La educación de un ladrón de Edward Bunker. Verosimilitud poética

EducaciónladrónHa comentado hace poco el editor de la colección “Al margen” de Sajalín Editores que el libro con el que se iniciaba la colección, fue precisamente, el primero de Edward Bunker publicado en España: No hay bestia tan feroz. De hecho, esta colección surgió por su necesidad de publicar este tipo de libro que no entraba en la temática de la colección en ese momento. Desde la publicación de ese primer libro (octubre 2009) han pasado seis años y se cierra un círculo con la reedición (la primera edición la sacó Alba en el año 2003, sin demasiado éxito) de su autobiografía La educación de un ladrón, un espléndido colofón que sirve como cierre a la publicación de todo lo que hay disponible del inolvidable Mr Blue.

Bunker ya ha visitado alguna vez este blog, lo hizo gracias a Little boy blue , donde argumentaba el uso de la violencia y su función catártica así como con el último libro de relatos (póstumo) Huida del corredor de la muerte , donde precisamente comenté lo bien que estaría que consiguieran los derechos de su autobiografía. Parece que me han hecho caso, y la espera ha valido muchísimo la pena, posiblemente estamos ante el mejor libro del autor dentro de un muestrario de títulos (todo sea dicho) de mucha calidad.

Si hay una cosa que destaca en esta lectura en primera persona de su propia vida es su capacidad para reflejar situaciones, una verosimilitud que surge de su propia experiencia pero que no ahoga el sentido literario de lo que nos expone, un sentido que nunca olvidó, menos al final de su carrera, en esta obra de total madurez:

“Yo escuchaba y lo grababa todo en la cabeza pero, sin decirlo abiertamente, no sentía inclinación por los robos a mano armada. En realidad, no había planeado ser un delincuente aunque tampoco había jurado a Dios ni a nadie no serlo. Cuando saliera a la calle, no tendría un céntimo. Los únicos amigos que tenía los había hecho en un encierro u otro: las escuelas especiales, el reformatorio o la cárcel… Ocurriera lo que ocurriese, yo saldría adelante. Los reclusos de una pieza decían: “A mí empiezan a gustarme las cosas cuando se ponen difíciles para todos los demás.” Es una expresión que he utilizado con frecuencia en la vida.”

Solo hay que echar un vistazo a la forma en que define las trampas que se suelen hacer en los juegos de cartas para constar que todo lo que cuenta es de primera mano, ha sucedido y eso nos provoca un estado de intranquilidad:

“Cuando los otros jugadores eran tan buenos que las trampas me habrían ayudado, también ellos conocían las triquiñuelas. No se detecta nada ilegal, pero la manera de poner la mano o de sujetar la baraja siempre son un indicio. Lo principal era identificar a un tahúr. Si lo había, le hacía una señal que conocen todos los timadores del mundo, un puño cerrado sobre el tapete. Significa que tiene que jugar sin trampas. Una mano plana indica que siga con lo suyo. También hay señas habituales para los timadores, los mecheros, los rateros de pisos y todos los demás miembros de esa raza de ladrones profesionales en peligro de extinción que se remonta, como poco, a la Inglaterra isabelina.”

Sobre todo porque no hay ningún tipo de juicio moral por su parte, no existe ningún tipo de coacción a lo que podamos pensar, él no intenta justificarse de ninguna manera ni evalúa si sus actos son correctos, incluso a veces indica que pueden serlo pero poco importa en una carrera de supervivencia donde solo el más listo sobrevivirá:

“Era una locura emprenderla con el mundo aunque fuese este el que hubiera comenzado la pelea. En la jerga de los psiquiatras, yo tenía un ego permeado de ello y un superego -que es como la conciencia, o como el conductor que controla que el coche no se pase de velocidad- atrofiado. Los estudios especializados decían que no había tratamiento, aunque era frecuente que hacia los cuarenta años se alcanzara un apaciguamiento. Confiaba en poder recurrir a la inteligencia para gobernar mis impulsos. Sabía que algunos sociópatas triunfaban y que la gente lista no cometía delitos callejeros. Nadie se compra una casa en Beverly Hills a base de reventar cajas de seguridad. Prometí que cuando saliera de los muros de San Quintín sería lo más listo que pudiera. Me empaparía de todo el conocimiento al que tuviese acceso.”

En este sentido, es especialmente potente todo el capítulo (extenso) que dedica a los conflictos raciales con esa facilidad para retratar la violencia realista de los sucesos enmarcados en una prosa de gran lirismo; esos contrastes de los que ya he hablado alguna vez con respecto al autor norteamericano.

En el relato de estos hechos autobiográficos son fácilmente discernibles dos líneas argumentales, por un lado el ya citado reflejo de su propia vida y los eventos históricos que le tocó sufrir: el paso por correccionales, San Quintín, timos, atracos, etc; por el otro, su progresivo balanceo hacia lo literario, una especie de relato de formación en el arte en el cuál actuó de una manera autodidacta:

“No asistí a ningún curso de creación literaria, ni tenía mentores. El único escritor que había conocido en mi vida, aparte de Chessman, era un periodista alcohólico con el que había coincidido en el hospital estatal de Camarillo, y que estaba escribiendo un libro en la lavandería donde trabajaba. Para hacerme cierta idea de lo que estaba haciendo, me suscribí a Writer’s Digest, una revista literaria. Quizás aprendería algo de sus numerosos artículos sobre “cómo redactar….” Adquirí varios de los libros que anunciaba. El más útil era de un tal Jack Woodruff (creo que ese era el nombre), que aconsejaba imaginar la escena mentalmente y limitarse a describir lo que uno veía.”

Lo bueno del autor es que consigue fusionar ambas líneas argumentales formando un todo muy homogéneo en el que destaca especialmente una virtud que le sirvió para avanzar:

“A pesar de que tuve momentos de esperanza insensata, sabía muy bien que nunca sería publicado. Lo había escrito para aprender el oficio. Aún conservo el manuscrito. Mi mujer dice que, si lo hubiera leído ella, me habría aconsejado abandonar. Pero es bien sabido que la ignorancia es muy osada, de modo que empecé mi segunda novela. Nunca imaginé que tardaría diecisiete años y seis novelas antes de ver publicada una, la séptima. Perseveré porque me daba cuenta de que escribir era mi única manera de hacer algo creativo, de salir del pozo oscuro, de cumplir el sueño y descansar al sol. Y si el lector ha llegado hasta aquí, se habrá dado cuenta ya de que la perseverancia es fundamental en mi modo de ser. Me recupero de cualquier caída mientras el cuerpo obedezca mi voluntad. He ganado muchas peleas porque no me he rendido… y también he recibido algunas palizas por no saber dejarlo a tiempo. “

Entender su forma de escribir es parte de su éxito y su calidad, primeramente, su experiencia vital, que compara con la de Cervantes y Dostoievski en la confrontación de los hechos más descarnados que se puede encontrar el hombre, es en experiencias de este calibre cuando se obtiene la materia prima para escribir:

“Leer me había enseñado que la cárcel había sido el crisol donde se habían formado varios grandes escritores. Cervantes escribió buena parte del Quijote en una celda, y Dostoievski era un autor mediocre hasta que lo condenaron a muerte, pena conmutada a escasas horas de la ejecución, y lo enviaron a prisión en Siberia. Fue después de estas experiencias cuando se convirtió en un gran escritor. Hay dos mundos en los que los hombres se despojan de todas sus máscaras y dejan ver lo más descarnado de su ser. Uno es el campo de batalla; el otro, la cárcel. Sin la menor duda, tenía mucha materia prima; el interrogante era mi talento.”

Lo segundo fue su decisión de escribir desde el punto de vista del criminal y la verosimilitud con que es capaz de realizarlo, relatos duros, descarnados, sin aliento para el lector que se encuentra con una realidad que no solo no ha vivido, sino que no puede entender:

“Se han escrito muchos libros sobre criminales, pero el escritor siempre los observa, a ellos y a su entorno, desde el punto de vista de la sociedad. Yo deseaba que el lector viera el mundo desde la perspectiva del criminal: qué veía, qué pensaba, qué sentía… y por qué. También quería escribir en tres planos: primero, la tensión de la trama; segundo, la composición psicológica; y tercero, el planteamiento de una visión filosófica. Y también intentaba seguir la máxima de Hemingway de que el escritor debe ser tan devoto de la verdad como un prelado de la Iglesia  lo es de Dios. A diferencia de la mayoría de los eruditos y de todos los políticos, jamás he retocado un hecho para que encajara en una argumentación. A veces termino por plantear cosas que se contradicen, pero todos sabemos que la coherencia hasta el absurdo es el fetiche de las mentes estrechas.”

En efecto, la honestidad y la sinceridad de Bunker nos “engancha” al relato, pero es en su estilo donde nos subyuga definitivamente. Un total triunfo de Sajalín que podemos disfrutar todos los lectores, no solo de género, sino de la literatura en general.

Los textos provienen de la traducción de Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté de La educación de un ladrón de Edward Bunker en Sajalín Editores

Cápsulas policíacas para verano: Preston y Child, Erik Axl Sund y Vern E. Smith

LaIslaPerdidaLeyendo todo lo que leo es difícil, por falta de tiempo, preparar reseñas de cada lectura; es por ello que voy a volver al formato de cápsulas para momentos puntuales que me sirven para, por lo menos, dar una imagen general del libro y su calidad. Este formato especialmente se adapta muy bien por temáticas, así que os traigo a continuación unas policiacas con, eso sí, éxito desigual:

La isla perdida de Douglas Preston y Lincoln Child, tercer libro de la serie de Gideon Crew, y me paso a la edición de bolsillo; las razones son claras, esta serie sigue sin lanzarse, da la impresión de que no tienen muy claro el carácter del personaje y por dónde llevar las aventuras y no consiguen dar un pulso a la historia, a pesar de que, indudablemente, no les falta imaginación; de hecho en esta parte los paralelismos con la Odisea de Homero son atractivos y tienen momentos felices como el siguiente, donde si asistimos a un galán cercano a James Bond o al Caffrey de White collar:

“-¿Me estás haciendo una proposición indecente?

-Pues sí. Cenaremos en el hotel del restaurante: tienen una cocina increíble y unos vinos espectaculares. Hablaremos sobre la física nuclear y literatura francesa, y luego subiremos a mi habitación y haremos el amor con mucha pasión y muy poca decencia.

-Eres insoportablemente directo.

-Vita brevis –sentenció sin más. Y porque era latín, más que por ninguna otra cosa, Julia aceptó.”

Desgraciadamente se trata de temas puntuales que no ocultan la irregularidad de la novela que no pasa de un buen divertimento, lo cual no es forzosamente malo, aunque sí lo es cuando conoces el nivel alcanzado en otros libros suyos.

PersonaPersona de Erik Axl Sund, es la última tomadura de pelo nórdica que nos intentan vender (y venderán, desgraciadamente), un catálogo de atrocidades con ganas de provocar sin ningún sentido final que los una; destila pretenciosidad filosófica profunda a los cuatro costados con una prosa que anonada por su simpleza:

“el cuerpo

estaría constituido por dos entidades, un animal y un ser humano.

Una víctima y un verdugo.

Un verdugo y una víctima.

El libre albedrío unido a las pulsiones físicas.

Dos antípodas en un mismo cuerpo.”

Y encima es altamente previsible desde el mismo subtítulo (que da nombre a la saga de tres libros) que adelanta, sin atisbo de error, la sorpresa que se supone que nos tenía que dejar alucinados; para el siguiente no me engañan el par de elementos escondidos bajo el nombre de Erik Axl Sund, la lástima es que haya caído con este. Esto me pasa por salirme de mi hoja de ruta. 

jacoLos reyes del jaco de Vern E. Smith, dejo para el final la mejor muestra de las tres, por lo menos para quedarme con un buen sabor de boca; aquí tenemos una de esas novelas negras negras (y no es redundante), un hardboiled con personajes muy negros en los todos los sentidos donde asistimos a la típica trama de lucha de poder en una ciudad con la droga como hilo conductor:

“-En cualquier caso, a quien esté detrás de esto se le han acabado las oportunidades de ventilar mis asuntos. Sabéis que no aguanto estas mierdas. Si esos tarados de negros de teta se quieren matar, a mí me la suda, pero que no me jodan. Y si me joden, que sepan que tienen el culo sentenciado. Y vosotros ya podéis desear que esta mierda no os salpique. Murphy, llévate a estos a inspeccionar todos los garitos, uno a uno, hasta que encuentres algo.”

Una historia de perdedores, donde no hay ningún atisbo de esperanza y sí mucha violencia, y que reúne a la perfección las cualidades que utilizó en su momento Chester Himes, el olvidado y poco reeditado autor, uno de los más grandes:

“La chica de la peluca lanzó un aullido enfermizo y se ovilló en una esquina, cubriéndose la cabeza con los brazos. T. C. Thomas avanzó aprisa hacia donde estaba, le agarró el brazo izquierdo y se lo apartó. La chica se puso en pie dando golpes y gritos, presa de la histeria.

Con un empujón, T.C. Thomas la devolvió a la esquina. Le apuntó entre las cejas con la Magnum y disparó. La cabeza de la chica se fue para atrás de sopetón, y luego basculó hacia delante, revelando el irregular agujero en la pared que había dejado la bala a su paso. La sangre fluía de la hendidura de la cabeza de la chica y le empapaba el regazo.”

Una buena historia que no dejará indiferente a nadie y que, además, nos reconcilia un poco con las últimas publicaciones policíacas, demasiado irregulares y de un nivel ciertamente bajo.

Los textos provienen de las traducciones de Güido Sender de Los reyes del jaco de Vern E. Smith para Sajalín, de Miguel Marques Muñoz de La isla perdida de Douglas Preston y Lincoln Child y de Joan Riambau Moller de Persona de Erik Axl Sund.

Mis dinámicas lectoras: proceso de elección, adquisición y lectura

algohuelepodridoSorprendentemente, más de una persona me ha preguntado sobre mis hábitos lectores y sobre mis procesos de elección de lecturas y adquisición de libros. Por lo tanto, me he decidido a escribir un post que refleje estos procesos. Evidentemente, estas formas de elegir, de comprar, de leer, son mías, personales; ni son mejores ni son peores que otras, lo que está claro es que a mí me funcionan y disfruto muchísimo de lo que leo.

Empecemos por el principio: la programación de las compras. Las fuentes no son muchas, tampoco hacen falta más:

-La principal es mi librero y amigo Jónatan que me suele mandar todos los enlaces y catálogos de editoriales además de comentar en su blog El receptor los libros que van saliendo cada semana. Es una fuente inagotable y no sé si recomendarla porque puede llegar a agobiar la cantidad. Un buen ejemplo de esta cualidad son las Epístolas librescas que compone gracias a estos pequeños resúmenes semanales y que publica en el blog de referencia del Sr Ausente .

-La segunda fuente sería el seguimiento que hago de casi todas las editoriales a través de las redes sociales, tanto twitter, como Facebook como por los boletines de novedades por correo electrónico. Alguna editorial, espléndida, manda los catálogos a casa (¡ella sabe quién es!! Gracias!!)

-La última fuente sería el distribuidor UDL, se pueden comprobar las próximas novedades a través de su web, o directamente apuntarse a sus boletines que se mandan semanalmente.

-Casi se me olvida, las novedades inglesas, suelo buscar a mis autores favoritos en Book Depository y dejar encargadas las novelas futuras gracias al Pre-order.

Según lo que voy viendo en estas fuentes voy apuntando en mi hoja Excel que es, más o menos, lo más metódico que tengo.

La pregunta que os estaréis haciendo ahora mismo debería ser ¿y cómo eliges lo que vas a comprar /leer o aquello en lo que estás interesado?

Esto es lo que no es metódico y depende especialmente de una serie de lógicas internas con las que funciono, una serie de criterios que supeditan estas elecciones y que paso a enumerar, no creo que uno sea más importante que otro pero todos ayudan a sumar:

Caso jane eyre-Mi anglofilia puede ser uno de los más importantes, no voy a esconder, a estas alturas, que me interesa especialmente la literatura anglosajona, no en vano por ello decidí hacer Filología inglesa. De ahí que mi famoso proyecto a cuatro años que tengo puesto en el blog, esté compuesto especialmente de autores que escriben en esa lengua y alguno más. No quiere decir que no lea otros, pero, conozco más de ellos, puedo leerlos en su lengua original con gran aptitud, es lógico que me incline más hacia ellos. Es curioso, pero, posiblemente, me incline más por españoles y rusos según avancen los años, y es difícil que lea más franceses, simples curiosidades.

-Lo que he dicho anteriormente tenía otro de los factores que se podían deducir, no compro por portadas, ediciones, etc,.. suelo fijarme principalmente en autores y siempre compro antes a editoriales pequeñas que a editoriales grandes prioritariamente. Es normal que compre a Sexto piso (por sus recuperación de postmodernos norteamericanos como Barth o Gaddis), Impedimenta (por sus deliciosas recuperaciones de clásicos británicos), Ginger Ape Books & Films (por su catálogo heterogéneo), Pálido Fuego (por sus publicaciones de contemporáneos  norteamericanos),  Ático libros (por sus ensayos históricos), Sajalín (por sus maravillosos hardboiled, como Bunker, Ross o Gresham), Nevsky (por sus clásicos rusos y novelas de terror), Valdemar (por sus exquisito catálogo cargado de clásicos y contemporáneos del terror), Turner (por sus propuestas arriesgadas, musicales…) etc.,  por poner algún ejemplo. Lo cual no quiere decir que no compre a los grandes monstruos porque ellos tienen a muchos de los consagrados como es el caso de Penguin Random House con Coetzee, Roth, King, Joyce Carol Oates, etc…

-En cuanto a géneros estoy abierto a todo, me gusta alternar todo tipo de lecturas que van desde los clásicos a narrativa contemporánea, ficción y ensayos, novela negra, policíaca o el típico mistery, novelas de terror, cómics,… un poco de todo. De hecho, es imprescindible saber alternar géneros y autores para que la lectura no se vuelva tediosa, pesada. No se pueden perder las ganas de leer por coger siempre lecturas difíciles.

-No sigo suplementos culturales (demasiado polarizados y sin rigor), no sigo blogs prácticamente (hay alguna excepción puntual en algún post, también suelen estar demasiado polarizados) y no conozco a casi nadie que pueda influir mis próximas lecturas (entre otras cosas porque no suelen acertar/cuadrar), solo Jónatan y Mikel se pueden preciar de poder ser “influencers” en mis lecturas. Cada vez que me salgo de estos caminos suelo encontrar lecturas poco satisfactorias y experiencias no demasiado agradables, como me ha ocurrido últimamente con “algún sello de novela negra muy recomendado por todos lados”.

-Nunca suelo leer un solo libro, alterno dos o tres lecturas a la vez. Suelen ser uno más serio con uno de género (policíaco, terror..) y alguno en inglés o de relatos. Es fundamental no agotarse con uno solo, sobre todo si es un “tocho-postmoderno-de-más-de-mil-páginas” y poder tener ratos de liberación lectora menos sesudos.

perdidabuenlibro-Iba a escribir sobre el orden de lectura, pero últimamente estoy un poco caótico, podéis suponer que es un orden mental que se va modificando según llegan novedades editoriales y lo voy alternando con lecturas de mi proyecto (que se va postergando…), novelas policíacas y de terror, un poco de todo. A veces me da por hacer pequeños monográficos temáticos pero últimamente no he arrancado ninguno. Es posible que me decida en verano con un poco más de tiempo. Lo que sí tengo claro es que nunca dejo un hueco entre lecturas y tengo siempre en mente cuáles son las próximas tres o cuatro lecturas. Nunca me puedo quedar sin lecturas en el transporte y nunca tengo que tener sin decidir la próxima lectura. Dos máximas que sigo a rajatabla.

-Todos mis libros y lecturas actuales y futuras se pueden consultar en mi biblioteca de GoodReads fácilmente encontrable en internet si alguien tiene curiosidad.

Y para acabar, claro, mis hábitos lectores. Leo tres horas diarias más o menos a diario, menos en fin de semana que se suelen reducir por lógicos asuntos familiares. El tiempo lo consigo gracias a que voy a trabajar en transporte público, el rato de más calidad es, de hecho, a primera hora de la mañana. También consigo sacar tiempo por la noche, quitando horas de sueño… pero ese tiempo es más inestable. Hay días que me duermo, sí, yo también.

No tengo trucos ni técnicas de lectura, leo todo, lleve el tiempo que lleve. Tres factores hacen que consiga leer los libros que leo: tiempo para leer, concentración cuando leo y constancia, leer todos los días. Eso conforma un círculo virtuoso que ejercita la capacidad lectora que suele ir aumentando.

Lo que está claro es que esto es muy personal, a todo el mundo no le funciona ni le mueve lo mismo a la hora de leer. Lo importante es que el método que sigas (o el “no método”) te ayude a disfrutar de la lectura. Eso es lo primordial.

PS: ¿Y por qué esas fotos? Mi pequeño homenaje a una saga maravillosa que no ha triunfado en nuestro país precisamente. I miss you, Thursday Next.

Mis lecturas favoritas del año 2014

Pasan los años y ya se está convirtiendo en una pequeña tradición realizar una selección con mis lecturas preferidas del año pasado. Os recuerdo que podéis consultar las de años anteriores en los siguientes enlaces.

Lecturas favoritas Año 2011.

Lecturas favoritas Año 2012.

Lecturas favoritas Año 2013.

Sinceramente, la utilidad de estas listas es la manera de hacer balance personal del año, sirven para valorar lo que he leído de manera cualitativa y junto con el post que suelo hacer con las estadísticas, complemento cuantitativamente esta información. Me consta que a varios lectores les sirven para prever posibles lecturas (o no), pero, sinceramente, no es el objetivo, lo hago porque me apetece a mí, como todo lo que aparece en este blog.

Los criterios son los mismos del resto de años pero los voy a resumir de manera esquemática:

-Hago la lista sobre libros publicados o reeditados en el 2014. Ni mucho menos me leo todo (ni nadie lo hace) y tengo mayor afinidad por libros de editoriales pequeñas independientes que por las grandes monopolizadoras (esta afinidad tiene que ver con leer antes un libro que otro), aun así podréis comprobar que hay de todas. Otros años introducía un libro de otro año pero este año, habiendo varias reediciones, no lo creo necesario.

-El número de libros varía de un año a otro, no pongo límites, este año han caído veinte, eso lo adelanto ya.

-El orden en el que aparecen es cronológico, desde principios de año hasta las últimas lecturas, no asigno posiciones, son mis libros favoritos sin más.

-No hay restricciones en cuanto al género escogido ni la temática.

Lo más importante: el criterio de elección es mi gusto personal, aparecen los libros con los que más he disfrutado (por los motivos que sean) y, por lo que he estado observando en otras listas, no suelen coincidir con la mayoría de ellas.

-Ah, NO MENOS IMPORTANTE, los he leído todos.

lepark_grandePasemos entonces a la lista en cuestión:

“Le park” Bruce Bégout, empezó el año inmejorablemente con esta novela del filósofo Bruce Bégout y que editó con mucho gusto Siberia; un parque de atracciones terrorífico por sus implicaciones y, quizá, porque está más presente en la realidad de lo que creemos. Muy poco se ha hablado de esta pequeña maravilla.

 

la-noche-a-traves-el-espejo-9788415973225“La noche a través del espejo” de Fredric Brown, reedición de la obra maestra de Brown que nos trae Reino de Cordelia y que debería hacer las delicias de cualquier aficionado a la novela policíaca; seguro que no va a estar en ninguna lista del año pero esta mezcla de onirismo y realidad es sencillamente mágica.

 

nariznotario“La nariz de un notario” de Edmond About, otra reedición de la mano, en este caso, de Ginger Ape Books & Films, una sátira de la beau monde parisien que le sirve de vehículo para criticar las relaciones de clase e indagar en la reflexión sobre la construcción de la identidad de una persona como fin último.

 

la-camara-sangrienta“La cámara sangrienta” de Angela Carter, otra más, en este caso la de los cuentos de Angela Carter que toman como base los cuentos de hadas de Perrault y los subvierte de tal manera que se convierten en vehículos para la defensa de la mujer y el feminismo, en una lectura de género ciertamente imprescindible. Máxime si, además, tienes las magníficas ilustraciones de Alejandra Acosta.

 

relatos-hispanicos-asombrosos-y-de-terror-9788437632667“Relatos hispánicos asombrosos y de terror” edición de Emilio J. Sales,  “asombrosa” recopilación de relatos a cargo de Cátedra que nos descubre una faceta deliberadamente ignorada: los escritores clásicos españoles también escribían narraciones de género, y lo hacían muy bien.

 

cuentosvictorianos“Cuentos de detectives victorianos” edición de Ana Useros, selección primordial para entender la evolución histórica de las novelas de detectives desde sus inicios, antes incluso de “Los crímenes de la calle Morgue”, que era considerada fundacional. Espléndida edición a cargo de Alba.

 

americanah“Americanah” de Chimamanda Ngozi Adichie, deliciosa novela que era de lo mejor del Baileys prize (junto con la novela de Lahiri) y que ahonda en el papel de la mujer, su emancipación y lucha contra el patriarcado inherente además de exponer con mucho humor los problemas de una inmigrante nigeriana. Una gran novela que se convierte en un clásico casi instantáneo de narrativa contemporánea con multitud de matices de raza y género.

 

thompson_portada“Arte Salvaje. Una biografía de Jim Thompson” de Robert Polito, exhaustiva es la palabra que mejor define este ensayo de Robert Polito sobre el gran Jim Thompson, no creo que se pueda escribir más y mejor sobre la vida y obra del autor. Además, se me antoja muy acertado el análisis crítico de su obra. Un triunfo de Es Pop Ediciones, que trabaja cada obra como si fuera la última en una edición excelente.

 

NOS4A2_cover“NOS4A2” de Joe Hill, el hijo del señor King sigue demostrando libro a libro que puede hacer obras del nivel de su padre; en esta conjuga su amor por lo clásico y le añade los suficientes elementos modernos para crear una narración ciertamente fascinante sin caer en los tópicos habituales.

 

maestro_previa_corregida_rgb“El maestro y Margarita” de Mikhail Bulgákov, esta reedición del clásico ruso se convierte, por derecho propio en la edición definitiva de la obra de Bulgákov. La traducción de Marta Rebón y la edición de Nevsky en consonancia contribuyen a realzar aún más esta obra, ya imperecedera, con infinidad de matices y posibilidades.

 

Nacido de hombre“Nacido de hombre y mujer (y otros relatos espeluznantes)”  de Richard Matheson, parece mentira que, después de tantos años, tengamos el primer volumen de los relatos de Matheson. La espera ha valido la pena, Matheson entendía a la perfección el género y los artificios que sirven a ello.

 

Una-singularidad-desnuda“Una singularidad desnuda” de Sergio de la Pava, no se ha hablado suficiente de la primera excelente novela de Sergio de la Pava. El autor nos brinda una novela muy completa ahondando en una manera de hacer postmodernismo desde el humanismo y, encima, está cargada de buen humor. Es imposible que Casi, su protagonista, no te seduzca.

 

los-ninos-se-aburren-los-domingos-9788494236709“Los niños se aburren los domingos” de Jean Stafford, se acostumbra uno a que Sajalín Editores nos saque siempre alguna joya y claro, nuevamente este año, lo vuelven a hacer recuperando varios de los cuentos que hicieron famosa a la norteamericana y por los que ganó el Pulitzer en 1970. Cuentos que, enmarcados en el gótico sureño, nos traen a colación las penurias de ser mujer en una época como la que vivió la escritora y la forma en que reaccionó ante estas injusticias. Sencillamente necesarios.

 

Alfabeto2“Alfabeto” de Inger Christensen, Sexto piso inició su nueva colección poética de manera inmejorable. Este largo poema que sigue el abecedario y la serie de Fibonacci no se encorseta en una faja sino que ahonda en la libre composición y en la diversidad de estilos y temas. Una verdadera delicia poética.

 

comemadre 1“La comemadre” de Roque Larraquy,  dentro de su nueva colección “El cuarto de las maravillas” Turner nos ha traído esta pequeña rareza dentro de su “gabinete de curiosidades”; en esta obra no vas a encontrar algo habitual, tenlo por seguro, pero también ten en cuenta que vas a disfrutar de lo lindo.

 

Hiperbolemedia“Hipérbole y media” de Allie Brosh, hablando de rarezas… esta recopilación de entradas del blog de la inimitable Brosh se sale también de lo habitual y me vuelve loco con esta tragicomedia ilustrada cargada de humor negro.

 

losreconocimientos“Los reconocimientos” de William Gaddis, lo sé, Gaddis ya es un habitual, todos los años aparece por aquí. Pero ¿os habéis dado cuenta de qué primera novela se marcó? Ambición es una palabra que se queda corta para lo que intenta abarcar en esta novela fundacional. Un ochomil literario.

 

MatemosTío“Matemos al tío” de Rohan O’Grady, utilizar niños en una narración siempre es espinoso; en este caso lo es más por la forma de mezclarlos con una trama gótica, con elementos ciertamente perversos; pero el resultado es excepcional e inolvidable.

 

american-noir“American Noir” de varios autores, edición de Ellroy y Penzler, ¿de verdad hace falta que recomiende a alguien una recopilación de relatos de novela negra que incluye a Goodis, Ellroy, Oates, Leonard, etc.? Pues eso, si te gusta el género negro te apasionará. Si no te gusta, también. Qué buena colección de novela negra está montando Navona.

 

Hoguera_Cubierta“La hoguera pública” de Robert Coover, a pesar de su dificultad a todos los niveles, este es uno de los mayores acontecimientos literarios del años,  José Luís Amores lo ha vuelto a hacer con su humilde “Pálido Fuego”, esta vez para traernos la obra maestra del autor y una de las obras claves de la literatura contemporánea norteamericana.

 

Termino, agradeciendo, como siempre a los lectores de este blog su presencia y sus lecturas. No os cortéis en opinar sobre esta extensa lista y aportar vuestras lecturas favoritas.

 

Ah… y ¡Feliz año 2015 cargado de lecturas!

“Los niños se aburren los domingos” de Jean Stafford. Ser mujer significa sufrir penurias

los-ninos-se-aburren-los-domingos-9788494236709“Jean Stafford es probablemente la escritora de relatos más versátil de una generación con autores de la talla de Eudora Welty, John Cheever, Katherine Ann Porter y Flannery O’Connor.” (Joyce Carol Oates)

Esta cita de Joyce Carol Oates que aparece en el reverso del libro “Los niños se aburren los domingos” de Jean Stafford da “en el clavo”, como se suele decir popularmente, al ensalzar una de las mayores virtudes de esta recopilación de cuentos que, además, la pone al nivel de los grandes creadores del gótico sureño. Joyce, de todos modos, por no prodigarse tanto, suele ser una medida fiable de calidad, es una excelente lectora.

Sajalín ha realizado la más que encomiable labor de recopilar varios de los cuentos que le sirvieron a la escritora norteamericana para ganar el Pulitzer en 1970 y el resultado es, sencillamente, excepcional. Eclecticismo por encima de todo, cada cuento saca facetas distintas y, al mismo tiempo, llegando por momentos a lo sublime de su estilo.

Solo hay que comprobarlo ojeando alguno de los primeros cuentos, la descripción de una residencia de ancianos llega a sobrecoger por lo vívido, la pérdida de la individualidad sirve para desdibujar tanto en lo psicológico como en lo físico la presencia de los ancianos:

“Bajo los ligeros cobertores, los bultos de sus cuerpos atrofiados sugerían roturas o deformidades que hacían pensar en miembros amputados o amasijos de huesos rotos. Los rostros glaciales que miraban fijamente desde aquellas míseras almohadas habían perdido todo rastro de individualidad: habría resultado imposible determinar cuál de ellos, en su origen, había sido triste, mezquino, valiente o estúpido, puesto que la edad y la humillación habían desdibujado los rasgos más predominantes de su carácter y casi habían forrado las facciones de su cara.“

Aunque la tercera edad aparezca de fondo es, como podéis imaginar, lateral, periférico al tema principal de fondo: el papel de la mujer en una sociedad que sufre un patriarcado inherente; fascinante su capacidad para expresar tantos matices al respecto, tendría que poner mil citas para describir la cantidad de posibles detalles; me quedaré con ciertas reflexiones que ayudan a descubrirla, como este texto:

“A Margaret le sorprendió descubrir cómo la palabra “libertad”, en boca de la hermana Evelyn, podía transformarse en un antónimo del resto de sus acepciones, ya que, para entrar en casa de la señora Yeoman, uno debía estar dispuesto a aceptar unas horas de encarcelamiento y a convertirse en una estatua de piedra mientras la anfitriona proferían un airado e interesado monólogo sobre lo mucho que habían cambiado las cosas.”

Las mujeres, verdaderas protagonistas, expresan todo el sentir de un género, en este caso en relación con la supuesta “libertad” que tenían, que se ve reducida por su propio papel, esa infame aceptación de lo impuesto socialmente como válido.

A partir del magnífico “El castillo interior”, donde juega de manera mística con la narración homónima de Santa Teresa, todos los cuentos, que hasta ese momento eran buenos o muy buenos, empiezan a sublimar lo esperado; en este cuento se produce una total conjunción  espiritual y física de la protagonista, que ha tenido un accidente y espera una operación para recuperarse; una espera que se hace insoportable y que se vuelve paralela al paso del tiempo, del paisaje, de las estaciones, un sopor que sirve para augurar lo que está por venir:

“En seis semanas el paisaje apenas había cambiado: el cielo no anunciaba ni nieve ni sol, y no había atardeceres escarlata que marcasen el paso de los días. Los árboles no morían, pero tampoco brotaban. Pansy no recordaba haber vivido ninguna estación tan monótona; era como si cada minuto se fundiese con la palidez del invierno a medida que se escapaba de la esfera del reloj que había en el pasillo.”

La única defensa en su invalidez es su propio interior, ese “castillo” que le sirve de refugio ante el dolor físico y psicológico; este castillo es una metáfora de una realidad con la que tiene que luchar y que será la misma independientemente de sus problemas físicos:

“Pansy, por su parte, disfrutaba con malicia y en secreto del desconcierto de las enfermeras, y cuanto más trataban ellas de ganarse a su paciente ofreciéndole revistas, crucigramas y una radio que podía alquilar en el hospital, más distancia interponía ella, refugiándose en su interior y en el mundo que había ido creando durante aquellas largas horas de reclusión; un mundo al que nadie podía acceder e imposible de imaginar.”

La valentía de Pansy es llegar a soportar este dolor físico que le inflige un doctor al que odia por su condescendencia, por cómo la trata; el reflejo del dominio masculino. Ese dolor es descrito con crudeza, pero no podemos olvidar que va más allá de lo físico, es una lucha ante una opresión establecida.

“Una espiral de dolor se lanzó sobre Pansy, convertida ahora en un pájaro rosa que se había posado en lo alto de un cono. El dolor se transformó en un diamante con forma de pirámide, en una luz cegadora, en el fuego más abrasador y el más gélido frío, en el pico más alto, la fuerza más resistente, el límite más lejano, el instante más reciente. Pansy sabía que lo único que podía arrebatarle era su propia esencia: tras un velo fino y transparente, el cerebro temía por la vida y temblaba al oír el sonido de los cuchillos, aquellos lobos al acecho que olfateaban y lanzaban mordiscos al aire. ¡Piedad! ¡Piedad!, gritaban los maltrechos nervios.”

Cada mujer, cada narradora, se comporta ante la situación establecida de una manera distinta, si la anterior lucha heroicamente, en “La merienda de heroicas señoras” es un grupo de ellas el que soporta, en sus meriendas, con estoicismo, una situación de la que son conscientes y que saben que no pueden cambiar a pesar de que estén desesperadas por ello:

“Se comportaban con formalidad y evitaban la confianza en el trato, temerosas de que un enfrentamiento directo con la realidad las desarmase. No utilizaban los nombres de pila y no se hacían preguntas comprometidas. ¡Lo extraño era que no llevasen ni sombrero ni guantes! Nunca se referían, ni siquiera de forma indirecta, a sus problemas personales ni a las amenazantes y continuas deudas que las mantenían despiertas por la noche a pesar de su permanente estado de agotamiento. Tampoco hablaban de la dolorosa sensación de desaliento que las invadía cada mañana o del angustioso y frustrante desprecio que sentían por sus maridos, desempleados que se pasaban los días reunidos en el parque maldiciendo la desesperada situación del país.”

No faltan las que consiguen librarse del yugo, o que al menos intentan hacerlo, los dos ejemplos siguientes son buena muestra de la lucha activa ante una situación insoportable

“¿Por qué los hombres  se comportan como se comportan? ¿Por qué Arthur te trata en público como si fueras un soldado? Te juro que un día te haré un favor y mataré a tu contralmirante. ¿Por qué Eliot alardea de sus infidelidades delante de Frances? Porque son unos sádicos, todos y cada uno de ellos. Hoy tengo el día antihombre.”  (“Policías y ladrones”)

“Se dijo que a pesar de lo mucho que se había divertido hasta entonces, aquel paréntesis había sido un grave error y que ella pertenecía a su lugar de origen; en terreno desconocido, era imprudente correr riesgos. Con cierto sentimiento de culpa, puesto que ella era afortunada y él no, Abby reconoció que estaba ansiosa por perder de vista a aquel hombre ridículo.” (“Un juego de niños”)

Stafford no se limita a reflejar una situación tan desigual como la de mujer en aquella época, también alerta sobre las formas en que una mujer puede defenderse de ella, superarla e, incluso darle la vuelta. Su situación, a pesar de que haya mejorado, está muy lejos de reflejar la igualdad merecida. Estos pequeños diamantes nos lo recuerdan una vez más, nunca es suficiente.

Los textos provienen de la traducción de Ana Crespo de “Los niños se aburren los domingos” de Jean Stafford para la editorial Sajalín

“Huida del corredor de la muerte” de Edward Bunker. El ocaso del autor

huida-del-corredor-de-la-muerte-9788494236723Es evidente que Sajalín ha encontrado su buque insignia editorial, tras bastante tiempo y mucha paciencia; Edward Bunker empieza a ser bastante conocido en los círculos que lectores que disfrutan con la novela policíaca en su vena más radical, la “hardboiled”. El problema de este filón es que, desgraciadamente, con tantos crímenes, asaltos y entradas en la cárcel al hombre no le dio tiempo a escribir todo el tiempo que habría sido necesario para generar una carrera literaria extensa.

“Huida del corredor de la muerte” es lo último que ha publicado la editorial del autor y se trata de una recopilación póstuma de relatos del norteamericano; relatos que se encontraron después de haber fallecido, al mismo tiempo que “Stark”, la última novela encontrada. El problema de estas cosas es que, lo que se suele encontrar, puede desmerecer un poco lo anteriormente publicado. “Stark” era un buen Bunker indudablemente pero no al nivel de sus mejores obras.

Lo mismo sucede con esta recopilación, se caracteriza por ser bastante irregular, con pocos destellos tanto del salvajismo habitual en sus obras como del estilo lírico de los mejores momentos del señor Blanco. Además, en mi opinión, la mayoría de los relatos se centran en lo carcelario y no creo que sea el tema al que le sacó el mejor partido, “Fábrica de animales” se quedaba pequeña comparada con otras obras del autor como “No hay bestia tan feroz”,  “Little Boy Blue” o el brutal “Perro come perro”.

Aun así, hay varios aspectos que justifican su lectura, como podemos ver en el relato que abre la antología: “La justicia de los ángeles 1927”, dos conceptos que usa con frecuencia y que son comunes a toda su obra; el racismo, indagando en esta ocasión en el miedo como catalizador de la violencia racista:

“Se acordaba de cuando tenía once años y le preguntó a su madre por qué los hombres blandos eran tan crueles con la gente de color, especialmente con los hombres. La respuesta le sorprendió: “Temen a los hombres negros. Dios santo, ojalá no los temieran… porque cuando alguien tiene miedo es cuando se odia y se es cruel, por miedo. No vayas por ahí metiéndole miedo a la gente, chico, y sobre todo no a los hombres blancos.”

El otro concepto es el relacionado con la cárcel como “ciudad de condenados” que ya salía en la “Fábrica de animales” y que explica claramente la sensación que sienten los presos y la inevitabilidad que marca su destino, tarde o temprano, volver allí:

“Cuando salió a donde un guardia lo esperaba para escoltarlo, escuchó el timbre que llamaba al siguiente hombre. Mientras caminaba alrededor del borde del hermoso jardín, miró más allá de los tejados de la cárcel y pensó en una pequeña ciudad. Eso era aquel lugar, la pequeña ciudad de los condenados.”

“Entrada en la casa de Drácula” introduce la idea que los convictos asociaban con San Quintín,el presidio era la Casa de Drácula, lo vampírico que les succionaba su esencia vital; una vida condenada:

“Notó mi indiferencia y no intentó seguir con la conversación. Me puse a hacerme la cama. Había llegado a mi última morada. Había entrado en la Casa de Drácula. Sería una muerte larga y lenta.”

En el magnífico homónimo, quizá el mejor de los cuentos de la recopilación, aparece de manera sincera esta inevitabilidad, el destino que proviene de las decisiones mal tomadas, decisiones que no van a poder evitar:

“-Siento verte aquí, Harper. Pensaba que te iría bien ahí fuera.

Roger se encogió de hombros.

-La cagué.

-Nadie es perfecto –dijo Blair.”

Para cerrar la recopilación en “La vida por delante” se refleja como nunca por qué se cometen esas malas decisiones:

“El subidón de adrenalina al acabar un robo con éxito era mejor que el sexo. Mejor que las drogas. Mejor que cualquier cosa que había sentido nunca.

No cometas el crimen si no puedes cumplir la condena, le habían dicho. Max estaba preparado para las dos cosas.”

Solo quedaría que Sajalín consiguiera los derechos de “La educación de un ladrón”; la única obra que les queda de Bunker y que publicó Alba y ahora está inencontrable y descatalogada;  afortunadamente, el próximo mes la disfrutaré, pude encontrar uno de los ejemplares.  Se cerrará un ciclo, el del gran Edward Bunker.

Los textos provienen de la traducción de Zulema Couso de “Huida del corredor de la muerte” de Edward Bunker para Sajalín Editores.

Mis lecturas favoritas del año 2013

Me encantan las listas. Hay tantas listas como gustos y siempre es divertido comprobar lo que sale y sobre todo ligarlo a las afinidades de cada lector.

Este es el tercer año, desde que me “dedico” a escribir posts sobre libros en distintos sitios,  en el que preparo una lista con lo mejor del año. A ver si, poco a poco, consigo que se convierta en una costumbre el que aparezca este post justo el día 1 de enero del año siguiente.

Como en años anteriores me gusta repasar lo que ha sido mi año lector personalmente; también solía hacer una pequeña reflexión sobre el mundo editorial; pero gracias a las “Epístolas librescas” del grandísimo Jónatan Sark en el maravilloso Blog Ausente de Lord Absence, no tiene mucho sentido, ya que en ellas está todo lo bueno  que va saliendo en el año. Además, en su post con el clásico “Sark de Oro” del año realiza un resumen tan exhaustivo como interesante.

Os dejo a continuación los enlaces a estas Epístolas que si no conocéis ya estáis tardando en ir a verlas:

Epístola 1.

Epístola 2.

Epístola 3.

Epístola 4.

Epístola 5.

Epístola 6.

Centrándome en lo personal, tengo que reconocer que, nuevamente este año, me he superado en la mayoría de atributos; he leído mejor, más cantidad, más calidad y más en inglés.

El año pasado terminé 131 libros, y estaba bastante bien, pero este he llegado a los 171 que parecen un límite bastante razonable. También es cierto que, en el proyecto que tengo pensado a tres años las novedades han acabado asfixiando mi reto y debo retomarlo con más fuerza este año para poder terminarlo. En cuanto a las editoriales, como de costumbre, he escogido un montón de títulos pertenecientes a las más  pequeñas, tengo tendencia a ello, y a evitar, habitualmente, los best-sellers vendidos a bombo y platillo. El año que viene se presenta del mismo estilo, sobre todo porque, posiblemente, el Grupo Prisa sea absorbido definitivamente por Random House Mondadori, dejando todo el poder a dos grupos que monopolizarán las novedades mensuales y unas pocas editoriales intentando buscar su hueco entre “nichos” de lectores que busquen ofertas distintas.  De hecho este año lo hemos visto, cómo surgen grupos pequeños buscando su espacio en el corazón de alguno de nosotros como “Malpaso” o “Ginger & Ape”.

cuentos-de-muerte-y-demencia-9788415717287Sin más demora, paso a comentar los que considero las mejores lecturas del año; no son ni más ni menos que los libros con los que más he disfrutado. Son todos publicados (o reeditados) este año y siempre pongo una novedad (o dos) de años anteriores por su relevancia literaria; evidentemente no leo todo, mi ancho de banda llega a donde llega, y soy consciente que hay varios libros que tengo a punto de leer que podrían haber entrado en esta lista. Otros años dejaba once títulos en total, este año han salido más; no lo voy a dejar fijo, este año salen estos y el próximo posiblemente saldrá otro número. Teniendo en cuenta estas consideraciones, vayamos a la lista:

“Cuentos de demencia, amor y muerte” de Poe y Gris Grimly, en un año en el que han proliferado los libros ilustrados, con propuestas de todo tipo, esta edición de Nórdica elcazadorsordode los cuentos de Poe brilla con luz propia gracias a las fabulosas ilustraciones del enigmático Gris Grimly que convierten el libro prácticamente en un cómic y que consiguen el doble objetivo de resaltar las historias de Poe hasta en sus detalles más nimios además de maravillarnos con su indudable preciosismo.

“El cazador sordo” de James McClure, el editor de Reino de Cordelia es, como yo y otros tantos, un fanático del sudafricano McClure y tiene la idea de sacar todo lo inédito del increíble escritor; esta obra tiene todo lo que se necesita para hacer una novela negra perfecta: personajes carismáticos, una buena trama, dolor, en fin, otra obra de incalculable perdida-gillian-flynn-L-C_o8Lavalor.

“Perdida” de Gillian Flynn, sorprendentemente está pasando desapercibida por su halo de best-seller, pero esta historia nos demuestra que el legado de Patricia Highsmith no se ha perdido; la perversidad del personaje principal  me recuerda a los mejores momentos de la inglesa y de Jim Thompson por su afán de darle la vuelta a todo lo establecido y salir impune. Mucha más calidad de lo que la gente se puede pensar.

ojohalconPor“Ojo de Halcón. Seis días en la vida de…” Matt Fraction y David Aja, hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un cómic; los seis primeros números de la nueva colección de Ojo de Halcón nos demuestran que no hay personajes acabados sino malos escritores. Este es uno de esos cómics en que la perfecta unión entre dibujo y trama dan como resultado una de esas pequeñas obras maestras del noveno arte. Aja está inmenso en la narración, Fraction crea historias con un lapromesakamilpunto de preocupación social sin olvidar lo superheroico. Excepcional.

“La promesa de Kamil Modracek” de Jiri Kratochvil, sorprendente novedad esta del checo Jiri Kratochvil que nos trajo Impedimenta. No era esperable que una especie de novela negra postmodernista del este, de un autor desconocido por estos lares, fuera a funcionar tan bien como novela de género y reflexión sobre la culpa el dolor además de incorporar elementos metaficcionales. un-paraiso-inalcanzable-9788415625278Una joya a descubrir en el gran catálogo de Enrique Redel.

“Un paraíso inalcanzable” de John Mortimer, todo lo que sale proveniente de las islas británicas me suele llamar la atención; este libro que publicó Libros del asteroide nos trae a John Mortimer reflejando como nadie el paso plantador_gdedel tiempo de la sociedad británica de postguerra hasta los tiempos de Margaret Thatcher con una sutil ironía y buen humor a raudales, una obra clave de este año.

“El plantador de tabaco” de John Barth, por fin, gracias a Sexto piso, tenemos entre nosotros la legendaria obra del norteamericano y podemos degustar en su plenitud su multitud de puntos de vista. Me extendí pero bien en la reseña donde explico sus grandes virtudes. Una delicia para todo aquel que disfrute de la luztodaspartesliteratura con mayor grado de complicación pero no desdeñe el buen humor.

“Luz por todas partes” de Cees Nooteboom, estamos, sin lugar a dudas, ante  la mejor recopilación de la obra poética del holandés infatigable. Una antología que, gracias a Visor de libros, nos lleva desde los primeros poemas a los últimos publicados y podemos comprobar la heroes_aventureros_cobardes-jacinto_antonevolución en las temáticas y en el estilo. El gusto por el acertijo llevado hasta las últimas consecuencias. Uno de los mejores autores actuales.

“Héroes, aventureros y cobardes” de Jacinto Antón, cierto que no son nuevos, pero también lo es que es la primera vez que se recopilan esta serie de artículos del periodista en un solo libro; Jacinto Antón hace que, tengamos la edad que tengamos, se acreciente nuestra sensación de maravilla ante todo lo que nos cuenta.  ¡Viva la aventura!, en la más fiel tradición de Indiana Jones o Quatermain.

Luminosas-673x1024“Cartas de cumpleaños” de Ted Hughes, no es exactamente de este año pero estas cartas han sido reeditadas por Lumen con ocasión del aniversario de la muerte de Sylvia Plath; indisolublemente unidos a la obra de Plath, Hughes está colosal en este poemario que podemos disfrutar en plenitud en esta edición bilingüe; más allá de lo confesional, el aliento poético del británico es proverbial y nos lleva al thomas-pynchon-bleeding-edge-novelcielo con su intensidad dramática.

“Las Luminosas” de Lauren Beukes,  estamos ante el perfecto thriller, pastiche de géneros donde un asesino en serie se desplaza en el tiempo. Al mismo tiempo tenemos un retrato de la mujer y de la sociedad a lo largo del tiempo. La novela te deja sin aliento por su adicción y tiene paradojas de una sutileza difícilmente superable. Una maravilla.

“Bleeding Edge” de Thomas Pynchon, Pynchon ante el desastre de las empresas de internet y ante el 11-S, Pynchon retador y más cercano a la novela de género que a sus obras Tapa-baja-Jota-Erre-195x300más voluminosas. Pynchon siempre a un nivel muy alto, esperemos que este año pueda ser publicada en España, pero habrá que esperar.

“Jota Erre” de William Gaddis, Gaddis llevó la sátira de la sociedad capitalista a sus últimas consecuencias en esta mastodóntica obra maestra. El fracaso del sueño americano estaba patente aquí en la figura del niño Jota Erre Vansant, subversión del mito; paradigma de la gran el-renacimiento-del-siglo-xii-9788493829582Novela Americana por el reflejo del zeitgeist de una nación. Estilo inigualable. Imprescindible.

“El Renacimiento del siglo XII” de Charles Homer Haskins, ¿quién dice que un ensayo histórico tiene que ser aburrido “per se”? Ático de los libros quiere demostrarnos con su recién lanzada colección de historia que puede ser muy divertido y estar muy bien escrito. Su punta de lanza puede ser, sin duda, este deleite de Mal dadasCharles Homer Haskins que nos relata una época, la Edad Media, oscura de por sí, con la claridad de su erudita prosa.

“Mal dadas” de James Ross, parece mentira que en 1940 el infortunado James Ross realizara una obra de estas características; a medio camino del retrato de la sociedad norteamericana  post- Gran Depresión y de la novela negra más sórdida, se trata de un retrato de los anhelos de los habitantes del sur americano y de su lucha Casadehojaspara salir de las situaciones más penosas para alcanzar el gran “sueño”. Otra de esas pequeñas sorpresas que nos trae habitualmente Sajalín Editores.

“La casa de hojas” de Mark Z. Danielewski, lo que en un principio era imposible este año se ha hecho posible gracias al trabajo de Alpha Decay y Pálido Fuego; es decir, tener la primera edición en español de la inigualable obra del norteamericano; una obra única por lo que supone como experiencia, en la que texto, disposición del texto, trama y el propio lector se convierten en parte de la misma. Una obra necesaria que ahora podemos asesinociegodisfrutar… y temer.

Y para acabar recupero en esta ocasión dos obras de otros años que, sin embargo, constituyen dos obras maestras ineludibles. No pude dejar de alegrarme de la concesión del Nobel a Alice Munro, pero tampoco pude dejar de entristecerme por las consecuencias directas: la muy posible condenación al ostracismo de dos de las escritoras más grandes vivas que tenemos en infiella actualidad: Por un lado su compatriota Margaret Atwood  que  tiene en “El asesino ciego” una de las obras más deliciosas que he tenido la oportunidad de leer, completísima en trama, estructura, personajes, para paladares selectos. Por el otro, desde luego, ya lo sabéis, la simpar Joyce Carol Oates y su recopilación de historias cortas (tan de moda ahora gracias a Munro) “Infiel. Historias de transgresión”, cada relato una verdadera patada en el estómago y a todas nuestras comodidades y seguridades, una subversión continua que demuestra  su maestría en la narración y que nadie (sensible o no) debería perderse.

Bueno, y eso es todo… creo que este año me he pasado, pero valía la pena. Ha sido un muy buen año. ¿Qué nos traerá el siguiente? En este blog lo iréis viendo como de costumbre.

Espero que os guste la selección y os ayude para las compras navideñas.

¡Feliz año 2014!

“Mal dadas” de James Ross

Mal dadasSegún va acabando el año, uno no espera encontrarse ya obras de nivel muy alto; sin embargo, este año, en su mes de diciembre, hemos vivido uno de esos momentos increíbles en los que las editoriales lo han dado todo; solo tenéis que ver mis últimas reseñas para comprobar el nivel, bastante alto, de lo último publicado, y eso que me falta todavía bastante por leer.

Uno de estos libros de calidad alta es, sin dudarlo, el “Mal dadas” del norteamericano James Ross (1911-1990) que nos acaba de traer Sajalín. El caso de este escritor me ha recordado poderosamente al de William Lindsay Gresham del que esta misma editorial sacó “El callejón de las almas perdidas”; otro de esos autores sin suerte en vida y que han sido olvidados a pesar de la indudable calidad de sus obras. Ross, a pesar del éxito de crítica de esta obra no pudo publicar ninguna más, no encontró editorial que apostara por él.

Escrita en 1940, “Mal dadas” está ambientada en los tiempos posteriores a la Gran Depresión; una época en la que acompañaremos a Jack McDonald, prototipo de “perdedor” clásico, que no tiene un sitio donde caerse muerto y que se agarrará a lo que pueda para intentar avanzar, o más bien sobrevivir:

“-¿Mis bienes inmobiliarios? A ver hombre, el banco agrario tiene hipotecada la granja por más de lo que vale. Por los muebles de la casa no me darían más de veinte dólares, y eso con suerte; dudo que se puedan sacar ni siquiera diez. Debo cuarenta de impuestos. Todo eso va por delante de tu factura. Tengo algunos aperos de labranza: unos quince dólares. Y una mula que no vale nada. También hay algunas gallinas, pero si han puesto un solo huevo en los últimos meses debe de haber un perro que ha ido por mi casa y se lo ha zampado.”

Él no es el único perdedor, estamos hablando de una época en donde se sentía más lejano que nunca la posibilidad del sueño americano, esa posibilidad de hacerse a uno mismo y prosperar era muy difícil en una sociedad donde faltaban los recursos y la hipocresía se convertía en una defensa ante esta indefensión:

“Hay una diferencia entre la gente como dios manda y la gente como dios manda de verdad. Los segundos son los que más esfuerzos hacen para que nadie se entere de nada cuando se emborrachan. De esos en Corinth apenas había un puñado. “

Corinth, el pueblo en el que está ambientado, se convierte en el epítome de cualquier ciudad norteamericana de la época;  sus habitantes, esos emprendedores que, ante la falta de herramientas legales no dudarán en hacer lo que haga falta para crecer, para superar los pagos a plazos que les endeudan hasta casi no poder respirar:

“-No me haría ninguna gracia tener que quemarte los ojos para obligarte a decirme la verdad -dijo. “ 

En esta frase de Smut Milligan a Bret Ford, tras una presentación impecable de Ross de la época con todas sus estrecheces, empezamos a vislumbrar los elementos que la acaban convirtiendo en una novela negra brutal en la que los dos protagonistas Smut y Jack juegan, en su complicidad, un juego de ajedrez cargado de tensión que no puede acabar satisfactoriamente para ambos; esa ambición mutua, ese egoísmo, les llevará a hacer lo que sea, a llegar hasta las últimas consecuencias “por un puñado de dólares”.

Este juego te deja sin aliento y nos lleva a un final de infarto que no estará claro hasta las últimas páginas; los perdedores parece que no puedan salir de ese estado de permanente miseria:

“Entonces entré en la que había sido mi cabaña, cogí la bolsa atada con un pedazo de cordón de ventana, salí y cerré la puerta. Ya se hacía de noche. El viento del este era húmedo y cortante. Me subí el cuello de la cazadora y me calé el sombrero hasta las orejas. Se había puesto a lloviznar cuando crucé el patio para llegar a la carretera. “

El fantástico epílogo de George V. Higgins resume a la perfección el sentido final de una obra sorprendentemente adelantada a su tiempo, una novela negra de quilates, una obra para leer indefectiblemente:

“Escribió con una sutil indiferencia hacia las modas, con valentía, y sus editores, con el mismo coraje, publicaron lo que les entregó. Pero nadie se enteró. Eso debió de ser lo más difícil de soportar: nadie se enteró. Hizo avanzar el oficio de la narrativa todo lo que podía avanzar en el momento en que escribió, pero nadie presto atención. O muy poca gente. La vida es dura, muy dura. Aún más cuando no hay suerte.

Y eso, por descontado, era lo que quería contarnos el autor.”

Qué duro es ser ignorado. Qué dura es la vida.

Los textos provienen de la traducción del inglés de Carlos Mayor para la obra “Mal dadas” de James Ross en esta edición de Sajalín Editores.

La violencia como elemento catártico: Edward Bunker y Neil Cross

Mucha gente no suele entender la razón por la cual hay mucha gente que disfruta viendo películas de terror, violentas o, desde luego que no tienen un final feliz. Hay un fenómeno, inherente al ser humano llamado catarsis (del griego κάθαρσις kátharsis, purificación), palabra descrita en la definición de tragedia en la Poética de Aristóteles  como purificación emocional, corporal, mental y espiritual. Mediante la experiencia de la compasión y el miedo (eleos y phobos), los espectadores de la tragedia experimentarían la purificación del alma de esas pasiones. (Extraído de la Wikipedia, en español, donde alguna vez puedes encontrar algo razonable).

Esa catarsis aristotélica tendría la facultar de hacer olvidar e incluso purificar sus pasiones, sus problemas, al verlas proyectadas en los personajes de la obra que esté observando, sobre todo si, en la obra ves que estas bajas pasiones reciben un castigo que el espectador considera justo. Es una manera de experimentar estas dificultades pero sin sufrir sus efectos reales; pero que, incluso, puede servir para que se construya su identidad y que no repita los errores que observa.

Sin lugar a dudas, dos de los géneros que producen mayor catarsis hoy en día son el terror y las novelas policíacas, sobre todo en su corriente más “hardboiled”, más “realista” y, sobre todo, violenta. Me quería centrar, precisamente en dos ejemplos muy claros de este segundo ejemplo donde la violencia que presenciamos sirve al propósito de lo que comentaba en los dos primeros párrafos.

luther_portadaEl primer ejemplo es “Luther. El origen” de Neil Cross, publicada por Es Pop Ediciones. Sin desvelar detalles de la brutal trama, existen dos niveles muy claros que pueden llevar a lo que comentaba, el primero de ellos tiene que ver con lo tremendamente escabroso y violento que es el caso que trata el detective, con implicaciones sexuales y pedófilas, y con escenas cargadas de violencia y, mucha sangre, no lo voy a esconder a estas alturas. El segundo nivel tiene que ver con el detective, un “loser” de toda la vida, que empieza a derrumbarse en lo personal pero que nunca pierde su sentido de la responsabilidad:

“Entraste, te sentaste sobre el borde de la cama. Te vi beberte una pinta de whisky en unos diez minutos. Fue la primera vez que de verdad te vi llorar. […]

-Fue triste.

-Sé que fue triste, fue muy triste. Todavía pienso en ella de vez en cuando.[…]

Fue la primera vez que planteaste la posibilidad de dejar el cuerpo. Hace dieciséis años. Y llevas hablando de dejarlo desde entonces.

-Lo sé.

-Pero no lo has hecho.

-Lo sé.

-Ni lo harás nunca.

Luther no responde a eso. ¿Cómo podría?”

Tan humano e intenso que es imposible no empatizar con él, el lector experimenta todos y cada uno de sus sentimientos, desde la vergüenza y la tristeza:

“Luther tiene los ojos húmedos y enrojecidos. Se los seca con el dorso de la mano. Está avergonzado.”

Hasta el más puro odio que desemboca en un estallido radical de violencia: “Luther rebosa odio. Lo nota alzándose desde lo más profundo de su ser. Se extiende por su pecho y sus hombros como las que se despliegan.”

La resolución del caso se desplaza paralelamente a la destrucción del personaje y nosotros asistimos, sin remisión, a una trama sin descanso y cargada de intensidad narrativa.

littleboyblueEl otro ejemplo es el “Little Boy Blue”, última novela publicada por Sajalín del siempre interesantísimo Edward Bunker, que vivió en carnes propias muchas de las experiencias que relata de manera “ficcional”.

En esta ocasión tenemos un “Bildungsroman”, una novela de formación a la violencia y a la delincuencia, ya que el protagonista, Alex Hammond, en un chico de once años que no para de salir y entrar de reformatorios por sus conductas altamente delictivas; y todo ello, a pesar de su inteligencia:

“Aunque era un chico inteligente que formaba parte del dos por ciento de la población con un nivel de inteligencia superior, su comportamiento caótico y sus problemas emocionales lo privaban de ser un buen estudiante. El muchacho tenía potencial pero no lo aprovecharía. “

“Alex caminaba con el grupo, pero pensaba en su padre y en marcharse de allí. Fuera podría leer, ir al colegió él solo o ir a ver películas de la sesión de matiné. Su padre sería la única autoridad. Clem y él podrían hacer cosas juntos todo el tiempo en vez de solo unas horas durante el fin de semana.”

Es una pena ir comprobando que, según avanza las páginas, es inevitable el destino al que está abocado, y que su único oasis, su padre, no puede convertirse en su verdadera ayuda, que lo equilibraría.

Lo increíble de Bunker es que entre estallido de violencia y estallido, existen remansos dotados de una lírica impensable y, curiosamente, siempre los asocia a los libros, solo tenemos que  ver lo que sucede al coger el “Doctor Arrowsmith” de Sinclair Lewis:

“Sin saber que existía algo llamado literatura (un libro era un libro), de repente se vio sumergido en la vida nacida sobre el papel. Su vocabulario no incluía alguna de las palabras que encontró allí, pero eso no le importaba. La celda desapareció  de su mente, olvidó sus problemas y se emocionó, sufrió y luchó con el doctor Martin Arrowsmith. Cuando las lunces se apagaron a las nueve y media, intentó leer con el resplandor que se filtraba a través de la red metálica, pero no fue suficiente.”

Las enseñanzas que recibe son, desgraciadamente, siempre acompañadas de dolor: dinero, ignorancia, qué más puede hacer para afrontar lo que le queda por vivir:

“No te equivocarás en la vida, ¿entiendes?, si antes de hacer algo piensas ¿Voy a ganar dinero con esto?, ¿entiendes? No falla. Es la mejor manera de vivir al máximo. ¿Te enteras?”

“Alex aprendió a permanecer inexpresivo mientras observaba a tres o cuatro auxiliares destrozar a un paciente, aunque el corazón siempre le latía a toda velocidad de miedo y ardía con una indignación silenciosa y enfervorecida. Las brutalidades menores del reformatorio lo habían preparado de algún modo para esto, le enseñaron que la violencia habitaba cada lugar donde los hombres tenían poder sobre otros.”

Y él es totalmente consciente de que no es vida, y de que no va a poder librarse de ella:

“Qué tipo de vida era aquella? En instituciones, peleándose todo el tiempo, recibiendo órdenes de hombres que utilizaban su autoridad según sus antojos y caprichos. Era una mierda. Exactamente eso. Una puta mierda.

El dolor y los ojos húmedos pronto se endurecieron en una ira profunda y desafiante.”

“Todos los aspectos de su vida le enseñaban la primacía de la violencia.”

En ese momento, estamos llorando con él, nuestras lágrimas de desesperación por su dolor empapan las páginas que leemos, el único arco iris que se puede vislumbrar es el de los libros, verdadera salvación y consolación:

“De hecho, mientras tuviera buenos libros prefería vivir en su mundos que en la fealdad de su propio mundo real. Por el momento no le importaba en absoluto estar en el agujero.”

Creo que, después de estos dos ejemplos, será patente para la mayoría de los lectores los efectos purificadores de la catarsis al leer esta violencia. Espero que os gusten, si os animáis.

Los textos son de la traducción de Óscar Palmer, editor de Es Pop Ediciones, para esta edición de “Luther. El origen.” de Neil Cross.

Textos de la traducción del inglés de Zulema Couso para la edición de “Little Boy Blue” de Edward Bunker de Sajalín Editores.

¡Feliz Navidad con libros!

No podía dejar pasar la oportunidad de felicitar las navidades a los lectores de este blog, que, aunque sean pocos, desde luego son escogidos.

Se puede ver en la portada la imagen del Nacimiento que tenemos puesto en casa, una imagen navideña y con la que os hago partícipe de nuestra alegría para el año que viene.

Os pongo una foto de las últimas adquisiciones y aprovecho para recomendar alguna de ellas para estas fechas, aunque todavía no las haya leído pero puedo asegurar que van a cumplir su cometido.

2012-12-15 16.27.08

Mi primera recomendación es una recopilación de relatos ambientados en la Inglaterra costumbrista de comienzos del siglo XX, “Navidades en Cold Comfort Farm” de Stella Gibbons es un conjunto de historias cortas con los protagonistas de las dos anteriores novelas que ya hemos visto publicadas por aquí “La hija de Robert Poste” y “Flora Foste y los artistas”, con el acicate de ser, además, navideñas; nos puede ofrecer historias clásicas, muy divertidas y chisposas, un entretenimiento sano garantizado.

El segundo, aunque no aparezca en la foto, me va a caer en Reyes; es otra recopilación, la de los “Cuentos completos de Navidad” de Charles Dickens, con todos los que hizo el imprescindible escritor inglés para esta época y que viene muy a cuento para conmemorar el bicentenario del nacimiento del británico. ¿Hace falta defenderlo a estas alturas? Es tan necesario que toda persona debería tenerla en su casa.

El siguiente ya es algo más personal; con motivo del estreno de “The perfect American” de Philip Glass en el Teatro Real en Enero se acaba de publicar en España el libro homónimo que ha inspirado la obra en cuestión. Escrita por Peter Stephan Jungk, su lectura promete una visión muy distinta de la que tenemos en la cabeza del siempre interesante Walt Disney, espero que, desde luego, sea amena y, por qué no, enriquecedora como todo aquello que trastoca un canon establecido.

Y para acabar, algo más transgresor, dos predilecciones mías en cuanto a novela de género; para los amantes del terror, Valdemar acaba de sacar una edición con una espléndida recopilación de textos de los últimos 25 años, “Miedo en el cuerpo”, que asegura escalofríos y miedo del bueno para los grandes aficionados como yo. Y para los amantes de la novela negra de calidad, Sajalín nos trae la última de Edward Bunker, “Little Boy Blue”, hardboiled del más radical y muy bien escrito.

Eso es todo por ahora, a principios de año pondré la lista de lo que más me ha gustado este año que, por lo que estoy viendo no coincide casi con nada de lo que hacen en distintos periódicos y blogs… eso me llena de satisfacción, hay que reconocer que va a ser muy personal.

¡Feliz Navidad!! ¡Qué pases unos días muy entrañables con vuestras familias!