Es curioso cómo la gente confunde una buena edición con el hecho de que tenga tapa dura; una y otra vez encontramos sorpresas desagradables de este tipo, en el que editores intentan vender motos poniendo este comodín para luego encontrar faltas de ortografía, malas traducciones, ningún tipo de estudio crítico, etc. Todo un desastre. Y si se trata de novelas policíacas de detectives, estos casos se agravan. Afortunadamente queda alguna isla entre tanta mediocridad, y este es el caso de la editorial dÈpoca que aúna ediciones estéticamente bellas, de calidad en el encuadernado, hojas de denso gramaje y un cuidado interior que se manifiesta no sólo en el cuidado de la traducción/edición sino también en introducir cada publicación con un estudio de la época, circunstancias y temas tratados principalmente.
La novela que traigo hoy, El misterio de Gramercy Park de Anna Katharine Green, tiene un prólogo tan bueno que no me hace falta poneros ningún texto de la traducción de la autora, me limitaré a utilizar parte del trabajo excelentemente realizado y que es todo un tratado para entender la relevancia de la autora norteamericana. Green es todo un ejemplo de superación en una época en la que estaba mal visto que una mujer quisiera publicar libros, más si se trataba de novela policíaca:
“Al acabar sus estudios pocas opciones tenía una mujer soltera salvo volver a la casa familiar. Y así lo hizo. En ella trabajó en su siguiente objetivo, convertirse en escritora profesional en un momento, recordemos, en el que el mundo literario no veía con buenos ojos la incursión de las mujeres. […] Su padre había respaldado su dedicación a la poesía –una forma expresiva delicada y apropiada para una mujer- pero Anna tenía muy serias dudas de poder contar con su apoyo en el caso de la novela, además de temática policíaca, por lo que se dedicó cerca de seis años a la redacción casi en secreto de la que sería su primera novela y todo un éxito de ventas, El caso Leavenworth que, además de abrirle las puertas de su anhelada carrera como escritora profesional, le granjearía con el tiempo el título de Mother of Detective Novel, no tanto por haber escrito la primera novela de detectives –Metta Victoria Fuller Victor ya había publicado en 1866 su dime novel The Dead Letter- sino por ser la primera mujer en publicar una novela policíaca en un solo volumen, crear la primera serie de detectives y familiarizar al lector con este nuevo género.”
La autora pasa por ser la verdadera precursora del género ya que fue la mujer que creó la primera serie de detectives y, además, poniendo como protagonista de las investigaciones una mujer; sin embargo, como mujer de su tiempo, no podemos hablar de una estricta feminista, aunque el concepto de domestic feminist define su moderación en estas cuestiones; de todos modos, hasta esta moderación podía convertirse en un paso de gigante en sus manos, simplemente por el hecho de visibilizar ciertas actitudes, estructuras, con respecto a las mujeres y plantear modelos distintos:
“[…] a pesar que no pueda definirse a Anna Katharine Green como feminista […] sí puede ser considera, como D. Maida la denomina, a domestic feminist preocupada por las situaciones de indefensión a la que las mujeres frecuentemente se veían enfrentada.
En sus obras, y El misterio de Gramercy Park no es una excepción, la autora nos presenta diferentes situaciones de desigualdad. Al hombre le eran permitidas ciertas actitudes que victimizaban a la mujer imposibilitada para una reacción de defensa: matrimonios concertados basados en intereses económicos y/o sociales, abandonos, deslealtades, engaños y ultrajes… Presentando estas situaciones, Anna Katharine Green no pretendía transgredir ni alterar el orden social […] sino apelar al decoro, sentido común y caballerosidad de los hombres y proporcionar a las mujeres modelos de conducta a seguir.”
El resultado de esto fueron sus dos heroínas, Violet Strange y, como protagonista de esta novela, la audaz entrometida, la impertinente solterona Amelia Butterworth, precursora de la Miss Marple de la gran Agatha Christie y todo un paradigma del género; un personaje que demuestra sus capacidades detectivescas en una continua lucha contra la supremacía masculina en estos asuntos; me encanta la idea de que fuera considerada “masculina” (en cuanto a inteligencia, valor…) por haber conseguido realizar una novela de detectives con una gran trama al nivel del sexo dominante:
“Y esta domestic feminist fue la que dio voz a Amelia Butterworth y Violet Strange, dos de sus creaciones femeninas que son, con sus diferencias, mujeres fuertes, independientes y audaces. Así Amelia Butterworth en El misterio de Gramercy Park planta clara a la presunta superioridad intelectual masculina y sin perder su femineidad en el intento llegar a afirmar, en una frase que ha dado pie a las más peregrinas y variopintas interpretaciones: “Subyace algo masculino en mi naturaleza” (cap. XXIV)
Tal vez esa masculinidad –no entendida como atracción por el sexo femenino sino como coraje, inteligencia, valor, fuerza de carácter, iniciativa e independencia, características todas ellas asociadas entonces exclusivamente con el sexo masculino –sea el tipo de masculinidad que algunos críticos creyeron percibir en Anna Katharine Green con la publicación de El caso Leavenworth, al no creer posible que una obra de tan preciso y complejo argumento y que mostraba conocimientos legales pudiese haber sido escrita por una mujer.
Podemos concluir en este sentido que Anna Katharine Green fue, en definitiva, una feminista de talante conservador o una no-feminista progresista, según como caiga la moneda; una reformadora desde dentro, sin ruido, que rechazaba el carácter revolucionario y rompedor de las luchadoras sufragistas, bien es verdad que como muchos otros hombres y mujeres de su tiempo.”
Yendo ya hacia la novela, el prólogo nos lo pone igual de fácil al señalar cuándo fue publicada y en qué orden apareció entre todas las que publicó la autora; es importante indicar también alguno de sus valores: la trama intrincada y el retrato del siglo XIX en Norteamérica:
“El misterio de Gramercy Park, publicado en 1897, es la décima novela policíaca de Anna Katharine Green y la primera en la que se introduce el inolvidable personaje de Amelia Butterworth, dama soltera y detective aficionada, que aparecerá en otras dos novelas, Lost Man’s Lane y The Circular Study. Pero además de la aparición de este personaje seminal que dará pie a posteriores creaciones dentro de la ficción policial, en El misterio de Gramercy Park destaca un intrincado argumento de cuidada construcción y un magnífico retrato de la sociedad de la época, los últimos años del siglo XIX e Norteamérica.”
Dos apuntes más me gustaría subrayar, en primer lugar la acepción de sensation-novels, novelas con un secreto, que fueron las precursoras de las novelas de enigma de más adelante; en efecto no se me ocurre mejor nombre para La dama de blanco del gran Wilkie Collins, una mezcla, para nada indigesta, de lo romántico con lo detectivesco que ha escogido la editorial como sello de identidad y que le sirve para ganarse un nicho en el mercado que es bastante fiel:
“El misterio de Gramercy Park cumple los principios del género pero añade alguna característica de las sensation novels de las que, junto con la novela gótica, deriva la ficción detectivesca. Este subgénero de novelas sensacionalistas, muy del gusto de la época, fueron llevadas a su cima de popularidad por autores como Wilkie Collins y Mary Elizabeth Braddon. Las sensation novels, que Kathleen Tillotson denomina novels-with-a-secret, por ese secreto que invariablemente contienen y en torno al que se desarrolla la historia, serán el germen que de modo inevitable evolucionará hacia las novels-of-enigma. En ese sentido, el misterio de Gramercy Park conserva todavía en su trama romántica y en el desarrollo final ciertos elementos melodramáticos propios de estas novelas sensacionalistas.”
El último aspecto es muy interesante y parte de la idea de la dualidad que se encuentra en este tipo de novelas enigma, a la historia del crimen se une la historia de las pesquisas para solucionarlo pero es muy cierto que, en esta novela en particular se produce un tercer elemento ya que las pesquisas son llevadas por dos investigadores al mismo tiempo (Amelia y Gryce) resultando en una pesquisa completa una vez se saben todos los detalles de las dos líneas alternativas según el investigador:
“Como afirma el escritor, crítico y lingüista Tzvetan Todorov en el primer capítulo de su libro Poética de la prosa, “en la base de la novela de enigma se encuentra una dualidad”. Con esta dualidad se refiere Todorov al hecho de que este tipo de novelas de enigma, la novela policíaca clásica como El misterio de Gramercy Park, no contienen una sino dos historias: la historia del crimen, de lo que sucedió realmente, y la historia de las pesquisas, del desarrollo de la investigación que va reconstruyendo el crimen, el modus operandi del ejecutor o ejecutores, sus motivaciones… Esta dualidad es la que crea el suspense y la curiosidad del lector que no se ve saciada hasta las últimas páginas.
En el caso de El misterio de Gramercy Park podemos añadir un tercer elemento. El desarrollo de la investigación se duplica; seguimos los pasos, por un lado, de la investigación narrada en primera persona de Butterworh, pero al poner en común sus avances con Gryce, Amelia, y con ella el lector, ha de recolocar todo de nuevo al contar con nuevos datos, eliminar erróneas suposiciones y volver a hacer encajar las piezas del puzle. Y así, con dos líneas de investigación, dos hermanos, dos hermanas, dos esposas, damas enamoradas, ocultaciones, mentiras y giros varios el lector no tiene tregua hasta lograr finalmente saber quién lo hizo, en este clásico whodunit.”
Lo bueno de hacerlo de esta manera es que se duplican las líneas de investigación y se consigue extender la trama hasta el mismo momento final en el que se resuelve todo de forma satisfactoria para el lector.
No me resisto a poner un único texto que resulta característico de la identidad creada por Green para la encantadora Amelia; todo un ejemplo de cómo utilizar una digresión para dotar de personalidad, en este caso independiente, a su protagonista:
“Acababa de darle las buenas noches a su enamorado y su rostro me trajo a la memoria un tiempo en el que mis propias mejillas eran redondeadas y mis ojos brillaban, y… ¡Basta! ¿De qué sirve afligirse por asuntos largo tiempo enterrados y olvidados? Una mujer soltera, tan independiente como es mi caso, no tiene necesidad alguna de envidiar la dudosa bendición de un esposo. Tomé la decisión de ser independiente, y lo soy. ¿Acaso se puede decir algo más al respecto? Perdón por la digresión.”
Me parece que con la editorial dÉpoca vamos a vivir buenos momentos policíacos en un futuro no demasiado lejano.
Los textos provienen de la traducción de Rosa Sahuquillo Moreno y Susanna González de El misterio de Gramercy Park de Anna Katharine Green editado por Editorial dÉpoca.