Me da la impresión que este mes he estado un poco estancado en mis lecturas, de hecho, he mirado cuántas tenía y la verdad es que no han llegado a quince. Una pena, creía que habría hecho más. Pero no importa, llega el verano y suelo leer más en esta época. De momento, os pongo la lista de mayo:
¡Y he aquí que era un sueño!: Historias inquietantes de Rhoda Broughton, buena recuperación de una autora perdida por parte de Huso, las historias, de corte bastante propio de la época son más encantadoras que inquietantes y siguen la tradición especialmente de las historias de fantasmas; aunque posterior, me recordó bastante a la forma en que las hacía Henry James; también es cierto que no creo que haya pasado el tiempo tan bien por ellas, quizá demasiado inocentes.
Valerosas 1: Mujeres que solo hacen lo que ellas quieren de Pénélope Bagieu, magnífico cómic de la autora francesa en la que se hace una recopilación de mujeres que, a lo largo de la historia, han luchado por hacer lo que ellas querían hacer, es decir por tener libertad. La selección es muy ecléctica y diversa en cuanto a nacionalidades y profesiones y el dibujo es fantástico, desde las viñetas para explicar las vidas de cada una de ellas hasta splash pages que muestran a todo color a modo de resumen en dos páginas lo que ha sido su devenir.
Una dirección equivocada de Elizabeth Daly, la colección de Siruela de clásicos policíacos avanza y sigue mostrándonos muestras fantásticas del género; en este caso tenemos a Elizabeth Daly, escritora norteamericana coetánea del Detection Club y que nos presenta a Henry Gamadge, un bibliófilo investigador muy ocurrente. Su corte clásico no amenaza la forma de hilar la trama y lo bien cerrada que está. Otra buena muestra de lo bien que puede estar una novela policíaca detectivesca.
Nog de Rudolph Wurlitzer, en Underwood están atreviéndose con cosas muy curiosas, no hay más que echarle un vistazo a la primera novela de Wurlitzer; escribiré algo respecto a esta lisérgica experiencia en el blog extendiéndome un poco más.
Carter de Ted Lewis, me encantan las novelas de la colección Al margen de Sajalín, y me encantan las novelas protagonizadas por sicarios. No podía fallar con esta novela. Espero escribir algo pronto sobre ella.
La Torre Oscura integral 1 – Canción de Roland de Stephen King, Peter David y Jae Lee, tengo que confesar que esta recopilación cayó por haber visto el tráiler de la película; no puedo evitar el hype a pesar de la errónea concepción del protagonista y de la saga; de ahí que me lanzara a por la saga de cómics para ver qué tal estaba. Toma los acontecimientos desde el cuarto libro (lo vuelve a narrar entero) y la continuación del mismo, es decir, la formación como pistolero de Roland. Lógico que lo haga desde ahí, es la parte que enganchó de verdad a los lectores de la saga pero lo más enigmático es lo posterior, cuando no se conoce toda esta información. La historia no está mal llevada y los dibujos de Lee están muy bien aunque siempre me ha parecido muy estático, incapaz de mostrar una narración fluida. Me empalaga mucho. Apunte loco… qué mal huelen las páginas en esta edición y qué pequeños se ven los bocadillos.
Nubes de Lluvia de Bessie Head, maravillosa recuperación de la escritora sudafricana por parte de Palabrero, tan maravillosa que merece la reseña que podéis pinchar en el título.
Lamu vol. 7 de Rumiko Takahashi, pero qué divertidísima es Takahashi, y cuánta madurez en esta entrega sin perder su buen humor. Lo tiene todo.
Costa Maldita de Douglas Preston y Lincoln Child, tras quince entregas de la serie protagonizada por el melifluo detective del FBI Aloysius X. L. Pendergast hay que reconocer un evidente desgaste de los autores y del protagonista. Esta entrega tiene dos partes diferenciadas por un falso final; la segunda parte es un tour de forcé clásico de ellos en los que nos encontramos con un monstruo final, que recuerda demasiado a Naturaleza Muerta y una persecución entre laberintos que es un clásico ya en la saga… (habría que contar en realidad cuántos libros no acaban igual). Otra vez tenemos un cliffhanger en el que el protagonista parece que ha muerto (como ocurrió anteriormente en varias entregas) y, la verdad, a estas alturas, ha perdido mucha frescura, además de ser demasiado previsible. Da la impresión de que siguen con el personaje porque es el más famoso (y rentable) pero también parece que están un poco cansados de él, no hay frescura, no hay ideas, repiten situaciones. Espero que piensen mejor lo que hacen en próximas entregas, sigo pensando que un crossover con Giden Crew podría ser muy entretenido pero no terminan de arriesgarse. Lástima.
Lamu vol. 8 y 9 de Rumiko Takahashi, a este número también le aplica el comentario anterior sobre el 7 🙂
Cuando la vida te da un martillo de Kate Tempest, quiero escribir sobre él, es mejor aún de lo que podía esperar. No solo es un relato generacional de rabiosa actualidad sino que la autora tiene ambición; es capaz de juguetear con las novelas de género policíaco y dejarte con la miel en los labios con un final que no adoctrina.
Lamu vol. 10 de Rumiko Takahashi, número 10, más de 4000 páginas y Takahashi sigue añadiendo personajes, jugando con gags recurrentes de números anteriores y consigue que aún me desternille de risa. Es maravilloso.
The power de Naomi Alderman, ojalá ganara el Baileys Prize este año 2017 porque este libro de Alderman es “poderosísimo”(actualización, lo ganó!); partiendo de la potente premisa de un mundo matriarcal, la autora no se queda solo en el reflejo de una sociedad dominada por las mujeres en contraposición a la actualmente patriarcal sino que indaga en las consecuencias del abuso del poder y en los medios para evitar que se cambie lo que tradicionalmente está impuesto. Me encanta además lo ingeniosa que es al plantearlo: un libro dentro del otro libro, un libro de un hombre escrito en un mundo matriarcal. Delicioso.
Y eso es todo por este mes, Junio sí que es cierto que he empezado a tope y ya voy perpetrando una lista para Canino con posibles lecturas veraniegas. Os dejo con las compras del mes en @Lasombra. Impresionante mezcla… Doy pistas por adelantado. No podéis negar que soy trasparente siempre.
Un abrazo y ¡Buenas lecturas!