Resumen Abril 2015. Una barbaridad…

Sin duda ha sido un buen mes, una sana mezcla de libros-cómics, generando un montón de experiencias lectoras que os paso a relatar; me extiendo solo en aquellos que no he puesto reseña en el blog, los que la tienen solo tenéis que pinchar en el título.

Cuando ella era buena de Philip Roth, la reseña en el título. 

Solo un asesinato de Jim Thompson, parece mentira que esta fuera la tercera novela del gran Thompson; como decía Polito en su fabulosa biografía del autor norteamericano, con esta novela comenzaba su edad dorada que daría como resultado un catálogo inolvidable de enrevesadas novelas encuadradas en el mejor hardboiled. Simplemente, hay que leerla.

El misterio de la mosca dorada de Edmund Crispin, tenéis en la reseña todo lo que hace falta saber.

Las cuatro gracias de D.E. Stevenson, lejos queda ya el magnífico primer libro de Stevenson, un prodigio de humor y metaliteratura. La señorita Buncle es una simple sombra ya, balanceándose la trama entre las cuatro hermanas protagonistas de esta cuarta entrega. El resultado, afortunadamente, es una comedia de costumbres en la campiña británica con suficiente chispa para hacernos disfrutar de una buena lectura.

Elisa frente al mar de Clara Asunción García, creo que esta valiente novela no es del tipo que me suelen encandilar… sinceridad y corazón como base, sustentadas en una estructura razonable con el flashback como protagonista y un estilo más manido con cierto abuso de lugares comunes. La temática es controvertida por tratar una relación entre personas del mismo sexo, pero más allá de ello, que está tratado con buen gusto, la novela funciona como una personificación del desencuentro amoroso. Sin duda creo que funcionará entre el gran público pero no es el tipo de lectura por la que abogo en este blog. 

El misterio del carruaje de Fergus Hume, quería sacar ya este balance, pero, en breve, llegará la reseña de este fantástico relato de detectives.

Queen & Country 1: Operación: Tierra rota de Greg Rucka, espléndido inicio de la serie donde se presentan los actores, la trama y el mundo en el que se va a desarrollar, todo ello haciendo ya una primera aventura. Buen equilibrio con el dibujo.

Queen & Country 2: Operación: Lucero del alba de Greg Rucka, buena continuación aunque no esté al nivel de la primera entrega.

Zarzarrosa de Robert Coover, otra reseña que está cocinándose y que saldrá tarde o temprano.

Queen & Country 3: Operación: Bola de Cristal de Greg Rucka, vuelta al nivel inicial, estupenda y descarnada historia con la yihad islámica en un mundo post 11-S. La confirmación del gran personaje que es Tara Chace.

Queen & Country 4: Operación: Blackwall de Greg Rucka, quizá la más intimista de las historias con un chantaje de fondo. Más simple, eficaz pero demasiado sencilla en su resolución, además de ser lo esperado.

El murciélago de Jo Nesbo, es extraño empezar a ver ahora los primeros títulos del autor Noruego, sobre todo después de saber hacia dónde va el personaje, Harry Hole, más adelante. Inevitablemente, en esta primera novela uno contempla el esbozo, muy borroso, del personaje, no digamos ya de sus gloriosos secundarios, ese universo que enriqueció sus aventuras. Se deja leer, entretenimiento garantizado por la inteligencia del noruego. Una buena primera novela.

Queen & Country 5: Operación: Frente tormentoso de Greg Rucka, bajas en el equipo de monitores y una Tara que, por primera vez, la vemos como alguien humano, sufre como el más pintado y tiene que afrontar dificultades.

Queen & Country 6: Operación: Diente de león  de Greg Rucka, nueva dimensión, Rucka se atreve con las luchas de poder dentro de la cúpula de espionaje británico. Espléndida muestra de su buen hacer. Todo diversión.

Queen & Country 7: Operación: Alforjas de Greg Rucka, llegando ya al final de la serie, no solo no baja la calidad sino que se mantiene a un nivel altísimo, esta vez con los dibujos del primer artista, Steve Rolston en la primera historia que supone un verdadero fracaso para la protagonista. Tensión, espionaje, un cóctel irrestible.

Ciudad Fantasma de Robert Coover, ejem, pues esta también me falta… y llegará con la del anterior.

Eso de Inger Christensen, excelente poemario de la danesa, más detalles pinchando en el título.

Queen & Country 8: Operación: Panda rojo de Greg Rucka, más que digno colofón a la serie por parte de un Rucka que lleva al límite a su personaje principal, la historia culmina con uno de esos cliffhangers fantásticos que nos deja con la miel en los labios para posibles nuevas entregas. Muy buena miniserie de espionaje.

Pórtate bien de Noah Cicero, no me ha interesado en ningún momento lo que cuenta ni me gusta cómo lo cuenta… si esto es una especie de manifiesto fundacional de la Alt-Lit, tengo clarísimo que mejor que me aleje de ella; qué mal lo he pasado con él.

Lo que no aprendí de Margarita García Robayo, me temo que no soy el público adecuado para este tipo de narraciones, si bien es cierto que la reflexión final de la segunda parte por lo menos es audaz y juega con la falibilidad a la hora de montar el pasado por nuestros recuerdos; desgraciadamente el estilo me ha resultado ligeramente simplón.

En la sala de espera de Melisa Tuya, lo nombro y, por ahora no puedo comentar nada.

El tenor Fernando Valero (1855-1914) y su entorno  de Alberto J. Álvarez Calero, los pormenores pinchando en el título.

Ondina de Benjamin Lacombe,  una hermosa historia que se une a unos dibujos estupendos de Lacombre, quizás es de las historias en las que se detecta una mayor unión entre texto y dibujos.

Los Vengadores – La edad Heroica de Brian M. Bendis y John Romita JR, una buena recopilación de esta nueva etapa de vengadores con dos arcos argumentales que no redundan demasiado en los vicios ya conocidos de Bendis. Buenas historias y buen dibujo. Buen cómic de superhéroes.

El 6º Continente de Daniel Pennac, ¿quién te ha visto y quién te ve? Parece mentira que este mismo autor escribiese Como una Novela o El Hada Carabina. Una verdadera pena. Nada recomendable.

Lancha rápida de Renata Adler, vaya, ¡otra en elaboración!

Las aventuras de Monsieur Vieux Bois de Rodolphe Töpffer, un pionero en el mundo del cómic, los detalles en el título.

Memorias de un amante sarnoso de Groucho Marx, aplica lo mismo que al anterior, los detalles en el título.

Errores infalibles por (y para) el arte de Neil Gaiman,  prototipo de libro sandía (pocas páginas, letra grande, tapa dura, precio desorbitado) que en este caso sirve como vehículo de transmisión de un discursito de Gaiman en una universidad.  Se lee en un suspiro, no tiene mucha “chicha”, se despotrica durante más tiempo de lo que te ha durado la lectura.

Y con ello pasamos por fin a las adquisiciones. Divididas en dos grupos, las del día del libro en primer lugar. En segundo lugar lo único que voy a comprar en Mayo, hay que ahorrar para la feria.

 

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El mes de mayo en lecturas no va a ser lo mismo que este atípico mes de abril. Entre otras cosas porque la lectura del libro de Barth, Giles, el niño-cabra, más de mil páginas de postmodernismo, va a ralentizar cualquier intento de leer mucho más. Veremos cómo se da. He desistido de intentar prever las lecturas del mes, es imposible y hay demasiados factores, no se puede ser tan programático.

Memorias de un amante sarnoso de Groucho Marx. Reírse de uno mismo

MemoriasSArnosoMi hermano siempre recuerda la primera vez que vimos Sopa de Ganso, y lo recuerda porque no exagero al decir que estuve riéndome durante la hora y un poco más que dura la película a carcajada limpia, hasta un punto en el que me acabo doliendo la tripa; un momento gozoso, de esos que nunca olvidas, esta película consigue encadenar sin descanso un montón de gags, a cual más divertido, y estaban ciertamente inspirados (dentro de que cada película de los Marx tienen momentos inspirados claro); lo cierto es que es una de mis películas favoritas.

Seguro que este recuerdo le alumbró en el tan difícil camino que supone, habitualmente, encontrar un libro que no haya leído o… más bien, no haya comprado ya. Y acertó de pleno, estas Memorias de un amante sarnoso son un fiel reflejo de la personalidad del gran Groucho y de su creatividad e ingenio a pesar de una cierta irregularidad a la hora de cohesionarlas. La verdad es que estas memorias, divididas en cinco partes, están compuestas de anécdotas e historias que le han sucedido a él o a sus hermanos y que relata de una manera inconexa; el comienzo ya denota su intento de reflejar de alguna manera su lugar en el Hollywood de la época:

“La escala social de Hollywood es elevada y causa vértigo. Si miras atentamente desde el peldaño más bajo, podrás descubrir… Bueno, limítate a seguir leyendo.

Son las once de la noche y estoy sentado en la cama leyendo las obras completas de sir Walter Scott y bebiendo un vaso de leche caliente. No te vayas a hacer la idea de que he estado toda la tarde en la cama.”

Y es ahí donde encontramos su capacidad de reírse de sí mismo, calificándose primero como una “estatua social”:

“Los hombres charlamos acerca de política, de los problemas del tráfico y de las mujeres. Las mujeres hablaron sobre su pelo, sobre la asociación de maestros y familiares y sobre los hombres. Hacia las diez y media, el bostezo se hizo algo bastante generalizado y a las once estaba en casa, metido en la cama.

Después de treinta años en Hollywood, he llegado lentamente y de mala gana a la conclusión de que soy una estatua social. Me he convencido finalmente de que debo de tener la mayor parte de las taras físicas que los espacios comerciales de la televisión aseguran ruidosamente que pueden curar en veinticuatro horas.”

Y a continuación como un fanfarrón:

“No sé por qué dije esto, exceptuando el hecho de que básicamente soy un fanfarrón y de que nunca desperdicio una ocasión para darme importancia.”

Como dije con anterioridad, no sólo se basa en experiencias vividas en primera persona sino que utiliza las de sus hermanos igualmente, tal es el caso del jugador del grupo, Chico, especialista en desplumar a quien se pusiera a jugar con él a las cartas:

“Según mis mejores conocimientos, Chico era mi hermano y la única razón de que interpretara el papel de un emigrante italiano era que se adaptaba a su personal talento cómico. Cuando esta explicación no satisfacía a la gente, les decía que plantearan la pregunta al departamento de inmigración y que, si allí tampoco quedaban satisfechos, trataran de investigarlo en el departamento de agricultura.”

Indudablemente, una de los recursos que más utiliza es la subversión de elementos comunes para, aprovechando el desconcierto de darle la vuelta a la situación, arrancarnos la risa;   como es el caso de las famosas (y guapas) hijas de los terratenientes de todas las películas:

“En la ficción, siempre nos hemos inclinado a creer que la hija de un terrateniente o de una patrona constituye invariablemente un bombón irresistible. Bueno, pues, aquella hija, cuyo nombre era Pepita, era por desgracia un perro. Sus encantos exteriores comprendían una serie de dientes torcidos, un busto oblicuo y una nariz que parecía un mapa en relieve de los Andes Superiores.”

Según el tipo de recurso (y humor utilizado) puedes congeniar más o menos, de ahí que no sea muy homogéneo; afortunadamente la quinta y última parte bajo el título de “Filosofía marxista según Groucho “ funciona bien como colofón y es en el momento en el que se encontraba más inspirado, tanto como para pedir como primer mandamiento de su filosofía “un buen bocadillo de jamón”:

“La primera cosa que necesita la nación es un buen bocadillo de jamón. Me refiero al simple y anticuado (actualmente en desuso) bocadillo compuesto exclusivamente por pan y jamón, que fue una institución nacional hasta que los bares y las cafeterías, con su pasión por las cosas mezcladas, lo han echado a perder para todos nosotros. A título experimental, me dirigí ayer a un bar y pedí un bocadillo de jamón.”

O a establecer la forma en que un pobre escritor era maltratado en Hollywood, lo que había que hacer en la época (¿y ahora?) para ganarse el pan:

“El jefe de uno de aquellos estudios sentía tal pasión por el juego del polo, que raramente iba a alguna parte sin llevar un mazo de polo bajo el brazo. Con frecuencia, durante la discusión sobre un guión cinematográfico, mandaba a uno de sus peores escritores que se pusiera a cuatro patas en el suelo y luego cabalgaba un rato por el despacho con el simple propósito de mantenerse en plena forma. El escritor no estaba precisamente entusiasmado con la tarea de interpretar el papel de un caballo, pero no tenía otra alternativa en el asunto. Necesitaba el empleo. Era un piojoso escritor y, además, tenía que mantener a tres esposas de las que se había divorciado.”

Qué mejor que terminar con el que, igualmente, podría haber sido un epitafio perfecto para el humorista:

“Nuestro héroe no se arrepiente de nada. Durante toda su vida estuvo bebiendo profusamente en la fuente del amor y tomó para sí, de un modo liberal e imparcial, los deliciosos frutos que únicamente aguardan a aquellos que no tienen miedo a la vida, sino que viven sólo por la lujuria, despreciando los peligros que acechan en el interior de unos brazos de mujer.

Si hubiera querido, podría haber sido una primera figura en el campo de los negocios, un comandante en las fuerzas armadas, un Hamlet en el teatro. Sin embargo, ya desde su más tierna juventud, estuvo marcado por un destino erótico. Sabía que la obra de su vida consistiría en la persecución incesante de mujeres tentadoras y esquivas.”

Buen rato de humor el que me ha proporcionado Groucho y que nos seguirá proporcionando a través de sus películas y textos; muchas gracias hermano, me lo he pasado muy bien con él.

Los textos provienen de la traducción de Juan Leita de Memorias de un amante sarnoso de Groucho Marx para la editorial Edhasa