Mis lecturas favoritas del año 2017

Ha sido un año mucho más duro de lo que esperaba, árido como pocos, por diversos y variados motivos me ha costado escribir, leer y casi cualquier cosa. Me molesta porque parece que ha sido una continuación del año anterior pero leyendo menos que es peor; de hecho, este año no he llegado al objetivo de libros que me había propuesto, y esto es la primera vez que me ocurre en 7 años. También es cierto que he leído más de los que pone en Good Reads pero no puedo ponerlos por ahora. Aún así, al acabar el año parece que la tendencia está cambiando, quiero creer que hay un atisbo de esperanza. Necesito normalizar mis temas de trabajo y, de esta manera, se estabilizará lo otro, ya os informaré según vaya avanzando y espero ir haciéndolo con posts más habituales de los que he conseguido en este período.

Dicho lo anterior, es el séptimo año en que hago una selección de mis lecturas favoritas; aquí tenéis las listas de los años anteriores:

Lecturas favoritas Año 2011.

–Lecturas favoritas Año 2012.

Lecturas favoritas Año 2013.

Lecturas favoritas Año 2014.

Lecturas favoritas Año 2015.

Lecturas favoritas Año 2016.

Sinceramente, la utilidad de estas listas es la manera de hacer balance personal del año, sirven para valorar lo que he leído de manera cualitativa y junto con el post de las estadísticas, complemento cuantitativamente esta información. Me consta que a varios lectores les sirven para prever posibles lecturas (o no), pero, sinceramente, no es el objetivo, lo hago porque me apetece a mí, como todo lo que aparece en este blog, si a alguien le viene bien, bienvenido sea.

Los criterios son los mismos del resto de años pero los voy a resumir de manera esquemática:

-Hago la lista sobre libros publicados o reeditados en el 2017. Ni mucho menos me leo todo (ni nadie lo hace) y tengo mayor afinidad por libros de editoriales pequeñas independientes que por las grandes monopolizadoras (esta afinidad tiene que ver con leer antes un libro que otro), aun así podréis comprobar que hay de todo.

-El número de libros de esta lista varía de un año a otro, no pongo límites, este año son veinte los elegidos, que parecen acordes en cantidad con los 170 libros que he leído.

-El orden en el que aparecen  intentaba que fuera cronológico aunque se puede haber mezclado alguna, desde principios de año hasta las últimas lecturas, no asigno posiciones, son mis libros favoritos sin más.

-No hay restricciones en cuanto al género escogido ni la temática.

–Lo más importante: el criterio de elección es mi gusto personal, aparecen los libros con los que más he disfrutado (por los motivos que sean).

-Ah, NO MENOS IMPORTANTE, los he leído todos.

Sin más dilación, que entre ya la lista:

Querida Ijeawele de Chimamanda Ngozi Adichie (Penguin Mondadori Random House), qué sencillo lo hace Chimamanda; un pequeño libro de consejos para ser feminista exhortados a una madre y su hija; no hay forma de endulzarlo porque, ante todo, la autora se muestra sincera y firme en cuanto a lo que se puede encontrar. Es difícil que alguien sea tan cariñosa y realista al mismo tiempo, no hay nadie más idóneo para que te lo cuente.

El señor de las muñecas y otros cuentos de terror de Joyce Carol Oates (Alba), tres libros hemos tenido este año de la norteamericana gracias especialmente al trabajo de editoriales más pequeñas, es para estar de enhorabuena; además estas pequeñas editoriales han sido las más inteligentes ya que se han centrado en sus libros de relatos que, en mi opinión, son ahora mismo el punto fuerte de la autora; podría haber escogido el fantástico Dame tu corazón que ha sacado Gatopardo pero al final me he decidido por la recopilación de Alba quizá por una mayor afinidad con los relatos o por el juego maravilloso que nos propone Oates en el último de ellos (Misterios S.A.). Quizá eso me rindió definitivamente. El caso es que valen la pena los dos…. no digo más…

Amor Libre de Ali Smith (Gatopardo Ediciones), el más que premiado How to be both me pareció un libro muy interesante en cuanto a la forma pero frío en su mensaje, dicha frialdad se me había pegado irremediablemente cada vez que veía algo de la autora escocesa; gracias a las chicas de Gatopardo le di una oportunidad con estos relatos y, por fin, disfruté de las peculiares historias sobre la vida y el amor que nos propone. Ali Smith se queda conmigo.

Una dirección equivocada de Elizabeth Daly (Siruela), el sello de clásicos policíacos de Siruela está trayendo muchas satisfacciones, recuperaciones fantásticas de novelas que, hasta hace poco, estaban totalmente desaparecidas e inencontrables. Lo bueno es que no se están limitando a lo británico (ese detection club) sino que buscan en otras latitudes y tal es el caso de la serie  del detective y bibliófilo Henry Gamadge que desarrolló la norteamericana Daly; parece mentira que consiga integrar una cualidad tan poco habitual en la trama y que funcione pero lo logra, la trama está muy bien cerrada y ahonda especialmente en la psicología de los protagonistas. Una gran novela de misterio.

Nubes de Lluvia de Bessie Head (Palabrero), esta pequeña editorial está buscando su hueco y me gustan sus ideas, más si son casos como el de la sudafricana Bessie Head; nos guste o no, se publican pocas mujeres, si estas además son de color, están aún más lejos de ser publicadas; por eso resulta aún más sobresaliente este libro que nos muestra, desde una perspectiva muy diferente , sobre el papel de la mujer en un mundo tan dominado por hombres como es el del continente africano. Si además se tiene en cuenta el momento en que fue escrito, la relevancia es aún mayor. Necesito más recuperaciones como esta.

Valerosas 1 y 2: Mujeres que solo hacen lo que ellas quieren de Pénélope Bagieu (Dibbuks), he leído bastantes cómics este año, me ayudaban a no secarme en mis lecturas, y tengo que reconocer que estos dos volúmenes me han parecido excepcionales en forma, fondo y como objetos en sí mismos por la maravillosa edición de Dibbuks. Bagieu consigue que un recuento de biografías resulte extremadamente interesante gracias a la diversidad y eclecticismo de sus elecciones como a sus viñetas dotadas de una gran expresividad. Un trabajo magnífico e imprescindible.

The power de  Naomi Alderman (Viking), sí, no lo pude resistir, lo leí en inglés antes que en español y dio la casualidad que ganó el Baileys Prize este año; luego Roca lo publicó en Octubre o Noviembre y me dediqué a hacer proselitismo; cierto que puede decirse que va a remolque del gran éxito de Atwood pero me encanta que plantee la perspectiva contraria y nos ayude a reflexionar sobre cómo el poder puede afectar a la convivencia del mundo actual (y pasado). No sé si la traducción le hará justicia… a mí el libro en inglés me convenció y sus guiños me parecieron muy divertidos al mismo tiempo que aprendía un montón.

No, mamá, no de Verity Bargate (Alba), un sorpresón, este libro empieza con una premisa interesante y desemboca en un giro de guión delicioso por su imprevisibilidad. Rara Avis siempre es un sello a mirar, más cuando siguen retándose a sí mismos con joyas como esta. De verdad, cuánto se puede decir con tan poco. Espléndida elección.

En busca de new Babylon de Dominique Scali (Hoja de lata), bienvenidos al siglo XXI, una historia de vaqueros con corte clásico y formas postmodernas; otra escritora canadiense (y van…) a la que seguir; otro descubrimiento de sus editores que están configurando uno de los catálogos más diversos y de calidad que se pueden encontrar hoy en día.

Experimental Film de Gemma Files (La biblioteca de Carfax), lo he dicho antes aquí y aquí y no me voy a extender más. En efecto, estas chicas han creado la editorial con la que más me he divertido este año y, probablemente, si el camino que va a seguir el terror en estos próximos años se rige por libros como el de Gemma Files, me pongo una venda y me dejo llevar, me CONVENCE esta mezcla cargada de inteligencia.

El caso de Betty Kane de Josephine Tey (Hoja de lata), ¿quieres leer una historia de misterio que se salga de lo habitual? Está claro que Tey es una de las opciones más heterogéneas que te puedas encontrar. Cada libro es un reto a lo establecido y siempre resulta refrescante. Otra recuperación de lo policíaco que colma mis expectativas.

Apegos Feroces de Vivian Gornick (Sexto Piso), parece mentira que desde el año 1987 ninguna editorial se hubiera dignado a traer esta obra pero bueno, nunca es tarde si al final llega; este relato autobiográfico de la relación materno filial de la escritora y activista sorprenden por lo descarnado de su exposición; hay verdades que duelen, hay reproches que llegan al fondo del corazón, hay relatos que te desgarran por su sinceridad; estos son los apegos que nos trae Gornick.

Asesinato en el Honjin y otros relatos de Seishi Yokomizo (Quaterni), (aparte entre nosotros: no hay cosa que más motive a un aficionado a los relatos de misterio que encontrarse con un caso de habitación cerrada) este libro recupera más casos del gran detective tartamudo Kosuke Kindaichi y oh…. el primer caso, excepcional, es un ejemplo de habitación cerrada pero a la manera japonesa. Enrevesado como pocos. Divertido como todos. Los otros casos tampoco desmerecen un volumen magnífico con misterios japoneses.

Vida y Arte de Verdi de Julian Budden (Turner), otro de los grandes fallos de este año es no haber podido leer más ensayos; mientras pienso en cómo solucionarlo, en ese desierto ha brillado con luz propia este excepcional ensayo sobre una de las figuras más importantes de la historia de la música. Budden disecciona con un bisturí muy preciso la obra del mejor compositor de óperas junto con Wagner. Un libro que puede hacer disfrutar a un neófito pero que parece imprescindible para los que ya están metidos en el mundillo como es mi caso. Simplemente imprescindible.

Desplazar el centro  de Ngũgĩ wa Thiong’o (Rayo verde), qué incómodo es leer al escritor keniata, mucho; es como si te echaran sal en una herida y la restregaran hasta que llores, lo comentaba una vez con la editorial, si los suecos leen su obra de verdad… no le dan el Nobel de literatura nunca, y tiene pinta de que algo han leído y no se atreven. En serio, este libro pone a occidente tan mal, nos hace tan conscientes de los abusos que llevamos cometiendo desde hace siglos que no creo que nadie le pueda dar un premio a esto hoy en día. Leedlo, este escritor se mueve por el ensayo como nadie. Sencillo y, a la vez, demoledor.

Un lugar mejor  de Michael Wehunt (Dilatando Mentes), si antes hablaba de Gemma Files como la punta de lanza del camino que puede seguir el terror, estoy convencido de que Wehunt debe ser la inspiración a la hora de realizar relatos; esta selección es absolutamente excepcional, consigue que te preguntes cada dos por tres dónde estás, dónde vas… y que esta incomodidad te inspire aún más miedo del que puedas sentir. Todo está marcado por una creatividad a prueba de bombas y la edición de Dilatando Mentes es deliciosa, en todos los aspectos. Adentraos en este infinito y más allá del terror y sabréis a lo que me refiero.

La bestia ciega de Edogawa Rampo (Satori Ediciones), y mientras en Quaterni nos traen a Yokomizo, en Satori están empeñados en traernos todo lo posible del maestro del eroguro Edogawa Rampo, así que voy a gritar como uno que yo me sé (RAAAAAMMMMPOOOOOO)… fuera bromas, esta obra es lo que llamaríamos un paradigma del eroguro y, sinceramente, es brutal en todo momento. Vaya mezcla que urdió el escritor japonés. Comprobadlo vosotros mismos… y estad preparados para cualquier cosa.

Una cabeza llena de fantasmas de Paul Tremblay (Nocturna Ediciones), bravo por Nocturna que, definitivamente, están confiando en el terror como parte de su catálogo, la edición del Fuego de Joe Hill este año presagiaba más lanzamientos de este tipo pero no me esperaba que se atrevieran con este bombazo de Tremblay; ¿quién dijo que las novelas/películas de posesiones no tenían posibilidades? La inteligentísima propuesta del escritor norteamericano da una vuelta de campana a todo lo establecido, añade los realities shows y el influjo de la tv y lo utiliza para crear aún más ambigüedad a cada uno de los protagonistas, lo recuerdos se mezclan con lo que es real de tal manera que ya no sabes qué es real; y todo ello genera situaciones terroríficas, escalofriantes para llegar a un final apoteósico. La verdad es que este año ha sido, en general, un año para el terror en mi camino lector pero claro, con libros como los que he comentado, es difícil que no lo fuera.

El último caso de Phillip Trent de E. C. Bentley (Siruela), otro de esos clásicos policíacos que nos ha traído en este año el maravilloso sello de Siruela y otra genialidad con un ingrediente maravilloso que la hace única: la falibilidad del detective. Tiene gracia que, utilizando esa base, consiga hacer que el caso esté bien cerrado. Aficionados a lo policíaco… este libro, a pesar de algún anacronismo, proporciona una gran diversión.

Sobre lo azul de William H. Gass (La navaja suiza), posiblemente no hay mejor colofón a esta lista que poner esta obra maestra del recién fallecido escritor como última lectura del año; gracias a la excepcional traducción de Cé Santiago podemos disfrutar en plenitud de una de las obras más complejas y, al mismo tiempo, impactantes de William H. Gass. Es dificilísimo trasladar a otro idioma tantos matices relacionados con el azul y, al menos en mi caso, ha conseguido trasladarme la potencia del texto en inglés, el lirismo, la musicalidad y, al fin y al cabo, la genialidad de un autor que no gozó de gran éxito en España. Han prometido traer más libros del autor tras su fallecimiento y, desde luego, habrá que ir a por ellos. Mi más sincera enhorabuena por este trabajo inconmensurable.

Y eso es todo, ya es demasiado por este año. Veremos cómo se presenta el siguiente.

¡FELIZ AÑO 2018! !Buenas lecturas!

Resumen Lecturas Julio y Agosto 2017. Un verano atípico

Volviendo  a las rutinas habituales no puede faltar el post de resumen de lecturas del verano. Tengo que reconocer que ha sido atípico. Me ha costado buscar tiempo  para las lecturas, sobre todo porque leo más cuando trabajo, el transporte público es un gran apoyo para la constancia. A pesar de estas dificultades, he leído varias cosas que os traigo a continuación:

Cortejo en la catedral de Kate Douglas Wiggin, dÉpoca ha escogido una forma de editar  que no tiene nada que ver con la mayoría. Sus recuperaciones de novelas de época (clásicos, comedias, mysterys) son siempre sorprendentes y ayudan a completar la visión de tiempos pasados. Esta comedia de la norteamericana Kate Douglas Wiggin es una de esas novelas que te sacan un buen rato y una permanente sonrisa. Inocente y encantadora.

Buda en el ático de Julie Otsuka, siempre es difícil escoger como narrador una primera persona de plural, es difícil mantenerlo durante mucho tiempo sin que el lector termine un poco cansado. Además, es complicado mantenerlo enganchado, no se empatiza tanto cuando se trata de un grupo que en el caso personal. Sin embargo, Julie Otsuka, en este caso, consigue que la historia de las mujeres japonesas que llegaron a San Francisco hace casi un siglo en busca de una mejor vida sea creíble y, sobre todo, muy dolorosa. Una novela cortita pero intensa.

Lamú 13 de Rumiko Takahashi, estaba llegando al final…. Y casi ni me lo creía.

Moon Girl y el dinosaurio diabólico 2. Amores cósmicos de Amy Reeder y Natacha Bustos, segundo volumen y, sinceramente, es una de mis series de cómic favoritas (junto con Ms Marvel); con episodios tan divertidos como en el que se produce un intercambio de mentes entre la protagonista y el dinosaurio… es imposible aburrirse.

Un bollito feliz de Sarah Andersen, nueva recopilación de las tiras de cómics que realiza Sarah Andersen y nuevo disfrute. Cada dibujo es una tragicomedia de nuestras vidas. Hay tiempo para reír y llorar al mismo tiempo.

El aserradero lúgubre de Lemony Snicket, cuarto y último título de la reedición de “Una serie de catastróficas desdichas” que espero que no sea de verdad el último pero habrá que esperar  al siguiente movimiento editorial. Ojalá la serie de Netflix sirva para que la gente  se acerque a leerlos. Por lo menos, es una forma distinta de escribir libros para jóvenes.

Experimental film de Gemma Files, sin lugar a dudas, este será uno de los libros del año. Gran dirección la que están siguiendo en Biblioteca de Carfax que se atreve a sacar mujeres contemporáneas que escriben terror (o con elementos terroríficos) con una calidad como la de este libro que presenta temas sobrenaturales además de hacer un repaso de temas referentes al cine, lo que la vuelve muy susceptible de ser adaptada la gran pantalla. No voy a decir que sea fácil pero sí un reto más que interesante. A mí, este camino me parece excitante.

Lamú 14 de Rumiko Takahashi, …. Penúltimo título… qué pena.

Lamú 15 de Rumiko Takahashi, parece mentira haber terminado con más de 6000 páginas de aventuras, el único consuelo que me queda es la posible relectura futura. Es imposible olvidar a Lamú, Godai y la inmensa galería de personajes que aparecen en sus páginas. Aventuras que juegan con muchísimos temas que pasan por la ciencia ficción, el terror, la mitología, la religión, la comedia romántica, etc. y siempre, en esto es especialista la autora japonesa, con gran creatividad y asegurando carcajadas. Ahora me es difícil decidir con cuál serie me quedaría. Las locuras de esta me parecen tan efervescentes que, posiblemente, sea la primera ahora. El caso es seguir leyendo a Takahashi, qué talento.

El caso de Betty Kane de Josephine Tey, bravo por Hoja de Lata que siguen trayendo libros de la británica, y una ola por traer las historias menos conocidas que, al mismo tiempo, resultan ser historias detectivescas poco convencionales. Tal era el caso de la fabulosa La señorita Pym dispone, y lo mismo sucede con este caso que, aunque encuadrado dentro de la serie de su detective Alan Grant, poco tiene que ver el detective en la resolución de una extraña situación: el aparente secuestro de Betty Kane. Como de costumbre, vuelve a resolverlo estupendamente y nos vuelve a demostrar que había otra gran escritora de novelas policíacas aunque no sea tan conocida actualmente.

Castigo de Anne Holt, llevaba tanto tiempo diciendo que me iba a leer a la escritora noruega que parecía que lo hubiera hecho y, sin embargo, este es el libro con el que he empezado con ella. Primer caso que tiene como protagonista a Inger Johanne Vik (y a Yngvar Stubo), es una novela durísima sobre todo por la gravedad de las víctimas: niños. Partiendo de ello, hay que reconocer que me cuesta recomendarla por la incomodidad que genera, si tuviera que hacerlo por su calidad, lo haría sin ninguna vergüenza, te deja sin aliento. La trama está muy bien cerrada hasta su golpe de efecto final y la caracterización de los personajes empezando por los dos principales y el propio asesino es modélica. Seguiré con la autora, es un hecho.

Maderos de Ken Bruen, si uno lee la sinopsis, probablemente no leería este libro, es un cúmulo de lugares comunes en lo policíaco: antiguo policía, alcohólico total, aprendiz de detective, todo depresivo, muy hardboiled….  No obstante, recomiendo su lectura porque la realización, el cómo realiza esto Ken Bruen no es para nada común. Está muy bien escrita e incluso juega con lo metaliterario, alternando poesía y fragmentos de otros libros así como reflexiones sobre el género. Vale mucho la pena.

El cerdo de vapor de James McClure, repasando entre todo lo que tenía pendiente, resulta que me quedaba este libro del sudafricano en la famosa edición de la mítica colección de Etiqueta negra de Júcar. Y precisamente se trata de la primera novela que protagonizaron Zondi y Kramer (aunque los lectores habituales sabemos que no es el caso en el que se conocieron) y sirve de tarjeta de presentación para lo que vendrá luego. Como de costumbre está muy bien acabada y trata sobre las ya habituales cuestiones racistas en el país. Deseando poder leer los pocos que me quedan de esta serie.

Golpe de Sangre de Sara Paretsky, otra autora a la que tenía ganas de hincarle el diente, por fin empiezo las aventuras de Victoria I. Warshawsky, una detective polaca divorciada con una personalidad desbordante y que es capaz de resolver un caso por sí misma además de cuestionar el status quo actual de la mujer en la sociedad. Vale la pena sumergirse en sus casos porque ofrece, al menos, algo distinto a lo que uno está acostumbrado.

El museo del silencio de Yoko Ogawa, novela sugerente y especialmente cautivadora que me produjo no poco placer con una trama muy curiosa: el encargo de un coleccionista a un museógrafo de organizar un museo en el que se exhibieran los objetos recogidos en el momento exacto de la muerte de alguien. Impresiona bastante la forma en que va en crescendo hasta su final sin perder el aura de fascinación.

Más allá del hielo de Douglas Preston y Lincoln Child, uno de los libros que me quedaban de los reyes del thriller ha vuelto a convertirse en una novela de las que no te dan un respiro, sobre todo en su parte final (y  a pesar de su comienzo un poco denso a la hora de plantear la historia). El pretexto no puede ser más épico, trasladar un meteorito gigantesco en barco. Como de costumbre, ocurren tantas cosas, tan bien argumentadas, que puedes creer todo lo que te cuentan. Son unos genios en esto.

Mujeres excelentes de Barbara Pym, por extraños caminos de la vida había postergado demasiado tiempo la lectura de esta escritora inglesa, lo que suponía un gran error porque me estaba perdiendo una deliciosa novela británica de esas que, habitualmente, suelo disfrutar. Me encanta cómo la autora refleja ese costumbrismo británico a través de los ojos de su narradora Mildred Lathbury, todo cargado de un pincel de ironía sencillamente encantador.

Aviso de muerte de Sophie Hénaff, cuando lees la segunda novela de una serie policíaca te suelen asaltar las dudas: ¿será como la anterior? ¿habrá sido un espejismo? ¿de verdad podemos esperar algo más de ella? Con Aviso de muerte se han confirmado los buenos augurios, la patrulla de perdedores de Anne Capestan viene para quedarse y hacer más felices nuestras vidas. Este nuevo caso vuelve a ser un perfecto entramado en el que brillan con luz propia los estrambóticos policías y que, gracias al cielo, vuelve a ser divertidísima, cosa poco habitual en la novela policíaca habitual, demasiado ocupada en parecer tremendamente seria.

Fuego de Joe Hill, tenía muchas ganas de encontrarme con lo nuevo de Joe Hil, hay que dar la enhorabuena a Nocturna por la edición de un libro que ya no creía verlo publicado por aquí. Hasta la traducción del título como Fuego (en vez del original el Bombero) me parecía más acertado para presentarlo porque reflejaba aún mejor el sentido de la historia: la plaga de la escama de dragón, una espora de manchas negras y doradas que aparece antes de originar una combustión espontánea. No diré que no haya disfrutado la historia pero, también es cierto que, a estas alturas, esperaba algo más del creador de Cuernos o NOS4O2; si bien los libros anteriores me parecían una forma muy destacada de desmarcarse del trabajo de su padre, esta novela parece el esfuerzo (erróneo) de hacer su propio Apocalipsis y, a pesar de momentos destacados al comienzo especialmente y un desarrollo muy irregular, el final es altamente previsible y, a lo largo del libro está más preocupado por mostrar referencias a otros productos culturales populares (como Harry Potter….) de una manera poco sutil, demasiado forzado. Tengo que reconocer que se me hizo bastante largo en su parte final y me provocó desgana. Una pena, un tropezón en el camino.

El extraño asesinato de Chester Himes, no quiero terminar las historias de Ataúd y Sepulturero, todavía me quedan un par para degustar. Si no conoces a Himes y te gusta la novela policíaca, te estás perdiendo un festín.

Apegos feroces de Vivian Gornick, espléndida novela autobiográfica que camina de tal manera que parece ficcional y que ahonda en las relaciones materno-filiales de una manera totalmente fidedigna y que sirvió como reflejo (en su momento) de la situación de la mujer en una sociedad que desprecia su papel más allá de lo establecido de manera tradicional. No hay perdido ni un ápice de su vigencia.

Llamarse nadie de Salvador Galán Moren, recopilación de relatos cortos que, la verdad no me dijo nada en especial, quería que me gustara y no pudo hacer más por conseguirlo. Lástima.

Un eco lejano de Val Mcdermid, la escocesa es una de mis favoritas y, nuevamente, con esta historia no me decepciona sino que confirma su calidad. Historia que transcurre en dos tiempos distintos sobre un crimen que se intenta cargar a los cuatro chicos que se encuentran el cadáver y que genera una historia de venganza en el futuro. Se podría ver como dos novelas distintas y funcionaría igual de bien pero las dos juntas son consistentes en su propuesta y, además, a la autora le sirve para ahondar en cuestiones de crítica social, cómo afecta un crimen al funcionamiento del pueblo en el que ocurre, incluso cuando no hayas sido culpable.

Y eso es todo. Tengo que escribir más cosas.

¡Bienvenidos a todos a este blog de nuevo!

Abrazos y  ¡Buenas lecturas!