Verano 2022: 20 propuestas librescas

La lista de verano es (junto con la de Halloween) mi selección favorita por diferentes motivos: en primer lugar porque la traigo toda leída y me resulta muy cómodo presentarla; en segundo lugar porque a mí, particularmente, el verano me trae ganas de leer literatura de género: sobre todo noir y terror, con algo de ciencia ficción y fantasía en menor medida. De ahí que los libros que pongo en ella son aquellos que he disfrutado más y más me ha apetecido leer.

Teniendo todo esto en cuenta espero que os guste la selección que he preparado en esta ocasión. Además, es la última hasta Halloween, este año me voy de vacaciones en septiembre y no voy a tener tiempo de preparar una lista para la rentrée. Eso sí, prometo que tocará lista de terror bien cargadita como viene siendo habitual últimamente. Allá van las veinte propuestas.

Tú serás mi muerte de Karen M. McManus (Alfaguara), ha sido casualidad pero pocos libros ejemplifican más claramente el espíritu de esta lista como como el quinto libro de la autora y, probablemente, el mejor hasta la fecha. Y no porque los otros hayan resultado precisamente malos, muy al contrario. En esta ocasión la autora, como bien decía mi librero, Jónatan, no se olvida de que sus protagonistas sean jóvenes pero se convierte en algo colateral a la historia, centrándose mucho más en la trama. Una trama que evoluciona y se sale de los caminos transitados en sus anteriores libros para plantear un tour de force para los tres protagonistas principales que se desarrolla en una curiosa unidad temporal de un día en la mayoría de su extensión. Esto da como resultado un mayor uso del cliffhanger final por capítulo y que sea, increíblemente, aún más adictivo, sin aliente para ellos y para el lector. Una lectura estupendísima ideal para la piscina o la playa (y la montaña, claro). Traducción: Victoria Simó


Concierto en Sol Menor de Laura S. Maquilón (Crononauta), qué bonito es ver que una editorial tan chula como Crononauta se va expandiendo y cada vez saca más títulos, no sólo están sacando un Matreon con relatos mensuales simplemente excepcionales, sino que este año se han lanzado a sacar hasta 5 títulos, lo cuál es un logro fabuloso para una editorial pequeña pero que trata todo con mucho mimo. Me gusta por muchos motivos su selección de libros: sobre todo por su eclecticismo en autoras y escritores no binaries, nacionalidades, temáticas. Hay que estar siempre dispuesto a ser sorprendido, elles ya se encargan de que disfrutes si tienes la mente abierta. Concierto en Sol Menor es su propuesta para el día del libro y yo lo pongo para el verano porque esta space opera de Laura S. Maquilón es una propuesta estupenda y que deja muy buen sabor de boca (y eso que este no es uno de mis géneros favoritos precisamente) porque es imposible no empatizar con la historia de Xenia y Dak-Ho, sus dos protagonistas principales, una historia sobre la tolerancia y la búsqueda de identidad.


Ustedes brillan en lo oscuro de Liliana Colanzi (Páginas de Espuma), desde luego que el verano es especialmente pródigo para los relatos, máxime cuando se trata de una recopilación tan “brillante” como esta de la boliviana Liliana Colanzi. La autora indaga de manera muy ingeniosa a lo largo de sus apenas 120 páginas a lo largo del tiempo y el espacio, dislocando sus posibilidades y presentando un alegato ecológico sobre las consecuencias de la radiación nuclear en un pequeño pueblo. Se lee en apenas un suspiro pero el poso de lo que queda es muy poderoso y está escrito de la manera muy poética, sin abusar de lo lírico.


Entremedias de Tananarive Due (La biblioteca de Carfax), qué verdadera maravilla es poder ver de nuevo publicada Tananarive Due por estos lares. Entre otras cosas porque tiene una carrera ya muy extensa a sus espaldas centrándose en la ciencia ficción y el terror y este libro resulta un verdadero compendio de ambos temas. Ahora que está tan de moda el concepto de multiverso, podemos disfrutar de uno escrito en 1995, hace ya unos cuantos años. Lo mejor de todo es que, utilizando como base la ciencia ficción, construye un relato que profundiza en las desigualdades raciales mostrando al mismo tiempo un relato inequívocamente terrorífico por una incertidumbre que no se resuelve hasta las últimas páginas. Un prodigio narrativo tremendamente bien escrito y desasosegante como pocos. Espero que esto sea solo el comienzo y nos puedan traer más relatos de la autora en el futuro. Traducción: María Pérez de San Román

La escuela de canto de Nell Leyshon (Sexto Piso), Del color de la leche fue la inmejorable puerta de entrada de la británica en nuestro país (gracias a Sexto Piso). Puede que La escuela de canto me recuerde poderosamente a la misma estrategia y estructura que la autora siguió en aquel libro, también puede ser que la temática (relacionada con la música en el siglo XVI y con la imposibilidad de la mujer para acceder a su enseñanza) me haya llamado más personalmente. Lo que está claro es que la autora hace un esfuerzo por replicar cómo sería la forma de hablar de una niña pequeña sin estudios y construye a partir de ahí una narración que se caracteriza por una serie de penurias por las que pasa la protagonista y su resistencia ante esta situación por cumplir un sueño y eso, ciertamente, conmueve y hace que el lector empatice con ella, lo mejor de todo es que el final no es tan agridulce como su novela más famosa y casi se agradece. Traducción: Mariano Peyrou


Soy una tonta por quererte de Camila Sosa Villada (Tusquets), he llegado más tarde de lo que debería a Las malas de la autora argentina, y gracias a que mi librero siempre me recomienda libros cuando menos me lo espero (y suele acertar). No utilizaré el refrán típico para reflejar la situación. Lo bueno es que he podido leer los dos títulos seguidos y, aunque este último es una recopilación de relatos, sigue los temas desarrollados en el excepcional primer título aunque centrándose más en la ficción y, nuevamente, valen muchísimo la pena. Estos libros me sirven para aprender y me han abierto mucho la mente a otras realidades. Y, madre mía, qué bien escribe, qué bien lo expresa todo y qué poéticamente doloroso es cada relato.

Bajo la dura luz de Daniel Woodrell (Sajalín Editores), la de autores que me ha descubierto Sajalín gracias a su sello Al margen (Bunker, Willeford, Thornburg, Lewis, Ross….), es toda una forma de dar sentido a un catálogo, como ellos mismos dicen en su web: “Literatura del arroyo. Novelas pobladas de criminales, adictos y perdedores, salpicadas de sangre y que transpiran sudor y humo de cigarrillo.” A Woodrell ya lo había publicado Alba pero, en mi caso particular lo he descubierto por ellos. Bajo la dura luz es la primera parte de la Trilogía de los pantanos, el debut del autor en 1986, antes del éxito con Los huesos del invierno, y narra las vicisitudes del investigador René Shade, un ex boxeador y detective en una ciudad de Lousiana. Es un gran comienzo, en el que establece las reglas que seguirá, en los próximos títulos y es un noir muy seco y hardboiled, otro título ejemplar y perfecto para la colección. Traducción: Diego de los Santos

Flores Particulares de Nora Eckert (Tránsito), ya dije en mi anterior lista (la del día del libro) que iba a intentar hacer justicia con el trabajo de Tránsito y, sinceramente, es una de mis editoriales de cabecera en estos momentos, no es difícil encontrar libros que sean interesantes para que aparezcan por aquí; de hecho tengo que decidir cuál poner. En esta ocasión se ha ganado la posición en mi lista este relato de la periodista y crítica cultural alemana Nora Eckert, sobre todo porque no se limita a hablar de su transición de hombre a mujer sino que, además lo liga irremediablemente a su experiencia vital y, sobre todo, cultural, en Alemania. Son unas memorias distintas, que quizá no se centran tanto en las dificultades sino en lo que saca de positivo de cada etapa y siempre se referencian a hechos relacionados con la cultura, lo que hace que sean muy enriquecedoras. Un gran libro en el ya magnífico (y variado) catálogo de la editorial. Traducción: Virginia Maza

Susurros en la oscuridad de Laurel Hightower (Dilatando Mentes), este libro es ideal para la época veraniega, es exactamente en lo que pienso cuando hago la lista para este período; entre otras cosas porque tenemos un thriller con mucha acción, elementos sobrenaturales y momentos inquietantes y terroríficos que aderezan la historia. Hightower sabe exactamente cómo ir avanzando la historia, usando adecuadamente los “cliffhanger” para obligar al lector a seguir con la historia a cualquier precio. Qué acierto traer a esta autora por aquí. Traducción: Jose Ángel de Dios

Heartbreak Hotel de Katherine Vega (Dimensiones ocultas), con mi acercamiento actual al terror, es lógico que lea todas las editoriales dedicadas al género, y tal es el caso de Dimensiones Ocultas que están montando un catálogo que se complementa a la perfección con las propuestas que están sacando desde Carfax, Dilatando Mentes y otras. Estaba buscando un título que se adecuara a la lista de verano (no demasiado gore…jaja) y este título cumple todos los requisitos: ciencia ficción distópica con toques de terror y, además, autora española. La idea de partida es fantástica: una Inglaterra post brexit con un hotel que ofrece experiencias con clones de famosos. Lo mejor de todo es que la idea está muy bien desarrollada además de ofrecernos alguna imagen imborrable (sólo diré LADY DI)  y con una crítica subyacente a una sociedad capitalista que bien podría ser la nuestra. Un grandísimo libro.

Abrazando la revolución de Varias Autoras (Crononauta), no me suele gustar repetir editoriales en mis listas pero a veces hago algunas excepciones cuando se dan las características necesarias. El catálogo de Crononauta se expande este año para alcanzar los cinco títulos y el título escogido para completarlo es, por fin, una recopilación de relatos de su primer año de Matreon y lo único que puedo decir es que es una auténtica maravilla, relatos de fantasía, ciencia ficción, terror de autoras y autores no binaries que han supuesto, en mi caso particular un antes y un después en mi camino como lector. Aquí no hay dudas sobre si recomendarlo, es un MUST. Qué ganas de releerlos y disfrutarlos una vez más. Traducción: Carla Bataller Estruch

Verdadero Creyente. Auge y caída de Stan Lee de Abraham Riesman (Es Pop Ediciones), hacía tiempo que no ponía un título de la magnífica editorial de Óscar Palmer pero vuelve por todo lo alto a las listas del verano. Para todos los fans de los cómics de Marvel leer una biografía completa con todos los matices de Stan “The man” Lee es un acontecimiento a tener en cuenta, uno de esos ensayos lúdicos que recomiendo sin dudar aun siendo el único libro que no he leído de esta lista (no había salido todavía cuando la terminé). Traducción: José María Méndez

Aquí vivió Nefertiti de Mary Chubb (Alba – Rara Avis), no pocas alegrías me ha dado el sello Rara Avis de Alba, una colección que ha escogido como identidad recuperar obras que no son consideradas clásicas y, sin embargo, son verdaderas maravillas de la literatura del siglo XX y anteriores. En Aquí vivió Nefertiti tenemos una crónica por partida doble (tanto de cómo era un campamento arqueológico en 1930 como de una parte de la historia egipcia) a partir de una persona, Mary Chubb, que partía como una total ignorante de ambos temas. Es fabuloso asistir como lectores a la conversión de la autora en verdadero amor arqueológico y egiptólogo y todo ello realizado con pródigos detalles (muy líricos incluso) y buen humor. Es un libro ideal para tener una lectura detallada y no tan rápida pero convenientemente veraniega. Traducción: José C. Vales

La pequeña Eve de Catriona Ward (Lee Runas), recomendé mucho y con pasión el anterior libro de la autora que publicó la misma editorial (La casa al final de Needless street), un gran libro por otra parte, pero siempre teniendo en mente que quería que se publicara su anterior obra (Little Eve); afortunadamente, tuvo el suficiente éxito para verlo aquí por fin y la espera ha valido mucho la pena. Pensaba dejarlo para la lista de Halloween de este año pero, teniendo en cuenta que tengo mucho donde elegir, al final lo he adelantado a la lista de verano. Y eso que lo propone la autora, estando encuadrado en el terror, es una propuesta bastante más exigente de lo habitual, el libro requiere un pequeño desafío ya que Ward juega de una manera decisiva con el lenguaje a la hora de transmitir el lenguaje tan diferente que se usa en el culto/secta en el que están encerrados los habitantes de la isla, requiere atención y puede dar la sensación de lentitud pero estoy seguro que esa era su intención sobre todo cuando se compara con los tiempos presentes. Esta forma de expresarlo, además de la ambientación, logradísima, transmite una sensación de incertidumbre al lector, además de jugar nuevamente con la fiabilidad de los narradores. De esta manera, el final puede resultar tan sorprendente como es. Es un libro excepcional en todos los sentidos y será una de mis lecturas del año sin lugar a dudas. Mejor disfrutarlo en esta época que tenemos más tiempo libre. Traducción: Cristina Macía

El peor escenario posible de Alejandro Morellón (Fulgencio Pimentel), no me sorprende nada que, de nuevo, Alejandro Morellón se vuelva a llevar un premio por una antología de cuentos; en esta ocasión el premio Aldecoa (uno que lleva ya mucho tiempo…), y posiblemente, en mi opinión, estamos ante su obra más completa. Cada frase, cada palabra… cada punto y cada coma está perfectamente enclavado en la historia. Historias cinceladas con una perfección formal no exentas de un fondo abrumador, que desde luego puede ser pesimista pero no deja de ser un reflejo de una realidad que nos abruma. No se restringe a lo realista, más bien las fronteras de lo realista-ficcional se difuminan, todo ello para conseguir historias sólidas y cercanas. ¿Cómo consigue Morellón esta excelencia? Creo, sinceramente, que hay que tener una sensibilidad poética especial para elaborar estos cuentos, y él la tiene. Ojalá lo descubra más gente, llevo años recomendando todo lo que saca y nunca decepciona.

Dos veces en el mismo río de Chris Offutt (Malas Tierras), no deja de ser curiosa la forma en que se está publicando a Offutt en España, la ficción parece reservada para Sajalín, mientras que lo biográfico-no ficción es una labor de Malas tierras pero con un orden peculiar, ya que su tríptico de memorias empezó con el tercer volumen y ahora llega este primer volumen: Dos veces en el mismo río, bienvenido sea ya que es la mejor forma de acercarse a sus memorias; una vez iniciados los 19 años del autor y con dos historias paralelas, las de esa edad y quince años después con su mujer Rita, a punto de tener un hijo. El contraste entre las dos líneas temporales enriquece y ayuda a discernir cómo fue la vida del autor además de presentar las peculiaridades de toda una región geográfica, a veces tan diferente del resto de Estados Unidos. Traducción: Cé Santiago

El Señor de los Djinn de P. Djèlí Clark (Duermevela), bueno, este libro tampoco lo habré leído a la salida de la lista, entre otras cosas porque sale el 15 de julio y no quiero que la lista salga tan tarde para que sea útil para alguien. Además, aquí tampoco tengo mucho miedo porque parto sobre material seguro tras haber leído el primer libro que sacó esta misma editorial (La maldición del tranvía 015). Djinn, dioses sepultados, ángeles y autómatas, asesinatos y teniendo como protagonista a la agente del Ministerio de Alquimia, Encantamientos y Entidades Sobrenaturales Fatma el-Sha’arawi es sencillamente irresistible. Y además, la editorial ha optado por incluir en este volumen el primer relato ambientado en ese universo, Muerte de un djinn en El Cairo. Vaya planazo, es uno de los libros que espero con más ganas. Traducción: Rebeca Cardeñoso

El rastro del rayo de Rebecca Roanhoarse (Red Key Books), parece mentira que este libro no hubiera pisado España todavía, sobre todo por la repercusión que tuvo a nivel de premios pero, anyway, nunca es tarde si la dicha es buena y este libro es una bomba, con un ritmo de lectura muy alto y tremendamente adictivo y con una escritora que, como Stephen Graham-Jones utiliza iconografía y motivos raciales para construir una distopía en la que su protagonista se convierte en una asesina cuando sus tótem entran en control; hay monstruos, dioses y criaturas de pesadilla pero los elementos anteriores sirven para construir la identidad de los personajes y avanzar la historia. Siendo la primera parte, sólo espero que haya suerte y podamos ver la segunda. El libro es un thriller de ciencia ficción colosal, una de esas lecturas perfectas para la época estival. Traducción: Raúl García Campos

El hombre en la cola de Josephine Tey (Hoja de lata), tiene gracia lo que ha pasado con Josephine Tey en España, repasando mis fotos de los últimos veranos nunca he faltado a la cita veraniega propuesta por Hoja de lata, siempre recuperan un título de la autora en estas fechas y es una rutina que va más allá de lo refrescante gracias al talento que atesora. En esta ocasión estamos ante el primer caso de su detective Alan Grant y probablemente no será su obra más paradigmática pero no faltará entretenimiento, una buena resolución y un poco de humor británico. Ideal siempre para el verano.  Traducción: Pablo González-Nuevo

Masie Dobbs. Una detective con intuición de Jacqueline Winspear (Maeva), parece que Agatha raisin ha re-abierto un camino que, sinceramente, no se estaba explotando demasiado últimamente y que siempre tiene su público (ya van 4 libros de Beaton). Maisie Dobbs es otro cozy crime pero su protagonista no es una entrometida (con todo su encanto), más bien es una detective joven con una marcada influencia de su mentor y una forma de ver las cosas muy seria en comparación con la querida Agatha. Lo mejor es que el caso empieza con algo prototípico y luego las redes se van expandiendo para configurar una historia más compleja sin abandonar su ambición. Una gran novela de la que parece que pueden llegar más entregas en poco tiempo. Vale la pena probarla. Traducción: Fernando Mateo

Y con esto llego al final, veinte títulos entre las que seguro que encontráis una buena opción de lectura. Variedad no falta, en temáticas, en escritores/as, en estilos, en países… y, sobre todo, destinadas a que paséis un buen rato.  ¡A disfrutar!

Tan poca vida e Instrumental. ¿Caminos paralelos?

9788416290437Más de uno ha quedado sorprendido con el éxito de Instrumental del artista James Rhodes; al principio nada presagiaba el éxito de ventas actual; el que se haya convertido en un long seller que funciona, precisamente, por la recomendación de unos lectores a otros. Es el tipo de libro que le encanta a las editoriales, ya que les ayuda a tener un margen y sacar otras cosas, sobre todo en el caso de las editoriales independientes. Todas las que aguantan suelen tener un libro de esta categoría, que se lo digan a Sexto piso (Del color de la leche) o a Impedimenta (La hija de Robert Poste), Blackie Books no puede negar que el fenómeno Rhodes le está dando muchas alegrías. 

El libro, por si alguien no sabe de qué va, es, resumiendo, un relato autobiográfico del concertista; relata con bastante crudeza los abusos que sufrió siendo un niño y cómo la música clásica le sirvió para superar este estigma, de hecho habla concretamente de ciertas piezas musicales al comienzo de cada capítulo y las liga a momentos concretos de su vida. Fenómenos de este estilo suelen resultar inexplicables para la crítica y es curioso ver surgir artículos que intentan dar algún tipo de lógica. 

Dentro de ellos, es muy interesante este de Santiago Gerchunoff  en El Español titulado “La aristocracia del dolor”, donde establece una teoría ciertamente curiosa y que quizá no está muy alejada de lo que sienten sus seguidores, en sus palabras: “pero mi sospecha es que lo que hace que la gente esté embelesada con Rhodes (fue contratado incluso como concertista en el ciclo “los veranos de la villa” por el Ayuntamiento de Madrid), no es su talento como pianista clásico sino su condición de ex niño violado.”

Como crítico operístico y de música clásica no he hecho el esfuerzo de escucharlo todavía, no puedo hablar de si tiene talento o no pero  el libro hay que reconocer que funciona en el ámbito que establece: toda su fuerza se desencadena en la empatía que despierta en el lector. Los hechos que relata son tan dolorosos que es inevitable que despierten los sentimientos de los que lo leen no sólo por solidaridad sino como cierta catarsis: leer sufrimientos ajenos sirve para relativizar los nuestros. Además, estoy bastante de acuerdo con el autor del artículo en que la utilización de la música clásica como elemento de superación desmitifica su (posible) dificultad (la mayoría de la gente considera que es muy culto escuchar música clásica y que alguien les haga ver su valor terapéutico de una manera tan pasional se convierte en un éxito asegurado).

tan-poca-vidaEl pasado día 15 de septiembre salió a la venta la novela Tan poca vida de la escritora Hanya Yanagihara, salvando las distancias, ya que esta última es totalmente ficcional y no hay ninguna conexión con la música como elemento salvífico, encuentro una comparación interesante que podría llevarla por un camino paralelo a la de Rhodes; siendo la del músico lo más cercano a un relato confesional, la multipremiada novela de Yanagihara emula parte de las temáticas de este tipo de novelas, centrándose igualmente en el dolor como elemento conductor a lo largo de sus más de mil páginas.

La novela nos presenta el relato generacional de cuatro amistades masculinas, enfocándose sobre todo en uno de ellos, Jude, del que se va descubriendo todo lo que ha sufrido en el pasado y cómo ese sufrimiento supedita su presente y futuro. La escritora es capaz de relatar una barbaridad detrás de otra de las que va pasando el protagonista, parece mentira ser capaz de aguantar tanto dolor leyendo un libro. Todo un catálogo de atrocidades que nos llevan al uso del dolor empáticamente y como elemento catártico, como ocurría con el de James Rhodes, lo que leemos, tantos abusos, relativizan muchos de nuestros sufrimientos y de ahí que se pueda leer hasta el final a pesar de estar pasándolo tan mal. Buena parte de culpa llegar a terminarlo tiene que ver, sin embargo, con Willen, su mejor amigo y novio, verdadero elemento aglutinador en medio de todo ese masoquismo;  pero de esto, el lector no se da cuenta hasta el final. Después quedan pocas esperanzas ya que el relato no ofrece redención de ningún tipo, brilla por un nihilismo feroz en el que la vida supera a aquellos que la están viviendo. Esa es la mayor diferencia con Instrumental, y su mayor hándicap, no ofrece consuelo.

Está por ver si un libro de estas características podrá conseguir el mismo éxito que el otro, la editorial está apostando fuerte por él aunque, por ahora, no esté despuntando demasiado en las listas de ventas. ¿Demasiado dolor? Solo el tiempo nos lo dirá.

Resumen Marzo 2016. Velocidad de crucero

A nivel de lectura marzo fue de lujo, de hecho este ritmo ha hecho que comience abril con nuevos retos y más lecturas, a un ritmo muy alto de lectura propiciado especialmente por alternar una buena mezcla, heterogénea, con alternancia de géneros y, sobre todo, con mis queridas escritoras y algún infiltrado masculino; de todos modos, de las 22 lecturas que realicé, solo tres fueron hombres, estoy cumpliendo y no es fácil, ya veréis el próximo mes. Pero mientras, no demoro el resumen de lecturas de Marzo 

Llamada perdida de Gabriela Wiener, definitivamente se ha asentado en mi lista habitual de lecturas, gracias a esta joya que editó Malpaso el año pasado donde demuestra como la confesionalidad es solo un factor más que se añade a un estilo inigualable para realizarlo. Tengo pensado en breve escribir algo sobre ella. 

Laberinto del alma de Ana Llenas, una verdadera curiosidad este libro infantil que la autora utiliza para describir, en cada página, con la ayuda de una ilustración, un montón de sentimientos de forma que un niño pueda entenderlos. Un buen esfuerzo para un libro bastante vistoso.

Gustav Mahler. Un piano olvidado de Norma Sturniolo, me extendí ya en profundidad sobre él en la reseña que tenéis pulsando el título. Podría haber sido mucho mejor. 

Ms Marvel 2: Generación ¿Por qué? de Willow G. Wilson, segunda recopilación de números de la colección (los que comprenden del 8 al 15) con la participación de los mismos culpables, vuelven a repetirse los sellos de identidad que tan bien ejecutan su guionista Willow G. Wilson y el dibujante Adrian Alphona. Lo bueno es que, además, se esfuerzan en dotarla de presencia en el universo marvel gracias a la introducción de Mandíbulas, el conocido perro inhumano y de presentarnos un San Valentín distinto con la afortunada presencia de Loki. Lo que puede parecer fuera de lugar, en sus manos se vuelve un pretexto más para evolucionar el personaje y volver a enseñar historias donde, más allá de hallar reflexiones sobre raza o género, nos encontramos, además, con buenas historias y, además muy entretenidas.

Los últimos días de Ms Marvel de Willow G. Wilson, el comentario anterior me podría valer para este;, gran esfuerzo, y muy meditado para integrarla en el último macroevento , un cruce con “Secret Wars” que además  confronta por primera vez a nuestra encantadora Kamala con su admirada Ms Marvel. Sencillamente, disfruto leyendo esta colección, ofrece muchas cosas y siempre me resulta diferente.

Lecturas no obligatorias: Prosas de Wislawa Szymborska, esta misma semana quiero poner un comentario sobre  ella. Otra de esas autoras que pasan a engrosar mi lista habitual de lecturas.

De la enfermedad de Virginia Woolf, uno de esos pequeños ensayos tan bien hilados de la autora y que, por lo menos citaré en un próximo post en relación a otros ensayos suyos.

Una entre muchas de Una, la he comentado en algún otro sitio siempre recomendándola, esta historia realizada por la enigmática Una, tiene la habilidad de mezclar autobiografía, un relato policíaco de un asesino en serie y los propios datos, dolorosos, sobre la violencia de género; y lo hace de manera amena gracias a su habilidad narrativa y a un dibujo de composiciones diversas que promete emociones cada vez que pasas la página. Es difícil no quedarse con una sensación amarga pero está muy bien realizado.

Un susurro en la oscuridad de Louisa May Alcott, curioso thriller psicológico el que nos han traído desde Hermida de la creadora de Mujercitas, sobre todo por lo insospechado de los temas tratados en una época en que no eran tan habituales. La verdad es que se lee con mucho interés y, debido a su breve longitud, se termina en un momento.

Teoría King Kong de Virginie Despentes, sinceramente, esto es un BOOM mental desde la primera hasta la última página. Tales perspectivas se me escapaban totalmente y me sacan de mi intervalo de seguridad, de aquello que puedo esperar. Voy a escribir algo sobre ello, con mucho miedo, pero lo intentaré.

Departamento de especulaciones de Jenny Offill, lectura típicamente fragmentada que se lee sin apenas esfuerzo pero que pierde en la reflexión futura. Sobre todo por haber leído posteriormente a Adler, que utiliza la misma técnica con resultados mucho más satisfactorios.

El lector común de Virginia Woolf, me arriesgaré a decir que esta semana debería haber salido algo de ella en el blog. Los ensayos de Woolf son muy inteligentes y demuestran lo capaz que era en todo lo que propusiera.

E de Evidencia de Sue Grafton, no queda nada para que Grafton termine una de las series más longevas (el alfabeto del crimen) en el terreno policíaco (ya sale la X); y se vuelve a demostrar lo buena que es a la hora de caracterizar a Kinsey Milhone, comprendo que mucha gente pusiera bien esta novela pero, claro, habiendo leído novelas posteriores, se puede relativizar más el valor de esta entrega; lo mejor estaba por llegar pero ya quisieran muchos “maestros de la novela policíaca” hacer una novela tan buena como esta.

Papi de Rita Indiana, no hemos entrado con buen pie, hay algo que no iba en la lectura de este libro y que me horrorizó relacionado con su estilo. Aun así, soy paciente, este mes tengo programada otra para comprobar si mi impresión fue errónea. Más noticias en el futuro. 

Fuerzas especiales de Diamela Eltit, en cambio Eltit sí me convenció, me gustaría escribir algún comentario sobre esta oscura y triste novela.

Más allá hay monstruos de Margaret Millar, inexplicable (y desesperante) que no se lea más a la grandísima Millar; su talento viene expresado con esta novela en la que plantea una historia bastante poco habitual donde no hay detective, ni el típico perdedor; sin embargo es una trama muy negra que se convierte en algo regional, un pretexto para pintar lo más oscuro del sueño americano presente en esos típicos ranchos perdidos donde la ley impera de una manera muy diferente. Una gran novela con un ritmo distinto.

La virgen en el jardín de A.S. Byatt, haré comentario, hay que hacerlo, aunque solo sea para mí. Total, la leemos tres en España.

Oscuridad Total de Renata Adler, he hablado ya bastante sobre ella en el blog. Pinchad en el título para haceros una de lo que nos ofrece.

El show de Gary de Nell Leyshon, lo mismo ocurre con el nuevo libro de Leyshon, echadle un vistazo en el blog.

 

Los disidentes

El leñador de Michal Witkowski, el primero de los disidentes de este mes es una propuesta muy diferente a la hora de plantear una novela policíaca. El autor polaco nos plantea una trama que se aleja de cánones ya desde el punto de vista, muy cercano a la teoría queer. También pretendo escribir algo de él para Canino. 

El resplandor de Stephen King, una relectura que me va a ayudar para preparar la siguiente entrega de la Kingpedia en Canino. Muy satisfactoria esta primera etapa del King más clásico.

Los vengadores Costa Oeste: Reunión de Roger Stern y Mark Gruenwald, en su momento, la facción de la Costa Oeste de los vengadores me gustó bastante, buena parte del disfrute tenía que ver con que su jefe fuera Ojo de Halcón, uno de mis superhéroes favoritos junto a la resolutiva Pájaro Burlón y la inclusión de una alineación que se salía de lo corriente. Desde Panini están buscando recuperar las historias del gran grupo y este es el punto de partida, una historia en solitario de Ojo de Halcón. Es una buena ocasión para encontrar por fin reeditadas unas historias de sabor plenamente superheroico lejos de otras pretensiones.

Veintidós lecturas, de las cuales solo tres han sido disidentes y nueve autoras nuevas. Definitivamente, estoy cumpliendo las expectativas y, sobre todo disfrutando.

No me voy sin poneros la foto con las adquisiciones del mes de marzo

AdquisicionesMarzo

Os habréis dado cuenta que muchas de ellas ya las he leído (Una, Alcott, Offill…), otras están previstas en el futuro (Kyoka, Laing, Balló) y, por último, varias han pasado al año que viene (Flanagan, Fuentes).

Un abrazo y ¡Buenas Lecturas!

El show de Gary de Nell Leyshon. La magia de un protagonista irresistible

Portada_Gary_Alta-195x300Después de leer las primeras páginas de El show de Gary olvidas los prejuicios iniciales y constatas que la autora Nell Leyshon no ha querido repetir el tipo de historia que creó con su exitazo Del color de la leche (2013),  la primera obra de Nell Leyshon que publicó Sexto Piso; y esto, sinceramente, es un alivio, no porque estuviera mal la primera, sino porque es bastante típico repetir fórmulas hasta la saciedad si han funcionado alguna vez (que se lo digan a Zafón) con resultados normalmente inferiores.

En su anterior libro la autora optaba por una narración en primera persona de una historia ambientada en el siglo XIX donde una mujer era la protagonista y tenía un objetivo muy claro centrado en la lucha contra un patriarcado tan acusado como el que había en dicha época, era muy característico el estilo que escogió cercano al de las últimas obras de Cormac McCarthy; sin embargo en El show de Gary (a mí me gustaba el nombre inicial Memorias de un carterista) nos encontramos con una narración contemporánea donde el protagonista es Gary, una persona de moral bastante dudosa que afronta un relato típico de formación-caída a los infiernos-redención. No es el fuerte de esta novela la historia, normalmente muy previsible, sino la personalidad, rebosante de carisma, de su narrador. Parte del éxito a la hora de configurar este personaje viene dado por el estilo que escoge la autora: el narrador interpela a lector y se dirige frecuentemente a él para referirse a los hechos que considere necesario resaltar. Ya podemos verlo desde el principio, esta introducción funciona a la perfección para meternos en el libro como si estuviéramos empezando a visualizar un show televisivo (o de otro tipo), también podemos detectar en la forma de hablar una familiaridad y un lenguaje que lo baja a nivel de la gente que está en la calle, haciéndolo aún más cercano:

“Allá vamos, pasen y vean. Por aquí, eso es. Toma asiento. Coge el libro. ¿Todo bien? ¿Estás cómodo? Estupendo. Pues que empiece el show de Gary.

Tenemos mucho que hacer; muchas pruebas, digamos, por examinar. Pero prefiero no empezar por el principio porque llevaría mucho tiempo conocerme. Vayamos con una escena de los años chungos, así podrás hacerte una idea de cómo fui en otros tiempos.”

En la primera parte de la narración asistimos al habitual relato de formación en el que se pondera el instinto por encima de otros factores que quizá consideraríamos más habituales en este tipo de relatos; Gary es un hombre hecho a sí mismo que confía en su sexto sentido más que en su capacidad para estudiar o aprender enseñanzas normativas:

“Sin instinto no somos nada. Y una vez que lo recuperas tienes que afilarlo, tienes que conectar con él. Tienes que ampliar tu visión. Piensa en un halcón. Un halcón no gira la cabeza para ver un gorrión que pasa volando. El halcón sabe que está ahí.

Y sentado en el váter se me ocurre que eso no lo puede hacer cualquier cabrón. Es algo extraordinario. De hecho, es un poco como el ballet. Un poco como el teatro.

¿Sabes lo que es? Es una puta forma de arte.”

Gracias a ese instinto consigue ser “hijo de su padre”, consigue por primera vez que su padre le respete la primera vez que lo lleva a robar con él, la sombra del maltrato aparece de fondo como parte de su sufrimiento personal:

“-¿Qué puñetas estás haciendo?

La llave gira la última vuelta como respondiendo a su pregunta, los goznes de metal chirrían y oigo cómo el aire sale de los pulmones del viejo. Mueve la linterna y el haz de luz ilumina los fajos de billetes y los sobres, todo apilado.

No hace nada. No dice nada. Es como si todo se hubiese detenido.

Se sacude el pasmo, se acerca, apunta con la linterna justo en el interior. Se vuelve hacia mí, girando el haz de luz, y me pone en el foco. No puedo verlo, la luz me da en ambos ojos. Se acerca aún más y noto su mano en mi pelo. Noto cómo ésta me acaricia, me da una palmadita.

-Ése es mi hijo –dice.

Yo me hago más alto bajo su mano. Soy su hijo y él es mi padre. Y ésta es la primera vez que recuerdo que me toca sin pegarme.”

Los reveses que va sufriendo nos muestran un personaje que se va encerrando en sí mismo, en la primera de las epifanías (revelaciones que utiliza la autora para ir evolucionando el carácter de Gary) de las que será consciente se convierte precisamente en un encerramiento progresivo para defenderse de su sufrimiento:

“Y mientras la furgoneta avanza, siento que algo empieza a cambiar dentro de mí. Me miro las manos, sobre el regazo. Tengo suciedad incrustada en la piel y bajo las uñas. Les doy la vuelta. La suciedad está por toda la palma de la mano. Dibuja líneas. Y allí sentado, mientras conduce de vuelta a casa, es como si toda esa suciedad, todas esas líneas, todo se hiciera más compacto y más duro. Se vuelve sólido. Puedo sentir cómo me transformo y más duro. Se vuelve sólido. Puedo sentir cómo me transformo mientras avanzamos. Puedo sentir cómo se hace más denso. Puedo sentir cómo la suciedad se contrae y toma la forma de un caparazón, la dureza de un caparazón. Puedo sentir cómo se cierra a mi alrededor, en torno a mis pulmones y mi hígado y mi estómago. En torno a mi corazón.”

Según va cayendo en ese infierno, no duda en mostrarnos las lecciones aprendidas durante ese camino, sabemos de sobra que ha salido de ello (hasta habla de su hijo) pero no nos interesa el final tanto como el camino que ha seguido para llegar hasta ahí:

“El tiempo corre y yo me hago mayor. Las manecillas del reloj giran y es imparable, hagas lo que hagas nunca conseguirás ser más joven. Sólo hay un camino en la vida: cuesta abajo por la pendiente resbaladiza hasta caer en el infierno. Pero antes de que pienses que estoy siendo demasiado cenizo, recuerda que de camino a ese infierno te topas con algunas cosas buenas, y más te vale cogerlas porque sólo vas a tener una oportunidad.

Eso es lo que le digo siempre a mi hijo y es lo que te digo a ti.”

nellleyshon_2240790bEste sí es un rasgo que comparte con su anterior libro: la continua empatización con el lector, que Leyshon siempre maneja a la perfección para conseguir que la historia te absorba, que consigas que las páginas pasen sin apenas esfuerzo. En este camino hacia su abismo personal encuentra las cosas buenas que él antes comentaba y que le servirán para su redención final, por un lado una evolución de su instinto que se empieza a comportar como un engranaje en su cerebro, los sucesivos giros de este mecanismo (Clic, clic) le ayudarán a aprender de todo lo que le va sucediendo de una manera automática:

“Al día siguiente, practico. Voy a la misma tienda y luego al pub y cambio el vale por efectivo. Vuelvo, a una tienda distinta esta vez. Estoy haciendo cola en atención al cliente y una mujer delante de mí está discutiendo sobre si puede devolver algo y cambiarlo por efectivo. Empieza a recitar sus derechos legales y yo pongo atención. Cita esta ley y aquella otra información. Y yo me quedo con la lección. Clic clic. La mujer se marcha y llega mi turno. Cito la misma ley y los mismos derechos, y la mujer del mostrador sabe lo que está pasando, pero no puede hacer nada, y los dos lo sabemos. Cuenta los billetes y yo me los meto en el bolsillo.”

Hasta el punto en el que se da cuenta de que su voluntad es el límite ante lo que puede hacer, redundando en el refrán “hace más el que quiere que el que puede” esta filosofía (obtenida gracias a un improvisado Pigmalión) le servirá mucho más adelante en su sucesivo y accidentado camino en la vida:

“-Disculpe, señor, ¿acaba usted de salir del probador?

No digo nada. Nos miramos a los ojos. El tiempo se detiene. Las moléculas de aire entre nosotros se mueven y amontonan. Respiro hondo por la nariz, no dejo que se me acelere el corazón. Éste es mi traje, ésta es mi ropa. Podría comprar tanta como quisiera. Estoy por encima. Soy un hombre de ojos claros, yo llevo el traje, yo soy el que trabaja en la City.

Baja los ojos y el tiempo se reanuda. Y sé que lo he conseguido.

-Siento mucho haberlo molestado, señor –dice.

Y se va.

Y yo me quedo ahí pensando: Puedo hacer lo que quiera. No hay nada que no pueda hacer.”

La escritora nos presenta las suficientes penalidades para que podamos identificarnos con el protagonista pero sin llegar a convertirlo en un mártir (cosa que sí sucedía en Del color…), cuando peor está la cosa aprovecha para introducir una de sus interpelaciones y quitar parte de ese dramatismo, volver al show en el que estamos, enfocarnos al mismo tiempo que nos presenta la idea de la libertad en contra de la predestinación:

“Buenas, tengamos una pequeña charla. Una pequeña charla en el show de Gary. Mira, me preocupa que pienses que esto es todo, que aquí se acaba la cosa. La historia de Gary no ha terminado aún. Hay una cosa en la vida que te puedo garantizar: nunca sabes qué va a pasar mañana. No sabes lo que es un final hasta que llegas. Ésa es la clave de todo. Ése es el gran misterio.

Justo ocurre esto, de manera muy inteligente, antes de la epifanía definitiva, aquella que le servirá como inicio en su camino de redención (aquí se suman el engranaje del que hablaba anteriormente y su voluntad como había adelantado):

“Miro la bebida. La remuevo en el vaso hasta que suelta todas las burbujas. Lo único que quiero es perderme. No pensar.

Se acerca a mi boca. Mi boca se acerca a ella.

Pero pasa algo en mi cabeza. Clic Clic. Sé que si doy un sorbo a esto, no voy a ver el fondo del vaso. Si doy un solo sorbo, nunca la volveré a ver. Nunca lo volveré a ver.

Tiro la pinta al suelo. El cristal se hace añicos y la bebida se derrama. Doy media vuelta y corro bajo la lluvia, corro hasta que no puedo más.”

Supone la utilización de su libertad para negarse ante uno de los vicios que esclavizaban su vida; es muy curioso igualmente cómo la autora, a partir de esa epifanía, nos muestra los últimos ocho capítulos antes del capítulo final innominados (al contrario que toda la narración anterior); estos ocho capítulos estructuran los pasos definitivos a regularizar su nueva vida donde el final será su redención definitiva; tanto es así que utiliza de nuevo a Gary para referirse a nosotros como lectores y reafirmar el carácter ganador de su inimitable protagonista:

“Señoras y caballeros, es la hora de que pasen, pasen y vean la última parte del show de Gary. Pero sin prisa. Tómate tu tiempo. Poco a poco, a tu gusto. Porque cuando se termine esta pequeña parte, nos separaremos y tendrás que despedirte de mí. Si has aguantado hasta aquí, si has vivido todo esto conmigo, puede que descubras que te he acabado gustando, puede que hasta descubras que después de leer la última página me vas a echar de menos.

Ahora sabes mucho de mí porque has leído mis memorias, de hecho sabes la hostia, como ya te he dicho. Pero si hay una cosa que sabes de verdad (y si no, es porque no has prestado atención y necesitas que te den un cabezazo) es ésta: yo lo sé todo. Y como soy una persona que lo sabe todo, sé lo que piensas. Y sé lo que quieres.”

Es indudable que el camino lo hemos disfrutado, El show de Gary nos vuelve a demostrar el poder de la ficción encarnado en el inolvidable protagonista. Leyshon, gracias a su talento, es capaz de convertir un relato convencional en una historia más que recomendable… y entretenida.

Los textos provienen de la traducción de Inga Pellisa de El show de Gary de Nell Leyshon publicado por Sexto Piso.

Las primeras lecturas del 2014

Nuevo año, nuevas lecturas; estamos ante al primer balance de lo que llevo leído, tengo que reconocer que he empezado con muchas ganas y el mes de enero se ha compuesto, principalmente de lecturas atrasadas, regalos de reyes  y una única novedad de comienzo de año, en febrero habrá muchas más novedades, alternadas posiblemente con lecturas de mi proyecto. En cuanto al resumen de lecturas allá va (en la mayoría hay reseña o comentario en Goodreads que enlazo):

“La infancia de Jesús” de J. M. Coetzee, el premio Nobel siempre es interesante hasta cuando se atreve a hacer una dixtopía que desestabiliza a la mayoría de los lectores.  Joyce Carol Oates me ayuda con sus comentarios en su reseña.

“El exterminio” de Jim Thompson, uno de los más grandes de novela negra, que en cada una de sus muestras supo demostrarnos lo duro que es vivir.

“Collected short stories ” (Vol 1) de William Somerset Maughan, exquisita lectura en inglés con sus primeros cuentos, pequeñas delicias que se caracterizan por su elegancia y precisión. Un maestro del relato breve.

“Del color de la leche” de Nell Leyshon, una novela de las que se dicen que “nacen para desgarrarte en tu interior”, un relato sobre la dificultad del papel de la mujer en la sociedad patriarcal.

“La noche más oscura” (Omnibus) de Geoff Johns e Ivan Reiss entre otros, más de quinientas páginas que resumen uno de esos crossovers interminables de DC  y que entretiene lo necesario.

“Operación Dulce” de Ian McEwan, incursión del escritor inglés en la novela de género con mucho humor, ironía y metaliteratura.

“Contrato de Dios y otras historias de Nueva York” de Will Eisner, buena muestra de por qué es considerado el padre del arte secuencial.

“Imperios del Mar” de Roger Crowley, otra obra maestra en la colección de Ático de los libros de historia. En este caso para relatar la batalla del mediterráneo con los turcos. Épico.

“Mr. Paradise” de Elmore Leonard, buena muestra del saber hacer de uno de los más grandes la novela negra que nos dejó el año pasado.

“The stench of Honolulu” de Jack Handey, el Golden Sark de este año, es una manera divertidísima de pasar el rato con una novela de aventuras altamente irreverente.

“Yibuti” de Elmore Leonard, aunque parezca mentira, Leonard también se dedicó a hacer thrillers como este.

“El sombrero del cura” de Emilio de Marchi, uno de los precursores del Giallo italiano, novela de gran expresividad y con ecos de gran literatura.

“Cuentos macabros” de Edgar Allan Poe con ilustraciones de Benjamin Lacombe, los cuentos del gran autor norteamericano ensalzados por las ilustraciones preciosistas de Lacombe, aunque parezca mentira funciona bastante bien.

“1914: de la paz a la guerra” de Margaret MacMillan, no hay mejor forma de describir los momentos anteriores a la gran guerra. MacMillan conforma una obra que se vuelve imprescindible en su elocuencia.

“Sherlock Holmes contra Houdini” con textos de Arthur Conan Doyle y Harry Houdini, la primera novedad del año es una novela inclasificable y encantadora, la historia del espiritismo a través de uno de sus grandes defensores y uno de sus mayores detractores; fotos increíbles, ilustraciones deleznables y un sinfín de curiosidades en una novela más que peculiar a medio camino del ensayo.

Las últimas adquisiciones dan pistas sobre lo que voy a leer a continuación…. algo de esto va a caer en febrero seguramente:

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O de esto, algunas novedades en inglés:

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 El caso es que febrero tiene buena pinta. Veremos cómo resulta.

“Del color de la leche” de Nell Leyshon

Del-color-de-la-lecheSi hay una cosa de la que puede presumir Sexto Piso es de su eclecticismo a la hora de elegir títulos para publicar, además de alternarlos con diferentes géneros, alternando ficción con ensayo. Uno de esos libros que provoca empatía en el lector y que está destinado a gustar es el que traigo a continuación.

Se trata de “Del color de la leche” de la escritora británica Nell Leyshon; cuenta la historia de una mujer-niña de 15 años, Mary, en tiempos difíciles, en el año 1830; un tiempo de sombras en el que la mujer tenía que soportar los efectos del  patriarcado en una sociedad machista que instrumentalizaba su labor, tratándolas como objetos; su peculiaridad, que tiene el pelo “del color de la leche”:

“mi pierna es mi pierna y nunca he tenido otra pierna. así he sido siempre y así he caminado siempre. madre dice que ya era así cuando vine al mundo. era como una especie de desperdicio con el pelo como la leche y nací después de lo que pensaban y por esa razón estaba cubierta de pelo como si fuera un animal y tenía las uñas largas, y ella dice que eché un vistazo a mi alrededor y abrí la boca y pequé un grito y algunos dicen que no la he cerrado desde entonces.”

Como podéis ver por el texto, la escritora lo plantea como una narración en primera persona (de ella) plasmada en una especie de diario escrito por ella misma. Tras ser vendida como servicio por su padre para ayudar al vicario, recreando el Pigmalión, consigue aprender a leer y a escribir (un hito nada frecuente en los tiempos en los que se ambienta) y contar su historia:

“estoy sentada al lado de la ventana y estoy escribiendo esto con mi propia mano, y tengo que escribir en las horas de sol porque hay luz y la luna no da suficiente luz, porque por la noche está oscuro y cuando está oscuro no puedo escribir.

               me acuerdo de aquel día y sé que fue el día en que todo cambió.”

Para ello adopta un estilo característico que se va repitiendo a lo largo de la obra, Mary no es capaz de distinguir entre mayúsculas y minúsculas, su escritura no tiene artificios, es seca, cruda por momentos, me recordaba a los últimos libros de McCarthy desde “La carretera”; es la escritura de una persona oprimida y superada por los acontecimientos, una persona sencilla en la apreciación de lo que importa de la vida:

“¿es que nunca te cansas?

si me canso, me voy a dormir.

haces que todo parezca tan sencillo.

lo es. dije yo.”

Pero tan sincera que resulta hiriente al expresar lo que realmente siente y que no oculta, se siente destruida en su interior: 

“las palabras que acabas de leer, me dijo. la biblia te está diciendo que tienes que abrir tu

corazón y dar.

pero yo ya no tengo nada más que dar, le dije. porque ya he dado todo lo que tenía.”

Esta es una historia de dolor, de miseria, de lucha… una historia que consigue sobrecoger a pesar de que puedas esperar lo que va aconteciendo. La violencia es la respuesta ante tantos abusos, ante la pérdida de la capacidad de elección; esa violencia es lo único que puede resultar un atisbo de libertad.

“y ahora ya he terminado y no tengo nada más que contarte.

así que voy a terminar esta última frase y voy a secar mis palabras donde la tinta forma unos charcos al final de cada letra.”

y entonces ya seré libre.”

Estupenda propuesta de lectura la que nos trae, como siempre, la editorial Sexto piso.

Los textos provienen de la traducción del inglés de Mariano Peyrou para esta edición de “Del color de la leche” de Nell Leyshon.