14 propuestas para el día del libro 2024

Mantengo mis listas porque la gente que me ha estado siguiendo desde hace tanto tiempo lo merece. No creo que vaya a sacar recomendaciones que no hayan visto en otros sitios pero sí es cierto que siempre intento poner aquellos libros con los que más he disfrutado. Esto siempre es lo más importante para mí y lo que he utilizado como criterio para crearlas.

También estoy intentando este año no pillar tanta novedad porque, la verdad, ni el espacio ni el dinero son infinitos y no se puede uno arruinar por hacerlo. Compro menos y lo alterno con alguno en digital pero no voy a dejar de comprar porque es lo que más me hace disfrutar y, sobre todo, lo que me da un equilibrio personal. Dicho todo esto, allá va la selección que he preparado para este día del libro:

El hombre sin nombre de Laird Barron (Biblioteca de Carfax), el mayor éxito de mi editorial favorita de terror tiene mucho que ver con el espléndido gusto de sus editrices a la hora de elegir el catálogo de sus colecciones; con la salida de Deméter, el sello en el que recopilan novelas cortas de terror, se vuelve a confirmar esta premisa. El buen gusto viene sobre todo porque sus filias son muy variadas y están llenando su catálogo de novelas distintas y muy eclécticas y eso lo hace imbatible. Barron nos ofrece yakuzas y fantasmas y aquí lo tenemos. Me gusta muchísimo esta colección, es la ideal para recomendar a personas que no lean normalmente terror: tratan muchas veces temas actuales y, además en un formato reducido. Es ideal para introducir el género a neófitos. Traducción: Antonio Rivas


Que las montañas sean mi tumba de Francesca Tacchi (Crononauta), ambientada en Italia en el año 1944, Tacchi parte de un hecho histórico universalmente conocido: la Segunda Guerra Mundial (en su vertiente italiana). Añade elementos sobrenaturales no tan conocidos (dioses mitológicos etruscos) y de esta manera monta una historia llena de acción y que sirve de homenaje a los partisanos y (al mismo tiempo) mata un nazi tras otro. Todo funciona a la perfección, tiene diversidad y una bonita historia de amor. El único problema es que se acaba demasiado rápido pero qué buen comienzo de año para la editorial. Grandísima elección. Traducción: Arrate Hidalgo


Doctor No de Percival Everett (De Conatus), sé que la editorial está más centrada en el último premio Nobel pero, sinceramente, lo mejor que publicó el año pasado fue Los árboles de Percival Everett; menos mal que este año nos ha traído otro libro suyo. Este Doctor No vuelve a usar las características que definen a este autor: utilizar el humor (a veces absurdo) para hacer una crítica social. En esta novela esto es llevado aún más a sus últimas consecuencias, mezclando además lo absurdo llevado el límite con la matemática y la filosofía. Un cóctel explosivo lleno de espías como una película de James Bond y que consigue sacarte una sonrisa en cada momento. Es un autor muy diferente y excepcional. Traducción: Javier Calvo



La riada de Michael McDowell (Blackie Books), siempre es de agradecer que una editorial se arriesgue a publicar de una manera distinta; si además esto supone que se puedan tener disponibles libros de un autor como Michael McDowell pues todavía mejor. He tenido la oportunidad de leer Los elementales y Agujas doradas gracias a la Bestia Equilátera pero no es una editorial fácil de encontrar. Blackie acomete la publicación de una saga entera del autor (Blackwater) en seis entregas quincenales, siendo este libro el inicio de la saga. La saga parte de un hecho, una riada que inunda un pueblo, para introducir un personaje que aparece misteriosamente (Elinor Dammert) y una serie de elementos fantásticos en un contexto diferente, un matriarcado con todo lo que eso supone. El resultado es un folletín con elementos fantásticos y de terror que se lee en un instante y resulta muy interesante. Además la portada de Pedro Oyarbide es puro arte. Una maravilla. Yo voy a seguir toda la saga, ha conseguido que me una al fenómeno. Traducción: Carles Andreu

La quinta bruja de Angela Slatter (Duermevela Ediciones), actualmente, Slatter es de esas autoras que consiguen que les compre todo lo que sacan y, además, estamos teniendo la suerte de tener a varias editoriales que están intentando sacar alguna de sus obras. Lo bueno es que tanto Dilatando Mentes como Duermevela están consiguiendo sacar algunas de ellas y lo hacen con mucho cariño y cuidado. Slatter lo merece porque es una narradora excelente, tanto en distancias cortas, como medias como en novelas largas. Es un talento único que, además, es capaz de tratar temas adultos desde la fantasía. Esta novella está ambientada en las calles de Whitechapel y los crímenes de Jack el Destripador, lo bien que le sienta la brujería a esta época y qué matiz tan interesante añade con la protagonista femenina en una época como aquella. La verdadera pena es que sea tan cortita pero parece mentira todo lo que se puede sacar para analizar. Traducción: Rebeca Cardeñoso

Chamanes eléctricos en la fiesta del sol de Mónica Ojeda (Penguin Random House), tengo la suerte de haber leído ya varios libros de la autora antes de su paso a una de las grandes editoriales; no puedo esconder que siempre tengo miedo de que algo cambie para mal porque, evidentemente, no es lo mismo el proceso de edición en una editorial pequeña que en un monstruo. Afortunadamente esta novela confirma que la autora ecuatoriana no pierde comba, desborda de nuevo con su propuesta estética, exuberante en el lenguaje y en la construcción sintáctica, desbordante en su imaginación. Un prodigio de nuevo con ecos terroríficos que me recordaron al excepcional Mandíbula. Es una autora única.

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Un retiro para escritoras mortal de Julia Bartz (Umbriel), cada uno tenemos nuestras filias y fobias, y estas influyen en tus compras y lecturas. La premisa de este libro me atrajo desde el minuto uno. Un retiro de escritoras propuesto por una escritora famosa que se convierte en una pequeña pesadilla por sus excentricidades es, exactamente, el tipo de lectura que me llama. Luego puede suceder que la ejecución no sea la mejor pero hay que reconocer a Bartz que, a pesar de la extensión, consigue mantener el interés y darle un par de vueltas para que avance la trama. Como apunte curioso, no esperaba sexo explícito entre mujeres y es me ha parecido diferenciador con respecto a otras novelas de este corte. Una propuesta muy curiosa de misterio. Traducción: Mia Postigo


Finlay Donovan los deja KO de Elle Cosimano (Contraluz), la nueva entrega de las aventuras de Finlay Donovan sí es exactamente lo esperaba tras su fantástico primer título (que fue una de mis lecturas favoritas del año pasado), vuelve a haber un misterio curioso que se deriva el anterior título, sigue habiendo esa química maravillosa entre Finlay y Vero que trae no pocos equívocos y situaciones delirantes, no falta el romance a “fuego lento” utilizando el triángulo que ya funcionó en la primera parte y, por supuesto, hay un humor inocente que consigue sacarte sonrisas de complicidad con las protagonistas. El único problema es que no trae ninguna innovación con respecto a la anterior entrega. Es una apuesta por la continuidad de una trabajo bien hecho. Traducción: Jorge Ollera Castelo


La casa de la orilla de Daphne Du Maurier (Alba), me encanta Du Maurier, sobre todo con su faceta más habitual orientada a las historias de terror psicológico y el misterio. Es una autora que conseguía dotar de atmósfera a sus narraciones sin perder un ápice de interés la trama. Este libro que nos trae Alba es ciertamente peculiar: se trata de una historia ciencia ficción con viajes en el tiempo. Como si se tratara de Connie Willis, juega a la perfección con los estándares del género y su prosa ayuda a presentar una época distinta. Siempre una lectura segura pro su calidad. Traducción: Concha Cardeñoso Sáenz de Miera

Visceral de María Fernanda Ampuero (Páginas de Espuma), vaya sorpresa de libro, vaya mazazo supone leer esta salvajada de la escritora ecuatoriana. Acostumbrado a sus cuentos no esperaba para nada que esto se tratara de un collage de autobiografía, memoria, autoficción… escrito desde la rabia, desde la injusticia que percibe en tantas facetas actuales. Es terroríficamente brutal, te remueve con cada una de sus palabras. Es increíble. Tengo la impresión de que va ser uno de mis libros del año (sí, ahora en abril me doy cuenta).

Un lugar soleado para gente sombría de Mariana Enríquez (Anagrama), “Las cosas que perdimos en el fuego” sigue siendo mi libro preferido de la autora argentina,  de hecho sigo pensando que me gusta más la Enríquez de las distancias cortas, de ahí que afrontara este nuevo libro suyo como el mayor de los optimismos. Y, afortunadamente, no estaba equivocado. Me gusta mucho como la autora parte de lo cotidiano, sobre todo relacionado con la mujer, para construir sus relatos muy a la manera de Stephen King. Funcionan estupendamente.  

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Linghun de Ai Jiang (Dilatando Mentes), la premisa de partida de esta novela es poderosísima: si tuvieras la oportunidad de ir a un sitio en el que te puedes comunicar con personas queridas que han fallecido. HOGAR es el nombre del sitio, sin embargo, como suele ocurrir habitualmente con otros pactos fáusticos, esto tiene un coste. “Este pueblo venera a los muertos pero no respeta a los vivos”. Linghun significa “alma” y según pasan los páginas te das cuenta de que está cada vez menos presente entre todos sus habitantes. Es descorazonador pero, al mismo tiempo, deja un poso tremendo, una reflexión increíble sobre la necesidad de avanzar y no quedarse en anclado y, cómo no, sobre la naturaleza humana y cómo reaccionamos ante la influencia inevitable de la muerte en nuestro caminar. Traducción: José Ángel de Dios


48 pistas sobre la desaparición de mi hermana de Joyce Carol Oates (RBA), no suelo leer reseñas, la mayoría de las veces me he formado un juicio y también las escribía en el pasado; sin embargo en esta ocasión, buscando el libro en la base de datos de Goodreads me llamó la atención cómo justificaba una lectora el haber puesto una estrella a este libro en particular; sus argumentos eran: que el narrador fuera poco fiable, que el final fuer ambiguo y que no aguantara al personaje. Me hizo mucha gracia porque, probablemente, sólo por estas características seguramente me iba a gustar. No me equivocaba. El libro es estupendo y Oates dedica cada capítulo a una pista para ir desenvolviendo poco a poco una trama donde la mayoría de los detalles son poco fiables, tan poco fiables como su narradora. Traducción: María Dolores Crispín


Yo navegué con Magallanes de Stuart Dybek (Pálido fuego), tengo una debilidad tremenda con este tipo de libros. Todo empezó conscientemente con Winnesburg, Ohio y la culpa fue de Sherwood Anderson, el autor aprovechaba una estructura de cuentos para unirlos entre sí de diferentes formas y confeccionar en realidad una gran novela formada por historias cortas entrelazadas. Además le servía para representar el zeitgeist de una sociedad como la norteamericana (con aspiraciones incluso a la gran novela americana). Dybek juega con el mismo tipo de factores, y, sinceramente, lo hace muy bien. Con una escritura muy detallada y una fantástica creación de personajes que son muy palpables a lo largo de sus páginas, es un trabajo redondo y me gusta mucho más que el anterior libro que publicó Pálido fuego. Traducción: José Luís Amores

Y con esto llego al final, catorce títulos entre los que más he disfrutado este comienzo de año. Es una aportación humilde. No me dedico a esto. Si aporta algo a alguien, bienvenido sea.

Mis lecturas favoritas del año 2020

Cualquier objetivo que tuviera presente este año se deshizo en miles de añicos a principios de marzo; sin embargo, y a pesar de haber tenido tantas cosas malas tengo que reconocer que mi año lector ha sido uno de los mejores que recuerdo. He leído muchos libros, no sólo novedades, recuperando libros de otros años que tenía pendientes y, en general, a pesar de las grandes dificultades he conseguido disfrutar. De hecho, la lectura ha sido, a nivel de ocio, mi verdadera salvación personal. También he tenido que ir adaptándolo, en unas épocas me entraban mejor los cómics, en otras los relatos, en algún momento el terror…. Ha requerido una gran adaptación continua por mi parte. Nadie dijo que fuera fácil pero el resultado final es para estar orgulloso, de hecho, es lo único que he hecho bien en todo el año.

Dicho lo anterior, es el décimo año en que hago una selección de mis lecturas favoritas; aquí tenéis las listas de los años anteriores:

Lecturas favoritas Año 2011.

Lecturas favoritas Año 2012.

Lecturas favoritas Año 2013.

Lecturas favoritas Año 2014.

Lecturas favoritas Año 2015.

Lecturas favoritas Año 2016.

Lecturas favoritas Año 2017.

-Lecturas favoritas Año 2018.

-Lecturas favoritas Año 2019.

Sinceramente, la utilidad de estas listas es la manera de hacer balance personal del año, sirven para valorar lo que he leído de manera cualitativa y junto con el post de las estadísticas, complemento cuantitativamente esta información. Me consta que a varios lectores les sirven para prever posibles lecturas (o no), pero, sinceramente, no es el objetivo, lo hago porque me apetece a mí, como todo lo que aparece en este blog, si a alguien le viene bien, bienvenido sea. Los criterios son los mismos del resto de años pero los voy a resumir de manera esquemática:

Los criterios son los mismos del resto de años pero los voy a resumir de manera esquemática:

-Hago la lista sobre libros publicados o reeditados en el 2019. Ni mucho menos me leo todo (ni nadie lo hace) y tengo mayor afinidad por libros de editoriales pequeñas independientes que por las grandes monopolizadoras (esta afinidad tiene que ver con leer antes un libro que otro), aun así podréis comprobar que hay de todo. Este año particular he puesto dos libros de años anteriores porque he diversificado más las lecturas.

-El número de libros de esta lista varía de un año a otro, no pongo límites, este año son diecisiete los elegidos, que parecen acordes en cantidad con los casi 215 libros que he leído.

– El orden en el que aparecen  intentaba que fuera cronológico aunque se puede haber mezclado alguna (este año seguro que ha ocurrido), desde principios de año hasta las últimas lecturas, no asigno posiciones, son mis libros favoritos sin más.

– No hay restricciones en cuanto al género escogido ni la temática. Este año especialmente podréis comprobar que hay más literatura de género que nunca.

–Lo más importante: el criterio de elección es mi gusto personal, aparecen los libros con los que más he disfrutado (por los motivos que sean).

-Ah, NO MENOS IMPORTANTE, los he leído todos.

Sin más dilación, que entre ya la lista de mis favoritos:

En la costa desaparecida de Francisco Serrano, (Episkaia), arranca mi lista de lo mejor del año justo con uno de los libros con lo que empecé el año. Eran todavía momentos en los que existía Canino y lo recomendé efusivamente era inocente, ni me imaginaba cómo iría todo. Esta novela de vaqueros juega maravillosamente con los arquetipos del género añadiendo elementos contemporáneos que la enriquecen y, desde luego, sin dejar de ser entretenidísima


A lo lejos de Hernán Díaz (Impedimenta), inolvidable el relato de formación de Hakan que nos ha llegado gracias a Impedimenta. Pocas historias han conseguido emocionarme tanto como ésta en este año de tristezas. Y sí, hablo de otro western, empecé en el oeste a lo grande. Traducción: Jon Bilbao.



Tierra de sueños de Sam Quinones (Capitán Swing), este año me prometí a mí mismo leer más ensayos, fue un buen propósito aunque no lo conseguí con la suficiente regularidad. Capitán Swing han dado una buena cosecha (aparte de los de virus, que ha sido empacho) y este texto sobre la crisis de los opiáceos en EEUU es impresionante (y desolador). Traducción: Noelia González Barrancos.




Hamster Princess y la maldición de la bruja ratona de Ursula Vernon (Montena), una de las características que más me define a la hora de escoger una lectura es no estar cerrado a ninguna posibilidad, de ahí que en esta lista con lo que más me ha gustado pueda aparecer cualquier género y para cualquier edad. Tal es el caso de esta obra, creada por la grandísima Ursula Vernon, autora muy versátil, donde tenemos una reformulación del papel tradicional de la típica princesa, todo hecho de una manera bastante divertida. Un gran libro para niños que los adultos también pueden disfrutar. Traducción: Enric Batalla




La única criatura enorme e inofensiva de Brooke Bolander (Crononauta), no puede faltar Crononauta en esta selección de lo que más he disfrutado este año. Gracias a su #matreon he gozado este año de una gran cantidad de relatos de ciencia ficción escritos por mujeres y su catálogo está siempre bien escogido. Buena muestra de su gusto es esta pequeña fábula de Brooke Bolander basada en un hecho real, tan encantadora como oscura.  Inclasificablemente hermosa. Traducción: Carla Bataller Estruch


Hacia las estrellas de Mary Robinette Kowal (Oz Editorial), el primer libro de la saga de Lady Astronauta es un bombazo en todos los sentidos, desde el impactante comienzo en la gran tradición de las novelas y películas de desastres hasta la maravillosa puesta en escena para realizar el primer vuelo al espacio. Puede que sea por mi debilidad natural a este tipo de historias pero, ciertamente, es imposible no dejarse llevar por una historia tan adictiva.  Traducción: Aitana Vega Casiano



Hija de sangre y otros relatos de Octavia Butler (Consonni), qué alegría poder disfrutar de las obras de Octavia Butler, máxime cuando se trata de una antología de relatos tan excepcional como esta; además, tiene pinta de que está funcionando (como el caso de Le Guin) y vamos a tener más obras suyas el año que viene. Qué maravilla. Traducción: Arrate Hidalgo



Qué pasa cuando un hombre cae del cielo de Lesley Nneka Arimah (Minúscula), sus relatos son una curiosa mezcla que va desde el relato más realista hasta la ciencia ficción distópica. Y todo ello con las particularidades de una autora que no duda en utilizar sus vivencias en Nigeria para construir un consistente discurso relativo a lo racial. Un ejemplo excepcional de cómo la diversidad puede enriquecer el relato tradicional. Traducción: Maia Figueroa Evans


Cuentos completos de Lorrie Moore (Seix Barral), es un libro excepcional aunque solo sea por tener en su interior Pájaros de América, quizá la mejor antología de Moore. La autora es perfecta a la hora de mostrar el tejido de la sociedad norteamericana a través de sus retazos y están siempre teñidos de pesadumbre, de una tristeza no apta para todos los estómagos. Sus historias no buscan un crescendo final, sin embargo, cada párrafo suele resultar demoledor en sí mismo, ya que se puede pasar de la carcajada amarga a la tristeza más dolorosa. Es increíble su talento para encontrar la frase justa. En fin, una titana. Traducción: Alejandro Pareja Rodríguez, Isabel Murillo Fort, María José Galilea Richard, Daniel Rodríguez Gascón

Muerte es la sentencia de Anthony Horowitz (Catedral), bravo nuevamente por Catedral, que nos trajeron la metanovela policíaca del gran Anthony Horowitz, continuando la serie que se inició con Asesinato es la palabra, una de mis novelas favoritas del año pasado por dos temas fundamentales: en primer lugar, el manejo de la trama policíaca; en segundo lugar, la incorporación del propio autor a la novela como si fuera el Watson de Hawthorne. Da gusto leer una novela policíaca que añade novedades a lo habitual, máxime cuando además es divertida. Traducción: Julia Osuna Aguilar

Canciones de amor para tímidos y cínicos de Robert Shearman (La máquina hace Ping!), incluí esta antología tan original y fuera de lo común en mi lista para Halloween de este año. Tampoco es que se adscriba enteramente al género, pero rodea lo macabro/grotesco en muchas de sus historias y lo presenta de una manera muy sutil y con un gran uso de la ironía. Shearman es un juntaletras ciertamente habilidoso. No es fácil hacer crear historias desagradables a priori por los temas tratados y que no resulten imposibles de leer. Traducción: Roberto Pino Botella


Agujeros de Sol  de Nieves Mories (Dilatando Mentes), ya lo dije en esta lista de Halloween, Mories tiene un gran talento para el terror y consigue dotar de vida a un episodio oscuro de nuestra historia de una manera simplemente prodigiosa a pesar de la truculencia y dureza de alguna de las escenas que plantea. En un año donde el terror ha destacado especialmente como género a seguir, Nieves Mories brilla con toda su oscuridad dentro de él.


Ella dijo destruye de Nadia Bulkin (La biblioteca de Carfax), la escritora de padre javanés y madre estadounidense pasó su infancia en Indonesia y no duda en utilizar elementos propios de dicha cultura para construir sus historias. El resultado es único y brilla de tantas formas que es imposible abarcarlas todas en un espacio tan breve. Lo que está claro es que son tan originales que no puedes esperar lo que ocurra al pasar cada página y eso ya es una barbaridad. Sin duda, mi libro de terror favorito este año. Traducción: Antonio Rivas


Colmillos de Sarah Andersen (Bridge), es otro conjunto de tiras de la autora en los que ha cambiado la temática habitual, sus protagonistas son una vampira y un hombre lobo y habla sobre el enamoramiento de ambos y cómo, a pesar de sus evidentes diferencias, pueden llegar a enamorarse. La autora aprovecha para utilizar todos los tópicos aplicables a las dos criaturas para montar situaciones divertidísimas sin olvidarse de ser tierna. Es una pequeña maravilla, dibujada con mucho gusto y de manera muy especial. Traducción: José M. López

Momoko y la gata de Mariko Koike (Lumen), uno de esos libros que sorprenden porque no esperas la historia que te cuenta, máxime en un año en el que tampoco ha habido una gran cosecha en lo que se refiere a lo policiaco. Lástima lo poco que se movió, es normal que ocurra en una editorial grande, por otra parte. Traducción: Gabriel Álvarez Martínez


Las voladoras de Mónica Ojeda (Páginas de espuma), hasta tres libros se han podido disfrutar este año de la escritora ecuatoriana Mónica Ojeda, escritora a la que sigo desde haber leído esa locura que fue Mandíbula; no quería dejar pasar este año sin resaltar alguna de ellas; pudiendo escoger entre poesía, ficción y relatos, al final me he decidido por su libro de cuentos que incluye ocho historias únicas que resumen bien el estilo tan particular de una autora diferente y siempre interesante. Buena manera de descubrirla.


Otoño de Ali Smith (Nórdica), siempre he sido más aficionado a la escritora escocesa gracias a sus relatos pero tengo que reconocer que con Otoño sí que me he rendido a los encantos de su ficción. Esta primera novela del cuarteto estacional triunfa por su sugerente estilo, muy alejado de lo que puedes esperar de una historia que tiene el brexit como centro de su trama. Hay algo mágico en lo que nos quiere decir la autora y, sinceramente, lo compro todo. Traducción: Magdalena Palmer


El libro de las lágrimas de Heather Christle (Tránsito), curiosísima la propuesta de Christle, se intenta vender como un libro de no ficción pero está a caballo, de una manera muy particular, del ensayo y la poesía.  Es una propuesta brillantísima, ya que, a lo largo de sus casi doscientas páginas es capaz de ahondar en los fenómenos físicos que generan el llanto sin olvidarse de todo fenómeno colateral a ellas, y sin entrar en la posible ñoñería que podría suponer tratar un tema de esta naturaleza. Traducción: Magdalena Palmer


La cronología del agua de Lidia Yuknavitch (Carmot Editorial), este es uno de los libros que han entrado en la lista y que no era de este año pero merecía aparecer por aquí. Nunca una biografía me ha resultado tan poderosa en tantos términos, la escritura de Yuknavitch es tan descarnada como los acontecimientos que rodean su vida y es imposible quedar indiferente ante el dolor de su trazo. Un libro ciertamente inolvidable. Traducción: Rocío Gómez de los Riscos


Sobre una montaña de John D’Agata (Dioptrías), lo mismo se puede decir de este ensayo tan particular y único que se me quedó en el tintero hace ya unos cuantos años. Menos mal que he llegado a él este año (me lo recordó un club de lectura que realizaron sobre la obra en La Sombra). Entre otras cosas porque ensayo es una clasificación que se queda bastante lejos del alcance del inmenso trabajo de John D’Agata, que es una mezcla de ensayo, memorias, crónica de la sociedad y sí, poesía. Es un híbrido único y excepcional, una de esas obras para siempre, no hay muchas como ella. Traducción: Inmaculada C. Pérez Parra


Y eso es todo, ya es demasiado por este año. Veremos cómo se presenta el siguiente.

¡FELIZ AÑO 2021! !Buenas lecturas!