“Arte Salvaje. Una biografía de Jim Thompson” de Robert Polito. Perfecta conjunción biográfico-crítica.

thompson_portadaUno de los motivos para pasarme este año por la Feria del Libro de Madrid era, sin lugar a dudas, adquirir la obra que os traigo hoy. Óscar Pálmer, traductor y alma de la editorial Es Pop Ediciones ha decidido centrarse en el ensayo;  vengo a honrarle por su decisión, porque si el material que va a traer tiene la mitad de calidad que este, va a contar conmigo para hacer proselitismo sin reservas.

“Arte Salvaje. Una biografía de Jim Thompson”, del periodista Robert Polito, es el sueño hecho realidad de cualquier aficionado a las fabulosas novelas de uno de los más grandes de la novela policíaca, el norteamericano Jim Thompson; en el prólogo tenemos una introducción esencial a la obra del autor:

“Jim Thompson ofrece uno de esos raros ejemplos de arte popular que también es personal y profundamente subversivo. Su ficción está impulsada por una inteligencia escabrosa que arrasa cualquier tipo de distinción entre cultura seria o sensacionalista. Igual que las fotos de espectáculos y asesinatos de Wegee o que Death and Disaster (la serie de lienzos de Andy Warhol sobre coches accidentados, revueltas raciales y sillas eléctricas), las novelas de Thompson se regodean en su condición precaria y contradictoria. Tal como sugirió Luc Sante en The New York Review of Books: “Thompson cubre un hueco significativo en la continuidad de la ficción norteamericana de posguerra, un eslabón entre la literatura popular y el vanguardismo.”

Esa es la magia de Thompson: literatura de género de calidad, ese momento que esperamos que se dé en el futuro, aquel en el que, independientemente del género, se criticará una obra en sí misma, sin consideraciones de “ser serio” o “no serlo” todavía vigentes en crítica reaccionaria; con Thompson ya no hay esta disquisición, él es nexo de ambos mundos por su calidad.

A partir de ahí, Polito desarrolla una exhaustiva biografía que se caracteriza por aglutinar:

-Testimonios orales de la familia o gente que conoció al autor o interactuó con él.

-Datos históricos de la Norteamérica de posguerra.

-Análisis crítico de todas y cada una de sus obras emparentadas con su propio canon y con el contexto, subrayando incluso el contrapunto con otros autores a los que influenció o por los que se vio influenciados.

El resultado es que la biografía puede ser leído de dos maneras: como un testimonio oral a través de la gente que le conoció o, y esto es un mérito de Polito, como si de una novela del propio Jim Thompson se tratase.

Buen ejemplo de estos testimonios orales los tenemos en las sucesivas declaraciones de su esposa, sobre todo en algo tan controvertido como los “posibles” abusos en la infancia de Jim Thompson:

“La esposa de Thompson, Alberta, que vivió con los padres de Jimmie en varias ocasiones durante su matrimonio, respalda la valoración de Sharon: “No creo que tuviese una infancia feliz. Era inestable financiera y emocionalmente. Tenía una madre muy cariñosa que fue buena con él, pero su padre… en fin, probablemente hubiera ciertos abusos. Jimmie tenía mucha rabia contenida hacia su padre.”

Aunque no lo afirme, no lo desmiente, lo que es evidente es la rabia de Jim hacia su padre que aparece sucesivamente en sus novelas:

“Las infancias disparatadas, caprichosas, crueles  y perdidas presentes en el corpus de Thompson caen dentro del modelo de familia totalitaria descrito por el poeta Randall Jarrell como “uno de los campos de concentración de Dios”. Recuerdos de terribles palizas, abandono, privaciones, humillaciones ritualese incesto asolan de manera rutinaria los flashbacks infantiles contenidos en sus novelas, como también lo hacen otras formas más sutiles de lo que el psicoanalista Leonard Shengold llama “asesinato del alma”. Critch King, en “La sangre de los King”, es uno de los muchos personajes de Thompson atormentados por su incapacidad para estar a la altura de las exigencias de su padre.”

Es, sin embargo, en la crítica de su obra donde Polito es capaz de dar el “do de pecho”; buena muestra es lo que comenta al hablar sobre el final del libro“Always to be Blest”:

“El final del libro anticipaba en casi dos décadas la narración partida con la que concluye Una mujer endemoniada”. Thompson, como muchos otros escritores norteamericanos, aprendió probablemente el uso de la cursiva leyendo a William Faulkner, el cual, según su esposa Alberta, era su novelista favorito. Faulkner indicó en una ocasión que los pasajes en cursiva de “El ruido y la furia”, el modelo más probable para Thompson en este caso, marcaban una ruptura entre la “descripción objetiva” y una “transferencia de pensamiento subjetivo”. Thompson utilizaría la cursiva exactamente de esta misma manera en sus próximos escritos.”

Además del análisis crítico, aprovecha para hablar sobre el tipo de narración utilizada, el recurrente uso de la cursiva en el futuro (como parte de su “escisión de la identidad” en varios de los personajes usados en sus novelas) y, ya de paso, poner en perspectiva una de sus influencias literarias más importantes, Faulkner.

Sobre el estilo, igualmente, el siguiente párrafo indica claramente el amor de Thompson por la poesía y por el pulp:

“Sobre la insistencia de Thompson en la poesía en una clase de escritura creativa, Shestack comenta: “Jim nos decía una y otra vez que el escritor de prosa ha de leer poesía para afinar el oído. Hablaba mucho sobre la importancia de escribir en lengua vernácula, en oposición a lo pomposo o literario. Uno de los trabajos que nos puso fue tomar un pasaje de un autor establecido y reescribirlo en vernácula, usando el modo de hablar de la gente corriente. El pulp era poesía para Jim.”

Parece diseccionar su obra de tal forma, que es capaz de inferir los temas que rondan la obra del autor de novela policíaca; por un lado, la escisión de la identidad que mencioné anteriormente, por el otro, el fracaso del sueño americano, del hombre hecho a sí mismo:

“El fracaso acabaría siendo el gran tema de Thompson. Sus novelas más desoladoras irradian empatía por los marginados y fracasados aplastados por la maquinaria  norteamericana del individualismo, el progreso y el éxito. La literatura proletaria y hobo de las historias orales crudas y desgarradoras recogidas posteriormente por Studs Terkel en su volumen “Hard times”, han tallado un retrato del hombre marginal de la Depresión implícito en el personaje esencial de Thompson.”

No quiero dejar de la ocasión para poner uno de esos párrafos que se convierten en el sello de identidad en la narración de Polito, una mezcla excelente de crítica y de análisis de la obra, haciendo además una disección del personaje y utilizando diversas fuentes literarias para hacer uso de literatura comparada:

“Puede que Nick Corey se presenté a sí mismo con un dialecto cómico propio de Mark Twain o Bret Harte, exprimiendo la ironía del que relata un divertido cuento chino, pero “1280 almas” sigue una trayectoria aún más oscura que “El asesino dentro de mí”, y la malicia e inteligencia de Corey resultan ser más agudas y estar mejor enmascaradas que las de Lou Ford. A medida que su manida y autocrítica cháchara, trufada de referencias religiosas aparentemente extemporáneas (“había alcanzado el Reino de los cielos”), se va centrando tras un par de festivas vueltas de tuerca en la convicción de que él es el azote de Dios, Corey emerge como,quizá, la más aterradora e inquietante creación de Thompson.”

Creo que no hay forma de explicar mejor al maquiavélico sheriff bobalicón de la inconmensurable “1280 almas”, grandioso.

Thompson, al límite hasta el final, dejó su sello hasta unos días después de morir:

“Thompson falleció, tumbado junto a Alberta, el 7 de abril De 1977, Jueves Santo. Sus cenizas fueron esparcidas sobre el océano pacífico desde un avión.

El sábado anterior, Sharon le había llevado una Malta y dos cajetillas de Pall Mall. Thompson apenas toco la Malta, pero cuando Sharon se puso a buscar los cigarrillos la mañana de su muerte, descubrió que se había fumado hasta el último de ellos.”

Sinceramente, estamos ante una obra de referencia sobre el autor; mezcla perfecta de lo biográfico y análisis crítico de la obra. Esto se me antoja como una de esas lecturas ideales para el verano, y ya que estamos, ¡para todo el año!

Los textos provienen de la excelente  traducción de Óscar Pálmer Yáñez de “Arte Salvaje. Una biografía de Jim Thompson” de Robert Polito para Es Pop Ediciones

“Humoristas” de Paul Johnson

Una de mis películas favoritas  es el musical “Cantando bajo la lluvia” (1952) dirigido por Stanley Donen y el propio Gene Kelly, protagonista de la inolvidable escena que da título a la no menos inolvidable cinta. Tiene tantas escenas memorables que sería difícil quedarse solo con una. De hecho, me quería centrar en una de ellas que considero un paradigma metanarrativo de lo que cuesta hacer humor, conseguir que la gente se ría. Para los que no sepan de que hablo, aquí os pongo el momento llamado “Make ‘em laugh”.

El increíble y acrobático Donald O’Connor rivalizaba aquí con Gene Kelly componiendo una de esas escenas memorables en la que ejemplifica como nadie lo difícil que es hacer humor (más allá aún de la letra en la que habla más de los méritos del humorista y cómo la gente quiere reír), solo hay que comprobar al final del número cómo el protagonista cae rendido y exhausto, pero, desde luego, ha conseguido que nos riamos.

En el ensayo “Humoristas”, el crítico y escritor británico Paul Jonhson, en su introducción realiza una especie de avance del humor a lo largo de la historia para acabar intentando ofrecer, quizá de una manera un poco simplista,  una posible categorización de los tipos de humor; así tendríamos por un lado aquellos “cómicos que crean el caos”, como los Marx; “aquellos que buscan, y encuentran, y analizan, la preocupante exuberancia y pura egregia rareza del individuo, y lo presentan con viveza y precisión para nuestro gozo”, como Chesterton o Dickens; por último habla de “la categorización, que es la interacción entre distintas clases, razas, nacionalidades y edades”, como Nancy Mitford y P.G. Woodehouse.

La base histórica de la que hablaba y este intento de clasificación le sirven al escritor para ir presentando los humoristas que van pasando por las páginas del libro, salpicando cada uno de ellos con detalles anecdóticos y biográficos (e incluso autobiográficos, ya que el propio autor explica sus curiosos encuentros con algunos de ellos), sin pararse demasiado en la forma en que realizan el humor y cómo ese humor hace reír a la gente.

Teniendo todo lo anterior en cuenta, la verdadera gracia es que se puede ir conociendo a varios de estos genios, saber un poco de sus vidas y, cómo no, disfrutar con su sentido del humor: así William Hogarth, “único gran maestro de la pintura y el grabado que te hace reír”; Samuel Johnson y sus “agudezas verbales, chanzas bondadosas, payasadas ridículas o insultos puros y duros”; Thomas Rowlandson, pintor inglés que tendía a la caricatura con sus “accidentes pictóricos”; Charles Dickens, “el cómico con más éxito de la historia”; y continúa con otros tantos, pasando por los Hermanos Marx, Stan Laurel y Oliver Hardy, Chesterton, el dibujante y escritor James Thurber y acabando con los británicos Noel Coward y Nancy Mitford. Eché de menos que hubiera puesto algún músico, no en vano, Mozart fue, igualmente, un humorista sin igual.

Concluyendo ya, lo verdaderamente interesante del ensayo son los propios humoristas, y eso es lo que hizo medianamente bien Paul Johnson: darles voz, y que ellos mismos se presenten y nos cuenten lo que les cuesta hacer que nos divirtamos.

Qué importante es no perder la sonrisa en unos tiempos tan difíciles como los que estamos viviendo: “El mundo es un valle de lágrimas. Los que pueden enjugar nuestras lágrimas y hacer que asomen a nuestros labios trémulas sonrisas son más preciosos para nosotros, a decir verdad, que todos los estadistas y generales y sabios, más incluso que los grandes artistas”

Valoración del libro:

Un comienzo…

Vivimos tiempos convulsos.

Vivimos tiempos de apresuramiento.

Vivimos tiempos donde la reflexión y el texto meditado pierden terreno a pasos gigantes con respecto a los más directos y alocados textos cortos.

En estos tiempos, los que nos han tocado, inauguro este blog, www.lecturaylocura.com para aportar un poco de mi pasión por la cultura en general y por la lectura en particular.

El nombre escogido viene del homónimo primer texto de un libro ensayos del gran Gilbert Keith Chesterton con el que se inicia el mismo. En dicho texto, Chesterton comenta sobre los libros:

“Un libro es sin duda un objeto sagrado. En él están las mayores joyas encerradas en el cofre más pequeño.”

Y sobre la locura:

“No hay definición absoluta de la locura, fuera de la definición que cada uno de nosotros suscribiría: que la locura es la conducta excéntrica de otra persona”

Para concluir:

“Las posibilidades de desarreglo mental que acarrea la literatura no se deben tanto al amor a los libros como a una indiferencia hacia la vida y hacia el sentimiento que registran los libros.”

Los estimulantes textos del rubicundo escritor inglés me animaron a denominar el blog de esta manera; qué mejor forma de encadenar estas dos palabras que designan la pasión que siento por los libros y que siempre me hacen recordar, además,  el “Quijote” de Cervantes, el mayor paradigma de la lectura y la locura.

Los protagonistas serán los libros (desde Charles Dickens y Pynchon hasta la novela de género, haciendo especial mención a la novela negra-policíaca y de terror, dos de mis grandes aficiones)  pero no serán los únicos; la ópera, mi otra gran pasión, puede aparecer en cualquier momento, y la música clásica, y las series de televisión… ¿por qué no? Todo es posible a partir de ahora.

El objetivo es que la cultura sea el “leit-motif”, un motivo para realimentarnos positivamente y hablar, comentar… y disfrutar un poco de la vida, no todo tienen que ser penurias.

En el apartado de agradecimientos, es obligatorio mencionar la paciencia infinita que mi compañera Mar ha mostrado en todo momento para ayudarme a configurar este blog.

Agradecer además especialmente a FHNavarro su estupenda aportación al nacimiento de este rincón con con una portada que podremos disfrutar próximamente. No está de más recordar la visita a su magnífica web.

Basta ya de hablar. ¡Emprendamos la marcha!