Mis lecturas favoritas del año 2013

Me encantan las listas. Hay tantas listas como gustos y siempre es divertido comprobar lo que sale y sobre todo ligarlo a las afinidades de cada lector.

Este es el tercer año, desde que me “dedico” a escribir posts sobre libros en distintos sitios,  en el que preparo una lista con lo mejor del año. A ver si, poco a poco, consigo que se convierta en una costumbre el que aparezca este post justo el día 1 de enero del año siguiente.

Como en años anteriores me gusta repasar lo que ha sido mi año lector personalmente; también solía hacer una pequeña reflexión sobre el mundo editorial; pero gracias a las “Epístolas librescas” del grandísimo Jónatan Sark en el maravilloso Blog Ausente de Lord Absence, no tiene mucho sentido, ya que en ellas está todo lo bueno  que va saliendo en el año. Además, en su post con el clásico “Sark de Oro” del año realiza un resumen tan exhaustivo como interesante.

Os dejo a continuación los enlaces a estas Epístolas que si no conocéis ya estáis tardando en ir a verlas:

Epístola 1.

Epístola 2.

Epístola 3.

Epístola 4.

Epístola 5.

Epístola 6.

Centrándome en lo personal, tengo que reconocer que, nuevamente este año, me he superado en la mayoría de atributos; he leído mejor, más cantidad, más calidad y más en inglés.

El año pasado terminé 131 libros, y estaba bastante bien, pero este he llegado a los 171 que parecen un límite bastante razonable. También es cierto que, en el proyecto que tengo pensado a tres años las novedades han acabado asfixiando mi reto y debo retomarlo con más fuerza este año para poder terminarlo. En cuanto a las editoriales, como de costumbre, he escogido un montón de títulos pertenecientes a las más  pequeñas, tengo tendencia a ello, y a evitar, habitualmente, los best-sellers vendidos a bombo y platillo. El año que viene se presenta del mismo estilo, sobre todo porque, posiblemente, el Grupo Prisa sea absorbido definitivamente por Random House Mondadori, dejando todo el poder a dos grupos que monopolizarán las novedades mensuales y unas pocas editoriales intentando buscar su hueco entre “nichos” de lectores que busquen ofertas distintas.  De hecho este año lo hemos visto, cómo surgen grupos pequeños buscando su espacio en el corazón de alguno de nosotros como “Malpaso” o “Ginger & Ape”.

cuentos-de-muerte-y-demencia-9788415717287Sin más demora, paso a comentar los que considero las mejores lecturas del año; no son ni más ni menos que los libros con los que más he disfrutado. Son todos publicados (o reeditados) este año y siempre pongo una novedad (o dos) de años anteriores por su relevancia literaria; evidentemente no leo todo, mi ancho de banda llega a donde llega, y soy consciente que hay varios libros que tengo a punto de leer que podrían haber entrado en esta lista. Otros años dejaba once títulos en total, este año han salido más; no lo voy a dejar fijo, este año salen estos y el próximo posiblemente saldrá otro número. Teniendo en cuenta estas consideraciones, vayamos a la lista:

“Cuentos de demencia, amor y muerte” de Poe y Gris Grimly, en un año en el que han proliferado los libros ilustrados, con propuestas de todo tipo, esta edición de Nórdica elcazadorsordode los cuentos de Poe brilla con luz propia gracias a las fabulosas ilustraciones del enigmático Gris Grimly que convierten el libro prácticamente en un cómic y que consiguen el doble objetivo de resaltar las historias de Poe hasta en sus detalles más nimios además de maravillarnos con su indudable preciosismo.

“El cazador sordo” de James McClure, el editor de Reino de Cordelia es, como yo y otros tantos, un fanático del sudafricano McClure y tiene la idea de sacar todo lo inédito del increíble escritor; esta obra tiene todo lo que se necesita para hacer una novela negra perfecta: personajes carismáticos, una buena trama, dolor, en fin, otra obra de incalculable perdida-gillian-flynn-L-C_o8Lavalor.

“Perdida” de Gillian Flynn, sorprendentemente está pasando desapercibida por su halo de best-seller, pero esta historia nos demuestra que el legado de Patricia Highsmith no se ha perdido; la perversidad del personaje principal  me recuerda a los mejores momentos de la inglesa y de Jim Thompson por su afán de darle la vuelta a todo lo establecido y salir impune. Mucha más calidad de lo que la gente se puede pensar.

ojohalconPor“Ojo de Halcón. Seis días en la vida de…” Matt Fraction y David Aja, hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un cómic; los seis primeros números de la nueva colección de Ojo de Halcón nos demuestran que no hay personajes acabados sino malos escritores. Este es uno de esos cómics en que la perfecta unión entre dibujo y trama dan como resultado una de esas pequeñas obras maestras del noveno arte. Aja está inmenso en la narración, Fraction crea historias con un lapromesakamilpunto de preocupación social sin olvidar lo superheroico. Excepcional.

“La promesa de Kamil Modracek” de Jiri Kratochvil, sorprendente novedad esta del checo Jiri Kratochvil que nos trajo Impedimenta. No era esperable que una especie de novela negra postmodernista del este, de un autor desconocido por estos lares, fuera a funcionar tan bien como novela de género y reflexión sobre la culpa el dolor además de incorporar elementos metaficcionales. un-paraiso-inalcanzable-9788415625278Una joya a descubrir en el gran catálogo de Enrique Redel.

“Un paraíso inalcanzable” de John Mortimer, todo lo que sale proveniente de las islas británicas me suele llamar la atención; este libro que publicó Libros del asteroide nos trae a John Mortimer reflejando como nadie el paso plantador_gdedel tiempo de la sociedad británica de postguerra hasta los tiempos de Margaret Thatcher con una sutil ironía y buen humor a raudales, una obra clave de este año.

“El plantador de tabaco” de John Barth, por fin, gracias a Sexto piso, tenemos entre nosotros la legendaria obra del norteamericano y podemos degustar en su plenitud su multitud de puntos de vista. Me extendí pero bien en la reseña donde explico sus grandes virtudes. Una delicia para todo aquel que disfrute de la luztodaspartesliteratura con mayor grado de complicación pero no desdeñe el buen humor.

“Luz por todas partes” de Cees Nooteboom, estamos, sin lugar a dudas, ante  la mejor recopilación de la obra poética del holandés infatigable. Una antología que, gracias a Visor de libros, nos lleva desde los primeros poemas a los últimos publicados y podemos comprobar la heroes_aventureros_cobardes-jacinto_antonevolución en las temáticas y en el estilo. El gusto por el acertijo llevado hasta las últimas consecuencias. Uno de los mejores autores actuales.

“Héroes, aventureros y cobardes” de Jacinto Antón, cierto que no son nuevos, pero también lo es que es la primera vez que se recopilan esta serie de artículos del periodista en un solo libro; Jacinto Antón hace que, tengamos la edad que tengamos, se acreciente nuestra sensación de maravilla ante todo lo que nos cuenta.  ¡Viva la aventura!, en la más fiel tradición de Indiana Jones o Quatermain.

Luminosas-673x1024“Cartas de cumpleaños” de Ted Hughes, no es exactamente de este año pero estas cartas han sido reeditadas por Lumen con ocasión del aniversario de la muerte de Sylvia Plath; indisolublemente unidos a la obra de Plath, Hughes está colosal en este poemario que podemos disfrutar en plenitud en esta edición bilingüe; más allá de lo confesional, el aliento poético del británico es proverbial y nos lleva al thomas-pynchon-bleeding-edge-novelcielo con su intensidad dramática.

“Las Luminosas” de Lauren Beukes,  estamos ante el perfecto thriller, pastiche de géneros donde un asesino en serie se desplaza en el tiempo. Al mismo tiempo tenemos un retrato de la mujer y de la sociedad a lo largo del tiempo. La novela te deja sin aliento por su adicción y tiene paradojas de una sutileza difícilmente superable. Una maravilla.

“Bleeding Edge” de Thomas Pynchon, Pynchon ante el desastre de las empresas de internet y ante el 11-S, Pynchon retador y más cercano a la novela de género que a sus obras Tapa-baja-Jota-Erre-195x300más voluminosas. Pynchon siempre a un nivel muy alto, esperemos que este año pueda ser publicada en España, pero habrá que esperar.

“Jota Erre” de William Gaddis, Gaddis llevó la sátira de la sociedad capitalista a sus últimas consecuencias en esta mastodóntica obra maestra. El fracaso del sueño americano estaba patente aquí en la figura del niño Jota Erre Vansant, subversión del mito; paradigma de la gran el-renacimiento-del-siglo-xii-9788493829582Novela Americana por el reflejo del zeitgeist de una nación. Estilo inigualable. Imprescindible.

“El Renacimiento del siglo XII” de Charles Homer Haskins, ¿quién dice que un ensayo histórico tiene que ser aburrido “per se”? Ático de los libros quiere demostrarnos con su recién lanzada colección de historia que puede ser muy divertido y estar muy bien escrito. Su punta de lanza puede ser, sin duda, este deleite de Mal dadasCharles Homer Haskins que nos relata una época, la Edad Media, oscura de por sí, con la claridad de su erudita prosa.

“Mal dadas” de James Ross, parece mentira que en 1940 el infortunado James Ross realizara una obra de estas características; a medio camino del retrato de la sociedad norteamericana  post- Gran Depresión y de la novela negra más sórdida, se trata de un retrato de los anhelos de los habitantes del sur americano y de su lucha Casadehojaspara salir de las situaciones más penosas para alcanzar el gran “sueño”. Otra de esas pequeñas sorpresas que nos trae habitualmente Sajalín Editores.

“La casa de hojas” de Mark Z. Danielewski, lo que en un principio era imposible este año se ha hecho posible gracias al trabajo de Alpha Decay y Pálido Fuego; es decir, tener la primera edición en español de la inigualable obra del norteamericano; una obra única por lo que supone como experiencia, en la que texto, disposición del texto, trama y el propio lector se convierten en parte de la misma. Una obra necesaria que ahora podemos asesinociegodisfrutar… y temer.

Y para acabar recupero en esta ocasión dos obras de otros años que, sin embargo, constituyen dos obras maestras ineludibles. No pude dejar de alegrarme de la concesión del Nobel a Alice Munro, pero tampoco pude dejar de entristecerme por las consecuencias directas: la muy posible condenación al ostracismo de dos de las escritoras más grandes vivas que tenemos en infiella actualidad: Por un lado su compatriota Margaret Atwood  que  tiene en “El asesino ciego” una de las obras más deliciosas que he tenido la oportunidad de leer, completísima en trama, estructura, personajes, para paladares selectos. Por el otro, desde luego, ya lo sabéis, la simpar Joyce Carol Oates y su recopilación de historias cortas (tan de moda ahora gracias a Munro) “Infiel. Historias de transgresión”, cada relato una verdadera patada en el estómago y a todas nuestras comodidades y seguridades, una subversión continua que demuestra  su maestría en la narración y que nadie (sensible o no) debería perderse.

Bueno, y eso es todo… creo que este año me he pasado, pero valía la pena. Ha sido un muy buen año. ¿Qué nos traerá el siguiente? En este blog lo iréis viendo como de costumbre.

Espero que os guste la selección y os ayude para las compras navideñas.

¡Feliz año 2014!

“La casa de hojas” de Mark Z. Danielewski

CasadehojasEs indudable que la publicación de “La casa de hojas” de Mark Z. Danielewski se ha convertido en uno de los acontecimientos literarios del año, gracias al trabajo conjunto de las editoriales Alpha Decay y Pálido fuego y de su traductor Javier Calvo, debido al carácter legendario y anti-editable que tiene como aura la novela del norteamericano por sus características tan particulares.

Hay muchas maneras de afrontar la forma de realizar la reseña/crítica de la obra; como referencia, una vez leída, la mayoría de la gente debería leerse este artículo de Javi Avilés, siempre referencial en su blog “El lamento de Portnoy”. En ese artículo se examinan todos los posibles niveles de lectura y se discute sobre el narrador de la novela, sobre Truant y Zampanó. Estoy bastante de acuerdo con lo que comenta y me ha ahorrado tener que hacer un análisis tan cerebral para centrarme en las sensaciones a la hora de leerla. Y es que, aparte de todos los juegos que nos propone el autor, estamos ante una nueva variación de la típica ghost-story aunque anclada en el postmodernismo donde hasta las variaciones tipográficas de las fuentes y la forma que se distribuye el texto en cada página se convierten en parte indispensable de la historia. De esta manera, también evitaré el enfermizo “namedropping” utilizado en varias reseñas para señalar las indudables fuentes del autor.

Como buena historia de terror, sea postmodernista o no, debe transmitirnos desde el comienzo este aire ominoso de encontrarnos ante algo inevitable y más doloroso de lo habitual:

“Al principio fue solamente la curiosidad lo que me llevó de una frase a la siguiente. A menudo pasaban varios días sin que cogiera otro fragmento mutilado, tal vez hasta una semana, y sin embargo siempre volvía, durante diez minutos, tal vez veinte, para examinar las escenas, los nombres, las pequeñas conexiones que empezaban a formarse, las tenues continuidades que se desarrollaban en aquellos resquicios de tiempo libre.

Jamás leía más de una hora seguida. […]

Y luego una noche miré el reloj y descubrí que habían pasado 7 horas.”

Lo mejor de Danielewski es que, así, intenta conseguir ligar la experiencia de los narradores de la historia en la nuestra propia: que nosotros podamos sentir lo mismo, en el siguiente texto está la constatación, busca llamarnos la atención y que habitemos la casa con los protagonistas:

“Por mucha magia iridiscente que haya ahí arriba, vuestra mirada ya no podrá detenerse en la luz, ya no podrá encontrar las constelaciones. Solamente pensaréis en oscuridad y os pasaréis  buscándola horas, días, tal vez incluso años, intentando en vano creer que sois una especie de centinela indispensable nombrado por el Universo, como si con el mero hecho de mirarla pudierais mantenerlo todo a raya. La cosa se pondrá tan mal que tendréis miedo hasta de apartar la vista, tendréis miedo de dormir.”

En las primeras páginas vemos una narración densa que nos ayuda a entender dónde nos estamos metiendo, a partir de que nos hagan conscientes de que la casa es mucho más grande por dentro que fuera (esto me recuerda… no, no lo diré…) todo se vuelve más terrorífico por lo indefinible, aquí no vamos a encontrar terror cotidiano sino algo que no podemos entender porque nos saca de nuestro intervalo de confianza, de lo que conocemos y experimentamos de primera mano:

“El haz de la linterna y la cámara recorren el techo y el suelo en armonía aproximada, infiltrándose en habitaciones pequeñas, nichos o espacios que recuerdan a armarios, aunque dentro no hay camisas colgadas. Pese a todo, no importa lo mucho que Navidson avance por este pasillo en concreto: la luz de su linterna nunca se acerca ni siquiera a tocar el punto y final que prometen las líneas de perspectiva convergentes, sino que se limita a deslizarse más y más y más allá, revelando un espacio tras otro, un flujo constante de rincones y paredes, todas ellas ilegibles y completamente lisas.

[…]

Llegados a este punto, empezamos a entender lo grande que la casa de Navidson es realmente.”

Navidson, el protagonista que vive en primera persona lo que sucede en la casa es quien nos recuerda que no tiene nada dónde agarrarse, no hay puntos de referencia:

“Navidson se da la vuelta a toda prisa. Para gran horror suyo, ya no puede ver el arco, mucho menos la pared. Se ha alejado demasiado para encontrarlo con la linterna. De hecho, da igual adónde enfoque con su linterna, lo único que percibe es oscuridad azabache. Y lo que es peor, el giro que ha dado presa del pánico y la consiguiente ausencia de puntos de referencia hacen que le sea imposible recordar de qué dirección acaba de venir.”

Estamos, además, en un laberinto, sin guías para salir:

“En esencia, los ecos solamente están presentes en espacios grandes. Sin embargo a fin de plantearnos cómo las distancias en el interior de la casa de Navidson se ven radicalmente distorsionadas, tenemos que abordar una serie de ideas más complejas acerca de las circunvoluciones, la interferencia, la confusión e incluso  las ideas des-céntricas del diseño y la construcción. En otras palabras, tenemos que abordar el concepto de laberinto.”

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En uno de los momentos más logrados el texto se convierte en un laberinto de digresiones en las que nos vemos encerrados y que nos hace avanzar adelante y atrás a través de las páginas dándonos precisamente esa sensación de falta de ancla y de estar atrapados narrativamente (en este capítulo es cuando la frase del maestro del terror se me hizo más patente), desde ese momento la expedición que tiene lugar más adelante no hace más que redundar en estas sensaciones de desamparo que sentimos al estar imbuidos definitivamente en lo que nos cuenta, puede que no haya un monstruo visible, pero nos sentimos más oprimidos por estar en un sitio que desafía lo que conocemos, donde nos asentamos:

“Sin embargo, incluso mientras Holloway Roberts, Jed Leeder y Wax Hook se adentran más y más en la escalinata durante la Exploración nº 4, siguen sin tener ni idea del propósito de ese lugar gigantesco. ¿Se trata de una mera aberración de la física? ¿De una especie de distorsión del espacio?  ¿O no es más que un laberinto de setos a una escala mucho mayor? ¿Acaso sirve a un propósito funerario? ¿Oculta un secreto? ¿Encarcela o esconde a alguna clase de monstruo? Tal como descubre pronto el equipo de Holloway, las respuestas a estas preguntas no se presentan exactamente con facilidad.”

Los juegos de páginas se suceden desde esa expedición, algunos como el laberinto o la equivalencia de la secuencia del  balazo con fotogramas de una película son realmente interesantes y contribuyen al avance y a nuestra involucración; otros, sin embargo, resultan un poco pueriles a pesar de lograr un efecto indudable.

De todos modos el autor no deja de subrayar el carácter poco fiable que tiene toda la narración, el texto, las imágenes, todos los niveles de lectura que le busquemos…

“Cuando por fin volví a la casa para recuperar la Hi 8, no pude creer lo deprisa que había sucedido todo en realidad. En la filmación mi salto parece facilísimo y aquella oscuridad no parece oscura en absoluto. No capta el vacío que hay en ella, ni el frío. Tiene gracia lo incompetentes que pueden ser a veces las imágenes.” 

La sensación final cuando se resuelve todo es la de libertad, la de haber vivido una experiencia única; y es en esto en lo que me quería centrar, en la necesidad de leer este libro como una experiencia en sí mismo, entrar en el juego y disfrutar de lo que nos va ofreciendo el autor; funciona más como un “artefacto” que como una novela (de hecho mucho de lo que sucede lo hemos vivido mil veces en otras tantas historias); pero, indudablemente, es una experiencia que hay que vivir, con mente abierta, un disfrute sensorial.

Los textos provienen de la edición a cargo de Alpha Decay y Pálido fuego con traducción de Javier Calvo