“Clases de baile para mayores” de Bohumil Hrabal. Un insolente y divertido libertino

ClasesBaileBohumil Hrabal (1914-1997) es un escritor checo cuya obra se caracteriza “por una visión satírica de la realidad y la importancia que confiere a sus aspectos absurdos”. “Considerado uno de los más grandes autores del siglo XX en su lengua por su facilidad narrativa y el uso alternativo del humor y la tragedia en un mismo plano.” Nórdica nos trae ahora una de sus obras emblemáticas, “Clases de bailes para señoras” donde un anciano cuenta sus batallitas a una señorita con todo lujo de detalles.

Para entender su estilo y su forma de escribir me voy a basar en tres fuentes, en primer lugar la opinión del escritor británico Julian Barnes:

“Hrabal es un novelista muy sofisticado, con un gran gusto por el humor y una sutil ternura en los detalles.”

De esta frase hay tres datos importantes a tener en cuenta: sutileza en los detalles, gusto por el humor y lo sofisticado de su propuesta.

Como segunda fuente vamos a utilizar al propio autor que en la novela que me ocupa hoy dice lo siguiente en el prólogo:

“Pienso que las expresiones idiomáticas poco ortodoxas a las que he recurrido en la construcción de Clases de Baile para mayores son necesarias en la misma medida, en la prosa contemporánea se aprecia un deslizamiento en la selección en la figura del héroe. Creo que existe un continuo trasvase entre la lengua coloquial y las jergas, y que un nivel idiomático presupone la existencia del otro. Las jergas, más que la lengua coloquial, tienen un interés en el idioma académico, puesto que se basan en saltarse las reglas establecidas mediante la creatividad, buscando un efecto de sorpresa y singularidad, para cogerte desprevenido.[…]”

Su defensa a ultranza de la jerga idiomática como elemento desestabilizador del orden establecido le ayuda a desplazar la figura de un héroe atípico, como es en este caso el insolente, tierno, divertido anciano que nos cuenta las típicas batallas de los abuelos. La tercera fuente es mi propia experiencia observadora: Hrabal plantea una narración en primera persona que es un flujo continuo de pensamientos, de anécdotas y experiencias que se van sucediendo a lo largo de toda la narración; no utiliza el diálogo, pero se sabe que está narrándoselo a alguien.

A pesar de la apariencia poco amigable (no hay apenas puntos y apartes) la narración avanza con solidez y resulta bastante adictiva ya que Hrabal es capaz de aderezarla con todo tipo de detalles que la enriquecen, tal es el caso de su descripción de lugares en los que nuestro querido anciano ha estado; en ese momento es cuando acentúa el uso de los adjetivos para exaltar el colorido de lugares tan exóticos como Hungría:

“[…] y me fui  a hacer mundo, a Hungría ¡qué delicia!… en Sopron había una hermosa fábrica de cerveza, un edificio rojo y blanco con ventanas verdes como las tirolesas, y todo estaba alicatado, junto a cada una de las ventanas había una escalera de hierro para que los bomberos, en caso de incendio, pudieran subir y bajar con facilidad, como los monos aquellos de Dresde… y Budapest, ¡qué maravilla de ciudad!, una calle blanca con ventanas rojas y otra toda verde con ventanas amarillas; las había azules, doradas y con pintas; incluso durante la guerra se hacía un pan tan blanco como si fueran bollos…[…]”

Todo esto salpicado de momentos metaliterarios donde reflexiona sobre el verdadero fin de la poesía en particular; el símil, desde luego, ayuda a entenderlo además de sacarnos una sonrisa:

“[…] por ello el poeta Bondy me decía que la verdadera poesía debe ser dolorosa, como si uno olvidara la cuchilla de afeitar en un pañuelo y, al sonarse, la nariz se cortara con ella, que un buen libro no es el que sirve al lector para mejor conciliar el sueño, sino que, por el contrario, debe sacarle de la cama para que corra, tal como está, en calzoncillos, a propinarle unos coscorrones al señor escritor…[…]”

En este vendaval de grandilocuencia, no duda en atribuirse las palabras de su teniente Hovorka a la hora de conquistar a una mujer, esa sutileza en los detalles de la que hablaba anteriormente:

“[…]¡Chicos!, decía el teniente Hovorka, “a una mujer así hay que tratarla con suavidad, como si uno estuviera afilando un lápiz: eso con las mujeres es más eficaz que sacarles la bayoneta; […]”

Y hace gala continuamente del humor, hasta cuando le llegaron a incluir en el parte de bajas, ¡estando él presente!

“[…] y me sucedió a mí que un día, al pasar revista, leyendo el parte de bajas, me señalaron entre los caídos: todo coincidía, incluso la fecha de nacimiento, conque dije en voz alta: “¡Pero si yo estoy vivo!”, a lo que me cayeron dos semanas de arresto por hablar durante el pase de revista; […]”

Es en el epílogo donde adivinamos por fin a quién está narrando sus peripecias; es entonces cuando el gran escritor checo hace gala de una mayor profusión lírica; en efecto, su escena final es de un gusto ciertamente conmovedor, un colofón extraordinario a esta pequeña sorpresa literaria.

[…] y empezó a lavarse, y el anciano, que se había pasado toda la tarde contándole historias, en ese instante quedó como fulminado, su rodilla doblada, presa de unas manos anudadas, mirando más allá de ella, hierático, arrebatado, tierno, mientras ella le hacía ese regalo que solamente una mujer puede hacer a un hombre, lavándose, a la caída del día, para unos ojos emocionados…”

Los textos provienen de la traducción del checo de Jitka Mlejnková y Alberto Ortiz de “Clases de baile para mayores” de Bohumil Hrabal para la editorial Nórdica.

“Traficantes de milagros y sus métodos” y “Diez”. Dos curiosas propuestas

traficantes-de-milagros-y-sus-metodos-9788416112036Hoy os propongo un par de posibilidades ciertamente divergentes entre sí; quién sabe las razones que me llevaron a alternarlas, pero el resultado dispar es, a pesar de todo, bastante apetecible. No hablamos de obras que vayan a pasar a la historia por su calidad, pero sin embargo, nos ofrecen un entretenimiento más que digno.

El primer caso es otro exponente de la “Houdiniexploitation” que estamos viviendo en la actualidad, bienvenido sea, pero con precaución, ¿qué es lo que nos podemos encontrar en este libro? Pues el menú de un tragafuegos:

“El menú solía consistir en lo siguiente:

De primero, antorchas de brea ardiente, carbón incandescente y pequeños cantos rodados calentados al máximo.

El asado, cuando Dufour se sentía realmente hambriento, consistía en nueve kilos de buey o media ternera. A modo de fogón, se valía de la palma de la mano o de la lengua. La salsa de mantequilla con la que se servía el asado era azufre, derretido o cera ardiendo. Cuando el asado estaba listo, ingería el carbón y el asado juntos.

De postre se tragaba los cuchillos y los tenedores, las copas, y los platos de barro cocido.

Se encargaba de mantener al público animado presentando todo esto con un espíritu cómico y grosero y, para reforzar el elemento cómico, incluía el número la participación de varios gatos amaestrados.”

Tal menú nos hace una idea de lo que surgió en la época en cuanto a esas figuras, Houdini se dedica a describir los pormenores, las vidas, los trucos que utilizaban estos personajes; desvelando al mismo tiempo la antigüedad de algunos de los trucos utilizados; estamos ante un desfile de rarezas que desafían nuestro sentido de la maravilla y que nos retrotraen a una época distinta que, probablemente, no se volverá a dar:

“Siempre habrá entre nosotros personas forzudas, ya sean embaucadoras o atletas genuinos. Pero, con el gradual refinamiento de los gustos del público, la demanda de exhibiciones como las que ofrecen tragafuegos, tragasables, masticadores de cristal y el repertorio entero del así llamado Avestruz humano fue decayendo paulatinamente, y sólo recuerdo un anuncio de la actuación de un artista de este género en un teatro de primera clase de este país durante la generación presente, y el número nunca llegó a efectuarse.”

Esos “dime museums” vivieron un “exploitation” en su momento que nosotros, actualmente, no podemos ni sospechar, pero sí podemos hacernos una idea, la televisión y sus realities han sustituido con creces a esos “freaks”:

“Todavía existía una demanda considerable de esas personas en los dime museums, hasta que el enorme incremento del número de establecimientos de esta clase creó una necesidad de freaks que excedía con mucho la oferta, y muchos se vieron obligados a cerrar porque no había freaks disponibles, ni siquiera a pesar del enorme incremento de los salarios que por entonces se produjo.” 

No se equivocaba al suponer que con el tiempo ese tipo de representaciones escénicas desaparecerían.

“El dime museum ya no es más que un recuerdo, y dentro de tres generaciones habrá caído, con toda probabilidad en el olvido. Algunos de los números eran lo bastante buenos como para que mereciese la pena seguir a los empresarios en su incursión en el vodevil, pero estos no tienen cabida en esta crónica, cuya finalidad última es la de conmemorar ciertas formas de entretenimiento a las que el olvido amenaza con sumir en la oscuridad bajo la envergadura de sus grandes alas.”

Para los que hemos leído el fantástico “Cómo hacer bien el mal” que sacó el año pasado Capitán Swing puede que este libro nos resulte menos novedoso e, indudablemente, la calidad de este último era mayor; los lectores noveles lo disfrutarán mucho más. Mención aparte, las Ilustraciones de Iban Barraenetxea en mitad del libro que describen uno de los trucos del gran Houdini y que sirven de aderezo a esta buena edición de Nórdica.

diez-Gretchen-McNeil-portadaLa segunda curiosidad es algo que no me “pega” nada aparentemente; aunque los seguidores del blog y los que me conocen saben que una novela como “Diez” con el argumento de “Diez negritos” de Agatha Christie y un desarrollo de slasher noventero (estilo Scream), son dos reclamos más que suficientes para que caiga en ella sin remedio.

Gretchen McNeil es una escritora que fue cantante de ópera y en este segundo libro (enfocado al público juvenil, no en vano lo saca Maeva en su sello Young para este segmento); la premisa de partida es, como podéis imaginar, la novela de la gran dama del crimen; la primera parte, de presentación de los personajes, ciertamente resulta más cargante de cara al público más adulto que pudiera leerla: se reflejan con demasiados detalles los típicos amoríos juveniles y pueden llegar a un momento de saturación; afortunadamente, sin abandonarlos, entra en faena a toda velocidad y en cuanto empiezan a producirse los crímenes, pasan a un segundo plano y se integran con la trama principal.

La presentación del ambiente es, como de costumbre, necesaria para el buen hacer de la novela, una de las bazas para que funcione es mostrarnos el aislamiento y la impenetrabilidad del lugar en el que tendrán lugar los acontecimientos:

“White Rock House se erguía ante sus ojos. Mezcla de faro y mansión criolla, relucía como un foco en mitad de la nada. Había un patio cubierto y cercado por una balaustrada de hierro forjado frente a la fachada principal que continuaba por los laterales, los hastiales de la segunda y la tercera planta sobresalían por encima de las ventanas, quizá para protegerlas de la furia de la madre naturaleza. Del centro de la casa emergía una enorme torre de cuatro pisos que parecía no tener relación alguna con la fachada.

Por el rabillo del ojo, Meg percibió un resplandor en un lateral de la casa. Entrecerró los ojos y se dio cuenta de que todo el suelo alrededor de la casa estaba cubierto por piedras blancas y brillantes.

De ahí el nombre de White Rock House.” 

A partir de ahí se sucederán las muertes, una tras otra, en un desarrollo típico de slasher y que recuerda “Sé lo que hicisteis el último verano” o “Scream” ; afortunadamente, la resolución está a la altura y funciona a la perfección mostrándonos a uno de esos enemigos que desafían las leyes de la cordura:

“Da igual -dijo Tom-. Eres culpable por asociación.

Una lógica genial y demencial.”

Teniendo en cuenta lo anterior, los elementos terroríficos y de típica novela policíaca se desenvuelven con la suficiente coherencia para obtener una lectura amena y que nos hará pasar unas buenas horas de diversión. Buena propuesta sin duda.

Traducción del inglés de Alicia Frieyro de “Traficantes de milagros y sus métodos” de Harry Houdini en Nórdica.

Traducción del inglés de Daniel Hernández Chambers de “Diez” de Gretchen McNeil en Maeva Young.

Mis lecturas favoritas del año 2013

Me encantan las listas. Hay tantas listas como gustos y siempre es divertido comprobar lo que sale y sobre todo ligarlo a las afinidades de cada lector.

Este es el tercer año, desde que me “dedico” a escribir posts sobre libros en distintos sitios,  en el que preparo una lista con lo mejor del año. A ver si, poco a poco, consigo que se convierta en una costumbre el que aparezca este post justo el día 1 de enero del año siguiente.

Como en años anteriores me gusta repasar lo que ha sido mi año lector personalmente; también solía hacer una pequeña reflexión sobre el mundo editorial; pero gracias a las “Epístolas librescas” del grandísimo Jónatan Sark en el maravilloso Blog Ausente de Lord Absence, no tiene mucho sentido, ya que en ellas está todo lo bueno  que va saliendo en el año. Además, en su post con el clásico “Sark de Oro” del año realiza un resumen tan exhaustivo como interesante.

Os dejo a continuación los enlaces a estas Epístolas que si no conocéis ya estáis tardando en ir a verlas:

Epístola 1.

Epístola 2.

Epístola 3.

Epístola 4.

Epístola 5.

Epístola 6.

Centrándome en lo personal, tengo que reconocer que, nuevamente este año, me he superado en la mayoría de atributos; he leído mejor, más cantidad, más calidad y más en inglés.

El año pasado terminé 131 libros, y estaba bastante bien, pero este he llegado a los 171 que parecen un límite bastante razonable. También es cierto que, en el proyecto que tengo pensado a tres años las novedades han acabado asfixiando mi reto y debo retomarlo con más fuerza este año para poder terminarlo. En cuanto a las editoriales, como de costumbre, he escogido un montón de títulos pertenecientes a las más  pequeñas, tengo tendencia a ello, y a evitar, habitualmente, los best-sellers vendidos a bombo y platillo. El año que viene se presenta del mismo estilo, sobre todo porque, posiblemente, el Grupo Prisa sea absorbido definitivamente por Random House Mondadori, dejando todo el poder a dos grupos que monopolizarán las novedades mensuales y unas pocas editoriales intentando buscar su hueco entre “nichos” de lectores que busquen ofertas distintas.  De hecho este año lo hemos visto, cómo surgen grupos pequeños buscando su espacio en el corazón de alguno de nosotros como “Malpaso” o “Ginger & Ape”.

cuentos-de-muerte-y-demencia-9788415717287Sin más demora, paso a comentar los que considero las mejores lecturas del año; no son ni más ni menos que los libros con los que más he disfrutado. Son todos publicados (o reeditados) este año y siempre pongo una novedad (o dos) de años anteriores por su relevancia literaria; evidentemente no leo todo, mi ancho de banda llega a donde llega, y soy consciente que hay varios libros que tengo a punto de leer que podrían haber entrado en esta lista. Otros años dejaba once títulos en total, este año han salido más; no lo voy a dejar fijo, este año salen estos y el próximo posiblemente saldrá otro número. Teniendo en cuenta estas consideraciones, vayamos a la lista:

“Cuentos de demencia, amor y muerte” de Poe y Gris Grimly, en un año en el que han proliferado los libros ilustrados, con propuestas de todo tipo, esta edición de Nórdica elcazadorsordode los cuentos de Poe brilla con luz propia gracias a las fabulosas ilustraciones del enigmático Gris Grimly que convierten el libro prácticamente en un cómic y que consiguen el doble objetivo de resaltar las historias de Poe hasta en sus detalles más nimios además de maravillarnos con su indudable preciosismo.

“El cazador sordo” de James McClure, el editor de Reino de Cordelia es, como yo y otros tantos, un fanático del sudafricano McClure y tiene la idea de sacar todo lo inédito del increíble escritor; esta obra tiene todo lo que se necesita para hacer una novela negra perfecta: personajes carismáticos, una buena trama, dolor, en fin, otra obra de incalculable perdida-gillian-flynn-L-C_o8Lavalor.

“Perdida” de Gillian Flynn, sorprendentemente está pasando desapercibida por su halo de best-seller, pero esta historia nos demuestra que el legado de Patricia Highsmith no se ha perdido; la perversidad del personaje principal  me recuerda a los mejores momentos de la inglesa y de Jim Thompson por su afán de darle la vuelta a todo lo establecido y salir impune. Mucha más calidad de lo que la gente se puede pensar.

ojohalconPor“Ojo de Halcón. Seis días en la vida de…” Matt Fraction y David Aja, hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un cómic; los seis primeros números de la nueva colección de Ojo de Halcón nos demuestran que no hay personajes acabados sino malos escritores. Este es uno de esos cómics en que la perfecta unión entre dibujo y trama dan como resultado una de esas pequeñas obras maestras del noveno arte. Aja está inmenso en la narración, Fraction crea historias con un lapromesakamilpunto de preocupación social sin olvidar lo superheroico. Excepcional.

“La promesa de Kamil Modracek” de Jiri Kratochvil, sorprendente novedad esta del checo Jiri Kratochvil que nos trajo Impedimenta. No era esperable que una especie de novela negra postmodernista del este, de un autor desconocido por estos lares, fuera a funcionar tan bien como novela de género y reflexión sobre la culpa el dolor además de incorporar elementos metaficcionales. un-paraiso-inalcanzable-9788415625278Una joya a descubrir en el gran catálogo de Enrique Redel.

“Un paraíso inalcanzable” de John Mortimer, todo lo que sale proveniente de las islas británicas me suele llamar la atención; este libro que publicó Libros del asteroide nos trae a John Mortimer reflejando como nadie el paso plantador_gdedel tiempo de la sociedad británica de postguerra hasta los tiempos de Margaret Thatcher con una sutil ironía y buen humor a raudales, una obra clave de este año.

“El plantador de tabaco” de John Barth, por fin, gracias a Sexto piso, tenemos entre nosotros la legendaria obra del norteamericano y podemos degustar en su plenitud su multitud de puntos de vista. Me extendí pero bien en la reseña donde explico sus grandes virtudes. Una delicia para todo aquel que disfrute de la luztodaspartesliteratura con mayor grado de complicación pero no desdeñe el buen humor.

“Luz por todas partes” de Cees Nooteboom, estamos, sin lugar a dudas, ante  la mejor recopilación de la obra poética del holandés infatigable. Una antología que, gracias a Visor de libros, nos lleva desde los primeros poemas a los últimos publicados y podemos comprobar la heroes_aventureros_cobardes-jacinto_antonevolución en las temáticas y en el estilo. El gusto por el acertijo llevado hasta las últimas consecuencias. Uno de los mejores autores actuales.

“Héroes, aventureros y cobardes” de Jacinto Antón, cierto que no son nuevos, pero también lo es que es la primera vez que se recopilan esta serie de artículos del periodista en un solo libro; Jacinto Antón hace que, tengamos la edad que tengamos, se acreciente nuestra sensación de maravilla ante todo lo que nos cuenta.  ¡Viva la aventura!, en la más fiel tradición de Indiana Jones o Quatermain.

Luminosas-673x1024“Cartas de cumpleaños” de Ted Hughes, no es exactamente de este año pero estas cartas han sido reeditadas por Lumen con ocasión del aniversario de la muerte de Sylvia Plath; indisolublemente unidos a la obra de Plath, Hughes está colosal en este poemario que podemos disfrutar en plenitud en esta edición bilingüe; más allá de lo confesional, el aliento poético del británico es proverbial y nos lleva al thomas-pynchon-bleeding-edge-novelcielo con su intensidad dramática.

“Las Luminosas” de Lauren Beukes,  estamos ante el perfecto thriller, pastiche de géneros donde un asesino en serie se desplaza en el tiempo. Al mismo tiempo tenemos un retrato de la mujer y de la sociedad a lo largo del tiempo. La novela te deja sin aliento por su adicción y tiene paradojas de una sutileza difícilmente superable. Una maravilla.

“Bleeding Edge” de Thomas Pynchon, Pynchon ante el desastre de las empresas de internet y ante el 11-S, Pynchon retador y más cercano a la novela de género que a sus obras Tapa-baja-Jota-Erre-195x300más voluminosas. Pynchon siempre a un nivel muy alto, esperemos que este año pueda ser publicada en España, pero habrá que esperar.

“Jota Erre” de William Gaddis, Gaddis llevó la sátira de la sociedad capitalista a sus últimas consecuencias en esta mastodóntica obra maestra. El fracaso del sueño americano estaba patente aquí en la figura del niño Jota Erre Vansant, subversión del mito; paradigma de la gran el-renacimiento-del-siglo-xii-9788493829582Novela Americana por el reflejo del zeitgeist de una nación. Estilo inigualable. Imprescindible.

“El Renacimiento del siglo XII” de Charles Homer Haskins, ¿quién dice que un ensayo histórico tiene que ser aburrido “per se”? Ático de los libros quiere demostrarnos con su recién lanzada colección de historia que puede ser muy divertido y estar muy bien escrito. Su punta de lanza puede ser, sin duda, este deleite de Mal dadasCharles Homer Haskins que nos relata una época, la Edad Media, oscura de por sí, con la claridad de su erudita prosa.

“Mal dadas” de James Ross, parece mentira que en 1940 el infortunado James Ross realizara una obra de estas características; a medio camino del retrato de la sociedad norteamericana  post- Gran Depresión y de la novela negra más sórdida, se trata de un retrato de los anhelos de los habitantes del sur americano y de su lucha Casadehojaspara salir de las situaciones más penosas para alcanzar el gran “sueño”. Otra de esas pequeñas sorpresas que nos trae habitualmente Sajalín Editores.

“La casa de hojas” de Mark Z. Danielewski, lo que en un principio era imposible este año se ha hecho posible gracias al trabajo de Alpha Decay y Pálido Fuego; es decir, tener la primera edición en español de la inigualable obra del norteamericano; una obra única por lo que supone como experiencia, en la que texto, disposición del texto, trama y el propio lector se convierten en parte de la misma. Una obra necesaria que ahora podemos asesinociegodisfrutar… y temer.

Y para acabar recupero en esta ocasión dos obras de otros años que, sin embargo, constituyen dos obras maestras ineludibles. No pude dejar de alegrarme de la concesión del Nobel a Alice Munro, pero tampoco pude dejar de entristecerme por las consecuencias directas: la muy posible condenación al ostracismo de dos de las escritoras más grandes vivas que tenemos en infiella actualidad: Por un lado su compatriota Margaret Atwood  que  tiene en “El asesino ciego” una de las obras más deliciosas que he tenido la oportunidad de leer, completísima en trama, estructura, personajes, para paladares selectos. Por el otro, desde luego, ya lo sabéis, la simpar Joyce Carol Oates y su recopilación de historias cortas (tan de moda ahora gracias a Munro) “Infiel. Historias de transgresión”, cada relato una verdadera patada en el estómago y a todas nuestras comodidades y seguridades, una subversión continua que demuestra  su maestría en la narración y que nadie (sensible o no) debería perderse.

Bueno, y eso es todo… creo que este año me he pasado, pero valía la pena. Ha sido un muy buen año. ¿Qué nos traerá el siguiente? En este blog lo iréis viendo como de costumbre.

Espero que os guste la selección y os ayude para las compras navideñas.

¡Feliz año 2014!

Una de libros ilustrados: “Cuentos de muerte y demencia” de Edgar Allan Poe y “Ciencia Ficción. Poemas, artículos y novelas cortas” de Emilio Carrere.

cuentos-de-muerte-y-demencia-9788415717287Este dúo tiene mucho más sentido que el que comenté anteriormente. No exagero si digo que estos dos libros se encuentran, por derecho propio, entre lo mejor que se ha publicado en lo que llevamos de año.

El primero de ellos se trata de la recopilación de cuentos de Edgard Allan Poe “Cuentos de muerte y demencia” con ilustraciones del norteamericano Gris Grimly. Enigmático artista, del que no se sabe ni su fecha de nacimiento y del que podéis haceros una idea de su obra en su web www.madcreator.com;  tiene gracia que sea una especie de Salinger/Pynchon de la ilustración, goza de bastante prestigio, de hecho,  últimamente ha ilustrado “El alfabeto peligroso” de Neil Gaiman.

Esta exquisita edición de Nórdica cuenta con cuatro de las historias del gran Edgar Allan Poe que se convierten, casi sin pensarlo, en una narrativa más cercana al cómic que al libro ilustrado. Las historias incluidas (“El corazón delator”, “El sistema del doctor Tarr y el profesor Fether”,  “La caja oblonga” y “Los hechos del caso del Sr. Valdemar”) se ven realzadas por un dibujo de trazo sucio pero detallista, que juega con la exageración pero que, ciertamente, resulta muy bello, vistoso y, por momento, terrorífico.

Una verdadera delicia con el único pero de hacerse demasiado corto. Una lástima.

El segundo de los libros ilustrados que he escogido se une en lo temático con el que he comentado anteriormente, se trata de “Ciencia Ficción. Poemas, artículos y novelas cortas” de Emilio Carrere, edición de Francisco Arellano para su Biblioteca del Laberinto con prólogo y selección de María José Gutiérrez; y digo que se une en lo temático porque Carrere, en vida, tradujo a Poe del francés y se convirtió en una de sus influencias más evidentes en su narrativa.

carrereEl prólogo de María José Gutiérrez resulta sumamente clarificador para hacerse una idea del personaje, me encanta la descripción de Emilio Carrere realizada por un joven Arturo Barea “Tenía cara de luna, una gran melena, un sombrero blanco con alas enormes, una bufanda atada al cuello y el corpachón de un campesino, fumando incesante una pipa que, a veces, rellenaba con colillas. Sentí como un gran honor que se dignara a permitir que le invitara a un vaso de de cerveza.”

A partir de ahí se desgrana el contenido de la selección empezando por sus poemas:

“Los poemas que incluye la selección que ofrecemos pertenecen en su mayoría a “Del Dolor, del Amor y del Misterio” y son un buen ejemplo de sus inquietudes”.

Estas inquietudes tienen que ver con “el amor como un maleficio del que no puede desprenderse y que le lleva irremisiblemente a la infidelidad” o sobre la vida después de la muerte, de la que no tiene certeza de que exista además de su visión del más allá o del espiritismo con influencias más que cercanas con Poe. La siguiente estrofa incluida en “La hora oportuna” es un buen ejemplo de ello:

“Siempre tarde o más temprano

Parece que en el arcano

Alguien trastrueca mi suerte,

Y cual sarcasmo fatal sólo seré puntual

Cuando me cite la muerte!”

Las inquietudes que mencionaba anteriormente están presentes en sus artículos igualmente, solo tenemos que echar un vistazo a este “Las visiones de Amichatis”:

 “-Es una cosa absolutamente real, aunque parezca un cuento de Poe o de Hoffmann. Y le advierto que entonces no había leído ni un solo libro de espiritismo. […]  Me impresionó el relato de Amichatis y yo había leído muchos casos de materialización del doble astral de los muertos. Las había leído, pero no es lo mismo que oírlas contar de viva voz por alguien que lo ha visto, por alguien que ha tenido el escalofriante privilegio de haberlo visto.”

Tanto el espiritismo como la vida después de la muertes estaban presentes en su narrativa, no digamos Poe, acentuado aún más este “Edgar Poe, ocultista”:

“Poe vino a la Tierra a hacer el doloroso aprendizaje del genio entre las almas inferiores. Realmente, si fue un genio fue un hombre infinitamente desgraciado. La Naturaleza le dotó de una inteligencia extraordinaria, como compensación de un destino implacablemente cruel. La única tacha que se le puede imputar fue la embriaguez contumaz; pero ¿ha sido el único poeta borracho? En los demás, y más entre nosotros, ese vicio ha sido una falta leve. Todos hemos tenido el decoro de no mirar con demasiada curiosidad el horror de vidas ajenas. Con Poe, no. Fue una jauría gazmoña, “burguesa”, cruel, que se cebó en su cadáver como poseída por un ataque de vampirismo. Fue el aborrecimiento de la zoocracia.”

Espléndida muestra de un talento más de lo anecdótico, capaz de momentos líricos y admirador apasionado del genio de Poe. Todos los artículos se convierten en algo imprescindible, como la parte final del libro formada por tres novelas cortas que gozan de las portadas e ilustraciones realizadas en la época por Carlos Masberger y Riquer; las ilustraciones interiores no tienen color, solo el dibujo, pero resultan precisas y claras, complementado la historia contada. Las portadas, con un claro aire pulp de Bolsilibro, son unas pequeñas joyas.

En cuanto al texto de las novelas en sí, en “El viaje sin retorno” nos encontramos con una novela de ciencia ficción o más bien científica, sobre el invento de una máquina para medir las vibraciones que emiten las personas y que terminará trágicamente, en la más fiel tradición de H. G. Wells. Sin embargo en la encantadora “El embajador de la luna” afrontaremos una invasión extraterrestre en Villacapuana donde el peculiar y entrañable Selenito se enfrentará a la realidad de la España profunda y realista, una realidad de la que no conoce ni el valor del dinero:

“-Oye, y eso del dinero, ¿qué es?

El melancólico remendón puso una grotesca cara de asombro.

-Pero ¿de dónde te has caído tú, que no conoces al Amo Tenebroso de las sociedades humanas?”

Finaliza esta breve recopilación con “La momia de Rebeque” donde, a través del mesmerismo, (los ecos con Poe y su extraño caso de Valdemar son evidentes)  el protagonista despierta en una nueva sociedad, distópica, en la que se ha producido una revolución antiburguesa, pero que no es todo lo benigna que podría haber imaginado: 

“Para los demás ciudadanos el acto de solicitar un pasaporte era castigado con la horca. El país era una jaula colosal de donde no se escapaba ni un gato.

-Pero esto es injusto. ¡Yo escribiré unos artículos protestando!…

-Has de saber que no hay periódicos desde hace treinta y nueve años. Las noticias se dan por altavoces de radio. Ni se publican libros. ¿Para qué? ¿Para adquirir la enfermedad de pensar? Sólo las tabernas gozan de  su tradicional prosperidad.” 

En este extraño mundo, Rebeque está a punto de cometer un error que llega a subsanar antes de llegar a la catástrofe.

Este tremendo combo es una manera sanísima de disfrutar de novela de género, máxime con este monográfico que estoy acometiendo. Para profanos y experimentados en este tipo de materias. Un disfrute total.

“La gente corriente de Irlanda” de Flann O’Brien

Que el enigmático Desmond de la serie “Perdidos” apareciese leyendo “El tercer policía” de Flann O’Brien en el capítulo con el que comenzó la segunda temporada (“Man of science, Man of Faith”), sirvió para que el libro vendiera tanto en tres semanas como en los seis años anteriores de edición. Gracias a Craig Wright, guionista, y a los creadores Damon Lindelof y Carlton Cuse; se extendió la idea de que había pistas dentro del libro que ayudarían a comprender por dónde iban los tiros y claro, con este reclamo, cómo no iba a triunfar. Independientemente de lo anecdótico de la situación, sí que sirvió para que mucha gente empezara a conocer su obra, entre los cuales me incluyo, que en ese mismo año leí la novela en cuestión.

La editorial Nórdica acometió la publicación de las obras de este genial escritor irlandés y, a día de hoy, con “La gente corriente de Irlanda”, ha finalizado la edición de casi toda su obra.

Este último libro es una recopilación de los textos que aparecieron en las páginas del “The Irish Times”, concretamente en la columna “Cruiskeen Lawn” que hizo con el seudónimo Myles na gCopaleen (personaje de la novela de 1828 “The Collegions”, de Gerald Griffin). Y como bien comenta en el fantástico prólogo su traductor Antonio Rivero, “en las más de 3000 columnas publicas siempre brillan la erudición, la parodia y ese rasgo sin el que un escritor está perdido; un fino oído acompañado de la capacidad de reproducir el lenguaje del común en letras de molde”. Hay que indicar que la mayoría de estos textos han sido traducidos directamente del gaélico.

De entre todas las columnas que realizó, se ha hecho una selección dividida por temas o epígrafes, con más o menos inspiración, pero siempre interesantes.

Especialmente divertidos son los artículos que se reúnen con el título “La AIEAAM, etc.” (Asociación Irlandesa de Escritores Actores Artistas y Músicos) donde se inventa conceptos tales como los “manipuladores profesionales” de libros; llegando a establecer un tipo de alto nivel al que llama “Manipulador superior o Traitement Superbe”, que “es el más costoso de todos, por supuesto, pero tirado de precio si se tiene en cuenta la cantidad de prestigio que se gana a ojos de los amigos ridículos”. También habla de lo que él llama “ventrílocuos acompañantes profesionales” para, a continuación definirlo como: “El acompañante cualificado responde a sus propias preguntas viriles con una voz mucho más agradable que el graznido nada femenino de usted y da respuestas que por su brillantez y chispa asombran a quienes tienen detrás”

Hay otras recopilaciones menos imaginativas como la de “El tribunal del arbitraje de Cruiskeen”, donde se enreda en una jerga de abogados que puede resultar un poco pesada; pero todo se olvida cuando llega a ese inconmensurable “Catecismo del cliché”, en el que recopila “en 356 partes trisemanales un compendio único de cuanto hay de nauseabundo en la escritura contemporánea.” Define el término de la siguiente forma: “Un cliché es una frase que ha llegado a fosilizarse, y las palabras que lo componen han sido privadas de su luz y su significado intrínsecos a través de su uso incesante”; y se van sucediendo uno tras otro, a cuál más imaginativo y divertido. (“¿Cómo es la perra que le cedo cuando usted habla sin bajarse del burro? Gorda.” “¿Con qué actividad dígito-mamatoria confundió mi actitud? Creyó que me chupaba el dedo”). Desde luego es de tal actualidad que la mayoría de ellos se podrían aplicar ahora mismo.

Tampoco se salvaron de sus columnas “El irlandés y temas relacionados” donde se mofa con fina ironía de los irlandeses y su obsesión con el gaélico: “En Donegal hay hablantes nativos que saben tantas millones de palabras que siempre es una cuestión de orgullo para ellos no emplear dos veces en la vida la misma palabra. Su vida (por no hablar de su lengua) se hace muy compleja cuando alcanza el siglo, pero es lo que hay”.

Por si fuera poco, al final del libro vienen reproducidas algunas de las columnas originalmente publicadas en el Irish Times para que nos hagamos una idea de cómo eran y que se puedan comparar con su lengua original (la mayoría son en gaélico). Ímprobo el esfuerzo realizado por Nórdica y su traductor para poder transmitir algo del humor que destilaba Flann O’Brien y su saber hacer. Un escritor excelente, una muy buena forma de descubrirlo para, a partir de ahí,  sumergirse en sus originales novelas, desde la ya mencionada “El tercer policía” a “Crónica de Dalkey” pasando, ¿por qué no?, por la tronchante “La Boca Pobre”.

Valoración del libro: