2018_09_14: Otros recuerdos, comienzo “Prestigio”

El verano se acabó, pero sigo teniendo grandes recuerdos gracias a mis lecturas. Hoy voy a destacar otro par de ellas que me impactaron y de las que no había comentado nada todavía.

La primera es Hajira del gran Francisco Serrano, autor al que conocí a raíz de leer Perros del desierto y que con esta pequeña novella vuelve a confirmar un talento innato para crear historias. En este caso se trata de una dixtopía en la que el clima (tan de actualidad) forma parte de la trama de manera indisoluble, no falta la acción, una protagonista fabulosa y un cierto aire a western inevitable pero, al mismo tiempo, encantador. La verdadera lástima es que la historia se acaba en menos de cien páginas y se te hace excesivamente corta. Habrá que releerla de nuevo.

El segundo libro que quería mencionar, y que llegó casi finalizando el verano, fue Las largas sombras de Elia Barceló, libro que no tiene nada que ver con la ciencia ficción y que, sin embargo, se ha convertido en una de mis novelas favoritas de este año. En este caso, tenemos una historia que, a primera vista, tiene una premisa bastante típica, historia en dos tiempos, los protagonistas tienen una historia que ocultar, etc… sin embargo, en este caso el “cómo” es un ejemplo de oficio impresionante, no importa tanto la trama policíaca (que por cierto está maravillosamente trazada, con un buen giro final que te pilla bastante de sorpresa pero del que va dejando las pistas necesarias) sino la impresionante caracterización de las protagonistas, de sus relaciones pasadas y presentes y la evolución que ha habido en el camino; según la leía me venía a la cabeza la palabra sororidad, no se me ocurre mejor novela de las últimas que he leído que lo refleje mejor que Barceló en este policíaco. Una pena que no lo leyera antes de confeccionar la lista de verano de Canino, debería haber estado.

Hubo otras muchas lecturas satisfactorias…. Lo último de Semple me gustó bastante y me hizo reír, lo mismo puede decirse de la ingeniosa La torre, esta sí que tiene una premisa inicial rompedora (y divertida).  De todos modos no quiero liarme ya con ellas. Toca volver al presente.

Si hay algo en lo que estoy inmerso actualmente es en la selección de la lista de canino para este otoño. Tengo casi elegidos los libros a falta de un par de flecos, van a ser más de treinta. Y eso que tengo que eliminar varios.

Por otro lado, he empezado con Prestigio, la ¿“tercera parte”? de ese curioso proyecto que ha venido realizando la canadiense Rachel Cusk, me encanta cuando, en un momento concreto el editor de la protagonista le comenta lo necesario que es que se vendan los libros de sudokus para que ella y otros escritores puedan ser publicados.  La vida misma, buscad los ejemplos de aquí…. Otro día traigo algo más de él.

La próxima semana llegaré con más información de La octava vida, mientras tanto, buen fin de semana a todos.

Calla, que no se me olvide, hoy empieza la nueva temporada de American Horror Story y vuelven Emma Roberts y Taissa Farmiga. Es imposible que no caiga rendido a sus pies. Viva Ryan Murphy. ¿Os he contado lo buena que es Pose?

Abrazos y ¡buenas lecturas!

“El expreso de Tokio” de Seicho Matsumoto. Precisión nipona

ExpresoTokioSi tenemos libros como este publicado es gracias a que hay editoriales independientes como Libros del Asteroide. Otro día vendré con alguno de los libros de novela policíaca que nos trae Quaterni, otra de esas editoriales pequeñas que están buscando obras de autores japoneses que nos parecían impensables hace un tiempo.

Pero hoy es el turno de de Seicho Matsumoto, escritor japonés que publicó “El expreso de Tokio” por entregas en 1958 como bien nos dice la bio de la editorial:

“Seicho Matsumoto (1909-1992) fue un prolífico escritor japonés que comenzó a publicar cuando ya tenía más de cuarenta años, pero su carrera literaria no despegó hasta su segundo libro, cuando recibió el premio Akutagawa por Historia del diario de Kokura (Aru Kokura-nikki den). El expreso de Tokio se publicó por entregas en una revista en 1958 y obtuvo un éxito inmediato, su reedición en forma de libro lo convirtió en uno de los mayores best sellers de la posguerra japonesa.”

La novela tiene un comienzo bastante atípico, dos apuntes bastan y son necesarios para luego entender los derroteros por los que va la novela, en primer lugar una referencia velada a un escándalo de corrupción:

“En otoño del año anterior, en ese ministerio había estallado un escándalo de corrupción en el que decía que había varios proveedores implicados. La prensa destacaba que por el momento solo afectaba a los cargos inferiores, pero que en primavera empezaría a salpicar las altas esferas.”

En segundo lugar la inofensiva presentación de Tatsuo Yasuda y su relación con las camareras del bar Koyuki:

“Tatsuo Yasuda era un hombre de unos cuarenta años. Tenía la frente ancha y la nariz perfilada. Su tono de piel era más bien oscuro y tenía la mirada bondadosa y las cejas pobladas pero bien definidas. Era todo un hombre de negocios y su carácter era franco y abierto. Era muy popular entre las camareras del Koyuki. Aun así, nunca intentaba aprovecharse de ellas y las trataba a todas con la misma amabilidad.”

Después de esta escena inicial en la que no hay que perder detalle de lo que va sucediendo, abruptamente, en el siguiente episodio nos encontramos con un aparente doble suicidio:

“Pero nunca había visto lo que descubrieron ese día sus ojos clavados en el suelo. Sobre la oscura superficie de una roca destacaban dos cuerpos, un inoportuno obstáculo en mitad de aquel paisaje que le resultaba tan familiar. Estaban inmóviles, tumbados bajo la pálida luz de la mañana. El sol aún no había salido. El viento frío azotaba su ropa, lo único que se movía demás de su pelo. Los zapatos negros y los calcetines blancos también estaban inmóviles.”

No estoy desvelando parte de la trama, desde el principio el autor japonés deja claro la potencialidad de algo “por suceder”, y ese evento se nos presenta de una manera que puede ser malentendida y tomada por algo más sencillo de lo que es; nada más lejos de la realidad, a partir de dicho momento los detalles más pequeños conformarán una trama milimétrica, una novela de detectives en su sentido más cerrado, donde nos encontramos una habitación cerrada  estándar con el tiempo como protagonista. El memorable capítulo “Un intervalo de cuatro minutos” nos pone en perspectiva y nos alerta sobre lo que está sucediendo; el investigador tendrá que hacer una labor dificultosa, abstraer cual Sherlock Holmes, los posibles movimientos que pudo llevar el asesino, un cúmulo de casualidades que parecen no cuadrar hasta que se estudian con minuciosidad.

La manida metáfora del reloj y su precisión se aplica a la perfección a esta trama policíaca que recuerda a aquellas que elaboraban en el genial “Detection Club”; la base de la solución serán las sospechas de un detective que no confió en lo que aparentemente era lo más evidente:

“Todavía recuerdo lo que me dijo usted en su última carta: “Todos somos víctimas de prejuicios inconscientes y dejamos escapar los detalles más obvios. Es peligroso. De vez en cuando, los prejuicios ofuscan el sentido común y es necesario revisar e investigar una vez más aquello que se daba por sentado.” Tenía usted toda la razón. Un hombre y una mujer mueren juntos. Para una mente ofuscada por los prejuicios, se trata de un doble suicidio. La verdad es que fuimos víctimas de una ilusión. Nuestro enemigo se aprovechó del sentido común crónico de los humanos, que nos hace dar por sentadas ciertas cosas que parecen evidentes.”

Estupenda novela con el mejor sabor de la “mistery novel” más clásica; pero esta vez nos llega desde Oriente, bienvenida sea.

Los textos provienen de la traducción de Marina Bornas de “El expreso de Tokio” de Seicho Matsumoto para Libros del Asteroide.

“El regreso de Titmuss” de John Mortimer. La política como herramienta de control.

el-regreso-de-titmuss-9788415625711Los que leímos y nos maravillamos con las andanzas de la familia Simcox en “Un paraíso inalcanzable” teníamos claro que “El regreso de Titmuss” era una compra imprescindible, sobre todo teniendo en cuenta que consideré el primer libro como uno de los mejores de año pasado.

La lectura de este segundo libro de la saga nos trae de nuevo la prosa más que recomendable de Mortimer aunque hay diferencias sustanciales con el primero, que ya comenté aquí ; en dicho post me centraba en las características que, en mi opinión, hacían del primer libro un libro redondo alcanzando prácticamente la perfección.

En este segundo libro la trama se centra principalmente en Leslie Titmuss, el político conservador del partido político de Margaret Thatcher que fue beneficiario de la herencia del reverendo Simeon Simcox; la primera parte del libro supone la concisa caracterización de su carismática figura:

“Leslie siempre se sentía, le resultaba inevitable, como un rey de vuelta a su pequeño reino. ¿Acaso él, el niño despreciado y ridiculizado que se ganaba unas monedas cortando ortigas y haciendo trabajillos en el jardín de la rectoría, no se había abierto camino entre los niños bien, los banqueros y la aristocracia rural de su partido para convertirse en diputado por Hartscombe y Worsfield Sur, un escaño que había conservado por incontestable mayoría durante veinticinco años? ¿No era el candidato que había predicado por primera vez el evangelio –aprendido, solía decir, de su padre, empleado de la cervecera- que preconizaba el respeto por la frugalidad, el aprecio constante del poder místico del dinero  y una profunda desconfianza hacia aquellos que deseaban distribuirlo entre los pobres indignos de ayuda? Armado con este sencillo credo, reconvertido en la doctrina de su partido, Leslie Titmuss había contribuido a cambiar la cara de Inglaterra.”

No exenta de su capacidad de manipulación y manejo de la vida política:

“-Nunca ha sabido mantener la boca cerrada, Cantellow; me ha contado exactamente lo que quería saber. –Leslie se levantó, una vez concluida la conversación-. No hace falta que me acompañe a la puerta. Solo le diré que me alegra mucho que no sea usted mi abogado; sería como llevar mis asuntos personales al telediario de la noche.”

“-Bueno, al menos les has dado lo que quieren oír.

-Me gusta más cuando les doy lo que no quieren oír. Y tienen que tragárselo. Es entonces cuando la política empieza a ponerse interesante.”

De fondo, un plan urbanístico que pretende edificar en Rapstone Fanner, un valle idílico y pastoril donde sus habitantes viven en flamante camaradería; en primer plano, los intereses contrapuestos de Leslie como político y como habitante de esa zona donde creció, vive su madre y quiere formar una familia con Jenny Sidonia.

La trama policíaca de fondo, el enigma, el misterio que rodeaba todo, en esta ocasión se sustituye por el romance de Jenny y  Leslie y las tramas políticas asociadas; desde este punto de vista se mantiene, desde lo micro, el reflejo, no tanto de la sociedad (como ocurría anteriormente) sino de los vericuetos de los romances y, sobre todo, de la vida política con sus traiciones y triunfos.

Ya en una segunda parte aparece de nuevo la familia Simcox, en la figura de Fred, el médico que se convertirá en la figura visible del movimiento de resistencia contra el plan urbanístico, que cambie las vidas de los habitantes del valle:

“Fred se había sentido más próximo a la aceptación de los hechos inmutables de la vida y la muerte que profesaba el anciano médico que a la optimista marcha de su padre hacia un paraíso que cada vez se antojaba más distante e inalcanzable. A diferencia de su hermano mayor, Henry, que había empezado como joven novelista airado para convertirse en un viejo gruñón reaccionario que escribía artículos en que denunciaba como peligrosas ilusiones las más queridas creencias de su padre, Fred había optado por evitar toda actividad política, contentándose con la apacible vida de médico rural en el pueblo donde se había criado.”

Fred tiene personalidad, ya muy bien definida, pero resulta un personaje serio, grave, sobre todo sin el contrapunto cómico que suponía su hermano Henry, el joven airado, que ponía unos toques de humor ciertamente deliciosos y que pueden echarse a faltar en esta segunda parte de la saga de Mortimer.

Lo que no falta es el reflejo muy acertado de la vida política y, por extensión, de la sociedad durante el tiempo en que fue Primer Ministro Margaret Thatcher; lo más novedoso y que, afortunadamente añade un nivel aunque pierda otros, es la relación entre Jenny, Leslie y el marido muerto de Jenny, Tony.

“-Claro que no. Hablo de política. Es una palabra fea para ti ¿no?

-No necesariamente.

-Es otro mundo, indigno de ti. Un mundo donde hay que decir lo que no piensas para conseguir lo que quieres. Un mundo donde a veces hay que mentir. Eso no le habría gustado a tu precioso Tony Sidonia, ¿verdad?”

La soberbia recalcitrante de Leslie le conducirá a una situación de celos imposible de soportar, que le llevará a tomar decisiones no del todo correctas y que, en última instancia, desencadenará su  inseguridad; nuestro Leslie se volverá falible en lo personal y ello tendrá sus consecuencias ineludibles en su trabajo, en el manejo político. Él será capaz de justificar sus decisiones de la manera más vil: disfrazándola su egoísmo de altruismo para la pareja.

“De pronto Jenny le atacó, pero sus puñetazos eran como los de un niño. Ni consiguieron apartarlo ni le hicieron el menor daño. Leslie sonrió satisfecho, convencido, como siempre, de que tenía razón. Tarde o temprano, ella también lo admitiría.

-No solo lo intenté, sino que lo conseguí.

-¿Por qué? ¿Para qué? –Jenny lo miró no solo enojada sino perpleja, como si él fuera un ser de otra galaxia.

-Para liberarte de él.

Aquello era un golpe inesperado, él lo entendía. Jenny lo asimilaría. Tarde o temprano.

-¿Liberarme?

-Vale –admitió-, para liberarnos a los dos. Lo hice por nosotros.”

No puedo decir que sea mejor libro que “Un paraíso inalcanzable”; la confluencia de elementos del primero rozaba una perfección literaria difícil de olvidar. Lo que sí sé es que “El regreso de Titmuss” es un muy buen libro y me permito pensar de nuevo que es otra de esas lecturas ineludibles que te hacen disfrutar y te enseñan, a pesar de lo amargo que puede llegar a ser lo que refleja.

Los textos vienen de la traducción del inglés de Magdalena Palmer de “El regreso de Titmuss” de John Mortimer en Libros del Asteroide.

Mis lecturas favoritas del año 2013

Me encantan las listas. Hay tantas listas como gustos y siempre es divertido comprobar lo que sale y sobre todo ligarlo a las afinidades de cada lector.

Este es el tercer año, desde que me “dedico” a escribir posts sobre libros en distintos sitios,  en el que preparo una lista con lo mejor del año. A ver si, poco a poco, consigo que se convierta en una costumbre el que aparezca este post justo el día 1 de enero del año siguiente.

Como en años anteriores me gusta repasar lo que ha sido mi año lector personalmente; también solía hacer una pequeña reflexión sobre el mundo editorial; pero gracias a las “Epístolas librescas” del grandísimo Jónatan Sark en el maravilloso Blog Ausente de Lord Absence, no tiene mucho sentido, ya que en ellas está todo lo bueno  que va saliendo en el año. Además, en su post con el clásico “Sark de Oro” del año realiza un resumen tan exhaustivo como interesante.

Os dejo a continuación los enlaces a estas Epístolas que si no conocéis ya estáis tardando en ir a verlas:

Epístola 1.

Epístola 2.

Epístola 3.

Epístola 4.

Epístola 5.

Epístola 6.

Centrándome en lo personal, tengo que reconocer que, nuevamente este año, me he superado en la mayoría de atributos; he leído mejor, más cantidad, más calidad y más en inglés.

El año pasado terminé 131 libros, y estaba bastante bien, pero este he llegado a los 171 que parecen un límite bastante razonable. También es cierto que, en el proyecto que tengo pensado a tres años las novedades han acabado asfixiando mi reto y debo retomarlo con más fuerza este año para poder terminarlo. En cuanto a las editoriales, como de costumbre, he escogido un montón de títulos pertenecientes a las más  pequeñas, tengo tendencia a ello, y a evitar, habitualmente, los best-sellers vendidos a bombo y platillo. El año que viene se presenta del mismo estilo, sobre todo porque, posiblemente, el Grupo Prisa sea absorbido definitivamente por Random House Mondadori, dejando todo el poder a dos grupos que monopolizarán las novedades mensuales y unas pocas editoriales intentando buscar su hueco entre “nichos” de lectores que busquen ofertas distintas.  De hecho este año lo hemos visto, cómo surgen grupos pequeños buscando su espacio en el corazón de alguno de nosotros como “Malpaso” o “Ginger & Ape”.

cuentos-de-muerte-y-demencia-9788415717287Sin más demora, paso a comentar los que considero las mejores lecturas del año; no son ni más ni menos que los libros con los que más he disfrutado. Son todos publicados (o reeditados) este año y siempre pongo una novedad (o dos) de años anteriores por su relevancia literaria; evidentemente no leo todo, mi ancho de banda llega a donde llega, y soy consciente que hay varios libros que tengo a punto de leer que podrían haber entrado en esta lista. Otros años dejaba once títulos en total, este año han salido más; no lo voy a dejar fijo, este año salen estos y el próximo posiblemente saldrá otro número. Teniendo en cuenta estas consideraciones, vayamos a la lista:

“Cuentos de demencia, amor y muerte” de Poe y Gris Grimly, en un año en el que han proliferado los libros ilustrados, con propuestas de todo tipo, esta edición de Nórdica elcazadorsordode los cuentos de Poe brilla con luz propia gracias a las fabulosas ilustraciones del enigmático Gris Grimly que convierten el libro prácticamente en un cómic y que consiguen el doble objetivo de resaltar las historias de Poe hasta en sus detalles más nimios además de maravillarnos con su indudable preciosismo.

“El cazador sordo” de James McClure, el editor de Reino de Cordelia es, como yo y otros tantos, un fanático del sudafricano McClure y tiene la idea de sacar todo lo inédito del increíble escritor; esta obra tiene todo lo que se necesita para hacer una novela negra perfecta: personajes carismáticos, una buena trama, dolor, en fin, otra obra de incalculable perdida-gillian-flynn-L-C_o8Lavalor.

“Perdida” de Gillian Flynn, sorprendentemente está pasando desapercibida por su halo de best-seller, pero esta historia nos demuestra que el legado de Patricia Highsmith no se ha perdido; la perversidad del personaje principal  me recuerda a los mejores momentos de la inglesa y de Jim Thompson por su afán de darle la vuelta a todo lo establecido y salir impune. Mucha más calidad de lo que la gente se puede pensar.

ojohalconPor“Ojo de Halcón. Seis días en la vida de…” Matt Fraction y David Aja, hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un cómic; los seis primeros números de la nueva colección de Ojo de Halcón nos demuestran que no hay personajes acabados sino malos escritores. Este es uno de esos cómics en que la perfecta unión entre dibujo y trama dan como resultado una de esas pequeñas obras maestras del noveno arte. Aja está inmenso en la narración, Fraction crea historias con un lapromesakamilpunto de preocupación social sin olvidar lo superheroico. Excepcional.

“La promesa de Kamil Modracek” de Jiri Kratochvil, sorprendente novedad esta del checo Jiri Kratochvil que nos trajo Impedimenta. No era esperable que una especie de novela negra postmodernista del este, de un autor desconocido por estos lares, fuera a funcionar tan bien como novela de género y reflexión sobre la culpa el dolor además de incorporar elementos metaficcionales. un-paraiso-inalcanzable-9788415625278Una joya a descubrir en el gran catálogo de Enrique Redel.

“Un paraíso inalcanzable” de John Mortimer, todo lo que sale proveniente de las islas británicas me suele llamar la atención; este libro que publicó Libros del asteroide nos trae a John Mortimer reflejando como nadie el paso plantador_gdedel tiempo de la sociedad británica de postguerra hasta los tiempos de Margaret Thatcher con una sutil ironía y buen humor a raudales, una obra clave de este año.

“El plantador de tabaco” de John Barth, por fin, gracias a Sexto piso, tenemos entre nosotros la legendaria obra del norteamericano y podemos degustar en su plenitud su multitud de puntos de vista. Me extendí pero bien en la reseña donde explico sus grandes virtudes. Una delicia para todo aquel que disfrute de la luztodaspartesliteratura con mayor grado de complicación pero no desdeñe el buen humor.

“Luz por todas partes” de Cees Nooteboom, estamos, sin lugar a dudas, ante  la mejor recopilación de la obra poética del holandés infatigable. Una antología que, gracias a Visor de libros, nos lleva desde los primeros poemas a los últimos publicados y podemos comprobar la heroes_aventureros_cobardes-jacinto_antonevolución en las temáticas y en el estilo. El gusto por el acertijo llevado hasta las últimas consecuencias. Uno de los mejores autores actuales.

“Héroes, aventureros y cobardes” de Jacinto Antón, cierto que no son nuevos, pero también lo es que es la primera vez que se recopilan esta serie de artículos del periodista en un solo libro; Jacinto Antón hace que, tengamos la edad que tengamos, se acreciente nuestra sensación de maravilla ante todo lo que nos cuenta.  ¡Viva la aventura!, en la más fiel tradición de Indiana Jones o Quatermain.

Luminosas-673x1024“Cartas de cumpleaños” de Ted Hughes, no es exactamente de este año pero estas cartas han sido reeditadas por Lumen con ocasión del aniversario de la muerte de Sylvia Plath; indisolublemente unidos a la obra de Plath, Hughes está colosal en este poemario que podemos disfrutar en plenitud en esta edición bilingüe; más allá de lo confesional, el aliento poético del británico es proverbial y nos lleva al thomas-pynchon-bleeding-edge-novelcielo con su intensidad dramática.

“Las Luminosas” de Lauren Beukes,  estamos ante el perfecto thriller, pastiche de géneros donde un asesino en serie se desplaza en el tiempo. Al mismo tiempo tenemos un retrato de la mujer y de la sociedad a lo largo del tiempo. La novela te deja sin aliento por su adicción y tiene paradojas de una sutileza difícilmente superable. Una maravilla.

“Bleeding Edge” de Thomas Pynchon, Pynchon ante el desastre de las empresas de internet y ante el 11-S, Pynchon retador y más cercano a la novela de género que a sus obras Tapa-baja-Jota-Erre-195x300más voluminosas. Pynchon siempre a un nivel muy alto, esperemos que este año pueda ser publicada en España, pero habrá que esperar.

“Jota Erre” de William Gaddis, Gaddis llevó la sátira de la sociedad capitalista a sus últimas consecuencias en esta mastodóntica obra maestra. El fracaso del sueño americano estaba patente aquí en la figura del niño Jota Erre Vansant, subversión del mito; paradigma de la gran el-renacimiento-del-siglo-xii-9788493829582Novela Americana por el reflejo del zeitgeist de una nación. Estilo inigualable. Imprescindible.

“El Renacimiento del siglo XII” de Charles Homer Haskins, ¿quién dice que un ensayo histórico tiene que ser aburrido “per se”? Ático de los libros quiere demostrarnos con su recién lanzada colección de historia que puede ser muy divertido y estar muy bien escrito. Su punta de lanza puede ser, sin duda, este deleite de Mal dadasCharles Homer Haskins que nos relata una época, la Edad Media, oscura de por sí, con la claridad de su erudita prosa.

“Mal dadas” de James Ross, parece mentira que en 1940 el infortunado James Ross realizara una obra de estas características; a medio camino del retrato de la sociedad norteamericana  post- Gran Depresión y de la novela negra más sórdida, se trata de un retrato de los anhelos de los habitantes del sur americano y de su lucha Casadehojaspara salir de las situaciones más penosas para alcanzar el gran “sueño”. Otra de esas pequeñas sorpresas que nos trae habitualmente Sajalín Editores.

“La casa de hojas” de Mark Z. Danielewski, lo que en un principio era imposible este año se ha hecho posible gracias al trabajo de Alpha Decay y Pálido Fuego; es decir, tener la primera edición en español de la inigualable obra del norteamericano; una obra única por lo que supone como experiencia, en la que texto, disposición del texto, trama y el propio lector se convierten en parte de la misma. Una obra necesaria que ahora podemos asesinociegodisfrutar… y temer.

Y para acabar recupero en esta ocasión dos obras de otros años que, sin embargo, constituyen dos obras maestras ineludibles. No pude dejar de alegrarme de la concesión del Nobel a Alice Munro, pero tampoco pude dejar de entristecerme por las consecuencias directas: la muy posible condenación al ostracismo de dos de las escritoras más grandes vivas que tenemos en infiella actualidad: Por un lado su compatriota Margaret Atwood  que  tiene en “El asesino ciego” una de las obras más deliciosas que he tenido la oportunidad de leer, completísima en trama, estructura, personajes, para paladares selectos. Por el otro, desde luego, ya lo sabéis, la simpar Joyce Carol Oates y su recopilación de historias cortas (tan de moda ahora gracias a Munro) “Infiel. Historias de transgresión”, cada relato una verdadera patada en el estómago y a todas nuestras comodidades y seguridades, una subversión continua que demuestra  su maestría en la narración y que nadie (sensible o no) debería perderse.

Bueno, y eso es todo… creo que este año me he pasado, pero valía la pena. Ha sido un muy buen año. ¿Qué nos traerá el siguiente? En este blog lo iréis viendo como de costumbre.

Espero que os guste la selección y os ayude para las compras navideñas.

¡Feliz año 2014!

“El complot mongol” de Rafael Bernal

cubierta El complot mongolEl mexicano Rafael Bernal (1915-1972) perpetró “El complot mongol” en 1969. En su momento fue considerada la piedra fundacional de la novela negra mexicana; el tiempo, desde luego, ha pasado muy bien por la estupenda obra del escritor y, editada ahora por Libros del Asteroide, los lectores españoles podemos calibrar el éxito a través de sus virtudes.

El gran protagonista es el durísimo y carismático Filiberto García, cuyo aspecto físico ya de por sí, nos despierta la aprensión: “La cara oscura era inexpresiva, la boca casi siempre inmóvil, hasta cuando hablaba. Solo había vida en sus grandes ojos verdes, almendrados. Cuando niño, en Yuruécaro, le decían el Gato, y una mujer en Tampico le decía mi Tigre Manso. ¡Pinche Tigre Manso! Pero aunque los ojos se prestaban a un apodo así, el resto de la cara, sobre todo el rictus de la boca, no animaba a la gente a usar apodos con él.”

Personaje apolítico pero comprometido a su manera:

“-Pero es usted anticomunista.

-Soy mexicano y aquí en México tenemos la libertad de ser lo que nos da la gana ser.”

Se encontrará con una trama magnicida con tintes políticos, quizá algo a lo que no está acostumbrado y con la colaboración (no deseada) de dos elementos de similares características, el agente del FBI Graves y el agente del KGB Laski. Esta internacionalización será aún mayor por la participación de la población china e, incluso, de los mongoles. Este argumento más cercano a la de una novela de espías ambientada en la guerra fría le da posibilidad a Bernal para plantear situaciones humorísticas como la siguiente:

“-[…] García, sé que Laski tiene hombres que me siguen…

-Y usted tiene hombres que lo siguen a él.

-Es rutinario. Pero hay otros que creo que no son de Laski. ¿No son suyos?

-Y hay otros que me siguen a mí. Los de Laski, los suyos y otros. Parecemos procesión.”

Si hay algo que maneja con maestría el mexicano es  la alternancia de registros lingüísticos, perfectamente reconocibles por su forma de hablar, los protagonistas tienen voz propia, definida e idiosincrática, sobre todo el gran Filiberto, al que podemos distinguir cada vez que pronuncia con su gracia habitual “Pinche”.

A pesar de la aparente trama de espías, que no se desalienten los aficionados a la novela negra, la novela es negra, muy muy negra  y según va avanzando se va haciendo más sórdida. Filiberto se encarga de recordar que él, al fin y al cabo, es un aficionado, comparado con sus homólogos del KGB y el FBI:

“-A nosotros en México no nos enseñan todos esos primores. A nosotros, solo nos enseñan a matar. Y tal vez ni eso. Nos contratan porque ya sabemos matar. No somos expertos, sino aficionados.”

La trama está fenomenalmente construida y se desenvuelve con soltura, la amargura empieza a teñir toda la recta final, donde el magnicidio pasa a un segundo plano para recordarnos la importancia de la muerte cuando es personal, cuando se pierde a alguien querido. A pesar de encontrar la venganza que necesita Filiberto es consciente de que está en un callejón sin salida:

“Yo solo sé cómo se va empezando en ese camino, cómo se vive con una soledad a cuestas. ¡Pinche soledad!”

El único camino que le queda es el dolor de la soledad, sin alguien con quien compartirla. Es una condena demasiado dura.

Espléndida novela negra. Sin más, hay que disfrutarla. A por ella sin más dilación.

“Diario de una dama de provincias” de E.M Delafield

diario-de-una-dama-de-provincias-9788415625537E. M. Delafield (1890-1943) fue una prolífica y famosa escritora inglesa a la que la editora de la revista  semanal liberal y feminista “Time and Tide”, le propuso en 1929 escribir una columna. Así nació “Diario de una dama de provincias”, divertida y parcialmente autobiográfica, crónica de las vicisitudes de una dama de la alta clase inglesa.

Este tipo de libros tiene dos hándicaps principales que es preciso tener en cuenta. El primero de ellos (ya lo he comentado alguna vez en algún otro post) tiene que ver con el hecho de tratarse de una comedia. La comedia es un género que, de por sí, no goza del prestigio que tiene un drama o, desde luego, una tragedia; de hecho suele asociarse a estos últimos la calidad que se necesita para llegar al mito de la “alta literatura”. El segundo inconveniente es, precisamente, la estructura, repetitiva, que se infiere del título y que la escritora siguió, pudiendo ocasionar en varios lectores la sensación (errónea) de monotonía.

Delafield, sin embargo, consigue, utilizando esta estructura no resultar aburrida; ni mucho menos, sino que, al contrario, innova con sus sutiles comentarios y reflexiones; la mayoría de los apuntes  que aparecen mencionados contienen el relato de los sucesos acaecidos en un día en particular; normalmente con frases cortas, sencillas, efectivas, poderosamente satíricas en ocasiones; estos relatos suelen ser acompañados de reflexiones de la narradora (en primera persona) y que hacen gala de la ironía para dar aún más valor a los hechos narrados anteriormente. Un buen ejemplo de esta situación es el siguiente párrafo (en el que se produce el relato de una conversación mantenida y de reflexión consiguiente a partir de dicho momento):

“Hablo con un joven pálido con gafas de montura de concha, sentado a mi izquierda, sobre Jamaica, donde ninguno de los dos ha estado. De ahí pasamos, aunque no sé cómo, a la caza del ciervo, y acabamos hablando de homeopatía. (Recordatorio: Sería interesante, si el tiempo lo permitiera, seguir el hilo de los pensamientos que han llevado de un tema a otro. Una segunda idea muy perturbadora: quizá el hilo de pensamientos en cuestión no haya existido nunca.)”

De un plumazo consigue caracterizar a su género y preguntarse si, efectivamente, los pensamientos de una mujer siempre tienen un sentido en la forma en que se estructuran.

La segunda dimensión, aún más interesante, es el reflejo de una sociedad; en este caso la alta sociedad inglesa en particular y, en general, el comentario se puede extrapolar a toda la sociedad británica como podemos ver en el siguiente texto:

“(Nota bene: En la vida cotidiana, decir la verdad resulta extraordinariamente difícil. ¿Es solo mía esta idiosincrasia tan deplorable o hay otros que también la padecen?)”

Me temo que no es a la única a la que le ocurre; como el caso siguiente:

“(Duda, básicamente retórica: ¿Por qué la gente dice tantas veces de las mujeres casadas, con hijos y sin profesión que llevamos una vida “desahogada”? No encuentro respuesta.)”

El ingenio que utiliza Delafield es palpable en cada palabra de un libro que no tiene desperdicio por su utilización del humor elegante y mordaz como catalizador del reflejo de una sociedad en la que vivimos todos; a pesar de tender a representar la sociedad desde el drama, quizá la comedia es la ficción más adecuada para realizar este propósito. Necesitamos más comedia, estoy convencido de ello,  y más si es como en el caso de la escritora británica.

Los textos provienen de la traducción del inglés de Patricia Antón de “Diario de una dama de provincias” de E.M. Delafield en Libros del asteroide.

“La rata en llamas” de George V. Higgins

la-rata-en-llamas-ebook-9788415625650No es la primera vez que hablo de George V. Higgins; a propósito de la publicación de su segunda novela lo incluí en este artículo; entonces ensalzaba su capacidad para crear diálogos y caracterizar personajes mediante ellos. No es que haya cambiado la forma de hacerlo en este “La rata en llamas” que nos trae Libros del asteroide; muy al contrario, todas sus virtudes siguen ahí, no hay más que echar un vistazo a este diálogo para darse cuenta, desternillante:

“Me alegro, porque mi vida ha estado llena de malentendidos -afirmó Proctor-. Mi mujer no me comprende. Mi hijo, el que sigue en casa cuando no se ha escapado a no sé dónde, no me comprende. Yo no comprendo al cabrón de mi hijo, lo que igual tendrá algo que ver con que este año ya se haya largado de casa tres veces, y seguro que él no entiende por qué me empeño en traerlo de vuelta. Yo tampoco lo entiendo, como tampoco entiendo que el cabrón de mi hijo sea tan imbécil como para huir tres veces en siete meses y no conseguir buscarse un sitio donde no pueda encontrarlo.

El chico es tonto del culo, eso es lo que es, y en lugar de seso tiene mierda en la mollera. Ha salido a su madre. Yo soy imbécil, pero te juro que podría irme de casa y perderme de vista, si quisiera. Me largué de casa a los veintitrés años, no te jode, y también me largué de la cárcel. Sé que era de media seguridad y que bastaba con saltar la alambrada a oscuras sin engancharse los pantalones, pero lo hice, no me rajé los pantalones y pasé catorce meses fuera. Y ahora ese crío me dice que yo tengo algo que ver con su llegada al  mundo y que eso le hace infeliz, y miro a la gorda de mi mujer y sé que el crío tiene razón, aunque me parezca increíble, joder.

Me parece increíble porque la miro y sé que nunca, estando en mis cabales, me follaría a un puto zepelín como ese.[…]”

En apenas cincuenta páginas la interrelación de los personajes es tan divertida y dinámica como esta. Afortunadamente no se quedó  ahí, el norteamericano quiso representar la realidad tal y como la veía; quizá ese sentido de verosimilitud se convierte en otro de sus sellos; dentro de lo que cabe, ya que todos sabemos que se trata de ficción, pero si adoptamos la premisa, entramos fácilmente en este aura, podemos ver por ejemplo cómo retrata a los banqueros:

“Billy, ¿has visto alguna vez a uno de esos banqueros de pelo gris, trajes con chaleco, zapatos negros y gafas de montura metálica?¿Has hablado alguna vez con alguno? No viven en el mundo real, te lo juro. Lo que hacen es vivir en los bancos. Tienen sus mesas a la vista de todos y es ahí donde viven. Ni follan si se pelean ni ponen mala cara ni se lavan ni cagan ni se cambian los calzoncillos. Qué coño, todos los que pasan por la calle podrían verlos, también los tipos que ocupan las otras mesas de la alfombra roja, y al final entendí cómo lo hacen: contratan a gente que no hace nada de eso, para que no les haga falta hacerlo.”

Si tuviera que elegir otra característica, sin duda sería la elección de personajes; paradigmas de lo que son los “losers”, perdedores de tomo y lomo que tienen que buscar negocios alternativos para intentar salir de la mediocridad en la que viven, tanto ellos como sus familias:

“-De vamos a ver, nada. Esto no es un juego con polis que apuestan dinero del Monopoly, ¿vale? Esos tipos me conocen y creo que no les gusto. Me toman por un inútil, una mala influencia para la juventud. Me echan un vistazo y piensan que les gustaría verme con un traje a rayas, ¿comprendes? Y  eso me pone nervioso, me pone nervioso porque esos tíos me pueden endosar las rayas si consiguen cogerme de los huevos y ahora mismo me los tienen bien cogidos y no veo a nadie capaz de hacer que me los suelten. Y eso me pone aún más nervioso.”

Lo único que se echa en falta en esta ocasión es, curiosamente, el mal cuerpo que dejaban las anteriores entregas; en aquellas, la sensación de pesimismo era el carácter general, te dejaban desecho debido al grado de empatía que alcanzabas con los protagonistas; esta,  publicada más tarde, es claramente más “suave”, si podemos usar esta palabra. El momento final supone la derrota de esos perdedores,; pero, sin duda, no es tan dramática, pierde intensidad. También contribuye a ello la elección, curiosa, por decirlo de alguna manera, de una trama donde seguros, fuego, fraude y ratas se convierten en una unión indisoluble a la par de estrambótica.

Que siempre hace lo mismo es un hecho; que lo borda es otro hecho. Qué pena que siempre se hagan tan cortas. Diversión garantizada.

Los textos provienen de la traducción del inglés de Magdalena Palmer para esta edición de “La rata en llamas” de George V. Higgins de Libros del asteroide.

“Un paraíso inalcanzable” de John Mortimer

un-paraiso-inalcanzable-9788415625278Auguro que este año va a ser muy difícil hacer mi habitual selección de libros favoritos; si digo esto, es precisamente por la cantidad y calidad de las obras que están saliendo;  teniendo en cuenta que, además, solo llevamos la mitad del año…. Sinceramente la cosa promete, más sabiendo algunas de las novedades que vienen para septiembre y octubre.

Una de las candidatas a este top de mis libros favoritos es sin duda “Un paraíso inalcanzable” del británico John Mortimer, ¿exagero al decir que esta novela de 1983 se ha convertido ya en un clásico instantáneo? Para nada, a continuación daré las razones para el entusiasmo:

-En primer lugar, el punto de partida, la trama que nos propone Mortimer encierra un enigma, un misterio ¿por qué Simeon Simcox deja parte de su herencia, la más importante, a un político conservador (Leslie Titmuss) y con ideas radicalmente distintas en detrimento de su propia familia? Este primer nivel presagia una trama en la más pura tradición policíaca, algo a resolver y que será la base argumental que dará consistencia a toda la novela.

-En segundo lugar, con la base anterior, la estructura que plantea se ordena según esto; tendremos que conocer el pasado de los personajes para poder resolver la cuestión principal. Para ello, se producen continuos saltos de tiempo, vamos adelante y atrás sin un orden establecido, solo el que el autor establece a su criterio (a principio, al final del capítulo, entre medias, varias veces en el capítulo…); la apariencia es la de un puzzle, ya que necesitamos conocer todas las piezas para llegar al final; esta estructura no sirve solo para la trama sino también para pintar los  personajes (especialmente las dos familias principales), dando una gran riqueza a la narrativa. Esta falta de linealidad ayuda a que se convierta en algo más retador.

-En tercer lugar, los siguientes párrafos ayudan a comprender un tercer nivel de lectura:

“Inglaterra entró en la década de 1960.

En el gran mundo de la política, sesenta y nueve africanos fueron asesinados en Sharpeville y Simeon Simcox escribió más de sesenta y nueve cartas. “El amante de Lady Chatterley” fue declarada una lectura apta para el pueblo inglés, acontecimiento que no tuvo ningún efecto notable en el romance de Fred y Agnes Salter. En la Asociación Conservadora de Harstcombe, la sensación general era que el señor Macmillan estaba en la gloria y que en el mundo todo iba más o menos bien. En este ambiente confiado, la asistencia a las veladas de las Juventudes Conservadoras empezó a decaer, pero Leslie Titmuss nunca se perdió ni una reunión.”

“A mediados de los febriles años sesenta, parecía que los ingleses tuvieran la obligación de pasárselo bien, pero la mayoría no lo lograba. Un ruso y un americano anduvieron por el espacio sin que eso le sirviera de mucho a nadie. Los Beatles recibieron sus condecoraciones del Imperio Británico y, según se dijo, fumaron cannabis en los aseos del palacio de Buckingham. Aviones estadounidenses bombardeaban Vietnam del Norte, pero ya nadie hablaba del holocausto nuclear. Hasta las cartas de Simeon a The times se volvieron menos frecuentes y más benignas. Fue entonces cuando Fred se convirtió en médico.”

“La huelga de mineros, aquella prolongada guerra por las minas agonizantes y los agonizantes pueblos y aldeas, apenas tuvo eco en Hartscombe. Una pequeña cuadrilla de piquetes se apostó ante la cervecera con pancartas que rezaban: “La cerveza es nuestra”, “Salvemos 300 empleos”, “Exigimos el derecho a trabajar” y hasta “¡Que beban los trabajadores! .“

A lo largo de los capítulos y, sin un orden aparente que puedas esperar, se suceden los frescos de la sociedad inglesa según los saltos temporales que se van produciendo; por lo tanto, vemos la dimensión social de lo que está sucediendo y, además, aprovecha para unirla a las vivencias de sus personajes en dicho momento histórico  y cómo les afecta. Esto ofrece otra posibilidad de disfrute más allá de la trama principal.

-En cuarto lugar, los personajes; todo lo anteriormente citado puede haceros una idea de la riqueza de detalles con la que los personajes aparecen cincelados. En efecto es fácil identificarlos y, naturalmente, empatizar con ellos; especialmente fascinante es Leslie Titmuss, figura indispensable y gran protagonista:

“Simeón miró al joven que tenía delante (Leslie) y se preguntó, no por primera vez, cómo sería haber nacido sin capacidad para dudar. ¿Sería una bendición, una maldición o una simple carencia física, como nacer sin sentido del olfato?”

O Charlie Simcox, el joven airado, de él surgen algunos de los momentos más humorísticos del libro (otra de las razones que podrían aparecer para recomendarlo), como podemos ver en esta conversación con su posible editor:

“-¿No le gusta el final? […]

-¡Me parece conmovedor! Me parece muy artístico. Creo que muestra una autenticidad que cala muy hondo, aunque quede como un poco gilipollas. Pero ¿quién diablos va a pagar dos dólares, además de lo que hoy en día cuesta comer fuera, el aparcamiento y la canguro, para ver la historia de un gilipollas? Creo que mi socio pondrá pegas a su final. Algunas personas solo piensan en el dinero.”

-Y dejo para el final lo que, contrariamente, aparece al principio: toda una declaración de principios de lo que Mortimer entiende que debería ser una novela, en boca del joven airado:

“-Qué haces? –Leslie interrumpió su trabajo para preguntar.

-Escribo una novela.

-¿Qué es una novela?

-Es un retrato de nuestra sociedad, de la cabeza a los pies. Una historia humana.”

Esta novela se convierte en un retrato de la sociedad desde lo macro, la sociedad al completo y los acontecimientos que comenté anteriormente hasta lo micro, las particularizaciones individuales de esos hechos y su influencia sobre las personas,  a lo largo del tiempo desde la postguerra británica hasta los tiempos de Margaret Thatcher; reflejo del zeitgeist de una sociedad: la inglesa.

Es tal la cantidad y variedad de lecturas que admite este evento literario tan jubiloso que no puede dejar indiferente a casi nadie y puedo casi estar seguro que debería gustar a la mayoría de las personas que la lean, se me antoja imprescindible conocerla. Entre otras cosas porque, por si fuera posible decir algo más, el gran John Mortimer realza en la parte final la importancia de la libertad individual de cada persona, libertad que está por encima de cualquier predestinación y herencia recibida.

“-¡Eso es un poco triste! –Agnes lo miró con burlona desesperación-. Crees que solo somos lo que nuestros padres hacen de nosotros. ¿No tenemos elección?

-Nosotros la tuvimos, una vez. Tú y yo. Y yo me equivoqué.

-Ahora es un poco tarde para pensar en eso.

[…]

-Nunca es demasiado tarde –dijo Fred- para empezar.”

En definitiva, leedla. Una novela de las más grandes que se van a publicar en este año. Sin lugar a dudas.

Textos de la traducción del inglés de Magdalena Palmer para esta edición de “Un paraíso inalcanzable” de John Mortimer por Libros del Asteroide.