22 recomendaciones para el día del libro

Siempre me gusta sacar una lista para el día del libro, aunque este año, todavía, no podamos hablar de una fecha como las de hace dos años. Pero se me antoja esencial intenta recuperar todo lo posible, y una de las cosas que intento no dejar aparte es, sin dudarlo, la compra de libros. Buena prueba de ese intento de hacer que vuelva la normalidad es que las editoriales están sacando una ingente cantidad de títulos y, como de costumbre, parece imposible elegir entre tantas posibilidades..

De hecho, está sucediendo que los dos grandes monopolizadores del negocio están sacando aún más de los que antes había, ocasionando un ahogo aún mayor a medianas y pequeñas editoriales que, además, tienen aún menos medios en los que aparecer. Esta lista, como de costumbre, siempre es una apuesta por esos títulos que pueden pasar inadvertidos y que pueden ser muy interesantes.

Bohemios del valle de Sesqua de W.H. Pugmire (Biblioteca de Carfax), las editoras de Carfax siempre traen sorpresas interesantes en su impecable catálogo de terror, ahora nada menos que con la publicación del ya fallecido Wilum Hopfrog Pugmire un autor del que se ha publicado muy poco por estos lares y que tuvo en su valle del Sesqua la ambientación perfecta para sus historias lovecraftianas; seis de ellas son las que aparecen en este volumen y son una fantástica forma de entrar en el valle y sus pintorescos habitantes . Traducción: Érica Couto-Ferreira


Domingo de Natalia Ginzburg (Acantilado), relatos, crónicas y recuerdos…. puede parecer lo mismo de siempre pero Ginzburg consigue siempre que sean interesantes, fue la primera autora con la que fui consciente de que lo confesional y, sobre todo, la nostalgia se podía utilizar literariamente, era muy reacio a libros con esa temática y ella me abrió los ojos, de par en par. Da gusto leer lo que nos cuenta, hay enseñanzas para una vida pero nunca falta su calidad Traducción: Andrés Barba


Tienes que mirar de Anna Starobinets (Impedimenta), llevo tiempo comprando todo lo que sale de la autora rusa, es una pena porque sus libros fueron publicados por Nevsky, una editorial que apostaba por la literatura de género (tanto terror como ciencia ficción e, incluso, policíaca) pero que ya no está activa y sus libros han ido quedándose descatalogados, especialmente interesantes son sus incursiones en el terror, como en los fabulosos La glándula de Ícaro o Una edad difícil. De ahí que me alegrara muchísimo con la publicación de un nuevo libro suyo en una editorial que siempre es una garantía. Y vaya libro, es imposible no rendirse ante el talento de Starobinets en un registro tan alejado de lo habitual: un terrorífico relato de su experiencia al descubrir que el hijo del que estaba embarazada tenía un defecto que ocasionaría su muerte. Durísimo e inolvidable, seguramente entre en mi lista de lo mejor del año. Qué impactante.  Traducción: Viktoria Lefterova y Enrique Maldonado




Lejos del Bosque de Chris Offutt (Sajalín Editorial), gracias al sello Al margen, los editores de Sajalín han conseguido traer una selección de autores muy particular, tal es el caso del maravilloso Bunker, todo un coloso, pero el resto no se quedan muy atrás. Offutt es una de sus últimas apuestas y es, ciertamente, único. Capaz de convertir Kentucky en un universo reconocible, casi como un subgénero propio. Me encanta, además, el enfoque de estos cuentos en los que se centra más bien aquellos que, por una razón u otra han tenido que abandonar la región y la recuerdan con una nostalgia diferente, ya que tampoco son buenos recuerdos, más bien al contrario. Traducción: Javier Lucini

En las profundidades de Rivers Solomon (Crononauta), sale un poco después del día del libro pero vale la pena guardarle un hueco. En Crononauta saben lo que se hacen. Sus editoras están seleccionando un catálogo más que interesante empezando por su excepcional Matreon de relatos. Esta novela está inspirada en hechos reales y en The Deep, una canción, y trata sobre Yetu y la historia de su pueblo que guarda en su interior, unos seres que viven en las profundidades del océano y que son descendientes de esclavas que tiraban por la borda en su travesía al nuevo mundo; ellos viven felices sin saber su origen pero Yetu tiene que contarlo una vez al año para que esta existencia permanezca así. ¿Podrá sobrevivir Yetu a tal responsabilidad? Qué ganas de tenerlo en mis manos. Traducción: Carla Bataller Estruch


Desubicados de María Sonia Cristoff (Minúscula), esta pequeña novela insólita está basada en las cavilaciones de una narradora en un banco  de un zoológico (el de Buenos Aires), dichos pensamientos van dirigidos hacia los animales y las condiciones en las que viven pero no se queda ahí la crítica sino, como dice la autora en su coda: “… no solo a los zoológicos sino al sistema alienante de captura y espectacularización en el que nos vemos condenadas a vivir todas las especies.” Cristoff utiliza la ironía para reflejar en cada pequeño capítulo algo que, en realidad, afecta a cómo estamos viviendo en la actualidad. Gran pequeño libro, cargado de píldoras de talento.

Las mareas negras del cielo de Neon Yang (Duermevela), nueva editorial de fantasía y comienzo aplastante con la novela de le autore no binarie Neon Yang; el libro en su lenguaje original fue escrito en género no binario y se ha optado por traducirlo de esta manera igualmente por su traductore. Se trata de una historia de fantasía con muchas novedades con respecto al tratamiento habitual de los géneros y dos gemeles, Mokoya y Akeha, que son les verdaderos protagonistas en su lucha contra el poder de le protectore. Además, el segundo volumen sale en Mayo, si os gusta, podréis repetir. Traducción: Carla Bataller Estruch

Sacrificios Humanos de María Fernanda Ampuero (Páginas de espuma), sinceramente, me parecen apabullantes los relatos de Ampuero, es imposible no rendirse a la evidencia: este universo brutal donde lo gótico se mezcla con lo regional y que le sirve para, además, presentar conflictos actuales (como las dificultades de los inmigrantes) no exento de la belleza de su forma de escribir. Buena muestra de ello es el apoteósico Biografía que abre la antología. Una autora sobresaliente.

She Said de Jodi Kantor y Megan Twohey (Libros del KO), impresionante el trabajo de documentación realizado por las periodistas Kantor y Twohey para sacar a la luz el reportaje que salió en The New York Times y que destapó definitivamente los abusos sexuales cometidos por el todopoderoso Harvey Weinstein. Lo mejor de todo es que el trabajo de investigación sirve no sólo para el caso particular de dicho depredador sino para analizar el contexto en el que se produjo y sus repercusiones para el movimiento #MeToo. Grandísimo trabajo que se lee como si fuera una novela. Traducción: Lucía Barahona.

Cuánto oro esconden estas colinas de C. Pam Zhang (Gatopardo ediciones), se nos ha contado mil veces el mito de la fundación de Estados Unidos, tanto desde la literatura como, cómo no, desde la cinematografía. Lo que no se ha contado tanto es el punto de vista de dicho mito desde la óptica de otros inmigrantes, como es el caso de los chinos. C. Pam Zhang aborda en este libro una crítica a lo que sucedió y consigue una mezcla irresistible donde tienen cabida tanto las leyendas orientales como el imaginario del lejano Oeste. Traducción: Benito Gómez Ibáñez

Los chicos del cementerio de Aiden Thomas (Kakao Books), atención a esta novela, finalista de los Hugo y que tiene como protagonista a Yadriel, en su mundo los nahualos liberan espíritus; cuando su familia no acaba de aceptar su identidad Yadriel intentará demostrarles que es un auténtico nahualo invocando su primer espíritu, Julián Díaz, nada menos que el típico chico malo del instituto y que viene dispuesto a saber qué le sucedió a su primo. Un pretexto que le sirve al autor para marcarse una fantasía romántica paranormal llena de acción y de esas que no se puede dejar de leer. Una gran sorpresa. Traducción: Ana Ramírez Requena

Vacas de Ronald Sukenick (Malas Tierras/Underwood), ciertamente la cultura americana tiene una gran influencia a nivel mundial, todos estamos influenciados directa o indirectamente por su simple presencia, sobre todo a nivel cultural. Consumimos mucho de lo que se produce allí. Es tal la cantidad de lo que llega que, incluso, se está creando un mercado muy específico de productos que reflejan lo más oscuro y oculto de dicha cultura, lo referente a los habitantes del medio oeste, lo más profundo. Vacas es otra aproximación a este subgénero que sirve para conocer un poco más lo más desconocido y caótico del país. Traducción: Cé Santiago.

El chivo expiatorio de Daphne du Maurier (Alba), escriba lo que escriba, Daphne du Maurier siempre consigue hacerlo interesante, tanto si se trata de historias de terror como de intriga o espías. Pocos escritores consiguen tal grado de uniformidad en la calidad y son siempre tan divertidos. Y esta novela, como siempre, promete más de lo mismo, dos personas casi iguales, suplantación de personalidades, ambigüedades por todos lados y mucho mucho misterio.  Traducción: Concha Cardeñoso Sáenz de Miera


Afterland de Lauren Beukes (RBA), de verdad que, a estas alturas, no acabo de entender el misterio editorial por el cual se van traduciendo todas las novelas de la autora sudafricana y, sin embargo, se deja en el olvido la excepcional Zoo City; así que mientras me conformaré con esta nueva posibilidad de disfrutar a esta escritora extraordinaria, la premisa no es original pero estoy deseando ver cómo lo realiza. Traducción: Pilar Ramírez Tello

La doble jornada de Arlie R. Hochschild (Capitán Swing), me convenció y mucho el anterior libro de la autora que nos trajeron desde Capitán Swing (Extraños en su propia tierra), una disección fascinante y documentada de la derecha desde la óptica de una socióloga de izquierdas sobre todo porque se documenta maravillosamente y consigue transmitir sencillamente ideas aparentemente más complejas. De ahí que este libro, de ardiente actualidad en los tiempos que corren, sea una opción segura y apetecible para el próximo mes. Traducción: María Luisa Rodríguez Tapia


El buen nombre de Jhumpa Lahiri (Salamandra), no lo puedo esconder, Jhumpa Lahiri es una de mis múltiples debilidades, lo tengo todo y me faltaba, precisamente, su primera novela que ahora publica Salamandra. Ni hacía falta que me leyera la premisa para decidirme por su compra pero da la casualidad que me interesan mucho las peripecias de “un niño de padres bengalíes, nacionalidad estadounidense y nombre ruso” en busca de su identidad propia. Lo que está asegurado es el talento de la autora. Traducción: Juanjo Estrella

Tres de Haizea M. Zubieta (Fandom Books), desde que descubrí a la autora en Infinitas tengo claro que compraré todo lo que saque, Haizea M. Zubieta sabe hacer dixtopías juveniles plenas de acción y con una caracterización maravillosa de los personajes. En Tres, tres chicas se aliarán para conseguir evitar una tercera guerra mundial, como no voy a quererla. Cada vez más a favor de las novelas juveniles, muchas veces creadas sin complejos y sin la famosa “seriedad” adulta que me aburre más cada día. Buena parte de culpa la tienen Zubieta, Parente y Pascual y muchas más.

El canto de las montañas de Nguyen Phan Que Mai (Alianza de novelas) me encanta comprobar que, en los tiempos que corren, se pueden ver historias distintas y contadas por personas diferentes, tal es el caso de Nguyen Phan Que Mai, nacida durante la guerra de Vietnam (esa que nos han contado los estadounidenses unas pocas veces) que, tomando dicho suceso como punto central, nos contará la historia de una familia vietnamita a lo largo de tres generaciones. Es genial comprobar que cada vez se pueden contar más historias que desconocemos. Traducción: Carmen Francí Ventosa

Los bohemios menores de Eimear McBride (Seix Barral), me sorprende muy negativamente lo que se ha tardado en publicar a Eimear McBride por aquí, conocí su obra cuando ganó el Women’s Prize por su fascinante A girl is a half-formed thing allá por el 2014; por su estilo, contemporáneo y de una cierta dificultad, esperaba que lo publicara una editorial pero, al final, sigue publicando un hombre tras otro, una oportunidad perdida. Menos mal que el año pasado Impedimenta la sacó a la luz y ahora desde Seix Barral le dan continuidad. Es exigente pero vale la pena darle una oportunidad. Traducción: Rubén Martín Giráldez.

La parábola del sembrador de Octavia Butler (Capitán Swing), no hace falta decir mucho sobre ella, me alegra sobre todas las cosas que varias editoriales estén arriesgando por sacar a la luz la obra de la excepcional Octavia Butler, una de las autoras más clásicas de la ciencia ficción que, desafortunadamente, permanecía olvidada, como en el caso de Le Guin, ahora estamos viviendo ese momento en el que ambas están siendo recuperadas, mejor no perderse la oportunidad de hacerse con todas. Traducción: Silvia Moreno Parrado

El grupo de Mary McCarthy (Impedimenta), vuelve Impedimenta a la carga con la gran Mary McCarthy y esta vez va fuerte con nada menos que su obra más emblemática y controvertida, publicada en 1963, con mucha carga autobiográfica, pero yendo más allá de ello mostrando la sociedad de la época en EEUU, un momento único en el que las mujeres por fin empezaban a hacerse notar. Todo ello a través del punto de vista de nueve universitarias que quieren seguir un camino diferente al esperado.  Traducción: Pilar Vázquez

El país de los otros de Leila Slimani (Cabaret Voltaire), si antes os recomendaba una obra ambientada en los sesentas, la última propuesta de esta lista se va un poco más atrás, a 1944, en medio de la segunda guerra mundial y a un marco espacial totalmente diferente: Marruecos; los conflictos que tienen lugar durante diez años  y que desembocarán en su independencia en 1956; la protagonista es Mathilde, que se enamora de un combatiente marroquí y que vivirá como mujer una época para nada propicia para sus vivencias. Traducción: Malika Embarek López

Y con esto llego al final, veintidós novedades entre las que seguro que encontráis una buena opción de lectura. Variedad no falta, en temáticas, en escritores/as, en estilos, en países… y, sobre todo, destinadas a que paséis un buen rato.  ¡A disfrutar!

Febrero, Marzo y Abril 2017. Listado de lecturas

Este post es una consecuencia real de mi tendencia a la entropía de los últimos meses. Normalmente suelo hacer un post con todas las lecturas del mes y, en esta ocasión, el retraso me ha obligado a unir tres meses. Lógicamente hay otra consecuencia de esta situación: no poder hacer comentarios demasiado extensos de cada uno de ellos. Por lo menos puedo asegurar que dejar de leer no lo hago, otra cosa es que me dé tiempo para escribir sobre mis lecturas. El caso es que, a continuación os paso el listado:

Eileen de Ottessa Moshfegh, lo leí en inglés y tengo que reconocer que el libro funciona bastante bien, muy entretenido y con una cierta calidad. También es cierto que, por muchas nominaciones de premios que haya recibido, sigo pensando que Gillian Flynn está bastante por encima; aun así, fue una lectura interesante. 

El azor en el páramo  de Ted Hughes, la influencia de la tormentosa relación con Sylvia Plath, de la que siguen saliendo detalles escabrosos (y cada vez más truculentos, el maltrato fue evidente), está minando en el tiempo el valor de la poesía de un autor único. Esta selección que se reunió en Bartleby es alucinante, qué potencia, qué salvajes son los versos de este autor y qué placer leerle.

El lagarto negro  de Edogawa Rampo, recomendé esta reedición en Canino y no me equivoqué. Una historia estupenda con un detective tan peculiar como es Akechi y un regusto pulp divertidísimo, con metarreferencias a sus propias obras de terror. Qué bien, cada vez tenemos más Edogawas disponibles.

Los vengadores costa oeste 3: perdidos en el tiempo de Steve Englehart y Al Milgrom, sigo mi recuperación de esta época y, posiblemente, sea el que más me ha gustado. Me encanta este heterogéneo grupo liderado por Ojo de halcón.

Un asesino en escena  de Ngaio Marsh, otro de los libros que recomendé  en Canino y un verdadero disfrute. Segundo de los libros recuperados de la escritora neozelandesa en la colección clásica que ha sacado Siruela que tiene como protagonista a Roderick Alleyn y que demuestra, sin lugar a dudas, el dominio de la escritora además de mostrar las características que van a ser comunes a su obra; sobre todo, su relación de lo detectivesco con lo teatral.

Dame tu corazón  de Joyce Carol Oates, es fantástico el trabajo de editoriales como Gatopardo que se atreven a sacar autores que los grandes sellos tienen olvidadas; tal es el caso de la escritora estadounidense y está grandísima recopilación de cuentos cortos que recomendé en Canino y de la que quiero escribir algo más adelante.

Estanque de Claire-Louise Bennett, no entiendo muy bien lo que me ha pasado con este libro, suelo disfrutar de las antologías de cuentos pero hay algo artificial en todas estas historias. Achaco los problemas a una traducción deficiente pero no descarto que no fuera tampoco demasiado interesante en su lengua original. El caso es que es el peor libro de los últimos meses.

Prosas reunidas  de Wislawa Szymborska, hablé de ella aquí mismo. Si pincháis en el enlace podéis encontrar más información. Imprescindible.

Había mucha neblina o humo o no sé qué: Caminar con Juan Rulfo  de Cristina Rivera Garza, original el enfoque de la escritora mexicana a la hora de acercarse a la obra de Juan Rulfo, no es un análisis estilístico de su obra, tampoco una biografía, más bien es una exploración de su obra en la propia persona. Vale la pena acercarse a él para comprobar una manera diferente de narrar. También la puse en la recopilación de Canino para empezar el año.

Lamu: Urusei Yatsura 5  de Rumiko Takahashi, sigo avanzando/disfrutando de la obra de la autora japonesa. Que no pare la diversión.

Mi prima Rachel  de Daphne du Maurier, uno de esos thriller psicológicos clásicos que está recuperando con mucho acierto Alba en su sello Rara Avis. Du Maurier es una escritora excelente con un gran manejo de la tensión a lo largo de la trama. Es un clásico de las recomendaciones caninas.

Mi individualismo y otros ensayos  de Natsume Soseki, vaya cuatro ensayos que ha recuperado Satori por el 150 aniversario del nacimiento del autor japonés. Tenéis más información sobre él en el enlace del título.

Los niños perdidos  de Valeria Luiselli, estoy seguro de que, en no mucho tiempo escribiré algo más extenso sobre este fantástico libro. Permaneced atentos a las pantallas.

La sonámbula y más relatos inquietantes  de Marie Luise Kaschnitz, esta autora vale muchísimo la pena y esta recopilación vuelve a dar en la diana de la inquietud. Más información pinchando el título. 

Un policía en la luna  de Tom Gauld, pequeño cómic que aprovecha el pretexto de una situación poco convencional (la vida de un astronauta policía en la luna) para presentar una situación cotidiana en nuestras vidas: la búsqueda de la identidad y la relación con las personas así como sus dificultades. Más allá de su facilidad de la lectura, los dibujos de Gauld son muy expresivos para mostrarnos la situación. Es un disfrute.

Lamu: Urusei Yatsura 6  de Rumiko Takahashi, se lee poco a Takahashi, y es una pena.

Según venga el juego  de Joan Didion, tras la impactante lectura de El año del pensamiento mágico me propuse leer todo lo que viniera de ella; esta novela, corta, formada por retazos de la vida de una actriz en Hollywood, no es como aquella pero, indudablemente, se lee con bastante interés. Supone una razonable indagación de la identidad del individuo actual y las consecuencias del liberalismo desenfrenado.

El Azor  de T. H White, aquí está la historia que inspiró el grandísimo H de halcón de Helen MacDonald ; espero escribir algo más sobre él en poco tiempo pero ya digo que vale la pena.

Querida Ijeawele  de Chimamanda Ngozi Adichie, qué sencillo lo hace Chimamanda; un pequeño libro de consejos para ser feminista en un mundo como este, de ella a una madre y su hija; no hay forma de endulzarlo porque, ante todo, la autora se muestra sincera y firme en cuanto a lo que se puede encontrar. La verdad es que da envidia que pueda haber esto a estas alturas. Ojalá hubiera tenido algo así para aprender cuando era joven.

A propósito de las mujeres  de Natalia Ginzburg, antología de relatos de la autora italiana que vuelve a demostrar lo bien que escribía; una cosa buena de las efemérides es, desde luego, la posibilidad de darla a conocer y se está cumpliendo a la perfección.

Las aventuras agrícolas de un cockney  de Virginia Woolf, dos historias muy tempranas de una joven Woolf; sinceramente, esto es más para completistas de la autora, los dos relatos se dejan leer pero no aportan mucho más que no se supiera.

Bitch planet 1 de Kelly Sue DeConnick, me gusta siempre tener algún cómic a mano… y en esta ocasión me venía de perillas esta pasada. Una dixtopía bastante macarra que juega con muchos factores relacionados con el feminismo, racismo, etc. y que, más allá de ello, es un gran cómic y bastante bien dibujado.

La visión, Vol.1: Visiones del futuro y Vol.2: Poco mejor que una bestia  de Tom King, impresionante propuesta, se me había quedado en el plumero y encontrarla ha sido impactante; la historia que propone  el autor Tom King profundiza en la identidad del sintozoide convirtiéndolo en un método para indagar en su construcción de la identidad individual y social de cualquier individuo y, este caso, reflexionar sobre el papel de las inteligencias artificiales.

Un mal principio de Lemony Snicket, las originales aventuras de los hermanos Badelaure vuelven a vivir una reedición; aprovechando la realización de la serie en Netflix, en Montena (el sello infantil-juvenil de PRMH) han decidido empezar a sacar de nuevo todas sus historias que, principalmente, se caracterizan por acercarse de una manera diferente a la habitual.

El unicornio de Iris Murdoch, tengo pendiente escribir de una vez algo sobre ella. O sea que toca esperar hasta que llegue dicho momento. 

La habitación de los reptiles  de Lemony Snicket, segunda entrega prácticamente sacada al mismo tiempo que la primera. Basta decir que mantiene un nivel suficientemente alto para seguir disfrutando. De cabeza a por ella.

Los Vengadores Costa Oeste Vol.4: El ataque del Zodíaco  de Steve Englehart y Al Milgrom, continúan las aventuras del grupo liderado por el arquero, continúa la diversión salpicada de alguna reflexión interesante de tipo ético, sobre todo las consecuencias de la decisión de Pájaro Burlón.

Black Panther: A nation under our feet  Vol. 1 y Vol.2 de Ta-Nehisi Coates, esperaba mucho de Coates en esta nueva encarnación de Pantera Negra y… sinceramente… me ha dejado un poco frío el resultado final. Me da la impresión de haber leído este tipo de aventura muchas veces y, desgraciadamente, contado de mejor forma. No me añade nada nuevo y, peor aún, me aburrió en algunos momentos, incluso algo peor: no me causa ninguna impresión.

Houston, yo soy el problema de Óscar García Sierra, tras sucesivas recomendaciones por tuiter me atreví a acercarme al libro del escritor español y tengo que reconocer que la experiencia ha sido muy agradable. La propuesta de Óscar García Sierra es muy original al juntar referencias actuales y hacer poesía con ellas. La única pega que le puedo encontrar es que, al estar tan anclada en ellas, puede envejecer demasiado deprisa. Aun así, vale la pena disfrutarlo.

Las ratas de James Herbert, me fui de casa rural y lo que más me apetecía era el terror, este libro fue mi primera elección, todo un clásico británico de las novelas de bichos, centrándose en este caso en unas ratas hambrientas de un tamaño descomunal, encantadoras. Sigue un desarrollo clásico y predecible pero, igualmente, se lee muy bien ya que mantiene la tensión de los protagonistas cuando luchan con los bichines. Toda una declaración de intenciones  de la nueva editorial de terror Biblioteca de Carfax.

Los sauces de Algernon Blackwood, otro relato de corte clásico excepcional es el que nos trae por primera vez Hermida Editores al recuperar este texto del gran escritor inglés. Todo una fabulosa muestra de cómo se crea un ambiente claustrofóbico que rodea toda la narración y a sus protagonistas. No hace falta muchas veces que sea un terror palpable, hay más miedo en lo indefinido potencial.

Escuela de sangre de Sebastian Fitzek,  escrito bajo el pseudónimo del escritor alemán Max Rhode, esta propuesta de terror es totalmente distinta a lo que dice la sinopsis argumental; caso curioso en el que el lector potencial puede sentirse engañado al esperar otra cosa. Me gusta más lo que no se cuenta que lo que se contaba, ya que parte de un hecho sobrenatural que desencadena lo que se dice en la sinopsis, no pasará a la historia pero es, por lo menos entretenido.

Histopía de David Means, gratísima sorpresa con un libro que, en un principio, no pretendía leer y que, finalmente, tuve que recomendar para mi selección de Canino del día del libro uno de esos ejemplos en los que el “cómo” es más importante que el “qué” (nuevamente la guerra de Vietnam).

Mujer en punto cero de Nawal El-Saadawi, me habría gustado escribir algo más sobre esta fantástica novela, vale la pena acercarse a ella ya que la egipcia utiliza la ficción para mostrarnos la vida de Firdaus, una vida llena de abusos que puede encuadrarse, sin problemas en la realidad, como si de un ensayo se tratase. Es corta pero intensa y de gran dureza pero siempre clarificadora.

La dama desaparece de Ethel Lina White, maravillosa recuperación de Alba en su sello Rara Avis que recomendé sin dudar en Canino  y que hará las delicias de todo aficionado al género policíaco y al suspense.  No me extraña que Hitchcock la cogiera como idea para una de sus películas, es un thriller donde lo psicológico tiene una importancia primordial sobre la investigación y está muy bien dosificada a nivel de tensión.

Gorda de Moyoco Anno, buen cómic este realizado por Moyoco  Anno en el que se presenta una de las obsesiones actuales: la gordura. Una obsesión que suele minar la confianza de las personas y, sobre todo, su amor propio. La forma en que se presenta y el dibujo “feísta” (aunque muy expresivo) ayudan a entrar en el tema y comprender aún mejor un tema que preocupa a toda la sociedad, no solo la japonesa.

Magia Cruda de Paul Alexander, se está dilatando en el tiempo la reseña de esta fantástica biografía, pero prometo que llegará en algún momento. Atentos a este blog.

Piercing de Ryu Murakami, ahora puedo decir que me gusta Murakami, el “otro” Murakami, Ryu. Esta novela es fascinante… qué manejo de la potencialidad, de aquello que puede ocurrir. Qué personajes. Qué lástima que sea tan corta.

En el medio de la muerte de Lawrence Block, parece que, todavía, RBA conserva los derechos de Block en España, uno de los pocos que le quedan. (Momento de nostalgia para recordar la fenecida colección de novela negra). Lo extraño es que este volumen es el tercero de la saga de Scudder y han salido unos cuantos posteriores y resulta difícil encuadrar el momento del investigador. Además, siendo una novela primeriza, estando bien, pierde un poco con la comparación. Independientemente de todo esto, es una buena novela, porque Block es un gran novelista policíaco pero, si alguien lo descubre con este título que no se lleve a engaños, no es lo mejor ni de broma.

Canción dulce de Leïla Slimani, leo pocos autores franceses, de ahí que tuviera reticencias con esta novela inicialmente; menos mal que me tiré a la piscina porque la propuesta es muy interesante, en efecto se produce un crimen (de gravedad, se trata de niños), pero no importa tanto la investigación como la forma en que se ha llegado al crimen. Hay una indagación por parte de la autora de los motivos  que pueden causarlo desde el punto de vista psicológico así como la parte relativa a la sociedad. Es otro punto de vista, y enriquece lo habitual.

Alfa, Bravo, Charlie, Delta de Stephanie Vaughn, la única recopilación de relatos de la autora es un buen ejemplo de cómo mostrar, a través de cuentos, las preocupaciones de la época en la sociedad estadounidense.

Laura de Vera Caspary, clasicazo policíaco donde los haya. Sin complejos, una historia con sabor negro.

El ventanal de Lemony Snicket, ¡viva Lemony Snicket! ¿Lo he dicho antes?

El señor de las muñecas y otros cuentos de terror de Joyce Carol Oates, de este va a haber reseña, es un libro de relatos excepcional, nuevamente, este año dos libros de la autora y a cuál mejor. Es difícil escoger uno de ellos.

Cáscara de nuez de Ian McEwan, McEwan haciendo lo que más le gusta, ser él mismo. La excusa de utilizar un narrador diferente es un simple pretexto para incorporar sus ironías y reírse un poco de todo. Además incorpora una cierta trama policíaca y, como de costumbre, resulta muy entretenido. No es lo mejor, pero es divertido.

Amor libre de Ali Smith, nuevamente Gatopardo dando en el clavo, me ha convencido bastante esta recopilación de cuentos de la escocesa. Visiones distintas del manido tema del amor realizadas con mucha delicadeza, humor y buen gusto.

Los cinco y yo de Antonio Orejudo, me encanta Orejudo, es uno de mis escritores españoles favoritos pero, sin duda, esta es su peor novela con diferencia. Sobre todo si piensas en las primeras, como la excepcional Fabulosas narraciones por historias (enlace a reseña) de la que hablé aquí con no pocos elogios.  De todos modos, si solo fuera eso… pero no, noto al autor quemado, desencantado, decepcionado con la literatura, con el propio hecho de escribir y eso, de verdad, me apena. Espero que solo sea un bache.

El otro hombre de Hugh Walpole, bien por Defausta que se lanzan a una nueva colección de novela negra y empiezan con dos obras curiosas. Esta de aquí es el primer título y, aunque no es una investigación propiamente dicha, se agradece que aparezca una novela del autor por aquí.

Los casos del detective Kogoro Akechi de Edogawa Rampo, tengo pendiente reseña y puede que algo más. Atentos al blog.

Guardianes de la Galaxia: Vengadores Cósmicos de Brian Michael Bendis, entretenida recopilación (y voluminosa) que pretendió lanzar en su momento a los Guardianes de la Galaxia gracias al (inesperado) éxito de la primera película. No está más desde luego, pero no es lo mejor de Bendis que, desgraciadamente, es muy reconocible por sus tics.

El perro espectral: investigadores de lo oculto de Alice Askew y otros, excelente recopilación reunida por Arellano para su Biblioteca del laberinto. Empieza flojo pero van mejorando los relatos (cronológicamente) mostrando muchas facetas y muy variadas de diferentes investigadores de lo paranormal. Da gusto encontrar un libro tan distinto y entretenido.

Black panther: A nation under our feet. Book 3 de Ta-Nehisi Coates, me temo que tengo que seguir hablando de las mismas sensaciones que tuve con los dos primeros volúmenes, y eso significa que ya toca abandonarla. Mala suerte.

Ultimate Spiderman HC vol1 de Brian Michael Bendis, me acuerdo cuando se lanzó el sello Ultimate en Marvel, la idea era montar nuevas colecciones de los héroes más emblemáticos partiendo desde cero y así evitar todas las cargas de la continuidad a la hora de buscar nuevos lectores; la idea era divertida y tuvo dos puntas de lanza evidentes. Una fueron los impactantes Ultimates, unos vengadores de nivel extremo dibujados por el increíble Bryan Hitch y guionizadas por Mark Millar que buscaban “hacerlos adultos” (tacos, violencia..) pero que, independientemente de los postureos, ofrecían historias muy entretenidas y espectacularmente dibujadas. El otro buque insignia fue, sin lugar a dudas, el Ultimate Spiderman de Bendis y Bagley, revisándolo tras varios años sigue funcionando a la perfección: Historias dinámicas, divertidas, juveniles, llenas de acción, diálogos más comedidos de Bendis y un tratamiento idóneo del conflicto juvenil. El dibujo de Bagley era perfecto para hacer buenas escenas de acción y se acercaba a la caricatura. La mezcla es consistente y no decae durante estas primeras 300 páginas, ¡qué divertido!

Y eso es todo, no he contado el número de libros pero ha sido cuantioso. El caso es que he disfrutado mucho.

A continuación os pongo las fotos de las #carretillas de esos meses que conseguí (como siempre) en La Sombra, mi librería y libreros favoritos.

Y eso es todo… más de 3000 palabras, hay que cortar ya.

Un abrazo y ¡buenas lecturas!

Mis lecturas favoritas del año 2016

Ha sido un año duro, muy duro para mí a nivel lector y, sobre todo, como escritor en el blog. Partí con una idea inicial y me equivoqué tremendamente en la concepción del proyecto (leer escritoras, muchas más que hombres); la idea era buena, la realización no tanto. Debido a esto empecé a generar inseguridades que me han impedido escribir, me he bloqueado bastante al comentar libros. Me quiero quedar con lo positivo de cara al año siguiente que podría resumirse en estos puntos:

1º Soy consciente de que tenía un sesgo lector, leía sin querer muchos más hombres que mujeres. Este sesgo se aplicaba también en las compras.

2º He ampliado el rango de escritores/as que leo hasta un perfil casi inabarcable , por lo tanto me fijo en muchas más cosas al elegir compras/lecturas, equilibro de alguna manera.

3º No me siento capacitado para hablar de temas de género (es fácil que me equivoque), no puedo ser el adalid de una causa. Ellas son las protagonistas, yo voy a hablar solamente de cuestiones literarias.

4º He disfrutado muchísimo de mis lecturas, especialmente con el cómic.

Dicho lo anterior, es el sexto año, aquí tenéis, por si tenéis curiosidad, las listas de los años anteriores:

Lecturas favoritas Año 2011.

Lecturas favoritas Año 2012. 

Lecturas favoritas Año 2013.

Lecturas favoritas Año 2014.

Lecturas favoritas Año 2015.

Sinceramente, la utilidad de estas listas es la manera de hacer balance personal del año, sirven para valorar lo que he leído de manera cualitativa y junto con el post de las estadísticas, complemento cuantitativamente esta información. Me consta que a varios lectores les sirven para prever posibles lecturas (o no), pero, sinceramente, no es el objetivo, lo hago porque me apetece a mí, como todo lo que aparece en este blog, si a alguien le viene bien, bienvenido sea.

Los criterios de años anteriores eran estos y los he modificado un poco por un importante sesgo que introduje al principio:

-Hago la lista sobre libros publicados o reeditados en el 2016 habitualmente (este año cambia). Ni mucho menos me leo todo (ni nadie lo hace) y tengo mayor afinidad por libros de editoriales pequeñas independientes que por las grandes monopolizadoras (esta afinidad tiene que ver con leer antes un libro que otro), aun así podréis comprobar que hay de todo.

-El número de libros de esta lista varía de un año a otro, no pongo límites, este año son veinte los elegidos, que son muy acordes con los 222 libros que he leído.

-El orden en el que aparecen  intentaba que fuera cronológico aunque se puede haber mezclado alguna, desde principios de año hasta las últimas lecturas, no asigno posiciones, son mis libros favoritos sin más.

-Este año he dedicado buena parte del mismo a leer escritoras, por lo tanto la lista puede estar compuesta en su mayoría por libros escritos por ellas, naturalmente, puede haber libros de años distintos al 2016.

–Lo más importante: el criterio de elección es mi gusto personal, aparecen los libros con los que más he disfrutado (por los motivos que sean) y, por lo que he estado observando en otras listas, no suelen coincidir con la mayoría de ellas (excepto casos puntuales).

-Ah, NO MENOS IMPORTANTE, los he leído todos.

Sin más dilación, que entre la lista:

El libro de la almohada de Sei Shōnagon /La historia de Genji de Murasaki Shikibu, son dos, pero me parecía buena idea unirlos, dos lecturas complementarias de las dos autoras milenarias japonesas; dos clásicos inolvidables que no solo muestran una época sino una manera de hacer las cosas, de expresarse, una manera más poética/artística.

La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Alexievich , este es probablemente uno de los libros que más me han impactado nunca, es tan doloroso que me parecía mentira estar leyéndolo, Alexievich es una cronista de las voces olvidadas, no necesita utilizar el estilo para mostrar los hechos, los hechos se muestran solos a través de los testimonios de aquellos que no pueden hablar, y lo hace de fábula. Es difícil no recomendar este ensayo, es difícil no emocionarse con él.

Pequeñas virtudes de Natalia Ginzburg, Ginzburg me enseñó con la primera obra que leía de ella que la nostalgia podía utilizarse de una manera que no resultara sensiblera y facilona; la escritora italiana sabe utilizar los sentimientos y su prosa rezuma emoción e inteligencia a partes iguales.

Middlemarch de George Eliot, soy un verdadero cobarde, no me atreví a escribir nada de esta obra maestra de una de las mejores escritoras en lengua inglesa. ¿Qué voy a decir a estas alturas de ella? Poco puedo aportar, solo la necesidad de leerla, una y otra vez.

El bosque de la noche de Djuna Barnes, todavía conservo la fascinación que me produjo su lectura; un tipo de lectura que se caracteriza por la ambigüedad de lo contado en cualquiera de sus vertientes; importa tan poco el “qué” cuando el “cómo” te embruja de esta manera.

Por no mencionar el perro de Connie Willis, venía con los deberes hechos, una persona muy sabia ya me comentó que con Willis hay que empezar por Oveja Mansa, sus cuentos o este libro. Empecé con este porque la mezcla de lo victoriano con la ciencia ficción, los viajes en el tiempo y mis queridas paradojas temporales me podía atraer un montón y, desde luego, acerté de pleno, vaya lectura más satisfactoria, otro de mis libros favoritos para siempre.

El corazón es un cazador solitario de Carson McCullers, este libro supuso un antes y un después en mi camino lector; McCullers creó un personaje inolvidable, John Singer, para ofrecernos un abismo emocional en el que hundirnos. Uno de esos libros que desembocan en lágrimas y casi ni sabes cómo ha ocurrido.

Antología poética de Wislawa Szymborska, podrían haber estado sus lecturas no obligatorias, pero al final me decidí por su poesía, absolutamente excepcional; esa poesía es la culminación de toda su filosofía de vida: la idea del no-saber, reconocer en todo momento que estás aprendiendo. Es tan interesante que la he tomado como parte de mí, es la mejor manera de estar siempre creciendo y no perder nunca la curiosidad por lo que venga.

Metáfora y memoria: Ensayos reunidos de Cynthia Ozick, me falta por leer mucho de esta extraordinaria autora, pero sus ensayos fueron una grandísima puerta de entrada. Me encantan sus reflexiones sobre el ensayo en sí mismo y sobre algunos autores,  especialmente sus disecciones de Henry James. Otro ensayo de esos que no hay que perderse y vuelven a demostrar lo entretenido que puede ser hablar de literatura.

Su pasatiempo favorito de William Gaddis, este es un clásico en mis listas, a veces puedo ser previsible, y con Gaddis me salen todas las debilidades, su última novela ya publicada. Qué lástima que sólo nos queden sus ensayos y sus cartas.

Breve historia de siete asesinatos de Marlon James, mala suerte la de este libro increíble, el problema de publicarlo hace tantos meses es que pasan los meses y ya nadie se acuerda de él; pongo mi pequeño grano de arena recordándolo como uno de los mejores del año, una monumental polifonía en torno a Bob Marley con una traducción trabajadísima de Javier Calvo y Wendy Guerra.

La increíble boda de Gilbert y Moira de Joe Keenan, como dije en este resumen de agosto, esta delirante comedia lo tiene todo y ha conseguido que tenga las carcajadas más estentóreas del año. Su trama tiene un desarrollo excelente donde todo se va conjuntando, sorpresa a sorpresa, hasta llegar al espléndido final. Qué necesario es poder divertirse leyendo un libro.

El intérprete del dolor de Jhumpa Lahiri, en este texto de Canino elegí la reedición de esta ópera prima de la autora como uno de los mejores libros del año y no me bajo de mi opinión, en un año fabuloso para las grandes artesanas de los cuentos, Lahiri brilla con una luz serena y tersa, como la de sus palabras.

El signo del miedo de Margery Allingham, casi parece mentira pero ya tenemos libros de las cuatro grandes damas del Detection Club con libros en España; Impedimenta se ha comprometido a ir sacando uno cada cierto tiempo de Allingham y es una gran noticia porque es radicalmente distinta a las otras, su Albert Campion está más centrado en las aventuras sin dejar de lado lo detectivesco pero hay que reconocer que es otra visión del género. Este libro es magnífico, un buen exponente para saber si te puede gustar la autora.

Poesía completa de Alejandra Pizarnik, lo sé, es extraño que caiga ahora por aquí, pero es en este año cuando la he leído. Me quedaría a vivir en los versos de Pizarnik. No creo que pueda decirse mejor elogio.

Velázquez desaparecido: la obsesión de un librero con una obra de arte perdida de Laura Cumming, fantástico ensayo el de Laura Cumming que convierte la fascinante búsqueda de un cuadro del autor sevillano en toda una historia detectivesca; al mismo tiempo nos muestra el perfil más oculto del pintor y la vida de la corte en la época. El trabajo de investigación es un simple aderezo ante esta historia que trasciende el ensayo llegando casi a una historia de género policíaco.

Manual para mujeres de la limpieza de Lucia Berlin, no es que necesite mucha visibilidad este libro, afortunadamente aparece en casi cualquier lista (Alfaguara tiene sus influencias); independientemente de esta omnipresencia, este libro de relatos es excepcional, Berlin escribe tan bien, maneja tan cuidadosamente cada palabra dentro de cada párrafo que es capaz de hacerme llorar y reír a carcajadas en cuatro frases. Es de los mejores libros de relatos que he leído nunca.

Black Out de María Moreno, me llegó casi por casualidad este libro que no ha sido publicado aún en España y me he quedado maravillado. Se habla de ella como la gran cronista argentina y no me extraña, qué retrato cultural de los años sesenta y setenta alternando entre tres géneros y dando voz a los autores de la época. Qué pena me da llegar tarde a este universo, siento siempre la sensación (como con Kamenszain) de que me pierdo mucho de lo que va implícito en el relato, incluso de lo explícito, la formación anglosajona me ha limitado en estos aspectos. Afortunadamente, con estas limitaciones, lo he disfrutado a lo grande.

Tea Rooms de Luisa Carnés, vaya recuperación importante la de esta autora de la generación del 27 que nos traen desde Hoja de Lata; fiel reflejo de una época difícil para los derechos de la mujer, su prosa alterna entre diálogos secos, abruptos, muy bien pensados, con descripciones detalladas y bien ejecutadas. Es la primera de la punta del iceberg de la época. Queda mucho por descubrir.

Las Mitford en la edición de Charlotte Mosley, este libro es absolutamente fascinante, un colosal testimonio que recoge una muestra de las cartas que se enviaron entre sí las increíbles hermanas Mitford y al que no le falta nada de nada, eran tan diferentes entre sí, el camino de sus vidas transitó en paralelo con la historia del siglo XX y es todo un reflejo de una época convulsa. Es uno de los libros del año a pesar de su complejidad. Todo un microcosmos de nuestras propias vidas.

Y hasta aquí estaría la lista de libros, que normalmente suelo integrarla con cómics, sin embargo, este año se me hacía muy extensa si los añadía, de ahí que haya decidido introducir un apéndice excepcional con la mención de siete cómics y un libro sobre autoras del cómic en inglés. Os pongo el enlace a los sitios donde he comentado algo sobre ellos:

CBLDF Presents: She Changed comics

¿Podemos hablar de algo más agradable? de Roz Chast

Fun Home de Alison Bechdel

Ms Marvel de G. Willow Wilson y Adrian Alphona 

Leñadoras de Noelle Stevenson, Grace Ellis, Shannon Waters y Brooke B. Allen

Sarah’s Scribbles: Crecer es un mito de Sarah Andersen 

Una Entre muchas de Una 

Que no, que no me muero de María Hernández Martí y Javi de Castro

Y eso es todo, ya es demasiado por este año. Veremos cómo se presenta el siguiente año.

¡FELIZ AÑO 2017! !Buenas lecturas!

Resumen Verano 2016. Julio

9788494367991Empiezo el resumen del verano con los libros que cayeron en el mes de Julio. Mi impresión general es que fue un mes un poco extraño por varios motivos que se pueden resumir en dos cuestiones principales: por un lado, tenía muchos temas pendientes del mes anterior relacionados con libros de música (alguno de un volumen considerable), críticas de ópera y artículos de Canino; por el otro, tenía que terminar algún libro que no podía dejar a medias (Shibiku).

Debido a esto tuve que empezar a mitad de mes con las lecturas propiamente veraniegas que tenía previstas y se me ha ido retrasando todo durante el verano y, como segunda consecuencia, en julio se me han igualado las lecturas debido a los compromisos, los escritores se acercaron bastante a las escritoras. En septiembre espero volver a la senda femenina, todavía me quedan cuatro meses de lecturas para descubrir y ratificar muchas más.

No voy a dilatar más esta introducción y me zambullo en los pequeños comentarios referentes a las lecturas de julio. Veintidós lecturas y muchos sabores, desde el sushi hasta el mate argentino. 

Reina del crimen de Megan Abott,  lástima que a EsPop no le haya funcionado la colección de novela negra que lanzó junto con Valdemar. Este libro era uno de los exponentes más interesantes (junto todo lo que sacaron de Neil Cross) de una forma de experimentar, de buscar novelas que no estuvieran tan vistas. Al menos por su personaje femenino, muy poderoso, verdadera protagonista innominada junto a la mafiosa Gloria Denton que la erige en su sucesora. El resultado era una novela hardboiled muy interesante con diferentes puntos de vista y perspectivas a pesar de un desarrollo de la trama más convencional.

La historia de Genji, Vol. 2 de Murasaki Shikibu, espléndido colofón a un clásico ya milenario que embriaga a pesar de su indudable dificultad. Una de las mejores lecturas del año y de la que habría que hablar en algún momento, aunque nunca se sabe con el tiempo que queda disponible.

La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik, me encanta la manera que he escogido para encontrarme con la escritora argentina; esta pequeña obra es una pequeña joya, reúne los textos de la escritora sobre la condesa Erzébet Báthory, una criminal ciertamente temible que se aprovechó de su poder para matar a más de 650 jóvenes, junto a las ilustrativas estampas de Santiago Caruso; la mezcla es de una total simbiosis y resulta cautivadora a pesar de los horrores que refleja. Ahora toca afrontar su poesía. 

PensamientoMágicoCómics (1986-1993) de Julie Doucet, sin ser muy aficionado al cómic underground, tengo que reconocer que esta recopilación de la escritora canadiense es todo un disfrute. Me parece sorprendente cómo logra tratar temas de todo tipo, la mayoría relacionados con temática femenina, con un dibujo tan sucio aparentemente, sobre todo cuando consigue ser tierna a pesar de que el dibujo indique otra dirección.

El año del pensamiento mágico de Joan Didion, afrontar el duelo” es uno de los grandes temas literarios y la norteamericana construye su caso particular (la muerte de su marido Gregory Dunne) de una manera excepcional. Quizá lo que más sorprende de esta breve crónica es la distancia emocional que escoge la autora, se puede palpar el dolor pero nunca hay sensiblería.

La amiga estupenda de Elena Ferrante, me temo que la #FiebreFerrante en mi caso sólo ha conseguido unas décimas. No ha conseguido ni siquiera entretenerme con la historia, ni su estilo me ha embriagado. Y he tenido la insoportable sensación de que Ferrante es un hombre por la forma de tratar ciertos temas; esto quizá antes no habría sido tan consciente pero es cierto que este año, leyendo a tantas escritoras, esta sensación era inevitable. 

Léxico familiar de Natalia Ginzburg, definitivamente la italiana ha entrado con fuerza entre mis lecturas. Ginzburg consigue una mezcla irresistible entre la ficcionalidad aparente y su confesionalidad. El relato de lo cotidiano, en sus manos, resulta siempre muy atractivo.

El joven Moriarty y la Ciudad de las Nubes de Sofía Rhei, la saga de Moriarty es una garantía de diversión sin más pretensiones. Pensado para un público más juvenil, un adulto lo puede leer igualmente pero disfrutando de las referencias que nos ofrece la autora.

La Furia: Proclamas y manifiestos de una revolucionaria caníbal de Théroigne de Méricourt, la verdad es que no esperaba encontrar lo que encontré en esta lectura. En efecto había textos de Méricourt, pero la idea era construir la figura de esta pionera de la lucha feminista. Lógicamente, para ello era necesario que aparecieran textos sobre ella creados (sobre todo) por sus enemigos. Es muy interesante conocer su historia mediante el odio que generó en sus perseguidores, al fin y al cabo, son ellos los que mejor te conocen.

FantasmaWebFantasma de Laura Lee Bahr, vaya irrupción a lo grande de la nueva editorial Orcinny con este libro de la autora norteamericana; parece increíble que a nadie se le hubiera ocurrido esta idea hasta entonces: volver  a los cuentos de Elige tu propia aventura y utilizarlo narrativamente quitando las opciones. Exponente de la Bizzarre Literature,  el resultado es una experiencia en la que la forma se come con patatas cualquier idea preconcebida que tuviéramos, la verdad es que es difícil de olvidar. Y está muy bien acabado.

Hijos de Sedna de VVAA, buena idea para un desarrollo ciertamente irregular; el hilo conductor de la historia es la colonización del planeta Sedna, para tal propósito se han creado una serie de textos por diferentes autores/as que tienen que ver con dicha colonización con más o menos suerte. Se puede leer pero esperaba algo ligeramente diferente, o una cierta conexión entre relatos.

El huésped de Marie Belloc Lowndes, bien por editoriales como Menoscuarto que abogan por recuperar clásicos de esta índole: relato victoriano de misterio. Lowndes tomó como referencia la historia de Jack el destripador y le sirvió como base para un relato en el que, más que entrar en la vena más escabrosa de los sucesos, se centra en jugar con la ambigua identidad del mismo. A un libro como este se le pide que mantenga el suspense hasta el final y lo cumple con creces.

El extraño caso de la isla Panorama de Rampo Edogawa, el Poe japonés siempre resulta un lujo, en este caso con una novela corta donde lo lisérgico se convierte en parte esencial de una isla utópica donde la realidad se mezcla con lo que lo parece. Edogawa transita de lo onírico a lo real y convierte su recta final (alucinante) es un espectáculo visceral altamente recomendable.

El ejército negro de Servando Rocha, tarde o temprano saldrá a la luz la crítica que he realizado al respecto; Rocha es un crack y se dedica a emular a Hunter S. Thompson pero con la banda de moteros negros más famosa de Estados Unidos. El libro es ciertamente interesante desde muchos aspectos pero especialmente por reflejar la vertiente más oscura del sueño americano. 

El libro de la ley de Aleister Crowley, es más una curiosidad que otra cosa pero vale  la pena echarle un vistazo a este texto tan particular de Crowley; la edición facsímil incluye los textos originales que escribió el propio autor al respecto. 

9788494367991Asesinato en la catedral de Edmund Crispin, poco a poco impedimenta nos sigue trayendo las aventuras del detective Gervase Fen; en este caso, no hay que llevarse engaños, estamos posiblemente en el peor de los casos publicados pero, aun así, sigue estando bastante por encima de la media habitual de novelas policíacas. Además resulta un poco atípico ya que la trama está más centrada en asuntos de espionaje que en temas detectivescos, de ahí que resulte más de aventuras que noir. En el caso de Crispin resulta un hándicap y no está tan bien acabada como otros misterios suyos.

Historia insólita de la música clásica (II) de Alberto Zurrón, ya me extendí en Ópera World al respecto, en el enlace tenéis toda la información.

El siglo de Jenufa: Anatomía de la ópera. Desde sus orígenes hasta el siglo XX de Santiago Martín Bermúdez, hablé en profundidad sobre este excepcional libro en la crítica ad-hoc.

María Galvany, una diva en Pinos Puente de José Antonio García López, esta sucesión de datos sin sentido es, posiblemente, uno de los peores libros que me he leído nunca. Intragable. 

Los crímenes del jorobado de Rampo Edogawa, este libro es una buena muestra de la versatilidad de Edogawa, es un libro ciertamente atípico si lo comparas con el que he comentado anteriormente ya que se centra en aspectos muy distintos; el título induce a pensar que estamos ante una novela policiaca pero esto solo ocurre en el primer tercio. Sin embargo, el resto juega más con elementos que abundan en lo grotesco, en una visión de la isla del doctor Moreau pero llevado a su terreno. El caso es que se disfruta como siempre aunque me imagino que más de uno no se esperaba este giro de acontecimientos.

978849446852Duffy de Dan Kavanaugh, parece mentira que desde los años ochenta no hayamos tenido noticia de la serie que protagoniza Duffy, el detective bisexual que creó el gran Julian Barnes con el pseudónimo de Dan Kavanaugh;  también parece mentira que una editorial como Alfabia no haya aprovechado esta circunstancia como en otros casos actuales (Banville-Black) a nivel de promoción: web sin actualizar, olvido del hecho que es el gran Barnes el que está detrás, marketing inexistente, nada en redes sociales… En fin. No creo que veamos las otras entregas por aquí porque casi nadie lo puede conocer en estas circunstancias. Por lo menos desde mi persona no va a faltar la recomendación de esta novela que juega en el terreno del harboiled (aprovechando inmejorablemente las características sexuales del personaje) y que finaliza con un relato que nada tiene que envidiar a James Bond o series como White Collar. Una de las grandes lecturas del verano.

Laberinto de hierba de Izumi Kyoka, Kyoka es un seguro de calidad, este libro es sencillamente excepcional. Cada frase, cada palabra de la maravillosa traducción es un deleite para los sentidos. Estáis perdiendo el tiempo si no estáis leyendo a este autor, un prodigio cada uno de los libros que nos ha traído Satori (y ya van tres).

Y esto es todo por ahora, al menos en julio. Agosto, la próxima semana.

Un abrazo y ¡buenas lecturas!

Sexto mes. Locura de nuevo: Shibiku y Yanagihara

Teniendo en cuenta lo mal que me salió planificar el quinto mes (enlace) este sexto necesito sacar mucho de lo que tengo pendiente y está claro que va a estar marcado por lecturas que quiero terminar antes de que llegue julio y agosto (que dedicaré a leer policíaco). La foto de previstos es la siguiente.

SextoMes

En efecto, en el centro podéis ver los dos “monstruos del mes”:

A litte life de Hanya Yanagihara, no era yo consciente del tamaño de este libro en inglés, claro que, cuando le eché un vistazo a lo que va a ser la edición española, más de mil páginas, me di cuenta de que ni de broma iba a acabarlo en una semana. Leo rápido pero no tanto. Y lo peor es que tengo que tenerlo casi terminado para la entrega del Baileys Prize de este año, el 7 de junio! Está la cosa difícil. Veremos lo que consigo.

La historia de Genji de Murasaki Shibiku, una vez acabe con el anterior me centraré plenamente en este, por fin, muchísimas ganas de descubrir la obra milenaria que se complemente con mi lectura de Sei Shonagon de principios de año. Debo acabarlo justo para empezar el monográfico policíaco para el verano.

Entre medias de estas barbaridades que ocupan un montón de tiempo me gustaría tener pequeños descansos, de ahí el resto de libros que aparecen alrededor. Y aprovecharé para descubrir nuevas autoras. Naturalmente no voy a comentar de nuevo los que siguen estando por ahí y que no me leí en meses anteriores como Jennifer Egan o Jeanette Winterson. Algún día conseguiré buscarles el hueco.

He cogido tres libros de poesía, en primer lugar la recopilación (Tras) Lúcidas, una recopilación de escritoras actuales que se ha creado ex profeso para esta antología, al menos aparece Sandra Santana de la que ya he leído alguna poesía y está bastante bien, espero irregularidad pero puedo llevarme sorpresas; por otro lado he llegado este mes a Anne Carson, Decreación parece una muy buena opción para profundizar en su obra. Por último, la poeta argentina Cristina Peri Rossi y su último libro Las replicantes, una manera como otra de empezar a leerla.

Entre las nuevas autoras que quiero descubrir varias distintas: Sylvia Molloy, Joan Didion Marian Engel y Katie Kitamura. De la primera, mi puerta de entrada va a ser su último libro de relatos aunque tengo otro en casa que llegará este año. De la segunda, su archiconocido El año del pensamiento mágico, parece una opción muy válida en cuanto a calidad pero habrá que comprobarlo. La tercera me vuelve a llevar a la literatura canadiense, a este paso voy a poder preparar un monográfico (excelente) de autoras de ese país, imaginad a Atwood, Munro, Carson, Engel, vaya nivel. La última autora es un caso curioso, no ha tenido mucha suerte en España pero habrá que comprobar qué tal está.

Siempre me gusta leer por lo menos dos libros de cualquier autor nuevo para saber si me va a gustar; este mes debería ser la confirmación de Pilar Adón y Selva Almada, la primera me tiene casi convencido, la segunda me despierta sentimientos opuestos, es el momento de saber si vale la pena seguirlas. Lo de Ginzburg no necesita confirmación, la necesito, de ahí que la haya programado.

También aparecen por ahí Kate Chopin y Servando Rocha, el único hombre entre tanta mujer; bueno, también Englehart y sus Vengadores Costa Oeste. Espero leer a Servando sobre todo porque está previsto que salga en Canino.

Os dejo ya, tengo que buscar tiempo para leer. Y está difícil.

Un abrazo y ¡Buenas lecturas!

Resumen Abril 2016. ¡Qué barbaridad!

Esta vez no andaré con eufemismos, he leído un montón. Y, además, lo he disfrutado de igual manera. De las 23 lecturas, cinco fueron de hombres; el resto, escritoras. Sigo aumentando el número  de escritoras este año y añado algunas de las que todavía no había leído nada (ocho más). Vayamos a la ristra de abril: 

El misterio de Riddlesdale Lodge de Dorothy Leigh Sayers, lo más fascinante de haber leído este libro es haberlo hecho en la edición de tapa dura antigua que encontré, edición en la que también estaría el siguiente. La siguiente curiosidad es que este es el segundo libro de Sayers en el que tiene como protagonista a Lord Peter Wimsey y que, en estos momentos, es inencontrable. ¿Y el misterio? Bien, gracias.

Lord Peter descubre el delito de Dorothy Leigh Sayers, incluido en la edición que comenté anteriormente, esto es aún más curioso porque son historias cortas del mismo detective (no sabía que existieran); están ubicadas justo después de El misterio del Bellona Club, el único libro que me había leído hasta este mes. Lo bueno es que las distancias cortas no le sientan mal tampoco.

Frankestein de Mary Shelley, eterno pendiente que por fin ha llegado este año, ya tocaba. Una obra maestra disfrutable a muchos niveles. Espero poder escribir algo sobre él más adelante. 

El misterio de Gramercy Park de Anna Katharine Green, bravo por la labor de editoriales como dÉpoca, la recuperación de esta entrometida impertinente y subyugadora al mismo tiempo. Ahora mismo acaban de publicar su segunda aventura y no puedo esperar para ponerme con ella. Llegará la reseña, de verdad que sí. 

Mi abuelo de Valérie Mréjen, nueva autora, siempre me gusta probar con dos libros por lo menos para ver qué tal, en este caso,  curiosamente cogí el primero y el último y he disfrutado los dos por diferentes motivos. Me gustaría escribir algo conjunto de ambos ya que la escritora francesa es muy interesante. Veremos.

Selva negra de Valérie Mréjen, la confirmación de una autora a la que seguiré a partir de ahora.

Antología Poética de Wislawa Szymborska, cuando lees la poesía de Szymborska pasa lo que pasa, te vuelves incondicional. Es excepcional y lo comenté en un post junto con su prosa. Si pincháis en el título tendréis más información.

El libro de los divanes de Tamara Kamenszain, vuelvo a redundar en mi comentario, pero es cierto como la vida misma. Me sobrepasa, la argentina es buenísima, el prólogo de María Moreno es fantástico y siempre tengo la sensación de que me pierdo la mitad de la batalla aunque me gusta lo que leo. Mi déficit de literatura sudamericana es más palpable en estas ocasiones.

Que no, que no me muero de María Hernández Martí, un simple vistazo a los dibujos de Javi de Castro sirvieron para llamarme la atención, los textos de María Hernández Martí me convencieron definitivamente por esa mezcla inevitable que deviene en una tragicomedia donde la protagonista, con pareja, perro, familia, amigos y un cáncer de mama, tiene que afrontar los hechos que le van sucediendo desde una perspectiva muy diferente a la habitual; el tratamiento de estos temas siempre es complejo pero, en este caso, no me equivoco al afirmar que prácticamente no se puede hacer mejor.

Y eso fue lo que pasó de Natalia Ginzburg, ya dije que la italiana se ha convertido en una de mis favoritas y es genial porque me quedan varios libros por leer. En este caso esta segunda novela, cortita, pero de gran intensidad, es otro ejemplo más de su buen hacer. En el horizonte me espera, por fin, Léxico familiar.

El viaje de Francesca Sanna, qué manera más maravillosa de presentar un tema tan candente como el de los refugiados para que lo pueda entender un niño. Qué hermoso y… qué triste, también es cierto.

Metáfora y memoria: Ensayos reunidos de Cynthia Ozick, por fin he podido leer a la norteamericana y me ha convencido. Ahora tengo que convencer al resto. En un próximo post, al menos, lo intentaré.

Longshot de Ann Nocenti y Arthur Adams, relectura aprovechando que estoy buscando mujeres escritoras en cómics. Nocenti, en esta serie limitada, presentaba uno de los personajes más atractivos que he leído en el fértil universo mutante, qué imaginativa fue al crear al curioso y “suertudo” Longshot, qué bien el dibujo de Adams, cómo me gustaría ver publicada su etapa de Daredevil. Crucemos los dedos.

Muy lejos de Kensington de Muriel Spark, me queda poco por leer de escritora británica, pero encontrarse con ella es siempre un gran placer. Tanta sutileza parece imposible, tanta oscuridad en un envoltorio inglés es aún más difícil de encontrar.

Bordados de Marjane Satrapi, con el pretexto de una reunión de mujeres, la escritora iraní diagnostica con buen humor algo tan duro como la situación de la mujer en el Oriente medio. Un mundo radicalmente distinto del nuestro donde la libertad no es habitual y los pocos derechos que se han ganado aquí, allí no son ni alcanzables.

Lady Killer de Joëlle Jones, sinceramente, ni estaba previsto, lo encontré de casualidad y, la verdad, es satisfactorio encontrarte con las peripecias de una asesina profesional que es capaz de llevar a cabo su vida de ama de casa y, en sus tiempos libres, masacrar a quien le manden.

The Grownup de Gillian Flynn, supongo que en algún momento esto llegará aquí, en una edición de esas “sacacuartos” a las que nos tienen acostumbrados; historia corta que vuelve a demostrar que Flynn es una voz a seguir aunque solo sea por sus argumentos perversos. Tres libros suyos leídos, tres libros que recomiendo sin dudar.

La mucama del Ominculé de Rita Indiana, definitivamente, lo mío con Indiana es imposible, sobre el papel me debería haber gustado un montón este libro, al final acaba agotándome, es apabullante, su estilo fantástico, pero siempre sus historias me acaban cansándo(me) (aun siendo cortas) y me cuesta un horror acabarlo. Somos incompatibles, y me da pena. No consigo entrar en ellas.

Los disidentes

Marcelín de Sempé, dice el autor francés que “No creo que mis personajes sean minúsculos. Quizás el mundo sea demasiado grande.” Lo que está claro es que encontrarme con sus pequeños protagonistas me produce una irremediable ternura, una sensación de estar al borde de las lágrimas por lo que nos cuenta, la encantadora historia de dos niños que tienen atípicas molestias: sonrojarse sin ningún motivo y estornudar sin venir a cuento. Y cómo estas particularidades servirán para unirles en una amistad que durará a lo largo del tiempo a pesar de todas las dificultades que se encuentren. Con Sempé es imposible equivocarse. 

Su pasatiempo favorito de William Gaddis, otro con el que no te equivocas nunca, nuevo tochazo del autor, sin pincháis en el título, tendréis mucha más información que ya comenté por aquí. 

Unas horas con los poetas muertos de Ko Un, fan incondicional del poeta surcoreano, esta nueva antología es una manera de recordarme de nuevo todo lo que me gusta. 

Donde viven los monstruos de Maurice Sendak, pero bueno, ¡qué delicia! 

Breve historia de siete asesinatos de Marlon James, me he extendido de sobra con esta obra en el post que hice al respecto. En el blog tenéis más información. No digo más, es una de las novelas del año.

Una vez acabado el resumen, no quiero irme sin poneros las adquisiciones de abril.

AdquisicionesAbril

Como os podéis imaginar, varios de ellos los tengo pendientes. Espero que vayan saliendo poco a poco. Aunque también creo que no va a ser en mayo. Bastante tengo con el Baileys Prize.

Un abrazo y ¡Buenas Lecturas!

Cuarto mes. Un mes desafiante

El mes pasado cogí buen ritmo; tengo la sensación de ir muy rápido y, al mismo tiempo, estar disfrutando como nunca, estoy descubriendo nuevas autoras y redescubriendo otras que ya tenía, además de consolidar las que eran mis favoritas. Cuando termine el año voy a tener una recopilación de autoras muy variada y de gran calidad. Ciertamente satisfactoria. Os pongo a continuación la recopilación de libros que quiero leer este mes de abril y a después resumo mis ideas:

cuartomes1

La foto es ciertamente ilustrativa, el desafío viene por dos obras de tamaño considerable, por un lado el último tocho de William Gaddis, Su pasatiempo favorito, con el que Sexto Piso da casi por finiquitada su particular recuperación de la magna carrera de uno de los estandartes del postmodernismo (a falta de su libro de ensayos); por el otro lado, atención al último ganador del Booker Prize, editado por Malpaso, Breve historia de siete asesinatos, sobre los intentos de asesinato de Bob Marley, promete mucho.

GaddisAnte la intromisión de estos dos elementos en mi proyecto de leer mujeres, he intentado seleccionar libros que puedan alternarse bien con los anteriores, libros más cortos de temáticas más variadas donde hay cómics, poesía, ensayo, un poco de todo. El otro leitmotiv del mes es introducir nuevas autoras. Con estas condiciones me han salido las siguientes:

-Probaré con la francesa Valérie Mréjen, me ha llegado la recomendación por varios sitios y es un buen momento. Selva negra y Mi abuelo son las opciones que he escogido.

-Aunque parezca mentira no había leído nada de Jennifer Egan, ni siquiera el muy conocido El tiempo es un canalla, acaba de salir uno de cuentos Ciudad Esmeralda que también entra en los posibles.

-Lo mismo puede decirse de la archiconocida  Clarice Lispector, este mes lo remediaré con dos ejemplos interesantes: La hora de la estrella y Un soplo de vida. No sé si serán los mejores, desgraciadamente he confiado más en mi intuición.

-Este mes toca segmento germánico, dos extremos, la filósofa Hannah Arendt de la que voy a probar su Más allá de la filosofía, Ingrid Noll será la otra cata, más cerca de lo noir (a su manera) con A la mesa.

BreveHistoria-Poquito a poco voy aumentando las escrituras de origen sudamericano (o centroamericano), este mes entran Sylvia Molloy, Rita Indiana (de la que quiero probar otro libro tras la mala experiencia anterior), Cristina Rivera Garza y vuelvo a programar a Gabriella Wiener (me encanta).

-Lo británico no puede dejar de estar presente, a la Edgeworth (que tengo pendiente ya dos meses) se le suman dos nuevas: Jeanette Winterson e Iris Murdoch.  La segunda es una elección personal por su cercanía a mi adorada Byatt, la primera es otra de esas escritoras que me recomiendan por todas partes. Ah, y una de las últimas novelas que me faltan de Muriel Spark.

-Lógicamente, no faltan escritoras norteamericanas, muchas ganas de Lucia Berlin y sus relatos cortos, de la historia de la actriz porno Madison Young y del ensayo de Jill Leovy sobre los conflictos raciales en New York. Y desde luego los ensayos de Ozick y las novelas de detectives de Anna K. Green, con su encantadora protagonista Amelia Butterworth.

-Las últimas mujeres escogidas (no nombro las que se repiten de otras ocasiones) son María Hernández Martí y su comprometido Que no, que no me muero, otro libro de Ginzburg y la grandísima Szymborska (ya en mi habitual flujo de lecturas) con una antología poética.

-Acabo esta previsión con dos hombres, Sempé y Ko Un, no me cansaré de recomendar cualquier antología que salga de mi poeta surcoreano favorito.

Vale, me he pasado, lo peor es que estoy en medio de otras lecturas…. O sea que  van cayendo por un lado u otro. Planifico estos posts como una manera de ordenar en lo posible, pero no es una regla fija, no puede convertirse en una regla fija. Porque la lectura nunca es previsible. Y tiene que seguir así.

Ya contaré qué tal ha ido este mes en el resumen correspondiente.

Un abrazo y ¡Buenas Lecturas!

Pequeñas virtudes de Natalia Ginzburg. Vuelco a la nostalgia

Pequeñas Virtudes Natalia GinzburgCreo que esto lo voy a decir varias veces este año… el tiempo que he perdido sin Natalia Ginzburg. Bien aconsejado, opté porque el primer paso de este camino infinito fuera este, Pequeñas virtudes y no hay lugar para la decepción, sí para la satisfacción plena. La italiana, aun fallecida, ha venido para quedarse en mi lista de lecturas y relecturas.

Lo que ofrece en estos pequeños relatos, que son mezcla de ensayo y autobiografía, es un catálogo de experiencias cotidianas, de sensaciones vividas que devienen en pequeñas (o grandes epifanías) de una manera sigilosa, no hay que buscar fuegos artificiales en su prosa, pero sí el tierno abrazo de la vida que nos envuelve de forma candorosa y muchas veces inimaginable. Esta descripción de lo cotidiano es tan vivaz que nos revela detalles que conocemos pero no sospechamos, como saber si una casa es pobre o rica según como esté hecho el fuego:

“En las cocinas estaba el fuego encendido; había varios tipos de fuegos: grandes fuegos con leños de encina, fuegos de frasca y hojas, fuegos de ramas recogidas una a una del suelo. Era fácil distinguir a los pobres de los ricos mirando el fuego encendido; más fácil que mirando las casas y a la gente, su ropa y sus zapatos, que eran todos más o menos iguales.”

Un recurso tan manido (y chapucero a la par que sensiblero) como es la evocación nostálgica cobra un sentido radicalmente distinto en sus manos; en el pequeño universo de Natalia existen los matices y nos desvela cómo puede ser tierna, naturalmente; pero también nos muestra que si se vuelve aguda y amarga, revierte en el odio:

“La nostalgia crecía en nosotros día a día. A veces era incluso agradable, como una compañía tierna y ligeramente embriagadora. Llegaban cartas de nuestra ciudad con noticias de bodas y muertes de las que quedábamos excluidos. A veces la nostalgia se tornaba aguda y amarga, se convertía en odio: odiábamos entonces a Domenico Orecchia, a Gigetto di Calcedonio, a Anunziatina, las campanas de Santa María. Pero era un odio que manteníamos oculto, pues lo considerábamos injusto, y nuestra casa estaba siempre llena de gente, unos venían a pedir favores, otros a ofrecérnoslos.”

La escritora utiliza el pasado, lo que ha vivido, incluido la nostalgia vivida como banco de pruebas para la vida; ella constata que la vida es un continuo vaivén entre las esperanzas  (los sueños que nos gustaría que se cumplieran) y nostalgias (al romperme la promesa de cumplimiento de un sueño):

“Existe una cierta uniformidad monótona en los destinos de los hombres. Nuestras existencias se desarrollan según leyes antiguas e inmutables, según una cadencia propia, uniforme y antigua. Los sueños no se hacen nunca realidad, y en cuanto los vemos rotos, comprendemos de repente que las mayores alegrías de nuestra vida están fuera de la realidad. En cuanto vemos rotos nuestros sueños, nos consume la nostalgia por el tempo en que bullían dentro de nosotros. Nuestra suerte transcurre en ese alternarse de esperanzas y nostalgias.”

Una vida que le ha enseñado a no olvidar el pasado, esto se podría expresar de muchas maneras, sin embargo, la imagen de los zapatos rotos que utiliza nuestra autora rezuma ternura y tristeza y demuestra, al mismo tiempo, su capacidad de relativizar todos los acontecimientos que le suceden:

“Pero yo sé que también se puede vivir con los zapatos rotos. En la época alemana estaba sola aquí, en Toma, y no tenía más que un par de zapatos. Si los hubiese llevado al zapatero habría tenido que pasarme dos o tres días en la cama, cosa que no me era posible. Así, seguí llevándolos, y para colmo, cuando llovía, los notaba romperse lentamente, hacerse blandos e informes, y sentía el frío del empedrado bajo las plantas de los pies. Es por eso por lo que incluso ahora  llevo siempre los zapatos rotos, porque me acuerdo de aquellos y, en comparación, no me parecen tan rotos, y si tengo dinero prefiero gastármelo en otras cosas, porque los zapatos ya no me parecen algo muy esencial.”

Poderosa resulta igualmente la antropomorfización de la ciudad en la que vivió;  la ciudad se convierte en el amigo perdido tan querido, sirve para resucitar el recuerdo a través de su paseo por la misma, cada esquina como un recuerdo; esta humanización da empaque al objeto revelando inusitados sentimientos, podemos imaginar cómo siente su ciudad de una manera muy viva:

“Ahora nos damos cuenta de que nuestra ciudad se parece al amigo que hemos perdido y que tanto la amaba;  es, como era él, laboriosa, ceñuda en su actividad febril y terca, y, al mismo tiempo apática y dispuesta a holgazanear y a soñar. En la ciudad que se le parece, sentimos revivir a nuestro amigo dondequiera que vayamos. En cada esquina y en cada vuelta creemos que puede surgir de repente su alta figura con el abrigo oscuro de trabilla, el rostro oculto tras el cuello, el sombrero calado hasta los ojos.”

ginzburgfumandoEspecialmente hermosa me resulta su aparente incapacidad para formarse en la cultura, sobre todo porque, gracias a sus recuerdos y emociones tenemos sus libros y ese hecho es, sin lugar a dudas, parte de nuestra cultura:

“Por el contrario, él ha sabido formarse una cultura, se ha formado una cultura de todo aquello que ha provocado su curiosidad; y yo no he sabido formarme una cultura de nada, ni siquiera de las cosas que más he amado en mi vida: han quedado en mí como imágenes dispersas, alimentando mi vida de recuerdos y emociones, sí, pero sin llenar el vacío, el desierto de mi culpa.”

Su percepción de la guerra es una percepción muy distinta a la habitual; esta percepción se acerca a esas actitudes que quería destacar la premio nobel Svetlana Alexiévich en La guerra no tiene rostro de mujer; alerta sobre  su carácter inmutable, no se puede curar uno de ella, ya que después de ella todo es distinto a todos los niveles; lo bueno es que calibra las consecuencias del fenómeno bélico a través de su resistencia a la mentira; no teme decir la verdad y pregonarla a los cuatro vientos:

“No nos curaremos nunca de esta guerra. Es inútil. Jamás volveremos a ser gente serena, gente que piensa y estudia y construye su vida en paz. Mirad lo que han hecho con nuestras casas. Mirad lo que han hecho con nosotros. Jamás volveremos a ser gente tranquila.

Hemos conocido la realidad en su aspecto más tétrico. Ya no nos produce disgusto. Todavía hay quien se queja de que los escritores utilicen un lenguaje amargo y violento, de que cuenten cosas duras y tristes, de que presenten la realidad en sus términos más desolados.

Nosotros no podemos mentir en los libros ni podemos mentir en ninguna de las cosas que hacemos. Acaso sea el único bien que nos ha traído la guerra. No mentir y no tolerar que nos mientan los demás. Los que son mayores que nosotros siguen muy enamorados de la mentira, de los velos y de las máscaras con que  se cubre la realidad. Nuestro lenguaje los entristece y los ofende. No comprenden nuestra actitud ante la realidad. Nosotros estamos próximos a las cosas en su sustancia. Es el único bien que nos ha dado la guerra, pero nos lo ha dado sólo a nosotros, los jóvenes. A los que son mayores les ha dado inseguridad  y miedo.”

Cuando habla de su oficio lo hace por comparación de emociones y sentimientos, sabe que le gusta escribir por oposición; el resto de trabajos no le gustan porque se siente incómoda, e incluso, pierde el sentido:

“Mi oficio es escribir, y lo sé bien y desde hace mucho tiempo. Espero que no se me interprete mal: no sé nada sobre el valor de lo que puedo escribir. Sé que escribir es mi oficio. Cuando me pongo a escribir, me siento extraordinariamente cómoda y me muevo en un elemento que me parece conocer extraordinariamente bien, utilizo instrumentos que me son conocidos y familiares y los siento bien firmes en mis manos. Si hago cualquier otra cosa, si estudio un idioma extranjero, si intento aprender historia, o geografía, o taquigrafía, o intento hablar en público, o hacer punto, o viajes, sufro y  me pregunto continuamente cómo harán los demás estas cosas, me parece siempre que debe de haber una forma mejor de hacerlas que los demás conocen y que a mí me es desconocida. Y me siento sorda y ciega, y noto como una náusea dentro de mí.”

Casi sin querer expresa  sus miedos: el saber que el hombre es valorado de diferente manera que la mujer; le aterrorizaba demostrar que se pueda saber que es mujer, de ahí que escogiera personajes masculinos; bastante sintomático de esta situación es que escogiera como herramientas de caracterización la ironía y la perversidad; de hecho de esta manera asocia al hombre con dichas formas, no es casualidad que utilice esta comparación:

“La ironía y la perversidad me parecían armas muy importantes en mis manos; me parecía que me servían para escribir como un hombre porque entonces deseaba ardientemente escribir como un hombre, me daba pavor que a través de las cosas que escribía se pudiera inferir que era mujer. Los personajes que creaba eran casi siempre hombres, para que fueran distintos y lo más alejados posible de mí.”

El siguiente párrafo me resultó ciertamente inusual, ya que identifica su satisfacción y felicidad con un alejamiento de la realidad,  y, precisamente este alejamiento (más frío aunque lúcido) le sirve como aliento creador a la hora de configurar personajes y tramas distintos; nuevas historias con diferentes perspectivas, como las que ella nos ofrece en sus relatos: 

“He dicho que entonces, cuando escribía lo que yo llamaba novela, era una época muy feliz para mí. […] Entonces era feliz de un modo pleno y tranquilo, sin miedo y sin angustia, y con una total fe en la estabilidad y en la consistencia de la felicidad en el mundo. Cuando somos felices, nos sentimos más fríos, más lúcidos y distanciados de nuestra realidad. Cuando somos felices, tendemos a crear personajes muy distintos de nosotros, a verlos bajo la gélida luz de las cosas extrañas, apartamos la vista de nuestra alma feliz y satisfecha y la fijas sin piedad en los demás seres, sin piedad, con un juicio despreocupado y cruel, irónico y soberbio, mientras la fantasía y la energía inventiva actúan con fuerza en nosotros. Logramos inventar personajes con facilidad, muchos personajes, fundamentalmente distintos de nosotros, y logramos escribir historias sólidamente construidas, como secadas bajo una luz clara y fría.”

El pequeño relato que da título a la antología nos ofrece una perspectiva muy distinta del habitual “fiel en lo pequeño, fiel en lo grande”; Ginzburg considera por el contrario que donde hay que educar es en las grandes virtudes; no le falta razón con respecto a la falta de peligro y compromiso de las pequeñas y de ahí que predique la educación de las grandes, también es cierto que nunca será tarea fácil: 

“Por lo que respecta a la educación de los hijos, creo que no hay que enseñarles las pequeñas virtudes sino las grandes. No el ahorro, sino la generosidad y la indiferencia hacia el dinero; no la prudencia, sino el coraje y el desprecio por el peligro; no la astucia , sino la franqueza y el amor por la verdad; no la diplomacia, sino el amor al prójimo y la abnegación; no el deseo del éxito, sino el deseo de ser y de saber.

Sin embargo, casi siempre hacemos lo contrario. Nos apresuramos a enseñarles el respeto a las pequeñas virtudes, fundando en ellas todo nuestro sistema educativo. De esta manera elegimos el camino más cómodo, porque las pequeñas virtudes no encierran ningún peligro material, es más, nos protegen de los golpes de la suerte.”

Me gustaría terminar con un sentimiento que define a la perfección cómo es relacionarse con los demás, sobre todo porque destaca el abanico de dicotomías que supone siempre cualquier relación humana, saberlo ayuda a comprender la verdadera naturaleza humana, contradictoria pero exigente; capaz del momento más horrible así como del más bello: 

“Las relaciones humanas deben descubrirse y reinventarse todos los días. Debemos recordar siempre que toda clase de encuentro con el prójimo es una acción humana y, por lo tanto, es siempre mal o bien, verdad o mentira, caridad o pecado.”

Cuánta satisfacción me espera a la vuelta de la esquina al descubrir el resto de libros de esta magnífica escritora.

Los textos provienen de la traducción de Celia Filipetto de Pequeñas virtudes de Natalia Ginzburg  para la editorial Acantilado.

Resumen Enero 2016. ¡Que no llego!

No me queda más remedio que poner el resumen del mes, aunque me faltan tres reseñas por poner en el blog que llegarán (espero) la siguiente semana: las de Ginzburg, Eliot y Chimamanda (espléndidas las tres, por cierto).

Aquí vengo con el primer resumen de este año tan particular, 16 libros han sido los que me han hecho la vida tan feliz durante este tiempo; la lista es la siguiente, como siempre, en el caso de haber reseña completa, podéis pinchar en el título para acceder a ella: 

Solsticio de Joyce Carol Oates, tenéis una reseña en profundidad de esta obra prácticamente desconocida de la norteamericana.

El libro de la almohada de Sei Shonagon, un clásico oriental y de la literatura universal  que sorprende, precisamente, porque fue escrito por una mujer en tiempos tan lejanos. Como siempre, más información en el enlace.

La bestia de París y otros relatos de Marie-Luise Scherer, esta recopilación de relatos es variada y está escrita con mucho criterio. Fue olvidada en el momento de su lanzamiento, buen momento para recordarla.

La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Alexiévich, la última premio Nobel de literatura nos garantiza puntos de vista distintos y la óptica de los olvidados; a estas alturas me atrevo a recomendarla vivamente y este ensayo es una forma genial de descubrirla.

Black water de Joyce Carol Oates, una nouvelle que utilizó la norteamericana para narrar unos hechos reales desde un punto de vista muy distinto. En este caso de la víctima, la mujer que acompañaba al senador.

Ejercicios para el endurecimiento del espíritu de Gabriella Wiener, uno llega a lo que llega, si quiero reseñar otras obras esta es demasiado para este mes. El siguiente mes tengo previsto otro libro de ella. Espero dedicarle un tiempo. De todos modos, el poemario está muy bien y os dejo una muestra:

 

“tuve un novio que quería matarme

 

durante el día boxeábamos

por la noche nadie curaba las heridas

 

el viernes santo escapé

llegué hasta la plaza de armas

las mujeres llevaban hojas de palma en las

manos

compré una pensando si acaso servirían

para desinfectar el alma

el olor a vísceras fritas se esparcía en el aire

el azufre del infierno

y una procesión subiendo el cerro san cristóbal

siguiendo remolonamente a cristo

el sujeto disfrazado de mecías

y su cruz descomunal”

 

Érase una vez de Margaret Atwood, uno de mis ºfallos habituales al comprar es no comprobar el contenido, craso error, ya que este libro es una edición anterior de Lumen que incluía la mayoría de cuentos que salieron en Chicas Bailarinas que ya comenté por aquí y no me voy a detener más en ello. El comentario se aplica perfectamente a las estrategias utilizadas por Atwood en esta buena selección de cuentos. 

El viento que arrasa de Selva Almada, me he prometido que voy a leer autoras en habla castellana y aquí van llegando; también es cierto que, gustándome, no me ha convencido tanto. Tengo previsto otro libro suyo en un par de meses… y a ver si le puedo dedicar un poco más de espacio a su descripción de ambientes y personajes en la tradición de  la novela norteamericana sureña:

“Esto ocurrió hace casi diez años. Leni no recuerda con exactitud la cara de su madre. Sí que era una mujer alta delgada y elegante. Cuando se mira al espejo piensa que heredó su porte. Al principio creía que era solo una expresión de deseo, parecerse a ella. Pero ahora que es una mujer ha pescado más de una vez a su padre mirándola con una mezcla de fascinación y desprecio, como se mira a alguien que nos trae, al mismo tiempo, buenos y malos recuerdos.”

Pequeñas virtudes de Natalia Ginzburg, otra de esas autoras que inexplicablemente se habían quedado en mi pila de obras pendientes. Solucionado con esta primera muestra, me ha convencido hasta el punto de adquirir el resto de sus obras. Espero desarrollarlo más pero entra por la puerta grande, ya está entre mis favoritas.

Las efímeras de Pilar Adón, lástima, por las mismas razones no voy a poder hacer un comentario extenso (y lo merece) este relato claustrofóbico y tremendamente endogámico que plantea un microcosmos contenido que es un reflejo de la realidad con preocupaciones y disquisiciones de género desde su propia contención; espero dedicar este año otro libro a la autora; me parece ciertamente interesante:

“En un escenario plano, aislado y fácilmente inundable, donde parecían darse la mano la indiferencia y el retraimiento después de haber establecido sus corazas sobre sus habitantes. Porque, al fin y al cabo, de eso se trataba. Ésa era la esencia del orden creado en la Ruche, la comunidad en la que vivían las Oliver: salvar a las especies más frágiles sin permitir ataques externos. Sin factores tóxicos ni competidores por el espacio o el alimento, propiciando las condiciones  óptimas para que sus protegidos pudieran crecer y desarrollarse. Decidiendo qué especies sí y qué especies no. En qué número y en qué cantidad.

El ambiente, controlado e inofensivo. El sustrato, nutritivo. La estructura, perfecta.”

Middlemarch de George Eliot, típico libro que siempre retrasas en el tiempo por las típicas razones: prosa victoriana, número de páginas, etc… Imperdonable. Este libro es una verdadera delicia por mil y una razones que intentaré explicar en breve tiempo. Guardad un hueco, no os decepcionará.

Medio sol amarillo de Chimamanda Ngozi Adichie, tras tres libros de la nigeriana estoy convencido de que es una de las mejores voces actuales. No exagero si digo que veo como candidata al Nobel en 20 años si sigue de esta manera. Independientemente de los premios, trata muchísimos temas y lo hace muy bien. En sus obras se respira una especie de sensación de estar ante algo grande. 

Los peores años del castigo de Fleur Jaeggy, no estaba prevista en este mes… pero, a veces, tengo que improvisar por diferentes circunstancias, por ejemplo, lecturas de fin de semana; en fin de semana coger un libro grande y ponerse a leer es harto difícil, de ahí que escoja otro tipo de lecturas. Lo mejor de todo es que esta escritora (nacida en Suiza) de raíces italianas me ha proporcionado una buena lectura con esta descripción de los años de juventud de la protagonista en un internado femenino. De esta no haré reseña porque tengo previsto Proleterka en el próximo mes y ahí pienso desgranar el estilo y los temas utilizados por la autora. Aun así, esta novela es bastante recomendable para introducirse en su obra.

 

Los disidentes

Este pequeño apartado aparecerá (o no) en todos los resúmenes del año, e incluirá aquellos libros que se han salido del objetivo anual, este primer mes los afortunados son los siguientes:

Locke & Key Omnibus 1 de Joe Hill y Gabriel Rodríguez, ya comenté que alguno podía haber cada mes, no pude evitarlo, fue el regalo de SSMM los reyes magos de oriente y tengo que reconocer que llevaba tiempo desenado leerlo. Este ómnibus recoge los tres primeros arcos argumentales de la historia que gestó el hijo de Stephen King con los dibujos de Gabriel Rodríguez;  una vieja mansión de Nueva Inglaterra, la mansión de las llaves, donde cada llave origina una serie de acciones de diferente índole. La historia desborda por su imaginación y originalidad, con una mezcla de géneros, siendo el terror y lo policíaco lo predominante; el dibujo de Rodríguez es perfecto para una historia que a primera vista puede resultar sucia en sus trazos pero que, sin embargo, está muy bien hilvanada. Una verdadera maravilla del noveno arte.

Los Caza- Zombis de John Kloepfer, ejem, nunca sabe uno los designios que originan que lea un libro como este. En fin. La curiosidad mató al gato. Algún día explicaré la causa. 

Poema a tres voces de Minase. Renga de Shôchô, Shôhaku, Sôgi, ¿he dicho alguna vez lo que me encanta la colección de poesía de Sexto Piso? En este poema a tres voces se vuelven a sumar más motivos para esta predilección. Más información en el enlace, como siempre.

Solamente tres lecturas de las 16 resultantes están fuera del proyecto. No está nada mal. Lo mejor de todo es que al final he tenido doce mujeres distintas, y de ellas ocho, nada menos, son nuevas dentro de mi abanico de lecturas habitual. Todo un triunfo.

No quiero irme sin la tradicional foto de adquisiciones del mes de enero:

AdquisicionesEnero

De los que podéis ver en la foto ya os podéis figurar que algunos van a esperar hasta el año que viene por mi proyecto. El resto me gustarían que entraran todos este año. De hecho, tres de ellos han entrado en febrero: Los dos cómics y la poesía de Ana Rosetti. Los cuentos de Ozick necesitan más tiempo disponible, serán para más adelante; probablemente la de Stevenson caiga antes.

Un abrazo y ¡Buenas Lecturas!

Primer mes, primera selección. Una buena mezcla para Enero de 2016

“Nuevo año, nuevos retos y, sobre todo, mucha ilusión.”

Esa es la frase que definiría mi comienzo de año literario, mis expectativas son altas y pretendo hacer algo que no había hecho anteriormente, supondrá pasar de leer en un año 40 mujeres a terminar con más de 150! (si todo va bien, claro). El caso es que, para cumplirlo, me gustaría programar las lecturas del mes como ya dije para no salirme de los objetivos propuestos. Con esta premisa aquí tenéis la foto con la primera selección que ya estoy leyendo desde el día 1 de enero:

PrimerMes1

En cuanto a la elección de autoras, hay algunas que os esperabais seguro si me seguís con frecuencia. En efecto, no pueden faltar libros de mis queridas Margaret Atwood  y Joyce Carol Oates; de la primera he previsto Nada se acaba y Érase una vez, el primero es el último que han publicado en Lumen, el segundo es cortito, una recopilación de cuentos que tenía pendiente.

En cuanto a Oates, tengo tantos que quiero leer dos o tres por mes. Las elecciones son un poco arbitrarias pero me he lanzado con dos títulos en inglés (Expensive People y Dark Water) que me vienen bien para coger aire en el idioma, el tercer título es tan raro que no estaba ni en Good Reads y ya os puedo adelantar que es fantástico: Solsticio.

MiddlemarchPor fin, este mes he programado la obra más importante de la escritora británica George Eliot, un clásico indiscutible que, por cuestiones que no vienen al caso, todavía no había leído. En efecto, aunque no se vea en la foto, sabéis que estoy hablando de Middlemarch. Sin duda va a ser la lectura prolongada del mes por su gran extensión; y volveré a desarrollar bíceps, la edición de Alba pesa lo suyo. Lo compaginaré, si es posible, con su Silas Marner, esta vez en la lengua original. Puede resultar una experiencia muy interesante.

Debate (también Acantilado, pero menos) se ha puesto las pilas para traernos obras de la reciente premio Nobel de literatura, Svetlana Alexiévich, y no puedo estar más contento, ya estoy inmerso en La guerra no tiene rostro de mujer y me atrevo a recomendarlo encarecidamente, ya hablaré más sobre él por aquí.

Este mes voy a recuperar a mi escritora nigeriana favorita, Chimamanda, un valor seguro, me gusta todo lo que escribe, y resulta que tengo dos o tres obras antiguas suyas sin leer. La de este mes es Medio sol amarillo, pero van a llegar otras a lo largo del año.

No quería que me faltara este mes una selección de escritoras en lengua hispana y para ello he escogido tres autoras: Gabriella Wiener, Selva Almada y Pilar Adón. He llegado a ellas por diversas recomendaciones fiables, van a ser un total descubrimiento, ya que no he leído nada de sus carreras. Cercana a ellas, en el carácter mediterráneo, estará la italiana Natalia Ginzburg, otra de esas escritoras que por una razón u otra no había comenzado hasta este año, espero mucho de la lectura de Las pequeñas virtudes.

LaniñaoropuroGracias a Sexto Piso y su fondo editorial, van a venir otras dos autoras de gran nivel: por un lado la alemana Marie-Luise Scherer y sus relatos ambientados en París; por el otro, llega de nuevo a España un libro de la hermana de A.S. Byatt, Margaret Drabble, una gran autora que no ha tenido demasiada suerte por aquí, veremos lo que nos ofrece La niña de oro puro.

No sé cómo no me había atrevido antes, pero uno de esos libros legendarios por su dificultad, El bosque de la noche, de la norteamericana Djuna Barnes, tiene su cabida en este mes. Si a este le sumamos el ancestral El libro de la almohada, de Sei Shonagon,  una adquisición tardía que no entró en la foto que os he puesto, la selección alcanza un grado de exotismo muy interesante.

Para terminar este mes, no he querido olvidar un poco de novela policíaca (menos de la que me habría gustado, espero solucionarlo en próximas entregas), con dos novelas muy diferentes entre sí, tanto la contemporánea Fred Vargas con la última entrega de su comisario Adamsberg  como un clásico protodetectivesco de la mano de Anna Katherine Green gracias a la editorial dÉpoca (El misterio de Grammercy Park).

Es un comienzo, si se cumple, espero que así lo sea, supone un buen espaldarazo al proyecto y coger la dinámica necesaria para los próximos meses.

Un abrazo y ¡Buenas Lecturas!