Mis lecturas favoritas del año 2020

Cualquier objetivo que tuviera presente este año se deshizo en miles de añicos a principios de marzo; sin embargo, y a pesar de haber tenido tantas cosas malas tengo que reconocer que mi año lector ha sido uno de los mejores que recuerdo. He leído muchos libros, no sólo novedades, recuperando libros de otros años que tenía pendientes y, en general, a pesar de las grandes dificultades he conseguido disfrutar. De hecho, la lectura ha sido, a nivel de ocio, mi verdadera salvación personal. También he tenido que ir adaptándolo, en unas épocas me entraban mejor los cómics, en otras los relatos, en algún momento el terror…. Ha requerido una gran adaptación continua por mi parte. Nadie dijo que fuera fácil pero el resultado final es para estar orgulloso, de hecho, es lo único que he hecho bien en todo el año.

Dicho lo anterior, es el décimo año en que hago una selección de mis lecturas favoritas; aquí tenéis las listas de los años anteriores:

Lecturas favoritas Año 2011.

Lecturas favoritas Año 2012.

Lecturas favoritas Año 2013.

Lecturas favoritas Año 2014.

Lecturas favoritas Año 2015.

Lecturas favoritas Año 2016.

Lecturas favoritas Año 2017.

-Lecturas favoritas Año 2018.

-Lecturas favoritas Año 2019.

Sinceramente, la utilidad de estas listas es la manera de hacer balance personal del año, sirven para valorar lo que he leído de manera cualitativa y junto con el post de las estadísticas, complemento cuantitativamente esta información. Me consta que a varios lectores les sirven para prever posibles lecturas (o no), pero, sinceramente, no es el objetivo, lo hago porque me apetece a mí, como todo lo que aparece en este blog, si a alguien le viene bien, bienvenido sea. Los criterios son los mismos del resto de años pero los voy a resumir de manera esquemática:

Los criterios son los mismos del resto de años pero los voy a resumir de manera esquemática:

-Hago la lista sobre libros publicados o reeditados en el 2019. Ni mucho menos me leo todo (ni nadie lo hace) y tengo mayor afinidad por libros de editoriales pequeñas independientes que por las grandes monopolizadoras (esta afinidad tiene que ver con leer antes un libro que otro), aun así podréis comprobar que hay de todo. Este año particular he puesto dos libros de años anteriores porque he diversificado más las lecturas.

-El número de libros de esta lista varía de un año a otro, no pongo límites, este año son diecisiete los elegidos, que parecen acordes en cantidad con los casi 215 libros que he leído.

– El orden en el que aparecen  intentaba que fuera cronológico aunque se puede haber mezclado alguna (este año seguro que ha ocurrido), desde principios de año hasta las últimas lecturas, no asigno posiciones, son mis libros favoritos sin más.

– No hay restricciones en cuanto al género escogido ni la temática. Este año especialmente podréis comprobar que hay más literatura de género que nunca.

–Lo más importante: el criterio de elección es mi gusto personal, aparecen los libros con los que más he disfrutado (por los motivos que sean).

-Ah, NO MENOS IMPORTANTE, los he leído todos.

Sin más dilación, que entre ya la lista de mis favoritos:

En la costa desaparecida de Francisco Serrano, (Episkaia), arranca mi lista de lo mejor del año justo con uno de los libros con lo que empecé el año. Eran todavía momentos en los que existía Canino y lo recomendé efusivamente era inocente, ni me imaginaba cómo iría todo. Esta novela de vaqueros juega maravillosamente con los arquetipos del género añadiendo elementos contemporáneos que la enriquecen y, desde luego, sin dejar de ser entretenidísima


A lo lejos de Hernán Díaz (Impedimenta), inolvidable el relato de formación de Hakan que nos ha llegado gracias a Impedimenta. Pocas historias han conseguido emocionarme tanto como ésta en este año de tristezas. Y sí, hablo de otro western, empecé en el oeste a lo grande. Traducción: Jon Bilbao.



Tierra de sueños de Sam Quinones (Capitán Swing), este año me prometí a mí mismo leer más ensayos, fue un buen propósito aunque no lo conseguí con la suficiente regularidad. Capitán Swing han dado una buena cosecha (aparte de los de virus, que ha sido empacho) y este texto sobre la crisis de los opiáceos en EEUU es impresionante (y desolador). Traducción: Noelia González Barrancos.




Hamster Princess y la maldición de la bruja ratona de Ursula Vernon (Montena), una de las características que más me define a la hora de escoger una lectura es no estar cerrado a ninguna posibilidad, de ahí que en esta lista con lo que más me ha gustado pueda aparecer cualquier género y para cualquier edad. Tal es el caso de esta obra, creada por la grandísima Ursula Vernon, autora muy versátil, donde tenemos una reformulación del papel tradicional de la típica princesa, todo hecho de una manera bastante divertida. Un gran libro para niños que los adultos también pueden disfrutar. Traducción: Enric Batalla




La única criatura enorme e inofensiva de Brooke Bolander (Crononauta), no puede faltar Crononauta en esta selección de lo que más he disfrutado este año. Gracias a su #matreon he gozado este año de una gran cantidad de relatos de ciencia ficción escritos por mujeres y su catálogo está siempre bien escogido. Buena muestra de su gusto es esta pequeña fábula de Brooke Bolander basada en un hecho real, tan encantadora como oscura.  Inclasificablemente hermosa. Traducción: Carla Bataller Estruch


Hacia las estrellas de Mary Robinette Kowal (Oz Editorial), el primer libro de la saga de Lady Astronauta es un bombazo en todos los sentidos, desde el impactante comienzo en la gran tradición de las novelas y películas de desastres hasta la maravillosa puesta en escena para realizar el primer vuelo al espacio. Puede que sea por mi debilidad natural a este tipo de historias pero, ciertamente, es imposible no dejarse llevar por una historia tan adictiva.  Traducción: Aitana Vega Casiano



Hija de sangre y otros relatos de Octavia Butler (Consonni), qué alegría poder disfrutar de las obras de Octavia Butler, máxime cuando se trata de una antología de relatos tan excepcional como esta; además, tiene pinta de que está funcionando (como el caso de Le Guin) y vamos a tener más obras suyas el año que viene. Qué maravilla. Traducción: Arrate Hidalgo



Qué pasa cuando un hombre cae del cielo de Lesley Nneka Arimah (Minúscula), sus relatos son una curiosa mezcla que va desde el relato más realista hasta la ciencia ficción distópica. Y todo ello con las particularidades de una autora que no duda en utilizar sus vivencias en Nigeria para construir un consistente discurso relativo a lo racial. Un ejemplo excepcional de cómo la diversidad puede enriquecer el relato tradicional. Traducción: Maia Figueroa Evans


Cuentos completos de Lorrie Moore (Seix Barral), es un libro excepcional aunque solo sea por tener en su interior Pájaros de América, quizá la mejor antología de Moore. La autora es perfecta a la hora de mostrar el tejido de la sociedad norteamericana a través de sus retazos y están siempre teñidos de pesadumbre, de una tristeza no apta para todos los estómagos. Sus historias no buscan un crescendo final, sin embargo, cada párrafo suele resultar demoledor en sí mismo, ya que se puede pasar de la carcajada amarga a la tristeza más dolorosa. Es increíble su talento para encontrar la frase justa. En fin, una titana. Traducción: Alejandro Pareja Rodríguez, Isabel Murillo Fort, María José Galilea Richard, Daniel Rodríguez Gascón

Muerte es la sentencia de Anthony Horowitz (Catedral), bravo nuevamente por Catedral, que nos trajeron la metanovela policíaca del gran Anthony Horowitz, continuando la serie que se inició con Asesinato es la palabra, una de mis novelas favoritas del año pasado por dos temas fundamentales: en primer lugar, el manejo de la trama policíaca; en segundo lugar, la incorporación del propio autor a la novela como si fuera el Watson de Hawthorne. Da gusto leer una novela policíaca que añade novedades a lo habitual, máxime cuando además es divertida. Traducción: Julia Osuna Aguilar

Canciones de amor para tímidos y cínicos de Robert Shearman (La máquina hace Ping!), incluí esta antología tan original y fuera de lo común en mi lista para Halloween de este año. Tampoco es que se adscriba enteramente al género, pero rodea lo macabro/grotesco en muchas de sus historias y lo presenta de una manera muy sutil y con un gran uso de la ironía. Shearman es un juntaletras ciertamente habilidoso. No es fácil hacer crear historias desagradables a priori por los temas tratados y que no resulten imposibles de leer. Traducción: Roberto Pino Botella


Agujeros de Sol  de Nieves Mories (Dilatando Mentes), ya lo dije en esta lista de Halloween, Mories tiene un gran talento para el terror y consigue dotar de vida a un episodio oscuro de nuestra historia de una manera simplemente prodigiosa a pesar de la truculencia y dureza de alguna de las escenas que plantea. En un año donde el terror ha destacado especialmente como género a seguir, Nieves Mories brilla con toda su oscuridad dentro de él.


Ella dijo destruye de Nadia Bulkin (La biblioteca de Carfax), la escritora de padre javanés y madre estadounidense pasó su infancia en Indonesia y no duda en utilizar elementos propios de dicha cultura para construir sus historias. El resultado es único y brilla de tantas formas que es imposible abarcarlas todas en un espacio tan breve. Lo que está claro es que son tan originales que no puedes esperar lo que ocurra al pasar cada página y eso ya es una barbaridad. Sin duda, mi libro de terror favorito este año. Traducción: Antonio Rivas


Colmillos de Sarah Andersen (Bridge), es otro conjunto de tiras de la autora en los que ha cambiado la temática habitual, sus protagonistas son una vampira y un hombre lobo y habla sobre el enamoramiento de ambos y cómo, a pesar de sus evidentes diferencias, pueden llegar a enamorarse. La autora aprovecha para utilizar todos los tópicos aplicables a las dos criaturas para montar situaciones divertidísimas sin olvidarse de ser tierna. Es una pequeña maravilla, dibujada con mucho gusto y de manera muy especial. Traducción: José M. López

Momoko y la gata de Mariko Koike (Lumen), uno de esos libros que sorprenden porque no esperas la historia que te cuenta, máxime en un año en el que tampoco ha habido una gran cosecha en lo que se refiere a lo policiaco. Lástima lo poco que se movió, es normal que ocurra en una editorial grande, por otra parte. Traducción: Gabriel Álvarez Martínez


Las voladoras de Mónica Ojeda (Páginas de espuma), hasta tres libros se han podido disfrutar este año de la escritora ecuatoriana Mónica Ojeda, escritora a la que sigo desde haber leído esa locura que fue Mandíbula; no quería dejar pasar este año sin resaltar alguna de ellas; pudiendo escoger entre poesía, ficción y relatos, al final me he decidido por su libro de cuentos que incluye ocho historias únicas que resumen bien el estilo tan particular de una autora diferente y siempre interesante. Buena manera de descubrirla.


Otoño de Ali Smith (Nórdica), siempre he sido más aficionado a la escritora escocesa gracias a sus relatos pero tengo que reconocer que con Otoño sí que me he rendido a los encantos de su ficción. Esta primera novela del cuarteto estacional triunfa por su sugerente estilo, muy alejado de lo que puedes esperar de una historia que tiene el brexit como centro de su trama. Hay algo mágico en lo que nos quiere decir la autora y, sinceramente, lo compro todo. Traducción: Magdalena Palmer


El libro de las lágrimas de Heather Christle (Tránsito), curiosísima la propuesta de Christle, se intenta vender como un libro de no ficción pero está a caballo, de una manera muy particular, del ensayo y la poesía.  Es una propuesta brillantísima, ya que, a lo largo de sus casi doscientas páginas es capaz de ahondar en los fenómenos físicos que generan el llanto sin olvidarse de todo fenómeno colateral a ellas, y sin entrar en la posible ñoñería que podría suponer tratar un tema de esta naturaleza. Traducción: Magdalena Palmer


La cronología del agua de Lidia Yuknavitch (Carmot Editorial), este es uno de los libros que han entrado en la lista y que no era de este año pero merecía aparecer por aquí. Nunca una biografía me ha resultado tan poderosa en tantos términos, la escritura de Yuknavitch es tan descarnada como los acontecimientos que rodean su vida y es imposible quedar indiferente ante el dolor de su trazo. Un libro ciertamente inolvidable. Traducción: Rocío Gómez de los Riscos


Sobre una montaña de John D’Agata (Dioptrías), lo mismo se puede decir de este ensayo tan particular y único que se me quedó en el tintero hace ya unos cuantos años. Menos mal que he llegado a él este año (me lo recordó un club de lectura que realizaron sobre la obra en La Sombra). Entre otras cosas porque ensayo es una clasificación que se queda bastante lejos del alcance del inmenso trabajo de John D’Agata, que es una mezcla de ensayo, memorias, crónica de la sociedad y sí, poesía. Es un híbrido único y excepcional, una de esas obras para siempre, no hay muchas como ella. Traducción: Inmaculada C. Pérez Parra


Y eso es todo, ya es demasiado por este año. Veremos cómo se presenta el siguiente.

¡FELIZ AÑO 2021! !Buenas lecturas!

Halloween 2020. El miedo no descansa

Halloween Año 2019.

Halloween Año 2018.

Halloween Año 2017.

Halloween Año 2016.

Tridente de terror.

Y sin más preámbulos, allá van las de este año, hasta diecisiete posibilidades para todos los gustos:

Hex de Thomas Olde Heuvelt (Nocturna), esta lista que hago en Halloween me suele servir para recuperar novelas de terror que han ido saliendo a lo largo del año y que, por un motivo u otro, no entraron en listas anteriores. Uno de esos libros que se quedaron en el tintero y que vale la pena poner es esta curiosa ópera prima del escritor neerlandés Thomas Olde Heuvelt; es especialmente interesante a pesar de que las primeras páginas pueden desanimar a algún lector por no tener claro por dónde va, pero vale la pena perseverar porque su aproximación a la maldición de un pueblo y su relación con la tecnología es ciertamente novedosa (además de ser muy prometedora de cara a realizar una serie de televisión futura); el final cierra perfectamente la epopeya de una manera muy satisfactoria y quizá habría pedido menos páginas en el desarrollo. Lo que está claro es que Katherine es un personaje muy poderoso y difícil de olvidar una vez terminado el libro. Traducción: Ana Isabel Sánchez


Obscura: 10 Relatos (Obscura), por si alguien no lo sabe, en esta casa somos muy aficionados a los cuentos, leo muchos a lo largo del año, de todo tipo de temáticas y géneros. También es cierto que no creo que sea un género mayoritario, le ocurre un poco lo mismo que a la poesía, son géneros en los que no se pueden utilizar los mismos recursos que en la novela y que, desde luego, no se pueden leer igual que una novela. De ahí que, siempre que recomiendo cuentos lo hago con cautela y teniendo en cuenta si al receptor le gustan. Esta antología de fantasía y terror tiene una buena muestra de muy buenos autores nacionales especialistas en ello: Jesús Cañadas, Cristina Jurado, Nieves Mories, Rodolfo Martínez…. Hasta diez de ellos para conformar historias con su más que específica visión de la obscuridad. El resultado es, a pesar de lo heterogéneo de la propuesta, sorprendentemente regular. Relatos muy interesantes y que pueden llegar a aterrorizar y con una gran indagación de las cualidades humanos y de los límites humanos.  De verdad, algunos relatos me parecen excepcionales, como ese “El huevo” de David Jasso o “Limítrofes” de Cristina Jurado. Vale mucho la pena esta antología. .



La ventana de la biblioteca de Margaret Oliphant (Pulpture), recuerdo con mucha satisfacción Una ciudad asediada de la que hablé hace mucho tiempo por aquí, Oliphant fue una escritura que se especializó en ghost-stories (aparte de muchas otras cosas, fue muy prolífica) pero que siempre abogó por un tipo de narrador diferente, en aquel libro era capaz de narrar en primera persona y alternar entre diferentes narradores, un recurso que no era demasiado típico en su época. En La ventana de la biblioteca tenemos una breve historia de fantasmas que recuerda mucho al Henry James posterior; en estos tiempos (con Bly Manor en apogeo), nunca sobra una más de este tipo de género tan particular. Traducción: Cristina M. Caladia




El relato del monstruo de Shawn Hamill (Umbriel), esta ópera prima también ha sido una buena sorpresa. Lo curioso del tema es que la primera mitad del libro todo parece muy tópico, de hecho, hay una investigación sobre secuestros y, por cómo se va desarrollando, tiendes a creer cómo puede terminar; sin embargo, a partir de ese momento las perspectivas se amplían para el lector, lo que al principio parecía algo particular, se convierte en algo general a lo que se le añade una imaginería indudablemente lovecraftiana (no desvelo para los que quieran meterse en él). El final agridulce es satisfactorio y cierra todo lo anterior sin resultar tópico. Sinceramente, una gran propuesta para Halloween, y un nuevo autor, Shawn Hamill, para seguir en el futuro. Traducción: Jeannine Emery

Canciones de amor para tímidos y cínicos de Robert Shearman (La máquina hace Ping!), “Lo más interesante de mi esposa fue la forma en que murió. Que no se me malinterprete, no era una plasta de mujer ni mucho menos, se podía pasar el tiempo con ella de forma totalmente anodina. […]  Cuando íbamos a las fiestas la presentaban como la esposa de Pete, ya sabes Pete, decían, trabaja de informático. Así es como la definían. […] Desde que murió, si voy a fiestas, y creedme, me invitan a muchas, todo ha cambiado. Este es el marido de Janet, dicen, me señalan con el dedo y se supone que debo sonreír y aceptarlo.”  Así empieza Elegante corte abrupto, uno de los cuentos incluidos en esta antología tan original y fuera de lo común. Tampoco es que se adscriba enteramente al género, pero rodea lo macabro/grotesco en muchas de sus historias y lo presenta de una manera muy sútil y con un gran uso de la ironía. Ya adelanto que este libro hará las delicias de los aficionados a las historias cortas. Shearman, además, maneja muy bien la prosa. No es fácil hacer una historia con un corazón en un tupper y que no resulte desagradable. Traducción: Roberto Pino Botella

Involución de Max Brooks (Reservoir Books), consciente o inconscientemente, la mayoría de lectores que se aproximen a un nuevo libro de Max Brooks van a compararlo con su archiconocido (película incluida, aunque no tenga nada que ver) Guerra Mundial Z; no sé si será consciente de que aquel libro supuso para muchos darse cuenta de que la típica historia de zombis se podía contar de manera distinta y, además, aprovechar para ser original en todo su planteamiento. En Involución, el autor sí utiliza a su manera la posibilidad de contar una historia una vez ha pasado nuevamente, al estilo de una historia oral, pero el tema escogido, la aparición de un Sasquatch (y su familia…) , tampoco ofrece tantas posibilidades (o no las ha buscado); el sacrificio de estilo y originalidad narrativa lo cubre con una narración dinámica que se acerca definitivamente al thriller y ofreciéndonos una historia de puro entretenimiento que, sinceramente, proporciona buenos ratos y diversión contenida. No es una mala lectura para nada, pero uno espera siempre algo más de alguien que sabes que puede hacerlo. Traducción: Raúl Sastre Letona.

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Tóxikas de Pilar Pedraza (Cazador de Ratas), no puedo decir, estrictamente, que Tóxikas sea una novela de terror, pero las texturas y aromas que ofrece convierten esta jugosa antología (o cuentos unidos entre sí) en una nota de color imprescindible para una lista de terror. Esa mezcla sabrosa entre lo gótico y lo costumbrista es un festín al que es difícil resistirse: todo surge de lo más siniestro relacionado con la carne, toda una experiencia física y multisensorial con el talento de Pilar Pedraza.


Agujeros de sol de Nieves Mories (Dilatando Mentes), tiene gracia porque la gran Nieves Mories aparece en esta lista en relato corto y novela; no es tan habitual que un escritor funcione a los dos niveles, sólo tenemos que ver el caso de Clive Barker, maravilloso creador en las distancias cortas y farragoso perpetrador de novelas. En Agujeros de sol me he encontrado a una escritora comprometida, capaz de utilizar un episodio oscuro de nuestra historia y dotarle de más vida sin quitar compromiso social, y sin cortarse en lo más mínimo a la hora de indagar en la psicología de los personajes y en mostrar episodios verdaderamente truculentos. A todo ellolo acompaña un continuo cambio de puntos de vista de los personajes que enriquece aún más la lectura. Con Mories no se falla nunca. Espléndida lectura.


Ella dijo destruye de Nadia Bulkin (La biblioteca de Carfax), me encanta el trabajo continuo de edición de novelas de terror durante todo el año, es un lujazo tener tanta variedad, tantas posibilidades de introducirse en el género. Gustándome mucho sus recuperaciones de clásicos, tengo que reconocer que me tiran un poco más sus descubrimientos de autoras contemporáneas, probablemente porque conozco bastante menos de lo actual; todavía recuerdo a Gemma Files y con Nadia Bulkin, en esta recopilación de relatos, he tenido la misma sensación: escribir terror aportando nuevas ideas y aproximaciones es posible. Buena parte de la originalidad que respira en esta antología tiene que ver con que su padre sea javanés, aprovecha este conocimiento de una cultura tan diferente a las occidentales para introducir una imaginería que causa una sensación distinta en cada uno de los cuentos; solamente por maravillas como Zona de convergencia intertropical o Sin dioses ni amos, ya valdría la pena todo el libro pero es que, además, mantiene un nivel bastante alto en casi todos ellos. Es una buena oportunidad para probar a leer relatos breves y modernos. Traducción: Antonio Rivas.

Vampiros en Japón de Daniel Aguilar (Satori), en Satori son muy aficionados a publicar ensayos de todo tipo relacionados con el terror en Japón y, la verdad, bienvenidos sean. En esta ocasión se trata de Vampiros en Japón, el encargado de ponerse con ello es el especialista Daniel Aguilar y realiza un recorrido del fenómeno en el cine, la literatura o el cómic. Más de uno se sorprenderá al leerlo, el vampiro no es una criatura autóctona de Japón y ha sido más bien adaptado por la influencia del personaje en occidente, lo más interesante es comprobar cómo se ha ido introduciendo en su cultura hasta llegar a lo que hace Hideyuki Kikuchi, que escribe el prólogo, en su saga Vampire Hunter D. Me gusta mucho poner algún ensayo en estas listas porque el terror no va sólo de dar sustos.

Los últimos días de Brian Evenson (Dilatando Mentes), me parece fabuloso que en Dilatando Mentes sigan perseverando con el terror, es otra de esas editoriales que están intentando traer nuevas propuestas de autores que, hasta ahora, no habían visto la luz por estos lares, y para aficionados al terror, como es mi caso, mucho mejor tener varias propuestas para poder elegir. En Los últimos días se puede encontrar uno una de esas novelas incómodas por el manejo tan natural del body horror, tanto que asusta bastante, sobre todo por saber de la existencia de una secta como La hermandad de la Mutilación, eso da bastantes pistas sobre lo explícito de la propuesta. Me convence más en su primera parte con una buena presentación estupenda de la investigación y mucho más cercana al noir con esas “peculiaridades”. Luego el autor abandona ese camino para abrazar una locura contenida y puede perder algo de brillantez, pero está muy bien acabada. Traducción: José Ángel de Dios


El terror que acecha en la noche de David J. Hufford (Reediciones anómalas), historia de un fracaso. Bravo por Reediciones anómalas que nos traen nada más y nada menos que la obra de un autor como Hufford que intentó racionalizar un fenómeno aparentemente sobrenatural aplicando un método científico: la vieja bruja y su influencia en varias culturas. Un ejemplo perfecto de “Folclore aplicado” que tenía que haber sido la puerta de salida para otras posibilidades (es de 1982) pero que, como todos sabemos, no ha tenido su continuación. Una pena, porque más allá de su posible sobrenaturalidad, se podían haber obtenido conclusiones interesantes para estudiarlo. Es un libro denso, con un montón de ejemplos de personas que han vivido el fenómeno y que son interrogados por Hufford, para luego obtener conclusiones. Especialmente recomendado para los que quieran meterse en un ensayo relacionado con el fenómeno (más común de lo que parece, independientemente de la cultura). Traducción: Jordi Copano


En la casa de Phillip Le Roy (Editorial del Nuevo Extremo), la ficción juvenil sigue teniendo el estigma de no ser considerada “literatura”, sin embargo, muchas veces se encuentras propuestas muy interesantes y vale la pena hacerle el seguimiento que se merece; En la casa parte de una premisa inicial irresistible (ocho jóvenes se reúnen en una casa aislada para darse miedo unos a otros) y consigue que, a lo largo de sus más de trescientas páginas, se pasen las páginas con un continuo uso del cliffhanger hasta llegar a un final satisfactorio y sorprendente. Lo que ha hecho Agatha Christie por la literatura es incalculable. Le Roy evoluciona la idea y ofrece una solución interesante. Traducción: Sara Mendoza


En la oscuridad de Ed y Lorraine Warren, escrito por Ray Garton (Ediciones obelisco), The conjuring y sus películas sucesivas demuestran con su éxito que la gente está deseando leer historias de terror (aunque sean muy clásicas); es lógico que en Ediciones Obelisco continúen con las historias del matrimonio Warren porque funcionan. Si en los anteriores volúmenes teníamos recopilaciones de casos sin mucha elaboración, en este último tenemos una historia completa: la de los Snedeker y sus peripecias al comprar una casa que se convierte en un infierno para ellos. Para ser una historia larga que sigue las convenciones del género (Amytiville….) hay que reconocer que su autor, Ray Garton, consigue mantenerte en vilo durante buena parte de una historia llena de detalles truculentos y muchos sustos. Es muy clásica, está bastante vista pero, indudablemente, es una buena opción.  Traducción: Daniel Aldea

Me gustaría terminar esta lista para Halloween poniendo alguna propuesta de cómic, que también salen cosas interesantes y, además, son susceptibles de ser leídas en la noche de Halloween por su duración:


Colmillos (Bridge) de Sarah Andersen, llevo tiempo siguiendo las fabulosas tiras de Sarah Andersen; Colmillos es otro conjunto de tiras en los que ha cambiado la temática, sus protagonistas son una vampira y un hombre lobo y habla sobre el enamoramiento de ambos y cómo, a pesar de sus evidentes diferencias, pueden llegar a enamorarse. La autora aprovecha para utilizar todos los tópicos aplicables a las dos criaturas para montar situaciones divertidísimas sin olvidarse de ser tierna. Es una pequeña maravilla, dibujada con mucho gusto y es muy especial. Habla de cómo con el amor se pueden superar las diferencias más insalvables sin resultar ñoño. Traducción: Jose M. López


Margo Maloo y los chicos del centro comercial de Drew Weing (Maeva), en el sello joven de Maeva tienen bastante claro por dónde tirar y es muy de agradecer que sigan apostando por Drew Weing y sus historias de Margo Maloo. Después del primer volumen (Los espeluznantes casos de Margo Maloo), en el que se hacía una buena presentación de los personajes, el patosillo y entrañable Charles Thompson y la enigmática detective de monstruos, Margo Maloo, en este volumen se dedica a presentar dos casos sencillos que vuelven a presentar los monstruos como algo no terrorífico y que sirven para que quien lo lea les quite la importancia. Con unas gotitas de humor, buenos y entrañables personajes, casos divertidos y la presentación de una trama a largo plazo consigue que el cómic se lea en un momento y pases un buen rato con él. Traducción: Marta Armengol

La casa de los insectos de Kazuo Umezz (Satori), parece que los dos volúmenes anteriores (El chico de los ojos de gato) del autor han funcionado, de ahí la publicación de esta antología con siete historias en este caso con historias independientes entre sí. La recopilación resulta variada porque cada historia juega con diferentes propuestas, la homónima juega con el típico terror gótico más habitual, en La cabeza, en cambio, la historia se desvía hacia una vía más gore y escabrosa. Muy interesantes por sus juegos en el tiempo me parecen La vela y el descorazonador El fin del verano, qué relato más triste para terminar esta gran recopilación. Quiero más Umezz. Traducción: Marc Bernabé

Y con esto llego al final, diecisiete novedades entre las que seguro que encontráis una buena opción de lectura para tener algún escalofrío que no sienta nada mal.  ¡A disfrutar y cuidados mucho!

2018_09_12: Recuerdos del verano, actualidad lectora

Hablar a estas alturas de mis lecturas de verano es bastante complicado; ha sido, como de costumbre, una cantidad bastante elevada de ellas; afortunadamente, gracias a GoodReads podéis echarle un vistazo en el enlace que os he puesto.

Ha sido un verano variado y tomé como base la lista que hice para el verano en Canino y añadí otros que salieron posteriormente. La verdad es que funcionó  a la perfección, he disfrutado mucho de la lectura.

Entre ellos, brilla con luz propia el dúo que forman Dixtópicas /Poshumanas, proyecto asombroso de Teresa López-Pellisa y Lola Robles que tiene como resultado una recopilación de pequeñas historias de ciencia ficción de autoras españolas desde el siglo XIX hasta la actualidad que cumplen a perfección su cometido: dar visibilidad, quitar prejuicios sobre ellas y, sobre todo, disfrutar de historias mucha calidad y suficientemente variadas por la amplitud de los temas escogidos.

Dos grandes triunfos del verano (y del año!) son las nuevas historias de Josephine Tey y Margery Allingham, escogidas de nuevo con gran acierto por los editores de Hoja de Lata e Impedimenta. Lo de Tey es un festín absoluto de lo policíaco, siempre capaz de mostrar nuevos puntos de vista y, al mismo tiempo, añadir un desarrollo psicológico de los personajes a la altura de las circunstancias, en Patrick ha vuelto no importa tanto lo que va a pasar sino el cómo se ha llegado a esa situación y es una evolución realizada con maestría. Excepcional, igualmente, Más trabajo para el enterrador, novela de madurez de una de las autoras menos conocidas del “detection club” y que demuestra su manera de crear una trama mediante el desarrollo de una ambientación, en un barrio, inteligentísima y realmente bien escrita. Un lujo en nuestras manos.

El terror también ha triunfado este verano en mi pila de libros. Gracias especialmente a dos editoriales que tienen muy claro hacia dónde van. Por un lado, Orcinny; por el otro, Cerbero.

Orcinny sigue con su apuesta (todavía minoritaria) de publicar “bizarro” y se ha lanzado este verano pasado con otros dos títulos de grandísimo nivel que tuve el placer de disfrutar. Volvió Laura Lee Bahr, la autora del impactante Fantasma, con un libro de nombre provocador: Porno religioso improvisado (llevarlo en transporte público era una fiesta de caras ajenas). El libro no es tan arriesgado en cuanto a estilo pero, sin embargo, tira por otros derroteros, lo policíaco está muy presente y el humor negro también. La mezcla funciona muy bien nuevamente gracias a las convenientes dosis de misterio que propone la autora. Mejor incluso diría que es Monstruos Bizarros,  una antología de cinco historias de bizarro muy originales y altamente recomendables para hacerse una idea de los tropos que se utilizan en este subgénero.

Con Cerbero estoy encantado, haberles seguido desde el principio me ha hecho más consciente de su evolución y me da la impresión que se han asentado en un estándar de calidad mayor. No me pierdo ningún título de su sello de terror (Tíndalos) y Micosis, de Enerio Dima, además de Agnus Dei de Nieves Mories son dos títulos tremendamente interesantes y de temáticas muy variadas. Me parece que el camino para que el terror funcione en España está siendo allanado cada vez más.

Otro día hablo de otro par de lecturas de verano, pero que no falte un apunte de lo actual. Estoy en medio de una lectura de largo recorrido, una de las apuestas fuertes de esta temporada en el sello Alfaguara: La octava vida (Para Brilka), de Nino Haratischwili, una escritora georgiana que se ha atrevido a realizar una de esas sagas familiares monumentales que transcurre a lo largo del agitado siglo XX. No quiero dar pistas sobre mis impresiones todavía, no sería justo adelantarlo, más en una lectura de más de mil páginas. Ya iré comentando cosas que surjan en este pequeño diario.

Una de mis prácticas lectoras más habituales cuando me introduzco en “tochos” de este calibre es alternarla con otras lecturas que sean, además, radicalmente distintas. Se gana mucha destreza y consigues que no te canse el recorrido. Buen ejemplo de esto es el libro que acabo de terminar, La casa del reloj en la pared, de John Bellairs, una fantasía juvenil que tiene como mayor virtud introducir elementos terroríficos de una manera no demasiado horripilante, con pequeñas gotas de buen humor, elementos mágicos y un personaje que lucha, como cualquier adolescente, por integrarse en la sociedad tras una tragedia como es perder a sus padres. Tic-Tac, un reloj de fondo que presagia el apocalipsis y mucha imaginación del autor confluyen en un cóctel irresistible.

Creo que esta entrada se ha extendido más de lo que esperaba, otro día más.

Abrazos y ¡buenas lecturas!