32 Sustos para Halloween 2023

Llevo diciendo hace tiempo, incluso cuando estaba escribiendo en la extinta Canino me planteé un artículo al respecto, el auge que estamos viviendo en el habitualmente denostado género del terror. Es una época en la que los grandes nombres van quedando un poco más en segundo plano (sin abandonarlo, desde luego) para poder disfrutar de una cantidad tremendamente elevada de autores/as que, además, están escribiendo con una variedad de temas y estilos como nunca se ha escrito. El terror está viviendo un verdadero auge a todos los niveles.

Como siempre, os pongo las listas de años anteriores para que podáis echarlas un vistazo si queréis (hay una buena cantidad de propuestas):

Halloween Año 2022.

Halloween Año 2021.

Halloween Año 2020.

Halloween Año 2019.

Halloween Año 2018.

Halloween Año 2017.

Halloween Año 2016.

Tridente de terror.

Este año me he planteado la lista de Halloween como un homenaje a todas aquellas editoriales que están consiguiendo que se publiquen tantos títulos por aquí. Especialmente para aquellas que se dedican enteramente a ello y aquí quiero destacar a tres en especial: La biblioteca de Carfax, Dilatando Mentes y Dimensiones Ocultas. Cada una de ellas con un sello de identidad característico que, sorprendentemente, hace que se complementen a la perfección y no se pisen propuestas. Carfax es el modelo a seguir, portadas inconfundibles, su selección de catálogo es variada y de una calidad altísima, además lo han complementado con una colección de novela corta contemporánea (Línea Deméter) sumamente divertida y ahora se lanzan a una colección de ilustrados, mis queridas editrices son la editorial de cabecera. En Dilatando alternan más líneas aunque el terror y el weird siguen siendo la base y siempre están trayendo propuestas muy interesantes (muchas veces nunca publicadas por aquí), lo bueno es que aderezan su Línea Rara Avis con ensayos y otras propuestas nacionales. En el extremo de estas dos se encuentra Dimensiones Ocultas, editorial que es más clásica (y bestia) en sus propuestas (sin ser Pathosformel) pero consigue de esta manera dar aún más color al género.

Lo bueno no es que sean sólo ellas las que publiquen terror sino que hay otras tantas editoriales que están haciendo el esfuerzo de sacar alguna colección dedicado a ello o, simplemente, alguna novedad aislada y se está consiguiendo un eclecticismo como nunca. De ahí que mi lista de este año sea la más voluminosa que he confeccionado. Lejos quedaron los tiempos en los que me costaba encontrar diez posibilidades. Ahora lo triplico sin problemas y he dejado muchas en el tintero. Espero que disfrutéis de mi particular homenaje, algunas editoriales se repiten pero lo merecen sin duda en esta ocasión. ¡Viva el terror!

Bighead de Edward Lee (Dimensiones ocultas), he tenido muchas dudas sobre si poner este libro en esta lista o no; mis reticencias vienen, desde luego, porque el material de pesadillas que creó Edward Lee no es plato para todos los gustos, ni siquiera entre los aficionados del terror, es splatterpunk llevado al extremo, el parque temático del splatterpunk; no se puede hablar de trigger warnings sino que todo el libro es, en sí, un gigantesco trigger warning en el que encontrarás todas las cosas que creías que te daban asco de una manera que, posiblemente, sean aún más asquerosas. Conociendo a lo que te puedes exponer el libro está muy bien acabado y se lee prácticamente en un suspiro a pesar de ser más de quinientas páginas. Ahí queda eso… yo he avisado. Traducción: Rosemary Thorne


El terror tiene tu rostro de Marina Tena (Hela Ediciones), he estado evitando, prácticamente de manera inconsciente, leer a Marina Tena desde hace mucho tiempo. Este año voy a ser justo con ella una vez he leído alguna muestra de todo su talento para escribir terror. En primer lugar, la presento de la manera en la que la he conocido yo: a través de sus relatos. Mi puerta de entrada fueron los trigger warnings: violencia animal, sangre, gore, lesiones, accidentes de coche, envenenamientos, matrimonios forzados, muerte, claustrofobia, muerte de un ser querido. Sinceramente, no esperaba tal variedad y, una vez leídos los catorce relatos incluidos en esta antología mi sensación es que es una autora que toca todos los palos del terror y que es capaz de jugar con lo más explícito para cambiar a lo más sutil e implícito en otras historias más intimistas. Eso es una virtud que no suele estar presente en la mayoría de escritores de terror, sólo por ello ya sería una razón de peso para ponerse a leerla. Si, además, escribe como ella escribe, precisa como un bisturí, entonces tienes dos razones imprescindibles para probar con ella.


El vínculo espectral y otras obras escogidas de Thomas Ligotti (Aurora Dorada), Ligotti es todo un clásico contemporáneo como bien dice su traductor en el espléndido prólogo a esta última obra del autor; y lo es por muchos motivos: la calidad de su prosa, los temas propios de sus relatos, etc, con el acicate de saber que esto puede ser lo último que escriba ya que no se toma la literatura de una manera muy profesional llegando al extremo en cuanto al perfeccionamiento de cada palabra que aparece allí. Esta pequeña antología recoge dos historias, una del sello del autor, nihilista, otra más lovecraftiana pero sorprendentemente menos recargada, una historia fabulosa. Todo acaba con un poemario que sirve para dar aún más variedad a esta lista. Leer a Ligotti es siempre un gran placer. Traducción: Alberto Ávila Salazar



Muertos de segunda de Christopher Buehlman (Hermida Editores), La caja de pandora es el sello que utilizan en Hermida para sacar libros de terror; por ahora no llevan muchos pero hay que reconocer que sus propuestas suelen ser muy interesantes, han aprovechado para sacar algunas cosas de Hodgson, Barker, Blackwood y ahora este título inédito en nuestro país del norteamericano Christopher Buehlman que supone una elección mayúscula. Me encantan las novelas de vampiros, eso es un hecho, me leo prácticamente todo lo que salga relacionado con ellos. Una de las vertientes que más me fascina es la de los vampiros urbanos; en esta novela, ambientada en 1978, asistimos a las peripecias de una serie de vampiros que viven en el ya conocido entramado de las líneas de metro abandonadas bajo la ciudad de Nueva York. Una cuarta parte del libro se basa especialmente en la presentación de los personajes y del ambiente y lo hace de una manera que se podría llamar perfectamente “hardboiled vampírico”, la presentación de la amenaza es sutil, sin que sea peligrosa en apariencia (aunque luego todo cambia, claro) y el uso del narrador poco fiable nos regala un momento final que resulta divertidísimo y lo entronca en la tradición vampírica universal. En fin, un librazo de terror. Traducción: Óscar Mariscal

Madre de Isabel del Río (Ediciones transbordador), me gusta que los relatos distópicos se articulen no sólo como ciencia ficción, de hecho, en muchísimas ocasiones los escenarios planteados se acercan poderosamente al terror. En Madre, Isabel del Río plantea situaciones potencialmente dolorosas (“Control nos ha arrebatado cualquier gesto de ternura o familiaridad para que sólo le seamos fieles a la sociedad y su nuevo orden”), una sociedad fría que supedita las pasiones de sus habitantes y lo confronta con otras situaciones (“Aunque si había algo que la tuviera realmente aterrorizada, eso era Ella. Vengativa y violenta, llena de rencor. Su clon se presentaba, ojeroso y marchito, en cualquier momento del ía o de la noche. Un alma en pena en un cuento de fantasmas gótico, que aullaba de dolor y gemía por la angustia, en la búsqueda eterna del hijo perdido.”) para, sin abandonar el contexto de ciencia ficción, representar con pequeños tintes situaciones que a cualquiera de nosotros nos pueden dar miedo. El resultado, en estas ocasiones, es muy sugestivo y consigue involucrar totalmente al lector, buscando su implicación en situaciones conocidas (enfrentar la otredad o la posible pérdida de un hijo….). Es una novela corta pero, desde luego, con mucho donde exprimir sus posibles consecuencias.

999 pedazos de Isabel Pedrero (Cerbero), ciertamente, este libro no es de este año; de todos modos lo he incluido porque es más culpa mía no haber llegado antes a él y, sobre todo, porque la historia que nos ofrece tiene un par de detalles que me han gustado bastante y que vale la pena destacar. Me gustan mucho las historias en que se presenta el tropo típico de la división de poder al dividirse en partes y cómo al juntarlos se hará más poderoso, lo chulo de estas historias es encontrar dos bandos, uno que quiere juntas los pedazos para hacerse poderoso y otro que lo hace por el motivo contrario, destruirlo. Otra cosa que me gusta mucho es el uso poco común de las notas a pie de página para darte un sentido narrativo, incluso cambiando el estilo, y así dar mayor variedad estilística y literaria a la novela.Por otra parte es una novela que se lee muy rápido, lo cuál sólo lamentas porque se te hace demasiado corta. Qué gran personaje es Medianoche.

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Donantes de sueño de Karen Russell (Sexto Piso), a este libro de Karen Russell se le puede aplicar perfectamente parte del comentario que hice sobre Madre; la poderosa premisa de un mundo en el que hay una epidemia de insomnio, y que esa epidemia puede causar incluso la muerte (por la permanencia en dicha situación) viene acompañada de la invención de una serie de términos relacionados que serán imprescindibles para comunicar la atmósfera y las situaciones que se irán produciendo: desde los donantes de sueño como posible solución hasta los virus pesadillescos como parte de su agravamiento. Se puede ver un ejemplo de esta situación en el siguiente fragmento: “He oído rumores de que, actualmente, nuestros científicos están intentando desarrollar una máscara soñante que subirá contenido en directo desde los sueños de la gente a una base de datos de sueño global. Si eso es verdad, va a ser un proyecto muy ambicioso -traducir los picos de electricidad cerebral en caras, animales y territorios innombrados que la gente ve cuando sueña-. Una máscara que ayudará a los médicos a extirpar el posible contagio de una pesadilla de raíz.”. Me gusta mucho todo el planteamiento y cómo la autora nos mete en la historia, quizá puede resultar un poco frío y esperaba una conclusión más arriesgada (sobre todo por la premisa) más allá de fiarlo todo a una pasión humana tan común como la codicia pero hay que reconocer que tiene muchísimo mérito y lo incluyo en esta lista porque le da aún más riqueza a la variedad de propuestas que traigo (además, el terror tiene un montón de variantes). Traducción: Rubén Martín Giráldez


Nuestras esposas bajo el mar de Julia Armfield (Sigilo), este es uno de esos libros que hace crecer el género del terror, saliéndose de los estándares habituales para jugar con la sutileza y loa construcción de personajes complejos. Ya seguía a Julia Armfield desde su anterior libro de relatos El gran despertar, allí conseguía destacar en la construcción en las distancias cortas, algo bastante difícil teniendo en cuenta el montón de personas dedicadas al relato corto, es muy complicado ser diferente y ella lo conseguía con creces. En su primera magnífica novela se olvida de los típicos sustos, no busca tampoco darnos asco, su relato crece de aquello que no podemos conocer a estas alturas. De ahí que lo haya centrado en el mar y en lo que le sucede a una de las protagonistas cuando permanece perdida durante varios meses en el fondo oceánico. De ahí aborda la otredad, el medio a ser distinto de los demás y lo consigue con un uso inteligente de la fantasía aderezado con no pocas dosis de lírica. Es un libro muy hermoso en algunos momentos. Va a ser uno de mis libros del año. Traducción: Virginia Higa


Encrucijada de Laurel Hightower (Dilatando Mentes), Encrucijada plantea una de las preguntas más típicas del género: ¿Qué estarías dispuesto a hacer por recuperar a tu hijo/a prematuramente fallecido/a? En esta ocasión Hightower se olvida del ritmo del thriller que nos trajo su anterior novela (publicada también por Dilatando mentes) para jugar con una situación que, la mayoría de las veces suele desencadenar situaciones bastante terroríficas, el gran trigger warning del libro tiene que ver con el body horror y es mejor saberlo de antemano si eres especialmente sensible a este tipo de historias. Es corto y de ahí que sea bastante intenso, se lee en un suspiro, pero es un suspiro devastador. Traducción: Jose Ángel de Dios

Los Tambores del dios negro de P. Djeli Clark (Obscura), Clark no es terrorífico, os quito la idea desde el principio. Pero este libro de fantasía ambientado en una distopía ambientada en Nueva Orleans jugar con su parte más aventurera y lo encuadra de alguna manera con algunos rasgos de Afrofuturismo dando toques de terror sin ser ni mucho menos el eje primordial de la narración. Lo más increíble es que con una novela corta de este estilo es capaz de tocar muchísimos temas y, al mismo tiempo, no se olvida de entretener y en ese equilibrio esta parte de su riqueza. Siempre es muy interesante leer a este autor. Traducción: Raúl García Campos

Intermnemosis de Celia Corral-Vázquez (Crononauta), me encanta dar variedad a esta lista y proponer posibilidades que también sólo bordeen ligeramente el terror junto con otras opciones más salvajes, tengo la firme convicción de que el terror puede encontrar su sitio para casi cualquiera sabiendo buscar lo que puede gustarte; tal es el caso de la ganadora de la V edición del Ripley, (Celia Corral-Vázquez) con una gran historia interestelar con ligeros elementos de body horror. Sin embargo, su indagación de la otredad, uno de los principales tropos del terror, la convierte en una lectura ideal para la época y su final, dejando el corazón caliente, es muy lirico y esperanzador.

Sundial de Catriona Ward (Lee Runas), posiblemente, Catriona Ward sea una de las grandes herederas de Shirley Jackson, su sello de identidad es realizar novelas de terror psicológico construyendo personajes muy ambiguos, poco fiables en su narración, esto mantiene el vilo al lector porque vive en la incertidumbre de los protagonistas, siempre tienes la sensación de no saber todo o que no te lo están contando de manera fidedigna. En Sundial lo vuelve a hacer ahondando en las relaciones tóxicas y sus consecuencias y añadiendo esta vez un toque científico con experimentos en animales y personas que, la verdad, no me esperaba y le da un toque distinto. Sin ser La pequeña Eve, es otra novela estupenda de la autora. Traducción: Cristina Macía


Y su sonrisa desligará el universo de Gwendolyn Kiste (Dilatando Mentes), Kiste es una de las autoras de terror de este siglo que más me subyuga, aboga por una narración sosegada, sin sustos ni sobresaltos. Su objetivo es más implicarse en la sociedad con sus narraciones. Sus cuentos no podían ser de otra manera y se puede comprobar que sus protagonistas son en la mayoría de las ocasiones marginados o simplemente desfavorecidos por sus condiciones naturales (niños, mujeres, embarazadas…) Siempre consigue que sientas una congoja en tu interior cuando termina cada historia, pero también hace que seas más consciente de la realidad. Es una gran autora. Traducción: José Ángel de Dios


Una casa sobre tus huesos de Marina Tena Tena (Dimensiones ocultas), no estáis equivocados, es el segundo libro de Marina Tena en esta lista. Es una autora muy prolífica y, además, un total referente para el género patrio. Se lo merece más que nunca por sus inteligentes propuestas. Desde la editorial Dimensiones ocultas se ha creado un premio de terror, el Lestat, y en esta primera ocasión, Una casa sobre tus huesos es la ganadora. Aquí la autora juega con tropos habituales para, en un final descomunal, darles la vuelta y dejarte con la boca abierta. Qué buen manejo del narrador poco fiable para esconder sus cartas hasta la recta final. Un libro excelente.


Los chicos del valle de Philip Fracassi (Dilatando Mentes), por casualidades de la vida este año se han publicado a la vez dos libros de terror de posesiones muy distintos y que han resultado ser dos maravillas, el primero fue Acércate de Sara Gran (ya lo recomendé aquí). El segundo es este libro de Fracassi, una historia de posesiones con niños como protagonistas con un ritmo envidiable de principio a fin, estremecedor y terrorífico, que no duda en implicar emocionalmente al lector hasta llegar a un final profundamente emocionante. Qué lágrimas me cayeron al leer sus últimas palabras. Qué total maravilla, uno de mis libros favoritos del año. Traducción: José Ángel de Dios


Culto de Chris Ash Ericmore (Pathosformel), agradeceré eternamente que Pathosformel me descubriera el año pasado a la reina del terror extremo Rayne Havok, fue toda una experiencia leerla, una locura salvaje que, de vez en cuando, no está mal sufrir. De ahí que, cada vez que saquen alguna de sus salvajadas, tenga curiosidad por ver hasta dónde llegan. En Culto, Ericmore presenta un thriller splatterpunk con los elementos habituales no aptos para todos los paladares con una historia de (rape)&revenge (lo pongo entre paréntesis porque no le sucede a la protagonista exactamente) en un edificio con una secta incestuosa y perversa. Hay que leerlo para darse cuenta de cuánta atrocidad se puede encontrar en pocas páginas. Se lee en un suspiro y, además, viene con una historia corta profundamente perturbadora. Para aficionados a las emociones más fuertes. Traducción: Albert Kadmon

Visiones de Sonora Taylor (Dilatando Mentes), me encanta cuando en esta editorial se esfuerzan en encontrar y traer nuevos autores/autoras. Podrán acertar o no pero siempre siempre te retan y eso, a mí, como lector aficionado a los retos, es todo un acicate. En este libro nos encontramos con un thriller sobrenatural con apuntes de terror y con una premisa de partida muy manida. Lo bueno es que Sonora Taylor la utiliza muy bien para montar una historia casi detectivesca con un progresivo descubrimiento de la protagonista incluso en su ámbito familiar. Está muy bien llevada y sirve para los que no quieren leer algo muy salvaje pero quieren adentrarse en el género de una manera tranquila. Traducción: José Ángel de Dios

La vía Damna de Francisca Solar (Minotauro), el sello personal de la escritora chilena Francisca Solar tiene que ver con la exhaustiva documentación histórica. En este caso, de la relación entre colonos e indígenas en la Patagonia en el siglo XIX. A eso le añade suspense, mitología y sucesos paranormales en una narración bastante detallada en la que predomina la ambientación y el contexto sobre la búsqueda de efectos típicos de las historias de miedo. Es una aproximación diferente que hay que reconocer que sirve para dar esa variedad que puede dar el género. No es mi estilo favorito pero creo que hay un grupo de lectores que puede estar muy interesado en él (sobre todo porque se ha practicado con bastante éxito en novela negra, histórica, etc.)

Caverna de Ángela Pinaud (Apache Libros), llevo apoyando la carrera de Ángela Pinaud desde el principio y me encanta meterme en cada nueva historia que nos trae ya que, en perspectiva, puedo comprobar de primera mano su evolución. Esta Caverna es, hasta la fecha, su novela más ambiciosa y arriesgada. No tanto por la idea del tropo habitual de pueblos con sectas o fenómenos extraños que se repiten sino, en primer lugar, por un manejo más amplio de personajes (que siempre resulta más complicado) y, en segundo lugar, por la introducción de uno de los tropos que más me suelen gustar: la posibilidad de realidades alternativas. Desde el prólogo introduce la posibilidad y, lejos de ser un añadido inane, contribuye a enriquecer una historia que bebe claramente de Lovecraft y King pero dándole su sello de identidad propio. Pinaud sigue su camino y es un camino oscuro y muy divertido para sus lectores.   

El columpio de Cristina Fernández Cubas (Firmamento), recuperación de lujo (sobre todo por el precio ligeramente abultado) de una de las novelas cortas más emblemáticas de la autora española. Esta es una de esas historias que brilla por el manejo del terror psicológico y la ambigüedad de las situaciones y de los personajes. No busca en ningún momento el susto fácil sino, más bien, crear una atmósfera extraña donde nada es lo que parece. Con ese presupuesto de entrada y la pulcritud de su escritura es una novela que se disfruta enormemente pero que no es para todos los gustos. Lo bueno de estar por aquí es que se la puedo recomendar a amantes de Shirley Jackson y Daisy Johnson, los  tiros van por ahí.

Para ofrecerle placer de Ali Seay (Biblioteca de Carfax), creo que ya lo dicho alguna vez pero… ¡madre mía lo que me gusta la colección Deméter de Carfax! El verdadero éxito de esta colección (y de la editorial en general)  viene dado por la selección de títulos. Se podrían haber limitado a sacar rarezas de autores más o menos conocidos y, posiblemente, habrían triunfado. Sin embargo, con cada nuevo título que publican vuelven a descubrir alguien nuevo/a y, sobre todo, los temas tratados son variados, distintos y muy originales. En Para ofrecerle placer Ali Seay juega con el típico relato fáustico pero con un acercamiento distinto: la progresiva espiral de destrucción en la que su protagonista se va introduciendo para satisfacer los deseos del personaje del libro. Todo ello para conformar un vuelco a la idea de familia y volverlo aún más perverso. Traducción:  María Pérez de San Román

Con la boquita partía de Irene B. Trenas (Cerbero), tengo que reconocer que me encantan las historias en que la escritora (o escritor) intenta salirse de las localizaciones lejanas para, por el contrario, ambientarlo en un lugar autóctono y, de esta manera, hacerlo aún más propio de nuestra realidad habitual. En el género del terror es muy habitual que no ocurra, es más sencillo, por influencia anglosajona especialmente, reflejar lugares, situaciones, estéticas,.. que se acercan más a otras latitudes. De ahí que, cuando veo casos como el Villamatojo de Ángela Porras (aka Lorzagirl) o Carcoma de Layla Martínez, no pueda hacer menos que entusiasmarme con la propuesta. Irene B. Trenas toma como localización Garriques, un pueblecito del norte de Andalucía y aprovecha esta situación para reflejar el habla, las costumbres, la atmósfera, etc, es decir, todo el costumbrismo de un pueblo pequeño de Andalucía, para montar su historia de terror. Una historia muy entretenida, con capítulos cortos que van como un tiro, poemas introductorios en cada uno de ellos que muestran lo que va a venir y un final tremendo e inesperado con sus buenas dosis de sangre, ah y dos encantadoras abuelas sáficas. Qué buen trabajo de la autora.

Un parque de diversiones siniestro de Kiersten White (Puck Ediciones), es inevitable, al leer este libro, encontrar similitudes con otros libros de su estilo pero, aún así, la autora tiene el suficiente talento para montar una historia de terror en la que los protagonistas son jóvenes y la ambienta en un parque de atracciones acuáticas en el que nada es lo que parece. La narración va desvelando poco a poco pistas que servirán para que los jóvenes encuentren una solución al enredo. La solución utiliza uno de mis tropos favoritos y está bien utilizada. Es un libro muy entretenido y fácil de leer, puede ser una gran puerta de entrada para los más jóvenes en el género. Siempre intento que haya libros de todo tipo por aquí y este es un buen complemento juvenil. Traducción: María Martos Ripoll

El rumor de los huesos de A.G. Slatter (Minotauro), Ángela Slatter tiene muchísimo talento, esta novela gótica es irresistible, ambientada en el mundo mágico de La masa madre y otros relatos, se trata de una novela en la que priman los secretos familiares inconfesables y está poblada por criaturas de todo tipo, incluso criaturas marinas mitológicas. La heroína busca revelarse ante lo establecido a lo largo del tiempo (incluso una tradición ancestral sumamente pavorosa por sus implicaciones) y utilizará sus poderes como bruja y su inteligencia para sortearla. La narración es detallada y profundamente lírica, sobre todo en esos momentos en los que utiliza cuentos dentro de ella para hacer avanzar la historia. Una maravilla. Traducción: Víctor Ruíz Aldana

La reina dentada de Hailey Piper (Dilatando Mentes), Piper es una autora bastante diferente dentro del género, muchas de sus historias tienen una base en algo que se ha realizado anteriormente pero las cuenta de una manera radicalmente distinta. En esta novela, ganadora del Stoker, estructura un retelling a su manera de Frankenstein en tres actos que van de lo íntimo a lo masivo. En ella, el doctor, el padre de la criatura, es la sociedad; el monstruo maltratado por sus experimentos es una mujer que sirve por extensión, para retratar todas las tropelías que se cometen habitualmente contra ellas. En el camino la adaptación a esta situación y el amor, así como la sororidad de fondo, como respuestas. Increíble propuesta, imaginativa y creativa. Traducción: José Ángel de Dios

Tierra de Meigas de Amparo Montejano con ilustraciones de Tomás Hijo (Numak Ediciones), hay en estos cuentos un trabajo muy cuidado de la autora, se nota que es un asunto muy personal, una forma de volver a su infancia que ya tenía pensado hacer hace bastante tiempo. Centrados en Galicia y sus parajes, tomando como base el folklore, las leyendas y la jerga gallegas y con un lenguaje poético que no ha dudado en transformar para la ocasión, estos relatos se aferran al costumbrismo gallego y son una manera maravillosa de conocer el terror de una manera totalmente diferente. Libros como este dan una variedad estilística y de temas tratados sin olvidarnos que estamos en España. Además, las ilustraciones de Tomás Hijo complementan en perfecta simbiosis el talento de Amparo Montejano.

La Sangre del Vampiro de Florence Marryat (Beetruvian), nueva editorial, nuevas propuestas. Es lo que debería ser habitualmente pero, parece mentira, no es tan habitual. En el caso de Beetruvian empiezan apostando por un catálogo diferente y eso es de agradecer. El primer título es toda una declaración de intenciones, recuperando a una autora del siglo XIX, Florence Marryat, una autora bastante olvidada y que escribió una buena cantidad de obras en la época que no estaban lejos temáticamente de lo que hacían Wilkie Collins o Mary Elizabeth Braddon, una novela de narrativa sensacionalista. La Sangre del Vampiro no es un terror al uso ya que no busca para nada hacer explícito uso de pasar miedo pero juega de una manera muy sutil con la posibilidad sobrenatural de que su protagonista sea una vampira y lo que sucede a su alrededor. Es una novela de la época, alejada de los estándares actuales pero que complementa muy bien en esta lista y sirve especialmente para aquellos que sólo quieren leer una buena novela.  Traducción: Solomon Grundy

Un payaso en el maizal de Adam Cesare (Dimensiones ocultas), dentro del género, posiblemente este de Cesare y el de Graham Jones eran los más esperados; en cuanto llegó el paquete no puede evitar ponerme con él y no soltarlo hasta terminarlo. Y valió mucho la pena, Cesare nos propone una variación del slasher muy chula en cuanto a la posible identidad de quién está bajo la máscara del omnipresente Frendo. Me encantan las historias que parten de un punto de partida conocido, engañan al lector y consiguen darle un giro que no esperabas. Además, esta posibilidad le ofrece al autor un medio para seguir extendiendo la saga. De hecho, la editorial ya ha cerrado la siguiente entrega. Es uno de los libros de terror del año.  Traducción: Roberto Carrasco

La joven vampira de Joseph Henri Rosny (Aristas Martínez), el fenómeno de la vampirología ha tenido aproximaciones prácticamente desde cualquier punto de vista. En esta ocasión nos encontramos con una novela que no es propiamente de terror pero sí que recurre a uno de sus personajes más típicos y a varios de los tropos asociados a él para abordarlo estrictamente desde un punto de vista científico, de una manera muy realista. Para nada busca sustos sino una exploración del fenómeno y cómo sería su existencia real. La idea es interesante y no se olvida del romanticismo asociado a sus protagonistas. Traducción: Robert Juan-Cantavella

Corazones indómitos de Cassie Daley (Dimensiones Ocultas), parece mentira pero, en efecto, quizá el terror es el género en el que podemos encontrar menos representación de cualquier tipo. Y, encima, cuando la hay, suele ser la diana del asesino de turno. Por eso, encontrar esta novela de Cassie Daley con representación (no sólo queer sino también del espectro autista) es casi un soplo de aire fresco, sobre todo porque esta novela juvenil utiliza el típico tropo de la excursión en el monte que se convierte en un survival para darle un pequeño giro que la hace muy interesante y sobre todo muy entretenida sin ser muy explícita. Tengo la impresión de que puede ser una novela que funcione muy bien en un público bastante amplio que va desde el juvenil en adelante y con esa preventa que daba tamogtchis…. En fin… la mejor preventa de la historia.  Traducción: Javier Martos

Mi corazón es una motosierra de Stephen Graham Jones (Biblioteca de Carfax), terminar esta lista con lo último de Stephen Graham Jones es un colofón inmejorable, entre otras cosas porque su maravillosa novela es un homenaje (me imagino que voluntario) al subgénero del slasher y esto va de homenajes, como al que hacía mención al principio de esta lista. Se cierra el círculo con uno de los mejores autores actuales, quizá el gran autor que pueda tomar el testigo de King cuando deje de crear. La escritura de Jones siempre detallada, su forma de plantear las situaciones supone un pequeño desafío al lector, nunca se guía por la escritura directa pero siempre consigue ser emocionante. Es un coloso. Traducción: Manuel de los Reyes

Este año me siento aún con más ganas y os voy a hacer una recomendación extra para aquellos que manejen el idioma de la pérfida Albión: 101 Horror Books to Read Before You’re Murdered de Sadie Hartman (mother of horror) es una verdadera maravilla, se trata de un ensayo no excesivamente largo que trata de hacer una selección del siglo XXI (desde el 2000 en adelante) de las novelas de terror que más le han gustado. Tened en cuenta que ahora, afortunadamente, se escribe muchísimo terror, hemos pasado de la época de grandes dominadores a tener un montón de autores y autoras rallando a nivel muy alto y, sobre todo, escribiendo de maneras muy distintas (en temáticas, estilos, diversidad…), es una miscelánea maravillosa. Este libro, para alguien que absorbe tanto como yo, es una joya, me sirve para seleccionar lecturas futuras y confirmar algunas de las que ya había leído, incluso para adelantar lecturas que tenía atrasadas en la pila. En fin, no es especialmente difícil y sólo va a conseguir enriquecer vuestras lecturas futuras.

Y con esto llego al final, treinta y dos posibilidades entre las que seguro que encontráis una buena opción de lectura. Variedad no falta, en temáticas, en escritores/as, en estilos, en países… y, sobre todo, destinadas a que paséis un buen rato.  ¡A disfrutar!

Halloween 2021. Escalofríos de placer

Parece que el final del año 2021 se está caracterizando por el intento de volver a una normalidad pre-pandemia; en mi opinión, han cambiado tantas cosas (para bien y para mal) que no hacen factible este regreso; en mis hábitos de lectura, leo más literatura de género y uno de los géneros más beneficiados de este cambio es el terror. Me fijo más en las novedades que salen, hay bastantes editoriales que se están dedicando a su publicación y estoy aprovechando para recuperar títulos que tenía guardados (y no leídos). El caso es que puedo decir, sin miedo a equivocarme, que la lista de Halloween de este año es ecléctica como pocas.

Os dejo a continuación las listas que he realizado en anteriores años y que son un legado jugoso con un montón de títulos posibles (y que siempre sirven para esta época):

Halloween Año 2020.

Halloween Año 2019.

Halloween Año 2018.

Halloween Año 2017.

Halloween Año 2016.

Tridente de terror.

Y sin más preámbulos, allá van las de este año, hasta diecinueve posibilidades para todos los gustos:

Ser devorado de Sara Tantlinger (Dilatando mentes), me gusta muchísimo el trabajo que está haciendo la editorial Dilatando mentes con José Angel de Dios a la cabeza; sobre todo por su apuesta clarísima por la literatura de género y, en especial, por la literatura de terror, editando y publicando un montón de autores y autoras con temáticas de lo más variado y que consiguen enriquecer el género y mostrarnos un montón de vertientes posibles. Un libro como Ser devorado que aborda el canibalismo con la crudeza que uno puede esperar además de indagar en las consecuencias de la soledad se convierta en una de las grandes lecturas de terror del año. Lo estaba guardando para la lista de Halloween porque para mí resultó impactante. Desde luego no dejará indiferente a nadie, es un bombazo. Traducción: José Angel de Dios


Impías de Carmen Moreno (Cazador de Ratas), en Impías, la autora aprovecha para explotar la dicotomía sexo-religión (uno de los tropos más usados en el terror a lo largo del tiempo) para desarrollar tres historias, se pueden leer independientemente pero tienen su nexo en común, en las que tres mujeres se rebelan contra un orden establecido que las castiga, ser impías es su respuesta para intentar conseguir la libertad anhelada. Carmen Moreno se sirve de una escritura cargada de intensidad, muy explícita en su descripción del sexo, para mostrar una situación que, en realidad nos pilla bastante cerca en España. Es imposible no empatizar con los tormentos que sufren las protagonistas y con sus gritos de libertad. Estupenda historia, de esas que te dejan noqueado.



El Puente de las almas de V. E. Schwab (Puck), me parece estupendo que haya llegado ya la tercera parte de las crónicas de Cassidy Blake; Schwab ha ido metiéndose en la serie y hay que reconocer que esta última entrega es la más madura y divertida, los personajes interactúan a la perfección y consigue crear una atmósfera onírica y peligrosa para ellos en Nueva Orleans (tarde o temprano tenían que llegar aquí). Es terror pensado para jóvenes que introduce de maravilla elementos terroríficos sin resultar muy grave, es una serie perfecta para que los más jóvenes descubran si les gusta o no el género. Traducción: Estíbaliz Montero Iniesta




El asesinato de Leah Phar de Rafael de la Rosa (Cerbero), la colección Tíndalos de la editorial Cerbero siempre es una buena referencia para descubrir talento patrio; Rafael de la Rosa es una buena muestra de este saber hacer gracias a una historia tan bien desarrollada que consigue la implicación emocional del lector. El punto de partida es irresistible, Leah Phar, la protagonista, es un fantasma que nos habla desde la tumba, a modo de memorias de ultratumba va desgranando detalles de su vida y cómo ha llegado al final de su vida según va visitando a las personas que conoció. El miedo funciona a dos niveles, por un lado, el tradicional que ocasiona los que la hicieron pasar mal en vida; por el otro, el más realista: descubrir cómo los monstruos no son sobrenaturales sino muy cerca de nosotros. De fondo, una pequeña historia policíaca y todo se ensambla sin fisuras, un libro fácil de recomendar, la mayoría de lectores potenciales lo va a disfrutar seguro.

Ruina y putrefacción de Jonathan Maberry (Gran travesía), ¿se puede hacer una historia de muertos vivientes para jóvenes? Esa era la pregunta que me hacía una vez comprobé la existencia de este título a cargo de Jonathan Maberry. Sobre todo porque en las historias de zombis (tanto si se centran en la maldad humana como si lo hacen en los hordas de zombis) suele ser habitual que tiendan a ser muy explícitas, cosa que quizá no cuadra mucho con el público objetivo. Sin embargo, el autor tiene pensado una tetralogía de títulos ambientados en Ruina y putrefacción (un nombre muy sonoro, sobre todo en inglés) y habrá serie de televisión. Creo que el secreto está en reducir la explicitud (dejándolo más a la imaginación del lector y a la introducción de la filosofía y la reflexión al mismo tiempo que la presentación de la historia. El desarrollo de la historia abusa al principio de tropos que ya se han usado con frecuencia pero tiene un par de momentos interesantes en su segunda mitad que, unidos a un buen planteamiento de las escenas de acción, consiguen un resultado final bastante consistente. Habrá que esperar que haya buena suerte y se publiquen las siguientes entregas de la serie. Traducción: Alberto Chimal y Raquel Castro

En la oscuridad del invierno de Tim Winton (Catedral), la editorial no le está haciendo demasiada promoción y, sin embargo, este libro del australiano Tim Winton es una pequeña gran historia de terror en la que representa el poco familiar paisaje australiano desde una óptica minimalista y claustrofóbica (“Ronnie cruzó el umbral y se enfrentó a una losa de gélida oscuridad. No había ni luna ni estrellas en el cielo. Tenía los pies inertes dentro de las botas mojadas. Los huesos parecían encogerse del frío. La ropa se le adhería al cuerpo. No acertaba siquiera a ver su casa en medio de la oscuridad”) a través de las vidas de sus cuatro protagonistas, ubicados en un valle que recibe el nombre de Sumidero. Una novela muy atmosférica (el quinto protagonista) que indaga nuevamente sobre los miedos interiores y lo que ocultamos a los demás. Una propuesta desasosegante y muy interesante. Traducción: Angelica M. Ripa

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Maleficio. El brujo y su sombra de Claudia Andrade Ecchio (La máquina del ping), vaya propuesta perversa la de la escritora chilena; impresionante el trabajo de la autora para ambientar un mundo contemporáneo (que bien podría ser el que vivimos) en la que los brujos y las brujas conviven con “normalidad” con la sociedad y con sus “sombras”, unos seres unidos a ellos de manera indisoluble. La interacción entre brujos y brujas y sus sombras es constante a lo largo de la historia, realizado de una manera muy ingeniosa. Lo perverso viene porque, además de ser brujos guardan una serie de secretos que afectan tremendamente a toda la organización de brujería y que desencadenarán una serie de acontecimientos a cuál más morboso con un final cruel que no busca ningún tipo de redención. No apto para los que necesiten finales felices.


Ring Shout. Nuestro cántico de P. Djeli Clark (Obscura Editorial), me puedo acostumbrar perfectamente a que saquen dos novelas de P. Djeli Clark al año, una costumbre muy sana para leer historias adictivas y cargadas de imaginación. En Ring Shout, Clark parte de una base histórica para luego desplegar toda su creatividad, ambientada en 1915, el estreno de la película El nacimiento de una nación deja al país bajo la influencia de un hechizo terrible que hace que la población blanca acentúe sus temores y que crezcan la filas del Klan. Menos mal que existen las luchadoras de color Maryse, Chef y Sadie para confrontar las fuerzas malignas encabezadas por el carnicero Clyde. Me encanta que buena parte del éxito para conseguirlo estará relacionado con la música (“Es como esa noche de la licorería, un coro abigarrao sin el menor asomo de armonía ni de ritmo, como si lo hubieran concebío para resultar lo menos musical posible. […] ¡Yo también me sé unas cuantas canciones! Escucho a mi espá y dejo que las voces cantarinas me imbuyan. Por un instante, parece desatarse una batalla entre mis canciones y su coro disonante”) y con la sororidad encantadora de sus protagonistas. Desde la ficción, el autor propone una reflexión sobre el conflicto de raza en EEUU (y a nivel mundial) pero con un envoltorio exuberante por su colorido sin ser óbice para obtener una novela de fantasía absorbente. Maravilloso. Traducción: Raúl García Campos


La casa al final de Needles Street de Catriona Ward (Lee Runas – Alianza), fabulosa la entrada de Catriona Ward por estos lares, y deseando que esta primera aproximación a su obra sea un éxito para que podamos ver más muestras de su talento (como ese increíble y multipremiado Little Eve); la autora acomete La casa al final de Needles Street proponiendo un juego al lector: la no fiabilidad del relato que están contando sus protagonistas. Juego del que el lector es consciente porque es fácil encontrar las incongruencias en lo que está leyendo. A partir de ahí sólo se puede confiar en su creatividad y la forma en que cierra la historia es brillante con una poderosa reflexión sobre asuntos de salud mental. El libro transita entre géneros que van desde el horror de un posible asesinato a la simple supervivencia. Vale la pena dejarse llevar por las manos de Catriona Ward. Uno de mis libros preferidos de esta lista. Traducción: Cristina Macía

Los evangelios escarlata de Clive Barker (Hermida), aún con la idea en la cabeza de que he disfrutado bastante más de Barker en las distancias cortas (no sólo por sus Libros de Sangre), es imposible que no recomiende cualquier obra que saque. En esta ocasión tengo la sensación de que va a funcionar mejor ya que el autor vuelve al imaginario de Hellraiser (quizá su mejor propuesta aparte de la narrativa breve) presentando la lucha entre Harry D’Amour y nuestro querido Pinhead, una lucha a muerte en la que se decidirá el destino del infierno, la Tierra y lo que se tercie. Sinceramente, esta propuesta se vende sola. Traducción: Óscar Mariscal

El único indio bueno de Stephen Graham Jones (Biblioteca de Carfax), sale en noviembre la última novedad de la Biblioteca de Carfax, sin embargo, no dudo en ponerla en este listado porque, en este caso, es imposible equivocarse: no sólo porque se haya llevado todos los premios de literatura de terror de este año pasado sino porque, conociendo el gusto de sus editoras, será otra maravilla de su catálogo. Un Graham Jones del que ya tuve la suerte de degustar su Mestizos, una historia de hombres lobo muy particular con un uso muy cuidado del lenguaje por parte del autor. En esta última obra se puede encontrar nada más y nada menos que un slasher pero adaptado a las circunstancias que tan bien conoce: la de cuatro amigos indios americanos que, tras cometer un sacrilegio contra las tradiciones de su tribu, se verán perseguidos por algo que tratará de matarlos. Las ganas que tengo de tenerlo ya en mis manos. Traducción: Manuel de los Reyes


Animales de peluche de Ángela Pinaud (Apache), llevo siguiendo la trayectoria de Ángela Pinaud desde una época en la que se estaba publicando muy poco terror, prácticamente se reducía a Stephen King, la editorial Valdemar y poca cosa más. Recuerdo leer su Magical Mystery Tour con una cierta simpatía, encontré ideas y una cierta inocencia. Sin embargo, la autora que tengo el gusto de leer en estos momentos va mucho más allá de esa idea inicial. Su escritura ha madurado y su grado de perversión ha crecido hasta un nivel más que interesante. Hay mucho que encontrar en esta su última novela: en primer lugar una fusión entre la tecnología y lo sobrenatural, eso que también realizó Thomas Olde Heuvelt en Hex y que aquí le sirve a la autora de base para la creación de la historia; en segundo lugar, me apasionan sus ganas de retorcer la historia, aquí se sirve de un “aparente” bien común relacionado con la ecología para presentar una manipulación obsesiva de la identidad de una persona; en tercer lugar, es encomiable intentar el giro definitivo, no sobra ni mucho menos en esta ocasión y te deja con una sonrisa maquiavélica en la cara.


Lo salvaje de Julia Elliott (Horror Vacui), la carta de presentación de la nueva editorial Horror Vacui es, ciertamente, impactante. Los cuentos de Julia Elliott no son estrictamente de terror, aunque muchos de ellos tengan elementos relacionados con el género; lo que más sorprende de los once relatos es cómo se difuminan los límites de los géneros, encuadrándose en la tradición del gótico sureño pero transitando por el terror, la ciencia ficción, los cuentos de hadas… con una narración que nace de lo clásico pero afronta una indagación de la realidad a través de la representación de lo grotesco, lo absurdo.  Y todo ello con un lenguaje exuberante en recursos y colorido, barroco y sensorial (“La sangre caliente goteaba por mi garganta. Los mosquitos cayeron sobre mis mejillas para lamer el líquido con sus lenguas invisibles. Comí más carne: hamburguesas secas y desmenuzadas, lomo de cerdo graso y trozos de hígado amargo, cordero de sabor fuerte y trozos gelatinosos de ternera. Mordí los tendones de las patas de pavo y saboreé salchichas que se derritieron como caramelos en mi lengua.”). Además, muchos de sus cuentos tienen una ácida crítica implícita a ciertas convenciones sociales como la necesidad de estar en forma o seguir una dieta, conformando un conjunto de relatos completísimo y que sobresale en un año en el que está habiendo un gran nivel en las distancias cortas. Un lujazo de libro. Traducción: Sarai Herrera y Sergio Chesán


La cabaña del fin del mundo de Paul Tremblay (Nocturna), esta es la típica novela que generará opiniones dispares, sobre todo si conoces la novela por la que Tremblay saltó a la fama, esa actualización del género del exorcismo actualizado al fenómeno televisivo que resulta excepcional, tomando la idea clásica y actualizándola a nuestra realidad (Una cabeza llena de fantasmas); y la razón es porque La cabaña del fin del mundo parte de una premisa muy poderosa (para nada clásica) para luego tener un desarrollo complejo que puede exasperar a alguno en su espera. Se trata de un “home invasion” donde siempre se tiene un elemento de incertidumbre, ya que no se sabe en ningún momento si lo que dicen los invasores es cierto. Hasta llegar al final se producirán varios estallidos de violencia a cuál más crudo (sobre todo el primero) pero el autor opta por no desvelar toda la información hasta buena parte del final. Sinceramente, me parece que la novela es un intento de hacer algo muy diferente y siempre es de agradecer nuevas exploraciones en el género, muy muy interesante.  Traducción: Manuel de los Reyes


Cuentos retorcidos de Tom Holland (Applehead), mientras Tremblay se la juega, el otro Tom Holland (el director de Muñeco diabólico y Noche de miedo) opta menos por la originalidad de sus historias que por componer relatos cargados de acción. Los cuatro cuentos incluidos en esta antología no son ajenos a lectores de King o Matheson, pero abogan más por montar una historia que no deje aliento. Tampoco se puede hablar de terror propiamente dicho, el primer relato tiene que ver con un robo, el segundo tiene poderosas similitudes con cierto John Coffey… lo bueno es que se leen con diligencia y proponen un buen rato de entretenimiento para el lector. De hecho, son fácilmente programables para la noche de Halloween porque se leen con facilidad. Conseguir diversión siempre es un buen objetivo.  Traducción: Javier Moragón Cardeña


Infestación. Una historia cultural de las casas encantadas de Érica Couto-Ferreira (Dilatando mentes), siempre me gusta colar en estas listas para Halloween algún ensayo relativo al género y gracias a Érica Couto-Ferreira este estudio teórico sobre la historia cultural sobre las casas encantadas puede ser una opción más que razonable. Tenía otra posibilidad pero lo leeré después de Halloween. La autora ha optado por una aproximación más académica que completista y, apoyándose en varios textos que considera necesarios para analizar la evolución del tratamiento cultural de las casas encantadas, se extiende cronológicamente desde sus inicios hasta comienzos del siglo XX terminado con Daphne Du Maurier y Shirley Jackson. De esta manera consigue reflejar las características y sus tropos asociados y tipificarlos de alguna manera además de reflejar la evolución. Echo de menos un análisis de algunos textos contemporáneos a la luz de lo que comenta anteriormente o, incluso, el cómo estas características se han aplicado a lo audiovisual pero hay que reconocer que el análisis es exhaustivo en lo que ha escogido y es muy útil para entender el papel de este tipo de subgénero. Una gran lectura.

Los vampiros nunca mueren, edición de Zoraida Córdova y Natalie C. Parker (RBA), creo que ya lo he dicho alguna vez y puede ser redundante que lo diga de nuevo pero intento leer/ver todo lo relacionado con vampiros y zombis… debilidades de uno. Así que una recopilación de historias de vampiros siempre  me atrae por encima de todas las cosas, máxime si la idea de las editoras es la siguiente: “Con los relatos de esta antología, queremos demonstrar que no hay una única manera de escribir sobre vampiros. Al fin y al cabo, un ser con capacidad para cambiar de forma debería exhibir muchas caras y contar muchas historias. En estas páginas vas a encontrar relatos de vampiros que amplían y reinventan lo que se ha contado tradicionalmente. Después de cada una de las lecturas, nosotras, tus editrices, te explicamos cómo ha vuelto a imaginar cada relato los tropos que todos conocemos y amamos.”Sinceramente, no me ocurre mejor forma de plantearlo, maravilloso a todos los niveles.  Traducción: V.M. García de Isusi

Guía del club de lectura para matar vampiros de Grady Hendrix (Minotauro), como bien comentaba Jónatan en su web, Grady Hendrix es un autor competente de novelas de terror con un ensayo (Paperbacks from Hell) absolutamente imprescindible. Tengo que reconocer que esta última entrega me gusta especialmente por varios motivos: el primero de ellos, es comienzo a lo Mujeres Desesperadas donde las vecinas de una ciudad se reúnen en torno a un no-club de lectura, lo segundo, la amenaza que va a cambar sus vidas se desarrolla de una manera sutil, con una cierta calma a la hora de desarrollarla y, tercero, por supuesto… VAMPIROS. No hace falta más.  Traducción: Paz Pruneda

A tumba abierta de Joe Hill (Nocturna), nunca recomiendo a Stephen King en estas listas por dos motivos fundamentales: el primero es que no necesita ningún tipo de publicidad para vender, lo que nos lleva al segundo motivo, está siendo publicado por uno de los grandes monopolizadores en España. De ahí que, a pesar del éxito aparente de Joe Hill (series, películas, muchos libros y cómics), este éxito es más bien internacional, aquí no está tan establecido, de hecho, se publica por una editorial (Nocturna) que no es precisamente de las más grandes, conclusión, sigo poniéndolo en mis recomendaciones. Además, esta vez se trata de una antología de cuentos (dos de ellos co-escritos con su padre), terreno en el que le veo más consistente y con la garantía de dos grandísimos traductores al mando. No se puede pedir más. Traducción: Pilar Ramírez Tello y Manuel de los Reyes

Y con esto llego al final, diecinueve novedades entre las que seguro que encontráis una buena opción de lectura para tener algún escalofrío que no sienta nada mal.  ¡A disfrutar y cuidaos mucho!