Resumen Noviembre 2014. Compromisos para el siguiente mes

Es indudable que Gaddis y sus “Reconocimientos” han causado un alud en mis lecturas mensuales, he tenido que dedicarle mucho tiempo (tiempo muy valioso porque la obra lo merece) y esto ha lastrado el resto de lecturas posibles; a pesar de todo estoy bastante orgulloso de comprobar que he logrado leer nada más y nada menos que dieciséis libros, que paso a comentar brevemente, de varios de ellos tenéis la reseña anexada:

“Valle-Inclán y el insólito caso del hombre con rayos X en los ojos” de varios autores, no pude empezar mejor con una de estas pequeñas joyitas que saca La Felguera. No falta nada, Houdini, Valle-Inclán, fenómenos extraños y muy buen hacer.

“Carta de Lord Chandos” de Hugo Von Hofmannsthal, me recomendaron leerlo mientras escuchaba a Messiaen y similares y, en efecto, funciona a la maravilla, un maridaje excelso y enriquecedor. Me falta otra lectura por llegar de este estilo.

“¿Por qué manda Occidente… por ahora?” de Ian Morris, un pequeño dinosaurio lleno de buen hacer y muchas páginas, una premisa fabulosa, un buen desarrollo y un final un poco a destiempo, una grandísima lectura.

“Las mejores 50 arias de Verdi” de Arturo Reverter, estamos ante un libro imprescindible para todo buen aficionado a la ópera, y más particularmente a Verdi.

“La tumba” de Jim Butcher, el tercer volumen de la saga del inspector de lo paranormal da lo de costumbre y suele funcionar bastante bien, es una mezcla que a mí particularmente me encanta, lo sobrenatural y lo noir.

“Sobre la crítica literaria” de Marcel Reich-Ranicki, un clásico de la crítica alemana, una obra capital para entender el papel de la crítica ayer y hoy en día.

“Mataré a vuestros muertos” de Daniel Ausente, Daniel sabe exactamente lo que hay que hacer para crear una novela pulp hoy en día. ¡Cuánta diversión!

“El futuro del alma” de Eva Illouz, dos discursos de la marroquí que me sirven para descubrirla y comprobar nuevas posibilidades críticas. Más centradas en Estudios Culturales.

“La escuela nocturna” de Noel Ceballos, Noel deja un rato el blog y se dedica crear una conspiración en el Madrid de principios del siglo XX. Buen pulp.

“Una bala para Dios y otra para el Diablo” de Guillermo Zapata, una historia que podría haber firmado perfectamente Joss Whedon para su Buffy.

“La glándula de Ícaro” de Anna Starobinets, nueva remesa de relatos de la rusa que vuelve a la senda de la magnífica “Una edad difícil”, ciencia ficción y terror, mezclados con todas las obsesiones habituales de la escritora. Una recopilación fantástica.

“El caballero” de Jim Butcher, la cuarta entrega se acerca al ideal del trabajo, evolución de los personajes, un aprovechamiento de cada una de las subtramas, la aparición del mundo de las hadas y acción a raudales. De lo mejor de la serie.

“Máscaras de muerte” de Jim Butcher, cierta relajación pero manteniendo el entretenimiento habitual.

“Clases de baile para mayores” de Bohumil Hrabal, pequeña delicia que nos trae Nórdica para que conozcamos al escritor checo. Funciona muy bien casi desde cualquier perspectiva: estilo, fondo y humor.

“Antología de relatos japoneses. Tres maestros de la literatura” de Varios autores, recopilación de relatos de Ryūnosuke Akutagawa, Kenji Miyazawa y Osamu Dazai, tres clásicos japoneses con diferentes temáticas aunque la perspectiva fantástica está muy presente. Me encanta todas estas cositas que saca esta editorial.

“Lobezno Origen” de Paul Jenkins y Andy Kubert, relectura que vuelve a demostrar que, si quitamos el dibujo de Kubert y ese entintado… nos queda una historia más bien floja, a pesar de alguna sorpresa interesante.

No puede faltar la foto de compras de la última vez que fui a ver a mi insigne librero.

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Y este mes voy a intentar algo distinto, es una prueba piloto para ver si podré realizarlo el año que viene en el que ya tengo claro que quiero centrarme más en mi proyecto literario y en novela negra/terror. Voy a poner una foto tentativa de los libros que pretendo leerme el siguiente mes. Me vais a poder regañar si no lo cumplo, aunque es cierto que se puede romper por mil motivos. De hecho este mes… la extensión del Gaddis ha causado un retraso que será difícil de cumplir, veremos si es posible.

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¿Qué os parece la tentativa? ¿Me he pasado? ¿Os gusta la selección? Creo que me ha salido bastante equilibrada. Ya aviso que me estoy retrasando un poco para empezar el mes…. 😉

“Valle-Inclán y el insólito caso del hombre con Rayos X en los ojos” editado por La Felguera. Sello de identidad

Valle-Inclan_y_el_hombre_con_rayos_x-2-257e0Si hay algo que caracteriza a la La Felguera Editores en cada uno de los libros que están publicando es el mimo a la hora de editar (a diferencia de otras que lo pretenden); ya que sus libros no se tratan específicamente de una traducción de un libro existente sino de una conjunción de diferentes textos, de diversas procedencias, que dan un contexto único a la obra en cuestión.

Ya comenté con el fantástico “Sherlock Holmes contra Houdini” varias de estas características y en el caso que me ocupa hoy: “Valle-Inclán y el insólito caso del hombre con Rayos X en los ojos”, nos encontramos con otro ejemplo de este estilo, que confirma lo que es su sello de identidad único. Esa mezcla de textos con dibujos, cárteles de la época, fotos, diversas tipografías, etc… para conformar obras muy especiales y cargadas de interés.

En este caso empiezan con un texto de Mondo Brutto de la ensayista y redactora Grace Morales (“Valle-Inclán y la luz astral del peregrino”) que sirve como prefacio a la situación que se desarrollará más adelante; esta introducción alerta sobre la tradicional incredulidad española, en relación con los fenómenos extraños (muy paradójica con lo que vendrá luego):

“Aquí, salvo el tradicional rosario de supersticiones, prejuicios de toda clase y gusto por la quincallería religiosa, el pensamiento nunca se han caracterizado por la impregnación espiritual y contemplativa. Eso, por no hablar del género de la fantasía y los tratados sobre fenómenos del espíritu, que durante cien años se limitaron a seguir los postulados de El criterio del padre Balmes y su “filosofía del sentido común”. Fuera de esos límites de pensamiento llano y de orden, el resto estaba maldito, era un atentado contra la vieja normalidad española.”

E introduce la figura del escritor Valle-Inclán, que servirá para comprender su papel en el caso en cuestión; una faceta poco conocida debido a que no se ha hecho énfasis en ella habitualmente:

“Ramón del Valle-Inclán fue el primer escritor español que se convirtió a sí mismo en un personaje. […] No hay escritor en castellano que como él demostrara tanto interés en la metapsíquica y rescatara la antigua influencia de Oriente en la cultura española como forma de expresión, pero no como una simple moda con la que se viste uno una temporada, asunto que él sabía manejar muy bien, sino como herramienta y deseo de comunicación.”

El texto central que resume la situación ocurrida en la época es del poeta y novelista Ramón Mayrata (“Valle-Inclán, Houdini y el hombre que tenía rayos X en los ojos”) y, con pocas palabras, hace un resumen inicial altamente clarificador presentando las figuras desencadenantes de la situación:

“En aquel tiempo Valle-Inclán lucía barba negra y Harry Houdini iba perfectamente rasurado. Coincidían en pocas cosas y cuando ambos se enfrentaron a un mismo enigma, reaccionaron de manera muy distinta. El enigma fue el llamado “caso Argamasilla”, un joven español que aseguraba poseer visión de rayos X, de manera que podía ver a través de los cuerpos opacos.”

El obrador del milagro, Joaquín Argamasilla de la Cerda y Elio, fue dado a conocer por su padre que  “En noviembre de 1922 descubrió en el muchacho una nueva facultad humana a la que denominó metasomoscopia. Consistía en la visión a través de ciertos cuerpos opacos.”

Tal fue la fama que alcanzó que empezó una gira en Nueva York donde encontraría su némesis, el que, a la postre, descubriría el fraude; un periodista modeló este combate como una pelea de boxeo:

“Pero un combate de boxeo precisa, al menos, de dos contendientes. ¿Quién es el oponente de Argamasilla? El periodista descubre al hombre de complexión atlética, no demasiado alto, en el que cree advertir una fuerza grandiosa. Se trata de Harry Houdini el ilusionista.”

La actitud de Houdini pilló por sorpresa a Argamasilla que no esperaba este acoso y derribo hasta encontrar los trucos y desmitificar un posible poder sensorial; a nosotros, lectores avezados, no nos parece tan raro, sobre todo si ya hemos leído “Sherlock Holmes contra Houdini” donde se reflejaba la situación que llevó a Houdini a convertirse en el adalid de la destrucción de los trucos espiritualistas:

“Lo que Houdini hace con truco –sostienen en el filo de la lógica y del sentido común-, los espiritistas lo llevan a cabo sin ninguna clase de manipulación. Sin embargo, quienes son capaces de hacer estas disquisiciones son una minoría. Cuando Houdini emplaza a un médium en su punto de mira, sus intervenciones son demoledoras y acaban situándole frente a la decepción y el repudio de los espectadores. Esta actitud de Houdini asombra  y, tal vez, desazona a Argamasilla, pero no resulta sorprendente para quien dirija una mirada a la historia de la magia.”

Lo cual nos lleva a una característica aún más interesante de La Felguera, me encontré otras referencias a otros títulos de la editorial, reforzando la idea de un “Universo Felguerano” donde cada obra que van publicando ocupa un hueco y una serie de conexiones con otras que ya estaban publicadas. Es evidente que esto es todo un acicate para el lector habitual de sus obras, ya que encontrará nexos de unión a la más que interesante época en la que están ambientadas, a sus personajes, a toda una forma de editar.

Naturalmente, Houdini encontró el truco, ya que, como podéis suponer, Argamasilla no tenía Rayos X en los ojos:

“Argamasilla solo lograba descifrar los textos ocultos cuando utilizaba sus propias cajas metálicas. Houdini logró reproducir su diseño y los movimientos y maniobras con los que las manipulaba, de manera que consiguió remedar sus efectos públicamente.”

Y esto, desde luego, solo tuvo una correspondencia lógica: “La consecuencia fue el descrédito del joven médium español y de las teorías metapsíquicas de su fogoso padre.” Lo podemos ver explicado en un  texto de Houdini que revela el desenmascaramiento de Argamasilla y que está traducido por Raquel Duato.

Lo más curioso es que, en un vano alarde de patriotismo, hubo muchos periódicos que se pusieron de lado de Argamasilla a pesar del indudable desenmascaramiento de Houdini. El libro termina con una serie de cartas donde se refleja la lucha de la época entre los detractores y los promotores del susodicho; cartas del propio padre de Argamasilla y de nuestro Valle-Inclán defendiéndole, poniéndose en contra incluso del doctor Lafora:

“He leído el artículo del doctor Lafora, sobre el cual me preguntas, y no creo que deba preocuparte. Este doctor parece que es un eminente alienista, pero nunca ha mostrado ser un zahorí en achaque de trucos y tahurerías. Su opinión en este punto carece de toda autoridad. Hablar de lo que no se ha visto y suponernos tontos a los que hemos tenido plena comprobación, acusa más ligereza que sentido científico.”

Todo esto, como viene siendo habitual, viene aderezada con fotos, carteles e incluso periódicos de la época con los artículos que se desencadenaron para conformar una obra deliciosamente pulp, psicotrónica en su concepción pero con un acabado, ciertamente, de lujo.

Otro gran logro, un verdadero disfrute en todos los sentidos.

Las lecturas de Abril del 2014: Afectado por un jilguero

Sé que es mitad de mes, me he retrasado bastante con el resumen del mes anterior, y todo, debido a que se me acumulan las reseñas; he intentado llegar a todas las que he podido y, desgraciadamente, se me ha quedado alguna en el tintero que llegará más adelante.

Una de las que se me ha quedado en el tintero es, precisamente, una de las estrellas del año: “El Jilguero” de Donna Tartt. Lectura no tan satisfactoria como cabría esperar y que me ha sumergido en un dilema sobre cómo orientar lo que he vivido leyéndolo. En las siguientes semanas llegará aunque no sé lo que saldrá aún.

Una vez hecha esta distinción, ¡qué pase la lista de lecturas!

“Historias de Belkin” de Alexander Pushkin, este mes cayeron bastantes rusos, el primero de ellos fue estos relatos breves de Pushkin, una buena muestra de su buen hacer.

“El arte de la defensa” de Chad Harbach, la ópera prima del norteamericano es uno de esos libros difíciles de olvidar; con el baseball de fondo se convierte en uno de esos exponentes del canon de la “Gran novela norteamericana”. Una obra casi perfecta.

“Rusia Gótica” de Nikolai Karamzin y otros, cuando los rusos juegan con la ciencia ficción y el relato gótico, hablamos aún más de palabras mayores, excelente recopilación traída nuevamente por Nevsky.

“Un Jardín de placeres terrenales” de Joyce Carol Oates, ya me extendí ampliamente con esta segunda obra de su dilatada carrera. Baste decir que sirve para hacerse una idea de cómo se puede llegar a gestar una gran escritora. Un inicio demoledor.

“Piel de Serpiente” de James McClure, no me cansaré de recomendar la obra del sudafricano, ya quedan menos obras inéditas. Reino de Cordelia lo puede conseguir.

“Traficantes de milagros y sus métodos” de Harry Houdini, una buena muestra de la “Houdiniexpoitation” que estamos viviendo, no está al nivel de “Cómo hacer bien el mal” pero el resultado es más que interesante.

“Diez” de Gretchen McNeil, ya lo dije, Agatha Christie, Diez negritos, slasher noventero, inevitable pasar un buen rato.

“Relatos londinenses” de Charles Dickens, este mes se ha caracterizado por avanzar mi proyecto por fin, y lo ha hecho gracias al gran Charles Dickens. Este libro contiene relatos de su primera época como periodista, la que le empezaría a hacer famoso, muy apetecibles.

“Paseos nocturnos” de Charles Dickens, otra recopilación de textos iniciáticos del británico.

“El jilguero” de Donna Tartt, extraña forma de aunar las críticas positivas y la capacidad de vender, estamos ante un best seller bien calificado. Una rara mezcla pero, sin lugar a dudas, efectiva.

“La Navidad cuando dejamos de ser niños” de Charles Dickens, una recopilación de textos navideños posteriores a los más conocidos.

“La declaración de George Silverman” de Charles Dickens, cuento corto con sello “dickensiano” y unas ilustraciones de lo más iconoclasta de Ricardo Cavolo.

“Heridas Abiertas” de Gillian Flynn, la confirmación de una reina de la novela policíaca, malevolencia y perversión en estado puro.

“La fiesta de la señora Dalloway” de Virginia Woolf, antología de relatos que tienen en común el universo de “La señora Dalloway”, edición fantástica de Lumen con unas ilustraciones muy de la época de Yelena Bryksenkova.

“Cazador de ratas” de Alexander Grin, realidad y ficción se mezclan en la San Petersburgo post-revolucionaria. Una sorpresa de lo más agradable.

“El Clan de los parricidas y otras historias macabras” de Ambrose Bierce, magnífica recopilación de cuentos de uno de los grandes de la novela de género. Imprescindible.

Tengo que reconocer que no se está dando mal la cosa este año. Y tiene visos de continuar así.

Que mi cumpleaños y el día del libro estén tan cercanos en el tiempo ha ocasionado una cantidad ingente de libros comprados, regalados, etc…

Os pongo a continuación las fotos que tienen que ver con estas compras. Lo primero lo reservado en el día del libro.

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A continuación los regalos de mi cumpleaños, aquí faltarían otros tres de los que no tengo foto: “La divina comedia”, “El Decamerón” y “Lexicon”, sí habéis leído bien.

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Estos tres “tochazos” van a absorber mucho de mi tiempo como os podéis imaginar. Lovecraft y Dostoievski, ¡vaya mezcla insuperable!

Es tal la cantidad que siento no hablar en particular de cada uno de ellos; pero sí que auguro un gran disfrute.

Veremos cómo se da el próximo mes. Lo sabréis puntualmente.

“Traficantes de milagros y sus métodos” y “Diez”. Dos curiosas propuestas

traficantes-de-milagros-y-sus-metodos-9788416112036Hoy os propongo un par de posibilidades ciertamente divergentes entre sí; quién sabe las razones que me llevaron a alternarlas, pero el resultado dispar es, a pesar de todo, bastante apetecible. No hablamos de obras que vayan a pasar a la historia por su calidad, pero sin embargo, nos ofrecen un entretenimiento más que digno.

El primer caso es otro exponente de la “Houdiniexploitation” que estamos viviendo en la actualidad, bienvenido sea, pero con precaución, ¿qué es lo que nos podemos encontrar en este libro? Pues el menú de un tragafuegos:

“El menú solía consistir en lo siguiente:

De primero, antorchas de brea ardiente, carbón incandescente y pequeños cantos rodados calentados al máximo.

El asado, cuando Dufour se sentía realmente hambriento, consistía en nueve kilos de buey o media ternera. A modo de fogón, se valía de la palma de la mano o de la lengua. La salsa de mantequilla con la que se servía el asado era azufre, derretido o cera ardiendo. Cuando el asado estaba listo, ingería el carbón y el asado juntos.

De postre se tragaba los cuchillos y los tenedores, las copas, y los platos de barro cocido.

Se encargaba de mantener al público animado presentando todo esto con un espíritu cómico y grosero y, para reforzar el elemento cómico, incluía el número la participación de varios gatos amaestrados.”

Tal menú nos hace una idea de lo que surgió en la época en cuanto a esas figuras, Houdini se dedica a describir los pormenores, las vidas, los trucos que utilizaban estos personajes; desvelando al mismo tiempo la antigüedad de algunos de los trucos utilizados; estamos ante un desfile de rarezas que desafían nuestro sentido de la maravilla y que nos retrotraen a una época distinta que, probablemente, no se volverá a dar:

“Siempre habrá entre nosotros personas forzudas, ya sean embaucadoras o atletas genuinos. Pero, con el gradual refinamiento de los gustos del público, la demanda de exhibiciones como las que ofrecen tragafuegos, tragasables, masticadores de cristal y el repertorio entero del así llamado Avestruz humano fue decayendo paulatinamente, y sólo recuerdo un anuncio de la actuación de un artista de este género en un teatro de primera clase de este país durante la generación presente, y el número nunca llegó a efectuarse.”

Esos “dime museums” vivieron un “exploitation” en su momento que nosotros, actualmente, no podemos ni sospechar, pero sí podemos hacernos una idea, la televisión y sus realities han sustituido con creces a esos “freaks”:

“Todavía existía una demanda considerable de esas personas en los dime museums, hasta que el enorme incremento del número de establecimientos de esta clase creó una necesidad de freaks que excedía con mucho la oferta, y muchos se vieron obligados a cerrar porque no había freaks disponibles, ni siquiera a pesar del enorme incremento de los salarios que por entonces se produjo.” 

No se equivocaba al suponer que con el tiempo ese tipo de representaciones escénicas desaparecerían.

“El dime museum ya no es más que un recuerdo, y dentro de tres generaciones habrá caído, con toda probabilidad en el olvido. Algunos de los números eran lo bastante buenos como para que mereciese la pena seguir a los empresarios en su incursión en el vodevil, pero estos no tienen cabida en esta crónica, cuya finalidad última es la de conmemorar ciertas formas de entretenimiento a las que el olvido amenaza con sumir en la oscuridad bajo la envergadura de sus grandes alas.”

Para los que hemos leído el fantástico “Cómo hacer bien el mal” que sacó el año pasado Capitán Swing puede que este libro nos resulte menos novedoso e, indudablemente, la calidad de este último era mayor; los lectores noveles lo disfrutarán mucho más. Mención aparte, las Ilustraciones de Iban Barraenetxea en mitad del libro que describen uno de los trucos del gran Houdini y que sirven de aderezo a esta buena edición de Nórdica.

diez-Gretchen-McNeil-portadaLa segunda curiosidad es algo que no me “pega” nada aparentemente; aunque los seguidores del blog y los que me conocen saben que una novela como “Diez” con el argumento de “Diez negritos” de Agatha Christie y un desarrollo de slasher noventero (estilo Scream), son dos reclamos más que suficientes para que caiga en ella sin remedio.

Gretchen McNeil es una escritora que fue cantante de ópera y en este segundo libro (enfocado al público juvenil, no en vano lo saca Maeva en su sello Young para este segmento); la premisa de partida es, como podéis imaginar, la novela de la gran dama del crimen; la primera parte, de presentación de los personajes, ciertamente resulta más cargante de cara al público más adulto que pudiera leerla: se reflejan con demasiados detalles los típicos amoríos juveniles y pueden llegar a un momento de saturación; afortunadamente, sin abandonarlos, entra en faena a toda velocidad y en cuanto empiezan a producirse los crímenes, pasan a un segundo plano y se integran con la trama principal.

La presentación del ambiente es, como de costumbre, necesaria para el buen hacer de la novela, una de las bazas para que funcione es mostrarnos el aislamiento y la impenetrabilidad del lugar en el que tendrán lugar los acontecimientos:

“White Rock House se erguía ante sus ojos. Mezcla de faro y mansión criolla, relucía como un foco en mitad de la nada. Había un patio cubierto y cercado por una balaustrada de hierro forjado frente a la fachada principal que continuaba por los laterales, los hastiales de la segunda y la tercera planta sobresalían por encima de las ventanas, quizá para protegerlas de la furia de la madre naturaleza. Del centro de la casa emergía una enorme torre de cuatro pisos que parecía no tener relación alguna con la fachada.

Por el rabillo del ojo, Meg percibió un resplandor en un lateral de la casa. Entrecerró los ojos y se dio cuenta de que todo el suelo alrededor de la casa estaba cubierto por piedras blancas y brillantes.

De ahí el nombre de White Rock House.” 

A partir de ahí se sucederán las muertes, una tras otra, en un desarrollo típico de slasher y que recuerda “Sé lo que hicisteis el último verano” o “Scream” ; afortunadamente, la resolución está a la altura y funciona a la perfección mostrándonos a uno de esos enemigos que desafían las leyes de la cordura:

“Da igual -dijo Tom-. Eres culpable por asociación.

Una lógica genial y demencial.”

Teniendo en cuenta lo anterior, los elementos terroríficos y de típica novela policíaca se desenvuelven con la suficiente coherencia para obtener una lectura amena y que nos hará pasar unas buenas horas de diversión. Buena propuesta sin duda.

Traducción del inglés de Alicia Frieyro de “Traficantes de milagros y sus métodos” de Harry Houdini en Nórdica.

Traducción del inglés de Daniel Hernández Chambers de “Diez” de Gretchen McNeil en Maeva Young.

“Sherlock Holmes contra Houdini”.Una historia del espiritismo.

Sherlock_Holmes_contra_Houdini-2-59664Lo habitual en los compradores de libros no es indagar demasiado; es lógico pensar que cuanto más fácil nos lo ponen más caso hacemos; lo más sencillo es comprobar las últimas novedades cuando vas a comprar un libro y fiarte de recomendaciones cercanas o bien de los más vendidos. Luego puede haber otros criterios, como las portadas, los autores, o incluso el texto de la contraportada. Pero no temo equivocarme demasiado pensando en los primeros criterios como casi definitivos  a la hora de elegir para un alto porcentaje de lectores.

Lo malo de esto es que, posiblemente, no descubran nunca una obra tan peculiar como este “Sherlock Holmes contra Houdini” que nos traen los editores de La felguera. Es lo bueno de estar abierto a todas las posibilidades literarias y a esa sana inquietud que debería tener un lector. Unas veces aciertas, otras veces puedes fallar, pero desde luego la experiencia enriquece.

Tenía yo ciertas reticencias al resultado final, ya que lo peculiar de esta obra es que se trata más bien de una labor de edición de textos ya existentes de los dos autores y de dotarlos de sentido mediante la correcta disposición de los mismos. Este batiburrillo podía resultar indigesto pero, afortunadamente, no es así. El resultado es una obra diferente y tremendamente estimulante.

Del prólogo de Charles Taylor con el que comienza la obra podemos inferir  los derroteros que va a seguir:

“El cruzado del espiritismo más importante fue Arthur Conan Doyle. La primera de sus defensas públicas fue un artículo publicado el 2 de julio de 1887 en Light, un conocido periódico del movimiento espiritista. Curiosamente, el artículo coincidió con la publicación de “Estudio en escarlata”, la primera de las novelas de Doyle cuyo protagonista es Sherlock Holmes. Desde entonces y hasta su fallecimiento, ambos (Sherlock Holmes y el asunto de los espíritus) lo acompañaron y vivió por y para ellos.”

Esta paradoja, la del creador de Sherlock Holmes como abanderado del espiritismo y del pensamiento analítico, es la base de la que parte el libro para mostrarnos la historia del espiritismo. Al otro lado del ring tenemos la figura de Houdini, gran amigo de Doyle que, en una sesión espiritista con Doyle y Leckie (su esposa) se sentirá indignado por el supuesto mensaje escrito en inglés por su madre muerta (cuando su madre nunca había aprendido el idioma), desencadenando un combate a muerte:

“De pronto, el mundo de Houdini cambió. La respuesta de un dolido Houdini fue librar una encarnizada batalla contra Doyle y los espiritistas a la que dedicaría toda su vida, iniciandose así uno de los capítulos más singulares e inquietantes del siglo XX, cuyos protagonistas eran dos héroes de la cultura popular, unos antiguos e irreconciliables amigos enfrentados entre sí y dispuestos ambos a salir victoriosos.”

espirititistaDesde ahí tenemos dos partes muy bien diferenciadas, la primera utiliza la figura de Conan Doyle y se divide en tres capítulos  que incluyen textos del libro de Doyle “El mensaje vital” donde realizaba su apología desmedida del fenómeno espiritista:

“Admitir, como hacen estos observadores, que es innegable que regresen los espíritus y que estos son, en efecto, los amigos que hemos perdido, puesto que nos dan todas las pruebas de ello es, por tanto, hacerse el sordo y ciego respecto a los mensajes que nos envían , lo que es llevar la prudencia hasta los límites de la sinrazón. Llegar hasta eso, detenerse y no pasar de ahí, no es posible.”

Llegando su maniqueísmo a elevarlo al grado de religión a seguir. Tales eran las ínfulas de nuestro querido Doyle:

“Mi opinión sobre los fenómenos físicos es que estos han sido demostrados a todos con evidencia indudable y no tienen sino una importancia secundaria, en tanto que su valor real radica en la objetividad que aquellos brindan a un campo inmenso de los conocimientos. Estos conocimientos son los que modificarán nuestras concepciones religiosas actuales y, tras una comprensión y asimilación racionales, deben hacer de esta realidad una religión; pero no ya un artículo de fe, sino una cuestión efectiva.”

En la segunda parte, tenemos la figura de Harry Houdini, con textos del noveno capítulo del libro del escapista “A magician among the spirits” (1924) donde representa la confrontación directa contra el espiritismo y, más directamente, contra su mayor defensor, su amigo Sir Arthur Conan Doyle:

houdini“El espiritismo ha reivindicado que cuenta con muchas mentes brillantes entre sus seguidores: científicos, profesionales, filósofos y escritores (…) han servido para incorporar a las filas del espiritismo a muchas personas que se dejan guiar por mentes más grandes y poderosas que las suyas propias.

Un ejemplo de esto es sir Arthur Conan Doyle. Hoy en día, cuando se menciona el espiritismo, su nombre le viene de inmediato a la mente al ser humano medio. (…)  Su fe y confianza en el movimiento ha sido uno de los mayores recursos de los actuales creyentes. (…) Sir Arthur cree de verdad. En su gran mente no alberga ninguna duda.”

La opinión de figuras de autoridad como firmes defensores de este fenómeno originó la conversión de personas a esa doctrina; el propio Doyle creía que los trucos de Houdini eran poderes espiritistas; Houdini se dedicaría a poner los pies sobre la tierra indicando que eran simples tretas lejos de estos artificios:

“Sir Arthur cree que tengo grandes poderes de médium y que algunas de mis hazañas las hago con la ayuda de espíritus. 

Todo lo que yo hago se logra gracias a medios materiales, humanamente posibles, sin importar lo desconcertante que sea para el profano.”

Además de la presentación coherente de los textos para reflejar esta confrontación  y, en general, de la historia del espiritismo a través del resto de sus figuras y protagonistas; nos encontramos con la presentación de fotos de la época que reflejan ectoplasma, sesiones espiritistas, fantasmas… y una galería de posters de la época que tienen un indudable encanto pop convirtiendo cada pasar de página en una pequeña sorpresa, una experiencia en sí mismo por lo bien documentados que están.

En definitiva, una pequeña obra sorprendente y adictiva que está fabulosamente editada por La Felguera en esta colección de Zodíaco Negro.  Una oportunidad de leer algo distinto y muy alejado de los típicos best-sellers.

Los textos provienen de la traducción del inglés de Raquel Duato y Eduardo Fonseca.

Las primeras lecturas del 2014

Nuevo año, nuevas lecturas; estamos ante al primer balance de lo que llevo leído, tengo que reconocer que he empezado con muchas ganas y el mes de enero se ha compuesto, principalmente de lecturas atrasadas, regalos de reyes  y una única novedad de comienzo de año, en febrero habrá muchas más novedades, alternadas posiblemente con lecturas de mi proyecto. En cuanto al resumen de lecturas allá va (en la mayoría hay reseña o comentario en Goodreads que enlazo):

“La infancia de Jesús” de J. M. Coetzee, el premio Nobel siempre es interesante hasta cuando se atreve a hacer una dixtopía que desestabiliza a la mayoría de los lectores.  Joyce Carol Oates me ayuda con sus comentarios en su reseña.

“El exterminio” de Jim Thompson, uno de los más grandes de novela negra, que en cada una de sus muestras supo demostrarnos lo duro que es vivir.

“Collected short stories ” (Vol 1) de William Somerset Maughan, exquisita lectura en inglés con sus primeros cuentos, pequeñas delicias que se caracterizan por su elegancia y precisión. Un maestro del relato breve.

“Del color de la leche” de Nell Leyshon, una novela de las que se dicen que “nacen para desgarrarte en tu interior”, un relato sobre la dificultad del papel de la mujer en la sociedad patriarcal.

“La noche más oscura” (Omnibus) de Geoff Johns e Ivan Reiss entre otros, más de quinientas páginas que resumen uno de esos crossovers interminables de DC  y que entretiene lo necesario.

“Operación Dulce” de Ian McEwan, incursión del escritor inglés en la novela de género con mucho humor, ironía y metaliteratura.

“Contrato de Dios y otras historias de Nueva York” de Will Eisner, buena muestra de por qué es considerado el padre del arte secuencial.

“Imperios del Mar” de Roger Crowley, otra obra maestra en la colección de Ático de los libros de historia. En este caso para relatar la batalla del mediterráneo con los turcos. Épico.

“Mr. Paradise” de Elmore Leonard, buena muestra del saber hacer de uno de los más grandes la novela negra que nos dejó el año pasado.

“The stench of Honolulu” de Jack Handey, el Golden Sark de este año, es una manera divertidísima de pasar el rato con una novela de aventuras altamente irreverente.

“Yibuti” de Elmore Leonard, aunque parezca mentira, Leonard también se dedicó a hacer thrillers como este.

“El sombrero del cura” de Emilio de Marchi, uno de los precursores del Giallo italiano, novela de gran expresividad y con ecos de gran literatura.

“Cuentos macabros” de Edgar Allan Poe con ilustraciones de Benjamin Lacombe, los cuentos del gran autor norteamericano ensalzados por las ilustraciones preciosistas de Lacombe, aunque parezca mentira funciona bastante bien.

“1914: de la paz a la guerra” de Margaret MacMillan, no hay mejor forma de describir los momentos anteriores a la gran guerra. MacMillan conforma una obra que se vuelve imprescindible en su elocuencia.

“Sherlock Holmes contra Houdini” con textos de Arthur Conan Doyle y Harry Houdini, la primera novedad del año es una novela inclasificable y encantadora, la historia del espiritismo a través de uno de sus grandes defensores y uno de sus mayores detractores; fotos increíbles, ilustraciones deleznables y un sinfín de curiosidades en una novela más que peculiar a medio camino del ensayo.

Las últimas adquisiciones dan pistas sobre lo que voy a leer a continuación…. algo de esto va a caer en febrero seguramente:

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O de esto, algunas novedades en inglés:

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 El caso es que febrero tiene buena pinta. Veremos cómo resulta.

El resumen de julio y lo que se avecina en agosto

El mes de julio ha resultado este año bastante extraño; principalmente porque he estado casi todo el mes de vacaciones y, además, por la influencia de “El plantador de tabaco” que me absorbió bastante tiempo. El caso es que he tenido acceso muy limitado a mi procesador de textos habitual y se me ha acumulado todo de una manera considerable. La pena de esto hasta que me ponga al día, es que se van a quedar en el tintero varios libros que, sin duda, merecerían un comentario mayor y que, sin embargo, solo los voy a citar en este post conjunto. Sí que pondré las relacionadas con mi Proyecto literario que irán apareciendo sucesivamente:

Sin más dilación, este es el resumen de lecturas del mes:

“Un paraíso inalcanzable” de John Mortimer, de esta joya ya tenía preparada la reseña y caerá en no mucho tiempo, mientras llega, ya os aseguro que va a estar entre lo mejor del año. Una delicia.

“El plantador de tabaco” de John Barth, el post 150 de este blog, todo un éxito para mí, ya lo comenté anteriormente por aquí.

“Joyland” de Stephen King, sí habrá reseña de él, al menos algún comentario. Un muy buen King como últimamente nos tiene acostumbrados.

“Cómo hacer bien el mal” de Harry Houdini, una verdadera sorpresa la publicación de este catálogo de escritos del gran y conocido ilusionista por parte de Capitán Swing. Una lectura diferente para aquellos que piensan que un ensayo es aburrido. Houdini sorprende primeramente con un relato que bien pudiera haber sido escrito a dos manos con el gran Lovecraft; el resto se trata de artículos realizados por él y que nos desvelan secretos para hacer que un ilusionista triunfe además de desvelar algunos de los increíbles trucos de los tragasables o tragapiedras… sí, habéis leído bien. Lectura muy original, divertida y refrescante para el verano.

“Enterrado en vida” de Arnold Bennett, comentaré algo más sobre él, aprovechando el centenario de títulos de la editorial Impedimenta. Baste, como adelanto, comentar que es una lectura anclada en el realismo decimonónico y cargado de mucho buen humor con un personaje dickensiano.

“El último pasajero” de Manuel Loureiro, ya lejos queda la trilogía de zombis del gallego cuando vemos un giro en su carrera con este thriller con viajes en el tiempo, nazis, elementos de terror y, sobre todo, mucha emoción. Una novela que bien podrían haber escrito los increíbles Preston y Child y que sienta un precedente muy interesante, sobre todo por una presentación del conflicto excelente aunque decaiga más en la parte final. Una más que recomendable propuesta de lectura veraniega con más calidad de lo habitual.

“Cartas a Poseidón” de Cees Nooteboom, uno de esos libros de viajes a los que nos tiene acostumbrados; una simple premisa cargada de mucha belleza y de la que hablaré en un post individual.

“Mujer de Barro” de Joyce Carol Oates, uno de esas novelas que nos brinda normalmente la gran narradora norteamericana, más introspectiva por momentos pero juguetona como pocas, y más comprometida que nunca. Oates siempre embriaga con sus ideas, y aquí no puede ocurrir de otra manera. Próximamente prepararé algo sobre ella.

“Luz por todas partes” de Cees Nooteboom, maravillosa antología poética del holandés que comentaré  más adelante en un post a tal efecto.

“La piedra de moler” de Margaret Drabble, es un acontecimiento que publiquen una novela de la hermana de A.S. Byatt, entre otras cosas, porque no hay nada de ella disponible en castellano. El problema en este caso es la elección de un título de sus inicios que, sinceramente, no es demasiado representativo de su calidad. Estamos ante un relato de autorrealización con la típica mujer de la época que intenta compatibilizar vida personal y laboral. Anclado en la tradición realista la novela se lee muy bien, pero queda lejos de sus experimentos postmodernistas (más interesantes en mi opinión), que realizó posteriormente, sobre todo en su Trilogía “The Radiant Way”. Aun así, es una buena lectura para conocerla y esperemos que venda lo suficiente para que veamos más ejemplos de su pluma.

“La maldición de Eva” de Margaret Atwood, me extenderé aún más sobre este libro de ensayos, vale la pena introducirse en el universo de la escritura sobre todo por la sencillez y el sentido común que demuestra.

“La segunda vida de Viola Wither” de Stella Gibbons, si la editorial Impedimenta tiene un valor seguro, es sin duda el caso de Gibbons, sello de una forma de hacer las cosas y que, además, ha sido elegido para ser el título 100. Muy apropiado.

“Luna Llena” de Jim Butcher, qué divertido e imaginativo es Butcher con las aventuras de Harry Dresden, en esta segunda entrega (que ha salido ahora en bolsillo) aprovecha los elementos que ya presentó en el primero y le da una vuelta al mito del hombre lobo. Lo mejor es que presenta datos sobre el pasado de Harry que servirán, más que probablemente, como germen para las siguientes aventuras. El único pero es que consiga que los métodos usados en su investigaciones no se vuelvan monótonos. Veremos si lo logra en las siguientes entregas. Esta, como la anterior, sigue en buena forma.

“Apartamento 16” de Adam Nevill, con lo poquísimo que se publica de terror en España (aparte de los King, Barker y alguna cosilla más…), intento cada vez más hacerme con todo lo que va saliendo. Este escritor británico es una posibilidad razonable de disfrutar del terror. Estamos ante una típica historia de habitación fantasma, un hotel donde los personajes se ven influenciados por el mal que emana en la habitación, un pasado por descubrir y un personaje maligno muy unido al arte. A pesar de caer en tópicos muy asociados a este tipo de relatos el libro se deja leer y tiene buenos momentos, probaré otros  libros suyos sin dudarlo.

“Los tres estigmas de Palmer Eldritch” de Philip K. Dick, cada vez que leo a Dick tengo la misma sensación: es como si la cabeza fuera a estallar con los innumerables conceptos que empieza a presentarte sin que apenas te dé tiempo a aclimatar tu pensamiento. Es una delicia de ciencia ficción, inconmensurable y que sigue asombrando a pesar de haberse escrito ya hace cincuenta años…  Un coloso imprescindible.

“Boston. Sonata para violín sin cuerdas” de Todd McEwen, este no era una lectura muy veraniega a pesar de tratarse de una lectura estupenda. Principalmente porque el recurso utilizado por el autor, ese continuo flujo interior de pensamientos en la cabeza del protagonista tras darse un golpe en la cabeza, obliga a una lectura más detallada para no perder el ritmo de lo que cuenta y eso se hace notar en la velocidad lectora. Eso sí, a pesar del reto que supone, es muy divertido y la historia desborda buen hacer por su imaginación y momentos de lirismo; además está muy bien acabado. Es muy recomendable si se busca algo más exigente.

Y con esto acabo el resumen, jugoso, como habréis comprobado, de este mes de vacaciones.

El otro día realicé las compras mensuales que os pongo a continuación.

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Sin embargo, no creo que en agosto lea ninguno de ellos, aprovechando que tengo que estudiar para los últimos exámenes (espero) de la carrera en septiembre voy a profundizar en algunas lecturas que no tuve tiempo de hacer relacionadas con el siglo XX británico. Por lo tanto estaré centrado en Spark, Lessing, Fowles, Barnes, Plath, Hughes y cosas por el estilo. Ya comentaré el próximo mes cómo va la cosa con ellos.

El próximo mes, de hecho, se acerca una efemérides de gran importancia para mí, ¿adivináis cuál es?