, pero singularmente atractiva:

“Así, cuando en la animada fiesta de los Green vio por casualidad a una mujer alta, que entraba en la habitación, de pelo oscuro, vestida de forma descuidada, lo único que pensó Mónica fue que era extraña, llamativa, un “carácter” con un estilo no del todo tangible. Era una mujer de cinco o seis años mayor que Mónica, de unos treinta y pico años, y bastante atractiva, incluso –casi- hermosa, con unos ojos negros burlones, unas espesas cejas sin depilar y una boca grande, seria y curiosa. Tenía un tipo casi dolorosamente anguloso, los hombros caídos, y toda ella era desgarbada. A diferencia de los demás invitados de los Green, no se había tomado el acontecimiento con la suficiente seriedad como para vestirse en consecuencia; llevaba una falda negra sin forma que le caía irregularmente sobre las pantorrillas y una camisa de algodón, barata y demasiado lavada, y lo que parecía ser una chaqueta de hombre de tweed, sin abrochar, que le colgaba de los delgados hombros. Una curiosa ave rapaz, pensó Mónica, maniobrando para poder observar más fácilmente a la mujer.”

La amistad entre ambas será el eje de un libro que juega con la caracterización psicológica, en una relación de opuestos, extraña, más difícil de entender desde una perspectiva de un hombre; una relación de extremos donde el odio y el amor aparecen íntimamente relacionados:

“Mónica, mirándola fijamente, no lograba decidir si le disgustaba profundamente Sheila Trask y quería que se marchara o bien sentía el tirón de su poderosa atracción.

Sheila empezó a meditar en voz alta, diciendo a Mónica que envidiaba sus libros, estos libros concretamente (ejemplares de las Brontë, de Dickens, George Eliot, Trollope, Penguins de lomo naranja) estaban tan doblados en las puntas y gastados, tan subrayados y anotados, que era evidente que el lector no sólo había leído las novelas, sino que las había vivido. ¿Qué valor tenía una novela si no se podría vivir?… ¿Si no era más que una cuestión de palabras colocadas con pericia?”

En el anterior texto podemos comprobar estos extremos en el párrafo inicial; en lo siguiente Oates define el sentido de la novela, más como experiencia que simple entretenimiento; si no podemos vivir una novela, ¿qué valor tiene juntar letras?

Esta confrontación de dos personalidades tan radicalmente opuestas es utilizada por la autora para caracterizar cuestiones de género de diferentes formas, una de ellas es la presencia de la mujer en el arte, como expliqué anteriormente con El mundo deslumbrante de Siri Hustvedt la mujer tiene que luchar aún más por conseguir abrirse un hueco en la cultura, por conseguir que la valoren por su obra más allá de ser “la mujer… de alguien conocido”:

“Si hablaban de Sheila Trask en algún aspecto profesional, era sólo para hablar de Morton Flaxman, quien fue uno de los “grandes nombres” de la región durante muchos años. Había vendido su obra a museos y colecciones de todo el mundo, se había escrito sobre él en revistas nacionales, se le habían concedido premios y había rechazado premios. Había aceptado encargos y rechazado encargos, se le había mencionado junto a Moore, Calder, Lipchitz, David Smith.. En su época fue polémico; no tenía pelos en la lengua. Frente a la biblioteca de la escuela se exhibía orgullosamente una de sus obras tempranas, una especie de figura de piedra, aluminio y bronce: su enigmático nombre era Solsticio.”

Sin embargo, con Mónica aborda temas más estructurales sin ser explícita, como el hecho de tener que comportarse de una manera a pesar de estar pasándolo mal, su creencia errónea de que eso le vendrá bien porque se la ha educado así:

“En Wrightsville, secuestrada en su habitación, se pasó varias horas (intoxicantes y agotadoras) estudiando detenidamente los álbumes de recortes que había hecho en el bachillerato, buscando a Mónica, la muchacha dorada, Mónica la reina del baile (el penúltimo curso: había sido acaso la vertiginosa cumbre de su vida social?), para darse ánimo con sus tempranos éxitos. Sabía cómo sonreír, entonces, tal como demostraban esas fotografías, sabía cómo expresar felicidad aun cuando no siempre la sintiera. Pues lo volveré a intentar, pensó Mónica inspirada: seré de nuevo esa muchachita.”

Más explícitas son las referencias posteriores, pero no menos gráficas, como el caso de la enfermera que, en una clínica abortista, acepta, como si no hubiera posibilidad, la maldición de que este sea un mundo de hombres; lo más doloroso es que se da cuenta de ello en un lugar enteramente dedicado a mujeres, que “huela a desinfectante”, es una cualidad que Oates asocia a una situación en la que la mujer necesita ser desinfectada, desparasitada…

“Este es un mundo de hombres, había dicho una de las enfermeras, hacía años, en la clínica de abortos. Este es un mundo de hombres: dicho con un suspiro, como si hablara del tiempo o de la hora del día. Un mundo de hombres, precisamente ese mundo, una clínica iluminada por fluorescentes y oliendo a desinfectante, poblada exclusivamente por mujeres.”

Extremo tras extremo, como en el momento en que Mónica sufre una violación; su único refugio es Sheila y aún en esa situación, con su apoyo, no es capaz de encontrar la culpa en el hombre que la ha maltratado sino que se acusa a sí misma; otro indicio de la estructuralidad inherente y establecida donde se convierte a la víctima en la causante de su daño:

“Sheila le tomó la cabeza en sus brazos, la meció, le preguntó si quería que la llevara a un médico. Si quería que Sheila denunciara a ese hijo de puta a la policía.

Porque, al fin y al cabo la había violentado. Técnicamente y legalmente era una violación.

Mónica se echó a reír, y luego a llorar otra vez, en los brazos de Sheila.

No, no quería ir al médico, y no quería denunciarlo a la policía, sobre todo había sido culpa suya, déjalo estar…”

Mónica, Sheila, dos mujeres, muchos contrastes, una lucha psicológica donde, a pesar de las diferencias entre ellas, se produce un vínculo que más allá de la diversidad, como comentaba al principio sobre Rich:

“Mónica se había equivocado, no estaba mejorando rápida, delirantemente. Le intrigaba el pensar que pronto los huesos le atravesarían la piel. Los huesos de la pelvis, las clavículas, las costillas. Le intrigaba que el “envoltorio protector” de la piel, su piel, pronto se podría disolver; y todo el mundo le entraría.

Ahora hubiera llamado para pedir ayuda, pero se encontraba demasiado floja.

Una llamada a los Jensen de Whightsville, Indiana, pero estaba demasiado floja.

Demasiado floja también para defenderse de Sheila Trask; Sheila imponiéndose ante ella: abriéndose paso a la fuerza en la soledad de Mónica donde no se la quería.”

Nuevas perspectivas que consiguen que abra mi mente a lo que puede ser posible aunque, en un principio, no lo pueda entender.

Empieza mi año, y el estreno es (casi) inmejorable. Lo que me queda por disfrutar.

Los textos provienen de la traducción del inglés de Isabel Sancho para Solsticio de Joyce Carol Oates.

Internet Safari de Noel Ceballos. El (im)probable discernimiento virtual

BB61_3D_webInternet y todo lo que le rodea se han convertido en un galimatías prácticamente inexplicable para la mayoría de los ciudadanos de a pie, un mastodonte de proporciones ilimitadas que resulta, en muchos casos, una amenaza a un estado de bienestar y a una privacidad que se ve seriamente en peligro; solamente hay que comprobar algunos de los últimos acontecimientos, por ejemplo, para corroborar la sucesiva demonización de twitter y sus integrantes, como bien nos quieren transmitir los medios tradicionales. Los que lo frecuentamos, en cambio, encontramos razones muy fundadas para necesitarlo, pero todo ello produce una serie de contradicciones que tienen como centro los límites entre lo real y lo virtual.

En este orden de cosas,  el autor del ensayo Internet Safari nos dice lo siguiente en el prólogo:

“Internet Safari es un catálogo personal de esos problemas. O más concretamente, de ese choque entre la vida virtual y la vida real, que aún no están lo suficientemente maduras como para caminar en sincronía. Entre esas grietas aparecen cosas como las apps espías, los trolls agresivos, las selfies en Auschwitz, el bombardeo constante de los tests de personalidad, el pánico a los ataques de hackers, el culto a las celebridades, los errores en los mapas, la soledad detrás de cada DM amoroso, los planes de dominación global a través de memes, la desconfianza hacia las grandes corporaciones, la obsesión por los gatitos…

Y, especialmente, Internet Safari es un intento de responder a la pregunta de por qué  mentimos. Por qué miento. Por qué es tan importante, en suma, que Internet crea que soy feliz.”

Noel Ceballos es el autor de este compendio maravilloso de características únicas y que tiene como objetivo mostrarnos lo que es internet, dónde estamos en este momento y, ¿por qué no?, lo que nos puede deparar en el futuro; Noel demuestra su experiencia sobrada (ahora trabaja para GQ pero es imposible glosar todos los blogs y actividades en las que anda metido) a pesar de su juventud y, sobre todo, se muestra didáctico y capaz de discernir entre un mundo tan confuso y ambiguo como este. El decálogo inicial con el que abre el libro (tras el prólogo) sirve como elemento de “enganche” (sólo lo utilizaré una vez) para cualquier lector que se precie por sus ocurrencias; he seleccionado algunos de estos mandamientos como  muestra: 

“4.Este libro está más interesado en las preguntas que en las respuestas. 

Me encanta la metáfora del safari. ¿Se me ha notado ya? Estoy enamorado de ella, y no tiene que ver con el hecho de que me siga aferrando a ese navegador en concreto, pese a que varias personas me hayan indicado, por activa y por pasiva, que estoy cometiendo un error. No: el safari consiste en salir a la tierra salvaje en busca de algo. De experiencias, sobre todo. Pretendo llevarte conmigo de cañas, pero no sabemos si los que vamos a ser cazados somos nosotros. Nos vamos a enfrentar a cosas que vemos todos y cada uno de nuestros malditos días en pantallas y monitores.. pero que aún no comprendemos. O, al menos, no hemos reflexionado sobre ellas, sobre sus implicaciones y su posible papel en nuestras vidas. Internet safari no es un libro de revelaciones absolutas, sino de indagación y exploración casi temeraria. Salimos a la sabana con el machete entre los dientes: quién sabe lo que nos va a atacar.”

Hay dos mensajes resaltables que constituyen la tónica en la que se va a desarrollar el libro, por un lado,  que nos arriesguemos y perdamos el miedo, que no tengamos complejos ante este viaje a lo incognoscible; lo segundo, adopta un papel muy alejado de la condescendencia, abogando sin embargo por la reflexión, y más aún, porque empecemos a reflexionar nosotros, aunque nos equivoquemos, ante lo que nos encontremos. Estas dos actitudes son imprescindibles como punto de partida. Otro mandamiento que quería destacar es el siguiente:

“7. Este libro se ha pensado como cápsula del tiempo.

Internet Safari es el Estado de la cuestión circa 2015. No se habría podido publicar antes, y soy perfectamente consciente de que su condición de manual de uso para la vida moderna no tendrá demasiado sentido dentro de, pongamos, cinco años. Si tú, lector, vienes de ese futuro no tan lejano, tengo dos cosas que decirte: a)no sabes cuánto me alegro de que aún sigas leyendo libros (la perspectiva desde el viejuno, arcaico 2015 solía ser que ya estaríais en pleno Fahrenheit 451 a estas alturas); y b) considera esto que tienes entre manos como una suerte de cápsula del tiempo. Una foto de Instagram de cómo se veían las cosas en un momento muy concreto, pero creo que también muy crucial: el cambio de guardia generacional, los primeros impactos reales de la cultura de internet en la política, el estrechamiento progresivo de la brecha entre la vida digital y lo que conocíamos como mundo real. Por favor no te rías demasiado de lo ingenuos que éramos a mediados de la Década Miley. Porque es así como la conocéis, ¿verdad?”

La metáfora del libro como “cápsula del tiempo” habla muy claramente sobre la evolución del medio, este compendio es válido ahora pero, seguramente,  pierda validez en sus conclusiones pero no en la actitud y capacidad de reflexión, que deberían permanecer intactas (es como cuando uno acaba una carrera, los conocimientos pasan, pero tu capacidad para adquirirlos y renovarte se suponen por haberla acabado); con esta innegable puerta de entrada Noel empieza a desgranar conceptos que van desde Buzzfeed y su relación con tests y quizzes:

“Buzzfeed se ha especializado en artículos que narran una historia a través de gifs de series televisivas, o de gráficos interactivos, o de mensajes de texto que se van escribiendo ante los ojos del lector. ¿Qué esconde este lujoso escaparate? Es probable que una asunción manifiesta de que la capacidad de atención ya no es lo que era y, por tanto, es necesario crear fuegos artificiales que distraigan, entretengan… y se compartan. También observamos una necesidad de colocar al usuario en el centro de cada historia: 20 cosas que solo las personas tímidas entenderán, 15 señales de que has nacido durante los años ochenta, las 30 pruebas de que tu amor por Benedict Cumberbatch es sincero… Por supuesto, en esta última categoría es donde entran los tests y los quizzes.”

Hasta explicar el famoso concepto hashtag y los trending topics que se alimentan de ellos; en este caso nos advierte sobre la capacidad de explicar lo que preocupa y cuánto preocupa a una comunidad de usuarios, no en vano empiezan a tenerse en cuenta incluso para las audiencias así como para hacer encuestas:

“Cuando Twitter (como red social, pero sobre todo como corporación) decidió asumir la creación colectiva del hashtag y manejarlo ella misma a través de los famosos tuits promocionados por marcas, solo estaba demostrando ir a rebufo de su comunidad. Ahora, el hashtag forma parte del diseño de su web, de su argot, de su identidad corporativa y de su misma esencia. Los trending topics pueden servir para saber aproximadamente cuántos espectadores están viendo el final de una serie de la HBO, pero también son una fuente de inteligencia colectiva. Nos explican cuáles son las preocupaciones principales de su gigantesca comunidad de usuarios, así que son como una encuesta que se actualiza a cada minuto.”

No puedo ocultar que estoy bastante de acuerdo con el narcisismo inherente del fenómeno “selfie”, tan en boga en la actualidad, pero nadie lo explica como él:

“En realidad, no importa el número de personas que aparezcan en una selfie o lo grande que sea su angular. Una selfie siempre en una manera de reclamar un entorno o una experiencia común y articularlos en primera persona. Por eso, quizá, las selfies son la piedra angular de la Primera Iglesia Unificada de Mí Mismo, mucho más que los tuits o los perfiles de Facebook. Por un lado, esto me hace sentir increíblemente bien: si la mayor característica de la modernidad y la postmodernidad era la insignificancia de la persona concreta, que había sido sepultada por las masas urbanas hasta convertirse en una simple hormiga entre la multitud, ahora cada uno puede volver a dar importancia entre la multitud, ahora cada uno puede volver a dar importancia a su historia personal dentro de la colectividad. El Yo vuelve a importar, y además cada uno de nosotros tiene pleno dominio sobre cómo se configura (al menos, en nuestras vidas digitales). Pero por otro lado, no puedo dejar de pensar en todo lo que dicen esos Nuevos Estudios. Lo de que la tecnología está dando rienda suelta a unas tendencias narcisistas innatas que me están volviendo más egoísta, más celoso, más solitario. Sobre todo más egocéntrico.”

Uno de los momentos que más gustará al lector tiene que ver con la exposición de aquellos que pueden ser considerados como villanos, no quiero ponerlos todos porque quitarían la sorpresa al lector, pero sí me gustaría presentar la forma en que lo hace, utlizando conceptos utilizados anteriormente (selfie) tenemos el modélico ejemplo de Breanna Mitchell, que se hizo un selfie en Auschwitz; la idea de ser un villano inconsciente sin tener una motivación concreta más allá de su propio narcisismo y que todo ello generara un linchamiento común colectivo es, ciertamente, fascinante:

“Y, aunque la Princesa Breanna estuviese mintiendo y su selfie fuera solo una selfie, debería perturbarnos la facilidad con la que gritamos a los jóvenes que tienen que aprender unas ciertas normas de decoro en la era digital. Breanna Mitchell fue una villana sin una motivación concreta que le dio a la comunidad internáutica una verdadera causa común, amén de demostrarnos lo cerca que estamos en todo momento de constituirnos en pelotón de linchamiento ante cualquier provocación. Con esto en mente, me armo de valor y le envío un cuestionario (a través de una cuenta de correo que siempre sospeché falsa) a la única personalidad de Twitter que parece estar reflexionando continuamente, en tiempo real, sobre la facilidad con la que todo tuitero se apunta a una humillación pública.”

En la segunda parte el autor reflexiona sobre las razones del éxito de fenómenos como los youtubers; parece una paradoja que un medio global de masas tenga que tomar como base la intimidad para triunfar:

“Lo que ahora vale dinero no es el lujo y los valores de producción, sino la intimidad. La sensación de proximidad. El secreto de muchas estrellas de la webcam consiste en saber gestionar su presencia en las redes sociales. No solamente siguen en Twitter a sus mayores fans, sino que interactúan con ellos casi a diario. Les envían DM personalizados invitándoles a su próxima sesión. Charlan con ellos sobre libros y películas. En definitiva, se cuelan en su universo virtual privado y entran a formar parte de él.”

Me quedo especialmente con dos teorías que podrían dirimir hacia dónde va el futuro, la primera de ellas se refiere a El Nuevo Inquietante, que se trataría de una compleja dicotomía donde ser cercano y extravagante se cumple al mismo tiempo:

Kanye West y ella grabaron juntos el videoclip Bound 2, un trabajo complejísimo que llevó al crítico de arte Jerry Saltz a considerarlo como la vanguardia de todo un nuevo movimiento: The New Uncanny, o el Nuevo Inquietante. […] El Nuevo Inquietante es una doctrina que propone lo siguiente: ser cercanos y marcianos al mismo tiempo. Aceptar el reto del cubo de agua helada, pero sustituyéndolo por una sustancia sin identificar. Hacerse Selfies, pero frente a un volcán en erupción. Ser ellos mismos, transparentes… e indescifrables.

El Nuevo Inquietante aspira a ser la nueva lingua franca de supercelebridades que han perdido cualquier posibilidad de comunicarse con sus multitudes de fans de un modo que podamos considerar como normal. En cierto sentido, se parece a la manera en la que una inteligencia extraterrestre intentaría establecer un primer contacto. Y nada lo ejemplifica mejor que “Bound 2.”

La segunda, con la que no puedo estar más de acuerdo, tiene que ver con la influencia maligna de lo retro (nostalgia incluida) en el juicio cultural, un prisma que ensombrece nuestro discernimiento inconscientemente, sin que nos demos ni cuenta:

“La pregunta es si puedo esquivar al espectro, si seré capaz de escapar de la dominancia de lo retro sobre el panorama cultural y buscar nuevas formas de dejar mi impronta en el aquí y el ahora. Una de las principales críticas que se le hacen a los popes de la retromanía y la espectrología es que, quizá, estén viendo la realidad con un cristal demasiado oscurecido por el prejuicio. Quizá vaya siendo hora de dejar de llorar y empezar a construir. A partir de estas reflexiones ha empezado a cobrar forma una noción: La Nueva Estética. Quizá el concepto no te suene, pero seguro que has visto un código QR (esa mezcla extraña entre el camuflaje militar y un código de barras) insertado en un anuncio. Pues, lo creas o no, es un ejemplo de Nueva Estética, que se define como una reacción virulenta a la industria de lo retro. “

En su tercera parte, la más audaz y aventurada, quizá un poco más difusa, pero ciertamente subyugadora, Noel  nos vuelve infinitamente paranoicos desde diferentes perspectivas, sobre todo para concienciarnos ante una perspectiva que no es del todo imposible; utilizar a Philip K. Dick y Eric Snowden como figuras que sirven para corroborar dicha necesidad de estar paranoico, no deja de ser una gran idea:

“En una entrevista grabada en vídeo, Philip K. Dick (el sumo sacerdote de los paranoicos) habló de la paz interior que sintió al llegar un día a casa y comprobar que alguien había estado allí antes, revolviendo sus cosas en busca, posiblemente, de algún tipo de información comprometida que él mismo desconocía poseer. Cualquier otra persona consideraría ese momento como uno de los más terribles de su vida: han entrado en su casa, lo que significa que la están vigilando, lo que significa que la consideran de algún modo una amenaza, lo que significa que su vida podría correr peligro. Para un paranoico, ese incidente es una bendición: no hay mayor victoria que comprobar que su terror irracional no es infundado. No son solo sombras en su cabeza: es real. Todo es real.”

“Esa es la sensación que muchos experimentamos con las filtraciones de Edward Snowden: no estamos locos, sino que realmente están controlando todos y cada uno de nuestros movimientos a través del teléfono móvil, una pieza tecnológica que se han asegurado de instalar en todos nuestros bolsillos.” 

Probablemente estén controlando este artículo que estoy escribiendo; seguramente se enteren de mi recomendación del libro a diestro y siniestro; bueno, al fin y al cabo, lo que quiero es que la gente lo lea y se divierta tanto como lo he hecho yo.

¡Objetivo cumplido!

Ps: a continuación de la publicación del libro, el escritor lanzó un Tumblr   donde se puede ver cómo se actualiza la información referente a este monstruo según lo que va sucediendo. Es un complemento ideal para cuando lo acabes.

Feliz año 2016. Feliz nuevo post de fajas

losimpunesNo vamos a perder las costumbres sanas. Empezamos un año nuevo y no puede faltar una selección de fajas, las que traigo no son todavía de este (excepto uno) pero como este post viene cuando he agrupado varias (gracias siempre desde aquí a compañeros que amablemente me las encuentran) es lógico que sean casi todas del 2015.

-Precisamente voy a empezar por la faja que tengo del 2016, se trata de uno de los mayores clásicos en este tipo de menesteres, ya que puedes encontrarle en casi cualquier libro Mi querido Stephen King, en Los Impunes de Richard Price; no hay nada como utilizar una figura reconocida para recomendar el libro, “La novela criminal del año”; lo malo es que se utiliza con tanta frecuencia e incluso en libros de dudosa calidad que su opinión queda un poco devaluada, por lo menos si la frase estuviera elaborada… pero es una frase de plantilla de Primero de fajas. Convencional, previsible…

AdiósazulMejor utilizada está en el segundo ejemplo que os traigo, se trata del fantástico Adiós en azul de John D. Macdonald; en ella aparece de nuevo nuestro clásico haciendo gala de una frase demasiado típica, pero en este caso viene acompañados de otros dos: cierto es que la de Mary Higgins Clark es demasiado… previsible (“narrador magistral”, “el mejor” “escritor extraordinario”) pero la otra es magnífica, nada más y nada menos que Vonnegut y para decir una boutade muy ingeniosa (“Para los arqueólogos de dentro de mil años, las obras de John D. MacDonald serán un tesoro a la altura de la tumba de Tutankamón.”) que eleva la obra del autor a la categoría de clásico, sobre todo porque, además, viene de un escritor de prestigio y no tan pródigamente utilizado por las editoriales.

pizzolato-La siguiente es un clásico de esta sección ya que se trata del “autor de Galveston y creador de la serie “True Detective”, lo habéis adivinado, es nuestro genial Nic Pizzolatto, que sigue sin tener el privilegio de aparecer en la faja, y que nos muestra otro de esos ejemplos de fajas evolucionadas, cuando lanzaron Galveston ya comenté en este post (enlace) la frase que aparecía “una novela magistral del creador de TRUE DETECTIVE”; como podéis ver vuelven a obviar el nombre del autor (poco interesante) para recordar su anterior novela y volver a ligarlo a la serie que le ha lanzado al estrellato (aunque este año se haya pegado un trompazo… ¿por eso quizá han puesto el nombre de la serie en minúsculas en esta ocasión? A lo mejor.. nunca se sabe). Sin embargo quiero dejar algo positivo sobre esta faja, me encantan las dos frases escogidas de Adam Johnson y Tom Franklin (por otra parte no demasiado conocidos por aquí…) las combinaciones “belleza peligrosísima” y “aire nostálgico duele” me parecen, por lo menos, más alejadas de los lugares comunes y me producen cierta satisfacción.

faja_elhijo-Es muy habitual últimamente intentar elevar ciertas obras a la altura de clásicos contemporáneos casi desde el lanzamiento y para ello la faja actúa como catalizador perfecto para los lectores que no conozcan tanto el mercado; tal es el caso de El hijo de Philip Meyer, la estructura es muy indicativa, la primera frase es la conclusión, “UN CLÁSICO INSTANTÁNEO”, el resto es la argumentación a esto, funciona como un bocadillo, casi acaba y empieza igual, (“magistral” “una obra maestra”) el cuerpo está formado por las comparaciones a escritores que signifiquen esa calidad y que sean conocidos para un tipo de lector (en este caso los elcielonombres que suenan con fuerza son Cormac McCarthy, Franzen y, cómo no.. Faulkner). La estructura es modélica, pero hay que reconocer el mérito de quien la hizo, la frase de “un Cormac McCarthy con imponentes personajes femeninos” es de lujo, intentando incluso atraer público femenino de alguna manera…  una faja gloriosa.

-Para acabar, tengo que reconocer que esta faja me sacó una sonrisa por su espontaneidad, imaginaos a la editorial buscando una frase que alguien haya dicho sobre Guillermo Aguirre, “pues nada, no encontramos nada.. y ¡qué ponemos!!” “eh, seguro que esto no lo ha hecho nadie antes”:

“Lo podemos intentar, pero no hay faja que defina a Guillermo Aguirre”

Espléndido. Hay que reconocer el mérito de la broma y me atrae más este libro que otros con las típicas frases en boca de los mismos.

Y esta entrega se ha terminado.

¡Felices lecturas!

Primer mes, primera selección. Una buena mezcla para Enero de 2016

“Nuevo año, nuevos retos y, sobre todo, mucha ilusión.”

Esa es la frase que definiría mi comienzo de año literario, mis expectativas son altas y pretendo hacer algo que no había hecho anteriormente, supondrá pasar de leer en un año 40 mujeres a terminar con más de 150! (si todo va bien, claro). El caso es que, para cumplirlo, me gustaría programar las lecturas del mes como ya dije para no salirme de los objetivos propuestos. Con esta premisa aquí tenéis la foto con la primera selección que ya estoy leyendo desde el día 1 de enero:

PrimerMes1

En cuanto a la elección de autoras, hay algunas que os esperabais seguro si me seguís con frecuencia. En efecto, no pueden faltar libros de mis queridas Margaret Atwood  y Joyce Carol Oates; de la primera he previsto Nada se acaba y Érase una vez, el primero es el último que han publicado en Lumen, el segundo es cortito, una recopilación de cuentos que tenía pendiente.

En cuanto a Oates, tengo tantos que quiero leer dos o tres por mes. Las elecciones son un poco arbitrarias pero me he lanzado con dos títulos en inglés (Expensive People y Dark Water) que me vienen bien para coger aire en el idioma, el tercer título es tan raro que no estaba ni en Good Reads y ya os puedo adelantar que es fantástico: Solsticio.

MiddlemarchPor fin, este mes he programado la obra más importante de la escritora británica George Eliot, un clásico indiscutible que, por cuestiones que no vienen al caso, todavía no había leído. En efecto, aunque no se vea en la foto, sabéis que estoy hablando de Middlemarch. Sin duda va a ser la lectura prolongada del mes por su gran extensión; y volveré a desarrollar bíceps, la edición de Alba pesa lo suyo. Lo compaginaré, si es posible, con su Silas Marner, esta vez en la lengua original. Puede resultar una experiencia muy interesante.

Debate (también Acantilado, pero menos) se ha puesto las pilas para traernos obras de la reciente premio Nobel de literatura, Svetlana Alexiévich, y no puedo estar más contento, ya estoy inmerso en La guerra no tiene rostro de mujer y me atrevo a recomendarlo encarecidamente, ya hablaré más sobre él por aquí.

Este mes voy a recuperar a mi escritora nigeriana favorita, Chimamanda, un valor seguro, me gusta todo lo que escribe, y resulta que tengo dos o tres obras antiguas suyas sin leer. La de este mes es Medio sol amarillo, pero van a llegar otras a lo largo del año.

No quería que me faltara este mes una selección de escritoras en lengua hispana y para ello he escogido tres autoras: Gabriella Wiener, Selva Almada y Pilar Adón. He llegado a ellas por diversas recomendaciones fiables, van a ser un total descubrimiento, ya que no he leído nada de sus carreras. Cercana a ellas, en el carácter mediterráneo, estará la italiana Natalia Ginzburg, otra de esas escritoras que por una razón u otra no había comenzado hasta este año, espero mucho de la lectura de Las pequeñas virtudes.

LaniñaoropuroGracias a Sexto Piso y su fondo editorial, van a venir otras dos autoras de gran nivel: por un lado la alemana Marie-Luise Scherer y sus relatos ambientados en París; por el otro, llega de nuevo a España un libro de la hermana de A.S. Byatt, Margaret Drabble, una gran autora que no ha tenido demasiada suerte por aquí, veremos lo que nos ofrece La niña de oro puro.

No sé cómo no me había atrevido antes, pero uno de esos libros legendarios por su dificultad, El bosque de la noche, de la norteamericana Djuna Barnes, tiene su cabida en este mes. Si a este le sumamos el ancestral El libro de la almohada, de Sei Shonagon,  una adquisición tardía que no entró en la foto que os he puesto, la selección alcanza un grado de exotismo muy interesante.

Para terminar este mes, no he querido olvidar un poco de novela policíaca (menos de la que me habría gustado, espero solucionarlo en próximas entregas), con dos novelas muy diferentes entre sí, tanto la contemporánea Fred Vargas con la última entrega de su comisario Adamsberg  como un clásico protodetectivesco de la mano de Anna Katherine Green gracias a la editorial dÉpoca (El misterio de Grammercy Park).

Es un comienzo, si se cumple, espero que así lo sea, supone un buen espaldarazo al proyecto y coger la dinámica necesaria para los próximos meses.

Un abrazo y ¡Buenas Lecturas!

Rezagados 2015. Libros que merecían un post más largo

9781444789171Quería dedicar un post con unas pequeñas cápsulas a esos libros que, aunque me hubiera gustado llegar a reseñarlos, la falta de tiempo me ha obligado a que se queden en el tintero. Se trata de libros de bastante calidad en su mayoría pero el final de año ha sido un poco alocado y ya no tienen el hueco. Esto es una especie de reseteo para comenzar a todo trapo con el nuevo año que comienza y del que pronto os haré un nuevo post con la selección de autoras escogidas para enero.

Mientras tanto, aquí tenéis los últimos coletazos del año 2015:

Revival de Stephen King, con autores como el norteamericano, con una carrera literaria tan extensa y prolífica y con tantos temas tratados,  suele ocurrir que los lectores adoptan un mantra que les haga sentirse cómodos; hasta hace poco el mantra iba por el “los libros de ahora no son tan buenos como los primeros” o el ya famoso “no sabe acabar los libros”  (tengo un comentario en el blog recordándomelo, cuando intenté razonarlo con el comentarista, no volvió a aparecer); ahora el que se lleva más es el de, “está muy bien… pero no da miedo”; por otra parte no está alejado de la realidad, en la última época el señor King ha diversificado el tipo de libros que escribe entrando en terrenos de ciencia ficción pura o incluso novela policíaca (aunque siempre haya jugueteado con ello); este último libro podría encuadrarse en este estilo con varias partes diferenciadas, las primeras más de desarrollo de los personajes, donde todo va sumando hasta un final de claras reminiscencias lovecraftianas  que, en este caso, desdice el tópico de los malos finales. Una más que recomendable novela de un autor que escribe cada vez mejor aunque le falte el ímpetu de los inicios.

Voces de Chernóbil de Svetlana Alexiévich, no me da tanta pena que no vaya a llegar al blog este libro; entre otras cosas porque, gracias su reciente Nobel de literatura tanto Acantilado como, especialmente Debate, se están poniendo las pilas de una manera apoteósica y van a entrar varios suyos este año que vendrán por el blog. De hecho, estoy ahora mismo con La guerra no tiene rostro de mujer, que es aún mejor que este que os comentaba. La técnica utilizada por la bielorrusa bebe de las fuentes del periodismo, tiene un trabajo de campo considerablemente extenso en el que la autora recoge los testimonios de las personas afectadas por el tema en cuestión, en este caso el accidente de la central nuclear de Chernóbil. Lo bueno es que no se limita a transponer las conversaciones sino que consigue estructurar la polifonía resultante en un documento que estremece por la narración de sucesos de la forma en la que lo hace. La aparente frialdad no es tal, no podemos más que sentir rabia ante lo que acontece y todo viene por la capacidad de la autora de reflejar una oralidad de manera coral. Hablaré más sobre su técnica, muy interesante, en los próximos libros.

zofia-nalkowska-medallonesMedallones de Zofia Nalkowska, de alguna manera, la técnica anterior la llevó a cabo la polaca Zofia Nalkowska en 1946 en este libro donde se dedicó a preguntar a supervivientes del genocidio nazi en ocho relatos ciertamente conmovedores. La escritora escogió el cuento como forma narrativa y le dotó de un lirismo que no tienen los textos de Svetlana. Ahora que la bielorrusa está tan de moda es buen momento para recordar a ésta también.

El caballero ha muerto de Cees Nooteboom, nunca dejará de sorprenderme Siruela con la forma de publicar la obra del holandés;  de pronto, tras unas cuantas obras sacan esta que supone la segunda en su dilatada carrera y claro, se convierte, más bien, en una obra para incondicionales del autor difícilmente entendible para los le encuentren por primera vez. Yo diría que esta y Philip y los otros (su ópera prima) constituyen experimentos narrativos que el escritor utilizó para desarrollar su idea de literatura, en este caso con juegos narrativos y construcción de la identidad del autor. Una narración muy metarreferencial pero no es una buena puerta de entrada para un neófito con el autor.

Lecturas de mí mismo de Philip Roth, lo mismo puede decirse de esta obra del grandísimo Roth, escrita en 1976, es un compendio de artículos, entrevistas y ensayos del autor que cubren toda su primera etapa como escritor desde su Goodbye Columbus hasta Mi vida como hombre; es muy disfrutable, sobre todo, si conoces todos sus libros del inicio, aunque es cierto que su explicación de la polémica judía a raíz de El lamento de Portnoy es leíble sin conocer el libro; sin embargo creo que el mayor jugo se le puede sacar con la lectura complementaria de lo anterior, hay mucho buen humor, mucha reflexión y metaliteratura a raudales. Roth es un autor imprescindible de leer desde el punto de vista cronológico, su evolución es más clara desde esa perspectiva que leyendo puntualmente alguna obra aislada.

poridentidadLos hechos de Philip Roth, lo cronológico se puede aplicar igualmente a este libro, engañoso como pocos; escrito justo después de todas la novelas de Zuckerman (hasta La contravida) sin embargo no suele incluirse en las novelas de este personaje de ficción y es un error más que tiene que ver con el juego de confusión de la identidad que nos propone el escritor norteamericano. Esta obra pasa por una autobiografía poco convencional donde se relatan unos hechos como si fueran reales y relativos a la vida de Roth. Nada es lo que parece, la carta final de Zuckerman en tono de reproche es magnífica y no hace más que refrendar el juego al que nos somete el autor, novela tras novela.

Engaño de Philip Roth, extraña novela esta, escrita en 1990, que se compone enteramente a base de diálogos bastante ingeniosos que reflejan diversas conversaciones entre el escritor y su esposa, o entre el escritor y su amante; parece mentira que escribiera esta obrita justo antes de sus indiscutibles obras de madurez. Se puede leer pero no aporta mucho más al canon Roth.

El buen relato de J. M. Coetzee y Arabella Kurtz, me puede mi afán de completismo con el ilustre escritor sudafricano (ahora australiano). Y más en un libro formado por conversaciones del autor con la psicoanalista Arabella Kurtz donde se ahonda sobre todo en el método psicoanalítico y su relación con la literatura y la propia vida. Me suele aburrir bastante el tema y con este libro me ocurre, inevitablemente, cuando habla ella y remonta cuando, él, como de costumbre, consigue dar sentido a algo tan difuso. Da la impresión de que Coetzee consigue estar  siempre por encima de sus conversadores, todavía me acuerdo de las cartas con Auster que comenté por este blog y que eran un ejemplo de sus virtudes conversadoras y su inteligencia en el análisis.

¡Buenas lecturas!!

Mis estadísticas del 2015

Los números sirven para poner en perspectiva. Ese es el objetivo de este post: complementar la visión cualitativa que ya comenté en Mis libros favoritos del 2015 

En el 2015 he vuelto a batir mi récord, he llegado a 226 libros… superando los 200 del anterior. Han supuesto un total de 61486 páginas que son más que las 50195 del año anterior.  Este número de páginas supone que:

1º El libro medio tenía 277 páginas; sin embargo, en el 2013 fue de 273 páginas aproximadamente, ha habido un cierto aumento.

2º Teniendo en cuenta los 12 meses del año, la media de libros mensual ha sido de casi 19 (lo que supone unas 5124 páginas mensuales)

El “mamotreto” del año fue Barth con su Giles, el niño-cabra con 1120 páginas.

En cuanto a la lista de libros este año no la pongo al final, me cuesta mucho hacerla y no vale la pena a nivel práctico, lo que sí os pongo es el enlace a GoodReads donde podéis echarle un vistazo y está muy bien ordenada. Aquí lo tenéis junto con las imágenes que pone  la aplicación:

Reto1

Reto2

Esto significa que mi proyecto a tres años, que lo he alargado a cuatro (y se irá a cinco), ha avanzado poco… En cuanto a la famosa distinción de hombres y mujeres, de estas últimas han caído casi 42 libros, lo que supone un 18% de libros de mujeres. En inglés, ha habido 18, solo un 8% sobre el total. Y las nacionalidades, ha habido de todo.

Las consecuencias de estos números no hacen más que refrendar mi proyecto del año que viene que ya he dicho en un post anterior:

Es el año para leer mujeres, al menos en su mayoría.

-Habrá menos lecturas nuevas, aprovechando solo las que salgan de mujeres.

-Posiblemente lea más en inglés.

Este año he bajado mi reto de cantidad a algo más cómodo (180) y me voy a centrar en lo anteriormente mencionado.

Y para conseguirlo voy a cambiar la forma de elegir las lecturas, todos los meses pondré una foto de las lecturas que he elegido para el mes que viene y donde casi todas ellas serán seguro  referentes a mi proyecto. Habrá disidentes por otros compromisos pero van a ser los menos posibles.

Es la única manera de asegurar lecturas. Cierto que se vuelve un poco programático… pero avanzaré las lecturas del proyecto y tengo mucha ilusión.

Eso es todo por ahora.

Un abrazo y ¡Buenas lecturas!

Mis lecturas favoritas del año 2015

No lo puedo resistir, me encanta hacer el post de lo mejor del año. Entre tanta “desrecomendación”, listas polarizadas y postureos contra las listas mi única respuesta es hacer mi propia lista, con mis propios criterios y, desde luego, lo que más me ha hecho disfrutar este año con ese placer que es el de pasar páginas. Es el quinto año, todo un lujo, y aquí tenéis, por si tenéis curiosidad las listas de los años anteriores:

Lecturas favoritas Año 2011.

Lecturas favoritas Año 2012.

Lecturas favoritas Año 2013.

Lecturas favoritas Año 2014.

Sinceramente, la utilidad de estas listas es la manera de hacer balance personal del año, sirven para valorar lo que he leído de manera cualitativa y junto con el post de las estadísticas, complemento cuantitativamente esta información. Me consta que a varios lectores les sirven para prever posibles lecturas (o no), pero, sinceramente, no es el objetivo, lo hago porque me apetece a mí, como todo lo que aparece en este blog, si a alguien le viene bien, bienvenido sea.

Los criterios son los mismos del resto de años pero los voy a resumir de manera esquemática:

-Hago la lista sobre libros publicados o reeditados en el 2015. Ni mucho menos me leo todo (ni nadie lo hace) y tengo mayor afinidad por libros de editoriales pequeñas independientes que por las grandes monopolizadoras (esta afinidad tiene que ver con leer antes un libro que otro), aun así podréis comprobar que hay de todo.

-El número de libros de esta lista varía de un año a otro, no pongo límites, este año son veinte los elegidos, que son muy acordes con los 226 libros que he leído.

-El orden en el que aparecen  intentaba que fuera cronológico aunque se puede haber mezclado alguna, desde principios de año hasta las últimas lecturas, no asigno posiciones, son mis libros favoritos sin más.

-No hay restricciones en cuanto al género escogido ni la temática.

–Lo más importante: el criterio de elección es mi gusto personal, aparecen los libros con los que más he disfrutado (por los motivos que sean) y, por lo que he estado observando en otras listas, no suelen coincidir con la mayoría de ellas.

-Ah, NO MENOS IMPORTANTE, los he leído todos.

Como diría uno que conozco.. . ¡que entre la pila! En la mayoría de ellos pinchando en el título tenéis el enlace al comentario que realicé en mi blog o en otros espacios:

BowEl gran misterio de Bow de Israel Zangwill, un antecedente claro de la época dorada que ya he mencionado alguna vez donde el autor nos plantea una clásica habitación cerrada con un final muy ocurrente. Modélica en su género, traída gracias a la gran labor de Ardicia, que se está especializando en recordarnos lo que existía antes de Agatha Christie, En la niebla de Richard Harding Davis podría haber estado también pero me he decidido por esta. 

MisterioMoscaEl misterio de la Mosca Dorada de Edmund Crispin, como ya he dicho aquí , ante la sistemática situación según la cual cada año tengo que encontrar en las listas de las mejores novelas negras/policíacas la ausencia de novelas más centradas en la investigación detectivesca,  esta elección supone una reivindicación de dicho tipo de novela, la “mistery novel”, de la que seguimos viendo publicadas, a cuentagotas, todo sea dicho, ejemplos magníficos de realización del género; Edmund Crispin, integrante del famoso club de detectives, y del que este año hemos visto publicado el primer caso de Gervase Fen nos demuestra a la perfección en sus novelas cómo lo popular no tiene que estar reñido con lo intelectual y, para colmo, es capaz de crear una trama consistente en todas sus consecuencias. Cada aventura supone una variedad de niveles de lectura que son disfrutables desde los menos exigentes hasta los lectores más avezados capaces de interpretar el desafío metarreferencial que despliega con una inteligencia más allá de lo común. Un perfecto reloj, un rompecabezas que nos provoca un deleite difícil de superar; y eso que es una “novelita policíaca.” 

esoESO de Inger Christensen, es toda una suerte disponer de la colección de poesía que lanzó Sexto Piso, sobre todo porque, gracias a ella, hemos podido ver obras de la escritora danesa tan potentes en lo poético como Alfabeto (que ya estuvo en mi selección del año anterior) y esta que os traigo hoy que olvida el minimalismo de la anterior para sumergirnos en toda una cosmogonía del lenguaje. Una obra compleja y abierta a muchas interpretaciones, pero siempre estimulante.

jackOFspadesJack of Spades de Joyce Carol Oates, es de suponer que este libro se pueda ver publicado alguna vez por aquí, pero no me pude resistir a leerlo antes por mi afinidad con la norteamericana; posiblemente, no hay autora tan prolífica en la actualidad y al ritmo actual, no veremos ni una cuarta parte de su variada obra. Este pequeño libro refleja uno de sus mayores rasgos: la difusa frontera entre lo serio y lo relativo a la literatura de género. De hecho, a su manera, constituye un pequeño homenaje a la obra de Stephen King pero sabiendo llevarlo a su terreno. Es la obra suya que más me ha gustado este año, aunque lo normal es que The Sacrifice le guste más al lector habitual.

Los-Desafortunados_baja-201x300Los desafortunados de B.S. Johnson, lo he dicho en The Sky Was Pink del gran Álvaro Arbonés, esta es una de mis opciones más personales. Desgraciadamente, es un libro que hemos leído pocos, y de los que lo hemos leído he encontrado opiniones contrapuestas incluso en los comentarios de mi propio blog. Por si fuera poco su estructura en forma de caja llena de pliegos y el orden de lectura aleatorio ha atraído a un tipo de lector que adora el libro físico como objeto en todas sus vertientes. Una verdadera lástima, ya que la verdadera fuerza es la perfecta conjunción del artificio formal con la fuerza cautivadora que subyace en la prosa de B. S. Johnson: un verdadero deleite que juega con la forma, seca, de frases largas, separadas por comas, muy “beckettiana” y con el fondo mediante continuos niveles de significación que permiten muchas interpretaciones y sentidos. Esta caja es un verdadero artefacto cultural donde no hay lugar para la nostalgia y sí para un camino de expiación y confrontación con la muerte. 

gilesGiles, el niño-cabra de John Barth, tras el éxito de El plantador de tabaco, Sexto Piso no podía augurar la frialdad con la que se ha recibido este tochazo del norteamericano que ha carecido de aceptación entre los lectores acostumbrados a estos ochomiles y al postmodernismo de alto nivel estilo Gaddis o Pynchon; para mí sin embargo, y a pesar de todo lo excesivo que pueda encontrar en él sigue, siendo una de las grandes lecturas del año no solo por tamaño sino por la calidad de la prosa de Barth.

PrintThe Golden age of murder de Martin Edwards, quería introducir igualmente alguna de las lecturas que alterno en inglés y que es difícil que vean luz por estos lares; este libro constituye todo un sueño para los amantes, como yo, de la novela policíaca detectivesca; un ensayo que refleja las vicisitudes del Detection Club desde su creación y avance histórico hasta el estudio crítico de las obras más representativas de algunos de sus autores además de enlazarlas con la época en que fueron realizadas. Un goce mayúsculo para los pocos que podemos apreciarlo.

MemoriasAsesinoMemorias de un asesino: Israel Rank de Roy Horniman, con la popularización del género, se ha llegado a una progresiva dramatización de la novela policiaca, un ahondamiento cada vez mayor en la identificación social que ahoga otras vertientes más lúdicas, que encuentran un mercado más restringido. Los dos casos que me vienen a la cabeza son las novelas de detectives (el whodunit de toda la vida) y aquellas novelas policíacas que tienen un alto contenido humorístico, normalmente de humor negro. A este segundo caso pertenece este libro publicado por Reino de Cordelia. Es un libro de muchísima fama en la pérfida Albión y que ha dado lugar a una película (Ocho sentencias de muerte, 1949) y a un musical (A Gentleman’s Guide to Love and Murder). Sin embargo, no recuerdo que este libro haya aparecido en los “blogs especializados” de novela negra y policíaca, ni aparecerá en ninguno de los múltiples festivales de novela negra… Una premisa inmejorable (“de cómo Israel Rank, el hijo de una mujer aristócrata venida a menos al casarse con un judío, se enfrenta desde niño a la discriminación inherente a la pobreza y a su raza y que, en su mayoría de edad, decide ascender de escalafón social asesinando a las ocho personas que le preceden en la línea sucesoria de un título nobiliario”) y un desarrollo colosal con un estilo cargado de fina ironía, donde se alternan los problemas debidos a su condición judía con sus tejemanejes a la hora de planear cada uno de los asesinatos, con un sentido común que escandaliza por su frialdad y, como no podía ser menos, con un final  memorable y lleno de mala leche.

Cubierta_PymLa señorita Pym dispone de Josephine Tey, edita con gusto Hoja de Lata y trae a la palestra una peculiar muestra de la novela policíaca de una Tey que habría pertenecido al Detection Club de Christie, Chesterton, Sayers y otros si hubiera conocido a las personas adecuadas. La inclusión en el club no excluía a ningún autor en este sentido, su simple problema fue no vivir más cerca de la capital; esto no debe ensombrecer la calidad de su obra, que se ejemplifica a la perfección con este título, un policíaco diferente que en sus primeros dos tercios tiene un desarrollo no demasiado alejado de las novelas costumbristas británicas (en este caso reflejando la vida en una prestigiosa escuela de educación física en medio de la campiña inglesa ) y le sirve como marco al crimen que se produce en la parte final. Todo con una entrometida maravillosa, la señorita Pym, y uno de esos finales que no se suelen olvidar por el vuelco que suponen y lo inesperado que resulta. Un maravilloso paradigma de presentación de un lugar idílico y cómo todo se puede tergiversar con las debidas evoluciones en los personajes.

buitreEl buitre de Gil Scott-Heron, que sorprende muy positivamente por su consistencia en estilo y trama. Es una novela muy negra de personajes negros y el autor alterna el punto de vista de varios narradores que, a modo de plano secuencia, van conformando una trama compleja en torno al asesinato del joven camello John Lee, que no se resuelve hasta la última página. Por si fuera poco, el autor consigue dotar a cada uno de ellos de un estilo propio, construyendo voces muy distintas de gran viveza y expresividad. Digno continuador de la estela de Chester Himes, hay que reconocer en él un manejo de la parte más literaria muy cuidadoso y donde no faltan las reflexiones racistas, que le sirven para profundizar en “lo racial” asociado a la comunidad de negros y su relación con la población blanca.

EducaciónladrónLa educación de un ladrón de Edward Bunker, en este caso hablamos de una reedición pero supone el colofón de una editorial como Sajalín que apostó por nuestro querido Mr Blue, gracias a ellos podemos disfrutar de la obra completa de un autor que representa, desde sus raíces más profundas, el epítome del hardboiled americano. Esta obra condensa a la perfección todas las virtudes del autor, su verosimilitud violenta que nos horroriza y su lirismo sorprendente para estas lides.

libro_1434013903Gokumon-To: La isla de las puertas del infierno de Seishi Yokomizolo dije en Canino y no me importa repetirlo de nuevo, nos encontramos ante un whodunit ambientado en esa época maravillosa de principios de siglo XX (en pleno apogeo del Detection club, la edad dorada de la novela de detectives británica) pero con un escenario diferente: una isla, Gokumon-To, la isla de las puertas del infierno donde tiene lugar una trama policial de alto voltaje con un detective, Kindaichi Kosuke, que es capaz de juntar en su cerebro todas las piezas de un puzle desenfrenado y peligrosamente poético en su concepción. La resolución, original y audaz, está a la altura de las expectativas, y la ambientación geográfica-histórica de la isla justo al acabar la segunda guerra mundial es excelente.

Cuaderno_CubiertaEl cuaderno perdido de Evan Dara, como comenté en Canino  El cuaderno perdido es paradigmático porque representa, sin lugar a dudas, el sello de identidad de su editorial Pálido fuego: una obra complicada, polifónica, donde los personajes no se identifican y todo se convierte en una narración conjunta (alguno lo bautizó como colmena) que, a pesar de lo que pudiera parecer, no resulta fría. Al contrario, consigue que empaticemos  aún más con la destrucción de una sociedad contemporánea que bien podría ser la nuestra en el futuro. Exigente, sin duda, pero un reto más allá de lo comercial que deja un montón de sensaciones inolvidables.

Cubierta_NiñaGordaLa niña gorda y otros relatos inquietantes de Marie Louise Kaschnitzturbadora recopilación de cuentos de la alemana que hacen aflorar lo más oscuro de la mente humana, lo más misterioso, lo más sutil de nuestra condición.

halcon_spa_provH de Halcón de Helen Macdonald,  la original forma de superar la muerte de su padre, mediante el entrenamiento de un azor nos brinda una “rara avis” donde lo lírico se mezcla con lo salvaje en una conjunción arrebatadora. Un libro único por su forma y por su contenido.

ZerovilleZeroville de Steven Erickson, tengo pendiente escribir algo sobre esta obra tan particular como excepcional, valga como adelanto que cualquier aficionado al cine disfrutará enormemente de las múltiples referencias con respecto al séptimo arte pero que la trama resulta tan consistente y envolvente que la experiencia lectora se convierte en algo inolvidable.  Un libro que ganará aún más con cada relectura que hagamos de él.

9788416131167Aquí de Richard McGuire, como dije en este post de Canino, a pesar de que no ha sido este año uno de aquellos en los que leo muchos cómics sí me gustaría destacar éste  porque supone una concepción innovadora, que trae no pocas satisfacciones desde una premisa muy curiosa: el paso del tiempo en un mismo espacio. Un cómic en el que con solo dos páginas te encuentras inmerso en un viaje en el tiempo en donde la localización no cambia en ningún instante. La mayoría del tiempo es una habitación concreta pero siendo el abanico temporal tan extenso (desde la creación de la humanidad hasta un futuro muy lejano) uno tiene la sensación de poder encontrarse cualquier cosa, desde dinosaurios hasta hologramas pasando por una tribu de indios. Se genera un sense of wonder innegable porque nunca sabes qué habrá en la siguiente página, entre otras cosas porque McGuire  no se limita ubicar un espacio temporal sino que abre varias ventanas alternando escenas de diferentes épocas en una misma página y siempre con una excusa narrativa que las une.

SobrecubiertaPinocho en Venecia de Robert Coover, no es La hoguera pública pero ni falta que hace que lo sea, esta reescritura del cuento de Pinocho a la manera Coover es desternillante y excesiva y reúne, como no podía ser de otra manera, la inmensa prosa de un autor poco leído por aquí. Sin embargo, como decía su editor, esta es una obra para disfrutar en pleno invierno con una manta en los pies, enfrente de una chimenea y tomando un café caliente y humeante. Esto da una idea del placer que supone disfrutarla.

9788490626535Descolonizar la mente de Ngũgĩ wa Thiong’o, gracias a los premios Nobel de literatura se pueden descubrir autores que de otra manera permanecerían ignotos por la mayoría de habitantes de la comunidad lectora. Tal es el caso del keniata Ngũgĩ wa Thiong’o, un excelente autor que, gracias a estar a punto de ganarlo dos años consecutivos, hemos visto publicados este año dos libros de la mano de PMRH en su completísimo sello Debolsillo; uno ha sido una reedición que tenían de su catálogo de Alfaguara, El brujo del cuervo; el otro, Descolonizar la mente: La política lingüística de la literatura africana, una pequeña edición que nos trae cuatro conferencias-ensayos resumiendo su pensamiento al respecto de la lucha contra el neocolonialismo que subyuga al pueblo africano además de enfocarlo como una experiencia vital autobiográfica. Lo excepcional es que el autor, de manera clarividente, lo enfoca hacia el uso del lenguaje como elemento imprescindible para salirse del yugo colonizador constituyendo un texto que bien puede encuadrarse entre lo más florido de los estudios postcoloniales. El lenguaje, en las palabras de Ngũgĩ se convierte en un elemento crucial para la descolonización mediante la construcción de la identidad vernácula.

poridentidadCuentos escogidos de Shirley Jackson, todo un triunfo que Minúscula Ediciones se hayan vuelto a acordar de la escritora norteamericana, lástima que sea para una selección tan limitada que te deja con la boca abierta y, evidentemente con ganas de más; los cuento de Jackson son algo muy distinto, son tan perversos y sutiles al mismo tiempo que nos proporcionan momentos inigualables ; lo bueno, cómo no, incluye La Lotería, y eso ya sería motivo para que apareciera en esta selección. El resto tienen un gran nivel igualmente, me han entrado ganas de volver a leerlos de nuevo.

Será curioso comprobar cómo estas guías que he seguido y la propia lista pueden metamorfosearse el año que viene en algo radicalmente distinto, sobre todo por el hecho de que mi proyecto para leer mujeres va a originar que no esté totalmente al día de novedades. Ignoraré la  mayoría de hombres que salgan salvo algún disidente.

El año que viene seré un antisistema de verdad, o no. Tampoco importa demasiado.

¡FELIZ AÑO! !Buenas lecturas!