Con motivo del estreno de la película este fin de semana pasado, RBA, en su espléndido sello de Serie negra, se ha puesto las pilas para publicar la novela con antelación al estreno de la misma. Tanto es así, que hasta en los carteles de promoción de la película aparece reflejado el hecho de que ya haya sido publicada con anterioridad.
En esta ocasión, Jo Nesbo se toma un descanso del “HarryHoleverso” para ofrecernos una novela de corte radicalmente diferente. Una novela más tipo thriller y que bien podrían haberla escrito el dúo Preston y Child, de hecho, el último personaje creado por estos, Gideon Crew, es un ladrón profesional, muy parecido igualmente al Neil Caffrey de la serie “White Collar”.
Ambos personajes tienen mucho en común con el protagonista de “Headhunters”: Roger Brown, el cautivador, ambicioso y, sin duda, subyugador personaje de la novela, cuyo trabajo es el de “cazar talentos” (headhunter) para empresas de alto nivel y que, en sus ratos libres, se dedica a robar obras de arte para poder venderlas discretamente y así mantener un alto nivel de vida en el cuál su bella mujer se dedica a llevar una galería de arte.
Un primer capítulo magistral y cargado de humor sirve para que el escritor nos presente al carismático Roger en su faceta más habitual, como entrevistador a la búsqueda de talentos para grandes empresas. Como ya dije en un anterior post, la creación personajes es uno de los puntos fuertes de Nesbo: aquí tenemos al opuesto a Harry Hole; en mi humilde opinión más cercano al propio escritor que, en esta ocasión, no hace muchos cambios narrativos, está narrada en primera persona por el propio “Rey de la colina” como a él le gusta autodenominarse debido a la gran seguridad que tiene de ser el mejor. Solo hay una pequeña audacia narrativa casi al final, muy efectiva, con un cambio a un narrador omnisciente que, además, sirve de preparación para la excelente conclusión.
Clas Greve (su némesis), su mujer Diana y el resto de personajes aparecen al igual perfectamente dibujados en esta primera parte, sobre todo psicológicamente, según va avanzando la trama. La segunda parte del libro es sencillamente trepidante, no hay abuso del “cliffhanger”, pero resulta muy efectivo y, desde luego, las páginas pasan sin querer. La tercera parte demuestra el dominio que tiene el escritor noruego del tempo narrativo y sobre todo su capacidad para hilar tramas, todo se cierra según las pistas que ha ido dando anteriormente y no puedes por menos que acabar rindiéndote ante él.
No abusa en esta ocasión, como en anteriores novelas, de elementos escabrosos, debido principalmente a que esta novela supone una total ruptura temática y de estilo con respecto a lo que ya ha escrito, pero el resultado es muy bueno, un tipo de novela adictivo, como un thriller que nos muestra una cara distinta de este gran escritor, que, aunque no alcance las cotas de su magnífica “Petirrojo”, sí que consigue un resultado estupendo, demostrando además una versatilidad de la que hasta ahora no había hecho gala.
“El Rey de la Colina” no es Roger Brown, es el propio Jo Nesbo, el mejor escritor nórdico de novela negra en la actualidad.