Resumen de lecturas del Estío del 2014

Fuego-BlancoSi recordáis este post antes de irme de vacaciones, ahí exponía los libros que podrían entrar en este tiempo vacacional; al final, de lo que uno se propone a lo que realmente ocurre va un buen trecho; el caso es que era muy exigente, aquí están las píldoras de todas ellas, en casos puntuales hay enlace a reseña que ya he publicado en blog (sobre todo las que salieron en la votación); vayamos al tema, que han sido unos pocos los que han caído en este verano:

“¿Soy una Esnob? ¿Qué regalar a una Snob?” de Virginia Woolf y Walter Benjamin, texto corto de Woolf que sirve para conocer aún más a la escritora británica en una de sus facetas más ocultas.

“El adoquín azul” de Francisco González Ledesma, un crepuscular Ledesma nos relata una historia de postguerra que no deslumbra pero está llena de buen oficio.

“El general Ople y Lady Camper” de George Meredith, nouvelle que nos arranca sonrisas a la par que descubrimos una buena muestra de literatura británica.

“Fuego Blanco”  de Douglas Preston y Lincoln Child, los verdaderos especialistas del thriller nos vuelven a traer otra de esas aventuras para no levantarse del sillón hasta terminarla. Pulp a raudales, imaginación y creatividad como bandera.

“Pequeño Teatro” de Ana María Matute, descubrir a “la Matute”, tras su reciente fallecimiento, es siempre un gusto; esta pequeña maravilla no hace más que realzar su figura literaria.

“La mujer de otro hombre y su marido debajo de la cama” de Fyodor Dostoyevsky, recopilación de cuentos cómicos del grandísimo escritor ruso para pasar el rato (y alternarlo con su tocho de los Karamazov).

“Pandora” de Henry James, James siempre me llamó la atención por su forma de reflejar la “nueva mujer”, esta novela vuelve a este tema, además de mostrar el conflicto Inglaterra-américa que vivió en sus propias carnes; su estilo, su escritura, configuran una muy buena novela.

“LEGO Star Wars: The Yoda Chronicles” de Daniel Lipkowitz, curiosidad que pillé de casualidad en Bookdepository por su precio y que nos cuenta las crónicas de Yoda con un montón de piezas de Lego como protagonistas.

“El ciclo del hombre lobo” de Stephen King, la revisión del mito del hombre lobo por parte de King está anclada en los parámetros más clásicos pero, aun así, resulta tremendamente entretenida.

colorado“Colorado Kid” de Stephen King, King meets postmodernism, una historia de un crimen sin un aparente final; un ejercicio de estilo narrativo en cuanto a estructura en intenciones. Una obra muy diferente a lo suyo habitual pero delicioso igualmente.

“Riding the bullet” de Stephen King, no sé si lo hizo a posta, pero desde luego esta pequeña historia que nació como un ebook no es de lo mejor del autor norteamericano, aunque se deja leer.

“El ladrón del rayo” de Rick Riordan, primera parte de la saga de los Héroes del Olimpo que tiene como personaje protagonista a Percy Jackson; los elementos en común con Harry Potter son abundantes, si bien es cierto que Riordan monta una historia donde la acción no deja respiro.

“El fugitivo” de Stephen King, increíble, después de tantos libros leídos, encontrarse con los primeros, los que escribió como Richard Bachman, y maravillarme de nuevo con una historia que mezcla ciencia ficción y terror, visceral, con un estilo diferente y un final trepidante que traerá, sobre todo a los norteamericanos, infaustos recuerdos; no me extraña que hasta hace poco el propio King prohibiera su publicación.

“El mar de los monstruos” de Rick Riordan, una vez lees el libro te das cuenta del fracaso que supuso la segunda película; muy influenciado aún por la marca “Potter”, pero empiezan a verse elementos diferenciadores.

“Carretera Maldita” de Stephen King, otra excelente muestra de esta primera época con el pseudónimo Bachman. Menos brutal, la potencialidad de lo que va a ocurrir sostiene la trama; que a nadie se le ocurra leer la sinopsis editorial que revela vilmente lo que va a suceder.

“Enemigo” de Jiro Taniguchi, quién dijo que Taniguchi no podría escribir un Thriller; sale indemne de esta historia llena de acción pero sigo prefiriendo sus “Slice of life”.

“La dama de provincias prospera” de E.M. Delafield, ¡qué divertida era Delafield!, qué buen rato puedes pasar con las andanzas de su dama de la alta sociedad británica. Lástima la lasitud que demuestra la traducción que podría ser más exhaustiva y detallista (de las innumerables notas en francés  y de las referencias de la época), que ayudaría para obtener un mayor disfrute.

zombie“Zombie” de Joyce Carol Oates, una muestra excelente, nuevamente, de la capacidad de Oates para ahondar en lo más oscuro del corazón humano; en este caso con uno de esos protagonistas, Quentin P, que dejan huella por sus cualidades monstruosas e impunidad. Es una novela de una crudeza y una violencia no apta para estómagos “sensibles”.

“Pastoral” de George Saunders, el talento de Saunders desborda en cada palabra, en cada frase… pero la traducción-edición deja mucho que desear, espero que no sea la norma, pero en esta recopilación de cuentos no ha estado muy afortunada.

“La maldición del titán” de Rick Riordan, indudablemente, este tercer libro supone el despegue definitivo, Riordan olvida conscientemente la evolución educativa para centrarse en las aventuras y se separa del mito Potter; el resultado es una saga cada vez más divertida y disfrutable.

“Los hermanos Karamazov” de Fyodor Dostoyevsky, obra maestra de un escritor en su madurez creativa, una de esas obras inolvidables y que proporciona horas de literatura al mejor nivel posible. Deslumbrante la capacidad del ruso para caracterizar psicológicamente a unos personajes que se convierten en reflejos de nuestra propia vida.

“Fantasmas y Samurais. Cuentos modernos del viejo Japón” de Kido Okamoto, buena recopilación de Kaidanes (Cuentos de fantasmas japoneses) del creador de Hanshishi; esto es lo que llamo una buena lectura “playera”.

“Una aventura del tiempo” de Charlotte Moberly y Eleanor Jourdain, decepcionante sucesión de repeticiones de la misma historia sin apenas cambios, aburre, y quería que me gustara.

“Máquinas del tiempo” de Nina Allan, recopilación de historias, aparentemente independientes, que tienen al tiempo como verdadero protagonista. Las variaciones de los roles de los protagonistas, de sus vidas y de sus historias nos llaman la atención a través de pequeños detalles. Muy buena propuesta veraniega.

“La batalla del laberinto” de Rick Riordan, Riordan sabía lo que se hacía, en esta entrega de Percy Jackson tenemos un montón de sorpresas que había ido preparando y muchas ideas interesantes; sería la mejor entrega si no fuera por el apocalíptico y épico final en el quinto libro.

“El último héroe del Olimpo” de Rick Riordan, ¿es posible que un libro cuya trama es una batalla estirada no sea aburrido? El norteamericano consigue guardar golpes de efecto suficientes para que la acción no decaiga en ningún momento; épica a raudales, lo trepidante como leit motif; y asentar las bases para la siguiente saga. Un gran colofón para una grandísima serie.

nacidodehombre“Nacido de hombre y mujer (y otros relatos espeluznantes)” de Richard Matheson, esta recopilación de las primeras historias de Matheson es, sencillamente, excepcional; relatos cortos de ciencia ficción y terror que se caracterizan por su eclecticismo y su buen hacer; no extraña que King y otros autores reconozcan la influencia del escritor. La de ideas que anticipó. Una obra maestra.

“El mar” de John Banville, el reciente premio Príncipe de Asturias de las Letras ganó el Booker Prize por esta obra imprescindible. Un “thriller espiritual”, como dice Fresán, que es paradigmático en cuanto al estilo de orfebre del irlandés, sencillamente subyugador.

“Sombra y hueso” de Leigh Bardugo, se ha convertido, por derecho propio, en el truño veraniego y del año. Tanto rubor, tantas lágrimas, tantos clichés han conseguido que yo me ruborice y casi lloré ante el que se supone verdadero bombazo de literatura juvenil para chicas; una almibarada historia donde todo es previsible y anodino. Me sorprende muy negativamente que este producto (que tanto alaba Veronica “Divergente” Roth) esté tan bien valorado…

“Miracleman: el sueño de volar” de varios autores, tras mucho tiempo podemos ver publicado de nuevo uno de esos cómics que resultó toda una revolución. Si además contamos con los dibujos de Alan Davis… esta historia cargada de oscuridad se convierte en toda una diversión.

“El maestro y Margarita” de Mijáil Bulgákov, en la reseña me extiendo más al respecto de la obra maestra del ruso.  Baste decir que estamos ante la edición definitiva de esa maravilla. Una verdadera delicia.

“La detective miope” de Rosa Ribas, novela negra e investigación detectivesca de la mano; la venganza de fondo; bien narrada, bien tramada, bien divertida.

“Historia mínima de la literatura española” de José-Carlos Mainer, encomiable esfuerzo de resumir en menos de trescientas páginas toda la historia de la literatura española con sus autores y sus obras. La comento más profundamente en su reseña.

“La trama nupcial” de Jeffrey Eugenides, Eugenides, al igual que Tartt, dedica bastante tiempo a la creación de cada novela, de hecho solamente tiene tres hasta ahora como la susodicha; el resultado, eso sí, está bastante lejos del de la norteamericana; esta trama nupcial tan metaliteraria me ha convencido y mucho. Un grandísimo autor.

el-fantasma-de-baker-street1“El fantasma de Baker Street” de Curtis Garland, Mitografía Creativa, sí, gracias al excelente prólogo de Darkland editorial me entero del término, una nueva editorial que apuesta por traernos títulos desaparecidos del amado bolsilibro; hay que tener muchas narices para, en un contexto como el actual, lanzarse con este tipo de libros. Yo, desde luego, aplaudo y apoyo, y más, si traen títulos tan emblemáticos como esta maravillada del ya fallecido Curtis Garland.

“Rancho Drácula” de Silver Kane, el otro título, en realidad, es el primero de la colección, que Darkland ha sacado para iniciar su andadura; Silver Kane, junto con Garland, son tan paradigmáticos del pulp como puede parecer. Una muestra de weird western que se lee con pasión. Viva el pulp, larga vida.

“Una trampa para cuervos” de Ann Cleeves, novela policiaca atípica por varios aspectos: en primer lugar por la descentralización de la trama criminal en un primer momento para, sin embargo, realizar un enfoque más personal de los tres personajes femeninos principales; en segundo lugar por la importancia de la localización geográfica, los Peninos del Norte escoceses, como elemento necesario para la caracterización de la trama y de los personajes; el tercer elemento es, sin lugar a dudas, la personalidad de la originalísima Vera Stanhope, una detective que sale de los cánones establecidos tanto en lo físico como en el carisma que desprende. Todo ello conforma una novela que se olvida de lugares comunes para plantear algo distinto.

“Los visitantes” de Jonathan Stroud, el escritor británico inicia una nueva saga juvenil con la Agencia Lockwood y no podemos más que congratularnos ante su propuesta: un mundo donde los fantasmas están a la orden del día y existen unas agencias que se encargan de eliminar a estos fantasmas. La mezcla de lo sobrenatural, magia y elementos terroríficos (casas tétricas donde no sabes dónde te llegará el susto, bisagras que suenan, amenazas indeterminadas…) es un cóctel mezclado con sabiduría, una buena premisa al que acompaña un fantástico desarrollo y la potencialidad inherente que promete muchas sorpresas futuras.

Agencia Lockwood. Los visitantes - Jonathan Stroud“La larga marcha” de Stephen King, escrita en 1979, nos encontramos ante otra de las creaciones de su primera época con el pseudónimo de Richard Bachman y que se caracteriza por la crudeza de una historia brutal; un perverso juego a modo de reality televisivo que avanza inexorablemente en un tour de force plagado de horrores, sorprende tanto por lo claustrofóbico y por el dolor transmitido; anticipó mucho de lo que vamos viendo, una sociedad morbosa, los realities televisivos y lo más oscuro que tiene el hombre en su interior.

Y este fue el último libro leído en este verano. Se han quedado muchos en el camino que leeré en meses posteriores pero creo que la mezcla es indudablemente interesante. Ha sido muy divertido, afortunadamente es de lo que se trata.

Otro día  vendré con una pequeña selección de los libros que más me interesan para este otoño-invierno.

“Bolsilibro & Cinema BIS” edición de Javier G. Romero

Es más que reseñable que se realice un libro de este tipo, entre otras cosas porque suelen faltar propuestas de este estilo que, además, consigan cumplir su objetivo con sobriedad y se conviertan en una referencia. En el prefacio de Jesús Parrado nos comenta la función que se busca con esta recopilación de artículos: “Objetivo, pues, de este libro es destacar la relación fecunda y fluida entre la pulp fiction europea y su equivalente cinematográfico, donde literalmente hubo de todo, y para todos.”

bolsilibroSí, una mezcla de pulp con la cinematografía, más atractivo no se podía presentar, hay que ver si de verdad el objetivo se cumple; para ello Pablo Herranz y Javier G. Romero han dividido el volumen en cuatro partes bien diferenciadas:

Primera parte: en palabras del coordinador, “seleccionamos un cuarteto de escritores de los llamados “eternos” y “universales”, cuyas obras han sentado las bases para mucha literatura posterior, cada uno además de distinta nacionalidad: el español José Mallorquí, el italiano Emilio Salgari, el inglés Edgar Wallace y el alemán Karl May, padres, respectivamente, de mitos populares de la categoría del Coyote, Sandokán, el Krimi y Winnetou.”

Es especialmente destacable, en el capítulo sobre Emilio Salgari, la descripción que se realiza del estilo y prosa del italiano y que se puede aplicar a parte de la novela pulp en general: Ya se dijo antes: técnicamente no era un gran escritor y, además, escribía a destajo, sin ocasión de corregir. Algo debía estar haciendo muy bien para compensar todo eso y mantener hipnotizada a su gran masa de lectores. Aunque tienda a olvidarse, ciertamente “redactar” no es sinónimo de “escribir”. Emilio Salgari quizá no redactase muy bien, pero imaginaba en su fantasía desmesurada historias que uno quería oír, leer, conocer. Las narraría mal, de forma atropellada, con diálogos increíbles y situaciones imposibles… pero creaba personajes, escenarios y acontecimientos que llevaban al lector a donde este nunca había estado y ensoñaba estar.”

Esa sensación de sueño, de magia, de fantasía… que arrastraba a los lectores, se reafirma en el  dedicado a Karl May: “Lo cierto es que el Oriente de Kara Ben Nemsi o el Oeste de Winnetou tienen tanto que ver con las ubicaciones auténticas como el exaltado lector quiera. No son lo real, sino la imagen enfebrecida, idealizada, mítica, de la idea de lo real. En ese marco legendario, más grande que la vida,; desde luego más grande que la vida de los lectores e incluso que la de May, novelesca de por sí,; los europeos podían vivir sus propias aventuras, crear sus propios paisajes y construir su propia mitopoética en tierra extraña, en un país de sueños, en una topografía mental.”

Las mismas virtudes aparecen en distintos autores que resaltan además esa capacidad para crear una mitopoética de una tierra extraña, tan atractiva para el lector de estas novelas.

En la segunda parte escogieron personajes de gancho: dos policías americanos y una heroína francesa, Lemmy Caution, Jerry Cotton y Angélica.

Muy interesante resulta especialmente el retrato que hacen del primero de ellos, verdadero precursor de la literatura posterior: “Lemmy Caution (creado por el escritor inglés Peter Cheney) surgió en 1936, agente del FBI, prefigura esa retahíla de detectives/policías/espías típica de los decenios posteriores, que esgrimen cual tarjeta de visita una fanfarronería machista que hoy por hoy resulta casi (auto) caricaturesca, incluyendo el gusto por la violencia y una lujuria sin fondo. En efecto, sin Lemmy Caution acaso no habrían existido Mike Hammer y James Bond (creaciones de Spillane y Fleming, respectivamente), por escoger los epígonos más populares y representativos de sus continentes correspondientes.”

Que además entrelazan con el actor que le dio vida en la pantalla grande (Eddie Constantine) “logró ganar una celebridad especial, por esta su recreación de Humphrey Bogart en formato irónico-casposo, valga la definición con su físico algo simiesco, los ojos saltones, una faz correosa con secuelas de viruela y una sonrisita repelente.”

Esto mismo lo realizan con Jerry Cotton y con la menos conocida Angélica que, sin embargo, se trata prácticamente de una institución en Francia: “Ningún francés o aficionado avezado al folletín contemporáneo, ha dejado de reconocer a Angélica. En ese homenaje al género de capa y espada, que es Belladona, aparecen hermanados, con categoría de mitos, los tres mosqueteros, el jorobado de Lagardere y Angélica.”

En la presentación de los tres personajes ya tenemos ese esfuerzo por emparentarlos con sus documentos cinematográficos, y esto se agradece porque sirve para comprobar cómo de las grandes fuentes pulp surgieron historias para el cine y cómo se realizaron dichas adaptaciones a un medio tan distinto.

Ya en la tercera parte contemplamos los espléndidos capítulos dedicados a la relación entre los bolsilibros y la cinematografía; en el caso español se relata la menor o mayor suerte en estas adaptaciones de autores como Keith Luger, Curtis Garland o Clark Carrados; en la parte europea no podían faltar los entrañables Fantomas, Fu Manchú o el Doctor Mabuse.

Para acabar, la última parte contiene un repaso final a la labor que desempeñaron portadistas e ilustradores realizando verdaderas obras de arte  que contribuyeron con su arte al éxito de los bolsilibros.

La galería de portadas del final de este conjunto de artículos es un digno colofón, muy gráfico, para finalizar un libro estupendo, bien documentado, riguroso, y que se lee sin esfuerzo para mostrar un marco de tiempo tan atractivo como olvidado. Más que recomendable para aficionados al género y su extensión al cine.

Segunda parte de recomendaciones policíacas “pulp” y un homenaje: Curtis Garland

Lo que son las cosas y cómo evoluciona todo; en un principio pensé con este segundo post acabar con las reseñas de la recopilación “¡Bang, Bang. Estás muerto!” pero las circunstancias me obligan a dividirla en dos artículos diferentes por dos razones principales: la primera tiene que ver con la extensión, no quiero que sean extremadamente largos; la segunda, y más importante es dedicar unas palabras a uno de los integrantes en la tercera recopilación: el recientemente fallecido Curtis Garland (el pasado día 5 de febrero).

bang-bang-estas-muerto-voliii-9788446036272La segunda historia incluida en este “¡Bang, Bang. Estás Muerto!”(Vol 3), “Flores en tu funeral” (1956), viene firmada por Donald Curtis (pseudónimo junto con Curtis Garland, de Juan Gallardo). En ella se narran las vicisitudes de Mark Graham “la vergüenza de los federales”, que  fue expulsado por sus métodos brutales y  reparte leña a diestro y siniestro en un caso que mezcla de todo: drogas, tulipanes…, con muchas ramificaciones y subtramas cumpliendo maravillosamente con su objetivo de entretener. No se resuelve hasta el último instante en un giro final inesperado.

Esta historia ejemplifica el buen hacer de un escritor superlativo, un escritor trabajador pero sin estar exento de una calidad que atesoraba en todo momento, solo hay que ver qué bien describía a las mujeres de la época:

“Allí estaba Jan, con un prodigioso pijama de seda, cuya chaqueta blanca contrastaba con el azul eléctrico de su pantalón ceñido a las maravillosas piernas de la rubia millonaria. Mark contempló asombrado la imagen de juventud, vitalidad y belleza de aquella linda muñeca de cabellos rubio ceniciento, ojos rasgados y chispeantes, boca roja y nariz agresivamente graciosa.”

yocurtisgarland“Yo Curtis Garland” (no incluida en esta antología y que leí ya hace un tiempo en la edición de Morsa Ediciones ) es la autobiografía del escritor Juan Gallardo Muñoz en su seudónimo más conocido. Escritor que tenía a sus espaldas más de 2000 bolsilibros de unos tiempos muy distintos a los de ahora, en los que se tenían que escribir 4 o 5 libros al mes y donde el único recurso era el ingenio, la creatividad, el buen hacer… y sobre todo el amor por la literatura. Una joyita que sirve para reinvidicar un género, el de las novelas populares o pop, que tenía muchísima más calidad de lo que pudiera aparentar y que el tiempo está poniendo en su sitio. Escrito con mucha delicadeza y nostalgia, es una perla breve de buena lectura. Un ejemplo más si alguien quiere conocer un poco a este espléndido autor.

Los demás relatos de la recopilación, tan recomendables como el de Curtis Garland son:

“Pistola de alquiler” (1960) de Mark Halloran (Jorge Gubern) un thriller en la exótica Río Caimán, ”mercenario duro pero sentimental que defenderá los intereses de una honrada propietaria de una mina frente a la codicia de sus malvados competidores. Johnny Roberts se llevará el gato al agua y a María Casablanca”.

Impagable la descripción que realiza de la morada del corrupto Juez Ortega “El juez les recibió en una biblioteca muy surtida, cuya apariencia general venía a demostrar que era hombre de vasta y profunda lectura. La apariencia del propio Ortega tendía a lo mismo. Todo en él era superficial y espectacular, destinado a producir una impresión de respetabilidad que escondía sin duda un interior miserable.”

En el tercer relato, “¡Señores del jurado!” (1960) de Clark Carrados (Luís García Lecha), tenemos el típico thriller judicial, a lo John Grisham, con todas las añagazas jurídicas posibles unidas a mamporros por doquier. Douglas Pentecost, Patito Feo en la novela, vuelve de la nebulosa de la infancia para salvar a su esbelta amiga Lorelei, acusada injustamente. Vibrante en su ejecución, a pesar de los típicos comentarios de detective duro:

“Douglas se sintió asqueado ante el repugnante cinismo de que hacía gala aquella mujer. Hubiera deseado que fuera hombre para estrangularla con sus propias manos, pero se sabía impotente para causarle el menor daño físico.”

El último, “Un crimen… y mucha imaginación” (1973) de Vic Logan (Victoria Rodoreda). La muerte de un editor es cargada a un escritor. Introduce el ordenador y los estudios de mercado para conseguir un best seller y que tenga éxito según el patrón de gustos de los lectores. Una novela con final no apto para cardíacos, una reflexión que, además resulta metaficcional por momentos:

“-Oh, claro. Pero todo evoluciona. Digamos que tengo la sección de ideas. La componen unos cuantos hombres de mi plantilla, que ocupan el piso sexto. Nadie les molesta. Cuando tienen un puñado de ideas seleccionadas, las pasan al computador, que resume la sinopsis y, de rechazo, vienen a parar a esta máquina. Ella nos dice a cuántos de los grupos de lectores de los que les he hablado antes gustará la nueva idea, y cuántos son capaces de adivinar el final. Si la máquina responde que la idea es apta para más de un ochenta por cierto, y que solo un veinte son capaces de descubrir el final, la idea sirve. Es el resultado óptimo.”

curtisnomral

Pero que, al fin y al cabo, solo pretendía:

“-Has conseguido interesarme – sonrió ella.

-Es lo que pretendió el escritor al redactar esto; interesar a la gente”

Este es mi sentido homenaje al irrepetible Curtis Garland, cuánto nos has hecho disfrutar y nos harás disfrutar con tantas historias que seguiremos descubriendo.