2018_05_18: Jengibre y, de nuevo, Pilar Pedraza

¿Dos entradas consecutivas?

Pues no me lo creo ni yo, pero sí.

Tampoco es que tenga tantísimo que contar… ayer intenté ver dos capítulos de una serie (Shadowhunters) y en mitad del segundo me dormí. Mi sino habitual estos últimos días. Soy incapaz de aguantar una película aunque, en esta ocasión, tiene que ver más con haber tenido que hacer un viaje a Roma.

Aun así, algo positivo hay que destacar del día y medio. Sigo desde hace muchísimo tiempo a Noel Ceballos y a Hematocrítico, dos agitadores culturales capaces de todo y dotados de una inteligencia sobrehumana para dirimir cómo se mueve el zeitgeist cultural. De ahí que fuera una sorpresa cuando me enteré de que se habían asociado para escribir un libro (su podcast es de sobra conocido) y que tenía como protagonistas a los cinco superdetectives “creciditos”(Aquí no bebíamos cerveza de jengibre). Naturalmente, el libro está dirigido al público juvenil pero es más que disfrutable desde una perspectiva más adulta. Hay un tratamiento delicioso e irónico del fenómeno nostálgico (sobre todo algo relacionado con la EGB..) pero me encanta el cómo han unido las historias antiguas para desarrollar y evolucionar a los personajes consecuentemente. Y todo ello sin olvidarse de las claves del género: la investigación policíaca, la relación entre ellos, el humor… Es muy interesante la perspectiva adoptada con continuas aseveraciones y reflexiones que buscan la complicidad del lector que se siente dentro de la historia. La historia, además, está acabada de manera impecable como una pequeña broma que la mayoría de lectores pueden entender y que les serviría para dar continuidad a los personajes en el futuro. Un verdadero monumento de diversión.

Y llega el fin de semana… a ver si no me duermo hoy.

Abrazos y ¡buenas lecturas!

PS: No se me olvida, tengo en mis manos ya el último libro de Pilar Pedraza y…. (Toma teaser)

Internet Safari de Noel Ceballos. El (im)probable discernimiento virtual

BB61_3D_webInternet y todo lo que le rodea se han convertido en un galimatías prácticamente inexplicable para la mayoría de los ciudadanos de a pie, un mastodonte de proporciones ilimitadas que resulta, en muchos casos, una amenaza a un estado de bienestar y a una privacidad que se ve seriamente en peligro; solamente hay que comprobar algunos de los últimos acontecimientos, por ejemplo, para corroborar la sucesiva demonización de twitter y sus integrantes, como bien nos quieren transmitir los medios tradicionales. Los que lo frecuentamos, en cambio, encontramos razones muy fundadas para necesitarlo, pero todo ello produce una serie de contradicciones que tienen como centro los límites entre lo real y lo virtual.

En este orden de cosas,  el autor del ensayo Internet Safari nos dice lo siguiente en el prólogo:

“Internet Safari es un catálogo personal de esos problemas. O más concretamente, de ese choque entre la vida virtual y la vida real, que aún no están lo suficientemente maduras como para caminar en sincronía. Entre esas grietas aparecen cosas como las apps espías, los trolls agresivos, las selfies en Auschwitz, el bombardeo constante de los tests de personalidad, el pánico a los ataques de hackers, el culto a las celebridades, los errores en los mapas, la soledad detrás de cada DM amoroso, los planes de dominación global a través de memes, la desconfianza hacia las grandes corporaciones, la obsesión por los gatitos…

Y, especialmente, Internet Safari es un intento de responder a la pregunta de por qué  mentimos. Por qué miento. Por qué es tan importante, en suma, que Internet crea que soy feliz.”

Noel Ceballos es el autor de este compendio maravilloso de características únicas y que tiene como objetivo mostrarnos lo que es internet, dónde estamos en este momento y, ¿por qué no?, lo que nos puede deparar en el futuro; Noel demuestra su experiencia sobrada (ahora trabaja para GQ pero es imposible glosar todos los blogs y actividades en las que anda metido) a pesar de su juventud y, sobre todo, se muestra didáctico y capaz de discernir entre un mundo tan confuso y ambiguo como este. El decálogo inicial con el que abre el libro (tras el prólogo) sirve como elemento de “enganche” (sólo lo utilizaré una vez) para cualquier lector que se precie por sus ocurrencias; he seleccionado algunos de estos mandamientos como  muestra: 

“4.Este libro está más interesado en las preguntas que en las respuestas. 

Me encanta la metáfora del safari. ¿Se me ha notado ya? Estoy enamorado de ella, y no tiene que ver con el hecho de que me siga aferrando a ese navegador en concreto, pese a que varias personas me hayan indicado, por activa y por pasiva, que estoy cometiendo un error. No: el safari consiste en salir a la tierra salvaje en busca de algo. De experiencias, sobre todo. Pretendo llevarte conmigo de cañas, pero no sabemos si los que vamos a ser cazados somos nosotros. Nos vamos a enfrentar a cosas que vemos todos y cada uno de nuestros malditos días en pantallas y monitores.. pero que aún no comprendemos. O, al menos, no hemos reflexionado sobre ellas, sobre sus implicaciones y su posible papel en nuestras vidas. Internet safari no es un libro de revelaciones absolutas, sino de indagación y exploración casi temeraria. Salimos a la sabana con el machete entre los dientes: quién sabe lo que nos va a atacar.”

Hay dos mensajes resaltables que constituyen la tónica en la que se va a desarrollar el libro, por un lado,  que nos arriesguemos y perdamos el miedo, que no tengamos complejos ante este viaje a lo incognoscible; lo segundo, adopta un papel muy alejado de la condescendencia, abogando sin embargo por la reflexión, y más aún, porque empecemos a reflexionar nosotros, aunque nos equivoquemos, ante lo que nos encontremos. Estas dos actitudes son imprescindibles como punto de partida. Otro mandamiento que quería destacar es el siguiente:

“7. Este libro se ha pensado como cápsula del tiempo.

Internet Safari es el Estado de la cuestión circa 2015. No se habría podido publicar antes, y soy perfectamente consciente de que su condición de manual de uso para la vida moderna no tendrá demasiado sentido dentro de, pongamos, cinco años. Si tú, lector, vienes de ese futuro no tan lejano, tengo dos cosas que decirte: a)no sabes cuánto me alegro de que aún sigas leyendo libros (la perspectiva desde el viejuno, arcaico 2015 solía ser que ya estaríais en pleno Fahrenheit 451 a estas alturas); y b) considera esto que tienes entre manos como una suerte de cápsula del tiempo. Una foto de Instagram de cómo se veían las cosas en un momento muy concreto, pero creo que también muy crucial: el cambio de guardia generacional, los primeros impactos reales de la cultura de internet en la política, el estrechamiento progresivo de la brecha entre la vida digital y lo que conocíamos como mundo real. Por favor no te rías demasiado de lo ingenuos que éramos a mediados de la Década Miley. Porque es así como la conocéis, ¿verdad?”

La metáfora del libro como “cápsula del tiempo” habla muy claramente sobre la evolución del medio, este compendio es válido ahora pero, seguramente,  pierda validez en sus conclusiones pero no en la actitud y capacidad de reflexión, que deberían permanecer intactas (es como cuando uno acaba una carrera, los conocimientos pasan, pero tu capacidad para adquirirlos y renovarte se suponen por haberla acabado); con esta innegable puerta de entrada Noel empieza a desgranar conceptos que van desde Buzzfeed y su relación con tests y quizzes:

“Buzzfeed se ha especializado en artículos que narran una historia a través de gifs de series televisivas, o de gráficos interactivos, o de mensajes de texto que se van escribiendo ante los ojos del lector. ¿Qué esconde este lujoso escaparate? Es probable que una asunción manifiesta de que la capacidad de atención ya no es lo que era y, por tanto, es necesario crear fuegos artificiales que distraigan, entretengan… y se compartan. También observamos una necesidad de colocar al usuario en el centro de cada historia: 20 cosas que solo las personas tímidas entenderán, 15 señales de que has nacido durante los años ochenta, las 30 pruebas de que tu amor por Benedict Cumberbatch es sincero… Por supuesto, en esta última categoría es donde entran los tests y los quizzes.”

Hasta explicar el famoso concepto hashtag y los trending topics que se alimentan de ellos; en este caso nos advierte sobre la capacidad de explicar lo que preocupa y cuánto preocupa a una comunidad de usuarios, no en vano empiezan a tenerse en cuenta incluso para las audiencias así como para hacer encuestas:

“Cuando Twitter (como red social, pero sobre todo como corporación) decidió asumir la creación colectiva del hashtag y manejarlo ella misma a través de los famosos tuits promocionados por marcas, solo estaba demostrando ir a rebufo de su comunidad. Ahora, el hashtag forma parte del diseño de su web, de su argot, de su identidad corporativa y de su misma esencia. Los trending topics pueden servir para saber aproximadamente cuántos espectadores están viendo el final de una serie de la HBO, pero también son una fuente de inteligencia colectiva. Nos explican cuáles son las preocupaciones principales de su gigantesca comunidad de usuarios, así que son como una encuesta que se actualiza a cada minuto.”

No puedo ocultar que estoy bastante de acuerdo con el narcisismo inherente del fenómeno “selfie”, tan en boga en la actualidad, pero nadie lo explica como él:

“En realidad, no importa el número de personas que aparezcan en una selfie o lo grande que sea su angular. Una selfie siempre en una manera de reclamar un entorno o una experiencia común y articularlos en primera persona. Por eso, quizá, las selfies son la piedra angular de la Primera Iglesia Unificada de Mí Mismo, mucho más que los tuits o los perfiles de Facebook. Por un lado, esto me hace sentir increíblemente bien: si la mayor característica de la modernidad y la postmodernidad era la insignificancia de la persona concreta, que había sido sepultada por las masas urbanas hasta convertirse en una simple hormiga entre la multitud, ahora cada uno puede volver a dar importancia entre la multitud, ahora cada uno puede volver a dar importancia a su historia personal dentro de la colectividad. El Yo vuelve a importar, y además cada uno de nosotros tiene pleno dominio sobre cómo se configura (al menos, en nuestras vidas digitales). Pero por otro lado, no puedo dejar de pensar en todo lo que dicen esos Nuevos Estudios. Lo de que la tecnología está dando rienda suelta a unas tendencias narcisistas innatas que me están volviendo más egoísta, más celoso, más solitario. Sobre todo más egocéntrico.”

Uno de los momentos que más gustará al lector tiene que ver con la exposición de aquellos que pueden ser considerados como villanos, no quiero ponerlos todos porque quitarían la sorpresa al lector, pero sí me gustaría presentar la forma en que lo hace, utlizando conceptos utilizados anteriormente (selfie) tenemos el modélico ejemplo de Breanna Mitchell, que se hizo un selfie en Auschwitz; la idea de ser un villano inconsciente sin tener una motivación concreta más allá de su propio narcisismo y que todo ello generara un linchamiento común colectivo es, ciertamente, fascinante:

“Y, aunque la Princesa Breanna estuviese mintiendo y su selfie fuera solo una selfie, debería perturbarnos la facilidad con la que gritamos a los jóvenes que tienen que aprender unas ciertas normas de decoro en la era digital. Breanna Mitchell fue una villana sin una motivación concreta que le dio a la comunidad internáutica una verdadera causa común, amén de demostrarnos lo cerca que estamos en todo momento de constituirnos en pelotón de linchamiento ante cualquier provocación. Con esto en mente, me armo de valor y le envío un cuestionario (a través de una cuenta de correo que siempre sospeché falsa) a la única personalidad de Twitter que parece estar reflexionando continuamente, en tiempo real, sobre la facilidad con la que todo tuitero se apunta a una humillación pública.”

En la segunda parte el autor reflexiona sobre las razones del éxito de fenómenos como los youtubers; parece una paradoja que un medio global de masas tenga que tomar como base la intimidad para triunfar:

“Lo que ahora vale dinero no es el lujo y los valores de producción, sino la intimidad. La sensación de proximidad. El secreto de muchas estrellas de la webcam consiste en saber gestionar su presencia en las redes sociales. No solamente siguen en Twitter a sus mayores fans, sino que interactúan con ellos casi a diario. Les envían DM personalizados invitándoles a su próxima sesión. Charlan con ellos sobre libros y películas. En definitiva, se cuelan en su universo virtual privado y entran a formar parte de él.”

Me quedo especialmente con dos teorías que podrían dirimir hacia dónde va el futuro, la primera de ellas se refiere a El Nuevo Inquietante, que se trataría de una compleja dicotomía donde ser cercano y extravagante se cumple al mismo tiempo:

Kanye West y ella grabaron juntos el videoclip Bound 2, un trabajo complejísimo que llevó al crítico de arte Jerry Saltz a considerarlo como la vanguardia de todo un nuevo movimiento: The New Uncanny, o el Nuevo Inquietante. […] El Nuevo Inquietante es una doctrina que propone lo siguiente: ser cercanos y marcianos al mismo tiempo. Aceptar el reto del cubo de agua helada, pero sustituyéndolo por una sustancia sin identificar. Hacerse Selfies, pero frente a un volcán en erupción. Ser ellos mismos, transparentes… e indescifrables.

El Nuevo Inquietante aspira a ser la nueva lingua franca de supercelebridades que han perdido cualquier posibilidad de comunicarse con sus multitudes de fans de un modo que podamos considerar como normal. En cierto sentido, se parece a la manera en la que una inteligencia extraterrestre intentaría establecer un primer contacto. Y nada lo ejemplifica mejor que “Bound 2.”

La segunda, con la que no puedo estar más de acuerdo, tiene que ver con la influencia maligna de lo retro (nostalgia incluida) en el juicio cultural, un prisma que ensombrece nuestro discernimiento inconscientemente, sin que nos demos ni cuenta:

“La pregunta es si puedo esquivar al espectro, si seré capaz de escapar de la dominancia de lo retro sobre el panorama cultural y buscar nuevas formas de dejar mi impronta en el aquí y el ahora. Una de las principales críticas que se le hacen a los popes de la retromanía y la espectrología es que, quizá, estén viendo la realidad con un cristal demasiado oscurecido por el prejuicio. Quizá vaya siendo hora de dejar de llorar y empezar a construir. A partir de estas reflexiones ha empezado a cobrar forma una noción: La Nueva Estética. Quizá el concepto no te suene, pero seguro que has visto un código QR (esa mezcla extraña entre el camuflaje militar y un código de barras) insertado en un anuncio. Pues, lo creas o no, es un ejemplo de Nueva Estética, que se define como una reacción virulenta a la industria de lo retro. “

En su tercera parte, la más audaz y aventurada, quizá un poco más difusa, pero ciertamente subyugadora, Noel  nos vuelve infinitamente paranoicos desde diferentes perspectivas, sobre todo para concienciarnos ante una perspectiva que no es del todo imposible; utilizar a Philip K. Dick y Eric Snowden como figuras que sirven para corroborar dicha necesidad de estar paranoico, no deja de ser una gran idea:

“En una entrevista grabada en vídeo, Philip K. Dick (el sumo sacerdote de los paranoicos) habló de la paz interior que sintió al llegar un día a casa y comprobar que alguien había estado allí antes, revolviendo sus cosas en busca, posiblemente, de algún tipo de información comprometida que él mismo desconocía poseer. Cualquier otra persona consideraría ese momento como uno de los más terribles de su vida: han entrado en su casa, lo que significa que la están vigilando, lo que significa que la consideran de algún modo una amenaza, lo que significa que su vida podría correr peligro. Para un paranoico, ese incidente es una bendición: no hay mayor victoria que comprobar que su terror irracional no es infundado. No son solo sombras en su cabeza: es real. Todo es real.”

“Esa es la sensación que muchos experimentamos con las filtraciones de Edward Snowden: no estamos locos, sino que realmente están controlando todos y cada uno de nuestros movimientos a través del teléfono móvil, una pieza tecnológica que se han asegurado de instalar en todos nuestros bolsillos.” 

Probablemente estén controlando este artículo que estoy escribiendo; seguramente se enteren de mi recomendación del libro a diestro y siniestro; bueno, al fin y al cabo, lo que quiero es que la gente lo lea y se divierta tanto como lo he hecho yo.

¡Objetivo cumplido!

Ps: a continuación de la publicación del libro, el escritor lanzó un Tumblr   donde se puede ver cómo se actualiza la información referente a este monstruo según lo que va sucediendo. Es un complemento ideal para cuando lo acabes.

Resumen Noviembre 2015. En “La Sombra”

Este mes ha sido un poco atípico, tanto en lo lector como en la actividad del blog. En lo lector siempre tengo una ligera crisis cuando estoy llegando al final del reto (que he cumplido); este mes, de hecho, ha sido el mes que menos libros he leído, es curioso. En cuanto al blog , intento compaginar mis incursiones en Canino  con él, y cuesta, como ya os comenté en este post . Espero poder normalizarlo de cara al año que viene y mi proyecto de mujeres .Una vez explicado esto pasemos a las lecturas, al final este mes me he quedado en doce libros solamente:

Qué vemos cuando leemos de Peter Mendelsund, un libro ensayo en el que predomina la presentación gráfica del ilustrador de una serie de ideas que, ciertamente, funcionan muy bien a la hora de representar de una manera ilustrativa las verdaderas sensaciones que tiene un lector al dedicarse al proceso de la lectura. Derriba típicos mitos asociados al proceso y abre un poco los ojos sobre lo “borroso” que puede llegar a ser. Una lectura muy recomendable.

El cantante de góspel de Harry Crews, inmensa macarrada con sentido la de Crews  en la que fue su novela debut y que ha constituido mi bautismo de fuego del autor. Una historia mesiánica que adquiere proporciones épicas en el final y en la que no falta el buen humor al entrelazar un cantante de góspel con un circo de freaks y un pueblo de paletos supersticiosos del medio oeste norteamericano. Un cóctel explosivo que pretende reflejar de alguna manera la sociedad norteamericana y su desintegración de una manera como mínimo jocosa y que consigue la leas sin aparente esfuerzo. Un hasta pronto en toda la regla.

Fantasma de Jo Nesbo, desde que Penguin Random House adquirió los derechos del noruego, hay que reconocer que se ha puesto las pilas; ha recuperado los dos primeros libros del autor y ha publicado, al mismo tiempo, los dos nuevos que quedaban en el tintero y, todo ello, en prácticamente dos años. Si bien El leopardo no parecía un buen punto de partida de cara al futuro de Harry Hole, este Fantasma ha conseguido convencerme por motivos distintos a los que hicieron que me aficionara a Nesbo; a nuestro Harry le sienta bien estar en Noruega, es esa pequeña frontera que define también el alcance del género: pasar de un thriller a algo más contenido, un policíaco más habitual; a esta entrega le favorece que  vuelva al terreno personal pero añadido a la trama policíaca y más en la figura de Oleg. Le sienta aún mejor lo cerrada que es la parte final sin que recurra a varios golpes de efecto con falsos culpables, más bien consigue dividirlo en pequeños misterios que va desvelando uno a uno hasta el último giro. Curiosamente, da la impresión de estar más cohesionada que alguna de las anteriores novelas. No me olvido del cliffhanger, evidentemente te deja con ganas de coger el siguiente libro cuanto antes para saber cómo continuará. 

Fulgor de Manuel Loureiro, Loureiro nunca ha sido un escritor muy creativo, se caracteriza más bien por utilizar temas que ya han funcionado y dotarles de su propia cohesión además de ser, particularmente un buen narrador de escenas de acción; en su nueva novela, Fulgor utiliza muchas ideas de otros, pero especialmente de Stephen King, también es cierto que la idea  principal (esas auras) lo ha cogido de Insomnia, libro que precisamente no es de los más famosos, pero no dudé en identificarlo así como las referencias a Carrie o Dreamcatcher, no es desdeñable pensar en la saga de Star Wars o en los X-men por algunos hechos que suceden. Sin embargo, y más allá de estas referencias, el gallego escoge como protagonista a una mujer (muy bien caracterizada) y eso ya es de agradecer entre tanto “macho” dominante y consigue montar una trama que bebe de las fuentes del giallo en su inicio y se convierte en un thriller apocalíptico donde se aborda la eterna lucha del bien y del mal. El resultado es más homogéneo de lo esperado y consigue que se lea en un santiamén obteniendo una novela para momentos de expansión bastante apetecible.

Voces de Chernóbil de Svetlana Alexievich, tenía durante mucho tiempo guardado el libro de la reciente premio nobel de literatura. Mal hecho, como explico con claridad en el enlace del título.

La música del siglo XIX de Carl Dahlhaus, buen material, fatal edición, la acumulación de letras no deja respiro al lector que siente que se agobia en cada paso de página. Lástima porque el material es muy bueno aunque ligeramente denso. No es para aficionados sino para un público más especializado y con unos conocimientos de música avanzados.

Zeroville de Steven Erickson, todo un sorpresón, disfrutable por cualquier lector pero especialmente recomendado para cinéfilos. Me extenderé más con él más adelante. No sé si aquí o posiblemente en otro medio. 

Los hechos de Philip Roth, Roth se lo pasaba bomba con sus lectores, pero seguro que la mayoría no pillaron sus intenciones. Dándole un nuevo sentido al narrador poco fiable y traicionero como en este caso. Me extenderé más adelante.

Internet Safari de Noel Ceballos,  se me antoja muy necesario leer este libro y más en tiempos como los actuales. Conseguir sintetizar (de esta manera) un mastodonte como internet y las redes sociales, es digno de todo mi elogio y reverencia. En breve hablaré mucho más sobre él en una crítica en condiciones.

Medallones  de Zofia Nalkowska, llegué a la polaca por recomendación de un gran lector y a raíz de la lectura de Voces de Chernóbil; y, en efecto, tiene todo el sentido del mundo unir estas dos lecturas en un post que prepararé más adelante. Gran libro, más lírico en sus formas que la bielorrusa a pesar de partir de un mismo tipo de material.

Ojo de Halcón: Río Bravo  de Matt Fraction y David Aja, el mayor problema de este TPB es la irregularidad. Así como las historias de Aja y Fraction funcionan a la perfección, esta simbiosis no es tan patente en el caso de Annie Wu, de hecho, incluso el tono no parece adecuado, y el contraste con las otras es tan evidente que no acaba de cuadrar con lo mostrado. Aun así siguen siendo buenas historias de aventuras no explícitamente super heroicas.

Revival  de Stephen King, King hoy puede hacer lo que quiera,  y lo está aprovechando para escribir de casi cualquier tema que le guste. Se nota que su estilo es mejor que nunca y juega con el resto de variables y nosotros nos congratulemos aunque no se dedique al terror propiamente dicho. Más información pondré más adelante.

Y este mes hay novedades, vuelvo a poner compras ya que, por fin, ha abierto “La Sombra”, como podéis ver en el post que adjunto y donde tenéis toda la información necesaria para pasaros por allí:

Compras_Noviembre

De la foto os podéis imaginar que varios van a caer en diciembre, tengo claro que me encanta acabar el año con un nuevo Coover, ese Pinocho en Venecia va a ser fijo, el resto no lo tengo tan claro. Tendréis que esperar hasta el resumen de diciembre. O casi ya al fin del año.. que ya se acerca.

¿Tenéis elegidos vuestros favoritos del año? Yo tengo varios pero hay que esperar hasta el último día para confeccionar la lista definitiva.

¡Buenas lecturas!

Pulp de Moda: La segunda remesa de Memento Mori

escuelanocturnaQuién me iba a decir a mí que iba a ver tantos libros pulp publicados en los últimos tiempos… hace ya un tiempo que publiqué un pequeño monográfico del pulp español  donde resumía las características del género y donde ponía algunas muestras representativas: estas incluían recuperaciones de los grandes clásicos, algún ensayo e incluso tentativas de pulp actualmente.

Afortunadamente este proceso se está viendo continuado en la actualidad, solo tenemos que ver la tentativa de editoriales pequeñas como Darkland que están intentando publicar novelas emblemáticas de Silver Kane o Donald Curtis (otro día habrá que hablar de ellos) sino que también las propuestas más modernas de autores jóvenes que respetan temas y formatos.

Ayer mismo hablaba de Daniel Ausente y su fantástico “Mataré a vuestros muertos”  que constituía una propuesta actual; hoy traigo la segunda remesa de libros de la editorial Memento Mori, capitaneada por Alberto Haj-Saleh que se lanza de nuevo con dos autores distintos a los que reseñé con anterioridad.

La primera de las novelas tiene como autor a Noel Ceballos, el mediático, carismático y nunca suficientemente reconocido autor del blog de referencia El Emperador de los Helados ; su título “Escuela nocturna”; su carta de presentación, la siguiente:

“Permítame presentarles al primer castigo ejemplar de la Escuela Nocturna. Nuestra educación de terror exigirá más sacrificios antes de que extendamos el manto escarlata sobre la realidad putrefacta. Hasta la siguiente lección—–D.”

Dicha organización realiza una serie de asesinatos rituales que serán investigados por Simón Latour, el intrépido reportero de “El avispón esmeralda”; la ambientación es clave en este Madrid de principios de siglo, no pude evitar recordar alguno de los lanzamientos de la Felguera, especialmente en momentos como este:

“[…] tres años atrás, él (Víctor Latour) y un pérfido inglés habían fundado Investigaciones Joyce Sance & Latour, un negocio a medio camino entre el trabajo de sabueso y la astucia del trilero que consistía, como el propio Arthur se había encargado de subrayar varias veces, en asistir a sus clientes en la resolución de asuntos ultraterrenales. En lengua romance, la traducción aproximada de eso sería algo muy parecido a “atrapar fantasmas”.

No me gusta desvelar la trama porque mi objetivo no es contar sinopsis que luego descubra el lector; baste decir que tiene los suficientes vericuetos como para llevarnos de un lado a otro sin aliento y con detalles truculentos que enriquecen su faceta más pulp; Noel se muestra ambicioso e intenta ir un poco más allá, la siguiente identificación del cinematógrafo y su influencia en nuestras vidas (que puede ser aplicado a la actual) lo demuestra:

“-Seguimos usando el espectáculo para mirar más allá del velo. El cinematógrafo nos convierte a todos en embalsamadores del presente, pero hace algo más con los que se dejan fotografiar en movimiento. Temo, Latour, que los está convirtiendo en muertos en vida.”

De hecho, al leer ciertos párrafos, he detectado una influencia subyacente inconfundible que seguro que hará sonreír a Noel: ¡nuestro adorado Pynchon! Esa “ruptura formal”, “una pieza literaria de otros tiempos”, como la obra del esquivo escritor norteamericano:

 “Entonces fue cuando  María comprendió que estaba ante algo que el resto de sus contemporáneos tardaría años en vislumbrar, una pieza literaria de otros tiempos, un concepto apenas esbozado para el que el presente aún no estaba preparado. El impacto fue devastador: había algo en esa ruptura formal que no estaba bien, que no pertenecía a aquel lugar en el tiempo, que apuntaba a una inocencia perdida quizá…”

La posible existencia de la “Escuela nocturna” más allá de tiempo y espacio es un delirio paranoico digno de él, todos somos Pynchon:

“A veces su influencia es invisible, a veces necesitan recurrir a nosotros para que todo funcione. Señorita Guideón, siempre habrá una Escuela Nocturna. Considérese afortunada de vivir en una realidad donde ha podido verla: miles de millones de personas viven y mueren vidas sin sentido y no llegan, ni siquiera por un segundo, a vislumbrar quién las gobierna.”

Una-bala-a-Dios-y-otra-al-DiabloBuena primera novela, ambiciosa, aunque evidentemente tiene problemas de ritmo, irregular en ciertos momentos, confusa en otros; pero que constituye un comienzo bastante esperanzador. Hay potencial por desarrollar.

El segundo título es “Una bala a Dios y otra al Diablo” de Guillermo Zapata y tiene un comienzo espectacularmente pensado desde sus primeros párrafos, sobre una premisa que recuerda, sin rubor, a un capítulo de Buffy o Angel:

“Esta es la historia de cómo cambié de nombre y de vida y empieza el día que firmé mi primer contrato de trabajo, el día que murió mi abuela atropellada por un autobús. Tenía 84 años. El golpe la desplazó treinta metros, al menos eso nos dijeron. […] Cuando mi abuela murió (ahora diría que fue asesinada, pero tampoco puedo probarlo) pensaba que el mundo se dividía en buenos y malos. Ahora creo que se divide entre los que saben las cosas y los que las ignoran. Los que tienen herramientas y los que carecen de ellas. Los que hacen algo y los que no hacen nada.”

La pérdida del alma, cual si Angel-Angelus se tratara, se convierte en el campo de batalla de nuestro desafortunado protagonista:

“Va a ir al infierno si no hacemos lo que te he dicho ya. Está en deuda desde hace casi veinte años. Yo también lo estoy. Los médicos le diagnosticaron un tumor inoperable. No había forma de salvarla, así que hicimos un pacto, el alma del primero de los dos que muriera a cambio de curarla. ¿Entiendes lo serio que es esto?”

Un campo de batalla con dos bandos bien diferenciados, el de los ángeles y los demonios:

“Mastema no me podía matar porque yo había vendido mi alma al otro bando. El otro bando no era una facción de demonios peleada con otra, eran ángeles. Me lo repetí un par de veces. Mi alma había sido vendida al bando de los ángeles. Los ángeles compraban almas. Los demonios y los ángeles tenían una tregua. Vomité por tercera vez en lo que iba de noche. No me quedaba nada, bilis. Los ojos rojos me ardían.”

Guillermo hace que la trama avance a golpe de buen humor usando la multirreferencialidad cultural como en el caso del Doctor Who:

“Beatriz (había decidido llamarla Beatriz, me resultaba más cómodo) sin embargo, consiguió que la dejaran pasar utilizando una identificación que, a mis ojos, estaba en blanco.

-Vi el juguete en una serie y me gustó –me dijo como excusa.”

O bien, con una gran expresividad como en el momento de la invocación de un espíritu

“La verdad, la sensación que me dio en ese momento es que decía algo parecido a: “Agramon, soy yo, saca la cabeza del culo, deja de acosar a los súcubos y sube aquí para que pueda terminar de joderte eso que llamas no-vida. Es hora de pagar.”

Es una gran baza, necesaria incluso, ya que la trama es muy deslavazada, caótica e incoherente en algunos momentos y esos momentos ayudan a no perder las ganas de seguir avanzando; pero lastran lógicamente el resultado final, bastante irregular. La premisa inicial se enreda tanto que, al final, no queda ya claro el cómo solucionarla, ni siquiera para el propio autor, habida cuenta del epílogo que escribe:

“Quería contaros esa historia porque casi nadie atiende a los principios. Al principio nada está claro, nadie sabe realmente cómo van a salir las cosas, ni si tendrán éxito o no. Los héroes pasan la mayor parte del tiempo llorando, vomitando o en medio de una confusión absoluta. No saben nada. No sabemos nada, pero vamos improvisando.”

Estoy convencido de que Guillermo puede ofrecernos un resultado más redondo en próximos textos, trazas para ello hay.

La conclusión es que tenemos dos novelas, como comenté al principio, deliciosamente pulp, tremendamente entretenidas; con una editorial como Memento Mori que apuesta por autores jóvenes de gran potencial y nosotros los seguiremos disfrutando por estos lares y más en este blog, defensor hasta la muerte de propuestas como esta. Espero que podamos ver en breve alguna propuesta más de este estilo.