Fajas Verano 2017. Ay… qué calor

Antes de irme de vacaciones quiero dejar otro post de fajas. Gracias a la ayuda desinteresada de algunos seguidores de twitter puedo conseguirlo sin problemas.  Y así están de actualidad, luego llegará septiembre y es otra historia, además de tratarse de una de las época de mayor actividad editorial. No lo pienso más. Allá van las fajas del verano:

-Muy mala pinta tiene la faja que han puesto en Espasa al thriller de Angela Marsons Nadie te oirá gritar; si su mejor baza es decir que va a ser tu Guilty pleasure (Ni siquiera está traducido para los que no conozcan la expresión “placer culpable”) y que es un “thriller perfecto”, o se lo han currado poco o es que, directamente, no da para más. Me quedo con lo último, no creo que vaya a leerla.

-Desde que Neil Gaiman escribiera sus Libros de magia y Sandman cada vez que se publica un libro suyo tengo una sensación de Deja Vú, siempre creo que está escribiendo la misma historia; esta faja podría haberse utilizado para casi todas sus historias; mal no está, bien tampoco,  porque ya sé que no es exactamente cierto. En sus manos “la magia es mucho más que un juego de engaños”. Lo sé desde su Sandman.

-Parece que en Salamandra Black se esfuerzan en traernos un montón de escritores desconocidos que resulta que son “Maestros”, en este caso “el maestro de la novela de espionaje contemporánea.” Creo que podemos tomar un chupito cada vez se diga esa palabra, cogorza asegurada. Por cierto, qué mal utilizar la faja para poner un resumen de lo que trata, más aún si es, como en este caso, tan manida.

-Me encanta Stephen King cuando escribe, lo he hablado alguna vez por aquí; otra de sus facetas conocidas es la utilización de su opinión para valorar otro libro; aquí no suelo estar tan de acuerdo con él. Suele ser muy previsible y dado a ponderación desmesurada cuando, muchas veces, no vale mucho la pena. Desconfío habitualmente de este tipo de frases suyas. La que han puesto en RBA para la última novela de Don Winslow transita por lo ya conocido, “un triunfo”, namedropping “El padrino con policías” y lo directamente simple (en su sentido más peyorativo), “buena”.  Desde luego, currada no está.

-Para acabar, el namedropping llevado hasta el extremo, en Anagrama son muy dados a este tipo de estrategias, como podéis comprobar en los posts que he ido dedicando, tienen de todo. A propósito de la última novela del nobel Modiano, aprovechan para usar una frase de la mismísima academia sueca, una boutade de proporciones mayúsculas “El PROUST de nuestro tiempo”, qué más podemos decir ante su Joyita (sí, ese es el título del libro…). Claro que, el resto de frases  no tiene pérdida, “Su Madame Bovary”, “no se olvida jamás” y, para terminar, “no tiene igual en la concepción literaria de la nostalgia”. Solo nos faltaba recomendar un libro por su nostalgia. Seguro que alguien se acercará por estas “joyas” pero, sinceramente, no va a ser mi caso.

Y eso es todo por ahora. Después del verano más.

Abrazos y ¡buenas lecturas!

Resumen Abril 2015. Una barbaridad…

Sin duda ha sido un buen mes, una sana mezcla de libros-cómics, generando un montón de experiencias lectoras que os paso a relatar; me extiendo solo en aquellos que no he puesto reseña en el blog, los que la tienen solo tenéis que pinchar en el título.

Cuando ella era buena de Philip Roth, la reseña en el título. 

Solo un asesinato de Jim Thompson, parece mentira que esta fuera la tercera novela del gran Thompson; como decía Polito en su fabulosa biografía del autor norteamericano, con esta novela comenzaba su edad dorada que daría como resultado un catálogo inolvidable de enrevesadas novelas encuadradas en el mejor hardboiled. Simplemente, hay que leerla.

El misterio de la mosca dorada de Edmund Crispin, tenéis en la reseña todo lo que hace falta saber.

Las cuatro gracias de D.E. Stevenson, lejos queda ya el magnífico primer libro de Stevenson, un prodigio de humor y metaliteratura. La señorita Buncle es una simple sombra ya, balanceándose la trama entre las cuatro hermanas protagonistas de esta cuarta entrega. El resultado, afortunadamente, es una comedia de costumbres en la campiña británica con suficiente chispa para hacernos disfrutar de una buena lectura.

Elisa frente al mar de Clara Asunción García, creo que esta valiente novela no es del tipo que me suelen encandilar… sinceridad y corazón como base, sustentadas en una estructura razonable con el flashback como protagonista y un estilo más manido con cierto abuso de lugares comunes. La temática es controvertida por tratar una relación entre personas del mismo sexo, pero más allá de ello, que está tratado con buen gusto, la novela funciona como una personificación del desencuentro amoroso. Sin duda creo que funcionará entre el gran público pero no es el tipo de lectura por la que abogo en este blog. 

El misterio del carruaje de Fergus Hume, quería sacar ya este balance, pero, en breve, llegará la reseña de este fantástico relato de detectives.

Queen & Country 1: Operación: Tierra rota de Greg Rucka, espléndido inicio de la serie donde se presentan los actores, la trama y el mundo en el que se va a desarrollar, todo ello haciendo ya una primera aventura. Buen equilibrio con el dibujo.

Queen & Country 2: Operación: Lucero del alba de Greg Rucka, buena continuación aunque no esté al nivel de la primera entrega.

Zarzarrosa de Robert Coover, otra reseña que está cocinándose y que saldrá tarde o temprano.

Queen & Country 3: Operación: Bola de Cristal de Greg Rucka, vuelta al nivel inicial, estupenda y descarnada historia con la yihad islámica en un mundo post 11-S. La confirmación del gran personaje que es Tara Chace.

Queen & Country 4: Operación: Blackwall de Greg Rucka, quizá la más intimista de las historias con un chantaje de fondo. Más simple, eficaz pero demasiado sencilla en su resolución, además de ser lo esperado.

El murciélago de Jo Nesbo, es extraño empezar a ver ahora los primeros títulos del autor Noruego, sobre todo después de saber hacia dónde va el personaje, Harry Hole, más adelante. Inevitablemente, en esta primera novela uno contempla el esbozo, muy borroso, del personaje, no digamos ya de sus gloriosos secundarios, ese universo que enriqueció sus aventuras. Se deja leer, entretenimiento garantizado por la inteligencia del noruego. Una buena primera novela.

Queen & Country 5: Operación: Frente tormentoso de Greg Rucka, bajas en el equipo de monitores y una Tara que, por primera vez, la vemos como alguien humano, sufre como el más pintado y tiene que afrontar dificultades.

Queen & Country 6: Operación: Diente de león  de Greg Rucka, nueva dimensión, Rucka se atreve con las luchas de poder dentro de la cúpula de espionaje británico. Espléndida muestra de su buen hacer. Todo diversión.

Queen & Country 7: Operación: Alforjas de Greg Rucka, llegando ya al final de la serie, no solo no baja la calidad sino que se mantiene a un nivel altísimo, esta vez con los dibujos del primer artista, Steve Rolston en la primera historia que supone un verdadero fracaso para la protagonista. Tensión, espionaje, un cóctel irrestible.

Ciudad Fantasma de Robert Coover, ejem, pues esta también me falta… y llegará con la del anterior.

Eso de Inger Christensen, excelente poemario de la danesa, más detalles pinchando en el título.

Queen & Country 8: Operación: Panda rojo de Greg Rucka, más que digno colofón a la serie por parte de un Rucka que lleva al límite a su personaje principal, la historia culmina con uno de esos cliffhangers fantásticos que nos deja con la miel en los labios para posibles nuevas entregas. Muy buena miniserie de espionaje.

Pórtate bien de Noah Cicero, no me ha interesado en ningún momento lo que cuenta ni me gusta cómo lo cuenta… si esto es una especie de manifiesto fundacional de la Alt-Lit, tengo clarísimo que mejor que me aleje de ella; qué mal lo he pasado con él.

Lo que no aprendí de Margarita García Robayo, me temo que no soy el público adecuado para este tipo de narraciones, si bien es cierto que la reflexión final de la segunda parte por lo menos es audaz y juega con la falibilidad a la hora de montar el pasado por nuestros recuerdos; desgraciadamente el estilo me ha resultado ligeramente simplón.

En la sala de espera de Melisa Tuya, lo nombro y, por ahora no puedo comentar nada.

El tenor Fernando Valero (1855-1914) y su entorno  de Alberto J. Álvarez Calero, los pormenores pinchando en el título.

Ondina de Benjamin Lacombe,  una hermosa historia que se une a unos dibujos estupendos de Lacombre, quizás es de las historias en las que se detecta una mayor unión entre texto y dibujos.

Los Vengadores – La edad Heroica de Brian M. Bendis y John Romita JR, una buena recopilación de esta nueva etapa de vengadores con dos arcos argumentales que no redundan demasiado en los vicios ya conocidos de Bendis. Buenas historias y buen dibujo. Buen cómic de superhéroes.

El 6º Continente de Daniel Pennac, ¿quién te ha visto y quién te ve? Parece mentira que este mismo autor escribiese Como una Novela o El Hada Carabina. Una verdadera pena. Nada recomendable.

Lancha rápida de Renata Adler, vaya, ¡otra en elaboración!

Las aventuras de Monsieur Vieux Bois de Rodolphe Töpffer, un pionero en el mundo del cómic, los detalles en el título.

Memorias de un amante sarnoso de Groucho Marx, aplica lo mismo que al anterior, los detalles en el título.

Errores infalibles por (y para) el arte de Neil Gaiman,  prototipo de libro sandía (pocas páginas, letra grande, tapa dura, precio desorbitado) que en este caso sirve como vehículo de transmisión de un discursito de Gaiman en una universidad.  Se lee en un suspiro, no tiene mucha “chicha”, se despotrica durante más tiempo de lo que te ha durado la lectura.

Y con ello pasamos por fin a las adquisiciones. Divididas en dos grupos, las del día del libro en primer lugar. En segundo lugar lo único que voy a comprar en Mayo, hay que ahorrar para la feria.

 

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El mes de mayo en lecturas no va a ser lo mismo que este atípico mes de abril. Entre otras cosas porque la lectura del libro de Barth, Giles, el niño-cabra, más de mil páginas de postmodernismo, va a ralentizar cualquier intento de leer mucho más. Veremos cómo se da. He desistido de intentar prever las lecturas del mes, es imposible y hay demasiados factores, no se puede ser tan programático.

“Miedos de medio minuto” edición de Susan Rich

La web de www.halfminutehorrors.com  surgió como un proyecto de colaboración con First Book, una organización sin ánimo de lucro que consigue libros para niños que, por la precariedad de medios, no pueden adquirirlos. El eslogan de esta recopilación se entrelazaba directamente con la idea subyacente en todos los textos:

“How scared can you get in thirty seconds? Dare to find out!”(¿Cuánto te puedes asustar en treinta segundos? ¡Atrévete a averiguarlo!!

Con el objetivo de poner los pelos punta y hacer pasar miedo a los lectores (en este caso, además, infantiles) en los treinta segundos que duran la lectura de cada relato, más de setenta escritores y artistas (algunos de tan alto nivel como Joyce Carol Oates, Margaret Atwood o Neil Gaiman) se unieron por esa causa benéfica y surgió la recopilación “Half-minute horrors”, con la edición de Susan Rich, que ahora la editorial Hidra nos trae con el sugestivo nombre de “Miedos de medio minuto”.

El resultado es muy variado, se alternan lo estilos: desde relato breve a más largo, pasando por poesía, cómics o, incluso, simplemente dibujos. Tenemos relatos en los que se juega con el elemento de terror pero, sin embargo, se adereza con elementos cómicos como en la siguiente historia de Jenny Nimmo:

La sopa

Ojalá alguien me hubiera dicho lo que me iba

a pasar si me tomaba la sopa de Alicia.

Ahora voy a tener que vivir para siempre con

estos cuernos.

¡Bee!

En cambio, en otros, como el que pongo a continuación de la inigualable Margaret Atwood, la sutileza del final no esconde un momento terrorífico previsible en un futuro no muy lejano:

La mano que acecha

                La mano subía las escaleras del sótano, arrastrándose. Estaba marchita y sucia, y tenía unas uñas larguísimas. Se escabulló por el oscuro pasillo. Cuando encontró una puerta cerrada, la olfateó con la yema de los dedos, saltó cual araña, se aferró el pomo de la puerta y lo giró.

                En el interior de la habitación encontró un calcetín, luego un zapato y luego…. Otra mano  colgando en el borde de la cama. Era una mano joven, una mano que podría robar y llevarse consigo al sótano. El problema era que estaba unida a un brazo. Habría que solucionarlo.

Hay de todo, desde luego la irregularidad es lógica, habida cuenta de que consta de tantísimos relatos, unos funcionan mejor que otros; pero, aún así, el resultado es fantástico, una delicia en algunos momentos y una puerta de entrada al miedo, al terror, para los pre-adolescentes.

Valoración del libro:

“Una Edad Difícil” de Anna Starobinets

La pequeña editorial Nevsky Prospects, que abanderan Marian y James Womack, ha escogido un sello de identidad característico y que los diferencia claramente del resto del panorama literario español. Ese sello es un catálogo formado casi enteramente por literatura rusa y donde tienen cabida los clásicos desde Chejov, Pushkin o Turguenev, hasta obras más actuales como aquella de la que voy a hablar más adelante; tiene además el aliciente de buscar nuevas traducciones de obras consagradas y, en algunos casos, muy cercanas a la literatura de género, sobre todo ciencia ficción e incluso terror. Se nota que hay mucho cariño en la elección y edición de los títulos. Y el resultado es excelente, ya que, a veces, incluso rescatan joyas como una de mis obras favoritas del año pasado, de los hermanos Strugatski, “El lunes empieza el sábado”, que no me cansó de recomendar.

Hoy vengo a hablar de otra de esas pequeñas obritas que he tenido el placer de descubrir este año y que, desde luego, merece un rincón en este blog. Se trata de la recopilación de cuentos “Una edad difícil”, de la joven escritora rusa Anna Starobinets, de quien se ha dicho que cuenta entre sus influencias a Neil Gaiman y Stephen King, e incluso Philip K. Dick.

En el interesante prólogo, Ismael Martínez Biurrun comenta al hablar de la escritora  que es “una de esas rarísimas mentes con el don de traducir las obsesiones en literatura”. Se la ha intentado etiquetar en el género de la “fantasía intelectual”, pero sin embargo, como muy acertadamente comenta Ismael “estos cuentos tienen que ver mucho contigo”, ya que “los personajes de estos cuentos son gente tan normal y satisfecha como cualquiera de nosotros. Esto es, a punto de estallar. Al borde de la locura y del deseo aberrante. Enamorados del abismo.” En la elección de lo cotidiano como fuente generadora del terror, se acerca a King; en la temática, cercana a la ciencia ficción, encuentro paralelismos con Philip K. Dick.

Ya en el primer cuento que da nombre a la recopilación encontramos estas dos características, el magnífico texto se convierte en el “relato de una transformación tanto como de una posesión,” una especie de bildungsroman perverso y desasosegante. En “Vivos”, sin embargo, nos enfrentamos al comienzo de una dixtopía cercana a las obsesiones de George A. Romero, la alegoría está servida. “La familia” se recrea en la rotura de lo cotidiano que conlleva la inestabilidad de la identidad, el paradójico final nos desestabiliza más de lo que podemos esperar. Mi relato favorito, “Las reglas”, es un estudio del trastorno obsesivo compulsivo; es redondo de principio a fin, la elipsis final nos transmite terror  según la tradición más clásica del género (“Mamá, no estás sentada correctamente”). Es en “La agencia” donde encontramos referencias más explícitas a otros relatos de King. También las hay de Poe en “La eternidad de Yasha”, con ese corazón que no late, inmortal. Lovecraft podría ser el referente para “La grieta”, pero ella lo toma como base e innova el relato, como en ese curioso y extraño final que supone “Espero”.

La prosa resulta concisa, sencilla, no la adorna con artificios innecesarios, pero cada palabra está en su sitio, lo podemos ver este fragmento de “Una edad difícil”: “Tenía miedo de encontrarse, en el estrecho pasillo que llevaba al baño o en la cocina pequeña y ordenada, a Maxim. A aquel ser seboso, sudado y cubierto de costras del acné. No quería tocar los mismos pomos de las puertas que tocaban aquellas manos pegajosas ni sentarse en las mismas sillas calentadas por aquel culo gordo. No quería recordar lo cerca que había estado de ser casi un padre para aquel monstruo”. Casi podemos oler, rozar, sentir a Maxim con nuestros propios sentidos.

En definitiva, estamos ante un debut más que prometedor, consistente, ecléctico en los temas elegidos para sus cuentos, con influencias evidentes, pero con voz propia. Un pequeño goce para los que seguimos el mundo de la novela de terror y ciencia ficción. Habrá que seguir todos sus próximos trabajos, y más aún si nos vienen publicados tan bien como lo hace Nevsky.