Mis dinámicas lectoras: proceso de elección, adquisición y lectura

algohuelepodridoSorprendentemente, más de una persona me ha preguntado sobre mis hábitos lectores y sobre mis procesos de elección de lecturas y adquisición de libros. Por lo tanto, me he decidido a escribir un post que refleje estos procesos. Evidentemente, estas formas de elegir, de comprar, de leer, son mías, personales; ni son mejores ni son peores que otras, lo que está claro es que a mí me funcionan y disfruto muchísimo de lo que leo.

Empecemos por el principio: la programación de las compras. Las fuentes no son muchas, tampoco hacen falta más:

-La principal es mi librero y amigo Jónatan que me suele mandar todos los enlaces y catálogos de editoriales además de comentar en su blog El receptor los libros que van saliendo cada semana. Es una fuente inagotable y no sé si recomendarla porque puede llegar a agobiar la cantidad. Un buen ejemplo de esta cualidad son las Epístolas librescas que compone gracias a estos pequeños resúmenes semanales y que publica en el blog de referencia del Sr Ausente .

-La segunda fuente sería el seguimiento que hago de casi todas las editoriales a través de las redes sociales, tanto twitter, como Facebook como por los boletines de novedades por correo electrónico. Alguna editorial, espléndida, manda los catálogos a casa (¡ella sabe quién es!! Gracias!!)

-La última fuente sería el distribuidor UDL, se pueden comprobar las próximas novedades a través de su web, o directamente apuntarse a sus boletines que se mandan semanalmente.

-Casi se me olvida, las novedades inglesas, suelo buscar a mis autores favoritos en Book Depository y dejar encargadas las novelas futuras gracias al Pre-order.

Según lo que voy viendo en estas fuentes voy apuntando en mi hoja Excel que es, más o menos, lo más metódico que tengo.

La pregunta que os estaréis haciendo ahora mismo debería ser ¿y cómo eliges lo que vas a comprar /leer o aquello en lo que estás interesado?

Esto es lo que no es metódico y depende especialmente de una serie de lógicas internas con las que funciono, una serie de criterios que supeditan estas elecciones y que paso a enumerar, no creo que uno sea más importante que otro pero todos ayudan a sumar:

Caso jane eyre-Mi anglofilia puede ser uno de los más importantes, no voy a esconder, a estas alturas, que me interesa especialmente la literatura anglosajona, no en vano por ello decidí hacer Filología inglesa. De ahí que mi famoso proyecto a cuatro años que tengo puesto en el blog, esté compuesto especialmente de autores que escriben en esa lengua y alguno más. No quiere decir que no lea otros, pero, conozco más de ellos, puedo leerlos en su lengua original con gran aptitud, es lógico que me incline más hacia ellos. Es curioso, pero, posiblemente, me incline más por españoles y rusos según avancen los años, y es difícil que lea más franceses, simples curiosidades.

-Lo que he dicho anteriormente tenía otro de los factores que se podían deducir, no compro por portadas, ediciones, etc,.. suelo fijarme principalmente en autores y siempre compro antes a editoriales pequeñas que a editoriales grandes prioritariamente. Es normal que compre a Sexto piso (por sus recuperación de postmodernos norteamericanos como Barth o Gaddis), Impedimenta (por sus deliciosas recuperaciones de clásicos británicos), Ginger Ape Books & Films (por su catálogo heterogéneo), Pálido Fuego (por sus publicaciones de contemporáneos  norteamericanos),  Ático libros (por sus ensayos históricos), Sajalín (por sus maravillosos hardboiled, como Bunker, Ross o Gresham), Nevsky (por sus clásicos rusos y novelas de terror), Valdemar (por sus exquisito catálogo cargado de clásicos y contemporáneos del terror), Turner (por sus propuestas arriesgadas, musicales…) etc.,  por poner algún ejemplo. Lo cual no quiere decir que no compre a los grandes monstruos porque ellos tienen a muchos de los consagrados como es el caso de Penguin Random House con Coetzee, Roth, King, Joyce Carol Oates, etc…

-En cuanto a géneros estoy abierto a todo, me gusta alternar todo tipo de lecturas que van desde los clásicos a narrativa contemporánea, ficción y ensayos, novela negra, policíaca o el típico mistery, novelas de terror, cómics,… un poco de todo. De hecho, es imprescindible saber alternar géneros y autores para que la lectura no se vuelva tediosa, pesada. No se pueden perder las ganas de leer por coger siempre lecturas difíciles.

-No sigo suplementos culturales (demasiado polarizados y sin rigor), no sigo blogs prácticamente (hay alguna excepción puntual en algún post, también suelen estar demasiado polarizados) y no conozco a casi nadie que pueda influir mis próximas lecturas (entre otras cosas porque no suelen acertar/cuadrar), solo Jónatan y Mikel se pueden preciar de poder ser “influencers” en mis lecturas. Cada vez que me salgo de estos caminos suelo encontrar lecturas poco satisfactorias y experiencias no demasiado agradables, como me ha ocurrido últimamente con “algún sello de novela negra muy recomendado por todos lados”.

-Nunca suelo leer un solo libro, alterno dos o tres lecturas a la vez. Suelen ser uno más serio con uno de género (policíaco, terror..) y alguno en inglés o de relatos. Es fundamental no agotarse con uno solo, sobre todo si es un “tocho-postmoderno-de-más-de-mil-páginas” y poder tener ratos de liberación lectora menos sesudos.

perdidabuenlibro-Iba a escribir sobre el orden de lectura, pero últimamente estoy un poco caótico, podéis suponer que es un orden mental que se va modificando según llegan novedades editoriales y lo voy alternando con lecturas de mi proyecto (que se va postergando…), novelas policíacas y de terror, un poco de todo. A veces me da por hacer pequeños monográficos temáticos pero últimamente no he arrancado ninguno. Es posible que me decida en verano con un poco más de tiempo. Lo que sí tengo claro es que nunca dejo un hueco entre lecturas y tengo siempre en mente cuáles son las próximas tres o cuatro lecturas. Nunca me puedo quedar sin lecturas en el transporte y nunca tengo que tener sin decidir la próxima lectura. Dos máximas que sigo a rajatabla.

-Todos mis libros y lecturas actuales y futuras se pueden consultar en mi biblioteca de GoodReads fácilmente encontrable en internet si alguien tiene curiosidad.

Y para acabar, claro, mis hábitos lectores. Leo tres horas diarias más o menos a diario, menos en fin de semana que se suelen reducir por lógicos asuntos familiares. El tiempo lo consigo gracias a que voy a trabajar en transporte público, el rato de más calidad es, de hecho, a primera hora de la mañana. También consigo sacar tiempo por la noche, quitando horas de sueño… pero ese tiempo es más inestable. Hay días que me duermo, sí, yo también.

No tengo trucos ni técnicas de lectura, leo todo, lleve el tiempo que lleve. Tres factores hacen que consiga leer los libros que leo: tiempo para leer, concentración cuando leo y constancia, leer todos los días. Eso conforma un círculo virtuoso que ejercita la capacidad lectora que suele ir aumentando.

Lo que está claro es que esto es muy personal, a todo el mundo no le funciona ni le mueve lo mismo a la hora de leer. Lo importante es que el método que sigas (o el “no método”) te ayude a disfrutar de la lectura. Eso es lo primordial.

PS: ¿Y por qué esas fotos? Mi pequeño homenaje a una saga maravillosa que no ha triunfado en nuestro país precisamente. I miss you, Thursday Next.

Las aventuras de Monsieur Vieux Bois de Rodolphe Töpffer. Pionero del noveno arte.

AventurasMonsieur
Indudablemente, me gusta que me sorprendan; pero para que la sorpresa sea agradable se debe conocer a esa persona, saber lo que le puede gustar y cumplirlo; algunas editoriales como Ginger Ape Books & Films parecen entrar en ese círculo de personas ofreciendo un catálogo heterogéneo y ecléctico, además de sorprendente. Su última publicación redunda en estas virtudes, Las aventuras de Monsieur Vieux Bois del ginebrino Rodolphe Töpffer acaba de ser publicado en su colección Ópera Pantagruélica y se puede adquirir en versión papel a un módico precio o bien directamente en versión digital gratuitamente.

El prólogo del traductor Rubén L. Conde pone en contexto al autor suizo desde sus orígenes e influencias:

“Hijo del pintor y caricaturista Wolfgang-Adam Töpffer, Rodolphe nació en la próspera y cosmopolita Ginebra a comienzos del año 1799. Disfrutó de una infancia sana y feliz, siguiendo la afectuosa guía de su padre, que le inclinó hacia el estudio de las artes. Durante su adolescencia, llegó a conocer y apasionarse por la obra de William Hogarth, que le causó una honda impresión («las expresiones de crimen y virtud que este moralista pintor grababa enérgicamente en los rostros de sus personajes suscitaron en mí esa atracción mezcla de turbación que un niño prefiere a cualquier otra cosa») y le inició, a su propio decir, en el placer de la observación de los hombres, todo lo cual resultaría determinante en su carrera como historietista.”

Entrando de lleno en la técnica que utilizó en su momento en la creación de historias, de cómics al fin y al cabo, de lo que llamó histoires en estampes, la autografía le ayudó a este propósito:

“Sea como fuere, a su efectiva publicación también coadyuvó una innovación técnica : la autografía, un novedoso procedimiento litográfico (que Töpffer encomió con su habitual sarcasmo –uno de esos descubrimientos que han cambiado la faz del universo y el devenir de la humanidad–, y sobre el que incluso llegó a teorizar) , que le permitía volcar directamente sus dibujos del papel a la piedra, todo a bajo coste, sin participación de terceros (caso del artesano al que se confiaba el proceso y que reinterpretaba las imágenes del autor), sin inversión especular (como ocurría con la litografía) y sin menoscabo alguno de la vibrante riqueza de su trazo (pudiendo conservar los textos manuscritos y evitando de este modo el recurso a los tipos de imprenta).”

Hay una referencia igualmente a la labor excelente de la editorial para adaptar las viñetas y, de esta manera, ofrecer al lector una experiencia de lectura muy grata:

“[…] ha optado, como ya ocurriera con la primera versión de la casa Aubert, por recajear las viñetas y separarlas con un espacio en blanco variable, eliminando por todo lo demás los cartuchos de texto (que han sido sustituidos por líneas de texto desprendidas y tipografiadas). Los editores justifican esta decisión en el deseo de ofrecer al público español una experiencia lectora renovada (toda vez que la obra de Töpffer no requiere de una puesta en valor demostrativa, a la que ya han procedido otros y mejores),[…]”

Lo que es indudable es que recuperaciones como estas ayudan a dar la importancia que merece uno de los pioneros del noveno arte que, hasta ahora, estaba bastante olvidado:

“Pero al margen de estas referencias y su recepción desprejuiciada entre artistas e intelectuales de la primera mitad del siglo XX (a los posteriores nos referiremos en las líneas que cierran este libro), lo cierto es que hoy, y pese al proceso de revalorización que experimenta el cómic, pocos son los que conocen la figura de Rodolphe Töpffer, y menos, los que han accedido –o podido acceder– a su obra. Sirva pues la presente para ayudar a reparar el error y rellenar esta inadmisible laguna.”

Pero esto son solo letras, es imposible hacerse una idea sin echar un vistazo a la historia que nos ofrece Töpffer, para ello os pongo las dos siguientes páginas:

Monje

 

Monje_Continuación

Como bien dice Rubén L. Conde en una especie de postfacio:

“En Töpffer, en su obra, encontramos, y advertimos fácilmente, elementos suficientes, y en armónica combinación, del arte que hoy se conoce –al menos, popularmente– como cómic. Y su propio autor, aun cuando utiliza la equívoca fórmula histoires en estampes, aun cuando califica sus propios dibujos de garabatos, sinsentidos gráficos o pequeñas locuras, es consciente de haber creado una nueva forma de narración híbrida, una forma que romperá las fronteras del tiempo y del espacio, y que llegará a obtener, y por derecho propio, la calificación de arte.”

Podemos ver la clara secuencia en la acción, cada uno de los textos está unido indisolublemente a la viñeta que describen y, sorprendentemente, los dibujos, esos “garabatos” que buscan más la parodia que la belleza, están cargados de dinamismo, se puede percibir la sucesión de acontecimientos, ese proto-arte secuencial ya desarrollándose desde el siglo XIX, lógico que se fijara en él Chris Ware como también se comenta en dicho postfacio:

“Está claro que Töpffer no solo inventó el cómic, sino también al moderno historietista». Quien así se expresa no es un animoso editor, ni un sesudo investigador, ni tan siquiera un deslumbrado aficionado. Es el genial artista Chris Ware , creador de la premiadísima serie The Acme Novelty Library”

Es importante subrayar el carácter lúdico de la historia, se relatan las vicisitudes de un amante en el intento de unirse con su amada y lo realiza con un más que inspirado buen humor, un humor que utiliza ya los recursos de la repetición a lo largo del tiempo como podemos ver en las tres siguientes secuencias:

Suicidio4

 

VillanoMojado

 

MonjesEnterrados

 

En la primera de ellas vemos el cuarto intento frustrado de suicidio por no poder conseguir a su amada, es una escena que, además, vuelve a mostrar la forma en que se viste, recurso repetido, en varias ocasiones igualmente. Lo mismo podemos decir de las dos siguientes escenas, en una alterna al villano atrapado en un molino de agua mientras está sucediendo una escena bucólica y pastoril entre los dos amantes,; lo bueno es que, hasta que se libera, este paralelismo irá sucediendo llevándolo al límite en el contraste. Lo mismo sucede con los monjes que él mismo entierra.

La lectura de esta manera consigue sacarte sonrisas además de poder admirar la técnica del autor, como bien dice Conde:

 “Y es así que su grafismo, su ritmo y recursos narrativos, sus planteamientos compositivos, los códigos y estructuras de su lenguaje visual; amén de sus personajes, su (anti)heroicidad, vicisitudes y caprichos; su comicidad argumental y giros satíricos; sin olvidar la especulación que subyace a todo este fabuloso ejercicio, imponen a la obra de Töpffer una legibilidad extemporánea, le otorgan, con admirable anticipación, carta de naturaleza presente”

En efecto, estamos hablando de un cómic que anticipa muchos de los recursos y planteamientos de siglos posteriores convirtiéndose por derecho propio en un verdadero hallazgo: una lectura gozosa por la diversión que nos ofrece.

Los textos provienen de la edición y traducción/adaptación de Rubén L. Conde de Las aventuras de Monsieur Vieux Bois de Rodolphe Töpffer para Ginger Ape Books & Films

“The Taqwacores” de Michael Muhammad Knight. La raíz del punk islámico

The taqwacoresNacido en Nueva York en 1977, Michael Muhammad Knight descubrió a los 16 años el Islam tras leer la biografía de Malcolm X, viajó a Islamabad para profundidad en la realidad del islamismo militante llegando a cambiar de opinión y a cuestionarse la ortodoxia musulmana, sus restricciones y su rigidez doctrinal. Fue así como decidió escribir “The taqwacores”, novela fundacional del movimiento punk islámico, una más que curiosa propuesta que nos traído Ginger Ape Books & Films.

Una publicación que me trajo dos o incluso tres problemas iniciales, que suponen un hándicap para la mayoría de los lectores que se acerquen a esta obra; el primero de ellos tiene que ver con el punk, fenómeno o movimiento del que, prácticamente, no conozco nada de nada y que el autor define, a su manera, en estos términos:

“Llegué a comprender inevitablemente que la palabra punk no tiene un significado tangible como árbol o coche. Más bien, el punk es una bandera; un símbolo abierto que solo significa lo que la gente cree que significa. Hubo un tiempo que en la China las luces rojas de los semáforos significaban pasar. ¿Qué se puede decir ante eso?

Dejé de intentar definir el Punk más o menos al mismo tiempo que dejé de intentar definir el Islam. Son dos conceptos no tan alejados entre sí como uno pudiera pensar.”

El segundo problema, lógicamente, tiene que ver con el Islam, y en concreto, con su terminología, el siguiente párrafo lo ilustra a la perfección:

“[…] y ahora hay mogollón de musulmanes que no tienen miedo a morir. MASH’ALLAH, pero, joder ¡ahora los musulmanes tienen miedo a vivir! Tienen miedo a la vida, tío, más del que tienen a Satán, al SHIRK, a la PITNA, a la BID’AH, al KAFR, a la QIYAMAH o a los tormentos de ultratumba; ellos temen a la Vida, le tienen miedo a esto… Alzando su brazo desnudo, se agarró y pellizcó la piel para señalar lo que era esto. “Ahí tienes a todos esos pobres chavales que se creen inferiores por no hacer las dos FAJR, las cuatro ZUHR, las cuatro ASR, las tres MAGHRIB, las cuatro ISHA, la puta SUNNA, sus WITR o sus NAFL; por no llevar calcetines de cuero, ni cepillarse los dientes con ramitas, por no dejarse barba o no llevar HIYAB; […]”

La aparición de términos muy específicos del Islamismo es muy habitual y obligan a consultar con mucha frecuencia el ingente glosario del final de libro, ralentizando considerablemente su lectura; necesita una aclimatación mayor de lo que viene siendo costumbre al acometer cualquier libro. El último problema, consecuencia de este segundo, es el desconocimiento de la doctrina islámica con profundidad.

Estas dificultades iniciales son superables con tesón (en el caso del vocabulario) y gracias a la prosa de Knight; en efecto, se trata de una novela de formación, en una nueva forma de pensar con respecto al Islam; sus ideas son claras:

“No vamos a cortarle las manos nadie, ni lapidaremos a los fornicadores, ni lanzaremos a los homosexuales desde los alminares, como decía ALI que hiciésemos. Y puedes estar seguro que no habrá matrimonios con niñas de nueve años, hermano. Y tampoco habrá una policía religiosa patrullando las calles para asegurarse de que la gente está rezando.”

“MASH’ALLAH.”

“Ni matanza de apóstatas”, añadió.

“Eso también es muy importante.”

“Sí, Yusef. Tenemos la oportunidad de hacer algo grande.”

Para llegar a hacer esto, será imprescindible algo tan radical como el movimiento “taqwacore” para, aunque parezca mentira llegar a una moderación e, incluso, sentido común, él mismo define el carácter transgresor (y muy subido de tono):

“Una parte importante del movimiento taqwacore consiste simplemente en echar mierda por ahí y tocar las narices a la gente”, me explicó al ver la reacción que reflejaba mi rostro. “La gente se pone tan tensa y sensible con la religión, la toma tan en serio que a veces es necesario que llegue un punk y les diga ‘que te jodan, que te jodan, que te jodan, que jodan a todo lo que representas, estás lleno de mierda y tienes esperma en el pelo’. Nadie tiene por qué darse tantos aires.”

De hecho, es la conexión entre punk e Islam lo que desencadena esta doctrina:

“El punk rock implica música malintencionada, ropa malintencionada, lenguaje malintencionado y comportamientos malintencionados. Significa cavar tu propia tumba respecto a las expectativas que la sociedad depositó alguna vez en ti; y con todo, permanecer orgulloso, feliz de ser quien eres, forjando, en cierto modo, una comunidad común con el resto de extraviados.

El taqwacore es la aplicación de esta virtud al Islam. Me encontraba rodeado de musulmanes deliberadamente malvados, pero que amaban a Alá con una pasión gonzo que escapaba a ritualismos absurdos y aburridos, al estúpido Islam de los campamentos, ese que aseguraba que nuestro DEEN poseía cierta superioridad moral inherente que hacía que el mundo nos perteneciese legítimamente.”

No es banal la comparación de Muhammad Knight con Hunter S. Thompson, la narración se estructura como si de una narración periodística se tratase con toda la viveza de un narrador incluido en ella, ese narrador intradiegético involucrado en la acción primordialmente. Al final su idea del Islam es salirse de lo estrictamente obligado  sin dejar de creer en el propio Alá como organizador de sus vidas.

“Si Alá quiere decirme algo, lo hará delante de mis hermanos y hermanas. Si hay alguna ley que seguir, la encontraré ahí fuera, en el mundo.”

Es consciente, finalmente, de que ser musulmán tal y como es entendido en la religión islamista en la actualidad, lo que sí busca es el sentido común en su interpretación, la religión nos tiene que ayudar a ser hombres:

“Y eso es todo. Como musulmán, he fallado. Pero de lo que estoy seguro es que continúo siendo un ser humano.”

El libro está de rabiosa actualidad, más después del atentado a los integrantes de #CharlieHebdo, de hecho, hace nada, la editorial ha sacado a colación la carta de repulsa del escritor ante dicho atentado y las consecuencias de integrismo islámico. Este libro complementa a la perfección la actitud necesaria y ejemplifica la lucha por la libertad. Una lectura muy necesaria.

Los textos pertenecen a la traducción de JMT & B. Orzos de “The Taqwacores” de Michael Muhammad Knight de Ginger Ape Books & Films.

Mis lecturas favoritas del año 2014

Pasan los años y ya se está convirtiendo en una pequeña tradición realizar una selección con mis lecturas preferidas del año pasado. Os recuerdo que podéis consultar las de años anteriores en los siguientes enlaces.

Lecturas favoritas Año 2011.

Lecturas favoritas Año 2012.

Lecturas favoritas Año 2013.

Sinceramente, la utilidad de estas listas es la manera de hacer balance personal del año, sirven para valorar lo que he leído de manera cualitativa y junto con el post que suelo hacer con las estadísticas, complemento cuantitativamente esta información. Me consta que a varios lectores les sirven para prever posibles lecturas (o no), pero, sinceramente, no es el objetivo, lo hago porque me apetece a mí, como todo lo que aparece en este blog.

Los criterios son los mismos del resto de años pero los voy a resumir de manera esquemática:

-Hago la lista sobre libros publicados o reeditados en el 2014. Ni mucho menos me leo todo (ni nadie lo hace) y tengo mayor afinidad por libros de editoriales pequeñas independientes que por las grandes monopolizadoras (esta afinidad tiene que ver con leer antes un libro que otro), aun así podréis comprobar que hay de todas. Otros años introducía un libro de otro año pero este año, habiendo varias reediciones, no lo creo necesario.

-El número de libros varía de un año a otro, no pongo límites, este año han caído veinte, eso lo adelanto ya.

-El orden en el que aparecen es cronológico, desde principios de año hasta las últimas lecturas, no asigno posiciones, son mis libros favoritos sin más.

-No hay restricciones en cuanto al género escogido ni la temática.

Lo más importante: el criterio de elección es mi gusto personal, aparecen los libros con los que más he disfrutado (por los motivos que sean) y, por lo que he estado observando en otras listas, no suelen coincidir con la mayoría de ellas.

-Ah, NO MENOS IMPORTANTE, los he leído todos.

lepark_grandePasemos entonces a la lista en cuestión:

“Le park” Bruce Bégout, empezó el año inmejorablemente con esta novela del filósofo Bruce Bégout y que editó con mucho gusto Siberia; un parque de atracciones terrorífico por sus implicaciones y, quizá, porque está más presente en la realidad de lo que creemos. Muy poco se ha hablado de esta pequeña maravilla.

 

la-noche-a-traves-el-espejo-9788415973225“La noche a través del espejo” de Fredric Brown, reedición de la obra maestra de Brown que nos trae Reino de Cordelia y que debería hacer las delicias de cualquier aficionado a la novela policíaca; seguro que no va a estar en ninguna lista del año pero esta mezcla de onirismo y realidad es sencillamente mágica.

 

nariznotario“La nariz de un notario” de Edmond About, otra reedición de la mano, en este caso, de Ginger Ape Books & Films, una sátira de la beau monde parisien que le sirve de vehículo para criticar las relaciones de clase e indagar en la reflexión sobre la construcción de la identidad de una persona como fin último.

 

la-camara-sangrienta“La cámara sangrienta” de Angela Carter, otra más, en este caso la de los cuentos de Angela Carter que toman como base los cuentos de hadas de Perrault y los subvierte de tal manera que se convierten en vehículos para la defensa de la mujer y el feminismo, en una lectura de género ciertamente imprescindible. Máxime si, además, tienes las magníficas ilustraciones de Alejandra Acosta.

 

relatos-hispanicos-asombrosos-y-de-terror-9788437632667“Relatos hispánicos asombrosos y de terror” edición de Emilio J. Sales,  “asombrosa” recopilación de relatos a cargo de Cátedra que nos descubre una faceta deliberadamente ignorada: los escritores clásicos españoles también escribían narraciones de género, y lo hacían muy bien.

 

cuentosvictorianos“Cuentos de detectives victorianos” edición de Ana Useros, selección primordial para entender la evolución histórica de las novelas de detectives desde sus inicios, antes incluso de “Los crímenes de la calle Morgue”, que era considerada fundacional. Espléndida edición a cargo de Alba.

 

americanah“Americanah” de Chimamanda Ngozi Adichie, deliciosa novela que era de lo mejor del Baileys prize (junto con la novela de Lahiri) y que ahonda en el papel de la mujer, su emancipación y lucha contra el patriarcado inherente además de exponer con mucho humor los problemas de una inmigrante nigeriana. Una gran novela que se convierte en un clásico casi instantáneo de narrativa contemporánea con multitud de matices de raza y género.

 

thompson_portada“Arte Salvaje. Una biografía de Jim Thompson” de Robert Polito, exhaustiva es la palabra que mejor define este ensayo de Robert Polito sobre el gran Jim Thompson, no creo que se pueda escribir más y mejor sobre la vida y obra del autor. Además, se me antoja muy acertado el análisis crítico de su obra. Un triunfo de Es Pop Ediciones, que trabaja cada obra como si fuera la última en una edición excelente.

 

NOS4A2_cover“NOS4A2” de Joe Hill, el hijo del señor King sigue demostrando libro a libro que puede hacer obras del nivel de su padre; en esta conjuga su amor por lo clásico y le añade los suficientes elementos modernos para crear una narración ciertamente fascinante sin caer en los tópicos habituales.

 

maestro_previa_corregida_rgb“El maestro y Margarita” de Mikhail Bulgákov, esta reedición del clásico ruso se convierte, por derecho propio en la edición definitiva de la obra de Bulgákov. La traducción de Marta Rebón y la edición de Nevsky en consonancia contribuyen a realzar aún más esta obra, ya imperecedera, con infinidad de matices y posibilidades.

 

Nacido de hombre“Nacido de hombre y mujer (y otros relatos espeluznantes)”  de Richard Matheson, parece mentira que, después de tantos años, tengamos el primer volumen de los relatos de Matheson. La espera ha valido la pena, Matheson entendía a la perfección el género y los artificios que sirven a ello.

 

Una-singularidad-desnuda“Una singularidad desnuda” de Sergio de la Pava, no se ha hablado suficiente de la primera excelente novela de Sergio de la Pava. El autor nos brinda una novela muy completa ahondando en una manera de hacer postmodernismo desde el humanismo y, encima, está cargada de buen humor. Es imposible que Casi, su protagonista, no te seduzca.

 

los-ninos-se-aburren-los-domingos-9788494236709“Los niños se aburren los domingos” de Jean Stafford, se acostumbra uno a que Sajalín Editores nos saque siempre alguna joya y claro, nuevamente este año, lo vuelven a hacer recuperando varios de los cuentos que hicieron famosa a la norteamericana y por los que ganó el Pulitzer en 1970. Cuentos que, enmarcados en el gótico sureño, nos traen a colación las penurias de ser mujer en una época como la que vivió la escritora y la forma en que reaccionó ante estas injusticias. Sencillamente necesarios.

 

Alfabeto2“Alfabeto” de Inger Christensen, Sexto piso inició su nueva colección poética de manera inmejorable. Este largo poema que sigue el abecedario y la serie de Fibonacci no se encorseta en una faja sino que ahonda en la libre composición y en la diversidad de estilos y temas. Una verdadera delicia poética.

 

comemadre 1“La comemadre” de Roque Larraquy,  dentro de su nueva colección “El cuarto de las maravillas” Turner nos ha traído esta pequeña rareza dentro de su “gabinete de curiosidades”; en esta obra no vas a encontrar algo habitual, tenlo por seguro, pero también ten en cuenta que vas a disfrutar de lo lindo.

 

Hiperbolemedia“Hipérbole y media” de Allie Brosh, hablando de rarezas… esta recopilación de entradas del blog de la inimitable Brosh se sale también de lo habitual y me vuelve loco con esta tragicomedia ilustrada cargada de humor negro.

 

losreconocimientos“Los reconocimientos” de William Gaddis, lo sé, Gaddis ya es un habitual, todos los años aparece por aquí. Pero ¿os habéis dado cuenta de qué primera novela se marcó? Ambición es una palabra que se queda corta para lo que intenta abarcar en esta novela fundacional. Un ochomil literario.

 

MatemosTío“Matemos al tío” de Rohan O’Grady, utilizar niños en una narración siempre es espinoso; en este caso lo es más por la forma de mezclarlos con una trama gótica, con elementos ciertamente perversos; pero el resultado es excepcional e inolvidable.

 

american-noir“American Noir” de varios autores, edición de Ellroy y Penzler, ¿de verdad hace falta que recomiende a alguien una recopilación de relatos de novela negra que incluye a Goodis, Ellroy, Oates, Leonard, etc.? Pues eso, si te gusta el género negro te apasionará. Si no te gusta, también. Qué buena colección de novela negra está montando Navona.

 

Hoguera_Cubierta“La hoguera pública” de Robert Coover, a pesar de su dificultad a todos los niveles, este es uno de los mayores acontecimientos literarios del años,  José Luís Amores lo ha vuelto a hacer con su humilde “Pálido Fuego”, esta vez para traernos la obra maestra del autor y una de las obras claves de la literatura contemporánea norteamericana.

 

Termino, agradeciendo, como siempre a los lectores de este blog su presencia y sus lecturas. No os cortéis en opinar sobre esta extensa lista y aportar vuestras lecturas favoritas.

 

Ah… y ¡Feliz año 2015 cargado de lecturas!

“Historia en viñetas de la Gran Guerra” de Louis Raemaekers. Visión pictórica de la Gran Guerra

Cubiertas DEF.inddLibros como este son posibles gracias a que haya editoriales pequeñas independientes que buscan otros parámetros a la hora de publicar. Como ya dije en este post, estamos viviendo el aniversario del comienzo de la Primera Guerra Mundial y las librerías están recibiendo un aluvión de propuestas. La que nos trae Ginger Ape Films & Books es muy original ya que se trata de una historia de la guerra en viñetas.

El autor es el semidesconocido holandés Louis Raemaekers (1869-1956); afortunadamente, la imprescindible introducción de Rubén López Conde sirve para ubicar temporalmente la figura de este dibujante y nos hace comprender la importancia de su obra:

“Una cita puede ser suficiente para dar una dimensión aproximada de la figura que aquí nos atañe: “Fue el único particular que ejerció una gran y efectiva influencia en el transcurso de la guerra de 1914-1918. Obviamente, hubo una doce na de hombres, entre emperadores, reyes, jefes de Estado y comandantes en jefe, que formalizaron sus políticas y guiaron sus acontecimientos. Pero al margen de este círculo de grandes, Louis Raemaekers se distinguió felizmente por ser la única persona que, sin la asistencia de un título o cargo, influyó indudablemente en el destino de los pueblos.”

Importancia que es subrayada con las palabras del publicista, periodista y actor berlinés Maximilian Harden en la revista Die Zukunft:

“Nos ha hecho más daño en el mundo que cualquier otra forma de propaganda. […] En la cabeza del siniestro artista se han hecho objetivas todas las trágicas visiones de la guerra, y él ha sabido reflejarlas, cargándolas a nuestra exclusiva cuenta, como si en el mundo no hubiese otros a meditar sobre la justicia de esa infatigable campaña. […] De la guerra quedará, en definitiva, lo que extraiga el historiador de estas jornadas de sangre y lo que perpetúe el artista. Pasada la guerra, es posible que el tiempo restañe las heridas […] Pero ¿qué podrá el tiempo contra el lápiz vengador de Raemaekers?”

El “lápiz vengador” de Raemaekers sirvió para desprestigiar aún más las acciones alemanas; sus ilustraciones, ciertamente, son únicas con un simple vistazo, el final de la introducción describe con profusión de adjetivos las sensaciones que transmiten, un juego de contrastes:

“Un simple vistazo a las viñetas de Raemaekers puede dar la medida justa de su arte y ayudar a entender el porqué de su éxito: sus lápices hablan un lenguaje popular, sencillo y directo, arquetípico y sintético; un lenguaje animado por una indómita fuerza expresiva, al que recorre una emotividad pasional y sincera, capaz de conmover y hacer vibrar los espíritus más embrutecidos, de sacudir las más lánguidas conciencias. Sus viñetas oscilan entre el sarcasmo feroz y la piedad más patética; entre el documento veraz y la alegoría sempiterna. Imágenes históricas reminiscentes, capaces de evocar un tiempo y un espacio distantes; pero también atemporales, prestas a invocar pesadillas por siempre universales.”

CalaisDespués de dicha introducción se produce una recopilación cronológica de varias de estas viñetas de los tres volúmenes que hizo en su momento con textos de la época que complementan la visión, siempre ácida, de Raemaekers; para entender el éxito que tuvo no hay mejor forma de comprobarlo que echando un vistazo a algunos ejemplos; como este avance de los alemanes a Calais y sus consecuencias funestas:

“En estos días los cuarteles generales alemanes emiten continuadamente la orden: “A Calais, a Calais”, y con tal de lograr el éxito, ni consideran las dificultades ni calculan los sacrificios.

La historia contará el coste en vidas humanas de estas enloquecidas órdenes.” (L. Mokveld, The German Fury in Belgium)

También utilizó textos alemanes, reflejando en toda su crudeza el sentir alemán; no extraña que estuvieran descontentos con su tratamiento; eran poco más o menos que asesinos a través de sus lapiceros:

submarino“Cuantos más enemigos se expongan a las proas de nuestras naves y sean hundidos, ¡mucho mejor! Enterrémoslos en el fondo del mar; ¡solo eso nos ayudará! Esperemos que pronto podamos recibir más buenas noticias.” (Vicealmirante Kirchhoff en el Hamburger Fremdenblatt, 19 de marzo de 1915)

La siguiente de frase de Churchill, sin embargo, le sirve para sacar a la palestra la importancia que tuvo la población civil:

WorldPower“De una cosa sí estoy convencido. Es la primera guerra del mundo que no es militar, aunque se exija el genio militar y sea la más sangrienta de la historia. Precisa sin embargo de otras cualidades; hombres y mujeres que no son soldados profesionales luchan en ella, y contribuirán a nuestra victoria. La pompa y circunstancias de otras guerras están ausentes de esta, la más grande de todas las guerras.” (Winston Churchill, A traveller in wartime, 1918)

De hecho, dentro de este acontecimiento, las mujeres se revelaron como parte primordial en el devenir de la guerra:

“En el ejército Femenino y en gran parte de nuestras ocupaciones estamos aprendiendo disciplina y trabajo de conjunto, aprendiendo lo que significa estar orgullosa de tu tropa y a sentirte digna del uniforme que vistes o de la insignia que portas; volviendo a sentirnos mujeresmerecedoras de nuestra bandera y de los ideales por los que nos mantenemos en pie” (Helen Fraser, Women and War Work, 1918)

Todo ello hasta llegar al final del conflicto:

“Anoche, por primera vez desde el agosto del primer año de guerra, no se vieron ráfagas de disparos en el cielo, ni repentinas puñaladas de fuego a través de la oscuridad, ni resplandores despegándose sobre los árboles negros; nada hubo allí donde por cuatro años la muerte quebró las noches de los hombres. Los fuegos del infierno se han extinguido.” (The New York Times, 11 Noviembre de 1918)

finguerraEs indudable que las viñetas de Raemakers cumplen a la perfección el fin de reflejar todos los pequeños detalles a la perfección; se lee y se disfruta esta propuesta que, por lo menos, nos saca de nuestro margen de comodidad; nos hace olvidarnos de los lugares comunes para encontrarnos con lo más oscuro del hombre, que salió a relucir en esta guerra, en cualquier guerra.

Su profundo dinamismo nos remueve, nos hace sentir; Raemaekers sabía perfectamente cómo impactar, y esta fantástica recopilación lo demuestra.

Los textos provienen de la traducción de José María Matías para “Historia en viñetas de la Gran Guerra” de Louis Raemaekers en Ginger Ape Films & Books.

“La Nariz de un notario” de Edmond About. Sátira, parodia, construcción de la identidad.

nariznotarioEdmond About (1828-1885) fue un escritor francés muy  conocido en su época por la fama de polemista que llevaban sus obras, muy críticas con la corte y con la sociedad en general. En esta obra de 1962 que acaba de publicar Ginger Ape Books & films, “La nariz de un notario”, tenemos un ejemplo fantástico de esto con una sátira de la beau monde parisien que le sirve de vehículo para criticar las relaciones de clase e indagar en la reflexión sobre la construcción de la identidad de una persona como fin último.

En las primeras  páginas tenemos la descripción del personaje principal, el central de la obra, ni más ni menos que el notario (y su nariz!); no deja de ser curioso que su descripción física vaya indisolublemente unida a su peripecia por la pérdida de su nariz, o su falta de ella:

“Maese Alfred L’Ambert, antes de recibir el fatal golpe que le obligó a cambiar de nariz, era, sin sombra de duda, el más brillante notario de Francia. En aquella época contaba treinta y dos años; era de elevada estatura, poseía unos ojos grandes y rasgados, frente olímpica, y su barba y sus cabellos eran de un rubio admirable. Su nariz (antes que su nombre) se curvaba en forma de pico de águila. Y créanme si les digo que la corbata blanca le caía de maravilla. ¿Sería porque la usaba desde la más tierna infancia o porque se la suministraba algún buen fabricante? Supongo que por ambas razones a un tiempo.”

Ya en la descripción de su personalidad percibimos cuál es la verdadera valía de un personaje que no duda en despreciar a la gente de la calle aunque, él precisamente, no se encuentre tan lejos de ellos, a pesar de que no le falten aspiraciones para ser noble:

“Legítimo heredero de un nombre y una fortuna considerables, el joven Alfred había mamado, a la par que la leche, los buenos principios. Despreciaba, como es debido, todas las novedades políticas que se habían introducido en Francia después del desastre de 1789. A su juicio, la nación francesa se componía de tres clases: el clero, la nobleza y el estado llano. Opinión respetable y compartida todavía hoy por un reducido número de senadores. Se situaba modestamente entre los primeros del tercer estado, no sin ciertas pretensiones secretas de formar con la nobleza de toga. Sentía un profundo desprecio por el grueso de la nación francesa, esa caterva de campesinos y obreros que recibe el nombre de pueblo o vil muchedumbre. Se acercaba a esta lo menos posible, por consideración a su amable persona, que amaba y cuidaba apasionadamente. Sano, esbelto y vigoroso como un lucio de río, estaba convencido de que aquella gentuza era morralla creada expresamente por la Providencia para servir de alimentos a los señores lucios.”

Esta lucha de clases será patente prácticamente en cada venenosa frase que suelte nuestro protagonista y servirá al autor francés para reflejar cuál era el sentimiento contra lo popular por parte de las clases más altas; está sátira es continua pero viene aderezada con momentos donde “lo absurdo” se vuelve parte de la irrefrenable trama, solo hay que ver la persecución del gato que se lleva la nariz del notario una vez que ha sido cortada:

“Nunca se vio en el pequeño bosque de Parthenay, ni indudablemente se volverá a ver, una cacería similar. Un marqués, un agente de cambio, tres diplomáticos, un médico rural, un enorme lacayo de librea y un notario con un pañuelo ensangrentado, lanzándose desesperadamente en persecución de un gato famélico. […] Ya agrupados, ya dispersos; unas veces  distribuidos en línea recta, otras formando un círculo alrededor del enemigo; sacudiendo los matojos, agitando los arbustos, trepando a los árboles, desgarrando sus botines con todas las raíces y sus ropas con todos los matorrales, se precipitaba en pos del gato como una tempestad. Pero aquel gato del infierno corría más rápido que el viento.”

Sátira desenfrenada, situaciones absurdas;  añadamos un elemento más: especulaciones médicas de dudoso valor científico y grabados que ayuden a comprender las posibles situaciones. Solo hay que comprobar cuando el notario, queriendo recuperar su nariz de la manera que sea, hojea un manual de cirugía de la época, de Ringuet:

“Pero el efecto que produjo su lectura fue muy distinto del que cabría esperar. Cuando hubo hojeado las primeras doscientas páginas, cuando vio desfilar ante sus ojos la impresionante serie de ligaduras, amputaciones, extirpaciones y cauterizaciones, dejó caer el libro, se echó en una silla y cerró ojos. Cerró los ojos y siguió viendo incisiones en la dermis, músculos separados con pinzas, miembros seccionados a golpe de escalpelo, huesos aserrados por manos de cirujanos invisibles. Los rostros de los pacientes, tal y como se veían en los grabados anatómicos, le parecían tranquilos, estoicos, indiferentes al dolor, y se preguntaba si tales dosis de valor podían encontrar algún acomodo en el alma humana.”

Tal es el terror que siente nuestro notario a que le hagan alguna cicatriz en su cuerpo para poder reconstruirle la nariz que, en su desesperación y su soberbia, se plantea una posibilidad más delirante:

“-En realidad –exclamó-, el mundo es una gran jaula de grillos, ¡felicitemos por ello al Creador! Tengo doscientos mil francos de renta y me quedaré tan chato como una calavera. Mientras mi portero, que no tiene más de diez escudos, tendrá la nariz del Apolo Belvedere. ¡La suprema Sabiduría, que tas cosas ha previsto, no previó que un turco llegaría a cortarme la nariz por saludar a mademoiselle Victorine Tompain! Hay tres millones de mendigos en Francia, todos los cuales no valen ni diez sueldos, ¡y yo no puedo adquirir a peso de oro la nariz de uno de estos miserables!… Aunque de hecho, ¿por qué no?”

Romagné será la víctima propicia, del que se hará el trasplante de piel que le servirá para obtener la nariz; en su forma peculiar de hablar expresará sus necesidades, y cómo no tiene miedo a ceder a la locura del notario y de sus compañeros si de esa manera consigue un dinero que le hará la vida más fácil, aguantará el efecto secundario de estar pegado a él durante un tiempo por esa mejora de su vida:

“-Monsieur L’Ambert te alimentará gratis.

-¡Gratich! ¿Echo echtá incluido en el precio? Aquí tiene mi piel. Córtemela encheguida.

Soportó la operación como un valiente, sin pestañear.

-Echto ech un placer –decía-. Me habían hablado de un auvernéch que che dejaba congelar en una fuente por veinte chueldoch la hora. Prefiero hacerme cortar en pedazos. No ech tan molechto y che gana mucho mách.”

Este período de convivencia de tan opuestos personajes, junto con el hecho de compartir una parte de su piel, los convierte en carne con carne, una relación indisoluble que traerá no pocas situaciones a cuál más alucinante y que llevan al notario, en última instancia, a cuidar a su donante. No desvelaré más de la trama. A partir de este momento sí que vale la pena comprobar cómo el autor es capaz de particularizar la sátira para llevarla a un tema más personal, que es el de la construcción de la identidad de una persona.

La inevitable relación entre ambos personajes hará que, de alguna manera, esta relación se estreche más y que el notario se dé cuenta de que no puede despreciar al auvernés; muy al contrario, se saltará su clasismo proporcionando el bienestar al miembro más pobre de la sociedad; un bienestar egoísta, ciertamente, pero que, en el impecable y divertidísimo final, nos corrobora la necesidad de llevarnos bien con nuestros semejantes.

Esta pequeña delicia solo tiene un motivo para la amargura: la breve extensión. Lo demás funciona todo tan bien que es imposible no disfrutar de ella.

Los textos vienen de la traducción del francés de Rubén López Conde de “La Nariz de un notario” de Edmond About en Ginger Ape Books & Films

“El sombrero del cura” de Emilio de Marchi

El sombrero del curaHablando un día con mi librero sobre el tema, comentábamos la labor de la nueva editorial Ginger Ape Books & Films; es interesante por el tipo de catálogo que han escogido, ya que, podríamos decir que seguiría la más firme tradición de la editorial Valdemar colmando un poco a ese pequeño grupo de lectores que son, además, bastante fieles a sus ediciones. Ya comenté lo interesante de su propuesta en este “Los forajidos del Missisipí” de Allan Pinkerton y hoy vengo con el que fue el primer libro que sacaron y que resume a la perfección su carta de presentación.

“El sombrero del cura” del italiano Emilio de Marchi fue publicado por entregas en 1887 y como volumen único en 1888, y es considerado el punto de partida del conocido y explotado giallo italiano. Emilio de Marchi (1851-1901) es un autor muy particular y en esta novela nos presenta uno de esos personajes difícil de olvidar, el amoral barón Carlo Coroliano de Santafusca; descrito en sus primeras páginas con todo lujo de detalles que conforman, especialmente en lo psicológico, sus características, nos podemos hacer una idea clarísima de ante quién nos encontramos:

“El barón Carlo Coroliano de Santafusca no creía en Dios y menos aún en el diablo; y por más que buen napolitano, tampoco en las brujas o en el mal de ojo.

A los veinte años quiso hacerse fraile, pero topó con un cultivado científico francés, un tal doctor Panterre, perseguido por el gobierno de Napoleón III por difundir ideas materialistas y anarquistas, y con la fantasía tumultuosa y violenta que es propia de los meridionales, quedó  prendado de las doctrinas de aquel extraño conspirador, que tenía, por todo lo demás, una curiosa cabeza, toda hueso, con dos grandes ojos de halcón; en resumen, un terrible seductor.

Por aquellos años, el barón leía muchos libros y tomaba con toda seriedad la ciencia: pero no hubiese sido él si por amor a la ciencia hubiese renunciado a las bellas mujeres, al juego, al buen vino del Vesubio y a sus queridos amigos. El libertino tomó las manos del fraile y del nihilista, y de la fusión de estos tres hombres surgió el barón único en su género, gran jugador, gran fumador, blasfemo a los ojos del Eterno. Nada, y al mismo tiempo, amable camarada, ídolo de las mujeres, valiente como un negro y, ciertas noches, fantasioso como un brahmán.”

Narrada desde un punto de vista omnisciente, el barón tiene ecos de su descripción psicológica y su posterior tormento de remordimientos que nos recuerdan a la caracterización del Raskolnikov de “Crimen y Castigo” de Dostoievski.

“El barón estaba por encima de los prejuicios. Si con la muerte hubiese creído cometer un delito contra la naturaleza o contra un superior directo o inmediato, nunca lo hubiese consumado, aunque solo fuera por vivir en paz y guardar un cierto sentido de la dignidad y el decoro.”

El barón no dudará en intentar cambiar su destino cometiendo un asesinato para lograrlo; lo que empieza como algo sencillo tendrá muchas más implicaciones de las que espera posteriormemente:

“Sin embargo, empezaba a notar que era más fácil acabar con un hombre que con una aflicción.

No podía resignarse a vivir así, minuto a minuto, como un reloj. Necesitaba dar a su vida una buena sacudida y hacer caer para siempre las hojas secas.”

Especialmente claros son los ecos de buena literatura que se destellan en cada momento  y que De Marchi utiliza sin reparos pero con buen gusto, al uso de lo psicológico que aludía anteriormente se le suma la influencia del “Macbeth” shakesperiano:

“Era terriblemente grotesco que un hombre como él tuviese que sufrir tanto por culpa de un sombrero. ¡Ni que fuera Macbeth!”

El sombrero, se convierte, en el “corazón delator” del escritor italiano, en el catalizador de la culpa del protagonista, en lo que desembocará su previsible confesión final. Poe está más cerca que nunca en esta obra y para todos los que amamos su obra nos congratula aún más. La vida del barón está lleno de sinsabores y el estilo inigualable de De Marchi, preciosista en su desesperación compone una obra deliciosa desde cualquier punto de vista:

“Vino y sangre no era el título de una novela, sino la horrible y verdadera historia de su vida. Una historia que amenazaba con no terminar nunca. Era un castigo, un espanto, un tormento insoportable sentir que alguien lo acosaba, le pisaba los talones; y no poder parar a ese fantasma, no poder hacerse una idea de lo que realmente sucedía.”

Dos maravillas llevo ya de la editorial. Habrá que seguirla pero MUY de cerca.

Los textos vienen de la traducción del italiano de Rubén López Conde de “El sombrero del cura” de Emilio de Marchi en la editorial Ginger Ape Books & Films

“Los Forajidos del Misisipí” de Allan Pinkerton

los-forrajidos-del-misisipi-9788494014680Con los últimos movimientos del mercado literario las grandes, Planeta o RHM, se están volviendo cada vez más grandes y las editoriales de medio alcance, por ejemplo Anagrama, Tusquets…  están siendo absorbidas sin remedio. La consecuencia es que, solamente, el caso de editoriales pequeñas  y que consigan hacer un catálogo diferenciador por lo temático, atraerán a una pequeña cantidad de lectores que vaya más allá de los best-sellers encontrados en todas las listas. Este es el caso de tres editoriales de las que voy a hablar en sucesivos posts que han encontrado, o están encontrando su lugar.

La que vengo a comentar hoy es la Editorial Ginger Ape Books & Films, cuya atractiva web podéis consultar aquí   y que está apostando por cosas bastante distintas a lo que están sacando el resto.

En “Los forajidos del Misisipí” tenemos la recuperación de una de las clásicas novelas del escocés Allan Pinkerton  (1819-1884); legendario  personaje que fue el creador, junto con sus hijos, de la famosa “Agencia de Detectives Pinkerton”, precursora del FBI en EEUU.

Pinkerton quiso reflejar en sus novelas las peripecias que tenían que ver con la historia del  oeste americano y la manera en que resolvían sus casos estos intrépidos detectives mediante la captura de los típicos bandoleros, forajidos y pistoleros.

En este caso ambientada en 1879, la novela se convierte en un fresco de la época, del paisaje en el que se desarrolla, narrada toda ella en la primera persona de Allan:

“A veces durante millas y millas, lo único que se ve es la repugnante vegetación del pantano, que crece silvestre y abundante y cubre el engañoso cieno con una tupida red de hojas y ramas que hacen que la superficie parezca lo suficientemente sólida como para confundirse con suelo firme. De modo que si algún desdichado viajero se aventura por tales parajes, las enredaderas acuáticas lo atraparán, sus pies no encontrarán un apoyo seguro, su cuerpo se hundirá rápida y profundamente en el fango y sus huesos hallarán sepulcro donde nada, salvo un terremoto, los importunará jamás.”

Y de las gentes que lo habitan, de las duras condiciones que tienen que sobrellevar en el salvaje oeste:

“A lo largo de toda la región, la gente padece fiebres y calenturas nueve meses al año y la dispepsia parece ser hereditaria. Sin embargo, sus médicos generalmente no requieren más educación que la necesaria para tender fracturas de extremidades y heridas provocadas por bala; toda su formación en medicina se limita a tres elementos: quinina, calomelanos y whisky.

Como ya se apuntó, debe entenderse que la descripción precedente es solo aplicable a la mayoría de los habitantes de las tierras pantanosas y no a los residentes de las ciudades y sus alrededores. Incluso en la tierra de los cañaverales puede en ocasiones encontrarse a gente con educación, capacidad y buen carácter. William quedó muy agradecido a varios de ellos por su ayuda e información.”

En medio de este inhóspito paraje, sobresale la figura de su hijo, cabeza de la investigación, que le lleva a perseguir sin tregua a los atracadores, atracadores sin clemencia dispuesto a luchar por sus vidas cueste lo que cueste.

“Una luz tenue ardía en ambas estancias, y mientras los guardias caminaban de un lado a otro en silencio, los prisioneros yacían en sus camas profundamente dormidos. Ni un solo recuerdo del pasado, lleno de crímenes y escenas sangrientas, venía a perturbar su descanso; ni siquiera un pensamiento de futuro, con sus dos posibilidades de castigo, les hacía perder el sueño un solo instante. No sabían qué era el miedo, y hacía tiempo que habían olvidado los remordimientos; inconscientes o indiferentes ante su inminente condena, dormían plácidamente.”

La novela gustará a aquellos amantes de las novelas policíacas y, cómo no, a los que disfruten de esas novelas pulp ambientadas en el oeste. Funciona como fresco de costumbres y de una época (hasta hay fotos que lo complementan, y un cómic!!!), funciona como acción desenfrenada de vaqueros en el lejano oeste. En general, todo va bien en esta espléndida propuesta que hará las delicias de muchos aficionados al género. Habrá que esperar que haya suerte, las ventas acompañen y veamos más de estas novelas publicadas por aquí.

Los textos provienen de la traducción del inglés de Teresa Lanero para esta edición de “Los forajidos del Misisipí” de Allan Pinkerton.