Verano, calor, y, sobre todo… ¡vacaciones!
Debido a esta circunstancia, altamente saludable y recomendable, no me va a quedar más remedio que tomar un descanso en el blog también. Sobre todo porque no se puede estar administrando desde otros sitios tan fácilmente y no me voy a llevar el portátil para hacerlo. Eso sí, os aseguro que no faltarán lecturas aprovechando el fantástico descanso.
El mes de junio se saldó con una buena cuota de lecturas que resumo a continuación:
–“La muñeca ciega” de Giorgio Scerbanenco; lo que tienen las portadas, por esta en particular habría apostado, y más de uno lo haría también, por una novela más cercana al terror; nada más lejos de la realidad, ya que se trata de una historia de detectives con algún elemento original en la forma de desencadenar la resolución. Muy recomendable.
–“Luther: el Origen” de Neil Cross, hablé de él, junto con el de “Little Boy Blue” de Edward Bunker. Mezcla excelente de “hardboiled” del bueno.
–“Una canción del ser y la apariencia” de Cees Nooteboom, lo exploré en su enlace en profundidad. Este mes he avanzado mis lecturas pendientes del holandés.
–“Noctuario” de Thomas Ligotti, terror muy alejado de lo cotidiano, gran heredero de Poe y Lovecraft, jugando con lo indeterminado y con las imposibilidades de la realidad. Interesante propuesta y, sobre todo, distinto a lo habitual.
–“Mokusei/El buda tras la empalizada” de Cees Nooteboom, ficción exótica en Japón y Thailandia, ya hablé largo y tendido sobre ellos.
–“La jugada maestra de Billy Phelan” de William Kennedy, todo un microcosmos de la sociedad norteamericana especificado en la ciudad de Albany con las relaciones entre sus habitantes y el hampa de fondo. Mafiosos, tramposos y el juego a través de la figura del superviviente Billy Phelan.
–“La promesa de Kamil Modracek” de Jiri Kratochvil, una de las grandes sorpresas de lo que llevamos del año, ojito a la mezcla de novela policíaca, humor negro y juegos metaliterarios en una novela magistral que tiene en Nabokov a uno de sus protagonistas. Me extenderé en una reseña en no mucho tiempo. Lo merece.
–“En las montañas de Holanda” de Cees Nootebom, ya lo comenté en el post que le dediqué, quizá es una de mis obras favoritas del autor y una estupenda puerta de entrada a su literatura.
–“La historia siguiente” de Cees Nooteboom también, novela corta de una dificultad en el fondo bastante considerable, espléndida en ejecución, difícil de recomendar.
–“El matrimonio de la señorita Buncle” de D.E. Stevenson, buena muestra de humor costumbrista inglés aunque no tan ambiciosa y redonda como el primer libro que salió de la autora.
–“Eidolon” de Jane Johnson, olvidable pastiche que mezcla todo tipo de historias que se han contado mil veces. Un pequeño desastre.
–“Zurbarán. El pintor del misticismo” de Cees Nooteboom, libro de arte, más que obra de literatura. Hermoso en demasía.
–“Autorretrato de otro” de Cees Nooteboom y Max Neumann, experimento narrativo que mezcla dibujos y poesía en prosa, estimulante y diferente muestra del buen hacer de nuestro Cees.
–“Entre moros y cristianos” de Daniel Pennac, entrega de la familia Malaussene que se había quedado inédita hasta este momento; es una maravilla encontrarse con estos personajes de nuevo, aunque no llegue a lo sublime que supusieron algunas de las anteriores entregas.
–“Así pudo ser “ de Cees Nooteboom, otra muestra de su eclecticismo, esta vez en una muestra de poesía.
–“Cómo ser europeos” de Cees Nooteboom, recopilación de ensayos con su preocupación por el “europeísmo” de fondo. De una clarividencia meridiana.
–“Los relámpagos de agosto” de Jorge Ibargüengoitia, cómo utilizar la ficción para explicar la realidad; en este caso la revolución mexicana, y encima con un humor a prueba de bombas.
Buena cosecha ha sido lo resultante. Aunque parezca mentira Julio ha empezado inmejorablemente con “Un paraíso inalcanzable” de John Mortimer y, a partir de ahí, se ha desencadenado lo que he denominado efecto “Plantador de Tabaco”:
La verdad es que la novela de Barth es un “tochazo” considerable que está provocando las siguientes consecuencias:
-Desarrollo de los bíceps del brazo izquierdo (el que uso normalmente para trasladarlo).
-Reducción drástica del resto de lecturas.
-Adicción extrema a la narrativa del norteamericano.
-Hedonismo puro y duro ante el “estilazo” del autor.
A la vuelta de vacaciones tocará, como no puede ser de otra manera una reseña para esta joyita recién recuperada por la editorial Sexto Piso y que promete ser uno de los libros del año.
¡¡¡¡Buenas vacaciones para todos!!!!