Mis lecturas favoritas del año 2015

No lo puedo resistir, me encanta hacer el post de lo mejor del año. Entre tanta “desrecomendación”, listas polarizadas y postureos contra las listas mi única respuesta es hacer mi propia lista, con mis propios criterios y, desde luego, lo que más me ha hecho disfrutar este año con ese placer que es el de pasar páginas. Es el quinto año, todo un lujo, y aquí tenéis, por si tenéis curiosidad las listas de los años anteriores:

Lecturas favoritas Año 2011.

Lecturas favoritas Año 2012.

Lecturas favoritas Año 2013.

Lecturas favoritas Año 2014.

Sinceramente, la utilidad de estas listas es la manera de hacer balance personal del año, sirven para valorar lo que he leído de manera cualitativa y junto con el post de las estadísticas, complemento cuantitativamente esta información. Me consta que a varios lectores les sirven para prever posibles lecturas (o no), pero, sinceramente, no es el objetivo, lo hago porque me apetece a mí, como todo lo que aparece en este blog, si a alguien le viene bien, bienvenido sea.

Los criterios son los mismos del resto de años pero los voy a resumir de manera esquemática:

-Hago la lista sobre libros publicados o reeditados en el 2015. Ni mucho menos me leo todo (ni nadie lo hace) y tengo mayor afinidad por libros de editoriales pequeñas independientes que por las grandes monopolizadoras (esta afinidad tiene que ver con leer antes un libro que otro), aun así podréis comprobar que hay de todo.

-El número de libros de esta lista varía de un año a otro, no pongo límites, este año son veinte los elegidos, que son muy acordes con los 226 libros que he leído.

-El orden en el que aparecen  intentaba que fuera cronológico aunque se puede haber mezclado alguna, desde principios de año hasta las últimas lecturas, no asigno posiciones, son mis libros favoritos sin más.

-No hay restricciones en cuanto al género escogido ni la temática.

–Lo más importante: el criterio de elección es mi gusto personal, aparecen los libros con los que más he disfrutado (por los motivos que sean) y, por lo que he estado observando en otras listas, no suelen coincidir con la mayoría de ellas.

-Ah, NO MENOS IMPORTANTE, los he leído todos.

Como diría uno que conozco.. . ¡que entre la pila! En la mayoría de ellos pinchando en el título tenéis el enlace al comentario que realicé en mi blog o en otros espacios:

BowEl gran misterio de Bow de Israel Zangwill, un antecedente claro de la época dorada que ya he mencionado alguna vez donde el autor nos plantea una clásica habitación cerrada con un final muy ocurrente. Modélica en su género, traída gracias a la gran labor de Ardicia, que se está especializando en recordarnos lo que existía antes de Agatha Christie, En la niebla de Richard Harding Davis podría haber estado también pero me he decidido por esta. 

MisterioMoscaEl misterio de la Mosca Dorada de Edmund Crispin, como ya he dicho aquí , ante la sistemática situación según la cual cada año tengo que encontrar en las listas de las mejores novelas negras/policíacas la ausencia de novelas más centradas en la investigación detectivesca,  esta elección supone una reivindicación de dicho tipo de novela, la “mistery novel”, de la que seguimos viendo publicadas, a cuentagotas, todo sea dicho, ejemplos magníficos de realización del género; Edmund Crispin, integrante del famoso club de detectives, y del que este año hemos visto publicado el primer caso de Gervase Fen nos demuestra a la perfección en sus novelas cómo lo popular no tiene que estar reñido con lo intelectual y, para colmo, es capaz de crear una trama consistente en todas sus consecuencias. Cada aventura supone una variedad de niveles de lectura que son disfrutables desde los menos exigentes hasta los lectores más avezados capaces de interpretar el desafío metarreferencial que despliega con una inteligencia más allá de lo común. Un perfecto reloj, un rompecabezas que nos provoca un deleite difícil de superar; y eso que es una “novelita policíaca.” 

esoESO de Inger Christensen, es toda una suerte disponer de la colección de poesía que lanzó Sexto Piso, sobre todo porque, gracias a ella, hemos podido ver obras de la escritora danesa tan potentes en lo poético como Alfabeto (que ya estuvo en mi selección del año anterior) y esta que os traigo hoy que olvida el minimalismo de la anterior para sumergirnos en toda una cosmogonía del lenguaje. Una obra compleja y abierta a muchas interpretaciones, pero siempre estimulante.

jackOFspadesJack of Spades de Joyce Carol Oates, es de suponer que este libro se pueda ver publicado alguna vez por aquí, pero no me pude resistir a leerlo antes por mi afinidad con la norteamericana; posiblemente, no hay autora tan prolífica en la actualidad y al ritmo actual, no veremos ni una cuarta parte de su variada obra. Este pequeño libro refleja uno de sus mayores rasgos: la difusa frontera entre lo serio y lo relativo a la literatura de género. De hecho, a su manera, constituye un pequeño homenaje a la obra de Stephen King pero sabiendo llevarlo a su terreno. Es la obra suya que más me ha gustado este año, aunque lo normal es que The Sacrifice le guste más al lector habitual.

Los-Desafortunados_baja-201x300Los desafortunados de B.S. Johnson, lo he dicho en The Sky Was Pink del gran Álvaro Arbonés, esta es una de mis opciones más personales. Desgraciadamente, es un libro que hemos leído pocos, y de los que lo hemos leído he encontrado opiniones contrapuestas incluso en los comentarios de mi propio blog. Por si fuera poco su estructura en forma de caja llena de pliegos y el orden de lectura aleatorio ha atraído a un tipo de lector que adora el libro físico como objeto en todas sus vertientes. Una verdadera lástima, ya que la verdadera fuerza es la perfecta conjunción del artificio formal con la fuerza cautivadora que subyace en la prosa de B. S. Johnson: un verdadero deleite que juega con la forma, seca, de frases largas, separadas por comas, muy “beckettiana” y con el fondo mediante continuos niveles de significación que permiten muchas interpretaciones y sentidos. Esta caja es un verdadero artefacto cultural donde no hay lugar para la nostalgia y sí para un camino de expiación y confrontación con la muerte. 

gilesGiles, el niño-cabra de John Barth, tras el éxito de El plantador de tabaco, Sexto Piso no podía augurar la frialdad con la que se ha recibido este tochazo del norteamericano que ha carecido de aceptación entre los lectores acostumbrados a estos ochomiles y al postmodernismo de alto nivel estilo Gaddis o Pynchon; para mí sin embargo, y a pesar de todo lo excesivo que pueda encontrar en él sigue, siendo una de las grandes lecturas del año no solo por tamaño sino por la calidad de la prosa de Barth.

PrintThe Golden age of murder de Martin Edwards, quería introducir igualmente alguna de las lecturas que alterno en inglés y que es difícil que vean luz por estos lares; este libro constituye todo un sueño para los amantes, como yo, de la novela policíaca detectivesca; un ensayo que refleja las vicisitudes del Detection Club desde su creación y avance histórico hasta el estudio crítico de las obras más representativas de algunos de sus autores además de enlazarlas con la época en que fueron realizadas. Un goce mayúsculo para los pocos que podemos apreciarlo.

MemoriasAsesinoMemorias de un asesino: Israel Rank de Roy Horniman, con la popularización del género, se ha llegado a una progresiva dramatización de la novela policiaca, un ahondamiento cada vez mayor en la identificación social que ahoga otras vertientes más lúdicas, que encuentran un mercado más restringido. Los dos casos que me vienen a la cabeza son las novelas de detectives (el whodunit de toda la vida) y aquellas novelas policíacas que tienen un alto contenido humorístico, normalmente de humor negro. A este segundo caso pertenece este libro publicado por Reino de Cordelia. Es un libro de muchísima fama en la pérfida Albión y que ha dado lugar a una película (Ocho sentencias de muerte, 1949) y a un musical (A Gentleman’s Guide to Love and Murder). Sin embargo, no recuerdo que este libro haya aparecido en los “blogs especializados” de novela negra y policíaca, ni aparecerá en ninguno de los múltiples festivales de novela negra… Una premisa inmejorable (“de cómo Israel Rank, el hijo de una mujer aristócrata venida a menos al casarse con un judío, se enfrenta desde niño a la discriminación inherente a la pobreza y a su raza y que, en su mayoría de edad, decide ascender de escalafón social asesinando a las ocho personas que le preceden en la línea sucesoria de un título nobiliario”) y un desarrollo colosal con un estilo cargado de fina ironía, donde se alternan los problemas debidos a su condición judía con sus tejemanejes a la hora de planear cada uno de los asesinatos, con un sentido común que escandaliza por su frialdad y, como no podía ser menos, con un final  memorable y lleno de mala leche.

Cubierta_PymLa señorita Pym dispone de Josephine Tey, edita con gusto Hoja de Lata y trae a la palestra una peculiar muestra de la novela policíaca de una Tey que habría pertenecido al Detection Club de Christie, Chesterton, Sayers y otros si hubiera conocido a las personas adecuadas. La inclusión en el club no excluía a ningún autor en este sentido, su simple problema fue no vivir más cerca de la capital; esto no debe ensombrecer la calidad de su obra, que se ejemplifica a la perfección con este título, un policíaco diferente que en sus primeros dos tercios tiene un desarrollo no demasiado alejado de las novelas costumbristas británicas (en este caso reflejando la vida en una prestigiosa escuela de educación física en medio de la campiña inglesa ) y le sirve como marco al crimen que se produce en la parte final. Todo con una entrometida maravillosa, la señorita Pym, y uno de esos finales que no se suelen olvidar por el vuelco que suponen y lo inesperado que resulta. Un maravilloso paradigma de presentación de un lugar idílico y cómo todo se puede tergiversar con las debidas evoluciones en los personajes.

buitreEl buitre de Gil Scott-Heron, que sorprende muy positivamente por su consistencia en estilo y trama. Es una novela muy negra de personajes negros y el autor alterna el punto de vista de varios narradores que, a modo de plano secuencia, van conformando una trama compleja en torno al asesinato del joven camello John Lee, que no se resuelve hasta la última página. Por si fuera poco, el autor consigue dotar a cada uno de ellos de un estilo propio, construyendo voces muy distintas de gran viveza y expresividad. Digno continuador de la estela de Chester Himes, hay que reconocer en él un manejo de la parte más literaria muy cuidadoso y donde no faltan las reflexiones racistas, que le sirven para profundizar en “lo racial” asociado a la comunidad de negros y su relación con la población blanca.

EducaciónladrónLa educación de un ladrón de Edward Bunker, en este caso hablamos de una reedición pero supone el colofón de una editorial como Sajalín que apostó por nuestro querido Mr Blue, gracias a ellos podemos disfrutar de la obra completa de un autor que representa, desde sus raíces más profundas, el epítome del hardboiled americano. Esta obra condensa a la perfección todas las virtudes del autor, su verosimilitud violenta que nos horroriza y su lirismo sorprendente para estas lides.

libro_1434013903Gokumon-To: La isla de las puertas del infierno de Seishi Yokomizolo dije en Canino y no me importa repetirlo de nuevo, nos encontramos ante un whodunit ambientado en esa época maravillosa de principios de siglo XX (en pleno apogeo del Detection club, la edad dorada de la novela de detectives británica) pero con un escenario diferente: una isla, Gokumon-To, la isla de las puertas del infierno donde tiene lugar una trama policial de alto voltaje con un detective, Kindaichi Kosuke, que es capaz de juntar en su cerebro todas las piezas de un puzle desenfrenado y peligrosamente poético en su concepción. La resolución, original y audaz, está a la altura de las expectativas, y la ambientación geográfica-histórica de la isla justo al acabar la segunda guerra mundial es excelente.

Cuaderno_CubiertaEl cuaderno perdido de Evan Dara, como comenté en Canino  El cuaderno perdido es paradigmático porque representa, sin lugar a dudas, el sello de identidad de su editorial Pálido fuego: una obra complicada, polifónica, donde los personajes no se identifican y todo se convierte en una narración conjunta (alguno lo bautizó como colmena) que, a pesar de lo que pudiera parecer, no resulta fría. Al contrario, consigue que empaticemos  aún más con la destrucción de una sociedad contemporánea que bien podría ser la nuestra en el futuro. Exigente, sin duda, pero un reto más allá de lo comercial que deja un montón de sensaciones inolvidables.

Cubierta_NiñaGordaLa niña gorda y otros relatos inquietantes de Marie Louise Kaschnitzturbadora recopilación de cuentos de la alemana que hacen aflorar lo más oscuro de la mente humana, lo más misterioso, lo más sutil de nuestra condición.

halcon_spa_provH de Halcón de Helen Macdonald,  la original forma de superar la muerte de su padre, mediante el entrenamiento de un azor nos brinda una “rara avis” donde lo lírico se mezcla con lo salvaje en una conjunción arrebatadora. Un libro único por su forma y por su contenido.

ZerovilleZeroville de Steven Erickson, tengo pendiente escribir algo sobre esta obra tan particular como excepcional, valga como adelanto que cualquier aficionado al cine disfrutará enormemente de las múltiples referencias con respecto al séptimo arte pero que la trama resulta tan consistente y envolvente que la experiencia lectora se convierte en algo inolvidable.  Un libro que ganará aún más con cada relectura que hagamos de él.

9788416131167Aquí de Richard McGuire, como dije en este post de Canino, a pesar de que no ha sido este año uno de aquellos en los que leo muchos cómics sí me gustaría destacar éste  porque supone una concepción innovadora, que trae no pocas satisfacciones desde una premisa muy curiosa: el paso del tiempo en un mismo espacio. Un cómic en el que con solo dos páginas te encuentras inmerso en un viaje en el tiempo en donde la localización no cambia en ningún instante. La mayoría del tiempo es una habitación concreta pero siendo el abanico temporal tan extenso (desde la creación de la humanidad hasta un futuro muy lejano) uno tiene la sensación de poder encontrarse cualquier cosa, desde dinosaurios hasta hologramas pasando por una tribu de indios. Se genera un sense of wonder innegable porque nunca sabes qué habrá en la siguiente página, entre otras cosas porque McGuire  no se limita ubicar un espacio temporal sino que abre varias ventanas alternando escenas de diferentes épocas en una misma página y siempre con una excusa narrativa que las une.

SobrecubiertaPinocho en Venecia de Robert Coover, no es La hoguera pública pero ni falta que hace que lo sea, esta reescritura del cuento de Pinocho a la manera Coover es desternillante y excesiva y reúne, como no podía ser de otra manera, la inmensa prosa de un autor poco leído por aquí. Sin embargo, como decía su editor, esta es una obra para disfrutar en pleno invierno con una manta en los pies, enfrente de una chimenea y tomando un café caliente y humeante. Esto da una idea del placer que supone disfrutarla.

9788490626535Descolonizar la mente de Ngũgĩ wa Thiong’o, gracias a los premios Nobel de literatura se pueden descubrir autores que de otra manera permanecerían ignotos por la mayoría de habitantes de la comunidad lectora. Tal es el caso del keniata Ngũgĩ wa Thiong’o, un excelente autor que, gracias a estar a punto de ganarlo dos años consecutivos, hemos visto publicados este año dos libros de la mano de PMRH en su completísimo sello Debolsillo; uno ha sido una reedición que tenían de su catálogo de Alfaguara, El brujo del cuervo; el otro, Descolonizar la mente: La política lingüística de la literatura africana, una pequeña edición que nos trae cuatro conferencias-ensayos resumiendo su pensamiento al respecto de la lucha contra el neocolonialismo que subyuga al pueblo africano además de enfocarlo como una experiencia vital autobiográfica. Lo excepcional es que el autor, de manera clarividente, lo enfoca hacia el uso del lenguaje como elemento imprescindible para salirse del yugo colonizador constituyendo un texto que bien puede encuadrarse entre lo más florido de los estudios postcoloniales. El lenguaje, en las palabras de Ngũgĩ se convierte en un elemento crucial para la descolonización mediante la construcción de la identidad vernácula.

poridentidadCuentos escogidos de Shirley Jackson, todo un triunfo que Minúscula Ediciones se hayan vuelto a acordar de la escritora norteamericana, lástima que sea para una selección tan limitada que te deja con la boca abierta y, evidentemente con ganas de más; los cuento de Jackson son algo muy distinto, son tan perversos y sutiles al mismo tiempo que nos proporcionan momentos inigualables ; lo bueno, cómo no, incluye La Lotería, y eso ya sería motivo para que apareciera en esta selección. El resto tienen un gran nivel igualmente, me han entrado ganas de volver a leerlos de nuevo.

Será curioso comprobar cómo estas guías que he seguido y la propia lista pueden metamorfosearse el año que viene en algo radicalmente distinto, sobre todo por el hecho de que mi proyecto para leer mujeres va a originar que no esté totalmente al día de novedades. Ignoraré la  mayoría de hombres que salgan salvo algún disidente.

El año que viene seré un antisistema de verdad, o no. Tampoco importa demasiado.

¡FELIZ AÑO! !Buenas lecturas!

En mi pradera de Frédéric Boyer. Western poético minimalista

praderaHay que reconocer que la colección de poesía de Sexto Piso nos está dando muchas satisfacciones; especialmente interesante es el eclecticismo del que está haciendo gala, variedad que se muestra tanto en los temas tratados como en la ambición mostrada por los diferentes autores según el ámbito escogido; si hace poco hablaba de la excelente Eso de la danesa Christensen en términos de poemario universal cosmogónico ahora tenemos este En mi pradera  del novelista, ensayista, poeta, dramaturgo y traductor francés. Frédéric Boyer que es una antítesis de la anterior tanto en extensión como en la ambición final. Nos encontramos con un poemario minimalista donde todo se referencia al western a través de un elemento aglutinador, esa pradera.

Una pradera que se convierte en un “territorio en el que cowboys, indios, búfalos, brujos, plantas silvestres, ríos, sirenas conviven bajo el hechizo de las palabras”; este elemento alienante se convierte, en manos del narrador, en un refugio, en el único lugar seguro al que podemos marcharnos para escapar de las ruinas de un mundo fragmentado e insalvable, el mundo que tan bien nos referenciaba Christensen y que nos causaba una inestabilidad constante:

 

“No hay tiempo que perder. Mi barco partirá al alba

 

                a mi pradera

 

                y ya nunca volveré.

                Lo juro.

 

                Mi pradera se ha vuelto lentamente el mundo entero

                y es dulce y lejana

                como una hermana ausente.”

 

En esa pradera nos podemos sentir como niños, con la inocencia de nuestra infancia, una inocencia que nos mantenía en una virginal tranquilidad, unir dicha inocencia con la lectura, en este caso del libro de Cooper El último mohícano, no sólo nos da un refugio sino que nos recuerda que allí viviremos aventuras diarias:

 

“Ya no recuerdo el día en el que descubrí la existencia

de mi pradera.

Soy un niño la primera vez la palabra pradera la ignoro

pero sé que existe. Con una linterna de bolsillo que he

robado de un cajón de la cocina leo toda la noche bajo

las sábanas una novela de James Fenimore Cooper.

Es maravilloso.

El alba llega y no tengo sueño.”

 

Lo bueno de dicha pradera es que no es individualista a pesar de lo minimalista, la idea del colectivo que convive en dicha pradera refuerza la fuerte presencia de una comunidad que se une a la pradera para ofrecer el refugio que comentaba:

 

“Próximo Viraje

mi pradera

 

Pradera ha sangrado

Pradera ha llorado

Pradera ha conocido

 

un terrible secreto

 

temblando y yo sin temor a hablarle de mi soledad

a mi pradera

 

porque mi soledad no sólo es mía sino

de los tiernos compañeros

de mi pradera “

 

Lo cual no quiere decir que en la pradera todo sea una aparente tranquilidad, en ella habitan las dicotomías como parte integrante de nuestra naturaleza contradictoria, afortunadamente la existencia de dichas contrariedades se ve atenuada por el valor intrínseco de seguridad de una pradera en la que el sol “nunca está lejos”:

 

“La belleza de mi pradera es doble –de memoria y olvi-

do. Una porción de alegría y otra de angustia. Desgarra

el corazón y lo repara. Como en junquillos y campánulas

entre las hierbas. Desordenados y arrojados por amor

y sufrimiento.

 

¿Por quién?

 

Retomar aliento.

 

Precipitarse. Tenso movimiento. El sol nunca está le-

jos de mi pradera.”

 

Lo mismo sucede con la violencia que nos retrotrae a la fuerza de la naturaleza tal y como nos la retrata McCarthy o Hughes, el dolor de esta violencia nunca será como en nuestro mundo real:

 

“Osamenta de bestias muertas. Cuidado con los cer-

nícalos. Mi cabeza tiene precio me niego a decir mi

nombre. Tragué la tierra de mi pradera junto a topos

y gusanos. Vi mi pradera desde los ojos del faisán do-

rado.

 

En mi pradera todos los prisioneros se evadieron una

noche. Nunca los encontrarán. A todos los seres vivos

veo por última vez en mi pradera.”

 

Toda nuestra existencia se redefine desde la perspectiva de lo que sucede en esa pradera, especialmente cada estación que vivimos:

 

“              Primavera

-descubro mi pradera invadida de flores que creía haber

perdido: ranúnculos anémonas mentas iris jacintos. El

niño llora el hombre que no es.

 

                Verano

-mi pradera inflamada bebió toda el agua de las lluvias.

Las raíces transpiran. Las siento bajo mis pies descalzos.

Las hierbas se secan. El arroyo está desnudo.

 

                Otoño

-siento que un mundo se pierde llorando a lo lejos.

Tintes diversos rojo amarillo café vestidos de la bru-

ma. El anciano ha cavado el foso.

 

                Invierno

-potencia congelada del sueño. La piel de los zorros

anquilosados bajo la nieve y el hielo se ha vuelto azul.

La tierra ya está inmóvil.”

 

Lo que está  claro es que Bóyér nos ofrece la solución a nuestro horror diario: un mundo interior simbolizado por la pradera que nos ayuda a sobrellevar nuestra difícil existencia, una pradera en la que perderse, en la que sentir que hay otra vida posible:

 

“Sólo esperar el momento en que

termine la ausencia en mí de mi pradera

y partiré tú lo sabes.

 

Haber sólo

sentido

mi pradera

 

Haber sólo

creído

en algo abierto

en algo vasto

 

Y arrojarme ahí

desde lo alto

del hastío.”

 

Los textos provienen de la traducción de Ernesto Kavi de En mi pradera de Frédéric Boyer para Sexto Piso.

Resumen Abril 2015. Una barbaridad…

Sin duda ha sido un buen mes, una sana mezcla de libros-cómics, generando un montón de experiencias lectoras que os paso a relatar; me extiendo solo en aquellos que no he puesto reseña en el blog, los que la tienen solo tenéis que pinchar en el título.

Cuando ella era buena de Philip Roth, la reseña en el título. 

Solo un asesinato de Jim Thompson, parece mentira que esta fuera la tercera novela del gran Thompson; como decía Polito en su fabulosa biografía del autor norteamericano, con esta novela comenzaba su edad dorada que daría como resultado un catálogo inolvidable de enrevesadas novelas encuadradas en el mejor hardboiled. Simplemente, hay que leerla.

El misterio de la mosca dorada de Edmund Crispin, tenéis en la reseña todo lo que hace falta saber.

Las cuatro gracias de D.E. Stevenson, lejos queda ya el magnífico primer libro de Stevenson, un prodigio de humor y metaliteratura. La señorita Buncle es una simple sombra ya, balanceándose la trama entre las cuatro hermanas protagonistas de esta cuarta entrega. El resultado, afortunadamente, es una comedia de costumbres en la campiña británica con suficiente chispa para hacernos disfrutar de una buena lectura.

Elisa frente al mar de Clara Asunción García, creo que esta valiente novela no es del tipo que me suelen encandilar… sinceridad y corazón como base, sustentadas en una estructura razonable con el flashback como protagonista y un estilo más manido con cierto abuso de lugares comunes. La temática es controvertida por tratar una relación entre personas del mismo sexo, pero más allá de ello, que está tratado con buen gusto, la novela funciona como una personificación del desencuentro amoroso. Sin duda creo que funcionará entre el gran público pero no es el tipo de lectura por la que abogo en este blog. 

El misterio del carruaje de Fergus Hume, quería sacar ya este balance, pero, en breve, llegará la reseña de este fantástico relato de detectives.

Queen & Country 1: Operación: Tierra rota de Greg Rucka, espléndido inicio de la serie donde se presentan los actores, la trama y el mundo en el que se va a desarrollar, todo ello haciendo ya una primera aventura. Buen equilibrio con el dibujo.

Queen & Country 2: Operación: Lucero del alba de Greg Rucka, buena continuación aunque no esté al nivel de la primera entrega.

Zarzarrosa de Robert Coover, otra reseña que está cocinándose y que saldrá tarde o temprano.

Queen & Country 3: Operación: Bola de Cristal de Greg Rucka, vuelta al nivel inicial, estupenda y descarnada historia con la yihad islámica en un mundo post 11-S. La confirmación del gran personaje que es Tara Chace.

Queen & Country 4: Operación: Blackwall de Greg Rucka, quizá la más intimista de las historias con un chantaje de fondo. Más simple, eficaz pero demasiado sencilla en su resolución, además de ser lo esperado.

El murciélago de Jo Nesbo, es extraño empezar a ver ahora los primeros títulos del autor Noruego, sobre todo después de saber hacia dónde va el personaje, Harry Hole, más adelante. Inevitablemente, en esta primera novela uno contempla el esbozo, muy borroso, del personaje, no digamos ya de sus gloriosos secundarios, ese universo que enriqueció sus aventuras. Se deja leer, entretenimiento garantizado por la inteligencia del noruego. Una buena primera novela.

Queen & Country 5: Operación: Frente tormentoso de Greg Rucka, bajas en el equipo de monitores y una Tara que, por primera vez, la vemos como alguien humano, sufre como el más pintado y tiene que afrontar dificultades.

Queen & Country 6: Operación: Diente de león  de Greg Rucka, nueva dimensión, Rucka se atreve con las luchas de poder dentro de la cúpula de espionaje británico. Espléndida muestra de su buen hacer. Todo diversión.

Queen & Country 7: Operación: Alforjas de Greg Rucka, llegando ya al final de la serie, no solo no baja la calidad sino que se mantiene a un nivel altísimo, esta vez con los dibujos del primer artista, Steve Rolston en la primera historia que supone un verdadero fracaso para la protagonista. Tensión, espionaje, un cóctel irrestible.

Ciudad Fantasma de Robert Coover, ejem, pues esta también me falta… y llegará con la del anterior.

Eso de Inger Christensen, excelente poemario de la danesa, más detalles pinchando en el título.

Queen & Country 8: Operación: Panda rojo de Greg Rucka, más que digno colofón a la serie por parte de un Rucka que lleva al límite a su personaje principal, la historia culmina con uno de esos cliffhangers fantásticos que nos deja con la miel en los labios para posibles nuevas entregas. Muy buena miniserie de espionaje.

Pórtate bien de Noah Cicero, no me ha interesado en ningún momento lo que cuenta ni me gusta cómo lo cuenta… si esto es una especie de manifiesto fundacional de la Alt-Lit, tengo clarísimo que mejor que me aleje de ella; qué mal lo he pasado con él.

Lo que no aprendí de Margarita García Robayo, me temo que no soy el público adecuado para este tipo de narraciones, si bien es cierto que la reflexión final de la segunda parte por lo menos es audaz y juega con la falibilidad a la hora de montar el pasado por nuestros recuerdos; desgraciadamente el estilo me ha resultado ligeramente simplón.

En la sala de espera de Melisa Tuya, lo nombro y, por ahora no puedo comentar nada.

El tenor Fernando Valero (1855-1914) y su entorno  de Alberto J. Álvarez Calero, los pormenores pinchando en el título.

Ondina de Benjamin Lacombe,  una hermosa historia que se une a unos dibujos estupendos de Lacombre, quizás es de las historias en las que se detecta una mayor unión entre texto y dibujos.

Los Vengadores – La edad Heroica de Brian M. Bendis y John Romita JR, una buena recopilación de esta nueva etapa de vengadores con dos arcos argumentales que no redundan demasiado en los vicios ya conocidos de Bendis. Buenas historias y buen dibujo. Buen cómic de superhéroes.

El 6º Continente de Daniel Pennac, ¿quién te ha visto y quién te ve? Parece mentira que este mismo autor escribiese Como una Novela o El Hada Carabina. Una verdadera pena. Nada recomendable.

Lancha rápida de Renata Adler, vaya, ¡otra en elaboración!

Las aventuras de Monsieur Vieux Bois de Rodolphe Töpffer, un pionero en el mundo del cómic, los detalles en el título.

Memorias de un amante sarnoso de Groucho Marx, aplica lo mismo que al anterior, los detalles en el título.

Errores infalibles por (y para) el arte de Neil Gaiman,  prototipo de libro sandía (pocas páginas, letra grande, tapa dura, precio desorbitado) que en este caso sirve como vehículo de transmisión de un discursito de Gaiman en una universidad.  Se lee en un suspiro, no tiene mucha “chicha”, se despotrica durante más tiempo de lo que te ha durado la lectura.

Y con ello pasamos por fin a las adquisiciones. Divididas en dos grupos, las del día del libro en primer lugar. En segundo lugar lo único que voy a comprar en Mayo, hay que ahorrar para la feria.

 

adquisiciones_abril

adquisiciones_abril2

El mes de mayo en lecturas no va a ser lo mismo que este atípico mes de abril. Entre otras cosas porque la lectura del libro de Barth, Giles, el niño-cabra, más de mil páginas de postmodernismo, va a ralentizar cualquier intento de leer mucho más. Veremos cómo se da. He desistido de intentar prever las lecturas del mes, es imposible y hay demasiados factores, no se puede ser tan programático.

Eso de Inger Christensen. Cosmogonía de la palabra

esoEs inevitable. Sexto piso puede añadir a sus ya reconocidos logros la publicación regular en España de la gran poetisa Inger Christensen; hablé con palabras elogiosas de su excelente Alfabeto  que entró, por méritos propios, en mi top de lecturas del año pasado; vuelvo ahora para recomendar Eso, el último poemario publicado por aquí y que constituye en sí mismo una obra de arte total con la palabra como protagonista. Un generador de sensaciones con la palabra en el centro ordenándolo todo.

La estructura que adopta la escritora no deja lugar a dudas, tres partes diferenciadas con un punto en común: Prólogos-Logos-Epílogos.  El Logos en griego es la “palabra en cuanto a meditada, reflexionada o razonada” y retrotrae directamente al cristianismo por su identificación con Dios que se produce en el comienzo del Evangelio de San Juan: “en el principio era el logos y el logos era con Dios el logos era Dios.”

El objetivo de Christensen era presentarnos la importancia de la palabra desde sus orígenes y presentar la evolución a lo largo del poemario, de ahí esa sensación de cosmogonía que se reafirma según vamos leyendo. Esta sensación se enfatiza por la forma escogida, el comienzo, el principio de la palabra, se moldea según una prosa poética, un flujo continuo de pensamientos que se van enlazando:

“[…] Ya tiempo que a grandes rasgos sólo se puede medir en vidas. Ya la absoluta desolación del espacio, reducido a cosa. Cautiva en un juego provisional. Reducida a detalles reservados que incesantemente se dividen y se diferencian, buscan lo diferente, buscan la ficción. Giran y se retuercen, se retuercen, se vuelven, giran, dan un viraje fortuito, se inclinan, se comban en expresiones ocasionales, buscan el sistema aparente. Parafrasean. Nutren la gran ambición de las partes individuales: modelar todo o el universo a su propia manera. Quieren parecer otra cosa. No parecerse ya más a sí mismos. Varían pues muy aleatoriamente. Divergen a saltos. Fluctúan difusamente. Modulan, matizan de forma que ellos mismos son modulados, son matizados en el camino. Al azar. […]”

Y en la que utiliza ese juego de contrarios, de conceptos dicotómicos que convierten la lectura en algo muy sensorial, de  imágenes, sonidos, sensaciones táctiles; se trata de una génesis de la palabra, como un big-bang evolutivo altamente sensorial:

“[…] Agua y aire. Contraluz y luz, lo evidente, fosforescente. El mar, saturado de oxígeno y manchas de sol, desencadena una furiosa tormenta solar en un día tranquilo, encuentra la hiperbólica expresión para huida y se desborda en el séptimo cielo, interferencia entre olas de luz y agua, se desmorona, se hunde bajo la superficie donde el mar descansa bañado en un mar de luz. Pero no quema, es mucho más mortífero que ello, el mar icárico. Otro mundo. P. ej., un mundo de sonidos que es mudo en su propio mundo, silencioso. Un mundo superficial, enfrascado en sí mismo. O un mundo incesantemente efervescente, burbujeante, goteante, en silenciosa anestesia. Un mundo incesantemente inquieto de calmantes, una deslumbrante oscuridad, donde luz y oscuridad se refieren a interferencias ausentes entre luz y oscuridad. […]”

Que se va entrecortando, el flujo de pensamiento, desapareciendo para dejar la palabra como protagonista; en este orden de cosas es la ficción la que se convierte en el fermento de nuestras vidas, el resultado del uso de esa palabra, una ficción que es profundo fingimiento, ya que lo que se ficciona no es real por el carácter falible del propio discurso fundamentado en la palabra:

“[…] Visto así la ciudad es un laberinto. Un laberinto formado por pequeños laberintos cuyos habitantes temporalmente móviles mantienen la ficción en orden, se mueven con mesura, p. ej., en fábricas, adecuadamente adaptadas, se mueven con regularidad, atados, p. ej., mantenidos en tiempo y espacio por las cosas temporalmente presentes que se mueven con mesura, adecuadamente, regularmente,

                Ligadas a la ficción mantenida por los habitantes.

Visto así la ciudad es una ficción. Un sistema de funciones que funcionan para funcionar, para que alguna otra cosa pueda funcionar y porque alguna otra cosa funciona. Un sistema de ficciones que fingen para fingir, para que alguna otra cosa pueda fingir, y porque alguna otra cosa finge.[…]”

Después de este prólogo, la poetisa danesa nos sumerge de lleno en el cuerpo del Logos que concibe en tres órdenes superpuestos, en primer lugar el marco, el lugar en el que sucede: el Escenario; un escenario cuyo decorado son de nuevo las palabras:

 

“Después de que el escenario, tras haber sido

minuciosamente lavado, corroído

con ácido, desapareció, surgió

el hedor, la náusea, el vacío,

la necesidad de decorado de las palabras:

 

“el espejo” deseaba un espejo,

“el eructo” deseaba un eructo,

incluso “el ácido” deseaba un ácido,

“el decorado”, un decorado,

las palabras

creaban sus propias condiciones,

hacían un mundo de “el mundo.”

 

Vuelve a redundar en esa sensación de microuniverso creado únicamente de palabras, unas palabras que están vivas, ella se siente como una extranjera en este mundo que las palabras dominan, un “palabrarcado” y su tergiversación por parte del hombre al usarlo en su beneficio:

 

“He tratado de mantener el mundo a distancia. Ha sido fácil.

Estoy acostumbrada a mantener el mundo a distancia. Soy foras-

tera. Como mejor me encuentro es siendo forastera. De esa manera

me olvido del mundo. De esa manera ya no lloro ni me encolerizo

más. De esa manera el mundo se vuelve blanco e indiferente.

 

Y yo camino por cualquier parte. Y permanezco completamente

inmóvil.

De esa manera me acostumbro a estar muerta.

 

Esto es una crítica del poder del hombre sobre el idioma

porque es una crítica del poder del idioma sobre el hombre.”

 

¿Cuánto (si dejáramos a la palabra) podríamos llegar a disfrutar de la belleza que irradia en sí misma?, como al combinarla en el siguiente poema en un mundo en el que el “agua llora” y el “loco sabe donde pisa”:

 

“Le pedí prestada al agua una lágrima

y la lloré una y otra vez

Un loco que conocí en el país

que no existe era mi amigo

 

Lo oía decir incesantemente

que la locura tiene que mantenerse viva

Entonces loamos el agua que llora

y al loco que sabe donde pisa”

 

Sobre el escenario se desarrolla el segundo nivel: la acción poética referenciada a la palabra;  es aquí cuando Christensen desborda en cuanto a aliento poético postmoderno, imágenes poderosas que se combinan en un aparente caos por la posible falta de unión entre dichos temas, cada frase es un cambio de perspectiva estimulante:

 

“Hay manifiestos enfebrecidos

ofrendas de flores y vino

 

palomas vestidas de blanco en jaulas

vírgenes escondidas ocultas en ataúdes

 

anécdotas de caminantes

que van de embriaguez en embriaguez

 

hierba que vuelve verdes los cerebros

balbuceante belleza senil

 

en lo más hondo de la iniciativa política”

 

Es sorprendente la profundidad que consigue en un poema como el siguiente, nos sentimos imbuidos dentro de un infinito de la palabra, una acción a la que no le vemos final pero a la que pertenecemos:

 

“Así pues sigue dando vueltas la palabra que basta

Y todos son alcanzados por su silencio”

 

“Dentro del primer banco hay un segundo, dentro del segundo hay

un tercero, dentro del tercero un cuarto banco, etc.

 

Dentro del banco n.º 3517 hay un hombre calculando los gastos

totales de la guerra

 

En el banco n.º 1425 hay un hombre calculando los beneficios

totales de la guerra

 

El hombre n.º 8611 ha estado desvariando sobre un reparto justo

 

Al final todos los bancos reunidos hay un sagaz especulador”

 

El último nivel, por encima de la acción, es el del texto; es en ese momento cuando el discurso poético se vuelve más denso, volvemos a una prosa que nos retrotrae al principio del poema en cuanto a imágenes y utilización del lenguaje:

“Hoy he pedido algo más de papel. Utilicé como excusa que ayer había olvidado decirle algo a mi esposa. O si soy mujer, que había olvidado decirle algo a mi marido. Sólo quiero decirte que el paraíso es un jardín sin límites, pero tú no tienes que tener miedo para entrar y perderte y todo eso porque las fronteras siguen estando en su sitio y tú puedes ver fácilmente en efecto cuando llegas hasta ellas porque inventaron la luz y hay luz por todas partes. Hay alguien detrás de mí mirando por encima de mi hombro mientras escribo esto. Y ahora me pregunta si es una clave.”

Estamos, a estas alturas, totalmente unidos a un flujo interminable de palabras en el que nos mecemos, junto a ellas como si estuviéramos en una cuna, subyugados por su vaivén:

 

“Veo las ingrávidas nubes

Veo el ingrávido sol

Veo lo fácilmente que dibujan

Un interminable proceso

Como si tuviesen confianza

En mí que estoy en la tierra

Como si supiesen que yo

Soy sus palabras”

 

El epílogo se estructura como un nuevo flujo de pensamiento poético que cierra el círculo con respecto al  que utilizó al principio; la evolución de la palabra deviene en una forma poética real y alejada de la prosa, un cuerpo poético cuyas células son las palabras, vivas para siempre en nuestra existencia, integradas en nuestra vida:

 

“[…] pudieron ser palabras

la materia que sin embargo

compartimos unos con otros

la materia que puede expandir

la mente

y los sentidos

pudieron ser palabras

que tú has dicho

por decir

la totalidad

tal como es

tengo miedo

Intentos eróticos

cuando el cuerpo

en su ciega

actividad

sexual

anhela la invisibilidad

las células

son palabras

cuando el cuerpo

se pierde

en todo

y allí

en su perdición

continúa […]”

 

Un conglomerado poético total, ESO, la influencia de las palabras a través de la poesía en nuestras vidas:

 

“[…] No es casualidad

No es el mundo

Es aleatorio

Es el mundo

Es la totalidad en una masa de diferentes gentes
Es la totalidad en una masa diferente

Es la totalidad en una masa

Es la totalidad

Eso es Eso”

 

Estamos ante un poemario inabarcable y cargado de posibilidades e interpretaciones, el uso de las diferentes técnicas narrativas y poéticas fundamentan un eclecticismo y un ritmo envidiables, la fuerza de sus imágenes nos provocan sensaciones agradables y contradictorias a la vez. Estimulante, enriquecedor, o, simplemente, literatura. De la mejor que se puede encontrar.

Los textos provienen de la excelente traducción de Francisco J. Uriz de Eso de Inger Christensen para Sexto piso.

Mis lecturas favoritas del año 2014

Pasan los años y ya se está convirtiendo en una pequeña tradición realizar una selección con mis lecturas preferidas del año pasado. Os recuerdo que podéis consultar las de años anteriores en los siguientes enlaces.

Lecturas favoritas Año 2011.

Lecturas favoritas Año 2012.

Lecturas favoritas Año 2013.

Sinceramente, la utilidad de estas listas es la manera de hacer balance personal del año, sirven para valorar lo que he leído de manera cualitativa y junto con el post que suelo hacer con las estadísticas, complemento cuantitativamente esta información. Me consta que a varios lectores les sirven para prever posibles lecturas (o no), pero, sinceramente, no es el objetivo, lo hago porque me apetece a mí, como todo lo que aparece en este blog.

Los criterios son los mismos del resto de años pero los voy a resumir de manera esquemática:

-Hago la lista sobre libros publicados o reeditados en el 2014. Ni mucho menos me leo todo (ni nadie lo hace) y tengo mayor afinidad por libros de editoriales pequeñas independientes que por las grandes monopolizadoras (esta afinidad tiene que ver con leer antes un libro que otro), aun así podréis comprobar que hay de todas. Otros años introducía un libro de otro año pero este año, habiendo varias reediciones, no lo creo necesario.

-El número de libros varía de un año a otro, no pongo límites, este año han caído veinte, eso lo adelanto ya.

-El orden en el que aparecen es cronológico, desde principios de año hasta las últimas lecturas, no asigno posiciones, son mis libros favoritos sin más.

-No hay restricciones en cuanto al género escogido ni la temática.

Lo más importante: el criterio de elección es mi gusto personal, aparecen los libros con los que más he disfrutado (por los motivos que sean) y, por lo que he estado observando en otras listas, no suelen coincidir con la mayoría de ellas.

-Ah, NO MENOS IMPORTANTE, los he leído todos.

lepark_grandePasemos entonces a la lista en cuestión:

“Le park” Bruce Bégout, empezó el año inmejorablemente con esta novela del filósofo Bruce Bégout y que editó con mucho gusto Siberia; un parque de atracciones terrorífico por sus implicaciones y, quizá, porque está más presente en la realidad de lo que creemos. Muy poco se ha hablado de esta pequeña maravilla.

 

la-noche-a-traves-el-espejo-9788415973225“La noche a través del espejo” de Fredric Brown, reedición de la obra maestra de Brown que nos trae Reino de Cordelia y que debería hacer las delicias de cualquier aficionado a la novela policíaca; seguro que no va a estar en ninguna lista del año pero esta mezcla de onirismo y realidad es sencillamente mágica.

 

nariznotario“La nariz de un notario” de Edmond About, otra reedición de la mano, en este caso, de Ginger Ape Books & Films, una sátira de la beau monde parisien que le sirve de vehículo para criticar las relaciones de clase e indagar en la reflexión sobre la construcción de la identidad de una persona como fin último.

 

la-camara-sangrienta“La cámara sangrienta” de Angela Carter, otra más, en este caso la de los cuentos de Angela Carter que toman como base los cuentos de hadas de Perrault y los subvierte de tal manera que se convierten en vehículos para la defensa de la mujer y el feminismo, en una lectura de género ciertamente imprescindible. Máxime si, además, tienes las magníficas ilustraciones de Alejandra Acosta.

 

relatos-hispanicos-asombrosos-y-de-terror-9788437632667“Relatos hispánicos asombrosos y de terror” edición de Emilio J. Sales,  “asombrosa” recopilación de relatos a cargo de Cátedra que nos descubre una faceta deliberadamente ignorada: los escritores clásicos españoles también escribían narraciones de género, y lo hacían muy bien.

 

cuentosvictorianos“Cuentos de detectives victorianos” edición de Ana Useros, selección primordial para entender la evolución histórica de las novelas de detectives desde sus inicios, antes incluso de “Los crímenes de la calle Morgue”, que era considerada fundacional. Espléndida edición a cargo de Alba.

 

americanah“Americanah” de Chimamanda Ngozi Adichie, deliciosa novela que era de lo mejor del Baileys prize (junto con la novela de Lahiri) y que ahonda en el papel de la mujer, su emancipación y lucha contra el patriarcado inherente además de exponer con mucho humor los problemas de una inmigrante nigeriana. Una gran novela que se convierte en un clásico casi instantáneo de narrativa contemporánea con multitud de matices de raza y género.

 

thompson_portada“Arte Salvaje. Una biografía de Jim Thompson” de Robert Polito, exhaustiva es la palabra que mejor define este ensayo de Robert Polito sobre el gran Jim Thompson, no creo que se pueda escribir más y mejor sobre la vida y obra del autor. Además, se me antoja muy acertado el análisis crítico de su obra. Un triunfo de Es Pop Ediciones, que trabaja cada obra como si fuera la última en una edición excelente.

 

NOS4A2_cover“NOS4A2” de Joe Hill, el hijo del señor King sigue demostrando libro a libro que puede hacer obras del nivel de su padre; en esta conjuga su amor por lo clásico y le añade los suficientes elementos modernos para crear una narración ciertamente fascinante sin caer en los tópicos habituales.

 

maestro_previa_corregida_rgb“El maestro y Margarita” de Mikhail Bulgákov, esta reedición del clásico ruso se convierte, por derecho propio en la edición definitiva de la obra de Bulgákov. La traducción de Marta Rebón y la edición de Nevsky en consonancia contribuyen a realzar aún más esta obra, ya imperecedera, con infinidad de matices y posibilidades.

 

Nacido de hombre“Nacido de hombre y mujer (y otros relatos espeluznantes)”  de Richard Matheson, parece mentira que, después de tantos años, tengamos el primer volumen de los relatos de Matheson. La espera ha valido la pena, Matheson entendía a la perfección el género y los artificios que sirven a ello.

 

Una-singularidad-desnuda“Una singularidad desnuda” de Sergio de la Pava, no se ha hablado suficiente de la primera excelente novela de Sergio de la Pava. El autor nos brinda una novela muy completa ahondando en una manera de hacer postmodernismo desde el humanismo y, encima, está cargada de buen humor. Es imposible que Casi, su protagonista, no te seduzca.

 

los-ninos-se-aburren-los-domingos-9788494236709“Los niños se aburren los domingos” de Jean Stafford, se acostumbra uno a que Sajalín Editores nos saque siempre alguna joya y claro, nuevamente este año, lo vuelven a hacer recuperando varios de los cuentos que hicieron famosa a la norteamericana y por los que ganó el Pulitzer en 1970. Cuentos que, enmarcados en el gótico sureño, nos traen a colación las penurias de ser mujer en una época como la que vivió la escritora y la forma en que reaccionó ante estas injusticias. Sencillamente necesarios.

 

Alfabeto2“Alfabeto” de Inger Christensen, Sexto piso inició su nueva colección poética de manera inmejorable. Este largo poema que sigue el abecedario y la serie de Fibonacci no se encorseta en una faja sino que ahonda en la libre composición y en la diversidad de estilos y temas. Una verdadera delicia poética.

 

comemadre 1“La comemadre” de Roque Larraquy,  dentro de su nueva colección “El cuarto de las maravillas” Turner nos ha traído esta pequeña rareza dentro de su “gabinete de curiosidades”; en esta obra no vas a encontrar algo habitual, tenlo por seguro, pero también ten en cuenta que vas a disfrutar de lo lindo.

 

Hiperbolemedia“Hipérbole y media” de Allie Brosh, hablando de rarezas… esta recopilación de entradas del blog de la inimitable Brosh se sale también de lo habitual y me vuelve loco con esta tragicomedia ilustrada cargada de humor negro.

 

losreconocimientos“Los reconocimientos” de William Gaddis, lo sé, Gaddis ya es un habitual, todos los años aparece por aquí. Pero ¿os habéis dado cuenta de qué primera novela se marcó? Ambición es una palabra que se queda corta para lo que intenta abarcar en esta novela fundacional. Un ochomil literario.

 

MatemosTío“Matemos al tío” de Rohan O’Grady, utilizar niños en una narración siempre es espinoso; en este caso lo es más por la forma de mezclarlos con una trama gótica, con elementos ciertamente perversos; pero el resultado es excepcional e inolvidable.

 

american-noir“American Noir” de varios autores, edición de Ellroy y Penzler, ¿de verdad hace falta que recomiende a alguien una recopilación de relatos de novela negra que incluye a Goodis, Ellroy, Oates, Leonard, etc.? Pues eso, si te gusta el género negro te apasionará. Si no te gusta, también. Qué buena colección de novela negra está montando Navona.

 

Hoguera_Cubierta“La hoguera pública” de Robert Coover, a pesar de su dificultad a todos los niveles, este es uno de los mayores acontecimientos literarios del años,  José Luís Amores lo ha vuelto a hacer con su humilde “Pálido Fuego”, esta vez para traernos la obra maestra del autor y una de las obras claves de la literatura contemporánea norteamericana.

 

Termino, agradeciendo, como siempre a los lectores de este blog su presencia y sus lecturas. No os cortéis en opinar sobre esta extensa lista y aportar vuestras lecturas favoritas.

 

Ah… y ¡Feliz año 2015 cargado de lecturas!

Resumen Septiembre 2014. Nuevos retos: hacia los 200

Septiembre ha supuesto, indudablemente, un paso hacia delante en el avance de mi recorrido lector de todo el año; iba tan bien con las lecturas en el reto del año, llegar a los 150 libros, que he decido exigirme un poco más y lanzarme a por los 200 libros en un año. Veremos si puedo conseguirlo. En cuanto a la lista de lecturas ha sido variadísima en cuanto a temas y me ha proporcionado lecturas de gran calidad. Estoy muy satisfecho y solo he echado de menos avanzar más en mi  proyecto literario. No hablemos más del tema y pasemos al resumen de las lecturas del mes:

“Una singularidad desnuda” de Sergio de la Pava, me extendí justamente en la reseña que le dediqué a una de las mejores novelas del año. Un gozo.

“Historia en viñetas de la Gran Guerra” de Louis Raemaekers, una versión más (gráfica) de la Gran Guerra, no menos interesante que el resto de versiones más descriptivas.

“A girl is a Half-Formed Thing” de Eimear McBride, la ganadora del Baileys Prize que premia ficción de mujeres en el Reino Unido. Espléndido (y difícil) ejercicio de estilo que abruma por cómo lo cuenta aunque flaquee en lo que cuenta.

“Cuchillada en la oscuridad” de Lawrence Block, un Block olvidado e inencontrable, es un Scudder de los primeros casos pero con elementos que lo van dotando de la personalidad de más adelante.

“El comienzo de la madurez” de Henry James, reflexiva muestra de un texto temprano del gran James. Texto completista que entretiene pero no es especialmente resaltable.

“Cuanto el antro sagrado cierra” de Lawrence Block, salto cualitativo del gran escritor de novela negra con un epílogo brutal que explora las consecuencias del caso y que suponía toda una novedad.

“Los niños se aburren los domingos” de Jean Stafford, recopilación magistral de cuentos de la autora norteamericana, otro de esos libros que se deben leer, más si te gusta la narrativa breve.

“El regreso de Reginald Perrin” de David Nobbs, divertidísima muestra del humor melancólico inglés. Un placer disponer de novelas que tengan tanto que ofrecer y además te hacen reír.

“Un baile en el matadero” de Lawrence Block, crudísima novela que nos trae uno de los casos más escabrosos y mejor llevados por el novelista norteamericano. Una de sus mejores novelas.

“La última noche en Tremore Beach” de Mikel Santiago, un thriller donde todo está muy visto y que, sin embargo, se está “vendiendo como rosquillas”; un producto con final feliz con declaración con flores y arrodillamiento incluidos que no añade nada más que visitas a los lugares comunes, dulcificación en extremo de las situaciones, inverosimilitud a raudales y falta de coherencia interna además de edición por parte de la editorial. Eso sí, se lee en un santiamén.

“Fundido en negro: antología de relatos del mejor calibre criminal femenino” edición de Inmaculada Pertusa Seva, recopilación de relatos policíacos escritos por mujeres que nos traen matices diferentes y buscan nuevos acercamientos al género desde la perspectiva femenina.

“Los jardines estatuarios” de Jacques Abeille, novela atípica por el ritmo al que predispone, una suerte de distopía filosófica que resulta muy placentera por lo bien escrita que está.

“Que levante mi mano el que crea en la telequinesis y otras historias para corromper la juventud” de Kurt Vonnegut, curiosa recopilación de discursos a universitarios realizados por el gran Vonnegut, lástima de precio para que tenga más éxito. Se lee bien, aunque algún texto o idea se repita.

“La visita de Wagner a Rossini” de Edmond Michotte, toda una sorpresa para los aficionados por los motivos que esgrimiré en la próxima reseña.

“La comemadre” de Roque Larraquy, toda una declaración de intenciones para la nueva colección de Turner “El cuarto de las maravillas”; es el camino a seguir para la colección. Espléndida propuesta.

“Poética musical” de Igor Stravinsky, recopilación de las clases que dio en Harvard sobre sus ideas relativas a la música en todos sus aspectos. Más recomendable sobre todo para los que estamos más metidos en el mundo de la música. Me extenderé la próxima semana en una reseña.

“Alfabeto” de Inger Christensen, vaya maravilla para empezar su nueva colección de poesía. En la reseña que publiqué me extiendo más sobre esta pequeña delicia.

“Schoenberg” de Charles Rosen, libro que desgrana una de las figuras más polémicas del siglo XX en lo musical y lo hace con éxito.

“Las esposas de los álamos” de Tarashea Nesbit, otro de los libros con los que Turner ha empezado su nueva colección. Esta ficción histórica utiliza un narrador muy diferente a lo habitual sobre el que hablé en la reseña.

En octubre tengo disponibles las siguientes compras para elegir. Nada nada mal.

Novedades_últimas

Lo único que tengo claro son dos cosas:

-Empezaré con unos cuantos libros policíacos y de novela negra: el último de Block, Jo Nesbo, el famoso Galveston, que se me están acumulando y quiero darles salida, además de que apetecen bastante.

-El “tochazo” del mes está claro también, es uno de los libros que más esperaba  en ese post que hice en septiembre. Se trata del “¿Por qué manda el occidente… por ahora?” de Ian Morris y editado con mucho gusto por Ático de los libros en su colección de Ático Historia.

Y a partir de aquí, quién sabe lo que me puede apetecer…. Tendréis que esperar al próximo mes para saberlo.

“Alfabeto” de Inger Christensen. Creación-destrucción como pulsión poética

Alfabeto2No suelo prodigarme con la poesía… soy más dado a leer ficción; ergo, no tenía pensado que apareciese este libro por aquí.

Sorpresas de la vida, en efecto, estoy aquí para hablar de él. Por lo tanto, podéis suponer que me ha impactado.

Sexto Piso, otra de esas editoriales inquietas, se han lanzado a una nueva aventura, en este caso poética y el primer libro que han escogido, “Alfabeto” de la danesa Inger Christensen, es una absoluta delicia.

Es una de esas extrañas obras en las que ese concepto tan difuso, “el aliento poético”, está tan presente que impacta por su calidez/calidad literaria. Estructuralmente, puede parecer inicialmente rígida; de la sinopsis editorial sacamos dos concurrencias que utiliza la danesa para componer su obra:

“Es un largo poema cuya forma sigue dos principios de composición. El primero es la secuencia de Fibonacci. Es decir, cada verso es la suma de los dos precedentes: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13… El segundo es el alfabeto. Cada poema, y las palabras que utiliza, sigue el orden de las letras: a, b, c, d, e. Sin embargo, bajo esta forma aparentemente estricta, hay lugar para el azar.”

En efecto, en primer lugar la famosa serie de Fibonacci, cada verso es la suma de los dos precedentes y, desde luego, el alfabeto que le da nombre. Sin embargo, como bien dice, la editorial, no denota rigidez, muy al contrario, es tan variada en la forma de tramar los temas y los estilos que supone un pequeño caos poético que se une a la aparente “rigidez” estructural para conseguir una mezcla ciertamente subyugadora.

Me gustaría transcribir a continuación alguno de los poemas de su muestra poética, avisando por adelantado que se resienten del sentido total de un poema que funciona al completo tan bien, que sacar muestras individuales puede desvirtuaran dicha completitud. Lo bueno de esta obra es que permite diferentes interpretaciones-obsesiones cada vez que lo lees y, aunque hoy saque estos temas, otro día podría sacar otros:

 

“las glaciaciones existen, las glaciaciones existen,

el hielo del océano Ártico y el hielo del martín pescador;

las cigarras existen; chicoria, cromo

 

y el iris amarillo-cromo, el azul; el oxígeno

sobre todo; existen también los témpanos del océano Ártico,

el oso polar existe, marcado como una piel

con número de identidad existe, condenado a su vida;

 

de marzo azules de hielo existe, si existen los arroyos;

si el oxígeno en los arroyos existe, el oxígeno

sobre todo; existe sobre todo donde existe el sonido i

de las cigarras, sobre todo donde existe el cielo

de la chicoria como azul turquesa diluido

en agua, […]”

 

Es especialmente reseñable el contraste que logra la danesa mediante las dicotomías existencia-creación/destrucción; en el fragmento anterior se centra especialmente en elementos de la existencia utilizando las repeticiones para obtener el ritmo y jugando con lo sensorial tanto a través de los colores como incluso del sonido.

Esta simbiosis color-sonido tan sensorial es especialmente bella cuando se refiere al canto de los pájaros, donde se mezcla el canto de los pájaros con el susurro de las hojas, y el propio silencio del cielo con la luz resplandecente como una hipérbole que nos trae al tiempo presente, el de la existencia de la bomba atómica, la propia existencia de la bomba trae la destrucción-no-existencia a su alrededor:

 

“[…] los pájaros

cantan y casi

 

ahogan el susurro

de las hojas al viento;

las hojas susurran

y casi ahogan

con su silencio el cielo,

 

el cielo que resplandece,

y la luz que casi

desde entonces se ha parecido

al fuego de la bomba atómica

un poco”

 

De ahí que vaya más allá en esta comparación, la bomba de hidrógeno es la evolución de dicha destrucción, de esa falta de existencia, en un párrafo que rompe el ritmo anterior y lo emparenta directamente con la muerte, en un instante, un ritmo de versos cortos con encabalgamientos continuos que transmiten una rapidez mortal a un instante en el que se acaba todo:

 

“la bomba de hidrógeno existe

una plegaria para morir

 

como se suele morir

un día con un tiempo

 

corriente, ya sepas

que vas a morir o

no sepas nada, un día

 

en que quizá como de costumbre

has olvidado que vas a morir,

un día un poco ventoso

 

quizás de noviembre, […]”

 

El hombre se torna como agente de dicha destrucción, como creador de su propia aniquilación:

 

“[…] nosotros

garantizamos

 

que aniquilamos

todo, destruimos

todo, de manera que

a la primera nada

la decisiva

no se le dará permiso

para escribir poesía

como escribe el viento

en aire o agua; […]”

 

Afortunadamente, la naturaleza, y todo lo bello que contiene existe para nuestro placer; entre tanta destrucción, “la alegría florece” y “la compasión existe”.

 

“[…] cuéntame que la luna es hermosa,

que la extinta ave moa como del melón

 

verde, que la alegría florece, existe,

que los briozoos existen, el banco de caballa existe,

métodos de renuncia, de descenso existen,

reparto físico, como en poemas, de incomparables

bienes terrenales existe, la compasión existe”

 

Y aunque escribamos poesía como escribía una estación, el resultado de esa escritura poética, aunque esté “marcado por la muerte”, se acercará a lo sublime:

 

“[…] escribo como escribe un otoño

marcado por la muerte

como esperanzas inquietas

como tormentas de luz

atravesando una memoria brumosa

 

escribo como el invierno

escribo como la nieve

y el hielo y el frío

y la oscuridad y la muerte

escriben”

 

Vaya poemario el de Inger Christensen, variado como pocos en lo estílistico y en los temas utilizados. Nos acercamos a lo sublime y a una experiencia única, la de leer esta joya. Un comienzo inmejorable el que nos ofrece la editorial que tantas buenas noticias nos da.

Los textos provienen de la traducción de Francisco J. Uriz de “Alfabeto” de Inger Christensen para Sexto Piso.