Resumen Marzo 2016. Velocidad de crucero

A nivel de lectura marzo fue de lujo, de hecho este ritmo ha hecho que comience abril con nuevos retos y más lecturas, a un ritmo muy alto de lectura propiciado especialmente por alternar una buena mezcla, heterogénea, con alternancia de géneros y, sobre todo, con mis queridas escritoras y algún infiltrado masculino; de todos modos, de las 22 lecturas que realicé, solo tres fueron hombres, estoy cumpliendo y no es fácil, ya veréis el próximo mes. Pero mientras, no demoro el resumen de lecturas de Marzo 

Llamada perdida de Gabriela Wiener, definitivamente se ha asentado en mi lista habitual de lecturas, gracias a esta joya que editó Malpaso el año pasado donde demuestra como la confesionalidad es solo un factor más que se añade a un estilo inigualable para realizarlo. Tengo pensado en breve escribir algo sobre ella. 

Laberinto del alma de Ana Llenas, una verdadera curiosidad este libro infantil que la autora utiliza para describir, en cada página, con la ayuda de una ilustración, un montón de sentimientos de forma que un niño pueda entenderlos. Un buen esfuerzo para un libro bastante vistoso.

Gustav Mahler. Un piano olvidado de Norma Sturniolo, me extendí ya en profundidad sobre él en la reseña que tenéis pulsando el título. Podría haber sido mucho mejor. 

Ms Marvel 2: Generación ¿Por qué? de Willow G. Wilson, segunda recopilación de números de la colección (los que comprenden del 8 al 15) con la participación de los mismos culpables, vuelven a repetirse los sellos de identidad que tan bien ejecutan su guionista Willow G. Wilson y el dibujante Adrian Alphona. Lo bueno es que, además, se esfuerzan en dotarla de presencia en el universo marvel gracias a la introducción de Mandíbulas, el conocido perro inhumano y de presentarnos un San Valentín distinto con la afortunada presencia de Loki. Lo que puede parecer fuera de lugar, en sus manos se vuelve un pretexto más para evolucionar el personaje y volver a enseñar historias donde, más allá de hallar reflexiones sobre raza o género, nos encontramos, además, con buenas historias y, además muy entretenidas.

Los últimos días de Ms Marvel de Willow G. Wilson, el comentario anterior me podría valer para este;, gran esfuerzo, y muy meditado para integrarla en el último macroevento , un cruce con “Secret Wars” que además  confronta por primera vez a nuestra encantadora Kamala con su admirada Ms Marvel. Sencillamente, disfruto leyendo esta colección, ofrece muchas cosas y siempre me resulta diferente.

Lecturas no obligatorias: Prosas de Wislawa Szymborska, esta misma semana quiero poner un comentario sobre  ella. Otra de esas autoras que pasan a engrosar mi lista habitual de lecturas.

De la enfermedad de Virginia Woolf, uno de esos pequeños ensayos tan bien hilados de la autora y que, por lo menos citaré en un próximo post en relación a otros ensayos suyos.

Una entre muchas de Una, la he comentado en algún otro sitio siempre recomendándola, esta historia realizada por la enigmática Una, tiene la habilidad de mezclar autobiografía, un relato policíaco de un asesino en serie y los propios datos, dolorosos, sobre la violencia de género; y lo hace de manera amena gracias a su habilidad narrativa y a un dibujo de composiciones diversas que promete emociones cada vez que pasas la página. Es difícil no quedarse con una sensación amarga pero está muy bien realizado.

Un susurro en la oscuridad de Louisa May Alcott, curioso thriller psicológico el que nos han traído desde Hermida de la creadora de Mujercitas, sobre todo por lo insospechado de los temas tratados en una época en que no eran tan habituales. La verdad es que se lee con mucho interés y, debido a su breve longitud, se termina en un momento.

Teoría King Kong de Virginie Despentes, sinceramente, esto es un BOOM mental desde la primera hasta la última página. Tales perspectivas se me escapaban totalmente y me sacan de mi intervalo de seguridad, de aquello que puedo esperar. Voy a escribir algo sobre ello, con mucho miedo, pero lo intentaré.

Departamento de especulaciones de Jenny Offill, lectura típicamente fragmentada que se lee sin apenas esfuerzo pero que pierde en la reflexión futura. Sobre todo por haber leído posteriormente a Adler, que utiliza la misma técnica con resultados mucho más satisfactorios.

El lector común de Virginia Woolf, me arriesgaré a decir que esta semana debería haber salido algo de ella en el blog. Los ensayos de Woolf son muy inteligentes y demuestran lo capaz que era en todo lo que propusiera.

E de Evidencia de Sue Grafton, no queda nada para que Grafton termine una de las series más longevas (el alfabeto del crimen) en el terreno policíaco (ya sale la X); y se vuelve a demostrar lo buena que es a la hora de caracterizar a Kinsey Milhone, comprendo que mucha gente pusiera bien esta novela pero, claro, habiendo leído novelas posteriores, se puede relativizar más el valor de esta entrega; lo mejor estaba por llegar pero ya quisieran muchos “maestros de la novela policíaca” hacer una novela tan buena como esta.

Papi de Rita Indiana, no hemos entrado con buen pie, hay algo que no iba en la lectura de este libro y que me horrorizó relacionado con su estilo. Aun así, soy paciente, este mes tengo programada otra para comprobar si mi impresión fue errónea. Más noticias en el futuro. 

Fuerzas especiales de Diamela Eltit, en cambio Eltit sí me convenció, me gustaría escribir algún comentario sobre esta oscura y triste novela.

Más allá hay monstruos de Margaret Millar, inexplicable (y desesperante) que no se lea más a la grandísima Millar; su talento viene expresado con esta novela en la que plantea una historia bastante poco habitual donde no hay detective, ni el típico perdedor; sin embargo es una trama muy negra que se convierte en algo regional, un pretexto para pintar lo más oscuro del sueño americano presente en esos típicos ranchos perdidos donde la ley impera de una manera muy diferente. Una gran novela con un ritmo distinto.

La virgen en el jardín de A.S. Byatt, haré comentario, hay que hacerlo, aunque solo sea para mí. Total, la leemos tres en España.

Oscuridad Total de Renata Adler, he hablado ya bastante sobre ella en el blog. Pinchad en el título para haceros una de lo que nos ofrece.

El show de Gary de Nell Leyshon, lo mismo ocurre con el nuevo libro de Leyshon, echadle un vistazo en el blog.

 

Los disidentes

El leñador de Michal Witkowski, el primero de los disidentes de este mes es una propuesta muy diferente a la hora de plantear una novela policíaca. El autor polaco nos plantea una trama que se aleja de cánones ya desde el punto de vista, muy cercano a la teoría queer. También pretendo escribir algo de él para Canino. 

El resplandor de Stephen King, una relectura que me va a ayudar para preparar la siguiente entrega de la Kingpedia en Canino. Muy satisfactoria esta primera etapa del King más clásico.

Los vengadores Costa Oeste: Reunión de Roger Stern y Mark Gruenwald, en su momento, la facción de la Costa Oeste de los vengadores me gustó bastante, buena parte del disfrute tenía que ver con que su jefe fuera Ojo de Halcón, uno de mis superhéroes favoritos junto a la resolutiva Pájaro Burlón y la inclusión de una alineación que se salía de lo corriente. Desde Panini están buscando recuperar las historias del gran grupo y este es el punto de partida, una historia en solitario de Ojo de Halcón. Es una buena ocasión para encontrar por fin reeditadas unas historias de sabor plenamente superheroico lejos de otras pretensiones.

Veintidós lecturas, de las cuales solo tres han sido disidentes y nueve autoras nuevas. Definitivamente, estoy cumpliendo las expectativas y, sobre todo disfrutando.

No me voy sin poneros la foto con las adquisiciones del mes de marzo

AdquisicionesMarzo

Os habréis dado cuenta que muchas de ellas ya las he leído (Una, Alcott, Offill…), otras están previstas en el futuro (Kyoka, Laing, Balló) y, por último, varias han pasado al año que viene (Flanagan, Fuentes).

Un abrazo y ¡Buenas Lecturas!

Gustav Mahler. Un piano Olvidado de Norma Sturniolo. Pasión por Mahler

MahlerGustav Mahler pasa por ser uno de los compositores del siglo XX que despiertan una mayor empatía en su escucha; su proyecto sinfónico es un prodigio desde su sinfonía Titán (la primera de ellas) hasta la épica-minimalista Sinfonía de los 1000 (la octava), y sus lieder son igualmente excepcionales. Es fácil escucharle y emocionarse al mismo tiempo, su obra evoluciona hacia la modernidad pero no se deja invadir por ella, hay jugueteo total pero siempre se mantiene las formas, de ahí su carácter popular.

Curiosa propuesta la que nos ofrece Cordelia en su sello de paladares al respecto de la figura de Mahler; la argentina Norma Sturniolo, escritora y profesora en Filosofía y Letras por la Universidad de Buenos Aires y en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, es la artífice de un ejercicio que mezcla diversas aproximaciones como ella misma comenta en su introducción:

“Este libro no es un ensayo ni una biografía. La escritura de lo que viene a continuación empezó como un juego o quizás tuvo que ver con un sentimiento de gratitud. El origen remoto está en la escucha de las composiciones de Gustav Mahler, en la posterior lectura de libros sobre la creación mahleriana y, principalmente, en la lectura apasionada de biografías sobre el compositor.

A partir de entonces, unas veces de forma voluntaria y otras, inesperadamente, he recordado muchos momentos de la vida del creador de La canción de la tierra así como algunas de sus afirmaciones rotundas.”

A medio camino del ensayo y de la biografía, Sturniolo pretende imaginar, desde la gratitud que tiene por la música de Mahler y todo lo que ha leído de él, y, al mismo tiempo, presentar hechos de su vida comprobados con otros que son simples especulaciones. Todo ello en conjunto, sin lugar a dudas, es el desarrollo  de su pasión por Mahler. Teniendo clara esta base podemos encontrar conclusiones obtenidas por la observación de los fenómenos que le han acontecido como es el caso del siguiente párrafo, donde se afirma su capacidad de trabajo y su lucha infatigable por unos valores  entre los que se encontraba el esfuerzo y la resistencia ante la desidia:

“El conocimiento de su biografía me conectó con la idea de lo heroico no asociado a heroicidad de los superhéroes provistos de poderes sobre naturales, sino con lo heroico humano. Lo que concierte a un hombre, a una mujer que, al enfrentarse a una tarea que parece imposible, no se dan por vencidos, no huyen ni escatiman ningún esfuerzo y, si experimentan la derrota, no se dejan vencer por el desánimo y siguen insistiendo hasta conseguir llevar a cabo su tarea.

Mahler luchó infatigablemente por hacer realidad sus ideales en una sociedad donde muchos se oponían a sus innovaciones como compositor y como director. Es admirable su firmeza frente a la resistencia de quienes se amparaban en la comodidad de la rutina, de la desidia o la intriga.

Nunca dejó de combatir la pereza ni atenuó sus críticas hacia la negligencia.”

El siguiente, en cambio, es un ejemplo claro de lo que comentaba inicialmente, utiliza un hecho para, a continuación, especular (“He querido imaginar…) sobre el posible momento en que descubrió la historia de los hermanos Grimm:

“Mahler empezó a componer la música y el texto de la cantata llamada La canción del lamento (Das Klagende lied) a los dieciocho años, en 1878. Se basó en diversas fuentes, una de las cuales es Der Singende Knochen (El hueso cantor) de los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm. Leí el texto de Mahler traducido al español por José Luis Pérez de Arteaga primero, en un programa de mano y luego, en el libro de Pérez de Arteaga sobre Mahler y me sorprendió la belleza del mismo. No sabemos cuándo escuchó por primera vez esas narraciones ni cómo tomó contacto con esas fuentes. He querido imaginar a un Mahler niño, rodeado de otros niños, escuchando por primera vez el cuento de los Grimm de boca de Nanny, la niñera de la familia de su amigo Theodor y también imaginé su reacción desolada. Asimismo, reelaboré una versión del cuento de los hermanos  Grimm, que coincide en lo fundamental y difiere en algunos motivos con el texto de la cantata de Mahler.”

La escritora tiene muy claro cuál es el final de este pequeño libro y da la impresión de organizar sus imaginaciones para llegar a ese fin, lo volvemos a ver en el siguiente momento en el que su hipotética huida de una discusión de sus padres le sirve a la autora para presentar esa unión entre esperanza y tragedia:

“Quince años después, Sigmund Freud se refirió a la conversación que mantuvo con el compositor en una carta dirigida a la psicoanalista Marie Bonaparte. Entre otras cosas, contó en esa carta que en el transcurso de la conversación, Mahler aseguró haber entendido por qué su música nunca había podido alcanzar la perfección en los pasajes nobles, los inspirados por las más profundas emociones, sino que quedaban frustrados por la intrusión de alguna melodía banal. La explicación la encontró en un hecho vivido en la infancia, cuando se produjo una escena violenta entre sus padres, tan insoportable para él que decidió marcharse de casa. En su huida, oyó una alegre música de organillo de una canción vienesa popular, Ach Du lieber Agustin. Mahler consideró que la conjunción de la tragedia y la diversión estuvieron, a partir de entonces, unidas en su mente, de modo que un estado de ánimo lleva inevitablemente al otro.

Me gustó imaginar que la huida angustiosa de casa de los padres, después de ciertas vacilaciones, acababa desembocando en un momento esperanzador relacionado con la potencia creativa del compositor.”

De ahí que escoja un período muy corto de su vida, el de la infancia, como originador de lo que habría de ser la verdadera personalidad y el leitmotiv con el que regiría su vida; encontrar un piano olvidado en el desván de su abuelo parece un recurso conveniente para demostrar su pasión por la música desde que era pequeño:

“Después de un largo recorrido, ¡encontró el tesoro!: Descubrió un viejo piano en el desván.

¡Un piano!¡Eso sí que era un tesoro para alguien que amaba la música!

Se puso de puntillas. Levantó los brazos por encima de su cabeza hasta que consiguió que sus manos se posaran en el teclado y arrancaran sonidos de aquel piano olvidado.

Los familiares y amigos, que seguían en la planta baja sentados alrededor de la gran mesa, elevaron sus ojos hacia el techo.

-¡No puede ser! –exclamó el abuelo. ¡El piano, el piano! –y no dijo nada más.

[…]

Cuando llegaron al desván vieron a Gustav, de puntillas esforzándose en tocar el desafinado piano.

[…]

El abuelo estaba perplejo. Finalmente reaccionó, subió las escaleras y cuando estuvo junto a su nieto, le preguntó si le gustaría tener ese piano en su casa. La respuesta afirmativa del niño no se hizo esperar.”

En su parte final encontramos una frase atribuida al compositor y director que supone el fin al que toda la narración se dirige; supone la justificación de la utilización de la música como elemento aglutinador de todos los contrastes que encontró Mahler en una vida llena de dicotomías:

“Convertiré el dolor en música, y no sólo el dolor. Crearé un mundo musical en el que todo tenga cabida, la noche y el día, la luz y la oscuridad, la risa y el llanto, el helado invierno y la alegre primavera, el ardiente verano y el melancólico otoño, el amanecer, el crepúsculo. La alegría y el sufrimiento se convertirán en música.”

La música lo ayudaría a integrar ese mundo de violentos contrastes.”

Indudablemente el texto es consistente en cuanto a lo que nos dirige y busca la empatía del lector que se quedará con un buen sabor de boca por su lirismo; otra cosa es que el camino escogido para llegar a ello sea tan deliberadamente previsto, se queda a medias de todos los géneros sin llegar a mostrar todas las posibilidades del ensayo o de la biografía; además, desgraciadamente, resulta muy limitado centrarse en un período tan escaso de tiempo, ¿acaso el resto de su vida, la pubertad por ejemplo, no sirvió para configurar su carácter igualmente?, ¿sólo la infancia es reseñable para esta formación de vida?

Aun con las limitaciones comentadas, el breve texto se lee con gusto y nos muestra facetas interesantes. Es una lectura aconsejable si te interesa la música y, en especial, Mahler.