2018_05_18: Jengibre y, de nuevo, Pilar Pedraza

¿Dos entradas consecutivas?

Pues no me lo creo ni yo, pero sí.

Tampoco es que tenga tantísimo que contar… ayer intenté ver dos capítulos de una serie (Shadowhunters) y en mitad del segundo me dormí. Mi sino habitual estos últimos días. Soy incapaz de aguantar una película aunque, en esta ocasión, tiene que ver más con haber tenido que hacer un viaje a Roma.

Aun así, algo positivo hay que destacar del día y medio. Sigo desde hace muchísimo tiempo a Noel Ceballos y a Hematocrítico, dos agitadores culturales capaces de todo y dotados de una inteligencia sobrehumana para dirimir cómo se mueve el zeitgeist cultural. De ahí que fuera una sorpresa cuando me enteré de que se habían asociado para escribir un libro (su podcast es de sobra conocido) y que tenía como protagonistas a los cinco superdetectives “creciditos”(Aquí no bebíamos cerveza de jengibre). Naturalmente, el libro está dirigido al público juvenil pero es más que disfrutable desde una perspectiva más adulta. Hay un tratamiento delicioso e irónico del fenómeno nostálgico (sobre todo algo relacionado con la EGB..) pero me encanta el cómo han unido las historias antiguas para desarrollar y evolucionar a los personajes consecuentemente. Y todo ello sin olvidarse de las claves del género: la investigación policíaca, la relación entre ellos, el humor… Es muy interesante la perspectiva adoptada con continuas aseveraciones y reflexiones que buscan la complicidad del lector que se siente dentro de la historia. La historia, además, está acabada de manera impecable como una pequeña broma que la mayoría de lectores pueden entender y que les serviría para dar continuidad a los personajes en el futuro. Un verdadero monumento de diversión.

Y llega el fin de semana… a ver si no me duermo hoy.

Abrazos y ¡buenas lecturas!

PS: No se me olvida, tengo en mis manos ya el último libro de Pilar Pedraza y…. (Toma teaser)

Crónicas de feria: Adquisiciones y mucho más…

Junio empezó de la mejor manera posible a nivel de adquisiciones; la visita a la Feria del Libro es ya una tradición ineludible, no solo por dichas compras y su carácter lúdico, sino además por la posibilidad que se tiene de charlar y hablar de literatura con editores, libreros y otros compañeros, aunque otro año me gustaría poder desvirtualizar a algún madrileño más.

Este año hice dos visitas igual de fructíferas en cuanto a compras y beneficios; en el primer día el resultado final de las compras fue el siguiente:

adquis_feria7

Antes de explicar estas novedades voy a ir dividiéndolas, al menos lo hice para el primer día, el segundo será grosso modo;  empecé visitando a Óscar Palmer, el editor y hombre para todo del pequeño sello EsPop Ediciones ; esta pequeña editorial refleja a la perfección las vicisitudes, el sufrido vivir día a día, libro a libro; me encanta hablar con él porque siempre desvela ese tipo de cosas que nunca te imaginarías y que no puedes saber tratando con una editorial estilo mastodonte: el cómo la sorpresa de ventas de un libro le ayuda a que el siguiente pueda ajustar más el precio, los libros con los que vende más, su verdadero núcleo duro mágico, esas biografías musicales, el poco éxito de los de novela negra que ha sacado y, cómo no, las próximas publicaciones que ya os digo que son ciertamente interesantes por diferentes motivos; pero ante todo y sobre todo, las ganas de hacer cuidadas ediciones y reunir un catálogo de calidad; la última adquisición, este Hollywood Gótico de David J. Skal es un ensayo que recoge la evolución cultural desde los libros al cine de la figura de Drácula y, sinceramente, no puede apetecerme más.

adquis_feria5

La segunda visita, a la caseta de la editorial Turner me sirvió para desvirtualizar a Pilar Álvarez , la editora del sello de ensayos Noema; siempre es un placer conocer a alguien con quien has mantenido tan buenas conversaciones y comprobar que puedes seguir manteniéndolas en “carne y hueso” y además es mucho más maja en persona de lo que esperabas. Yo iba solo a por un libro y me llevé tres finalmente por su influencia:

 

AdquisFeriaTURNER

Mi elección para la feria era el curioso La dichosa importancia de la belleza de Amanda Filipacchi, una curiosa mezcla de humor absurdo, irreverencia y juegos literarias que puede ser realmente interesante; En un metro de bosque de Haskell es uno de esos libros que siempre tienes en antena, y no te acabas de decidir hasta ese día, su premisa es como poco original: reflejar en un libro la observación de un bosque a lo largo de un año completo desde el mismo sitio; el libro de Carlos García Gual está integrado en la colección de Historias mínimas y en este caso tiene como protagonista la Mitología, uno de esos temas que siempre me fascinará.

A continuación me dirigí a la caseta del grupo contexto donde cayeron tres libros de dos de mis editoriales favoritas: Sexto piso e Impedimenta:

adquis_feria4

adquis_feria6

Muchas ganas tenía de conseguir por fin los Cuentos completos de Kingsley Amis y me proporcionó la oportunidad de hablar con su editor Enrique Redel que ya tenía planes para el nuevo libro de mi admirado Crispin, no se puede estar más contento. En el caso de Sexto piso cayeron dos libros muy distintos: Los viernes en Enrico’s de Carpenter (acabado por Lethem) y La facultad de las cosas inútiles de Dombrovski, que ya sabía que iba a ser publicado tras haber hablado hace unos meses con su traductora Marta Rebón y me atraía bastante; dos lecturas opuestas en temática y estilo y, en el caso del ruso, ciertamente dificultosa, me encantan los retos.

La visita del día finalizó visitando la librería Estudio en Escarlata donde iba buscando otros libros, pero me llevé estos finalmente:

adquis_feria3

Tiene gracia lo mío con Miéville, los tengo casi todos, sin leer, sé que me va a gustar… pero todavía no he empezado con él; este de fantasía juvenil Un lun dun, ha caído como viene siendo costumbre; le ha faltado tiempo a Roja y negra para sacar lo que faltaba de Nesbo en España, aquí el segundo libro en el que estoy ahora precisamente, el nombre, Cucarachas, no invita al buen gusto, veremos el contenido; Disforia fue otra de esas compras extrañas, sigo recopilando todos, o casi todos los títulos del sello Insomnia, de terror contemporáneo de Valdemar. A ver si algún día los leo. Y acabé con un fijo, el argentino Carlos Salem y su última novela negra En el cielo no hay cerveza. Y aquí sucedió un hecho aún más sorpresivo, me estaba yendo y le vi en una caseta firmando y no tenía mucha gente, no soy muy dado a estas cosas, pero la tentación me venció y aquí tengo el libro firmado por el autor:

adquis_feria2

Ay, se me olvidaba, otra de esas compras ineludibles, a mi mujer le encanta Benjamin Lacombe y vamos consiguiendo sus libros poco a poco, esta vez no podía ser menos, qué edición más lujosa y maravillosa de esta Genealogía de una bruja:

 

adquis_feria8

Y esto nos lleva ya al segundo día de feria, acompañado del gran amigo, librero, devorador de cultura, incombustible… (póngase aquí el adjetivo que prefiera) Jónatan  con el que estuvimos dando otra vueltecita, esta vez entre semana, y que me sirvió para hablar con mucha gente que probablemente ni me recuerde ya. Bueno, excepto Óscar y Raquel Vicedo con la que conversamos en alegre compañía sobre el éxito de Sexto Piso y lo bien que se estaba vendiendo su colección de poesía, qué alegrías te llevas a veces, ah, y encontramos otro lector “gaddisiano”… si al final va a haber más de los que esperaba. También hablamos con el editor de Reino de Cordelia y sobre la próxima publicación de Memoria de un asesino, y no faltaron compras:

 

adquis_feria1

En Generación X cayó lo último de Ligotti, Grimscribe, y la reedición del Stalker. Picnic extraterrestre de los Strugatski y de propina el promocional El jardín crepuscular de Clute, un sorpresón. Lo que me costó encontrar en una caseta Los tres de Sarah Lotz, en RBA (su editorial!) lo tienen agotado, parece mentira… ; el impronunciable, inescribible, Krasznahorkai, fue otra de mis compras, tengo ganas de probarlo después de su flamante Man booker International Prize; también adquirí el nuevo libro de entrevistas y reflexiones de corte psicoanalítico de Coetzee El buen relato y un Roth (Joseph) La (fabulosa) leyenda del Santo Bebedor. Todo acabó con los cuatro volúmenes de Cine-Bis que me había encargado Jónatan, pulp a raudales.

Y no quiero liarme más, me ha salido demasiado grande el artículo.

Espero que os haya gustado y que me contéis vuestras compras igualmente.

Un abrazo y buenas lecturas.

Mis dinámicas lectoras: proceso de elección, adquisición y lectura

algohuelepodridoSorprendentemente, más de una persona me ha preguntado sobre mis hábitos lectores y sobre mis procesos de elección de lecturas y adquisición de libros. Por lo tanto, me he decidido a escribir un post que refleje estos procesos. Evidentemente, estas formas de elegir, de comprar, de leer, son mías, personales; ni son mejores ni son peores que otras, lo que está claro es que a mí me funcionan y disfruto muchísimo de lo que leo.

Empecemos por el principio: la programación de las compras. Las fuentes no son muchas, tampoco hacen falta más:

-La principal es mi librero y amigo Jónatan que me suele mandar todos los enlaces y catálogos de editoriales además de comentar en su blog El receptor los libros que van saliendo cada semana. Es una fuente inagotable y no sé si recomendarla porque puede llegar a agobiar la cantidad. Un buen ejemplo de esta cualidad son las Epístolas librescas que compone gracias a estos pequeños resúmenes semanales y que publica en el blog de referencia del Sr Ausente .

-La segunda fuente sería el seguimiento que hago de casi todas las editoriales a través de las redes sociales, tanto twitter, como Facebook como por los boletines de novedades por correo electrónico. Alguna editorial, espléndida, manda los catálogos a casa (¡ella sabe quién es!! Gracias!!)

-La última fuente sería el distribuidor UDL, se pueden comprobar las próximas novedades a través de su web, o directamente apuntarse a sus boletines que se mandan semanalmente.

-Casi se me olvida, las novedades inglesas, suelo buscar a mis autores favoritos en Book Depository y dejar encargadas las novelas futuras gracias al Pre-order.

Según lo que voy viendo en estas fuentes voy apuntando en mi hoja Excel que es, más o menos, lo más metódico que tengo.

La pregunta que os estaréis haciendo ahora mismo debería ser ¿y cómo eliges lo que vas a comprar /leer o aquello en lo que estás interesado?

Esto es lo que no es metódico y depende especialmente de una serie de lógicas internas con las que funciono, una serie de criterios que supeditan estas elecciones y que paso a enumerar, no creo que uno sea más importante que otro pero todos ayudan a sumar:

Caso jane eyre-Mi anglofilia puede ser uno de los más importantes, no voy a esconder, a estas alturas, que me interesa especialmente la literatura anglosajona, no en vano por ello decidí hacer Filología inglesa. De ahí que mi famoso proyecto a cuatro años que tengo puesto en el blog, esté compuesto especialmente de autores que escriben en esa lengua y alguno más. No quiere decir que no lea otros, pero, conozco más de ellos, puedo leerlos en su lengua original con gran aptitud, es lógico que me incline más hacia ellos. Es curioso, pero, posiblemente, me incline más por españoles y rusos según avancen los años, y es difícil que lea más franceses, simples curiosidades.

-Lo que he dicho anteriormente tenía otro de los factores que se podían deducir, no compro por portadas, ediciones, etc,.. suelo fijarme principalmente en autores y siempre compro antes a editoriales pequeñas que a editoriales grandes prioritariamente. Es normal que compre a Sexto piso (por sus recuperación de postmodernos norteamericanos como Barth o Gaddis), Impedimenta (por sus deliciosas recuperaciones de clásicos británicos), Ginger Ape Books & Films (por su catálogo heterogéneo), Pálido Fuego (por sus publicaciones de contemporáneos  norteamericanos),  Ático libros (por sus ensayos históricos), Sajalín (por sus maravillosos hardboiled, como Bunker, Ross o Gresham), Nevsky (por sus clásicos rusos y novelas de terror), Valdemar (por sus exquisito catálogo cargado de clásicos y contemporáneos del terror), Turner (por sus propuestas arriesgadas, musicales…) etc.,  por poner algún ejemplo. Lo cual no quiere decir que no compre a los grandes monstruos porque ellos tienen a muchos de los consagrados como es el caso de Penguin Random House con Coetzee, Roth, King, Joyce Carol Oates, etc…

-En cuanto a géneros estoy abierto a todo, me gusta alternar todo tipo de lecturas que van desde los clásicos a narrativa contemporánea, ficción y ensayos, novela negra, policíaca o el típico mistery, novelas de terror, cómics,… un poco de todo. De hecho, es imprescindible saber alternar géneros y autores para que la lectura no se vuelva tediosa, pesada. No se pueden perder las ganas de leer por coger siempre lecturas difíciles.

-No sigo suplementos culturales (demasiado polarizados y sin rigor), no sigo blogs prácticamente (hay alguna excepción puntual en algún post, también suelen estar demasiado polarizados) y no conozco a casi nadie que pueda influir mis próximas lecturas (entre otras cosas porque no suelen acertar/cuadrar), solo Jónatan y Mikel se pueden preciar de poder ser “influencers” en mis lecturas. Cada vez que me salgo de estos caminos suelo encontrar lecturas poco satisfactorias y experiencias no demasiado agradables, como me ha ocurrido últimamente con “algún sello de novela negra muy recomendado por todos lados”.

-Nunca suelo leer un solo libro, alterno dos o tres lecturas a la vez. Suelen ser uno más serio con uno de género (policíaco, terror..) y alguno en inglés o de relatos. Es fundamental no agotarse con uno solo, sobre todo si es un “tocho-postmoderno-de-más-de-mil-páginas” y poder tener ratos de liberación lectora menos sesudos.

perdidabuenlibro-Iba a escribir sobre el orden de lectura, pero últimamente estoy un poco caótico, podéis suponer que es un orden mental que se va modificando según llegan novedades editoriales y lo voy alternando con lecturas de mi proyecto (que se va postergando…), novelas policíacas y de terror, un poco de todo. A veces me da por hacer pequeños monográficos temáticos pero últimamente no he arrancado ninguno. Es posible que me decida en verano con un poco más de tiempo. Lo que sí tengo claro es que nunca dejo un hueco entre lecturas y tengo siempre en mente cuáles son las próximas tres o cuatro lecturas. Nunca me puedo quedar sin lecturas en el transporte y nunca tengo que tener sin decidir la próxima lectura. Dos máximas que sigo a rajatabla.

-Todos mis libros y lecturas actuales y futuras se pueden consultar en mi biblioteca de GoodReads fácilmente encontrable en internet si alguien tiene curiosidad.

Y para acabar, claro, mis hábitos lectores. Leo tres horas diarias más o menos a diario, menos en fin de semana que se suelen reducir por lógicos asuntos familiares. El tiempo lo consigo gracias a que voy a trabajar en transporte público, el rato de más calidad es, de hecho, a primera hora de la mañana. También consigo sacar tiempo por la noche, quitando horas de sueño… pero ese tiempo es más inestable. Hay días que me duermo, sí, yo también.

No tengo trucos ni técnicas de lectura, leo todo, lleve el tiempo que lleve. Tres factores hacen que consiga leer los libros que leo: tiempo para leer, concentración cuando leo y constancia, leer todos los días. Eso conforma un círculo virtuoso que ejercita la capacidad lectora que suele ir aumentando.

Lo que está claro es que esto es muy personal, a todo el mundo no le funciona ni le mueve lo mismo a la hora de leer. Lo importante es que el método que sigas (o el “no método”) te ayude a disfrutar de la lectura. Eso es lo primordial.

PS: ¿Y por qué esas fotos? Mi pequeño homenaje a una saga maravillosa que no ha triunfado en nuestro país precisamente. I miss you, Thursday Next.

“El clan de los parricidas y otras historias macabras” de Ambrose Bierce. Humor negro y fantasmas

EL CLUB DE LOS PARRICIDASEl escritor norteamericano Ambrose Bierce, nacido en 1842 y desaparecido misteriosamente en 1913 es uno de los mejores exponentes del relato breve fantástico. Mi bautismo de fuego con él ha sido precisamente esta recopilación de cuentos cortos denominada “El clan de los parricidas y otras historias macabras” y el resultado ha sido demoledor.

Bierce no hace concesiones al estilo para centrarse más en lo que cuenta; un especialista en las narraciones cortas normalmente con temas relacionados con la guerra o con el género fantástico (más concretamente con las ghost-stories o historias de fantasmas). El primer relato de la antología deviene en epítome del estilo del autor y en cuanto al tema tratado, con humor muy muy negro, en las primeras frases podemos encontrar esto:

“Me llamo Boffer Bing. Mis respetables padres eran de clase muy humilde: él fabricaba aceite de perro y mi madre tenía un pequeño local junto a la iglesia del pueblo, en donde se deshacía de los niños no deseados. Desde mi adolescencia me inculcaron hábitos de trabajo: ayudaba a mi padre a capturar perros para sus calderos y a veces mi madre me empleaba para hacer desaparecer los “restos” de su labor.”

La característica del cuento homónimo es el que se trata de una pequeña antología de parricidas, donde Bierce, haciendo gala de un humor que va más allá del negro nos describe un catálogo de perversidades en las que el nexo en común es un hijo/a matando algún padre (o los dos si se tercia la ocasión); esta estructura resulta más que curiosa, ya que da la impresión de que estás leyendo una antología incluida en la antología (meta…); es un recurso que utiliza en más ocasiones, por ejemplo para unir varias desapariciones misteriosas u otro tipo de historias. Dando la impresión de tratarse de experimentos narrativos reales, periodísticos:

“Estos han sido algunos de los experimentos que he realizado en el campo de la sugestión hipnótica. Que esta pueda emplearse con malos propósitos, es algo que desconozco.”

El que juegue con estos factores no es óbice para que en otros momentos busque una descripción más física, con un punto más lírico que nos sirva para entrar de una manera más realista en el cuento:

“Un charco formado en la rodada de una carreta emitía un reflejo carmesí que llamo su atención. Se agachó y hundió la mano en él. Al sacarla, sus dedos estaban manchados. ¡Era sangre! Sangre que, como pudo observar entonces, le rodeaba por todas partes: los helechos que bordeaban profusamente el camino mostraban gotas y salpicaduras sobre sus grandes hojas; la tierra seca que delimitaba las rodadas parecía  haber sido rociada por una lluvia roja. Sobre los troncos de los árboles había grandes manchas de aquel color inconfundible, y la sangre goteaba de sus hojas como si fuera rocío.”

Lo que es evidente es que buscaba confundir al lector y presentarnos amenazas que no fructifican, no se hacen evidentes, hasta que llegamos a la parte final del relato:

“Hay algo de lo que sí tengo conciencia clara: la presencia de aquel hombre a mi lado me resultaba singularmente desagradable e inquietante; tanto que cuando por fin detuve el carro bajo el anuncio luminoso del hotel Putnam, experimenté  la sensación de haber escapado a algún peligro espiritual de naturaleza especialmente funesta. Esa sensación de alivio se vio modificada al descubrir que el doctor Dorrimore también se alojaba en el mismo hotel.”

De hecho el autor suele jugar con esa sorpresa final que tan bien funciona en este tipo de relatos en un continuo “crescendo”.  Hay en todos los cuentos una sensación de irrealidad inherente,  y es en esa frontera entre la ficción y la realidad en la que se mueve Bierce para estimular nuestros miedos más ocultos.

Excelente recopilación para descubrirle, gracias, cómo no, al trabajo de la editorial Valdemar.

Traducción del inglés de Javier Sánchez García-Gutiérrez de la antología “El clan de los parricidas y otras historias macabras.” De Ambrose Bierce.

“La maldición de Hill House” de Shirley Jackson

LA MALDICION DE HILL HOUSEEn la introducción de Antonio José Navarro a esta edición de Valdemar para “La maldición de Hill House”, encontramos una de las claves para entender  esta obra en particular de Shirley Jackson y, en general, buena parte de su carrera literaria:

“Sin embargo, aunque parezca un contrasentido, “La maldición de Hill House” no es una obra de terror al uso, ni una ghost story convencional. El lector que espere encontrar tétricos fantasmas quedará defraudado; quien busque emociones fuertes se sentirá engañado; la novela es mucho más psicológica que fantástica, si bien como apunta Stephen King, su autora “utiliza las convenciones del nuevo gótico americano para examinar una personalidad sometida a una presión psicológica extrema.”

Esta intención es palpable desde el primer momento de la narración que nos ocupa, solo hay que fijarse en la forma que Shirley Jackson utiliza para describir a los tres personajes principales convocados por el doctor Montague a Hill House:

“Eleanor Vance tenía treinta y dos años cuando llego a Hill House. La única persona en el mundo a la que realmente odiaba, ahora que su madre había muerto, era su hermana. Su cuñado y su sobrina de cinco años le disgustaban y no tenía amigos.”

“Theodora. Nunca utilizaba más nombre que ese; sus dibujos los firmaba “Theo” y en la puerta de su apartamento y en la ventana de su tienda y junto a su número en el listín telefónico y en sus pálidos artículos de papelería y en la base de la encantadora fotografía que tenía sobre la repisa de la chimenea, su nombre era siempre Theodora a secas. El mundo de Theodora era un mundo de placer y colores suaves.”

“Luke Sanderson era un mentiroso. También era un ladrón. A su tía, que era la propietaria de Hill House, le gustaba resaltar que su sobrino tenía mejor educación, mejores ropas, mejor gusto y peores compañías que nadie que ella hubiera conocido.”

Se puede ver que no utiliza ningún tipo de descripción física, sino más bien psicológica, esto le servirá para ir evolucionando cada uno de ellos según los hechos vayan sucediendo. Por el contrario, a la llegada de Eleanor no encontramos con una descripción más bien física de la casa:

“Que hago aquí, se preguntó indefensa y de inmediato; ¿qué hago aquí? La puerta era alta y ominosa y pesada, fijada con fuerza a un muro de piedra que desaparecía entre los árboles. Incluso desde el interior del coche pudo ver el candado y la cadena retorcida entre los barrotes. Más allá de la puerta solo podía ve el camino, curvándose,  ennegrecido a ambos lados por los árboles inmóviles y sombríos.”

Que adquiere cualidades humanas en boca del doctor, cobrando tanto protagonismo como cada uno de los habitantes:

“Bueno… Perturbada, quizá. Leprosa. Enferma. Cualquiera de los eufemismos populares para la locura; una casa trastornada es una bonita alusión. “

A partir de aquí empezarán a suceder una serie de hechos que están cargados de ambigüedad; no está claro si son reales o no, pero desde luego contribuyen con la ambientación a crear una sensación claustrofóbica, como si algo ominoso pudiera ocurrir, un juego psicológico cargado de tensión que le servirá para desarrollar las relaciones de los protagonistas, especialmente en el caso de Eleanor, a la que dará voz propia en forma de pensamientos de dudosa moralidad. Es curioso porque, a pesar de escoger una narración omnisciente, es en estos estallidos explícitos de violencia donde cambia de focalizador hacia su persona:

“Me gustaría golpearla con un palo, pensó Eleanor, observando la cabeza se Theodora apoyada junto a su silla; me gustaría lapidarla a pedradas. “

“La odio pensó Eleanor, me pone enferma; mírala bañada y limpia vistiendo mi suéter rojo.”

El inesperado final es el culmen a un desarrollo premeditado y pensado cuidadosamente por la escritora que, por si fuera poco, deja aún más ambigua la verdadera participación de la casa en los hechos acaecidos. Lo que está claro es que la casa permanecerá, contra viento y marea, por encima de las personas. Es la verdadera protagonista, imperecedera, inmortal :

“En su interior, las paredes mantenían su verticalidad, los ladrillos se entrelazaban limpiamente, los candados aguantaban firmes y las puertas permanecían cuidadosamente cerradas; el silencio empujaba incansable contra la madera y la piedra de Hill House, y lo que fuera que caminase allí dentro, caminaba solo.”

No extraña que esta escritora, por su tratamiento del miedo, haya sido una gran influencia (como Matheson) en la narración de Stephen King. Qué maestría. Cuánto dolor es capaz de transmitir y con cuánta sutilidad.

Los textos provienen de la traducción del inglés de Óscar Palmer Yáñez para esta edición de “La maldición de Hill House” de Shirley Jackson en Valdemar.

“Miedo en el cuerpo. 25 años de terror con Valdemar” de Varios Autores

 valdemarTodos los aficionados a la literatura de terror tenemos muy presente el papel que representa la editorial Valdemar en su publicación en España; entre otras cosas porque es un hecho relevante publicar este tipo de libros por aquí, habida cuenta de lo residual que es su venta, más allá de lo más generalista, como es el caso de King, Ann Rice, y alguna cosilla más, sobre todo relacionado con Zombis u otros autores como Charlaine Harris, por poner algún ejemplo relevante

Teniendo en cuenta estos hechos, que esta editorial llegue a 25 años de publicación ininterrumpida es una noticia magnífica, tanto por la dificultad de hacerlo como por la selección de un catálogo excelente y que se ha ganado un público fiel que lo respalda; no olvidemos que no sólo publican terror, ahí está esa línea de clásicos maravillosa (con Proust, Dickens, Kafka…) e incluso una línea de novelas del oeste; pero, ciertamente, el terror es su insignia, su sello de identidad, no en vano, en el prólogo de este “Miedo en el cuerpo. 25 años de terror con Valdemar”, los editores comentan:

“Con más de mil relatos de terror publicados en estos veinticinco años de vida, parecía evidente que la manera más adecuada de conmemorar nuestro aniversario era elaborando una amplia antología de cuentos de terror que abarcara las mejores y más significativas historias del género ya publicadas en Valdemar.”

Y todo ello teniendo en cuenta que, esta recopilación, es la tercera que han realizado desde su inicio, las dos primeras “Felices pesadillas. Los mejores relatos de terror aparecidos en Valdemar (1987-2003)” y “Malos sueños. Felices Pesadillas 2”, ya eran de por sí excelentes y recogían cuentos que no podían utilizar en esta tercera, además de verse limitados por el tamaño de las historias para poder poner varios autores de los que ellos consideraban imprescindibles.

A pesar de estas aparentes dificultades, la muestra recogida en sus casi novecientas páginas es impresionante: es toda una declaración de principios empezar con “El hombre de la multitud” de Poe, una curiosa forma de empezar porque el cuento no es tanto de terror como una fábula enervante que refleja la realidad; en “La casa del juez” con el autor de Drácula,  tenemos ya un  relato clásico de casa encantada con final previsible pero de una intensidad envidiable y, como nos gusta, terrorífico; y a partir de ahí todos los relatos van de buenos a sencillamente magistrales, no hay tiempo para el descanso y sí para la diversión, para el miedo con letras mayúsculas; y todo ello porque otra de las palabras que definen las historias es “eclecticismo”: hay variedad de monstruos y pesadillas:

En “El fabricante de monstruos” de William Chambers Morrow tenemos una nueva revisitación, maquiavélica del mito del Mad Doctor; los vampiros aparecen en un relato clásico del Conde Stanislaus Eric Stenbock; la licantropía hace acto de presencia en el curiosón “La mujer lobo” de Clemence Housman, una de la pocas mujeres escogidas; los muertos no están tan muertos en el increíble “El signo amarillo” de Robert W. Chambers donde lo onírico se mezcla con lo real; tenemos reminiscencias lovecraftianas en el “Negotium Perambulans” de Edward Frederic Benson, casi más cercanas que el propio Lovecraft que, naturalmente, aparece más tarde; y qué decir de la fantástica historia “La nave abandonada” de William Hope Hodgson, terror en el mar, vibrante, con un enemigo indefinible e indestructible; hasta el antiguo Egipto con la reencarnación de fondo sirven como recuerdo de civilizaciones pasadas, presentándonos a un fantasma que no tiene todo cerrado para descansar en paz en “Un profesor de Egiptología” de Guy Boothbuy.

Esto es un pequeño resumen representativo, podría contar maravillas de casi todos los relatos, sobre todo en la recta final, con la aparición de Matheson, Lovecraft, o ese “El pequeño asesino” del fallecido el año pasado, Ray Bradbury, una joya terrorífica, de las que te hace pasar un mal rato de veras, pero que justifican enteramente la lectura completa de esta recopilación.

No creo que haga falta más para recomendar su compra, encima es una edición muy razonable en cuanto a precio y la edición es más bien tirando a lujo para el montón de historias que trae; en fin, una delicia para los amantes del género y que asegura unas cuantas horas de diversión.

¡Feliz Navidad con libros!

No podía dejar pasar la oportunidad de felicitar las navidades a los lectores de este blog, que, aunque sean pocos, desde luego son escogidos.

Se puede ver en la portada la imagen del Nacimiento que tenemos puesto en casa, una imagen navideña y con la que os hago partícipe de nuestra alegría para el año que viene.

Os pongo una foto de las últimas adquisiciones y aprovecho para recomendar alguna de ellas para estas fechas, aunque todavía no las haya leído pero puedo asegurar que van a cumplir su cometido.

2012-12-15 16.27.08

Mi primera recomendación es una recopilación de relatos ambientados en la Inglaterra costumbrista de comienzos del siglo XX, “Navidades en Cold Comfort Farm” de Stella Gibbons es un conjunto de historias cortas con los protagonistas de las dos anteriores novelas que ya hemos visto publicadas por aquí “La hija de Robert Poste” y “Flora Foste y los artistas”, con el acicate de ser, además, navideñas; nos puede ofrecer historias clásicas, muy divertidas y chisposas, un entretenimiento sano garantizado.

El segundo, aunque no aparezca en la foto, me va a caer en Reyes; es otra recopilación, la de los “Cuentos completos de Navidad” de Charles Dickens, con todos los que hizo el imprescindible escritor inglés para esta época y que viene muy a cuento para conmemorar el bicentenario del nacimiento del británico. ¿Hace falta defenderlo a estas alturas? Es tan necesario que toda persona debería tenerla en su casa.

El siguiente ya es algo más personal; con motivo del estreno de “The perfect American” de Philip Glass en el Teatro Real en Enero se acaba de publicar en España el libro homónimo que ha inspirado la obra en cuestión. Escrita por Peter Stephan Jungk, su lectura promete una visión muy distinta de la que tenemos en la cabeza del siempre interesante Walt Disney, espero que, desde luego, sea amena y, por qué no, enriquecedora como todo aquello que trastoca un canon establecido.

Y para acabar, algo más transgresor, dos predilecciones mías en cuanto a novela de género; para los amantes del terror, Valdemar acaba de sacar una edición con una espléndida recopilación de textos de los últimos 25 años, “Miedo en el cuerpo”, que asegura escalofríos y miedo del bueno para los grandes aficionados como yo. Y para los amantes de la novela negra de calidad, Sajalín nos trae la última de Edward Bunker, “Little Boy Blue”, hardboiled del más radical y muy bien escrito.

Eso es todo por ahora, a principios de año pondré la lista de lo que más me ha gustado este año que, por lo que estoy viendo no coincide casi con nada de lo que hacen en distintos periódicos y blogs… eso me llena de satisfacción, hay que reconocer que va a ser muy personal.

¡Feliz Navidad!! ¡Qué pases unos días muy entrañables con vuestras familias!