Fajas Rentrée 2016. Momentos gloriosos

faja_lunaLa vuelta literaria siempre es jugosa, y más cuando hablamos de nuestras queridas fajas. Las editoriales lanzan sus novedades para hacer caja de aquí a final de año y, como es natural, se busca que la faja sea aún más llamativa para que los lectores indecisos vayan a por ella sin lugar a dudas. Es por ello que se puede alimentar esta sección en la que, en esta ocasión, os traigo cinco fajas, con tres especialmente dedicadas a esta época; dos de ellas tienen que ver con algún libro que salió antes del verano pero que vale la pena que aparezcan, allá van:

-Empiezo la sección con el lanzamiento de Luna, el libro de Ian McDonald; Nova nos trae una faja de antología donde utiliza uno de los recursos más típicos: ligarlo con una serie de éxito. En este caso, lo mejor, desde luego, era usar Juego de tronos: “JUEGO DE TRONOS EN LA LUNA”. Sus otros argumentos son bastante habituales: “LA GRAN APUESTA DE LA CBS POR UNO DE LOS MEJORES AUTORES DE CIENCIA FICCIÓN DEL MUNDO”. Por un lado va a haber una serie de televisión y se pone la cadena que la va a emitir, por el otro, claro, el autor es uno de los mejores. ¿Os habéis dado cuenta de qué grupos de palabras están resaltadas en color distinto en la faja?

-JUEGO DE TRONOSlaschicas

-LUNA

-CBS

-UNO DE LOS MEJORES

Para que luego digan que no están pensadas las fajas. Esa es la impresión que buscan en el potencial lector.

Anagrama tiene un estilo ya clásico a la hora de realizar las fajas, ya han visitado esta sección en varias ocasiones. Para promocionar su gran apuesta de la vuelta de vacaciones, Las chicas de Emma Cline, tiran de plantilla: primero una frase impactante: “EL DEBUT MÁS SALVAJE, MAGNÉTICO Y PERTURBADOR EN MUCHOS AÑOS”, me temo que el uso de “salvaje”y “perturbador” en una faja está demasiado extendido a estas alturas. Después suelen aparecer las frases de tres artistas/escritores conocidos que les vengan bien para enfatizar los elementos que quieren resaltar. Así, usan una de Richard Ford para resaltar lo fácil que se lee (“intensamente absorbente”) y para quitar importancia al hecho de que sea un debut, una artista aún no consagrada (“impresionante no solo para una autora tan joven, sino para cualquier autor”). La fantástica frase de Lena Dunham que han elegido resalta su facilidad para configurar los laurengroffproblemas de la juventud (“ojo sin parangón”) sin que se olvide uno de que es una novela con un alto impacto emocional (“romperá el corazón, os volará la cabeza”); con la tercera solo les falta resaltar su estilo (“extraordinariamente escrita, con frases deslumbrantes”).  Parece mentira, esto es ingeniería de la faja.

-He escogido la faja que viene en En manos de las furias de Lauren Groff como tercer elemento de mi selección no porque resalte que fue finalista de un premio o best seller; tampoco porque haya sido escogida mejor novela según varios medios extranjeros… no, lo que me volvió loco fue la tercera frase: “La novela que enamoró a Barack Obama”. Bestial, escoger una frase tan potente de un personaje tan conocido, el dirigente de una nación. Todavía estoy esperando ver en el mercado patrio “La novela que enamoró a Mariano Rajoy”.

lecarre-La cuarta me hizo bastante gracia, tiene que ver con la biografía de John Le Carré, Volar en círculos, es sencilla, dos simples frases, fondo dorado; la primera da el impacto al potencial lector “EL LIBRO MÁS ESPERADO”, que se preguntará por qué no se ha dado cuenta de que era tan esperado; la segunda para reafirmarlo, “La verdadera historia de uno de los escritores más leídos del mundo”, es una buena forma de despertar interés sin pasarse en cuanto a la grandilocuencia. Habrá que ver si les funciona.

-Y dejo para el final, la faja de uno de los libros más publicitados en estos meses, vamos a verlo por todas partes (de hecho, ya se puede ver); se trata de Tan poca vida de Yanagihara, un libro que, con esa portada, va a dar lugar a todo tipo de especulaciones más o menos jocosas sobre el verdadero sentimiento del modelo y al que los libros de la Fnac le acaban de dar la puntilla resaltando las características emocionales:

tanpocavidaUna nueva forma de entender la amistad, el pasado, la culpa,… con tal desgarro que te conmueve y duele hasta las lágrimas, para dejarte pensando días y días.”

La segunda parte es memorable, “…tal desgarro” “conmueve” “duele hasta las lágrimas” “dejarte pensando días y días”, estaba pensando el otro día en cuántos sitios unirían la novela a este tipo de adjetivos y podría hincharme a chupitos cada vez que salga. Al final, da la impresión que están optando por la vena más morbosa, la del dolor, para venderla; habrá que ver si de verdad funciona. Sinceramente, creo que puede serlo… el problema es que su impacto puede traernos otros exponentes de lo mismo que no estén tan bien pensados como este.

No lo podéis negar, os ha gustado la rentrée de las fajas. Como siempre, ofrecen de todo.

Un abrazo y ¡Buenas lecturas!

Mis andanzas Caninas (Y van cuatro). Kingpedia y más…

el-resplandorVuelvo de nuevo con otro post recopilatorio para reunir todas mis intervenciones /colaboraciones en la web cultural www.caninomag.es. Como en la anterior ocasión lo divido en dos tipos de colaboraciones: En primer lugar mis posts individuales, siempre referentes a literatura; en el segundo caso se trata de posts colectivos. Esta vez no han sido tantos porque con el verano y el trabajo no me ha dado tiempo a estar tan participativo. Ay, así es la vida.

Sin más preámbulos, del primer tipo han salido las siguientes colaboraciones:

[Crítica] ‘Londres Noir. El libro negro del crimen’- Catálogo de atrocidades victorianas.

22 recomendaciones literarias para sobrellevar el calor del verano.  

En el segundo caso, he participado en los siguientes artículos colectivos, pero con especial atención mis participaciones en la Kingpedia:

La Kingpedia #3: ‘El Resplandor’.

La Kingpedia #4: ‘Rabia’.

rabia-original[Todos a una] Pero… ¡quién es el asesino? Nuestros ‘whodunits’ favoritos.

[Todos a una] Cuando la muerte es una cuestión de perspectiva.

[Todos a una] Peleas a muerte, peleas entre viñetas.

[Todos a una] Recordando a Darwyn Cooke.

[Todos a una] Las madres del cordero.

Y todo sigue…. En marcha!! Cuando haya acumulado más os lo vuelvo a poner como siempre. Ya sabéis que el resto de posts aparecen aquí puntualmente.

Un abrazo y…

¡Buenas lecturas!

Resumen Verano2016. Agosto

increibleboda207x300Continúo con el resumen del verano con los libros que cayeron en el mes de Agosto (Septiembre tendrá su propio listado y supone ya entrar en la rentrée), ¡que entren los que quedan! 

La increíble boda de Gilbert y Moira de Joe Keenan, delirante comedia en la que Gilbert Selwyn, un gay convencido (y encantador) le pide a Moira Finch que se casen juntos para poder disfrutar de los regalos de la boda de las aparentemente pudientes familias; es fascinante como Joe Keenan consigue, con cada página que pasa, embrollar aún más la trama para llegar a situaciones cada vez más complejas y como desternillantes, múltiples capas llenas de sorpresas que configuran una de las novelas del año. Excepcional.

Cutter y Bone de Newton Thornburg, con Sajalín y su colección Al margen no me equivoco nunca, sigo buscando la excepción pero siempre encuentro una buena novela negra que, además, suele salirse de los temas tratados habitualmente; en este caso todo parte de la relación entre Richard Bone, un veleta sin sentido alguno por la vida, y Alex Cutter un veterano de Vietnam, los dos se unirán para intentar chantajear a un magnate que creen que está relacionado con un asesinato sin resolver. Thornburg construye una novela crudísima en la que ninguno de sus protagonistas parece encontrar sentido a la vida y una trama que juega con la ambigüedad de dirimir si el magnate es finalmente el asesino. La mezcla  funciona perfectamente para una lectura muy gozosa.

Lugares Oscuros de Gillian Flynn, había oído tantas cosas malas sobre este libro que una vez lo terminé no podía creer que fuera tan bueno; puede ser que no tanto como Heridas abiertas o Perdida pero ya quisieran muchos “grandes escritores” crear una trama tan bien hecha como esta y con un final tan bien planificado. Lástima que Flynn no se prodigue tanto como me gustaría, es actualmente una de mis escritoras policíacas favoritas.

1465152591_517729_1465152877_sumario_normalMystic Topaz de Pilar Pedraza, me encanta la idea de que este libro sea como un gabinete de curiosidades, cada capítulo trata un tema distinto que se ubica en el mismo lugar: una tienda de esoterismo pero nunca resulta repetitivo ya que Pedraza sabe dotar a cada historia de un impulso diferente transitando entre géneros. Quizá por ello no resulta todo lo consistente que debería y me habría gustado una trama de fondo de unión pero no quita que sea una lectura recomendable. 

La brigada de Anne Capestan de Sophie Hénaff, el primer libro de Hénaff me ha convencido, parte de la idea (ya utilizada anteriormente) de la creación de un grupo de fracasados (o no aptos para trabajar en los cauces habituales) que se juntan para utilizar sus dudosas habilidades (el hacker inútil es magistral) para resolver casos que no han sido solucionados; la autora añade notas ciertamente divertidas que le sirven para configurar la identidad de cada uno de los miembros y crea una trama en la que dos casos aparentemente inconexos pueden llegar a unirse en una sola trama. Es también ingeniosa en la forma de plantear el giro final y, sinceramente, espero con emoción que haya tenido el suficiente éxito para que siga publicándose por aquí. 

La vegetariana de Han Kang, si hay algo que me llamo la atención de la novela de la coreana Han Kang fue la original premisa: el cómo una mujer decide volverse vegetariana debido a unos sueños extraños que experimenta. Este punto de partida se convierte en el hilo conductor de tres capítulos que, sin embargo, casi pueden entenderse como relatos aparte donde la autora indaga las consecuencias de la decisión tanto para ella como para las personas de su familia que se relacionan con Yeonghye (la vegetariana). A pesar de su brevedad hay que reconocer que resultan únicos y estimulantes de por sí, y tratan de fondo diversos temas que van desde los límites del cuerpo hasta la posición de la mujer en la sociedad pasando por la comunión con la naturaleza o las manifestaciones artísticas de todo tipo. El estilo cambia de un relato a otro y transita desde la crudeza más inhóspita hasta el lirismo más conmovedor y subyugador del magnífico segundo capítulo/relato. Posiblemente plantea más preguntas que respuestas pero su lectura, su ritmo, el estilo, los temas tratados… me han resultado muy  sugestivos, ha sido una lectura muy diferente a lo que estoy acostumbrado. 

Han-Kang-La-Vegetariana-PortadaCuchillo de agua de Paolo Bacigalupi, tengo delito, tengo otros dos libros del autor en casa y le he descubierto en el tercero, lo bueno es que me quedan ahora los otros para seguir disfrutándolo. En este caso encontré una distopía en la que el agua se convierte en el elemento de poder que rige los destinos del mundo, parece mentira que el autor consiga construir una trama alrededor de unos derechos al uso del agua pero es así. No falta acción, cliffhangers y personajes quizá un poco previsibles pero bien desarrollados para llevarnos en volandas por un pasapáginas muy recomendable. 

Oveja Mansa de Connie Willis, posiblemente, esta novela junto con Por no mencionar el perro son el motivo más poderoso para convertir a Willis en una de mis escritoras favoritas. No creo que el resto de novelas lleguen a este nivel pero poco importa a estas alturas ya. Estoy convencido para la causa. Qué novela más extraordinaria y original. Prefiero no hablar nada de la trama y que cada uno la descubra, vale mucho la pena. 

Alagatos de Ursula K. Le Guin, este libro infantil de la gran autora norteamericana es más una curiosidad anecdótica (con gatitos voladores) pero se lee con gusto sin muchas pretensiones.

oveja-mansa-connie-willisLocke & Key Omnibus 2 de Joe Hill y Gabriel Rodríguez, las ganas que tenía de que se publicara el segundo volumen de esta excepcional serie; expectativas cumplidas a la perfección con un colofón digno de recordar. Qué historia más fabulosa la de la casa de las llaves y qué bien cuadra con el dibujo de Rodríguez. La verdad es que Hill se ha ganado mi respeto. ¿Quién podía pensar después de El traje del muerto que podría llegar a estos niveles de creación? 

El primer bocado: Cómo aprendemos a comer de Bee Wilson, Noema siempre es garantía de calidad, uno de los mejores sellos de ensayo que nos podemos encontrar actualmente. Este libro vuelve a confirmar su intuición, la autora Bee Wilson logra construir un tratado muy sensato sobre cómo empezamos a comer y lo que rige nuestros comportamientos y ofrece una serie de ideas muy interesantes al respecto, como la importancia que tiene la nostalgia en nuestros comportamientos alimentarios. Una lectura edificante sin dejar de ser entretenida. 

La muerte te espera de Maria Lang, imagino que ediciones B intentó aprovechar el tirón nórdico en lo policíaco y se lanzó a publicar a la madre de la novela detectivesca sueca: Maria Lang; también he comprobado que solo pudo publicar dos o sea que no creo que veamos mucho más de ella por estos lares; ciertamente tenía un par de hándicaps importantes: lo detectivesco solo vende si te llamas Agatha Christie (y algunas honrosas excepciones);lo segundo sería que  Lang resulta ligeramente inocente, o ingenua, sus casos están bien pensados pero el desarrollo es muy clásico y le falta un poco de la mala baba y el buen humor de la británica, resulta ligeramente descafeinado. En mi caso personal lo disfruté sanamente porque, además, estaba ambientado en el mundo operístico (de la que la autora) tiene un conocimiento un poco por encima de lo habitual en un simple aficionado y esto se agradece. 

Chicacon pistolaFatídica de Jean-Patrick Manchette,  bravo por Navona, es la única editorial que está apostando por sacar alguna novela clásica y es un gustazo que estén sacando a Ross Macdonald y ahora al francés Manchette;  Aimée Joubert, la protagonista, asesina a sueldo, es un personaje de una potencia inusitada. La trama es rápida y sin concesiones, sin piedad de ningún tipo. 

Un cadáver en el jardín de Maria Lang, este fue el segundo libro que se publicó y se puede aplicar el comentario que he hecho anteriormente quitándole lo relativo a la ambientación operística.

Una chica con pistola de Amy Stewart, la autora utiliza como base para la creación de este libro un suceso histórico ocurrido en 1914 y le da forma de novela policíaca con notas humorísticas. La gigantesca Constance Kopp es otro de esos personajes difícilmente olvidable por su determinación y su lucha contra las adversidades. Otra sorpresa mucho mejor de lo que se podría esperar.

El tiro por la culata de Wilkie Collins, recopilación de tres historias policíacas del gran creador victoriano que no hacen más que recordarnos que hay que releer La Dama de blanco y La piedra lunar. No es un logro baladí.

Starfire, Vol.1: Bienvenida a casa de Amanda Conner, Jimmy Palmiotti y Emanuela Lupacchino, tenía ganas de leer alguna de las creaciones de Amanda Conner y Jimmy Palmiotti y el primer arco argumental de la nueva colección de Starfire me pareció una buena oportunidad de hacerlo. Le falta un hilo conductor que vaya llevando el desarrollo del personaje pero hay que reconocer que los autores saben dotar de mucho humor a una situación tan extraña como que un superhéroe quiera ganarse la vida honradamente trabajando, de ahí que exploten con bastante inteligencia varias situaciones de este tipo logrando arrancarme una sonrisa. Un buen entretenimiento.

9788490651964_1Harley Quinn, Vol. 1: Calor en la ciudad de Amanda Conner, Jimmy Palmiotti y Chad Hardin, lo mismo se puede decir de una de las series más de moda actualmente (gracias la película de  El escuadrón suicida). Harley Quinn es un personaje interesante y puede dar bastante de sí si se le saca juego y en esta primera recopilación se consigue dotarla de mucha personalidad más allá de su locura inherente. A pesar de algunas resoluciones chirriantes a nivel de trama se puede decir que estamos ante un buen entretenimiento. 

El señor de la casa de Coombe de Frances Hodgson Burnett, estupenda novela la de la escritora británica sobre todo porque, más allá de la típica trama victoriana como novela de formación de la protagonista, consiguió mezclarla con la situación histórica (los albores de la primera guerra mundial)  dotándole de elementos propios de la novela de espías y policíaca. Espero que Alba se decida a publicar la segunda novela (Robin), continuación de ésta, tengo que reconocer que me he quedado con las ganas de terminar la historia. 

F de fugitivo de Sue Grafton, tengo que reconocer que cada libro del alfabeto del crimen tiene los suficientes elementos para disfrutar de una buena novela policíaca. Ya no queda nada para tener toda la serie completa y me quedan algunos más por leer. Que no nos falte nunca Grafton.

Creo que es buen momento para terminar este resumen. Espero que hayáis leído mucho y, sobre todo, hayáis disfrutado de las lecturas veraniegas.

Un abrazo y ¡buenas lecturas!

El siglo de Jenufa: Anatomía de la ópera desde sus orígenes hasta el siglo XX de Santiago Martín Bermúdez

1456857035Publicado inicialmente en Ópera World en este post.

Todavía recuerdo con verdadero gozo la lectura el libro del crítico musical Alex Ross El ruido Eterno; un libro de referencia donde el autor intentaba explicar el convulso (tanto en lo musical como en otros ámbitos) siglo XX mostrándonos la evolución de la música clásica y cómo había ocurrido debido a la propia historia del siglo. La obra era tremendamente ambiciosa ya que intentaba llegar a prácticamente toda la música clásica independientemente del género que se tratase; el trabajo fue colosal y desmitificaba el aura de dificultad que normalmente se le asocia.

Santiago Martín Bermúdez define el alcance limitándolo desde el propio título (al género operístico) y al mismo tiempo revela un enfoque que, por ser tan poco habitual, resulta ciertamente refrescante. En efecto, el autor basa su tesis en la importancia del compositor checo Janacek y toma como referencia para lo que vendría más adelante su primera gran ópera, Jenufa. También realiza una acotación en el tiempo que tiene bastante importancia, lo deja entre 1900 y 1950; a pesar de estas limitaciones su trabajo constará de dos volúmenes, siendo este el primero (casi mil páginas) y hay que reconocer que es una lectura monumental.

Lógicamente, según su premisa de partida, no duda en dedicarle la cuarta parte de las páginas del libro, en la zona central, al compositor checo, subrayando lo que le hace diferente e innovador:

“Además: su innovación radica en una revalorización jamás vista de la palabra cantada, lo cual quiere decir in concreto de la palabra checa, incomprensible en el noventa y nueve por ciento de los teatros del mundo. Es difícil imaginar mayor acumulación voluntaria de obstáculos. Sus óperas son el más hermoso homenaje que jamás se haya rendido a la lengua checa. ¿Homenaje? Sí. En forma de sacrificio. Inmoló su música universal a una lengua casi desconocida.”

Siguió el camino establecido por Smetana y Dvorak para crear una verdadera prosodia checa, todo un logro dadas las circunstancias motivadas por las características inherentes a una lengua difícil a la hora de cantar. Este capítulo sirve como paradigma de la forma en que Martín Bermúdez es capaz de estructurar cada uno de los epígrafes (unos más extensos que otros): unas primeras páginas en las que aprovecha para ubicar históricamente al músico del que habla, a continuación se produce un relato de sus vicisitudes relacionándolas con lo musical y con el resto de intérpretes del momento para después contar los rasgos generales del compositor y acabar con un análisis pormenorizado (y en profundidad) de cada una de sus óperas (vocalidad de los personajes, relación entre música y drama, conexión con la trama, etc.). Normal que los apartados más extensos sean los dedicados al ya mencionado Janacek y al ruso Prokófiev, ellos fueron los que dedicaron más impulso al género.

Más que seguir un orden cronológico de los autores, podríamos definirlo más bien como unidades temáticas, si bien es cierto que transmite la sensación de homogeneidad y, gracias a profundidad con la que trata cada uno de ellos, no se percibe falta de cohesión. Muy al contrario, la obra tiene muchísimos aciertos y se lee con verdadera fruición.

Sería imposible extenderse entre tantos textos pero quiero poner algunas ideas ciertamente interesantes para los potenciales lectores, así se pueden hacer una idea del fantástico trabajo realizado; el primero de ellos tiene que ver con Debussy y su obra maestra Pélleas et Mélisande:

Sin dárselas de vanguardista, sin adoptar poses malditas, Debussy fue el verdadero culpable, el auténtico enemigo de la armonía tradicional. En él flaquea eso que para nosotros ha sido siempre la base de todo, lo que sustentaba el discurso sonoro, cualquier discurso sonoro: la permanente tensión consonancia-disonancia. Su discurso sonoro nos engaña: busca el descanso tonal, pero lo defrauda de manera sistemática. ¿Siempre? Acaso no siempre. A partir de cierto momento, en cualquier caso. Miren las superposiciones que trata de imponer este delincuente armónico: en sus superposiciones no hay dominio ni de lo consonante ni lo disonante…Qué sucede, dónde estamos”

Ejemplo que sirve no solo para encontrar el origen de la ruptura musical (junto con Jenufa claro) sino para comprobar la forma en la que el escritor se dirige al lector, apelándole, creando un clima de familiaridad, siendo capaz de expresar conceptos dificultosos con un lenguaje sencillo. Un segundo detalle (insisto, entre tantos…) está relacionado con los nacionalismos, muy bien explicados en la vertiente musical, la que nos interesa:

“En música, nacionalismo quiere decir adopción de pautas musicales autóctonas y diferenciadas por parte de compositores, eventualmente integrados en una escuela que pertenecen a una misma nación. La nación se identifica, culturalmente, por determinados aspectos, en especial por un idioma. Es una afirmación, pero también es una exclusión. Porque el nacionalismo musical depende de otro nacionalismo menos relacionado con la cultura, que tiene que ver con el surgimiento de un pueblo que hasta ese momento se consideraba o realmente estaba disminuido, a menudo a manos de otro.”

No puedo dejar de recomendar esta obra y esperar ardientemente el segundo volumen en el que se extenderá sobre autores que, por falta de espacio, no estuvieron en esta entrega (Strauss,Gershwin…), entre otras cosas, porque sirve, una vez más, para darnos cuenta de lo fascinante que fue el agitado siglo XX en lo musical. Gracias a libros como este, el dodecafonismo y autores como Alban Berg o Béla Bartók no están tan lejos como pensamos.

Resumen Verano 2016. Julio

9788494367991Empiezo el resumen del verano con los libros que cayeron en el mes de Julio. Mi impresión general es que fue un mes un poco extraño por varios motivos que se pueden resumir en dos cuestiones principales: por un lado, tenía muchos temas pendientes del mes anterior relacionados con libros de música (alguno de un volumen considerable), críticas de ópera y artículos de Canino; por el otro, tenía que terminar algún libro que no podía dejar a medias (Shibiku).

Debido a esto tuve que empezar a mitad de mes con las lecturas propiamente veraniegas que tenía previstas y se me ha ido retrasando todo durante el verano y, como segunda consecuencia, en julio se me han igualado las lecturas debido a los compromisos, los escritores se acercaron bastante a las escritoras. En septiembre espero volver a la senda femenina, todavía me quedan cuatro meses de lecturas para descubrir y ratificar muchas más.

No voy a dilatar más esta introducción y me zambullo en los pequeños comentarios referentes a las lecturas de julio. Veintidós lecturas y muchos sabores, desde el sushi hasta el mate argentino. 

Reina del crimen de Megan Abott,  lástima que a EsPop no le haya funcionado la colección de novela negra que lanzó junto con Valdemar. Este libro era uno de los exponentes más interesantes (junto todo lo que sacaron de Neil Cross) de una forma de experimentar, de buscar novelas que no estuvieran tan vistas. Al menos por su personaje femenino, muy poderoso, verdadera protagonista innominada junto a la mafiosa Gloria Denton que la erige en su sucesora. El resultado era una novela hardboiled muy interesante con diferentes puntos de vista y perspectivas a pesar de un desarrollo de la trama más convencional.

La historia de Genji, Vol. 2 de Murasaki Shikibu, espléndido colofón a un clásico ya milenario que embriaga a pesar de su indudable dificultad. Una de las mejores lecturas del año y de la que habría que hablar en algún momento, aunque nunca se sabe con el tiempo que queda disponible.

La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik, me encanta la manera que he escogido para encontrarme con la escritora argentina; esta pequeña obra es una pequeña joya, reúne los textos de la escritora sobre la condesa Erzébet Báthory, una criminal ciertamente temible que se aprovechó de su poder para matar a más de 650 jóvenes, junto a las ilustrativas estampas de Santiago Caruso; la mezcla es de una total simbiosis y resulta cautivadora a pesar de los horrores que refleja. Ahora toca afrontar su poesía. 

PensamientoMágicoCómics (1986-1993) de Julie Doucet, sin ser muy aficionado al cómic underground, tengo que reconocer que esta recopilación de la escritora canadiense es todo un disfrute. Me parece sorprendente cómo logra tratar temas de todo tipo, la mayoría relacionados con temática femenina, con un dibujo tan sucio aparentemente, sobre todo cuando consigue ser tierna a pesar de que el dibujo indique otra dirección.

El año del pensamiento mágico de Joan Didion, afrontar el duelo” es uno de los grandes temas literarios y la norteamericana construye su caso particular (la muerte de su marido Gregory Dunne) de una manera excepcional. Quizá lo que más sorprende de esta breve crónica es la distancia emocional que escoge la autora, se puede palpar el dolor pero nunca hay sensiblería.

La amiga estupenda de Elena Ferrante, me temo que la #FiebreFerrante en mi caso sólo ha conseguido unas décimas. No ha conseguido ni siquiera entretenerme con la historia, ni su estilo me ha embriagado. Y he tenido la insoportable sensación de que Ferrante es un hombre por la forma de tratar ciertos temas; esto quizá antes no habría sido tan consciente pero es cierto que este año, leyendo a tantas escritoras, esta sensación era inevitable. 

Léxico familiar de Natalia Ginzburg, definitivamente la italiana ha entrado con fuerza entre mis lecturas. Ginzburg consigue una mezcla irresistible entre la ficcionalidad aparente y su confesionalidad. El relato de lo cotidiano, en sus manos, resulta siempre muy atractivo.

El joven Moriarty y la Ciudad de las Nubes de Sofía Rhei, la saga de Moriarty es una garantía de diversión sin más pretensiones. Pensado para un público más juvenil, un adulto lo puede leer igualmente pero disfrutando de las referencias que nos ofrece la autora.

La Furia: Proclamas y manifiestos de una revolucionaria caníbal de Théroigne de Méricourt, la verdad es que no esperaba encontrar lo que encontré en esta lectura. En efecto había textos de Méricourt, pero la idea era construir la figura de esta pionera de la lucha feminista. Lógicamente, para ello era necesario que aparecieran textos sobre ella creados (sobre todo) por sus enemigos. Es muy interesante conocer su historia mediante el odio que generó en sus perseguidores, al fin y al cabo, son ellos los que mejor te conocen.

FantasmaWebFantasma de Laura Lee Bahr, vaya irrupción a lo grande de la nueva editorial Orcinny con este libro de la autora norteamericana; parece increíble que a nadie se le hubiera ocurrido esta idea hasta entonces: volver  a los cuentos de Elige tu propia aventura y utilizarlo narrativamente quitando las opciones. Exponente de la Bizzarre Literature,  el resultado es una experiencia en la que la forma se come con patatas cualquier idea preconcebida que tuviéramos, la verdad es que es difícil de olvidar. Y está muy bien acabado.

Hijos de Sedna de VVAA, buena idea para un desarrollo ciertamente irregular; el hilo conductor de la historia es la colonización del planeta Sedna, para tal propósito se han creado una serie de textos por diferentes autores/as que tienen que ver con dicha colonización con más o menos suerte. Se puede leer pero esperaba algo ligeramente diferente, o una cierta conexión entre relatos.

El huésped de Marie Belloc Lowndes, bien por editoriales como Menoscuarto que abogan por recuperar clásicos de esta índole: relato victoriano de misterio. Lowndes tomó como referencia la historia de Jack el destripador y le sirvió como base para un relato en el que, más que entrar en la vena más escabrosa de los sucesos, se centra en jugar con la ambigua identidad del mismo. A un libro como este se le pide que mantenga el suspense hasta el final y lo cumple con creces.

El extraño caso de la isla Panorama de Rampo Edogawa, el Poe japonés siempre resulta un lujo, en este caso con una novela corta donde lo lisérgico se convierte en parte esencial de una isla utópica donde la realidad se mezcla con lo que lo parece. Edogawa transita de lo onírico a lo real y convierte su recta final (alucinante) es un espectáculo visceral altamente recomendable.

El ejército negro de Servando Rocha, tarde o temprano saldrá a la luz la crítica que he realizado al respecto; Rocha es un crack y se dedica a emular a Hunter S. Thompson pero con la banda de moteros negros más famosa de Estados Unidos. El libro es ciertamente interesante desde muchos aspectos pero especialmente por reflejar la vertiente más oscura del sueño americano. 

El libro de la ley de Aleister Crowley, es más una curiosidad que otra cosa pero vale  la pena echarle un vistazo a este texto tan particular de Crowley; la edición facsímil incluye los textos originales que escribió el propio autor al respecto. 

9788494367991Asesinato en la catedral de Edmund Crispin, poco a poco impedimenta nos sigue trayendo las aventuras del detective Gervase Fen; en este caso, no hay que llevarse engaños, estamos posiblemente en el peor de los casos publicados pero, aun así, sigue estando bastante por encima de la media habitual de novelas policíacas. Además resulta un poco atípico ya que la trama está más centrada en asuntos de espionaje que en temas detectivescos, de ahí que resulte más de aventuras que noir. En el caso de Crispin resulta un hándicap y no está tan bien acabada como otros misterios suyos.

Historia insólita de la música clásica (II) de Alberto Zurrón, ya me extendí en Ópera World al respecto, en el enlace tenéis toda la información.

El siglo de Jenufa: Anatomía de la ópera. Desde sus orígenes hasta el siglo XX de Santiago Martín Bermúdez, hablé en profundidad sobre este excepcional libro en la crítica ad-hoc.

María Galvany, una diva en Pinos Puente de José Antonio García López, esta sucesión de datos sin sentido es, posiblemente, uno de los peores libros que me he leído nunca. Intragable. 

Los crímenes del jorobado de Rampo Edogawa, este libro es una buena muestra de la versatilidad de Edogawa, es un libro ciertamente atípico si lo comparas con el que he comentado anteriormente ya que se centra en aspectos muy distintos; el título induce a pensar que estamos ante una novela policiaca pero esto solo ocurre en el primer tercio. Sin embargo, el resto juega más con elementos que abundan en lo grotesco, en una visión de la isla del doctor Moreau pero llevado a su terreno. El caso es que se disfruta como siempre aunque me imagino que más de uno no se esperaba este giro de acontecimientos.

978849446852Duffy de Dan Kavanaugh, parece mentira que desde los años ochenta no hayamos tenido noticia de la serie que protagoniza Duffy, el detective bisexual que creó el gran Julian Barnes con el pseudónimo de Dan Kavanaugh;  también parece mentira que una editorial como Alfabia no haya aprovechado esta circunstancia como en otros casos actuales (Banville-Black) a nivel de promoción: web sin actualizar, olvido del hecho que es el gran Barnes el que está detrás, marketing inexistente, nada en redes sociales… En fin. No creo que veamos las otras entregas por aquí porque casi nadie lo puede conocer en estas circunstancias. Por lo menos desde mi persona no va a faltar la recomendación de esta novela que juega en el terreno del harboiled (aprovechando inmejorablemente las características sexuales del personaje) y que finaliza con un relato que nada tiene que envidiar a James Bond o series como White Collar. Una de las grandes lecturas del verano.

Laberinto de hierba de Izumi Kyoka, Kyoka es un seguro de calidad, este libro es sencillamente excepcional. Cada frase, cada palabra de la maravillosa traducción es un deleite para los sentidos. Estáis perdiendo el tiempo si no estáis leyendo a este autor, un prodigio cada uno de los libros que nos ha traído Satori (y ya van tres).

Y esto es todo por ahora, al menos en julio. Agosto, la próxima semana.

Un abrazo y ¡buenas lecturas!

Efemérides. Ya van cuatro años

Thanks

Con este post inicié esta aventura en el año 2012 y acabo de alcanzar los 500 posts.

Parece mentira que ya haya pasado ese tiempo y no ha habido día que no me preguntara si valía pena seguir.

Es difícil porque cuesta mucho seguir actualizándolo y dándole nuevos impulsos.  Este año ha ayudado dedicarme a mi proyecto de mujeres pero no he hecho todo lo que tenía pensado al principio. El tiempo, el trabajo, todo acaba asfixiando las ideas y las ganas cuando tiene que dedicarle sus tiempos libres, tiempos muy preciosos y con mucho cansancio a cuestas.

Me gustaría llegar por lo menos al quinto año y acabar todo lo que tengo pendiente. Pero nunca se sabe.

Es indudable que este blog no podría seguir en marcha sin vosotros, queridos lectores. Sólo con que a uno vosotros le resulte útil me siento más que satisfecho.

Espero poder seguir ofreciendo lecturas de calidad y una opinión, por lo menos, alejada de lo habitual (recordad que en www.caninomag.es tenéis mis otros textos literarios que voy publicando).

Ah y, sobre todo, leed, leed mucho. No me resisto a recordaros el carácter lúdico de la lectura. Disfrutad, al menos, como lo hago yo.

Un abrazo muy fuerte para todos.

Historia insólita de la música clásica II de Alberto Zurrón. Humor a raudales

PortadaHistoriainsolitamusicaclasicaIIPublicado inicialmente en Ópera World en este post.

Alberto Zurrón lo ha vuelto a hacer, nada más comprobar que había un segundo volumen de esta historia insólita de la música clásica y ya estaba zambullido en él. El prólogo de, nada menos, Joaquín Achúcarro vuelve a incidir en los aspectos que nos acompañaron en el primer volumen y que, afortunadamente siguen mostrándose en esta segunda entrega.

Es indudable que el autor ha tenido que pasar muchas horas para indagar entre las toneladas de material que hay en la historia de la música para encontrar todo esto y poner un poco de orden en epígrafes que se entiendan. Sus mayores virtudes, nuevamente, son las siguientes:

Tipo de narrador escogido, Zurrón escoge un narrador muy cercano, él mismo, que nos trata con mucha familiaridad y busca la complicidad con el lector mediante el uso de signos de expresión y una escritura sencilla, incluso con afirmaciones directas y preguntas al lector. Es capaz de abordar cualquier tema pero lo hace con tal liviandad que no resulta difícil digerirlo.

Capacidad de síntesis, es difícil, muy difícil, montar un libro con sentido utilizando como fuentes anécdotas o hechos históricos tan diversos  y no morir en el intento de unirlos. Cada capítulo tiene, además, diferente epígrafes que pueden ser reunidos debajo porque funcionan dentro del mismo tema presentado inicialmente. La recopilación, afortunadamente funciona bastante bien como un todo.

Creatividad, el autor utiliza su ingenio para evitar entrar en la monotonía. Buen ejemplo de esto es la forma de construir los títulos de los capítulos, es capaz de moldear una frase de Sartre en el segundo capítulo, “El infierno son las otras (Los eternamente indecisos)” o de modificar el título de una película en el capítulo nueve, “Murieron con los compases puestos”; pero no solo el cine o la literatura son algunas de las fuentes utilizadas, no duda en apelar a  nuestro refranero (“Buscando a los gatos no tres pies sino uno alma”) o la canción popular (“Toda una vida estaría contigo”), haciéndolo incluso en los subtítulos de los apartados incluidos en cada capítulo.

Cambios de perspectivas, es evidente que afronta nuevas formas de ver a los intérpretes y a los músicos, muy alejadas de las habituales y es refrescante, además de lograr dotar a temas serios de un carácter lúdico, lo cual nos lleva a su característica más importante.

Humor a raudales, todo el libro está orientado a que lo leamos con una sonrisa en la boca, abundan los juegos de palabras y los gestos de complicidad anteriormente mencionados (como si estuviéramos hablando con un amigo) y se suelen multiplicar en los comienzos y en los finales de los capítulos para reafirmar el “enganche” del lector según pasa las páginas. La estructura y la elección de los temas (desde el dinero como como motivación hasta la inspiración o el fervor religioso) ayudan a reforzar esta sensación y conforman una lectura ciertamente amena.

Como resultado tenemos un libro muy entretenido que se disfrutará especialmente en la época estival: no requiere esfuerzo, es un pasa-páginas y los temas tratados son muy agradables, especialmente para los aficionados a la música clásica.

Quiero acabar precisamente con las palabras del prólogo del gran Achúcarro que hago mías:

“Disfrutadlo Adagio. Hacedlo durar.

¿Quizá leerlo justo antes de dormir? Y agradecer a Alberto Zurrón su

enorme esfuerzo, que no ha sido en vano.

Felices sueños.”

No hay mejor forma de recomendarlo.

Resumen Junio 2016. Shibiku, Yanagihara

Este mes sí que es fácil de resumir, con dos palabras orientales me basta como se puede ver en el subtítulo: dos libros de gran extensión que han ocupado la mayoría de mi tiempo, lo bueno es que he conseguido alternarlos con otros por el camino. Sin darme cuenta,  el resto de lecturas tiran la mayoría por literatura en castellano. Hacía tiempo que no me sucedía esto, y varias de ellas me han convencido y entrarán en mis próximas lecturas. 

Las replicantes de Cristina Peri Rossi,  mi primer acercamiento a la argentina ha sido satisfactorio. Sus poemas me interesan, sobre todo por el manejo de elementos que van repitiendo como si fueran una narración conjunta. Tampoco es que me haya vuelto loco, no exageremos, pero sí me queda la inquietud de leer más de ella.

El mes más cruel de Pilar Adón, definitivamente, hay algo en Adón que me gusta mucho, la indefinición, esa ambigüedad, buscando elementos claustrofóbicos (a veces oscuros) que potencia con su escritura. Sus cuentos son buen ejemplo de estas estrategias y esta recopilación es recomendable. 

Vivir entre lenguas de Sylvia Molloy, mi primer acercamiento a otra escritora argentina supone su consagración entre mis lecturas futuras. Esta pequeña recopilación de historias cortas es tremendamente inteligente, cada una de ellas es breve y al mismo tiempo profundísima. Su manejo del bilingüismo y sus consecuencias es simplemente apabullante, y todo ello sin perder el aspecto lúdico. Seguiré con ella seguro. 

(Tras)lúcidas de Varias autoras, hay que reconocer que una de las consecuencias de leer más mujeres es que me fijo más en la poesía. Esta recopilación de varias poetisas es muy agradable, irregular, pero con momentos estimulantes; sirve para descubrir algunas y confirmar a otras, como Sandra Santana. 

La extracción de la piedra de la locura y otros poemas de Alejandra Pizarnik, ya tengo encargado su libro de poesía completa. Simplemente excepcional. Qué manejo del lenguaje poético y de los recursos estilísticos. Una joya. 

En el bosque de Katie Kitamura, quería que me gustara y me ha dejado en un estado intermedio, no demasiado satisfactorio. No sabría decir por qué, pero no he conectado con la historia todo lo que me habría gustado y eso que el final está bastante bien y tiene impacto. No todo puede ser, también es cierto que el momento en que lo leí puede que no fuera el mejor. 

A Little life de Hanya Yanagihara, va a ser un bombazo cuando salga esta novela en septiembre aquí en España. Un libro durísimo, sin equilibrio y sobre todo, puramente emocional, basado en la capacidad de causar emoción en el lector. Es brutal, a pesar de todos sus excesos. Escribí algo sobre él por el Baileys y lo podéis ver en el enlace.

Chicas muertas de Selva Almada, otra autora que me convence este mes, este libro se supone que es un ensayo pero funciona como relato autobiográfico que parece ficcional, si bien el anterior me causó indiferencia, en este, su estilo se adapta perfectamente a lo contado y el resultado es muy bueno. Además, trata cuestiones bastante interesantes sobre la estructuralidad machista y sus consecuencias que, en mi caso, como hombre, son muy clarificadoras.

La culpa de Kate Chopin, primera obra de la autora norteamericana, anterior a El despertar, buena recuperación de Defausta que nos ayuda a entender los orígenes de la autora. A mí me servirá como inicio para leer su obra más importante. Es cierto que sus temas están más que presentes como es el manejo del elemento racial, sobre todo con respecto al esclavismo en el sur de Estados Unidos.

Ciudad esmeralda de Jennifer Egan, mi primer encuentro con Egan ha sido amable, sus cuentos se leen y se disfrutan, quizá no recuerdes más sobre ellos, pero indudablemente has sentido placer leyéndolos. Me basta.

Oso de Marian Engel, el tema se las trae: la mujer a la que le atrae un oso; si retiramos dicha polémica encontramos un subtexto feminista, donde la mujer subvierte su papel, decide lo que hace con su vida, empieza a detentar el poder. Me parece muy interesante el vehículo utilizado, también es cierto que se podría haber esperado un mayor cuidado de la forma que se limita a ser bastante directa y explícita. 

Decreación de Anne Carson, este libro, mezcla de poesía y ensayo es una absoluta maravilla. Complejo, poético, clarificador por momentos. Decreación sería la respuesta femenina a la deconstrucción si tuviera que definirlo de alguna manera. Dejarse sumergir en la poética de Carson es entrar en un universo literario donde tu cabeza solo puede explotar. Derruir las formas de los géneros para encontrar a otra persona, la persona decreada.

La historia de Genji,1 de Murasaki Shibiku, el primer volumen es largo, pesadísimo por el formato de tapa dura escogido por Atalanta, pródigo en infinitas notas, difícil de leer, imposible a la hora de establecer los parentescos (sobre todo porque casi nunca aparecen sus nombres) y sí aparecen diversos tratamientos que van evolucionando (Su excelencia, Su gracia, Su alteza…), la historia tiene siglos de antigüedad y no lo puede ocultar; además nos pilla muy lejos de nuestra cultura occidental; a pesar de todo esto, considero imprescindible leer una vez en la vida esta obra, patrimonio de la cultura japonesa, todo un deleite para los sentidos escrito de una forma inteligente, sutil, cargado de referencias a su cultura. Una verdadera hazaña.

Los disidentes

Los Vengadores Costa Oeste: Pecados del pasado de Englehart/Milgrom, hay que reconocer que Englehart se curró esta etapa y aprovechó para introducir temas no tan evidentes y que están de fondo. Y el tebeo resulta muy entretenido. Esperemos que se siga recuperando esta etapa.

Rabia de Richard Bachman (Stephen King), siguiente libro que va a entrar en la Kingpedia, esta vez le toca a la primera novela que escribió como Richard Bachman. Sorprende bastante su cambio de estilo pero ya me extenderé en la conversación que tendremos en Canino al respecto.

Como siempre, os pongo a continuación las adquisiciones que me quedaban, en este caso las de Mayo y Junio. Ah, y las del HUL.

AdquisicionesMayo

AdquisicionesJunio

HULAdquisiciones

No voy a hacer el resumen del porqué he comprado todas ellas, son demasiadas.  Lo que sí es cierto es que con este post más o menos dejo el blog parado hasta septiembre. Van a llegar algunos libros por compromisos que tengo pendientes en Ópera World y en Canino. Pero será muy puntual (bueno, quizás no tanto, me quedan 4 o 5 posts) pero más o menos.

El verano lo voy a dedicar en su primera semana a acabar los libros que me han quedado en junio. Especialmente con el caso de La historia de Genji de Shibiku. A partir de ahí tengo preparadas unas recomendaciones que van a salir en Canino y el resto serán muchos policíacos y de terror. El caso, como siempre, es pasarlo bien y adaptar las lecturas futuras al calor.

Eso es todo por ahora

Un abrazo y ¡buenas lecturas en vacaciones!

Metáfora y Memoria. Ensayos reunidos de Cynthia Ozick. La relevancia del ensayo

OzickMi primer acercamiento a la norteamericana Cynthia Ozick ha sido directamente una confirmación; había pensado en ir a sus famosos cuentos, pero la editorial Mar Dulce ha publicado Metáfora y Memoria. Ensayos reunidos en este mismo año y me parecía una buena solución intermedia para empezar con ella. Como podéis suponer me ha convencido, y mucho; esta antología contiene ensayos que se dividen en dos grandes grupos: aquellos relativos a las temáticas (cualquier tema en particular asociado a la literatura principalmente)  y los que se refieren a los autores (con reflexiones sobre diferentes escritores).

Sentía la necesidad de poner algo sobre ellos y en el horizonte se me planteaban dos posibilidades: por un lado, adoro todo lo relativo a Henry James que aparece en sus segunda parte; por el otro, un metaensayo con el que se inicia la antología llamado “Ella: retrato del ensayo como cuerpo tibio” donde encontramos una reflexión tremendamente lúcida sobre el carácter y la forma del propio género. Me he decidido por este último desde que leí la primera página:

Un ensayo es un producto de la imaginación. Si en un ensayo hay información, es solo circunstancia, y si hay una opinión, es necesario desconfiar de ella a largo plazo. Un ensayo genuino no tiene aplicación educativa, polémica, ni sociopolítica; es el movimiento de una mente libre que juega. Si bien está escrito en prosa, se halla más cerca en esencia de la poesía que de cualquier forma literaria. Al igual que un poema, un ensayo genuino está hecho de lenguaje, de personalidad, de un estado de ánimo, de temperamento, de agallas, de azar.

Y si hablo de un ensayo genuino es porque los falsos abundan. Podemos recurrir aquí al anticuado término poetastro, aunque indirectamente. Lo que el poetastro es al poeta –u aspirante menor-, el artículo es al ensayo: una imitación consumada destinada a envejecer pronto. Un artículo es chisme. Un ensayo es reflexión y visión interior.” 

Ozick reflexiona sobre la esencia del ensayo y lo equipara con la poesía distinguiendo entre ensayos genuinos y ensayos falsos, abundando desgraciadamente estos últimos. Es imposible no rendirse ante la elocuencia de la escritora, sobre todo cuando compara el ensayo genuino con el “artículo” y define su sentido ontológico en base a su perdurabilidad y su capacidad de reflexión. De estas características es capaz de dilucidar sobre una característica que no había pensado anteriormente: el poder:

De modo que el ensayo es antiguo y variado, pero esto es un lugar común. Hay algo más y es algo todavía más sorprendente: el poder del ensayo. Por “poder” me refiero precisamente a la capacidad de lograr lo que la fuerza siempre logra: obligarnos a asentir.  No importa que la forma y la inclinación de un ensayo se opongan a la coerción o la persuasión ni que el ensayo tampoco se proponga ni busque hacernos pensar como su autor, al menos no abiertamente. Si un ensayo tiene una “motivación”, esta se vincula más con la casualidad y la oportunidad que con la voluntad aplicada. Un ensayo genuino no es un tratado doctrinario, un esfuerzo propagandístico ni una jeremiada.” 

En efecto, según lo leía me ocurría exactamente lo que comentaba la autora, sentía la necesidad de asentir; y este asentimiento estaba en contra de lo que yo pensaba sobre el género:

A fin de cuentas, en ensayo es una fuerza destinada a obtener un consentimiento. Se apropia del consentimiento, lo corteja, lo seduce. Porque durante la breve hora que nos entregamos a él es seguro que nos rendiremos, convencidos. Todo esto ocurrirá aunque estemos intrínsecamente decididos a resistirnos.”

El ensayo, según Ozick, no debería convertirse en un tratado doctrinario o propagandístico, más bien debería ser “esa fuerza destinada a obtener el consentimiento” de sus lectores que sentirán cómo sus ideas preestablecidas cambian ante los argumentos que nos está mostrando. Para entender aún mejor sus cualidades, lo contrapone con la novela:

La novela tiene la capacidad para someternos. Suspende nuestra participación en la sociedad en la que vivimos cada día, de modo tal que mientras leemos, la olvidamos por completo. Pero el ensayo no nos permite olvidar nuestras sensaciones y opiniones habituales; hace algo aún más potente: nos hace negarlas. La autoridad de un ensayista magistral –la autoridad del lenguaje sublime y de la observación íntima- es absoluta. Cuando estoy con Hazlitt, no conozco mayor compañía que la naturaleza. Cuando estoy con Emerson no conozco mayor soledad que la naturaleza.” 

Mientras la novela nos aliena, nos aísla de la sociedad, nos somete al dictado de la ficción; el ensayo actúa sobre nuestras opiniones y sensaciones habituales, siempre y cuando el ensayista sea tan magistral que sea capaz de convencernos de sus argumentos; sí está claro que el ensayo no nos sustrae de la realidad que vivimos, más bien nos integra con ella y nos ilumina sobre temas de los que no éramos conscientes. Una vez establecidas estas bases, da un paso más allá entrando en la aparente arbitrariedad de los argumentos, o la dispersión de la que a veces se le puede culpar y define varias de sus cualidades:

Lo maravilloso de todo esto es que de esta Parente arbitrariedad, de esta caprichosa dispersión del ver y del contar, nace un mundo coherente. Es coherente porque un ensayista debe ser, después de todo, un artista y todo artista, cualquier que sea el medio que utilice, llega a un marco imaginativo singular y sólido, o llamémoslo, en menor escala, una cosmogonía.

Y es dentro de este marco, de esta obra de arte, donde quedamos atrapados como peces en una red. ¿Qué nos mantiene atrapados allí? La autoridad de una voz, el placer  -a veces la ansiedad- de una nueva idea, de un ángulo insólito, de un trocito de reminiscencia, de una dicha revelada o de un susto transmitido. Un ensayo puede ser el fruto del intelecto o de la memoria, de la liviandad o del abatimiento, del bienestar o de la irritación. Pero siempre hay en él una cierta quietud, a veces una suerte de distanciamiento. La furia y la venganza, creo, pertenecen a la ficción. El ensayo es más apacible.” 

Posiblemente la que más me gusta es su cualidad de ser apacible, alejado de la furia y la venganza. Es la autoridad del narrador la que nos engancha a un ensayo pero no lo hace de manera violenta, muy al contrario, hay una calma inherente a todo ensayo genuino. El giro final de la autora, simplemente excepcional, es atribuir el género femenino (el del título: ella) al ensayo, toda una subversión del valor tradicional asociado a lo masculino, de esta manera le asigna características insospechadas y nos prepara ante la posibilidad de que el poder se desplace, nada malo hay en que “ella” sea el ensayo, importa más que este ahí, que esté viva, que nos invite a entrar para sumergirnos en su autoridad magistral:

Digamos que no tiene sentido decir (como lo he hecho repetidamente, aborreciéndolo cada vez) “el ensayo”, “un ensayo”. El ensayo –un ensayo- no es una abstracción;  puede ser una forma femenina de contornos reconocibles, pero también muy colorida y con una identidad individual; no es un tipo. Es demasiado fluida, demasiado esquiva para ser una categoría. Puede ser osada, puede ser tímida, puede confiar en su belleza, en su inteligencia, en su erotismo o en su exotismo. Sea cual fuere su historia, es la protagonista, la personificación del yo secreto. Cuando llamamos a su puerta, nos abre, es una presencia en el umbral, nos guía de una sala a la otra; entonces ¿por qué no deberíamos llamarla “ella? Puede que en privado se muestre indiferente a nosotros, pero no puede ser más hospitalaria. Por encima de todo, no es un principio oculto ni una tesis ni una construcción: ella está allí, es una voz viva. Y nos invita a entrar.” 

No sé si he convencido a alguien para leer a esta escritora, espero que alguno lo tenga ya claro; de todos modos me permito terminar con su idea de lo que debe ser la meta de la literatura; nos presenta la dicotomía universal-particular; siendo la segunda la verdadera definición de lo que busca el arte literario en la actualidad: mostrar, reconocer aquello que es particular:

Así llegamos, al fin, al pulso y a la meta de la literatura: rechazar el borrón de lo “universal”; distinguir una vida de otra; iluminar la diversidad; encender la menor partícula de un ser para mostrar que es concretamente individual, diferente de cualquier otro; narrar, en toda la maravilla de su singularidad, la santidad intrínseca de la partícula más pequeña.

La literatura es el reconocimiento de lo particular.” 

Los textos vienen de la traducción de Ernesto Montequin de Metáfora y Memoria. Ensayos reunidos de Cynthia Ozick para la editorial Mar Dulce

Resumen Mayo 2016. Baileys, música y más

Si tuviera que resumir el mes de lecturas sería bastante difícil ya que fue variadísimo. Hubo hasta tres candidatos del Baileys Prize  y leí en inglés, también hubo varios libros de música y las últimas novedades de Sexto Piso, Siruela Negra o Nevsky. Quizá lo peor, por mis propósitos del año, haya sido que es el mes en que más libros de autores masculinos he leído, pero, de todos modos, sigo leyendo mucho más de mujeres, o sea que vayamos a la pila de lo que ha caído: 

Hotel California de Nine Antico, no sé si mis expectativas eran otras o de verdad me pareció poca cosa; lo que está claro es que esta historia de groupies me dejó un poco frío a pesar de sus divertidas referencias a la música de la época y al subrayado del papel de la mujer. No estoy seguro de recomendarla.

Un soplo de vida de Clarice Lispector, complejo diálogo profundamente metafísico entre un autor y su creación literaria que le sirve para tatar reflexivamente sobre el fenómeno creativo; parece mentira que esta fuera la primera obra que leía de la autora pero el misticismo subyacente en la conversación me resultó particularmente hermoso en su inaccesibilidad.

La hora de la estrella de Clarice Lispector,hay que reconocer que Lispector no deja indiferente y tenía un estilo muy personal; esta obra es un gran ejemplo para transmitir cómo parte de una situación formal que le sirve para desarrollar sus ideas, muchas veces estas ideas no son concretas y se basan más bien en la reflexión metafísica. Tiene algo que consigue cautivarme, puede que sean las imágenes que utiliza. Lo que es evidente es que seguiré leyéndola.

La improbabilidad del amor de Hannah Rothschild, hablé bastante sobre esta obra en el post que hice sobre la shorlist del Baileys Prize, si pincháis en el título podéis encontrar más información. Me parece muy recomendable.

Un hombre muerto de Ngaio Marsh, el primer número de la nueva biblioteca clásica de detectives merece un post más largo. Creo que llegaré a hacerlo.

Los que no perdonan de Charlotte Cory, espléndida novela de la que hablé en profundidad y que podéis encontrar pinchando en el título. 

Más lecturas no obligatorias de Wislawa Szymborska,  creo que ya dije lo que me gusta la escritora polaca, y esta es la confirmación: otro montón de ocurrentes e insospechadas reseñas de libros imposibles. 

A la mesa de Ingrid Noll, no me disgustó, no me encandiló, una respuesta tibia. No estoy seguro pero creo que leeré algún libro más para saber si vale la pena seguir leyéndola. El caso es que, por lo menos, hace el esfuerzo de nos transitar lo habitual en el género policíaco, solo por ello merece una segunda oportunidad. 

Tu amor es infinito de Maria Peura, durísima obra que trata un tema tan polémico como es el maltrato infantil; la prosa de la autora finlandesa es bella y te acompañara en un verdadero valle de lágrimas. Más información el post que hice al respecto.

Ruby de Cynthia Bond, otra de las candidatas al Baileys Prize, tenéis más información en el post que hice al respecto. La verdad es que resultó una muy buena lectura.

R.P. G. Juego de Rol de Miyuki Miyabe, fantástica propuesta policíaca a cargo de la japonesa Miyabe, en este caso no es tan importante el qué es la resolución como la forma en que los ingeniosos policías articulan su resolución. Hay que reconocer que disfruté bastante y siempre es un gusto conocer nuevas escritoras. 

Albertine. Rutina de ejercicios de Anne Carson, menuda generación de escritoras canadienses tenemos en la actualidad. Gracias a Vaso Roto podemos disfrutar de la poetisa/ensayista Anne Carson en esta pequeña obrita editada con mucho gusto. Textos cortos, epígrafes que le sirven para indagar en Albertine, el personaje de Proust, el humor y el lirismo devienen en una mezcla ciertamente subyugadora.

The portable Veblen de Elizabeth McKenzie, nueva candidata para el Baileys Prize, el último que cayó en el mes. Una obra bastante encantadora con una protagonista inolvidable, lástima que se desinfle en su parte final. Como siempre, si pincháis en el título tendréis más información.

Los disidentes

El tenis como experiencia religiosa de David Foster Wallace, dos ensayos son los que aparecen en este pequeño libro, los dos referidos al tenis, hay que reconocer que Wallace sabía hablar del deporte saliéndose de lo que puedes esperar. Especialmente interesante es el referido a la rivalidad de Nadal y Federer. Sigo pensando que me gusta más el Wallace ensayista que el novelista. 

El estado natural de las cosas de Alejandro Morellón, breve recopilación de cuentos de la que hablé en profundidad. Ya sabés, el enlace en el título. 

Los vengadores Costa Oeste: Los lazos que atan de Englehart, Milgrom y otros, divertida recopilación que sigue mostrándonos las aventuras del grupo liderado por Ojo de Halcón. Buen entrenamiento. 

El gran golpe de Darwyn Cooke, coincidiendo con la muerte del dibujante y guionista le hicimos un pequeño homenaje en canino, se me ocurrió escribir sobre su maravillosa Catwoman y de ahí que aparezcan esta lectura y la siguiente. 

El lado oscuro de la calle de Darwyn Cooke, aplica lo dicho anteriormente. ¿Para qué voy a repetirme?

Vida y obra de J.S. Bach de John Butt, ¿otra biografía sobre Bach? Pues sí. No muy afortunada, pero que sirve para complementar la información que tenemos de él. La reseñé en Ópera World una lectura interesante pero no imprescindible.

Historia insólita de la música clásica de Alberto Zurrón, es de agradecer que el autor se haya dedicado a intentar buscar esta recopilación de chistes que actúan como una historia alternativa de la música. 

Para terminar, como siempre os pongo las compras que hice en mayo. No estuvo nada mal.

AdquisicionesMayo

Podéis ver que algunos de ellos han caído ya (Cory, Marsh, Wallace…) del resto algunos van a caer en el verano con el monográfico policíaco (Edogawa, Ohri) y otros ya los dejaré para Septiembre en la rentrée (Bee Wilson, Despentes..); el resto van a tener que esperar al año que viene.

Un abrazo y ¡Buenas Lecturas!

El misterio de Gramercy Park de Anna Katharine Green. Oasis detectivesco

ElMisterioGramercyPark_AnnaKatharineGreeEs curioso cómo la gente confunde una buena edición con el hecho de que tenga tapa dura; una y otra vez encontramos  sorpresas desagradables de este tipo, en el que editores intentan vender motos poniendo este comodín para luego encontrar faltas de ortografía, malas traducciones, ningún tipo de estudio crítico, etc. Todo un desastre. Y si se trata de novelas policíacas de detectives, estos casos se agravan. Afortunadamente queda alguna isla entre tanta mediocridad, y este es el caso de la editorial dÈpoca que aúna ediciones estéticamente bellas, de calidad en el encuadernado, hojas de denso gramaje y un cuidado interior que se manifiesta no sólo en el cuidado de la traducción/edición sino también en introducir cada publicación con un estudio de la época, circunstancias y temas tratados principalmente.

La novela que traigo hoy, El misterio de Gramercy Park de Anna Katharine Green, tiene un prólogo tan bueno que no me hace falta poneros ningún  texto de la traducción de la autora, me limitaré a utilizar parte del trabajo excelentemente realizado y que es todo un tratado para entender la relevancia de la autora norteamericana. Green es todo un ejemplo de superación en una época en la que estaba mal visto que una mujer quisiera publicar libros, más si se trataba de novela policíaca: 

“Al acabar sus estudios pocas opciones tenía una mujer soltera salvo volver a la casa familiar. Y así lo hizo. En ella trabajó en su siguiente objetivo, convertirse en escritora profesional en un momento, recordemos, en el que el mundo literario no veía con buenos ojos la incursión de las mujeres. […] Su padre había respaldado su dedicación a la poesía –una forma expresiva delicada y apropiada para una mujer-  pero Anna tenía muy serias dudas de poder contar con su apoyo en el caso de la novela, además de temática policíaca, por lo que se dedicó cerca de seis años a la redacción casi en secreto de la que sería su primera novela y todo un éxito de ventas, El caso Leavenworth que, además de abrirle las puertas de su anhelada carrera como escritora profesional, le granjearía con el tiempo el título de Mother of Detective Novel, no tanto por haber escrito la primera novela de detectives –Metta Victoria Fuller Victor ya había publicado en 1866 su dime novel The Dead Letter- sino por ser la primera mujer en publicar una novela policíaca en un solo volumen, crear la primera serie de detectives y familiarizar al lector con este nuevo género.”

La autora pasa por ser la verdadera precursora del género ya que fue la mujer que creó la primera serie de detectives y, además, poniendo como protagonista de las investigaciones una mujer; sin embargo, como mujer de su tiempo, no podemos hablar de una estricta feminista, aunque el concepto de domestic feminist define su moderación en estas cuestiones; de todos modos, hasta esta moderación podía convertirse en un paso de gigante en sus manos, simplemente por el hecho de visibilizar ciertas actitudes, estructuras, con respecto a las mujeres y plantear modelos distintos:

“[…] a pesar que no pueda definirse a Anna Katharine Green como feminista […] sí puede ser considera, como D. Maida la denomina, a domestic feminist preocupada por las situaciones de indefensión a la  que las mujeres frecuentemente se veían enfrentada.

En sus obras, y El misterio de Gramercy Park no es una excepción, la autora nos presenta diferentes situaciones de desigualdad. Al hombre le eran permitidas ciertas actitudes que victimizaban a la mujer imposibilitada para una reacción de defensa: matrimonios concertados basados en intereses económicos y/o sociales, abandonos, deslealtades, engaños y ultrajes… Presentando estas situaciones, Anna Katharine Green no pretendía transgredir ni alterar el orden social […] sino apelar al decoro, sentido común y caballerosidad de los hombres y proporcionar a las mujeres modelos de conducta a seguir.”

El resultado de esto fueron sus dos heroínas, Violet Strange y, como protagonista de esta novela, la audaz entrometida, la impertinente solterona Amelia Butterworth, precursora de la Miss Marple de la gran Agatha Christie y todo un paradigma del género; un personaje que demuestra sus capacidades detectivescas en una continua lucha contra la supremacía masculina en estos asuntos; me encanta la idea de que fuera considerada “masculina” (en cuanto a inteligencia, valor…) por haber conseguido realizar una novela de detectives con una gran trama al nivel del sexo dominante:

“Y esta domestic feminist fue la que dio voz a Amelia Butterworth y Violet Strange, dos de sus creaciones femeninas que son, con sus diferencias, mujeres fuertes, independientes y audaces. Así Amelia Butterworth en El misterio de Gramercy Park planta clara a la presunta superioridad intelectual masculina y sin perder su femineidad en el intento llegar a afirmar, en una frase que ha dado pie a las más peregrinas y variopintas interpretaciones: “Subyace algo masculino en mi naturaleza” (cap. XXIV)

Tal vez esa masculinidad –no entendida como atracción por el sexo femenino sino como coraje, inteligencia, valor, fuerza de carácter, iniciativa e independencia, características todas ellas asociadas entonces exclusivamente con el sexo masculino –sea el tipo de masculinidad que algunos críticos creyeron percibir en Anna Katharine Green con la publicación de El caso Leavenworth, al no creer posible que una obra de tan preciso y complejo argumento y que mostraba conocimientos legales pudiese haber sido escrita por una mujer.

Podemos concluir en este sentido que Anna Katharine Green fue, en definitiva, una feminista de talante conservador o una no-feminista progresista, según como caiga la moneda; una reformadora desde dentro, sin ruido, que rechazaba el carácter revolucionario y rompedor de las luchadoras sufragistas, bien es verdad que como muchos otros hombres y mujeres de su tiempo.”

Yendo ya hacia la novela, el prólogo nos lo pone igual de fácil al señalar cuándo fue publicada y en qué orden apareció entre todas las que publicó la autora; es importante indicar también alguno de sus valores: la trama intrincada y el retrato del siglo XIX en Norteamérica:

“El misterio de Gramercy Park, publicado en 1897, es la décima novela policíaca de Anna Katharine Green y la primera en la que se introduce el inolvidable personaje de Amelia Butterworth, dama soltera y detective aficionada, que aparecerá en otras dos novelas, Lost Man’s Lane y The Circular Study. Pero además de la aparición de este personaje seminal que dará pie a posteriores creaciones dentro de la ficción policial, en El misterio de Gramercy Park destaca un intrincado argumento de cuidada construcción y un magnífico retrato de la sociedad de la época, los últimos años del siglo XIX e Norteamérica.”

Dos apuntes más me gustaría subrayar, en primer lugar la acepción de sensation-novels, novelas con un secreto, que fueron las precursoras de las novelas de enigma de más adelante; en efecto no se me ocurre mejor nombre para La dama de blanco del gran Wilkie Collins, una mezcla, para nada indigesta, de lo romántico con lo detectivesco que ha escogido la editorial como sello de identidad y que le sirve para ganarse un nicho en el mercado que es bastante fiel:

“El misterio de Gramercy Park cumple los principios del género pero añade alguna característica de las sensation novels de las que, junto con la novela gótica, deriva la ficción detectivesca. Este subgénero de novelas sensacionalistas, muy del gusto de la época, fueron llevadas a su cima de popularidad por autores como Wilkie Collins y Mary Elizabeth Braddon. Las sensation novels, que Kathleen Tillotson denomina novels-with-a-secret, por ese secreto que invariablemente contienen y en torno al que se desarrolla la historia, serán el germen que de modo inevitable evolucionará hacia las novels-of-enigma. En ese sentido, el misterio de Gramercy Park conserva todavía en su trama romántica y en el desarrollo final ciertos elementos melodramáticos propios de estas novelas sensacionalistas.”

El último aspecto es muy interesante y parte de la idea de la dualidad que se encuentra en este tipo de novelas enigma, a la historia del crimen se une la historia de las pesquisas para solucionarlo pero es muy cierto que, en esta novela en particular se produce un tercer elemento ya que las pesquisas son llevadas por dos investigadores al mismo tiempo (Amelia y Gryce) resultando en una pesquisa completa una vez se saben todos los detalles de las dos líneas alternativas según el investigador:

“Como afirma el escritor, crítico y lingüista Tzvetan Todorov en el primer capítulo de su libro Poética de la prosa, “en la base de la novela de enigma se encuentra una dualidad”. Con esta dualidad se refiere Todorov al hecho de que este tipo de novelas de enigma, la novela policíaca clásica como El misterio de Gramercy Park, no contienen una sino dos historias: la historia del crimen, de lo que sucedió realmente, y la historia de las pesquisas, del desarrollo de la investigación que va reconstruyendo el crimen, el modus operandi del ejecutor o ejecutores, sus motivaciones… Esta dualidad es la que crea el suspense y la curiosidad del lector que no se ve saciada hasta las últimas páginas.

En el caso de El misterio de Gramercy Park podemos añadir un tercer elemento. El desarrollo de la investigación se duplica; seguimos los pasos, por un lado, de la investigación narrada en primera persona de Butterworh, pero al poner en común sus avances con Gryce, Amelia, y con ella el lector, ha de recolocar todo de nuevo al contar con nuevos datos, eliminar erróneas suposiciones  y volver a hacer encajar las piezas del puzle. Y así, con dos líneas de investigación, dos hermanos, dos hermanas, dos esposas, damas enamoradas, ocultaciones, mentiras y giros varios el lector no tiene tregua hasta lograr finalmente saber quién lo hizo, en este clásico whodunit.”

Lo bueno de hacerlo de esta manera es que se duplican las líneas de investigación y se consigue extender la trama hasta el mismo momento final en el que se resuelve todo de forma satisfactoria para el lector.

No me resisto a poner un único texto que resulta característico de la identidad creada por Green para la encantadora Amelia;  todo un ejemplo de cómo utilizar una digresión para dotar de personalidad, en este caso independiente, a su protagonista:

“Acababa de darle las buenas noches a su enamorado y su rostro me trajo a la memoria un tiempo en el que mis propias mejillas eran redondeadas y mis ojos brillaban, y… ¡Basta! ¿De qué sirve afligirse por asuntos largo tiempo enterrados y olvidados? Una mujer soltera, tan independiente como es mi caso, no tiene necesidad alguna de envidiar la dudosa bendición de un esposo. Tomé la decisión de ser independiente, y lo soy. ¿Acaso se puede decir algo más al respecto? Perdón por la digresión.”

Me parece que con la editorial dÉpoca vamos a vivir buenos momentos policíacos en un futuro no demasiado lejano.

Los textos provienen de la traducción de Rosa Sahuquillo Moreno y Susanna González de El misterio de Gramercy Park de Anna Katharine Green editado por Editorial dÉpoca.

Lo que da de sí el Baileys Prize 2016

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Hace dos años le dediqué un post completo y no creo que deba explicar de qué va a estas alturas. Lo que sí tengo claro es que este año cobra aún más importancia por el proyecto de leer mujeres. Indudablemente suele ser un premio en el que, al centrarse en mujeres exclusivamente, la selección puede recoger las autoras menos esperadas. De hecho, suele haber debuts que gozan de la oportunidad de hacerse conocidas de esta manera.

El pasado día once de abril del 2016 se publicó la shortlist con las seis finalistas de las que saldrá la ganadora que será elegida el día 8 de junio. En los premios anglosajones de literatura suele hacerse una longlist de candidatos y, a continuación, escoger las seis finalistas de las que se obtendrá la galardonada definitiva. En el tiempo en que dura la shortlist se promueve la lectura de las obras seleccionadas, además de realizar entrevistas a las autoras y diversos análisis. Muy constructivo, sin secretismos, todo lo contrario a los premios que se entregan en España que siempre están ocultos los títulos, autores y, desde luego, un lector de a pie nunca podrá leerla antes.

La shorlist de este año ha sido la siguiente:

Cynthia Bond: Ruby (debut)

Anne Enright: The Green Road (consagrada)

Lisa McInerney: The Glorious Heresies (debut)

Elizabeth McKenzie: The Portable Veblen (cuarta obra)

Hannah Rothschild: The Improbability of Love (Segunda )

Hanya Yanagihara: A Little Life (Segunda novela)

A primera vista tenemos una heterogénea lista donde hay varios debuts como el de Bond o McIrneney, o segundas novelas como es el caso de Rothschild o Yanagihara; sólo podríamos referirnos a  Enright como una escritora consagrada, ya que McKenzie lleva cuatro obras en total. En tales condiciones, voy a intentar abarcar el mayor número de obras posible para emitir mi propio juicio e intentaré dedicar mayo a la mayoría de ellas; por razones de tiempo he descartado a Enright (probablemente la que menos me interesa aunque, curiosamente, podéis leer su obra en castellano, está a punto de sacarla Siruela con el nombre El camino de los Madigan). Del resto sólo una está disponible en castellano por ahora,  teniendo que leerse en la lengua del bardo en su mayoría. Vayamos entonces a mis lecturas de cada una de ellas:

ImprobabilityloveHannah Rothschild: The Improbability of Love: Traducida (muy fidedignamente) como La improbabilidad del amor 

Recientemente publicada por Suma, la obra de Rothschild me recordó en un primer momento a la archiconocida y multipremiada El jilguero de Donna Tartt, ya que el nombre al que hace referencia el título es el nombre de una pintura. Afortunadamente, el tema es tratado de una manera muy diferente, Rothschild empieza con una prolepsis en la que se va a producir una subasta en la cual dicho cuadro puede llegar a alcanzar pujas millonarias, la presentación de los candidatos a llevárselo es una simple exposición, ya que, después del prólogo, nos traslada seis meses antes para mostrar cómo la pintura forma parte de una tienda de antigüedades y nadie la conoce todavía. El objetivo de la estrategia es claro: mostrarnos a los personajes y la evolución de ellos y la trama hasta llegar al punto final. Sin embargo, una novedad que presenta la autora tiene que ver con el uso del cuadro como si de un personaje se tratara, hasta tal punto es esta identificación que le asigna características humanas dotándolo de un pensamiento propio (con sus propios capítulos), proporcionando una perspectiva más al conglomerado final. De hecho, lo utiliza como catalizador para la presentación de la historia relacionada con el cuadro: sus dueños, elaboración, etc. A ello se le suman misterios familiares en la Alemania Nazi, historias de amor imposibles y recetas que son puro deleite para formar un menú nada indigesto y bastante bien acabado. No me resisto a poner uno de los textos con el protagonismo del cuadro:

“A pesar de mí mismo, de pronto me entraron ganas de que aquella tal Agatha se pusiera a trabajar en mí. Anhelaba regresar al panteón de los grandes, ocupar el lugar que me correspondía junto a mis amigos, colgar de una pared tapizada con adamascado, oír a la gente hablar en discreto tono reverencial en mi presencia, ser amado, admirado y estudiado por lo que en realidad soy. Deseaba asimismo que Annie se empapara de mi gloria y fuera feliz. Resultaba extraño que después de trescientos años me encariñara de verdad con un propietario. La edad está volviéndome tonto.”

Texto de la traducción de Isabel Murillo de La improbabilidad del amor para Suma.

RubyCynthia Bond: Ruby 

Debut de la escritora estadounidense y un cambio radical de registro con respecto al anterior. Es inevitable pensar en Toni Morrison o Zora Neale Thurston cuando afrontas esta historia que tiene lo racial como elemento conductor. En el eje de la historia dos protagonistas: Ruby Bell y Ephram Jennings. Otra de las conexiones que se han utilizado al hablar de él lo referencia al realismo mágico y, ciertamente, es parte indisoluble de la historia, aunque diría que se integra excepcionalmente con ella para tratar lo más importante: el retrato de la mujer en la sociedad, particularmente de la mujer negra. Bond no tiembla al retratar situaciones injustas y cargadas de violencia física y sexual que sufren tanto la protagonista como su única luz, Ephram. Me ha recordado a los mejores momentos de Morrison, esos comienzos con The bluest eye,  pero con un tono contemporáneo que se integra muy bien en el aspecto narrativo, un gótico sureño de nuestros días. Muy buena novela y radicalmente distinta a la de Rotshchild.

portable-veblen-coverElizabeth McKenzie: The Portable Veblen 

Ésta era, junto con Enright, la más consagrada, al menos con cuatro novelas en su haber. Estaba pensando que debe ser imposible no querer una novela que tenga un apéndice con 65 maneras de decir ardilla. Y no andaba equivocado. Veblen, la protagonista, es sencillamente deliciosa en su excentricidad: que hable con las ardillas para tranquilizarse, que sea capaz de traducir el noruego y que se predisponga a ver el bien por encima de cualquier cosa, a priori, son algunos de sus rasgos. Su futura pareja es exactamente todo lo contrario, no soporta todo lo que se salga de la realidad, capaz de detestar a su hermano disminuido y metido de lleno en el corrupto mundo de las farmacéuticas. McKenzie utiliza el núcleo frontal que les tiene a ellos y a su hipotética boda para, al mismo tiempo, pintar un retrato de la sociedad capitalista desde la institución familiar y las relaciones entre sus miembros hasta las mismas raíces consumistas que son parte inherente de dicha sociedad. El resultado final, desgraciadamente, baja ligeramente el nivel sobre todo en los últimos compases. La solución para unirlos resulta demasiado convencional y manida teniendo en cuenta el planteamiento final. Hay que reconocer, a pesar de esto, que la lectura es satisfactoria aunque se queda por debajo de las anteriormente analizadas. 

GloriousHeresiesLisa McInerney: The Glorious Heresies 

Otro debut, el de la irlandesa McInerney, del que, aparentemente no esperaba nada malo ni nada bueno. Lo mejor en estos casos es estar abierto y receptivo ante las posibilidades que ofrezca. La historia de cómo un asesinato influencia la vida de cinco inadaptados de diversa índole promete mucho, sobre todo porque la autora quiere ligar el hecho con la historia de Irlanda del siglo XX. Me gustaría haber leído más a estas alturas, pero Yanagihara me tiene absorbido. Una verdadera pena no tener más tiempo.

ALittleLifeHanya Yanagihara: A Little Life 

El libro de la norteamericana ha transitado todas las shorlists posibles (Man Booker, National Book Award, Andrew Carnegie Medal for Excellence in Fiction, Kirkus Prize) con suerte desigual llegando a esta última con el reconocimiento de lectores y crítica. Llega el momento de juzgar si es para tanto o se ha inflado su fama inmerecidamente. Me llama mucho la atención el libro ya que la escritora narra la vida de cuatro hombres, algo poco habitual en el caso de una escritora que suele coger una narradora femenina. La primera parte es fantástica, son las páginas que utiliza para presentar la amistad entre los cuatro y está muy lograda en cuanto a la caracterización particular  y la general del propio hecho de conocerse y la forma que interrelacionan, podría entenderse como un prólogo. A partir de la segunda parte empieza verdaderamente la historia ya que el núcleo de la relación (y del libro) está basada en Jude (es inevitable pensar aquí en El corazón es un cazador solitario de Carson McCullers y su protagonista principal John Singer), todo se ordena según la figura de Jude: su pasado, su presente, las personas que le quieren (Andy, Harold y Julia y, por supuesto, sus tres amigos, Willen, JB y Malcolm). La estrategia de Yanagihara es mostrar poco a poco el pasado, que se cierne de manera ominosa en la narración y, al mismo tiempo, mostrar momentos del presente que suelen ser más felices. El mayor problema es que se mantenga el equilibrio y no entrar en una exaltación masoquista de las dificultades que pasa el protagonista. Según terminaba este post, con la mitad del libro ya leído, se mantenía a un buen nivel y estoy dispuesto a considerarlo mi favorito para el premio en cuestión pero todo se puede torcer.

Anne Enright: The Green Road 

Según escribía estas líneas surgió la típica ironía que me vuelve loco (gracias a la ayuda inestimable de Jonatan Sark):

Enright

En la noticia del Guardian se hablaba de las posibilidades de ganar de cada uno de ellos y, justamente, aquellos que no he leído (las dos irlandesas) son las que tienen más posibilidades mayores de ganarlo. Son cosas que pueden suceder. Estará gracioso ver cómo eligen a cualquiera de las que no puedo hablar. Así está la cosa:

GreenRoadBaileys prize 2016 runners and riders 

The Glorious Heresies by Lisa McInerney 3/1

The Green Road by Anne Enright 5/2

The Improbability of Love by Hannah Rothschild 11/2

A Little Life by Hanya Yanigahara 9/2

Ruby by Cynthia Bond 9/2

The Portable Veblen by Elizabeth McKenzie 15/2

Y el caso es que la historia tiene buena pinta, la típica reunión familiar que se produce cuando van a vender parte del patrimonio familiar pero, ciertamente, era el argumento más manido.  Habrá que comprobar de todos modos por donde vas la cosas el día de la entrega. Si me tengo que leer todos este año, bienvenido sea, la verdad es que estoy disfrutando bastante de la selección. 

Leyendo lo que he leído Rothschild y Yanagihara serían mis favoritos, ya habéis visto los motivos, pero está por ver lo que de verdad sucederá.

Haré una actualización con el ganador y mis impresiones.

Un abrazo.

Historia insólita de la música clásica de Alberto Zurrón: una visión diferente

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Publicado inicialmente en Ópera World en este post.

Acostumbrados como estamos a encontrarnos una y otra vez con remozadas visiones históricas de las mismas vidas de los grandes protagonistas de la historia de la música clásica, normalmente muy sesudas, documentadas y difícilmente amenas, es toda una sorpresa que alguien se haya atrevido a hacer una propuesta tan original como nos trae Alberto Zurrón en este primer volumen de lo que ha llamado Historia insólita de la música clásica.

Sexto mes. Locura de nuevo: Shibiku y Yanagihara

Teniendo en cuenta lo mal que me salió planificar el quinto mes (enlace) este sexto necesito sacar mucho de lo que tengo pendiente y está claro que va a estar marcado por lecturas que quiero terminar antes de que llegue julio y agosto (que dedicaré a leer policíaco). La foto de previstos es la siguiente.

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En efecto, en el centro podéis ver los dos “monstruos del mes”:

A litte life de Hanya Yanagihara, no era yo consciente del tamaño de este libro en inglés, claro que, cuando le eché un vistazo a lo que va a ser la edición española, más de mil páginas, me di cuenta de que ni de broma iba a acabarlo en una semana. Leo rápido pero no tanto. Y lo peor es que tengo que tenerlo casi terminado para la entrega del Baileys Prize de este año, el 7 de junio! Está la cosa difícil. Veremos lo que consigo.

La historia de Genji de Murasaki Shibiku, una vez acabe con el anterior me centraré plenamente en este, por fin, muchísimas ganas de descubrir la obra milenaria que se complemente con mi lectura de Sei Shonagon de principios de año. Debo acabarlo justo para empezar el monográfico policíaco para el verano.

Entre medias de estas barbaridades que ocupan un montón de tiempo me gustaría tener pequeños descansos, de ahí el resto de libros que aparecen alrededor. Y aprovecharé para descubrir nuevas autoras. Naturalmente no voy a comentar de nuevo los que siguen estando por ahí y que no me leí en meses anteriores como Jennifer Egan o Jeanette Winterson. Algún día conseguiré buscarles el hueco.

He cogido tres libros de poesía, en primer lugar la recopilación (Tras) Lúcidas, una recopilación de escritoras actuales que se ha creado ex profeso para esta antología, al menos aparece Sandra Santana de la que ya he leído alguna poesía y está bastante bien, espero irregularidad pero puedo llevarme sorpresas; por otro lado he llegado este mes a Anne Carson, Decreación parece una muy buena opción para profundizar en su obra. Por último, la poeta argentina Cristina Peri Rossi y su último libro Las replicantes, una manera como otra de empezar a leerla.

Entre las nuevas autoras que quiero descubrir varias distintas: Sylvia Molloy, Joan Didion Marian Engel y Katie Kitamura. De la primera, mi puerta de entrada va a ser su último libro de relatos aunque tengo otro en casa que llegará este año. De la segunda, su archiconocido El año del pensamiento mágico, parece una opción muy válida en cuanto a calidad pero habrá que comprobarlo. La tercera me vuelve a llevar a la literatura canadiense, a este paso voy a poder preparar un monográfico (excelente) de autoras de ese país, imaginad a Atwood, Munro, Carson, Engel, vaya nivel. La última autora es un caso curioso, no ha tenido mucha suerte en España pero habrá que comprobar qué tal está.

Siempre me gusta leer por lo menos dos libros de cualquier autor nuevo para saber si me va a gustar; este mes debería ser la confirmación de Pilar Adón y Selva Almada, la primera me tiene casi convencido, la segunda me despierta sentimientos opuestos, es el momento de saber si vale la pena seguirlas. Lo de Ginzburg no necesita confirmación, la necesito, de ahí que la haya programado.

También aparecen por ahí Kate Chopin y Servando Rocha, el único hombre entre tanta mujer; bueno, también Englehart y sus Vengadores Costa Oeste. Espero leer a Servando sobre todo porque está previsto que salga en Canino.

Os dejo ya, tengo que buscar tiempo para leer. Y está difícil.

Un abrazo y ¡Buenas lecturas!

Vida y obra de J.S. Bach edición de John Butt. Bach, de nuevo

portada_19530 (1)Publicado inicialmente en este post de Ópera World.

Como bien dice el responsable de la edición de Vida y obra de J.S. Bach a estas alturas de la película, se ha escrito muchísimo sobre el genio alemán; es casi imposible aportar algo interesante sin que el lector habitual de música exclame “¡Bach, de nuevo!” al encontrarse este libro en su librería habitual. Butt se explaya, por lo tanto, en lo que quiere aportar con respecto al resto, empezando por la estructura utilizada.

El libro se divide en tres partes diferenciadas que, a priori, tienen bastante sentido:

En primer lugar, un bloque de cinco capítulos en el que se trata sobre el contexto histórico y social desde la influencia que tuvo la misma familia de Bach en la creación del compositor, centrándose después en la situación política y religiosa para acabar con intento de explicar la motivación que le movió a la hora de componer.

En la segunda parte, se entra en faena en cuanto a la inmensa obra de Bach, de una manera bastante resumida ya que se opta por definir perfiles musicales y de ahí profundizar en las características que lo definen.

Por último, esto es bastante interesante, se estudia la influencia y recepción de la música de Bach desde diferentes puntos de vista empezando por su faceta como profesor y modelo y llegando a las diferentes interpretaciones que se han hecho de su música a lo largo de la historia según la corriente vigente.

Para ello Butt toma la decisión de distribuir el trabajo, escoger a los mejores para cada epígrafe. Esto es bueno y malo al mismo tiempo: es bueno porque escoge a las personas que más se supone que saben sobre un tema en particular; es malo porque, indudablemente, hay una cierta irregularidad en la forma de escribir de cada uno de ellos que deviene en una cierta inconsistencia narrativa del texto al completo, nada menos que once autores distintos es demasiado lastre en este aspecto.

Es evidente que el responsable buscó la concreción antes que nada y eso se logra con creces ya que el libro no es excesivamente largo; sin embargo está concreción es también un problema cuando hablamos de su obra, se vuelve insuficiente.

Tanto las partes primera como la tercera funcionan bastante bien. Especialmente la primera, ya que consigue reflejar a la perfección el contexto en el que puede ubicar al autor alemán y, de esta manera, entender cómo ese contexto influyó a la hora de sus composiciones, como el uso de la liturgia luterana. Hay un intento de explicación de las motivaciones a la hora de componer con un fallido enfoque racionalista que, a lo mejor, no necesitaba un capítulo completo.

De la tercera parte es reseñable el intento de medida de la influencia e interpretación histórica del compositor, aunque todo se hace desde un entorno muy académico, podría haber sido una buena oportunidad para aplicar la teoría de la recepción a aquellos que la escuchan, los oyentes a lo largo del tiempo. Es una parte muy técnica que adolece de un enfoque menos férreo en estos aspectos.

La parte central, desgraciadamente, se queda muy corta, es lógico pensar que no tenían mucho más espacio para explayarse, de ahí el indicativo nombre de “Perfiles de la música”; además de tener poco espacio dedican un capítulo entero a las obras tempranas para llegar a la conclusión de que no está claro cuáles son todavía, un capítulo entero igual para toda su música instrumental o las obras vocales maduras no parece una proporción demasiado adecuada. Echo de menos un análisis más detallado de su ingente obra. Es inevitable.

Teniendo en cuenta las consideraciones anteriormente mencionadas, el libro se lee bien (aunque nuevamente la edición no me apasione por lo abigarrado de las letras buscando aprovechar bien el espacio) y funciona mejor como libro complementario para ofrecer información alternativa sobre Bach que como obra de referencia del autor. Seguramente un iniciado se sentirá cómodo con esta recopilación de textos y un lector avezado se sienta como acabo de describir.

Resumen Abril 2016. ¡Qué barbaridad!

Esta vez no andaré con eufemismos, he leído un montón. Y, además, lo he disfrutado de igual manera. De las 23 lecturas, cinco fueron de hombres; el resto, escritoras. Sigo aumentando el número  de escritoras este año y añado algunas de las que todavía no había leído nada (ocho más). Vayamos a la ristra de abril: 

El misterio de Riddlesdale Lodge de Dorothy Leigh Sayers, lo más fascinante de haber leído este libro es haberlo hecho en la edición de tapa dura antigua que encontré, edición en la que también estaría el siguiente. La siguiente curiosidad es que este es el segundo libro de Sayers en el que tiene como protagonista a Lord Peter Wimsey y que, en estos momentos, es inencontrable. ¿Y el misterio? Bien, gracias.

Lord Peter descubre el delito de Dorothy Leigh Sayers, incluido en la edición que comenté anteriormente, esto es aún más curioso porque son historias cortas del mismo detective (no sabía que existieran); están ubicadas justo después de El misterio del Bellona Club, el único libro que me había leído hasta este mes. Lo bueno es que las distancias cortas no le sientan mal tampoco.

Frankestein de Mary Shelley, eterno pendiente que por fin ha llegado este año, ya tocaba. Una obra maestra disfrutable a muchos niveles. Espero poder escribir algo sobre él más adelante. 

El misterio de Gramercy Park de Anna Katharine Green, bravo por la labor de editoriales como dÉpoca, la recuperación de esta entrometida impertinente y subyugadora al mismo tiempo. Ahora mismo acaban de publicar su segunda aventura y no puedo esperar para ponerme con ella. Llegará la reseña, de verdad que sí. 

Mi abuelo de Valérie Mréjen, nueva autora, siempre me gusta probar con dos libros por lo menos para ver qué tal, en este caso,  curiosamente cogí el primero y el último y he disfrutado los dos por diferentes motivos. Me gustaría escribir algo conjunto de ambos ya que la escritora francesa es muy interesante. Veremos.

Selva negra de Valérie Mréjen, la confirmación de una autora a la que seguiré a partir de ahora.

Antología Poética de Wislawa Szymborska, cuando lees la poesía de Szymborska pasa lo que pasa, te vuelves incondicional. Es excepcional y lo comenté en un post junto con su prosa. Si pincháis en el título tendréis más información.

El libro de los divanes de Tamara Kamenszain, vuelvo a redundar en mi comentario, pero es cierto como la vida misma. Me sobrepasa, la argentina es buenísima, el prólogo de María Moreno es fantástico y siempre tengo la sensación de que me pierdo la mitad de la batalla aunque me gusta lo que leo. Mi déficit de literatura sudamericana es más palpable en estas ocasiones.

Que no, que no me muero de María Hernández Martí, un simple vistazo a los dibujos de Javi de Castro sirvieron para llamarme la atención, los textos de María Hernández Martí me convencieron definitivamente por esa mezcla inevitable que deviene en una tragicomedia donde la protagonista, con pareja, perro, familia, amigos y un cáncer de mama, tiene que afrontar los hechos que le van sucediendo desde una perspectiva muy diferente a la habitual; el tratamiento de estos temas siempre es complejo pero, en este caso, no me equivoco al afirmar que prácticamente no se puede hacer mejor.

Y eso fue lo que pasó de Natalia Ginzburg, ya dije que la italiana se ha convertido en una de mis favoritas y es genial porque me quedan varios libros por leer. En este caso esta segunda novela, cortita, pero de gran intensidad, es otro ejemplo más de su buen hacer. En el horizonte me espera, por fin, Léxico familiar.

El viaje de Francesca Sanna, qué manera más maravillosa de presentar un tema tan candente como el de los refugiados para que lo pueda entender un niño. Qué hermoso y… qué triste, también es cierto.

Metáfora y memoria: Ensayos reunidos de Cynthia Ozick, por fin he podido leer a la norteamericana y me ha convencido. Ahora tengo que convencer al resto. En un próximo post, al menos, lo intentaré.

Longshot de Ann Nocenti y Arthur Adams, relectura aprovechando que estoy buscando mujeres escritoras en cómics. Nocenti, en esta serie limitada, presentaba uno de los personajes más atractivos que he leído en el fértil universo mutante, qué imaginativa fue al crear al curioso y “suertudo” Longshot, qué bien el dibujo de Adams, cómo me gustaría ver publicada su etapa de Daredevil. Crucemos los dedos.

Muy lejos de Kensington de Muriel Spark, me queda poco por leer de escritora británica, pero encontrarse con ella es siempre un gran placer. Tanta sutileza parece imposible, tanta oscuridad en un envoltorio inglés es aún más difícil de encontrar.

Bordados de Marjane Satrapi, con el pretexto de una reunión de mujeres, la escritora iraní diagnostica con buen humor algo tan duro como la situación de la mujer en el Oriente medio. Un mundo radicalmente distinto del nuestro donde la libertad no es habitual y los pocos derechos que se han ganado aquí, allí no son ni alcanzables.

Lady Killer de Joëlle Jones, sinceramente, ni estaba previsto, lo encontré de casualidad y, la verdad, es satisfactorio encontrarte con las peripecias de una asesina profesional que es capaz de llevar a cabo su vida de ama de casa y, en sus tiempos libres, masacrar a quien le manden.

The Grownup de Gillian Flynn, supongo que en algún momento esto llegará aquí, en una edición de esas “sacacuartos” a las que nos tienen acostumbrados; historia corta que vuelve a demostrar que Flynn es una voz a seguir aunque solo sea por sus argumentos perversos. Tres libros suyos leídos, tres libros que recomiendo sin dudar.

La mucama del Ominculé de Rita Indiana, definitivamente, lo mío con Indiana es imposible, sobre el papel me debería haber gustado un montón este libro, al final acaba agotándome, es apabullante, su estilo fantástico, pero siempre sus historias me acaban cansándo(me) (aun siendo cortas) y me cuesta un horror acabarlo. Somos incompatibles, y me da pena. No consigo entrar en ellas.

Los disidentes

Marcelín de Sempé, dice el autor francés que “No creo que mis personajes sean minúsculos. Quizás el mundo sea demasiado grande.” Lo que está claro es que encontrarme con sus pequeños protagonistas me produce una irremediable ternura, una sensación de estar al borde de las lágrimas por lo que nos cuenta, la encantadora historia de dos niños que tienen atípicas molestias: sonrojarse sin ningún motivo y estornudar sin venir a cuento. Y cómo estas particularidades servirán para unirles en una amistad que durará a lo largo del tiempo a pesar de todas las dificultades que se encuentren. Con Sempé es imposible equivocarse. 

Su pasatiempo favorito de William Gaddis, otro con el que no te equivocas nunca, nuevo tochazo del autor, sin pincháis en el título, tendréis mucha más información que ya comenté por aquí. 

Unas horas con los poetas muertos de Ko Un, fan incondicional del poeta surcoreano, esta nueva antología es una manera de recordarme de nuevo todo lo que me gusta. 

Donde viven los monstruos de Maurice Sendak, pero bueno, ¡qué delicia! 

Breve historia de siete asesinatos de Marlon James, me he extendido de sobra con esta obra en el post que hice al respecto. En el blog tenéis más información. No digo más, es una de las novelas del año.

Una vez acabado el resumen, no quiero irme sin poneros las adquisiciones de abril.

AdquisicionesAbril

Como os podéis imaginar, varios de ellos los tengo pendientes. Espero que vayan saliendo poco a poco. Aunque también creo que no va a ser en mayo. Bastante tengo con el Baileys Prize.

Un abrazo y ¡Buenas Lecturas!

Tu amor es infinito de Maria Peura. Dicotomía de contrarios

Portada-Tu-amor-es-infinito-195x300Hay varias formas de reflejar el mal en una narración y es uno de los grandes dilemas a los que se enfrenta cualquier escritor; pintarlo de una manera explícita y cruda suele desafiar al lector que se encuentra indefenso ante un retrato que le sobrepasa, esta incomodidad puede alejarlo o, incluso, en ocasiones, atraer a más lectores por su carácter catártico, algo de lo que hablé bastante en este post relacionado con Edward Bunker y Neil Cross. La otra manera, más sutil, es mostrarlo implícitamente, solución que aboga por un retrato más poético, lírico o un uso acusado de elipsis.

La escritora finlandesa Maria Peura toma como base un tema tan adusto y doloroso para el lector como el maltrato infantil y lo representa de tal manera que, el lector, en este caso yo mismo, siente al mismo tiempo un juego de contrarios, una dicotomía insoluble donde se mezcla el pavor de lo que estás presenciando con una forma de mostrarlo profundamente subyugadora. Escoge el punto de vista de la niña de siete años y narra como si fuera ella la que lo cuenta, con frases simples, sin subordinaciones y con un manejo de las metáforas y de las imágenes que resulta original e insospechado:

“-Por la noche le pica y me pide que le rasque. Y yo le rasco, pero entonces le pica más y le rasco más y luego se me pone a llorar, y sus lágrimas son rojo sangre…

La sonrisa de la abuelita arregla los destrozos que ha causado el terremoto. El abuelito toca con cuidado los trollius y las campánulas que florecen en el rostro de la abuelita.

-Hasta las manos las tiene como un rallador, esta cría –susurra el abuelito.

Las flores cabecean. Regreso a la cocina y me siento a la mesa a mordisquearme los padrastros de las uñas.

-A ver, enseña los ralladores esos –ordena la abuela.

La abuelita se pone las gafas y me clava los ojos en las uñas.”

En este párrafo podemos comprobar como utiliza dos flores (los trollius y las campánulas) para reflejar los colores (amarillo y violeta) que aparecen en la maltratada cara de la abuelita, víctima igualmente de los abusos realizados por el abuelo. El maltrato infantil, la violencia de género, etc. son las consecuencias de la posición de poder del abuelito que atenta contra la libertad de abuela y nieta, la siguiente escena, de gran dureza no escatima en detalles con la descripción, es explícita, sin embargo está poblada de imágenes que dulcifican en parte lo reflejado expresando aún más, por contraste, lo malvado de lo que está ocurriendo:

“El abuelito empieza a no ser bueno enseguida. Cuando la abuelita se marcha a la cuadra, el abuelito me agarra del pelo de la nuca y me arrastra hasta la sauna.

-Ahora le vas a pedir perdón al abuelito…

Siento vergüenza por haberle hecho daño. Me arrodillo en el suelo de la antesala de la sauna y el abuelito se desliza en mi boca. Me dice que si la mantengo muy abierta ya no estará enfadado conmigo.

Escondo los dientes tras las encías y el abuelito serpentea por la cueva y sale otra vez y luego se hace un ovillo y se queda en un rincón suspirando. También yo suspiro y los dientes salen de las encías y bajan al suelo de la cueva. El abuelito grita que tengo que abrir la boca, que tengo que abrirla todavía más, y yo grito que no me atrevo porque están cayendo piedras. Soy una cueva con estalactitas y el abuelito tiene que deslizarse rápido hacia fuera antes de que las grandes piedras empiecen a moverse.”

El abuelito usa la culpa como arma de extorsión, alimentando esa culpa, la relación de poder se hace aún más fuerte y consigue que la persona que está sufriendo los abusos obedezca por la amenaza de poner triste a la persona que los realiza; todo esto se agrava porque la niña es mucho menor que él, es más fácilmente influenciable, de hecho, todo ello se disfraza de amor; es tan tóxico y está tan deformada la conciencia de nuestra protagonista que accede a realizar lo que haga falta para evitar la tristeza de su opresor:

Peura_Maria_by-Heini-Lehvaslaiho“No tengo fuerzas para recordarle las reglas. No tengo fuerzas para soñar, ni para dormir, ni para estar despierta. Me muestro complaciente y trato de estar callada para que el abuelito no me haga más daño de lo necesario.

El abuelito se ha vuelto sombrío. Ya no se echa a llorar después de atravesar mi cuerpo. No dice que soy la niñita del abuelito. No dice nada y a mí me corroe la terrible incertidumbre de haber hecho algo malo.

Quiero hacerlo todo bien para que el abuelito pueda amarme. El abuelito es mi única esperanza. La abuelita no me ama porque vuelvo loco al abuelito. Mamá ama el alcohol más que a mí. Papá está demasiado cansado para amar. Jesús no me ama porque no siempre me porto bien con el abuelito.”

Saara tiene sus medios de alienación, un refugio al que huir para encontrar un momento de paz, un mundo en el que no se abusa de ella, la escritora opta por las dos formas que tomaría una niña de siete años: en primer lugar, su uso de la naturaleza como elemento salvífico, lleno de imágenes que consiguen que se sienta como si estuviera en otro sitio del que está viviendo; en segundo lugar, mediante la creación de un elemento de ficción, un amigo (invisible) aunque, al principio podamos pensar que existe, Pentti actúa de dos formas, como ese tipo de guarida a la que acudir:

“Las vacaciones de verano de Pentti están a punto de terminar. Pentti se marcha. Me lo explica sin palabras y sin voz. No cuenta nada más. Nada más.

Nuestra amistad se ha convertido en metal. Entre nosotros ya no existe conexión. Aun así, quiero despedirme de Pentti.

-No vengas –dice, pero voy a pesar del rechazo.

Pentti no me lo puede impedir. Subo el desván a buscar un girasol de cartulina y lo escondo debajo de la blusa. Cuando esté en Alemania, Pentti podrá mirar el girasol y perdonarme. Cuando yo esté lejos, le será fácil perdonarme.”

Y, al mismo tiempo como reflejo de una amistad ideal, Pentti es capaz de entenderla y de relacionarse con ella; de hecho se irá viendo, según avanza el libro, que Saara es incapaz de relacionarse de una manera sana con otros niños de su edad, tanto se ha tergiversado lo que entiende por una relación que se comporta de maneras derivadas de los abusos a los que está siendo sometida. Pentti es tan necesario para ella porque le hace creer que puede tener una amistad de verdad.

En contraste con la voz indicada, Peura contrapone capítulos con letra en cursiva que resultan ser la voz del abuelito, lo que narra y cómo lo narra es radicalmente distinto y nos hacen comprender lo que pasa por la cabeza del maltratador de abuela y nieta:

“Si atajo por aquí, enseguida llego a la colina. Ya no aguanto más ahí dentro, ni un segundo. No aguanto ni a Helvi ni a la cría. Tiene unos ojos tan negros y tan del demonio. Lo apuntan a uno demasiado directamente. No hay respeto, nada de nada.

Desde aquí ya tendría que verse el lago, si el día no estuviera tan nublado. La naturaleza ha empezado a ponerse en mi contra. Esas cercas de los renos están podridas. Alguien tendría que echarlas abajo. Lo que es yo, ni ganas que tengo de ponerme.  No tengo fuerzas. La verja no sirve más que para detener a un reno enfermo y moribundo. Mejor que ni la roce. Se me caería encima con un buen escándalo. Aunque pequeño, soy fornido. Menuda puerta.

Voy a tocarla con cuidado, voy a probar. Sí, más o menos cerrada se mantiene. Y el cielo empieza a clarear.”

Ambas son víctimas de una situación que parece que nunca va a acabar, hasta el punto en el cuál, la abuela llega a abusar también de la nieta porque la hace responsable de cómo se encuentra el abuelo, el siguiente párrafo es un ejemplo más de la manera en que la escritora representa un maltrato y cómo la niña es capaz de sacar algo positivo de una situación horrible “el vacío se puede llenar de deseos”):

“La cara del pavo real se acerca. De algún sitio sale el sacudidor de alfombras, que se eleva por las alturas. Lo sigo con la mirada, extiendo el cuello y en ese momento me abofetea la cara. Luego vuelve a alzarse pero ya no puedo seguir cuán alto sube.

Miro el cielo azul oscuro, donde los colores del invierno y del verano se mezclan y me envuelven, y luego también el cielo desaparece.

Al caer pienso que el vacío es bueno. El vacío se puede llenar de deseos.”

La forma de liberarse va unida a otro nuevo momento de dolor, es una mezcolanza de epifanía y expiación que, además, une el sentimiento religioso que, hasta ese momento, estaba totalmente abandonado; al aferrarse a ese dolor consigue la catarsis que puede aplicar a sí misma y que la hará avanzar, encontrar la esperanza. Las lágrimas actúan como elemento redentor en ese juego de contrarios donde la alegría y la tristeza actúan por igual:

“Pienso en la familia oso en su madriguera invernal y sollozo porque los demás sollozan. Una gran alegría hace pequeños remolinos por todas partes dentro de mí, en mi estómago, en la cabeza, en mi piel. Cuando Jesús sube a lomos de Zorro y se aleja cabalgando por las praderas neblinosas del cielo, me pongo de nuevo en pie y aplaudo. Detrás del órgano, el organista ríe.

En el cuadro del altar, los discípulos de Jesús bajan a la tierra llorando de alegría. Entre ellos está la maestra, que con su largo cabello ondeando al viento baila baila; extiende sus manos cálidas y yo me aferro a ellas.

Me aferro a unas manos cálidas y lloro de alegría, de tristeza, de gozo por el reencuentro…”

¡Cuánto dolor hay en la vida! ¡Cuántas formas de verlo! Maria Peura es capaz de mostrarnos como el horror no tiene por qué estar reñido con la belleza.

Los textos provienen de la traducción de Luisa Gutiérrez Ruiz de Tu amor es infinito de Maria Peura publicado por Sexto Piso

Los que no perdonan de Charlotte Cory. Arcanum Arcanorum

cubierta_charlotte_hdUno lee los datos biográficos de Charlotte Cory (Bristol, 1956) y no puede evitar pensar que se encuentra ante una artista de otra época sobre todo ateniendo a sus intereses: la sociedad inglesa de la época victoriana y medieval. Si echas un vistazo a su web se confirma la idea de estar ante una artista única, que fue capaz de desarrollar una estética antes de dedicarse igualmente a la literatura. Su ópera prima es el libro que os traigo hoy y que, con tanto mimo está tratando Nevsky en su promoción.

Las cuatro partes en las que estructura el libro son indicativas de por dónde nos va a llevar la autora:

Orden – Interferencias – Destrucción –Caos

Cuatro palabras, cuatro divisiones  que estructuran el camino a seguir, que no es ni más ni menos que el del arquitecto Edward Glass, obsesionado con la idea de conseguir su mayor obra arquitectónica, una obra maestra de la que nadie pueda dudar en un afán por encima de todas las cosas: la posteridad, perdurar, hacerse inmortal. Para ello necesita una estabilidad familiar ya que, partiendo de este orden, él puede tener la consistencia que necesita para llevar a cabo su proyecto. La muerte de la primera señora Glass, amenaza la unidad familiar compuesta por sus tres hijas (Stacia, Milla y Helen) y él mismo; para ello acometerá la búsqueda de una segunda señora Glass en la persona de la viuda Elizabeth Cathcart, todo por conseguir un matrimonio de conveniencia; este proceso nos servirá para ir descubriendo sus rasgos de personalidad, como este momento en el que conoce a la futurible esposa:

“Tras decidir que un caballero que se encontraba en posesión de un diario de aquella magnitud, y que por lo tanto ganaba suficiente dinero para que ella dispusiera de cuanto precisaba, podía ser excusado por su pomposidad, Elizabeth se limitó a hacer alguna bromilla sobre invernaderos; pero Edward le informó con sobriedad que él construía sobre todo fábricas, aquellos enormes palacios de ladrillo rojo donde se forjaba con sudor la riqueza del Imperio; magníficos hoteles; estaciones de ferrocarril; iglesias; edificios municipales y oficinas. Cualquier cosa al parecer excepto casas. Ella no había sabido esto.

-No tengo nada que ver con “casas”, Señora –apuntó Edwards, con más desdén del que habría pretendido. “

No puede soportar que le bajen de un nivel que él cree que posee, también de esta manera asistimos a la presentación de Elizabeth que encarna la esposa ideal ya que se siente abrumada por el saber y el dinero que posee Edward. Como resultado de esta situación, empezamos a asistir a una serie de situaciones extrañas y actitudes que rozan una oscuridad inherente en cada uno de los personajes, desde las propias niñas hasta personajes tan fascinantes como Morgan o Lady Blouvier. Empezando por la descuidada manera con la que vive Edward su matrimonio:

“Había escuchado a su madre en la puerta principal diciendo, con un tono de auténtica estupefacción:

-¡Edward! ¡Qué agradable sorpresa! Es el cumpleaños de Milla…

-¿Ah, sí?

-Cumple diez años.

-¿En serio? Qué rápido pasa el tiempo…

-Te lo parece? –Sarah no parecía coincidir con dicha afirmación.

-Pues claro que sí –dijo Edward impacientándose-. ¡Cuando estás ocupado! Necesito unos documentos del despacho…

-Pues debe de ser agradable estar ocupado y necesitar unos documentos. Entonces, ¿no has venido por el cumpleaños de Milla?

-Yo… -Edward Glass se encontró sin palabras.

-Debes quedarte a tomar el té, el té de cumpleaños de Milla.

Milla escuchó a su padre dejar escapar un gruñido.”

Charlotte-Cory-Capturing-The-Brontes-Tea1

No llega ni a saber cuándo son los cumpleaños de sus hijas, sus preocupaciones son otras. Cory aprovecha para reflejar el papel de la mujer en una sociedad como la victoriana, relegada a mera comparsa del marido, la segunda señora Glass no es más que un elemento que sirve para su marido pueda vivir sin cargas familiares, en esta situación las hijas son todavía menos importantes y tienen que afrontar situaciones de desventaja que les corresponden solamente por el hecho de ser mujeres en una sociedad como aquella:

“-No, no lo entiende; solo se había muerto la semana antes… -Stacia empezó a lloriquear.

-Bien, pues entonces ya no necesitaba pañuelos, ¿no crees?

[…]

-¿Y el dolor?

-No hay nada que puedas hacer para evitarlo. Muchas mujeres tienen sus propios remedios, pero ninguno te funcionaría a ti. No es más que algo de lo que les gusta hablar, intercambiar consejos, como los cromos o los recortes de Milla. Me temo, querida Stacia, que es un castigo, y tendrás que aprender a soportarlo.

-Pero –protestó con energía Stacia- ¿por qué tendría que ser yo castigada cuando no he hecho nada malo…? Bueno, aparte de los de los pañuelos de mamá, pero eso fue después.

La señorita Housecroft no se rio.

-Me atrevo a decir que no eres la primera mujer que se ha preguntado eso –dijo con seriedad-. No se trata de qué es justo o injusto;”

Nos encontramos de esta manera con una representación de hipocresía de la sociedad victoriana en la que los matrimonios funcionan bien cuando no hay contratiempos:

“-La nueva señora Glass ha puesto en orden a la servidumbre –le contaría Eames a Edward Glass algunos días después-. La escuché poner en su lugar a una doncella el otro día –Eames se sentía responsable en parte de aquel éxito: ella había sido su idea, aunque el Amo seguramente ya no se acordaría.

-¡Una mujer competente! Una solución de lo más satisfactoria –remarcó Glass complaciente-. ¿Dónde estábamos, Eames? ¿Cuál es el siguiente asunto de su lista?

Durante seis meses, Edward Glass y su segunda esposa habían disfrutado la satisfacción apacible de un matrimonio sin contratiempos. En efecto, apenas se habían visto el uno al otro.”

En este orden de actuación, Cory aprovecha para reflexionar sobre la posición del escritor superventas, el best-seller que todos tenemos en la cabeza se encarna en la figura de Pasha, el escritor favorito de Milla que, tras enviarle una carta para quejarse de su último libro, recibe una invitación para tomar un café con él. La situación que se produce a continuación es toda una interferencia, una disrupción en la forma de ser de Milla que tiene que afrontar la realidad que no conocía: encontrar que lo que había idealizado está muy lejos de la realidad:

“-¡Ahí lo tienes! –exclamó triunfal Pasha-. Puedes llevarte esto de vuelta Westminster: nunca he estado en ningún lugar exótico ni he hecho nada interesante. Me casé hace mucho tiempo con un hombre que hablaba de hacer cosas, pero que al final no llegó a hacer ninguna, excepto morirse, por supuesto, el maldito endemoniado…

-¿Maldito endemoniado?

-La señorita Housecroft recriminó a la niña que interrumpiera a su anfitriona, pero la señora Smith continuó sin importarle, había cogido carrerilla.

-Así es. Se murió, ¿sabes? Aquel maldito endemoniado, dejándome sin un penique y a la merced de las modas literarias. El señor Sabiondo-e-Importante en la editorial me dice qué estúpida aventura quieren publicar, y si no deseo morirme de hambre tengo que sentarme a escribirla; un perro sin cabeza en Borneo, piratas que roban el correo en Singapur, el sol friendo una cazuela en lo más profundo de Bamangwato, sea donde sea, una escapada a Dahomey. Lo que se te ocurra a ti, Milla Glass, y a niñas como tú;  y me tendré que poner a escribirlo –la señora Smith suspiró con cansancio; Pasha había sido una lápida que había cargado durante demasiado tiempo, y su intolerable peso la había dejado hecha añicos.”

Según avanza la narración asistimos a una desintegración total del proyecto soñado del patriarca (la desintegración de su proyecto se va envolviendo en el caos y en la histeria colectiva), lo curioso es que, paralelamente, se produce un acercamiento entre los cónyuges que le llevan a reconocer ante ella el error de un matrimonio de conveniencia: 

“-Nuestra boda ha sido un error, lo admito. Me ha costado mucho…

-También me ha costado mucho a mí –murmuró la señora Glass, pero sin ningún tipo de tono acusatorio. Se había arruinado los zapatos con los que había venido. El nuestro no ha sido un matrimonio afortunado, había dicho Henry James Cathcart, prometiéndole de inmediato “hacerlo mejor”. Por lo menos Edward Glass no hacía promesas vanas.

Marido y mujer se contemplaron el uno al otro. No había sido más que un arreglo práctico, concebido por dos personas en circunstancias desesperadas. Glass se dio cuenta de que su mujer había perdido la alianza barata que le había regalado.

-El trabajo siempre me lo ha exigido todo –dijo Edward Glass rompiendo aquel silencio. No era una disculpa, ni una explicación; no le debía nada a aquella mujer. No le debía nada a aquella mujer práctica.”

CoryEl mayor acercamiento se producirá entonces cuando Elizabeth sufra un accidente que le haga perder el niño que llevaba, lo peor es que esto ocurrirá en el mismo Gran Hotel que está construyendo Edward:

“-Menos mal que hice todas esas compras cuando pude –dijo Elizabeth; puesto que ahora era poco probable que volviera a pisar el interior de una tienda-.  No puedo evitar pensar en todas esas compras que se me escaparon, en todos los adornos que nunca llegué a ver…

-Vamos, vamos… -dijo Milla-. No debes ponerte triste.

-¡Es agradable tenerte en casa, Sir Edward! –dijo varias veces Elizabeth, y su marido le sonreía. Le gustaba estar “en casa”; tenía varios lugares que podía considerar “casa”, y aquellas cuatro paredes llenas de trastos con una mujer inválida eran tan buenas como cualquier otro.

Elizabeth empezó a perder la razón. Se imaginó que el bebé que había llevado durante podo tiempo dentro había nacido en realidad, para morir después. Medio dormida le pidió a Milla que le trajera la caja de madera de rosas, que abrió con la llave que todavía llevaba colgada del cuello. Sacó una fuerte suma de dinero de la caja sobre la que nadie sabía nada […] Le compró al bebé el ataúd más caro que pudo encontrar. Compró algunas cositas para enterrarlas con el bebé, adornos de plata y ropitas de encaje, una muñeca de porcelana y un monito de latón de Francia que andaba un poquito y tocaba un tambor. En su sueño le agradó pensar que su niño muerto tendría su propia y preciosa habitación infantil llena de adornos, […]”

Justo antes de acabar la tercera parte Milla se convierte en la narradora, desde su punto de vista empieza a relatarnos el caos que se está viviendo a raíz de los sucesos ocurridos, la destrucción de la familia es entonces paralela a la de la obra maestra de su padre, en el Caos se producen saltos temporales que no podemos esperar y que suponen todo un reto en cada momento, arcanum arcanorum, lo más secreto de los secretos:

“Pero ni Stacia ni Helen sabían lo que Milla sabía. Milla, la que se había quedado en casa. Me aplastaron hasta sacar todo lo bueno de mí, pensó, deteniéndose en la venta del descansillo del piso de arriba para dibujar con el dedo sobre el polvo del cristal. Ella misma había conspirado en su propia destrucción, ocupándose primero de su padre, después de la segunda señora Glass, mientras cada uno de ellos, lentamente, conscientemente, se deslizaban hacia la muerte. La tarea de Milla no había tenido ni pizca de gracia.

“Una Tierra donde la luz es como la Oscuridad”; Milla encontró el panfleto en un cajón de la cocina. […] No había nada en aquella cocina que demostrara que la muchacha había existido. A la señora Curzon, que había dejado aquel recorte de papel, nunca le había caído bien ninguna de las niñas, especialmente Milla. Milla encendió otra hoguera en el jardín trasero, y quemó todo lo que ardía y que no podría venderse.”

Estos pequeños apuntes solo reflejan una parte mínima de la fascinante narración en la que nos sumerge Cory; la imprevisibilidad es parte de una idea mayor que es la que me he limitado a contar, pero es cierto que esos detalles oscuros y llenos de ambigüedad pueblan las páginas convirtiendo esta obra en un verdadero Tour de Force por lo extraño. Una obra necesariamente insólita y sorprendente.

Los textos provienen de la traducción de James y Marian Womack de Los que no perdonan de Charlotte Cory editado por Ediciones Nevsky.

El estado natural de las cosas de Alejandro Morellón. La realidad a través del cuento

1507-1Escribir cuentos es diferente de escribir una novela.

No todo el mundo puede leer cuentos.

Es necesario saber lo anterior y me gusta recordarlo cada cierto tiempo, sobre todo de cara a las personas que vayan a afrontar este tipo de lecturas. El cuento sigue un tipo de estrategias narrativas que están más alejadas de las novelas y más cercanas a la poética. El autor tiene que ser capaz de llamar la atención del lector en una distancia más corta y esto no es tan fácil, puede chocar directamente con ese tipo de lector que necesita que la historia se desarrolle y al que le molesta bastante menos que una novela se enrede e incluso se llene de paja. El lector de cuentos, por ello, debe estar mucho más atento a lo que lee, el lector de novelas no necesita tal atención, incluso puede desconectar en algún momento y que la narración no se resienta.

Teniendo en cuenta esta base, el escritor de cuentos sabe a lo que se expone, escoger el tema es esencial y la estrategia a seguir (en crescendo o  de manera constante) primordial. Alejandro Morellón aborda en El estado natural de las cosas siete narraciones cortas que tienen como motivo dominante partir de una base asentada en la ciencia ficción, en buscar situaciones que se salen de la cotidianidad por ser inesperadas (no entran en cánones, son imposibles físicamente o atentan al buen gusto) pero que, sin embargo, nos asientan en la verdadera realidad de nuestras vidas.

Estructurado en tres partes, el relato homónimo (más cercano a una novella por su extensión) está en el centro mismo como si se tratara del cuento protagonista y, ciertamente, lo merece, es el más redondo y ambicioso además de estar abierto a muchas interpretaciones según el momento. Su punto de partida, con lo que comienza prácticamente (lo hará en todos) es una situación cotidiana en la que, de repente, ocurre algo inesperado que, en este caso, desafía las leyes de la física: un marido se “cae” en el techo y no puede bajar de allí. Esta situación, aparentemente absurda le sirve al autor para desarrollar diferentes temas que en un primer momento están relacionados con las relaciones de pareja y sus dificultades de comunicación hoy en día:

“(pertenezco a los vacíos del techo y a nadie más, ya no soy la mirada cotidiana, la participación del hogar, las palabras horizontales. Soy el hombre de arriba y esto me ofrece, ahora me doy cuenta, la oportunidad de ser espectador de mi propia vida. Pero hay momentos en que Blanca y yo no hablamos durante horas, medio vueltos de espaldas los dos, como si no viviéramos juntos)”

Poco importa que la causa de dicha incomunicación sea estar pegado al techo, funciona más como metáfora de las diferentes dificultades que puede encontrar una pareja hoy en día y que se pueden agravar si no existe comunicación. Según avanza el relato se exploran igualmente las relaciones paterno- filiales, otro de los problemas de nuestro protagonista anterior a la situación que está viviendo y donde se encuentra aislado:

“Y todo esto porque debería dejar de pensar en mi padre. Pero no puedo dejar de pensar en mi padre porque pensar en mi hijo y pensar en mi padre son la misma cosa, una prolongación, una misma línea de transferencia, el uno como la continuación del otro y yo como el eslabón que ensambla las dos partes, que agarra de uno el pie y del otro la mano, aunque ahora no tenga asidero para ninguno de los dos y a lo mejor es por eso por lo que a mi padre va a morirse, aunque nunca nos hemos visto mucho, y a lo mejor por eso mi hijo enferma y se queda sordo o se queda ciego o pilla alguna de esas enfermedades que le joden la vida a cualquiera, todo porque yo no estoy más que en la distancia y no puedo hacer lo que se dice nada, tan solo pensar en las cosas que no puedo hacer o que podría estar haciendo de no estar aquí. Es posible que mi padre me importe más de lo que tengo por norma admitirme pero no sé si estoy de acuerdo del todo con el psicólogo.”

Aunque el final sea previsible, tiene su importancia ya que el tono impregna todas y cada una de las historias, este tono oscuro lleva implícito un pesimismo, la desesperación que sufrimos todos por la situación que estamos viviendo, muy acorde con los tiempos de crisis que estamos viviendo. Solo hay que ir a “Intervención nº 3 sobre mano izquierda del sujeto anónimo” para encontrar otro ejemplo de esto, el escabroso hecho que nos saca de nuestro cotidiano es la posibilidad de que haya personas que quieran perder una parte de su cuerpo a cambio de una gran cantidad de dinero, metáfora evidente de la desesperación que viven las familias en el umbral de la pobreza; posiblemente estemos hablando de una situación probable si se pudiera dar, es un escenario desolador:

“En la cola ve a algunas mujeres pero son minoría, será porque ellas le tienen más apego a sus manos o porque no se prestan a ese tipo de salvajadas. También hay gente joven, chicos de no más de treinta que sudan y se tocan las manos y miran sus móviles todo el tiempo. Él los observa y se pregunta cuál será la historia de cada uno, en qué clase de situación desesperada estarán metidos para perder la mano por tan poco a una edad en que todo puede cambiar de repente. Hay, sobre todo, mucha gente de la tercera edad y otros hombres como él, oficinistas calvos, administrativos de traje y corbata, de maletín y paraguas, de cuello estrecho y hombros vencidos. Todo el mundo ha venido solo, como a escondidas.”

En los mundos que nos propone Morellón no hay lugar para la esperanza, como es el caso de “Reprimir el gesto exterminador” donde la risa puede convertirse en un elemento desestabilizador, más aún que los disturbios sociales, de ahí que sus integrantes quieran que se le prohíba, no solo la risa, sino la felicidad en sí misma.

“-Sí. Nos está impidiendo molestar a los demás.

-Pero en este país es legar reírse.

-Ya, pero no con tantas ganas ni así como están los tiempos.

-¿Y qué me dicen de las peleas del bar de enfrente?

-Pero es que esa chica se ríe como si fuera feliz. Es de una alegría escandalosa. Las peleas, pues sí, siempre las hay, pero al menos sabemos a qué atenernos la policía, unas mesas rotas, alguien en el hospital, algún que otro navajazo, quizá alguien que se muere, y ya. Pero es que esta risa no tiene ni pies ni cabeza. No sabemos de qué se está riendo la joven, no sabemos hasta cuándo. Queremos que se calle de una vez.”

El resto de cuentos con mayor o menor fortuna nos llevan de nuevo a confrontar, desde la ficción, la realidad que nos encontramos y siempre desde una óptica que resulta dolorosa pero que se ve dulcificada por la presencia salvadora de esos elementos fuera de dicha normalidad. De ahí que, para terminar este comentario lo finalice con las primeras palabras del último cuento “Cuidado con el huevo” para poner una nota positiva que está relacionada con el carácter salvífico y de refugio que tiene la ficción; es inevitable que esta situación absurda nos arranque, por lo menos, una sonrisa, y eso… nunca puede faltar:

“Hay un huevo enterrado en el cementerio de la Almudena. No un huevo de ave sino un testículo, el testículo izquierdo, enorme, de alguien que lo dejó escondido allí. Apenas se distingue el lugar entre dos lápidas, un ligero abultamiento, la curvatura del césped, el color de la tierra más oscuro donde se ha excavado recientemente. Pero hay un huevo, hay un testículo humano –del tamaño de una cabeza- enterrado entre dos tumbas, en el cementerio de la Almudena.”

Breve historia de siete asesinatos de Marlon James. Monumental polifonía

BreveHistoriaSi uno lee la sinopsis de Breve historia de siete asesinatos:

“3 de diciembre de 1976, a dos días del concierto Smile Jamaica -con la actuación estelar del hijo pródigo, Bob Marley-, que tiene como objetivo calmar a las facciones enfrentadas en una escalada de violencia previa a las elecciones. Aquella tarde, siete pistoleros, aprovechando el ensayo de la banda, asaltan la casa del cantante hiriendo al propio artista, a su mujer y a su mánager. Poco se supo -y casi nada se sabe aún- sobre los presuntos autores de aquel homicidio frustrado, pero son muchas las leyendas y las canciones que en Breve historia de siete asesinatos relatan lo ocurrido”.

Y, además, se fija en el título, se puede llevar dos ideas erróneas: la primera, el texto no es para nada breve, ochocientas páginas avalan este comentario; la segunda, la engañosa convicción de estar ante una novela policíaca en la que importa más resolver el misterio del atentado contra Bob Marley que lo que rodea el hecho.

El propio autor, casi al final del libro, nos revela (en la figura del periodista Alex Pierce, uno de los protagonistas) su forma de concebir la literatura en un claro ejercicio metaliterario: 

“Bueno, llega un momento en que hay que desarrollar la historia. No puedes limitarte a centrarla en una sola cosa, hay que darle perspectiva. Las cosas no pasan en el vacío, hay efectos y consecuencias  y siempre hay un mundo entero alrededor que sigue con su vida, da igual lo que estés haciendo. Si no, acabarás escribiendo un simple informe de un suceso y eso lo puedes encontrar en las noticias de la noche. En otras palabras, para que a Monifah la mataran por meterse una dosis de crac, alguien tuvo que comprarle una ampolla de crac a alguien, que a su vez se la compró a alguien, que recibió su suministro de alguien.”

Si hubiera un canon al estilo de la Gran Novela Americana en su vertiente jamaicana, sin duda esta obra se convertiría en parte imprescindible de él, ya que el autor aprovecha el hecho puntual del intento de asesinato de Bob Marley para para representar el zeitgeist de una sociedad como la jamaicana; y para hacerlo no sigue ninguna convención, empezando por los cinco epígrafes en las que estructura la novela, resueltos mediante una cronología para nada esperada, el lector navega por el texto a expensas de por dónde le lleve Marlon James y esto, desde luego es imprevisible: 

Los chicos de la vieja escuela (2 de diciembre de 1976)

Emboscada en la noche (3 de diciembre de 1976)

Baile de sombras (15 de febrero de 1979)

Rayas Blancas /Los chicos de América (14 de agosto de 1985)

La muerte del hijo (22 de marzo de 1991)

A continuación, adopta un modelo polifónico que, como él mismo comentaba, le sirve para representar múltiples perspectivas de la acción narrada, a veces mediante el uso de planos secuencia narrativos, otra veces simplemente para mostrarnos escenas totalmente diferentes, como puede ser una voz de ultratumba, la del fallecido Sir George Arthur Jennings:

“Dios puso la Tierra bien lejos del cielo porque ni siquiera él es capaz de aguantar el hedor a carne muerta. La muerte no es un amuleto para atrapar a los malos espíritus, ni tampoco es un espíritu; es un viento sin calor, una enfermedad que va invadiéndote poco a poco. Yo estaré presente cuando maten a Tony Mcferson. Yo estaré presente cuando el asilo de ancianos de Eventide arda hasta los cimientos. Nadie intentará salvarse. Yo estaré presente cuando el chico enterrado vivo cruce al otro lado pero siga sin saber que está muerto y yo lo seguiré cuando camine hasta la casa del cantante de reggae. Yo estaré presente cuando vengan por el último de la ciudad antigua. Cuando tres personas sean ajusticiadas salvajemente. Cuando el Cantante esté danzando con su pie muerto en vida y se caiga en Pensilvania y las rastas se le desparramen por el suelo.

Los que están a punto de morir pueden ver a los muertos. Te lo estoy intentando decir ahora, pero tú no puedes oírme. Puedes ver cómo os sigo y te preguntas: si está caminando, ¿cómo es que parece que no toque el suelo por mucho que vaya caminando detrás de mí y detrás de ellos?”

marlon-james-author-interviewDe poco sirve utilizar este recurso narrativo si no consigues dotar de voces diferenciadas a todos los narradores, naturalmente, James lo hace a la perfección; es capaz de dotar de personalidad a todos y cada uno de ellos, no solo por lo que cuenten sino por la forma de hablar; es buen momento para indicar que el gran escollo de traducir el patois vernáculo ha sido solventado con brillantez por Javier Calvo con la ayuda inestimable de Wendy Guerra mediante una solución cercana a lo que quiere significar (utilizando el cubano vernacular) y que refleja el sentido del habla en el texto original; el resultado es ciertamente espectacular como podemos ver en el siguiente párrafo y donde además se puede comprobar cómo el escritor es capaz de presentarnos la vida en un gueto jamaicano, lo cotidiano, el día a día de sus habitantes:

“Nos dedicamos a esperar. Dos men traen armas al gueto. Uno de ellos me enseña a usarlas. Pero la gente del gueto ya nos estábamos matando antes. Nos dimos con to lo que encontrábamos: palos, machetes, cuchillos, picahielos, botellas de refrescos. Matamos por comida. Matamos por dinero. A veces a un men lo liquidan porque a otro no le ha gustao cómo lo miraba. Y pa matar no hacen falta razones. Esto es el gueto, ¡eh! Las razones son pa los ricos. Nosotros tenemos la locura.

La locura es ir andando por una calle elegante del centro y ver a una madama vestida a la última moda y que te entren ganas de embestirla y jalarle el bolso, aunque está claro que lo que quieres en veldá, veldá, no es el bolsito ni el dinero; es que la madame grite cuando vea que te le tiras directo a chuparle la bembita pintá, y quitarle la cara esa de contenta de un bofetón y sonarle un puñetazo en to el ojo que la deje bizca, jodida, y matarla allí mismo y violarla antes o después de descojonarla porque eso es lo que los pandilleros les hacemos a las mujercitas decentes como ésas. “

Si nos vamos, en cambio, al caso del periodista Alex Pierce, podemos comprobar el contraste en personalidad/habla, las diferentes preocupaciones que se van alternando según el personaje que está hablando, los temas tratados y la forma a referirse a ellos se convierten en sellos de identidad únicos para todos los personajes, aunque no viéramos el nombre del narrador, éste podría ser distinguirse sin problemas:

“No es casualidad que las historias del gueto no vengan nunca con fotos. Los arrabales del Tercer Mundo son pesadillas que desafían tanto la fe como los datos empíricos, incluso los que tienes delante de las narices. Visiones del infierno que se retuercen sobre sí mismas y bailan al ritmo de su propia banda sonora. Aquí no se aplican las reglas normales. Quedan, pues, la imaginación, los sueños y las fantasías. Visitas un gueto, más concretamente uno de West Kingston, y enseguida la cosa se sale de la realidad para convertirse en algo grotesco, surgido de Dante o de las pinturas del infierno de El Bosco. Entras en una cámara roja y herrumbrosa del averno que es imposible describir, así que ni siquiera lo voy a intentar. Tampoco se puede fotografiar porque hay partes de West Kinston, como por ejemplo Rema, que resultan tan lúgubres e implacablemente repulsivas que la belleza inherente al mismo proceso fotográfico te miente y te oculta lo feo que es todo en realidad. La belleza tiene un alcance infinito, pero también lo tiene la desgracia, y la única manera de comprender con precisión ese vórtice completo e interminable que es Trenchtown  es imaginárselo.”

Solamente hay que fijarse en la voz de Nina Burguess, es magistral la forma en que James configura su personaje ya que su implicación con el atentado del cantante es un hilo invisible que no se desvela hasta el final; sin embargo, es capaz de reflejar una serie de actos que son el resultado de ese hecho que todavía no conocemos; su construcción de la identidad es una continua evolución que la lleva a luchar contra el orden establecido hasta el punto de luchar contra el maltrato de su padre y del resto de hombres que giran alrededor de su vida (y, en extensión, del resto de mujeres jamaicanas):

“Me he marchado antes de que mi padre pudiera recobrar el aliento. La verdad es que ya estoy cansada de todos los hombres, incluyendo ahora también a mi padre, y es que me da la sensación de que nada más verme se creen con licencia para portarse como unos cerdos. Genial, mírame, ya hablo como mi madre, y prefiero verme muerta antes que terminar como ella. Mi padre me ha pegado como si fuera una niña. Como si fuera una criaja de mierda, y eso sí es culpa de Kimmy. No, no es culpa de ella. Ella no es más que una mamarracha que venera a cualquier ser que le diga algo bonito, mi padre entre ellos. No, es culpa del Cantante. Ojalá no me lo hubiera templado, ahora yo no tendría nada que ver con él. Y ojalá la embajada me diera por fin el visado de mierda, en vez de decirme que ni soñando porque lo que yo no tengo son contactos. Si creen que me estoy muriendo de ganas de escaparme a ese país donde el Hijo de Sam dispara a la gente en la cabeza y los adultos violan a los niños y los blancos siguen llamando negros de mierda a la gente y tratando de clavarles un asta de bandera en Boston sin importarles que les estén haciendo una foto, es que no lo copian a uno.”

No se queda ahí, es mucho más ambicioso, es capaz de cambiar el registro, la forma de expresarse de los personajes según las circunstancias en las que se encuentren; largos párrafos, diálogos o, incluso, flujos de pensamiento se utilizan para dotar de ritmo a la narración según lo que esté sucediendo; tal es el caso de la huida de uno de los autores del atentado, su cerebro se convierte en un flujo de conciencia sin ningún tipo de puntuación que es el epítome de la narración confusa por las drogas que ha tomado y por la necesidad de huir y no saber dónde se encuentra: 

“[…]por favor dejen el tembleque nadie me quiere a nadie le importo mi cabeza no se da cuenta de que son las cosas que pasan cuando estás bajando de la droga cuando te da el bajón sólo te hundes y te hundes y el delirio no es más que un sitio muy alto del que luego bajas y bajas y caes y nunca dejas de caer y sigues bajando y bajando y pronto te hundes en el camino y por debajo del camino y hasta el infierno nadie me va a ver correr en plena noche si corres más deprisa el mundo irá más despacio pero todo se mueve más rápido que yo y la calle está llena de baches y de vallas de zinc que no me dejan ver las casas corro y corro y me topo con una gente a la que no he oído antes de verla corre métete en estos matorrales están jugando al dominó alguien debe de haberme visto debe de haber alguien detrás de mí pues no están todos debajo de la farola cuatro hombres sentaos a la a la mesa tres hombres mirando a dos mujeres el tipo que va ganando tiene la espalda apoyada en la verja y da un golpe […]”

El sexo, la droga y la violencia se convierten en leitmotiv que aparecen sucesivamente conformando un relato en la tradición más hardboiled de la novela negra, su retrato de la cárcel no tiene nada que envidiar a los relatos descarnados del gran Bunker, de hecho se acerca mucho a la forma cruda de describir acciones violentas del autor estadounidense:

“Sepan bien una cosa: la cárcel es la universidad del hombre del gueto. Portazo, cerrojo y portazo. Babilonia vino a buscarme hace dos años; ¿ya han pasao dos años? Intento acordarme bien de todas las veces que Babilonia me echa sus cadenas pa arriba. En el camión que me llevó pa la cárcel un policía me escupió a la cara (era nuevo) y otro, cuando le dije que su saliva olía a chicle, me dio tan fuerte con la culata del rifle en la cabeza que no me desperté hasta que allá en la celda me echaron agua en la cara. Los dos policías estaban muertos antes de 1978 gracias al tipo que iba a mi lado y que me los entregó en cuanto salí. Aprendan esto, mi gente buena y decente: Mama-Lo no enseñó a su hijo a caminar con la espalda bien erguida pa que luego le escupan como aun perro sarnoso. Y por lo menos este Papa-Lo que está aquí nunca olvida na. O sea, aquí el que olvida recibe. Nos los llevamos hasta el final de Copenhagen City, donde sólo viven los buitres y la mierda de los ricos desagua al mar, y uno de ellos se puso a lloriquearme cosas, que si su mujer no tenía trabajo y que tenía tres chamas, y yo le dije que peor para ellos porque ahora tenían además un padre maricón muerto.”

abriefhistoryofoptHasta tal punto es importante el manejo de la violencia en el texto que el autor lo utiliza para subvertir su significado transformándose en el elemento necesario para llegar a la paz; gracias a ella se llegará a un intento de paz entre los dos grandes capos jamaicanos:

“-Papa –dijo él-. Te me he adelantao. El martes rajé a un men. ¿Quieres que me encargue yo del Matasheriff?

-Pero mira que eres fogoso, ¿eh? No, hijo, no hace falta que te encargues, pero escucha esto –le dije, y le clavé el cuchillo en todo el cuello y le abrí la garganta.

Luego le di tres puñadas más en el costao del cuello mientras mis hombres me tapaban. Luego todos nos alejamos, dejando al mariconcito soltando sangre a chorros en el suelo y pataleando como un pollo descabezado.

Más tarde Matasheriffs me mandó otro mensaje diciéndome que ya era hora de que habláramos. […]Babilonia se había cansado de esperar, así que había encerrado juntos al perro y al gato para que se mataran cuanto antes entre ellos, pero en la cárcel había surgido una vibración nueva. Una vibración positiva.”

Todo esto se convierte en un ingrediente más de los diferentes juegos de poder que se irán sucediendo a lo largo de la novela que recuerdan a las películas de El padrino o cualquier película que se refiera a los cárteles colombianos; en el medio de toda la historia, como un elemento aglutinador, nos encontramos con la figura de Bob Marley, nunca referido como su nombre sino como el Cantante y que es otro de los elementos que sirven para definir la identidad de cada una de las voces narrativas: su relación con respecto a él; el que estoy sea así deviene en una musicalidad inherente que se percibe en la traducción igualmente; su importancia es primordial como eje narrativo, de ahí que subraye su presencia, o su no presencia con variaciones en su forma de mostrarlo; buen ejemplo de ello es el relato de su muerte, desde la voz de los muertos refiriéndose a él en segunda persona como si estuviera presente a su lado:

“El bávaro se retira de escena con una reverencia. Ya nadie habla de esperanza, ya nadie habla de nada. Estás en Miami y no recuerdas el vuelo que te ha traído. 11 de mayo, los ojos abiertos, eres el primero en levantarte (como en los viejos tiempos) pero lo único que ves son unas manos de vieja surcadas de venas negras y unas rodillas huesudas y protuberantes. Hay una máquina de plástico con venas que se te meten bajo la piel y que es lo que vive por ti. Ya tienes ganas de irte a dormir, seguramente por culpa de todas las drogas, pero algo se te acerca con sigilo y ya te das cuenta de que del sitio al que vas esta vez ya no podrás volver. Algo se acerca desde el otro lado de la ventana trayendo una melodía parecida al Master blaster de Stevie Wonder… En Nueva York y en Kingston, las centellas iluminan los cielos de un blanco de mediodía, los truenos retumban y los rayos atraviesan las nubes. Tormentas eléctricas de verano pero tres meses antes de tiempo. Tanto la mujer que se despierta en Manhattan como la que está sentada en el porche de Kingston lo saben. Has muerto.”

Este análisis siempre se quedará corto ante la magnitud de la obra comentada pero espero que, por lo menos, hayan quedado claras algunas de las estrategias que tan sabiamente utiliza el autor y que haya podido trasladar mi entusiasmo ante esta monumental polifonía. Es un camino arduo, cargado de sinsabores pero, ¿cuántas cosas que valgan la pena se pueden conseguir sin esfuerzo?  Id a por él, ¡insensatos!

Los textos provienen de la traducción de Javier Calvo con la colaboración de Wendy Guerra de Breve historia de siete asesinatos de Marlon James editado por Malpaso.