“Mal dadas” de James Ross

Mal dadasSegún va acabando el año, uno no espera encontrarse ya obras de nivel muy alto; sin embargo, este año, en su mes de diciembre, hemos vivido uno de esos momentos increíbles en los que las editoriales lo han dado todo; solo tenéis que ver mis últimas reseñas para comprobar el nivel, bastante alto, de lo último publicado, y eso que me falta todavía bastante por leer.

Uno de estos libros de calidad alta es, sin dudarlo, el “Mal dadas” del norteamericano James Ross (1911-1990) que nos acaba de traer Sajalín. El caso de este escritor me ha recordado poderosamente al de William Lindsay Gresham del que esta misma editorial sacó “El callejón de las almas perdidas”; otro de esos autores sin suerte en vida y que han sido olvidados a pesar de la indudable calidad de sus obras. Ross, a pesar del éxito de crítica de esta obra no pudo publicar ninguna más, no encontró editorial que apostara por él.

Escrita en 1940, “Mal dadas” está ambientada en los tiempos posteriores a la Gran Depresión; una época en la que acompañaremos a Jack McDonald, prototipo de “perdedor” clásico, que no tiene un sitio donde caerse muerto y que se agarrará a lo que pueda para intentar avanzar, o más bien sobrevivir:

“-¿Mis bienes inmobiliarios? A ver hombre, el banco agrario tiene hipotecada la granja por más de lo que vale. Por los muebles de la casa no me darían más de veinte dólares, y eso con suerte; dudo que se puedan sacar ni siquiera diez. Debo cuarenta de impuestos. Todo eso va por delante de tu factura. Tengo algunos aperos de labranza: unos quince dólares. Y una mula que no vale nada. También hay algunas gallinas, pero si han puesto un solo huevo en los últimos meses debe de haber un perro que ha ido por mi casa y se lo ha zampado.”

Él no es el único perdedor, estamos hablando de una época en donde se sentía más lejano que nunca la posibilidad del sueño americano, esa posibilidad de hacerse a uno mismo y prosperar era muy difícil en una sociedad donde faltaban los recursos y la hipocresía se convertía en una defensa ante esta indefensión:

“Hay una diferencia entre la gente como dios manda y la gente como dios manda de verdad. Los segundos son los que más esfuerzos hacen para que nadie se entere de nada cuando se emborrachan. De esos en Corinth apenas había un puñado. “

Corinth, el pueblo en el que está ambientado, se convierte en el epítome de cualquier ciudad norteamericana de la época;  sus habitantes, esos emprendedores que, ante la falta de herramientas legales no dudarán en hacer lo que haga falta para crecer, para superar los pagos a plazos que les endeudan hasta casi no poder respirar:

“-No me haría ninguna gracia tener que quemarte los ojos para obligarte a decirme la verdad -dijo. “ 

En esta frase de Smut Milligan a Bret Ford, tras una presentación impecable de Ross de la época con todas sus estrecheces, empezamos a vislumbrar los elementos que la acaban convirtiendo en una novela negra brutal en la que los dos protagonistas Smut y Jack juegan, en su complicidad, un juego de ajedrez cargado de tensión que no puede acabar satisfactoriamente para ambos; esa ambición mutua, ese egoísmo, les llevará a hacer lo que sea, a llegar hasta las últimas consecuencias “por un puñado de dólares”.

Este juego te deja sin aliento y nos lleva a un final de infarto que no estará claro hasta las últimas páginas; los perdedores parece que no puedan salir de ese estado de permanente miseria:

“Entonces entré en la que había sido mi cabaña, cogí la bolsa atada con un pedazo de cordón de ventana, salí y cerré la puerta. Ya se hacía de noche. El viento del este era húmedo y cortante. Me subí el cuello de la cazadora y me calé el sombrero hasta las orejas. Se había puesto a lloviznar cuando crucé el patio para llegar a la carretera. “

El fantástico epílogo de George V. Higgins resume a la perfección el sentido final de una obra sorprendentemente adelantada a su tiempo, una novela negra de quilates, una obra para leer indefectiblemente:

“Escribió con una sutil indiferencia hacia las modas, con valentía, y sus editores, con el mismo coraje, publicaron lo que les entregó. Pero nadie se enteró. Eso debió de ser lo más difícil de soportar: nadie se enteró. Hizo avanzar el oficio de la narrativa todo lo que podía avanzar en el momento en que escribió, pero nadie presto atención. O muy poca gente. La vida es dura, muy dura. Aún más cuando no hay suerte.

Y eso, por descontado, era lo que quería contarnos el autor.”

Qué duro es ser ignorado. Qué dura es la vida.

Los textos provienen de la traducción del inglés de Carlos Mayor para la obra “Mal dadas” de James Ross en esta edición de Sajalín Editores.

“Los libros del 2011 que más me gustaron”

Aprovecho el momento, casi fin de año, para recuperar la recopilación de los libros que más me gustaron que hice el año pasado y así luego referenciaré a los de este año. Así que, sin más dilación, aquí está:

Estamos en el momento, final de año, llegan las tan temidas listas, listas de todo lo que ha ocurrido durante el año: lo peor, lo mejor, lo más divertido, lo más popular… tenemos para todos los gustos. Dentro de este “subgénero” están, naturalmente, las listas de libros, que suelen ser aún más monótonas que el resto, por la sencilla razón que las hacen los críticos y nunca coinciden con los gustos de la mayoría, huyendo de los best-sellers como si fueran la peste. Curiosamente mucha gente las sigue y se pueden llegar a decidir por comprar libros un poco diferentes de lo habitual.

A nivel editorial  ha habido de todo, en primer lugar es de destacar la irrupción a mayor escala de los lectores de eBooks, sobre todo con el lanzamiento justo antes de Navidad del muy conocido lector de Amazon en España, si a eso sumamos que, tanto la Casa del Libro como la Fnac han sacado sus propios lectores con precios bastante competitivos, entonces estamos hablando de un verdadero avance; mucha gente va a comprar lectores de eBooks estas navidades y los va a complementar con tablets, que van a ser, probablemente, el regalo estrella. Las editoriales están, sin embargo, actuando con cautela y lentitud, el fondo editorial sigue siendo pequeño y el precio poco ajustado, originando  que los lectores que compraban libros de papel no inviertan en electrónicos ya que los pueden conseguir por otros medios. En cualquier caso, el 2012 puede ser un punto de ruptura que habrá que seguir.

En segundo lugar, en cuanto a la publicación en papel, las grandes editoriales siguen siendo bastante conservadoras en su catálogo, sacan libros de todo tipo en multitud de sellos e intentan asegurar beneficios, así tenemos el caso de Random House Mondadori y Planeta, es reseñable la maravillosa y completísima colección de novela negra de RBA que se ha estabilizado definitivamente y está sacando de todo: nuevas novelas, clásicos, reediciones, etc. Más interesante ha sido el año en el caso de las editoriales más pequeñas, que arriesgan e intentan hacer algo distinto, apuestas como las de Alpha Decay o Blackie Books son interesantes, abogan por autores jóvenes en el caso de la primera o libros diferentes en el caso de la segunda. Te puede gustar más o menos pero hacen algo innovador y, a veces, aciertan con alguna joya desconocida. Ha habido otras tantas de este estilo que están siendo, además de acertadas, más regulares, como por ejemplo Impedimenta con un listado delicioso  y una edición muy cuidada, o Libros del Asteroide, Sajalín Editores, Nevsky Prospects, Valdemar, EsPop ediciones, Salto de página, Papel de Liar, Ático de los libros, etc… que están publicando un catálogo más reducido pero de una calidad indudable. Como siempre, la literatura de género en sus variantes de terror y ciencia ficción está un poco abandonada, saliendo sólo lo menos arriesgado, pero bueno, confiemos en que el año que viene vaya un poco mejor y que se anime alguna más aparte de Valdemar.

Después de todo esto entremos en faena, ¿cuáles son los libros más cool que hemos tenido en este año 2011? Cool puede aplicar a lo que queramos, así que la lista puede tener best-sellers, reediciones, libros de otros años, clásicos… y con mi único criterio personal. Espero que os guste.el-ultimo-buen-beso_james-crumley

“El último buen beso” de James Crumley. RBA comenzó el año a lo grande con la recuperación de esta novela. “El discurso intelectual está muy bien tío, pero en mi negocio lo que abunda es la violencia y el dolor”, así se las gasta C.W. Sughrue, el atípico (ex militar, alcohólico, drogadicto y mujeriego) buscador de personas desaparecidas. Tenemos aquí una novela negra muy dura donde la sociedad, en franca decadencia, aparece relatada con toda la sordidez y amargura de la que es capaz: las consecuencias de la guerra, el mundo de la pornografía, las venganzas, las relaciones malsanas, los vicios,.. eso sí, con una prosa muy muy elegante. Esto es literatura, sin más, te gustará si te gusta leer un buen libro, independientemente de si es de género o no. Un clasicazo que no nos vamos a cansar de recomendar.solaris

“Solaris” de Stanislaw Lem. Lo de la editorial Impedimenta es tan colosal que siempre nos quedaremos cortos. En este caso cogieron el clásico del escritor polaco y reeditaron, en nueva traducción directa desde el polaco,  por primera vez la imprescindible obra de ciencia ficción. Una obra que va más allá de la ciencia ficción, representando con toda claridad la psicología humana.

violación“Violación, una historia de amor” de Joyce Carol Oates. La editorial Papel de Liar está haciendo una labor excelente publicando estas pequeñas historias góticas y siniestras de la gran escritora norteamericana. La violación en grupo de una madre en presencia de su hija desencadenará una espiral de acontecimientos tanto entre la violada y su familia como entre los violadores y todo el pueblo. Nos brinda con una de esas historias que te dejan sin aliento, que te desbordan y que está escrita con una intensidad y una tensión narrativa sin igual. Qué relato, es imposible no sentirse roto al leerlo, pero qué lectura. Es obligatorio leer a Oates. Una obra para sentir.

“Los amigos de Eddie Coyle” de George V. Higgins. Gracias a Libros del Asteroide gozamos de la recuperación de una de esas novelas en la que se conjugan todas las virtudes que sirvieron para construir la novela Los amigos de Eddie Coylenegra más negra. La trama importa, pero no tanto como todo lo que la rodea. Los hechos se suceden de manera vertiginosa, el hampa, los bajos fondos con su sordidez, quedan perfectamente reflejados con diálogos chispeantes, fluidos, llenos de humor y de drama al mismo tiempo. Una de las más grandes del año. Estamos de enhorabuena.

zorros“Los zorros vienen de noche” de Cees Nooteboom. Como ya comenté en esta reseña, en esta recopilación de relatos cortos que cada historia es una pequeña obra de arte. Tomando como hilo conductor algo relacionado con la fotografía se originan en los personajes reflexiones con respecto a los recuerdos, la nostalgia, la vida y la muerte. Su prosa produce sensaciones indescriptibles, un placer para los sentidos.

“Todo oscuro, sin estrellas” de Stephen King. La última recopilación de cuentos cortos del Sr. King es de las mejores que ha hecho en mucho tiempo. Cuatro historias en las que lo todo-oscuro-sin-estrellas-de-stephen-kingsobrenatural es simplemente anecdótico y lo que importa de verdad es el verdadero terror que puede causar el propio hombre. Como dice en su epílogo el propio escritor “poner a gente ordinaria frente a situaciones extraordinarias”. Son historias de bastante dureza, apelando a los bajos instintos. Stephen King está en plena forma.

“El callejón de las almas perdidas” de William Lindsey Gresham. Sobre una premisa que recuerda a “La parada de los monstruos” de Todd Browning en su comienzo y que luego se decora con elementos del más puro “hardboiled” a lo Jim Thompson, el malogrado escritor  construye una novela que cuenta la historia de un l-callejon-de-las-almas-perdidasaprendiz de mentalista que trabaja en un circo de “freaks” y que intenta prosperar en la vida combinando su capacidad con los timos. Lo onírico se alterna con lo real, los flashbacks con el momento presente, evolucionado los personajes mediante el monólogo interior. Estilísticamente excelsa. Lirismo y crudeza se mezclan a partes iguales.  Muy amarga pero muy recomendable.

“Ventajas de viajar en tren” de Antonio Orejudo. Cierto que este año la novela que se ha publicado del grandísimo escritor español es “Un momento de descanso”, pero nos apetecía recomendar más esta, que, aunque fue publicada en el año 2000, Tusquets la ha recogido en su catálogo en este mismo año. Estamos ante una de esas novelas que es un ejercicio de estilo en sí, lo real se mezcla con lo ficticio. El autor es capaz de cambiar de narrador, de alternar flashbacks con cartas y con historias presentes. Toda la novela es sumamente original y una total virguería. Una buena forma de conocer uno de los mejores narradores actuales.ventajas-de-viajar-en-tren

“El dinero de los demás” de Justin Cartwright. El libro trata sobre la crisis bancaria y los personajes que rodean la caída de un banco británico privado y las consecuencias que traerá, a los periodistas que investigan el posible fraude, pasando por un escritor que recibía financiación del banco y a la propia familia que sustituye en la dirección del banco al patriarca. Relata con mucho humor todos los entresijos de la situación, con las trampas, dinerodemas_bajaengaños, dinero fantasma,… elaborados por los poderes fácticos para seguir manteniendo su estatus a pesar de la catástrofe económica. Está espléndidamente narrado y aprovecha para hacer una sátira sin compasión. Qué libro nos brinda la editorial Ático de los libros, tan necesario como imprescindible.

“El lunes empieza el sábado” de los rusos Boris y Arkadi Strugarski. Es una atípica novela de ciencia ficción mezclada con fantasía. Aunque le cuesta un poco empezar, es simplemente maravillosa, diferente y, sobre todo en su parte final, está lunessábadoestupendamente escrita. Además contiene mensajes de todo tipo de los autores referentes al régimen imperante en la época en que la escribieron pero tratados con humor. Fantasía a raudales. Ciencia ficción de la que nos falta. Qué buena recuperación de Nevsky.

casa-desolada“Casa desolada” de Charles Dickens. Sí, no es de este año, pero si hay que recuperar un clásico este podría ser un buen ejemplo, voluminoso eso sí. En el excelente prólogo de la no menos excelente edición de Valdemar se dicen varias de las virtudes del escritor: “Lo genuinamente dickensiano: su estilo, la densidad de sus motivos, la psicología de sus personajes, en definitiva, el poder inconmensurable de su palabra.” Aquí creó una novela perfecta, en casi todos los aspectos, no hay maniqueísmos, no hay infantilización, lo tenemos en su madurez, con un estilo elegante e inconfundible. Quizá la obra más completa y perfecta del gran autor inglés.