Resumen Abril 2016. ¡Qué barbaridad!

Esta vez no andaré con eufemismos, he leído un montón. Y, además, lo he disfrutado de igual manera. De las 23 lecturas, cinco fueron de hombres; el resto, escritoras. Sigo aumentando el número  de escritoras este año y añado algunas de las que todavía no había leído nada (ocho más). Vayamos a la ristra de abril: 

El misterio de Riddlesdale Lodge de Dorothy Leigh Sayers, lo más fascinante de haber leído este libro es haberlo hecho en la edición de tapa dura antigua que encontré, edición en la que también estaría el siguiente. La siguiente curiosidad es que este es el segundo libro de Sayers en el que tiene como protagonista a Lord Peter Wimsey y que, en estos momentos, es inencontrable. ¿Y el misterio? Bien, gracias.

Lord Peter descubre el delito de Dorothy Leigh Sayers, incluido en la edición que comenté anteriormente, esto es aún más curioso porque son historias cortas del mismo detective (no sabía que existieran); están ubicadas justo después de El misterio del Bellona Club, el único libro que me había leído hasta este mes. Lo bueno es que las distancias cortas no le sientan mal tampoco.

Frankestein de Mary Shelley, eterno pendiente que por fin ha llegado este año, ya tocaba. Una obra maestra disfrutable a muchos niveles. Espero poder escribir algo sobre él más adelante. 

El misterio de Gramercy Park de Anna Katharine Green, bravo por la labor de editoriales como dÉpoca, la recuperación de esta entrometida impertinente y subyugadora al mismo tiempo. Ahora mismo acaban de publicar su segunda aventura y no puedo esperar para ponerme con ella. Llegará la reseña, de verdad que sí. 

Mi abuelo de Valérie Mréjen, nueva autora, siempre me gusta probar con dos libros por lo menos para ver qué tal, en este caso,  curiosamente cogí el primero y el último y he disfrutado los dos por diferentes motivos. Me gustaría escribir algo conjunto de ambos ya que la escritora francesa es muy interesante. Veremos.

Selva negra de Valérie Mréjen, la confirmación de una autora a la que seguiré a partir de ahora.

Antología Poética de Wislawa Szymborska, cuando lees la poesía de Szymborska pasa lo que pasa, te vuelves incondicional. Es excepcional y lo comenté en un post junto con su prosa. Si pincháis en el título tendréis más información.

El libro de los divanes de Tamara Kamenszain, vuelvo a redundar en mi comentario, pero es cierto como la vida misma. Me sobrepasa, la argentina es buenísima, el prólogo de María Moreno es fantástico y siempre tengo la sensación de que me pierdo la mitad de la batalla aunque me gusta lo que leo. Mi déficit de literatura sudamericana es más palpable en estas ocasiones.

Que no, que no me muero de María Hernández Martí, un simple vistazo a los dibujos de Javi de Castro sirvieron para llamarme la atención, los textos de María Hernández Martí me convencieron definitivamente por esa mezcla inevitable que deviene en una tragicomedia donde la protagonista, con pareja, perro, familia, amigos y un cáncer de mama, tiene que afrontar los hechos que le van sucediendo desde una perspectiva muy diferente a la habitual; el tratamiento de estos temas siempre es complejo pero, en este caso, no me equivoco al afirmar que prácticamente no se puede hacer mejor.

Y eso fue lo que pasó de Natalia Ginzburg, ya dije que la italiana se ha convertido en una de mis favoritas y es genial porque me quedan varios libros por leer. En este caso esta segunda novela, cortita, pero de gran intensidad, es otro ejemplo más de su buen hacer. En el horizonte me espera, por fin, Léxico familiar.

El viaje de Francesca Sanna, qué manera más maravillosa de presentar un tema tan candente como el de los refugiados para que lo pueda entender un niño. Qué hermoso y… qué triste, también es cierto.

Metáfora y memoria: Ensayos reunidos de Cynthia Ozick, por fin he podido leer a la norteamericana y me ha convencido. Ahora tengo que convencer al resto. En un próximo post, al menos, lo intentaré.

Longshot de Ann Nocenti y Arthur Adams, relectura aprovechando que estoy buscando mujeres escritoras en cómics. Nocenti, en esta serie limitada, presentaba uno de los personajes más atractivos que he leído en el fértil universo mutante, qué imaginativa fue al crear al curioso y “suertudo” Longshot, qué bien el dibujo de Adams, cómo me gustaría ver publicada su etapa de Daredevil. Crucemos los dedos.

Muy lejos de Kensington de Muriel Spark, me queda poco por leer de escritora británica, pero encontrarse con ella es siempre un gran placer. Tanta sutileza parece imposible, tanta oscuridad en un envoltorio inglés es aún más difícil de encontrar.

Bordados de Marjane Satrapi, con el pretexto de una reunión de mujeres, la escritora iraní diagnostica con buen humor algo tan duro como la situación de la mujer en el Oriente medio. Un mundo radicalmente distinto del nuestro donde la libertad no es habitual y los pocos derechos que se han ganado aquí, allí no son ni alcanzables.

Lady Killer de Joëlle Jones, sinceramente, ni estaba previsto, lo encontré de casualidad y, la verdad, es satisfactorio encontrarte con las peripecias de una asesina profesional que es capaz de llevar a cabo su vida de ama de casa y, en sus tiempos libres, masacrar a quien le manden.

The Grownup de Gillian Flynn, supongo que en algún momento esto llegará aquí, en una edición de esas “sacacuartos” a las que nos tienen acostumbrados; historia corta que vuelve a demostrar que Flynn es una voz a seguir aunque solo sea por sus argumentos perversos. Tres libros suyos leídos, tres libros que recomiendo sin dudar.

La mucama del Ominculé de Rita Indiana, definitivamente, lo mío con Indiana es imposible, sobre el papel me debería haber gustado un montón este libro, al final acaba agotándome, es apabullante, su estilo fantástico, pero siempre sus historias me acaban cansándo(me) (aun siendo cortas) y me cuesta un horror acabarlo. Somos incompatibles, y me da pena. No consigo entrar en ellas.

Los disidentes

Marcelín de Sempé, dice el autor francés que “No creo que mis personajes sean minúsculos. Quizás el mundo sea demasiado grande.” Lo que está claro es que encontrarme con sus pequeños protagonistas me produce una irremediable ternura, una sensación de estar al borde de las lágrimas por lo que nos cuenta, la encantadora historia de dos niños que tienen atípicas molestias: sonrojarse sin ningún motivo y estornudar sin venir a cuento. Y cómo estas particularidades servirán para unirles en una amistad que durará a lo largo del tiempo a pesar de todas las dificultades que se encuentren. Con Sempé es imposible equivocarse. 

Su pasatiempo favorito de William Gaddis, otro con el que no te equivocas nunca, nuevo tochazo del autor, sin pincháis en el título, tendréis mucha más información que ya comenté por aquí. 

Unas horas con los poetas muertos de Ko Un, fan incondicional del poeta surcoreano, esta nueva antología es una manera de recordarme de nuevo todo lo que me gusta. 

Donde viven los monstruos de Maurice Sendak, pero bueno, ¡qué delicia! 

Breve historia de siete asesinatos de Marlon James, me he extendido de sobra con esta obra en el post que hice al respecto. En el blog tenéis más información. No digo más, es una de las novelas del año.

Una vez acabado el resumen, no quiero irme sin poneros las adquisiciones de abril.

AdquisicionesAbril

Como os podéis imaginar, varios de ellos los tengo pendientes. Espero que vayan saliendo poco a poco. Aunque también creo que no va a ser en mayo. Bastante tengo con el Baileys Prize.

Un abrazo y ¡Buenas Lecturas!

Segundo mes, segunda selección. Engordando la nómina de escritoras.

Me va a costar, pero creo que vale la pena que vaya escribiendo este tipo de posts. Entre otras cosas porque quiero que mi año de lectura de mujeres quede muy bien documentado, al menos en lo posible. Febrero acaba de empezar y, nuevamente, os traigo la selección potencial de escritoras que tengo pensado (intentar) leer en este tiempo. Empezaré con las que me faltaron de la selección del mes anterior :

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Es curioso pero se me quedaron las policíacas en el camino, tanto Anna Katherine Green como Fred Vargas, así como El leñador de Michael Witkowski van a ser prioritarias este mes. Eso seguro. Lo mismo sucede con dos de las que tenía en inglés, con nada menos que Joyce Carol Oates y George Eliot. Las otras prioritarias van a ser Drabble, Atwood y Djuna Barnes, que ya  comenté el mes pasado, no voy a decir más sobre ellas. Quiero pasar a las que se añaden este mes para hacer aún más grande la lista de escritoras. Os pongo la foto donde aparecen la mayoría.

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Todos los meses iréis comprobando una serie de constantes debido, principalmente, a que tengo un montón de libros de dichas autoras y hay que programarlas mes a mes, para ir dando salida; también es cierto que me lo puedo saltar según lo que venga en novedades pero sí me gustaría tener una serie de ideas fijas y autoras (mis favoritas) de las que siempre tenga algo que leer. De ahí que este mes haya conseguido poner algunas de las constantes del mes anterior y he añadido otras, os las explico a continuación:

-Siempre habrá uno (o dos) libros de Margaret Atwod y Joyce Carol Oates. A Nada se acaba y Expensive People podéis ver que he sumado Doña Oráculo y Monstruo de Ojos Verdes. Es muy probable que me centre en aquellas publicadas en castellano con incursiones en inglés para las últimas que salgan pero todavía no lo tengo tan claro.

-Me gustaría leer uno o dos clásicos, si el mes anterior leía a la prodigiosa George Eliot, este mes sumo a Maria Edgeworth y su Ennui al Silas Marner de la primera.

-A partir de este mes A. S. Byatt y Virginia Woolf van a ser fijas. Dos de mis autoras favoritas de las que iré desgranando la mayoría de su obra. En el caso de la primera, empiezo con el cuarteto de Frederica (La virgen en el jardín). Con Woolf, leeré cronológicamente todo lo que me queda (bastante) de ella, empezando con ese El lector común. Lo mismo puede aplicarse a Alice Munro, seguiré el mismo criterio que con Woolf, empezando por El progreso del amor.

-En lo policíaco quiero también poner alguna regla. Sue Grafton va a proporcionar letras de su abecedario del crimen todos los meses. Ahí está la E de Evidencia. Lo mismo va a suceder con Dorothy L. Sayers, su serie de Lord Peter Wimsey será habitual, empezando este mes por dos de sus primeros casos.

El resto se tratará de temas más aperiódicos, por lo tanto, los describo a continuación:

-Este mes he programado tres cómics escritos por mujeres, Alison Bechdel (Fun home), Julie Maroh (El azul es un color cálido) y Roz Chast (“¿Podemos hablar de algo más agradable?”). Tres estilos y temáticas bastante distintos que pueden resultar muy  interesantes.

-También he pensado en tres poemarios de autoras que no conozco: Sandra Santana, Ana Rosetti y Tamara Kamenszain. De esta manera, leo poesía y me abro a más posibilidades. Veremos cómo va el experimento.

-Dos autoras que llevaba pensando hace tiempo aparecen por fin en este blog. Por un lado la nobel Wislawa Szymborska, por el otro Carson McCullers, en ambos casos con dos obras emblemáticas, Lecturas no obligatorias y El corazón es un cazador solitario. Creo que he acertado plenamente en la elección, y seguro que el próximo mes alguna vuelve por aquí.

-Después del libro de poemas que me leí, buen libro, me apetece un montón el Llamada perdida de Wiener, una autora que disfruté y de la que quiero profundizar más.

En cuanto a lecturas de género, bastantes buenas representantes, de las que aparecen en la foto:

-El libro ilustrado del Frankenstein de Mary Shelley, me falta poner algo más de terror en los próximos meses. Todo llegará.

Pagarás con maldad, por fin Margaret Millar para demostrar que no era, precisamente una sombra del gran Macdonald.

Fuera de la fotografía, ojo a los tres libros que tengo previstos:

-Por un lado Out de Natsuo Kirino, novela negra japonesa de una autora que tenía en el olvido.

-Por el otro, por fin, Por no mencionar el perro, Connie Willis, uno de los libros por los que tenía más ganas de empezar este reto literario.

-Ah, y casi se me olvida, el segundo libro que leo de Fleur Jaeggy, Proleterka.

Y esto es todo, sinceramente me he pasado, algunos se van a quedar en el tintero… pero no hay problema. Los terminaré en marzo.

Y me quedan muchas autoras en  la recámara. El próximo mes más.

Un abrazo y ¡Buenas lecturas!

“El resucitador” de Howard Phillips Lovecraft. El terror no sería nada sin el genio de Providence.

Re-AnimatorNo deja de ser curioso que conociera la obra “Herbert West: Reanimator” de Lovecraft a través de su adaptación al cine “Re-Animator” dirigida por Stuart Gordon; habida cuenta de que conozco la mayoría de las obras del norteamericano a través de diferentes ediciones de todo tipo y que, sin embargo, no tenía recuerdo consciente de haber leído esta.  La película, encomiable en su realización, es deliciosamente trash y hay que reconocer que es una adaptación más que aceptable del universo lovecraftiano, muy disfrutable para todos los amantes del terror.

Esta historia tuvo una génesis muy particular y distinta a las otras obras del escritor: fue publicada por entregas en la revista “Home Brew” en el período comprendido entre octubre de 1921 y Junio de 1922; él manifestó a través de sus cartas que quería hacer una parodia del “Frankenstein” de Mary Shelley y no quedó muy satisfecho del resultado ya que se vio obligado a adaptarse al tipo de entrega, jugando con medios no muy comunes para él, como el uso del cliffhanger entre una entrega y la siguiente.

El narrador en primera persona, del que no sabemos el nombre en ningún momento, ayuda al profesor Herbert West, modelo típico de “mad doctor”, en su obsesión por devolver a la vida a las muertos, por sobrepasar los límites de lo vivido:

“West era entonces un joven con gafas, de baja estatura, esbelto, y con rasgos delicados, rubio, los ojos de color azul pálido y una voz suave, así que resultaba siniestro oírlo sopesar los méritos relativos del Cementerio Cristiano y las fosas comunes. Al final optamos por las fosas comunes, ya que prácticamente todos los cuerpos del Cementerio Cristiano estaban embalsamados, algo que por supuesto constituía una adversidad para las investigaciones de West.”

Los primeros intentos de resucitar a los muertos resultan fallidos, trayendo a la vida horrores que les aterrorizan a ellos y a nosotros como lectores, ya que lo que vuelve a la vida puede ser muy peligroso, nos envuelve en incertidumbre el hecho de la resurrección de los muertos; sorprende que en esos momentos el humor negro aflore:

“Tanto para Herbert West como para mí, el disgusto y el horror fueron supremos. Incluso ahora siento escalofríos de sólo pensar en ello. Aunque, por supuesto, me estremecí mucho más aquella mañana en que West mascullo entre sus vendajes: “¡Maldita sea, tampoco estaba lo bastante fresco!”

Sin título-1En este libro se producen unas de las primeras apariciones literarias de los  muertos vivientes; en el caso del nihilista Lovecraft se convierte en su repuesta descreída a la fe; la respuesta atea que desafía la resurrección cristiana convirtiendo al hombre en dador de vida, en un “Dios”:

“Lo que buscaba era, nada más y nada menos, que un abundante suministro de hombres recién asesinados en todos los posibles estados de desmembramiento.

Herbert West necesitaba cadáveres frescos porque el trabajo de su vida era la resurrección de los muertos.”

El formato por entregas no benefició a Lovecraft, encorsetó su estilo y le obligó a repetir en cada entrega parte de lo que había sucedido en la anterior;  aun así, el final, digno de una pesadilla, nos congratula y consigue que disfrutemos de la fuerza de la prosa del gran escritor (cada vez más venerado) de terror.

El terror actual no sería lo mismo sin la influencia subyugadora de Lovecraft, creador de una mitología fascinante que aviva cada día nuestros miedos más profundos. Nuestros miedos ante lo desconocido e incognoscible.

Los textos provienen de la traducción del inlés de Juan Cárdenas para “El resucitador” de H. P. Lovecraft para esta edición en Periférica.