21 propuestas literarias para recibir el otoño

La lista de finales de año, la que confecciono para extraer lo mejor de la (inserte esa palabra que utiliza todo el mundo), es, normalmente, la lista más incómoda para mí. Esta incomodidad viene dada porque me gusta leer todos los libros que comento pero, en este caso, tendría que esperar hasta noviembre para publicarla y ya no le sería útil a nadie. De ahí que sacrifique mi habitual disposición para jugar con la especulación sobre cuáles pueden ser los más interesantes. Además, tengo la impresión (totalmente subjetiva) de que este año viene un poco más floja y me cuesta encontrar títulos que quiera leer seguro.

Teniendo en cuenta estas circunstancias y que, además, no me gusta hacer listas inmensas ahora, allá va la selección de este año, ojalá os cuadre alguna de las veintiuna propuestas, lo que está claro es que he cogido lo que seguro me apetece leer:

Se buscan mujeres sensatas de Sarah Gailey (Crononauta), estoy muy satisfecho de haber comprado por adelantado todo lo que saca Crononauta, es la mejor manera de que, además llegué con un poquito de antelación con respecto a la venta y siempre me fío de su criterio a lo hora de escoger títulos. Buena muestra de ello es de nuevo este título de Sarah Gailey, une autore que plantea un western distinto: el de unas bibliotecarias queer que, en realidad, son espías que luchan contra el orden establecido. Con ese punto de partida es imposible resistirse, hay aventura, hay disparos y persecuciones y no falta una caracterización de las protagonistas. Un libro que se lee en un santiamén y que te deja el corazón “calentito”, diversión garantizada. Traducción: Carla Bataller Estruch


El legado de Maude Donegal/El hijo superviviente de Joyce Carol Oates (Siruela), siempre es una buena noticia que otra editorial se lance a publicar a la prolífica escritora estadounidense, una de mis escritoras favoritas y que sabe como nadie transitar entre los géneros sin apenas distinción. Lo que me vuelve loco es la forma en que han decidido hacerlo. Me costó un montón encontrar los títulos y es debido a que están incluidos en la recopilación Cardiff, by the sea, formada por cuatro “novellas”. Curiosa situación que espero que sirva para que luego publiquen un segundo título de la autora con las dos restantes. Hasta entonces, a disfrutar con la grandísima Joyce Carol Oates. Traducción: Susana de la Higuera Glynne-Jones



Wagnerismo de Alex Ross (Seix Barral), conocí a Alex Ross (y me imagino que la mayoría de sus lectores empezó igual) gracias al fabuloso ensayo sobre la música del siglo XX: El ruido eterno. Un libro en el que desgranaba a la perfección su evolución y la conectaba con los fenómenos sociales que sucedían al mismo tiempo. De ahí que esperase con verdadera pasión su ensayo sobre Wagner, uno de los mejores músicos de la historia y el mejor compositor operístico junto con Verdi. El libro promete mucho debido a la influencia del músico en la sociedad y música posteriores, desgranarlo parece toda una entelequia; a lo mejor las casi mil páginas de Ross nos ayudan a dilucidar todas sus perspectivas. Traducción: Luis Gago




Oreo de Fran Ross (Pálido fuego), tremendamente contento de que, por fin, una de mis editoriales favoritas se decida a publicar una escritora. Por lo menos, tengo que reconocer que este Oreo me interesa bastante. Y me imagino que su traductor habrá tenido bastante trabajo para reflejar el inglés con giros regionales y una mezcla de términos yiddish en esta epopeya en la que su protagonista busca a su padre judío desaparecido. Muchísimas ganas de tenerlo en mis manos para comprobar el resultado. Traducción: José Luís Amores

Bullshit: Contra la charlatanería de Carl T. Bergstrom y Jevin D. West (Capitán Swing), en un mundo globalizado como el que vivimos ahora mismo todo se está desdibujando hasta tal punto que cada vez es más difícil distinguir una noticia real de una falsa sobre todo por la manipulación en la forma de presentar los datos. Este libro me interesa especialmente porque sus autores buscan poder distinguir la desinformación y así poder combatir contra ella. Es curioso pero, debido a mi trabajo, el big data está muy presente en mi día a día y es una razón de peso para que tenga más ganas de leer lo que nos cuentan.  Traducción: Victoria Pradilla Canet


Los galgos, los galgos de Sara Gallardo (Malas Tierras), vaya trabajo más curioso en la sombra el que están realizando en la editorial Malas Tierras, con una elección de catálogo muy personal (tanto en lo anglosajón como en otras latitudes) y tratando de recuperar autores y autoras que se han quedado en un limbo literario desconocido. Tal es el caso de la escritora argentina Sara Gallardo, gran sorpresa gracias al fantástico Enero y que se ve refrendado ahora con la que ellos mismos dicen que es su novela más madura en una edición increíble en tapa dura y con un precio muy ajustado.

Un lugar desconocido de Seicho Matsumoto (Libros del Asteroide), el que avisa no es traidor, este libro sale en noviembre, es uno de los motivos por los que esta lista se estira demasiado en el tiempo; de todos modos vale la pena esperar y guardar un hueco de nuestra cartera para adquirirlo ya que es un autor estupendo, recuerdo que lo reseñé en esta mismo blog con su novela El Expreso de Tokio en la que nos presentaba un misterio en la misma tradición del Detection Club pero con las particularidades niponas. La trama de este libro promete y seguro que, en sus manos, estuvo más que bien desarrollada. Traducción: Marina Bornas

Los alcatraces de Anne Hébert (Impedimenta), siempre echo un vistazo a Impedimenta e intento coger algo distinto cada vez, afortunadamente varios de sus autores y autoras ya tienen un público lector así que me gusta arriesgar por alguna propuesta diferente; me ha convencido en esta ocasión probar con la quebequesa Anne Hébert y esta historia de dos mujeres que desaparecen en los años treinta, sobre todo porque el libro promete una indagación de una comunidad anquilosada en la tradición y el culto religioso y cómo los excesos pueden desencadenar tragedias. Traducción: Luisa Lucuix Venegas

Piranesi de Susanna Clarke (Salamandra), dieciséis años ha tardado la británica Susanna Clarke en volver a sacar una novela tras el éxito que supuso Jonathan Strange y el señor Norrell; no es un tema que me preocupe demasiado, estoy más interesado en el resultado y Piranesi es sencillamente, maravilloso. Una novela en la que la autora va desgranando de manera muy sutil sus misterios y que utiliza la fantasía para reflexionar sobre la soledad o, por qué no, la salud mental. Puede interpretarse como una fábula pero, independientemente de ello, la novela es deliciosa por su lirismo sin ser empalagosa. Traducción: Antonio Padilla Esteban

Historia de Shuggie Bain de Douglas Stuart (Sexto Pîso), este tipo de novela suele ser muy golosa y llamar la atención del público lector, a pesar de su ligeramente mayor extensión de lo habitual; y lo es sobre todo porque trata una historia de superación y valentía sin dejar de lado la compasión por los personajes. La historia de una familia escocesa hundida en la pobreza y su resistencia a quedar sepultada en su destino, y todo ello encarnado en el hijo menor, Shuggie Bain, que compone un relato de iniciación de esos que dejan sin aliento. Traducción: Francisco González López

Chicas en tiempos suspendidos de Tamara Kamenszain (Eterna Cadencia), la inclasificable y subyugadora Tamara Kamenszain vuelve con otra de esas propuestas que la hacen única; en esta ocasión con un libro cortito donde transita indistinguiblemente de la poesía al ensayo y viceversa, todo ello sin olvidar que la literatura que conmueve siempre se queda grabada en el lector. Deseando disfrutar de ella. ¡Qué autora más inabarcable y desafiante!

Cuarteto de Otoño de Barbara Pym (Gatopardo), qué curioso es repasar la historia a posteriori, cómo cambia la perspectiva de la obra de un escritor o una escritora; sobre todo con esta novela y la propia autora, Barbara Pym, que tenía difícil encontrar un editor para publicarla y sólo pudo hacerlo tras el apoyo de escritores como Philip Larkin, y gracias a ello pudo ver la luz quizá una de sus mejores obras. En boca de Edwin (uno de sus protagonistas) se trata de una novela en la que se relata la vida de “Cuatro personas a punto de jubilarse, todos vivimos solos y sin ningún familiar cerca: sí, eso es lo que somos.” Pocas novelas reflejan tan bien la cotidianidad de la senectud, con toda la crudeza de lo que significa hacerse mayor en soledad y darse cuenta que no sabes qué hacer con tu vida. Desoladora, un poco, pero hay una pequeña luz al final del túnel. Traducción: Irene Oliva Luque

Agua Dulce de Akwaeke Emezi (Consonni), echar un vistazo al catálogo de Consonni es abogar por el riesgo y los desafíos, por buscar otras miradas y perspectivas a las establecidas y, sobre todo, de esta manera, descubrir nuevos autores y autoras. Le autore Akwaeke Emezi ilustra a la perfección lo que comentaba, su ópera prima Agua Dulce propone la muy difícil tarea de vivir desde un yo fracturado. La experiencia vital de la niña nigeriana Ada abrirá nuevas formas de entender y percibir la realidad. Todo un reto. Traducción: Arrate Hidalgo


Heatherley de Flora Thompson (Hoja de Lata), nueva entrega de la escritora inglesa y secuela posterior a la publicación de la Trilogía de Candleford en la que la autora vuelve a utilizar a su personaje principal, Laura, para narrar sus propias experiencias vitales cuando llegó a Grayshott donde Flora se estableción en 1898 como encargada de la oficina de correos. Otra nueva oportunidad para disfrutar de su descripción del entorno natural y sus gentes, una maestra a la hora de describir la sociedad de la Inglaterra rural victoriana. Traducción: Pablo González-Nuevo

Esto no es para vosotros y otras historias de Gemma Files (Biblioteca de Carfax), sinceramente, qué gran noticia la vuelta de Gemma Files, su Experimental Film fue excepcional, y los siete relatos cuidadosamente escogidos para esta antología son dinamita pura. En el prólogo la autora comenta “El mundo está lleno de un dolor que procede de nuestras heridas, de una ira que procede de nuestro miedo y de un millón de otras cosas destructivas a las que no queda más remedio que enfrentarse de cara, con bondad, tanto hacia los que amamos como hacia nosotros mismos”, no se me ocurre mejor forma ahora mismo de definir lo que genera el horror. Traducción: Pilar Ramírez Tello

El ingrediente secreto de Emoni Santiago de Elizabeth Acevedo (Puck), la creadora del estupendo PoetX, Elizabeth Acevedo, tiene muchísimo talento y sus libros se leen con verdadero deleite; en este caso, mucho más, como comenta la protagonista, Emoni: “Mi tía Sarah dice que lo llevamos en la sangre: una necesidad innata de contar una historia a través de la comida.” Como si de Laura Esquivel se tratara, la escritora dominicana no duda en utilizar el arte culinario como columna estructural de una historia que se convierte en una novela de iniciación de una protagonista que tiene que madurar más rápido de lo que debería debido a circunstancias dificultosas. Es uno de esos libros que deja el corazón “caliente” y eso siempre es bienvenido. Traducción: Silvina Poch

Los sonámbulos de Chuck Wendig (Roca Editorial), una pandemia, nada menos, parece mentir que a estas alturas me pueda interesar algo tan cercano. Sin embargo, la novela de Wendig  tiene los suficientes elementos para resultar más que interesante gracias a un autor que, por ahora, no ha tenido tanta suerte por aquí. Y claro, no me resisto a poner otro título de terror. Soy débil. Traducción: David Tejera Expósito

Mía es la Venganza de Maria Ndiaye (Gatopardo), me gustan las propuestas de Gatopardo, sobre todo porque alternan entre lo clásico y lo contemporáneo, alternan estilos y traen autores y autoras de otras latitudes, así tenemos el caso de Maria Ndiaye, escritora de madre francesa y padre senegalés, con veinte novelas a sus espaldas y de la que vamos a poder degustar un thriller psicológico con tres mujeres en el punto de mira desde diferentes ámbitos, son razones de sobra para que se venga a casa. Traducción: Palmira Feixas

Así se pierde la guerra del tiempo de Amar El-Mohtar y Max Gladstone (Insólita), Roja y Azul son los nombres de los protagonistas de este singular libro en el que se nos relata una guerra que se extiende más allá de los confines del espacio y el tiempo y cómo ellos inician una correspondencia privada, una correspondencia que se irá transformando en un peligroso desafío según busquen que su facción gane la guerra. Sinceramente, esta sinopsis me llama tanto la atención que no me puedo resistir. Lo necesito. Traducción: Christian Rodríguez


No entres en el bosque de Stephanie Perkins (La Galera), utilizar el thriller juvenil para desarrollar un slasher en un pequeño pueblo era algo que no esperaba a priori de su anterior y estupendo libro, sobre todo porque el resultado fue muy muy entretenido. De ahí que, viendo que el siguiente se desarrolla en una acampada (toma referencia a unos cuantos slasher  clásicos y actuales) tenga clarísimo que voy a ir a por él otra vez..  Traducción: Ángeles Leiva

Harrow la novena de Tamsyn Muir (Nova), no me gusta engañar a nadie, Gideon la Novena lo tengo pendiente, se me acumulan los libros y no he buscado el tiempo para ponerme con él. Aún así, me encanta el concepto de la historia que plantea Tamsyn Muir y me voy a hacer seguro con la segunda parte para leer los dos seguidos. Es el momento. Traducción: David Tejera Expósito


Y con esto llego al final, veintiuna novedades entre las que seguro que encontráis una buena opción de lectura. Variedad no falta, en temáticas, en escritores/as, en estilos, en países… y, sobre todo, destinadas a que paséis un buen rato.  ¡A disfrutar!

Resumen Lecturas Junio 2017. Antesala veraniega y feliz verano

Lo mejor de llegar a junio es que, en el horizonte, asoman las vacaciones de verano y eso supone dedicar un tiempo valiosísimo a la lectura. Mientras llega ese momento, aquí tenéis mi resumen de junio:

El hombre de negro de Stephen King, uno de los relatos más conocidos (y premiados) del maestro del terror (aunque no es el mejor) se reedita ahora por Nórdica con una gran edición ilustrada con los dibujos de Ana Juan y se acompaña del cuento original de Hawthorne (estupendo) al que homenajeaba King; el resultado final es fantástico, una lectura cortita e intensa. 

Cuadernos de escritoras: El sueño de Sultana de Rokeya Sakhawat Hossain, maravillosa iniciativa la de Palabrero con esta original propuesta: sacar cuadernos con cuento inicial que se aprovecha para visibilizar una escritora que no haya sido conocida. En este caso, siendo el primero, la elegida es una autora india nacida en el siglo XIX, una fábula muy interesante con el objetivo de dar a conocer la situación social de la mujer de la época. 

Desastre & Total 4. Mundo de zumbados de Stephan Pastis, a estas alturas, y viendo el calvario que está sufriendo RBA ya no esperaba ningún número más de esta serie y… mira, ¡vaya sorpresa! Pastis es divertidísimo, la agencia de detectives de Timmy Desastre y el oso Total es simple en apariencia pero juega con cada palabra y con cada dibujo para reflejar ironías y sátiras mucho más allá de su público objetivo. Es un libro que pueden disfrutar tanto jóvenes (a un nivel) como adultos  (a otros niveles), lo que sí es necesario es leerlo sin complejos. 

Ciudad tumba de Albert Kadmon, la influencia de Lovecraft es una sombra muy alargada; no son pocos los autores que, inspirados por su mitología primigenia, crean nuevas historias actuales con la indudable presencia del autor en sus páginas; tal es el caso de Albert Kadmon en este primer título de terror de la colección que ha sacado la editorial Cerberus; buena propuesta en cuanto a precio que, además recuerda el formato de los antiguos bolsilibros; lástima que según la estaba leyendo me recordara tanto a Daniel Ausente y su Mataré a vuestros muertos, un Lovecraft quinqui muy bien perpetrado y que, desgraciadamente es bastante superior a esta otra muestra. Las dos líneas temporales están deslavazadas y todo es muy confuso en cuanto a trama y caracterización de los personajes, encima hay varios fallos en construcciones gramaticales y no está bien editado. En fin, entretiene lo justo. Priman los fallos sobre los aciertos. 

Ms Marvel vol. 5: Civil War II de Willow G. Wilson y Adrian Alphona, después del quinto volumen de la colección, tengo que reconocer que sigue en plena forma; el cruce con el típico mega evento de la factoría se utiliza en esta ocasión con muchísima inteligencia para evolucionar aún más emocionalmente al personaje en varios aspectos: desde su implicación como superheroína hasta su relación con sus amigos y su historia personal pasando por la definitiva separación con respecto a la que había sido su modelo. Parece mentira que cuenten y ocurran tantas cosas en tiempos de “decompressive storytelling”. Es un trabajo excepcional. 

La zona muerta de Stephen King, siguiente número de la Kingpedia, ese  proyecto en el que profundizamos en la obra del maestro desde sus orígenes. Más información sobre ella en breve en Canino. 

No, Mamá, no de Verity Bargate, más de uno saldrá impactado por esta historia, tremenda en su premisa inicial y que tiene un giro en su último acto tan impredecible como perverso. Habla sobre mujeres, sobre maternidad, sobre la instauración estructural de una serie de costumbres que se tienen que seguir pero también habla de sororidad y, sinceramente, vale la pena acercarse a él. 

Trece cuentos (1931-1963) de Luisa Carnés, qué trabajo más maravilloso de Hoja de lata por recuperar la obra de una de las grandes olvidadas del siglo XX; en esta ocasión se trata de una recopilación de trece cuentos que resultan aún más variados en temáticas que en su novela; la escritora estaba comprometida con todas las situaciones difíciles y es evidente que no le pasaban de largo, empezando por sus feminismo/sindicalismo y acabando con el racismo. Sorprende aún más que haya algún momento cómico pero, sobre todo, denota su capacidad creativa. 

La chica de Kyushu de Seicho Matsumoto, llevados por el gran acierto que supuso El expreso de Tokyo, en libros del Asteroide intentan solucionar el trimestre, escaso de novedades interesantes, con otra novela del escritor que consiguió llevar a convertir la minuciosidad en su sello de identidad. La novela es interesante nuevamente aunque no llega a la calidad que atesoraba la anterior. 

En busca de New Babylon de Dominique Scali, no dudé demasiado al incluir en la lista de libros para el verano de Canino está novela de vaqueros escrita por una mujer por varias razones: mantiene el regusto del western clásico sin ser demasiado de “machotes” y, sobre todo, porque revitaliza la estructura, alternando varias voces y puntos de vista de manera bastante ingeniosa. El resultado es muy interesante. 

Lamu vol. 11 de Rumiko Takahashi, sigo mi aventura con ella. Se va terminando, eso me da bastante pena.

Magneto Vol 1: Infamous de Cullen Bunn, ni idea de por qué he llegado yo a este cómic, tan prescindible que, claramente, no seguiré.

Clorofilia de Cristina Jurado, tenía ganas de probar a alguna de las autoras que está editando Cerbero en su colección de ciencia ficción y la primera elegida fue Cristina Jurado con está novelita muy original, bastante retadora por la historia que cuenta, una nueva forma de evolución de la especie humana ante un futuro apocalíptico. Tiene un mensaje ecológico, pero más allá de esto, vale la pena leerla por lo bien que la autora va planteando su narración. 

36 de Nieves Delgado, me encanta cómo la autora utiliza la excusa de la creación de nuevos tipos de inteligencias artificiales para afrontar cuestiones sobre identidad sexual, aprovechando de esta manera para subvertir tropos ya establecidos de manera estructural. Me parece muy ingeniosa la forma de plantear la interacción de las redes sociales, en anillos como si del infierno de Dante se tratara. Tengo que reconocer que compro lo que nos venden en Cerbero, tres libros después suscribo que son libros muy entretenidos y con un precio imbatible. 

Lamu vol. 12 de Rumiko Takahashi, os he contado lo… bla bla bla…. Sí, mantiene el nivel.

La cámara diabólica de Ernest William Hornung, otra propuesta interesante de Defausta traer al creador de Raffles en una historia de corte más detectivesco aderezada con elementos de terror. A pesar de su irregular desarrollo, vale la pena acercarse a ella, más en este tiempo veraniego, parece que lo está pidiendo. Diversión garantizada.

Papeles falsos de Valeria Luiselli, el primer libro que escribió la mexicana es una pequeña gran maravilla, corto en extensión, magnífico en cuanto a las posibilidades que ofrece en tan pocas palabras; son ensayos de todo tipo, de diferentes temas, pero, todos ellos sirven para replantearnos la realidad en la que vivimos. Es el tipo de libro que, en cada relectura, ofrecerá algo distinto a su lector. Fantástico. 

El enigma del pájaro azul  de Nii Ayikwei Parkes, es genial encontrar una propuesta tan divertida como esta; una novela policíaca ambientada en Ghana que aprovecha todo lo autóctono y lo mezcla de manera muy curiosa con la investigación del forense protagonista; lo mítico/tribal y la magia unidos a la más pura investigación del CSI, y todo al final parece una broma  (o no), mejor que lo leáis para saberlo.

El diario de la dama Izumi de Izumi Shibiku, fantástica edición de Satori para otra obra recuperada del siglo XI japonés; la escritora lleva el lirismo al extremo, siempre me ha parecido encantador que se hablaran entre ellos mediante poemas. Otra buena forma de conocer la cultura y las costumbres de una época y lugar tan lejanos.

Enterrado por placer de Edmund Crispin, siempre es un “placer” encontrarse con Crispin y su maravilloso y erudito detective/profesor de literatura de Oxford Gervase Fen. Esta vez es la política el hilo conductor que le sirve para soltar ironías a diestro y siniestro mientras se produce un asesinato y Gervase lo resuelve. Bien acabado aunque no esté al nivel de otras muestras excelentes.

Os pongo a continuación las últimas adquisiciones, las de Julio. Buena cosecha, dirían algunos.

Y este post me sirve para irme de vacaciones. Julio y Agosto suelen ser meses de descanso y de cargar pilas (manida expresión donde las haya). Volveré con un post de resumen de todas las lecturas de julio y agosto y luego espero avanzar en otros temas pendientes.

Pasad un gran verano y ¡Buenas lecturas!

Resumen Octubre 2014. Un mes “negro”

Sabéis que siempre tardo en poner resumen del mes. Entre otras cosas porque me gusta que hayan aparecido las reseñas del mes en cuestión antes; ha sido un mes difícil, con un ritmo menor de lecturas, debido precisamente a la lectura de una de esas lecturas “grandes” por calidad, número de páginas y tamaño. Es el caso de la obra “¿Por qué manda el occidente… por ahora?” de Ian Morris. Del que veréis reseña próximamente, ya que se extendió su lectura y lo terminé en  noviembre. Del resto de lecturas, sin lugar a dudas me centré temáticamente en la novela negra y policíaca como habéis ido observando en las reseñas mensuales.

Pasemos entonces a la ristra de lecturas, quince, a pesar de Morris:

“Hacer el bien” de Matt Sumell, tercer libro de la nueva colección “El cuarto de las maravillas” de Turner. Un pseudo-Palahniuk que ofrece una lectura más que entretenida con un poco de barrabasadas y situaciones que rozan lo transgresor polémico.

“Cartas sobre Luis II de Baviera y Bayreuth” de Richard Wagner, Fórcola nos trajo uno de esos libros que sacan a relucir una faceta del compositor que no conocíamos: epistológrafo. Sirven para entender además el contexto histórico y saber de primera mano el mecenazgo que vivió.

“El expreso de Tokio” de Seicho Matsumoto, una verdadera delicia detectivesca que nos trae una trama que funciona “al segundo” por su precisión.

“La sangre de los King” de Jim Thompson, no es lo mejor de Thompson, para nada. Estamos hablando de una obra del crepúsculo creativo del autor. Pero, claro, es una novela de Thompson.

“Wild Boy” de Rob Lloyd Jones, aproximación “freak” al mito de Sherlock Holmes, el protagonista, nuestro peludo “chico salvaje” hará las delicias del público juvenil, y del adulto. Buena nueva de presentación.

“Candentes Cenizas” de Erwin Schrödinger, un texto de esos curiosos y lleno de calidad, el físico y sus contradicciones. Poesía en estado puro.

“Niveles de Vida” de Julian Barnes, ya me extendí en su reseña. Baste decir que me encanta encontrar cualquier libro del británico. Es pequeña pero muy bella.

“Al borde del camino” de Seumas O’Kelly, recopilación de cuentos del irlandés que dejan tan buen sabor de boca que piden relectura próxima. Mezcla de costumbrismo y mito.

“El Leopardo” de Jo Nesbo, prefería al Nesbo de antes, aunque siempre ofrece un divertimento de calidad; en la reseña podéis ver las razones.

“Días de guardar” de Carlos Pérez Merinero, nuestro Jim Thompson patrio en una novela donde el punto de vista del criminal asusta y divierte por igual.

“Galveston” de Nic Pizzolato, el primero número de Salamandra Black ha sido un bombazo comercial que viene de la mano de su escritor, el creador de la famosa True Detective; lo que en la serie quedaba oculto tras la producción y dirección artística queda desnuda a la hora de escribir; un escritor mediocre, con “ecos” de todo según sus fervientes seguidores y que no hace más que mostrar sus vergüenzas en cada palabra: incoherencias, falta de cohesión, estilo inexistente, trama previsible…; una de las peores novelas negras de que he leído últimamente, una decepción que hace que se me ponga la mosca detrás de la oreja con lo que tiene que ofrecernos este nuevo sello.

“Laidlaw” de William McIlvaney, fantástica novela del escritor escocés con uno de esos detectives que tiene una personalidad única.

“Caminando entre tumbas” de Lawrence Block, por fin una novela más de Scudder, a ver cuánto tiempo tendremos que esperar para tener otra por aquí.

“Los perseguidos” de C.S. Forester, atípica novela policíaca con un punto de vista bastante arriesgado para la época en que fue escrita. Un tour de force más que una novela negra.

“This is Water” de David Foster Wallace, el famoso (y paradójico) discurso del norteamericano que complementa lo poco que queda por publicar de su intensa obra.

Y ya estamos en pleno noviembre, las compras del mes anterior, a pesar de que no se distinguen muy bien, fueron copiosas.

ComprasÚltimas2

En medio del mes lo que está claro es que  Gaddis va a ser la lectura central, “Los reconocimientos”, su primera y fabulosa obra está jerarquizando el resto del mes. No sé qué vendrá después. Es difícil saberlo, el vendaval Gaddis tiene efectos secundarios y duraderos.

Lo que sí he pensado es en preparar una especie de  novelas que me voy a leer en el siguiente mes. Este mes imposible claro, Pero en el siguiente, sí tocará y pondré foto. Entre otras cosas porque la buena marcha del año que viene dependerá muy mucho de ser previsor y un poco programático. Si no, mi proyecto no hay manera de avanzarlo.

Y eso es todo por ahora. ¡Buenas lecturas!

“El expreso de Tokio” de Seicho Matsumoto. Precisión nipona

ExpresoTokioSi tenemos libros como este publicado es gracias a que hay editoriales independientes como Libros del Asteroide. Otro día vendré con alguno de los libros de novela policíaca que nos trae Quaterni, otra de esas editoriales pequeñas que están buscando obras de autores japoneses que nos parecían impensables hace un tiempo.

Pero hoy es el turno de de Seicho Matsumoto, escritor japonés que publicó “El expreso de Tokio” por entregas en 1958 como bien nos dice la bio de la editorial:

“Seicho Matsumoto (1909-1992) fue un prolífico escritor japonés que comenzó a publicar cuando ya tenía más de cuarenta años, pero su carrera literaria no despegó hasta su segundo libro, cuando recibió el premio Akutagawa por Historia del diario de Kokura (Aru Kokura-nikki den). El expreso de Tokio se publicó por entregas en una revista en 1958 y obtuvo un éxito inmediato, su reedición en forma de libro lo convirtió en uno de los mayores best sellers de la posguerra japonesa.”

La novela tiene un comienzo bastante atípico, dos apuntes bastan y son necesarios para luego entender los derroteros por los que va la novela, en primer lugar una referencia velada a un escándalo de corrupción:

“En otoño del año anterior, en ese ministerio había estallado un escándalo de corrupción en el que decía que había varios proveedores implicados. La prensa destacaba que por el momento solo afectaba a los cargos inferiores, pero que en primavera empezaría a salpicar las altas esferas.”

En segundo lugar la inofensiva presentación de Tatsuo Yasuda y su relación con las camareras del bar Koyuki:

“Tatsuo Yasuda era un hombre de unos cuarenta años. Tenía la frente ancha y la nariz perfilada. Su tono de piel era más bien oscuro y tenía la mirada bondadosa y las cejas pobladas pero bien definidas. Era todo un hombre de negocios y su carácter era franco y abierto. Era muy popular entre las camareras del Koyuki. Aun así, nunca intentaba aprovecharse de ellas y las trataba a todas con la misma amabilidad.”

Después de esta escena inicial en la que no hay que perder detalle de lo que va sucediendo, abruptamente, en el siguiente episodio nos encontramos con un aparente doble suicidio:

“Pero nunca había visto lo que descubrieron ese día sus ojos clavados en el suelo. Sobre la oscura superficie de una roca destacaban dos cuerpos, un inoportuno obstáculo en mitad de aquel paisaje que le resultaba tan familiar. Estaban inmóviles, tumbados bajo la pálida luz de la mañana. El sol aún no había salido. El viento frío azotaba su ropa, lo único que se movía demás de su pelo. Los zapatos negros y los calcetines blancos también estaban inmóviles.”

No estoy desvelando parte de la trama, desde el principio el autor japonés deja claro la potencialidad de algo “por suceder”, y ese evento se nos presenta de una manera que puede ser malentendida y tomada por algo más sencillo de lo que es; nada más lejos de la realidad, a partir de dicho momento los detalles más pequeños conformarán una trama milimétrica, una novela de detectives en su sentido más cerrado, donde nos encontramos una habitación cerrada  estándar con el tiempo como protagonista. El memorable capítulo “Un intervalo de cuatro minutos” nos pone en perspectiva y nos alerta sobre lo que está sucediendo; el investigador tendrá que hacer una labor dificultosa, abstraer cual Sherlock Holmes, los posibles movimientos que pudo llevar el asesino, un cúmulo de casualidades que parecen no cuadrar hasta que se estudian con minuciosidad.

La manida metáfora del reloj y su precisión se aplica a la perfección a esta trama policíaca que recuerda a aquellas que elaboraban en el genial “Detection Club”; la base de la solución serán las sospechas de un detective que no confió en lo que aparentemente era lo más evidente:

“Todavía recuerdo lo que me dijo usted en su última carta: “Todos somos víctimas de prejuicios inconscientes y dejamos escapar los detalles más obvios. Es peligroso. De vez en cuando, los prejuicios ofuscan el sentido común y es necesario revisar e investigar una vez más aquello que se daba por sentado.” Tenía usted toda la razón. Un hombre y una mujer mueren juntos. Para una mente ofuscada por los prejuicios, se trata de un doble suicidio. La verdad es que fuimos víctimas de una ilusión. Nuestro enemigo se aprovechó del sentido común crónico de los humanos, que nos hace dar por sentadas ciertas cosas que parecen evidentes.”

Estupenda novela con el mejor sabor de la “mistery novel” más clásica; pero esta vez nos llega desde Oriente, bienvenida sea.

Los textos provienen de la traducción de Marina Bornas de “El expreso de Tokio” de Seicho Matsumoto para Libros del Asteroide.