1. f. Acontecimiento notable que se recuerda en cualquier aniversario de él.
2. f. Conmemoración de dicho aniversario.
Las dos acepciones me sirven para presentar el primer año de andadura de este blog. No voy a esconder que, durante este tiempo, ha habido los suficientes sinsabores como para cuestionarme la necesidad de seguir poniendo posts. Pero siempre ha habido algo que me ha convencido para seguir y tampoco voy a negar que, al final, las satisfacciones superan con creces los momentos difíciles. ¡Y así y la loco, ya van 160 posts!!!
Bebamos por ello con el maestro Kraus:
Soy consciente de que no estoy entre los 100 blogs literarios más influyentes y, además, soy un total novato en estas lides (sobre todo por la experiencia que tienen otros blogs literarios…) pero aún así afronto el reto de seguir por lo menos otros dos años, tengo que acabar mi proyecto literario (enlace) por lo menos.
El futuro traerá monográficos de diferentes tipos, más ópera, otros contenidos y desde luego más libros, esos no pueden faltar. Como dije en mi post inicial:
“Los protagonistas serán los libros (desde Charles Dickens y Pynchon hasta la novela de género, haciendo especial mención a la novela negra-policíaca y de terror, dos de mis grandes aficiones) pero no serán los únicos; la ópera, mi otra gran pasión, puede aparecer en cualquier momento, y la música clásica, y las series de televisión… “
Sí, me estoy citando a mí mismo. Demasiado solipsista. Abramos el abanico:
Y qué mejor forma de hacerlo que agradeciendo a los lectores, a los seguidores de este blog, verdaderos artífices con sus ánimos y su lectura constante de que siga más adelante. También, como no puede ser de otra manera, a mi familia ¡que me apoyan a pesar de leer tantos libros!!! Sobre todo a mi mujer, que edita mis textos con paciencia y mucho amor, a mi madre y mi hermano. Espero que en unos años nuestro pequeñín (con menos de un año de vida todavía) pueda echarle un vistazo al blog y disfrute con lo que hay por aquí.
Que no falte la música para terminar, un grito de esperanza para el futuro ejecutado con maestría por Franco Corelli.
A raíz de este artículo de Rubén Amón en su siempre recomendable “Blog de Pecho”empecé a pensar en este tema, una de esas disquisiciones habituales, donde se tiende a absolutizar y/o denostar diferentes cantantes, más cuando hablamos de lo operístico.
El divismo es necesario y sirve como realimentación para crear debates y partidismos que, normalmente, hacen que la lírica gane adeptos, eso no lo vamos a discutir. Lo que sí voy a discutir es la idoneidad de elegir un cantante sobre el resto, y más en el caso de los tenores.
Después de mucho tiempo escuchando ópera y todo tipo de música soy más partidario de escoger cantantes más adecuados según repertorios; por qué limitarse a un cantante, ya sea Pavarotti o Domingo, si tienes la posibilidad de tener al mejor cantante para cada repertorio; en mi opinión, acaba resultando lo más idóneo y sensato.
Si intentáramos hacer esta clasificación, de todas maneras, ¿cuál sería el criterio? Rubén Amón, gran seguidor, biógrafo y defensor a capa y espada de Plácido Domingo acaba el artículo de esta manera:
“El tenor madrileño puede decir ahora, con razón, que es el número uno, aunque también tendría sus razones para reivindicar la misma plaza cuando Luciano Pavarotti vivía. Nadie ha cantado tantos papeles como él -más de 140- ni ha abierto en más ocasiones la temporada de los grandes teatros. Sin olvidar que Plácido ha sido tenor wagneriano en Bayreuth, ha cantado Otello durante 30 años y se ha mudado de voz hasta convertirse en barítono polifacético.”
Los criterios que utiliza son, para mí, desarmables por diversos motivos:
-Más de 140 papeles cantados, Domingo es voraz en este aspecto, no le importa decir que es barítono y coger aún más papeles aunque los cante de pena, ¿estará dentro de ellos cantar “Tristán” en versión estudio?, sólo por decir que lo ha cantado; ¿estará el “coso” ese que hizo cantando de barbero”?; ¿y Rigoletto?; sí, exactamente, estarán todos (nunca ha tenido demasiado decoro para destrozar papeles) aunque no sean los más adecuados por diferentes motivos.
-Abrir en más ocasiones los grandes teatros, claro, cantando todo lo que canta, y ahora dirigiendo, pésimamente, así cualquiera.
-Tenor wagneriano en Bayreuth, seamos serios, el papel más adecuado para él es Sigmund, pero no, con esa dicción alemana de pueblo español sale de pena, destroza parte del encanto de cualquier ópera en alemán. El resto de papeles, pues como siempre, vaya Tannhäuser, Lohengrim.. en fin…
-Cantar un papel 30 años… y ¿lo de Hans Hotter qué fue? O ya en tenores ¿Lauritz Melchior?
Desgraciadamente es una clasificación tremendamente partidista y adecuada demagógicamente a lo que le interesaba.
Pero bueno, pasemos a la clasificación, en base a criterios distintos, de los tenores que más me han gustado según el repertorio más adecuado a su voz, no voy a poner muchos; hoy la parte más aguda y en un próximo post los de los registros más graves:
-Tenor lírico, prototipo de muchos papeles de Verdi y, por ejemplo, algunos papeles de Puccini como Pinkerton o Cavaradossi: sin duda la elección sería el gran Carlo Bergonzi, del que ya hablé por aquí , posiblemente ha habido pocos cantantes tan inteligentes a la hora de interpretar cada papel; era más bien spinto, que lírico puro, pero para el momento nos vale; apoyado en un fiato inconmensurable, su dominio de de la mezza voce le hace acreedor de posiblemente la voz más adecuada para cantar el tenor lírico verdiano, esa “rara avis” de la que no salen prácticamente ejemplos hoy en día; cada frase de su repertorio está cantada con tanta sapiencia, sacando jugo de cada nota, que resulta un verdadero manual de canto; el timbre era, además, bellísimo, a pesar de que el agudo estuviera forzado a veces, ya que su voz no era muy amplia; voy a poner un par de ejemplos relacionados con Verdi, para empezar el “Di tu se fedele” de “Un ballo in maschera”:
Y ahora uno de los papeles menos conocidos, “Quando lo sere al placido”, el Rodolfo de “Luisa Miller”.No se puede cantar mejor, su voz me produce tantísima emoción al oírla, es difícil resistir las lágrimas.
-Desde este tipo de tenor vamos a subir en la tesitura e intención; si entramos en el terreno de los lírico-ligeros utilizaré como transición al gran Luciano Pavarotti, mucha gente le pone dentro de los líricos, pero con esa tesitura y los papeles que hizo, en fin, me resisto a clasificarlo así; .Pavarotti tenía una de las voces más claras que he oído nunca, y, en sus mejores tiempos, tenía unos agudos de una brillantez proverbial, estratosférica, insultante; si a eso sumamos un timbre aterciopelado, de una belleza sin discusión, estamos ante uno de los mayores fenómenos de la historia; voy a obviar que es Rodolfo (“La Boheme”) porque tiene mucho y muy bueno; la primera demostración es el Tonio de “La fille du Regiment” de Donizetti; no hay forma de cantarlo mejor, es brutal está versión en vivo que he encontrado de 1969 en La Scala (en italiano) del famoso aria de los 9 do’s de pecho que hace sin dificultad:
Y para acabar otro papel increíble, Arturo de “Il puritani”de Bellini, brillante es un adjetivo demasiado corto para este otro prodigio, “A te, O Cara”, es inmortal para siempre:
-De un portento a otro lírico-ligero que siempre estará en mi corazón, Alfredo Kraus, un prodigio técnico que siempre estuvo cantando al nivel más alto hasta el final de su carrera, con una elección exquisita del repertorio, especialmente francés, en el que tenía una dicción excelente, aunque también italiano, Mozart.. siempre consciente de sus limitaciones, rechazó cantar “La flauta mágica” porque su dicción alemana no era adecuada (Ay, Domingo…), siempre se identificó con Tristán pero fue su sueño frustrado, sabía que su voz se destrozaría cantando ese papel, muy a su pesar, por carácter podría haberlo bordado; con él voy a ser tópico, hay que poner “Werther”de Massenet, “Pourquoi me reveiller” estaba unida a su melancolía inherente, cuánta belleza, qué brillantez para dar cualquier agudo, no en vano era capaz de dar un mi sobregudo de pecho:
Y otro ejemplo, sorprendente, el “O muto asil del pianto” del “Guillermo Tell”de Rossini con la nota optativa al Mi sobreagudo, el poder de la voz de Kraus:
-El último lírico ligero que voy a poner, que me estoy extendiendo demasiado ya, va a ser el alemán Fritz Wunderlich, este no es tan conocido para el público más habitual, pero su voz era de un encanto irresistible, desde que le escuché haciendo el “Dies Bildnis ist bezaubernd schön” de “La flauta mágica”, busco con avidez las pocas grabaciones disponibles que tiene (murió jovencísimo a los 35 años); qué dominio del canto legato, qué fluidez para ir de nota a nota, qué agudo cargado de armónicos, cuánta inspiración en cada pasaje, a disfrutar:
Otro ejemplo de la delicadeza con la que cantaba es esta “Mi lusinga Il Dolce Affetto” del Alcina de Haëndel, es imposible no rendirse ante él, se me saltan las lágrimas cada vez que la oigo:
Bueno, ya está bien por ahora, que me extiendo demasiado. El próximo post tendrá un ligero, y los tenores más potentes: dramáticos y heldentenors.