Siempre me ha gustado leer de todo, pero es bien cierto que desde que nació Alejandro tengo aún más interés en literatura infantil y juvenil. Hoy traigo una selección con recomendaciones y una no-recomendación para niños que suelen ir de diez años en adelante; bueno, excepto el de Agatha Mistery que pueden leerlo niños de menor edad, más infantil.
El primero sobre el que quiero hacer énfasis es una serie de la que me bajo por el motivo que os voy a exponer. Esperaba mucho más de la serie infantil del escritor noruego Jo Nesbo, mucho más conocido a nivel internacional por las novelas negras que protagoniza Harry Hole; sobre todo porque la serie policíaca atesora gran calidad.
El tercer libro de la saga infantil del Doctor Proctor se titula “El doctor Proctor y el fin del mundo. O no” de Jo Nesbo y vuelve a tener las feístas pero divertidas ilustraciones de Per Dybvig (aunque esta vez en blanco y negro). Ya comenté mis impresiones sobre la primera entrega por aquí y sobre la más compacta segunda parte. Esta tercera parte, por el contrario, vuelve a las andadas y denota un mal gusto que me va a obligarme a descolgarme de la serie.
La idea potencial es muy interesante y divertida. Darse cuenta de que llega el fin del mundo (o no) por las faltas de ortografía que se cometen es bastante educativo:
“-Y ayer mi padre dijo quería, en vez de querida. Y mi madre dijo preparao en vez de preparado y olvidao en vez de olvidado. ¿Eso no son errores de pronunciación?
-Puede ser una casualidad –dijo Tapón-. Puede que se les escapara la D. Quizá tenían un mal día, digamos.
-Pero piénsalo –insistió Lise-. ¿No te has dado cuenta de que en los últimos días todo el mundo está pronunciando mal?”
El uso de unas criaturas como los camaleones lunares como enemigo primordial también tiene su gracia.
“-Página trescientos quince –dijo, y empezó a citarla de memoria-: “Nadie sabe dónde se meten los camaleones lunares cuando están en la Tierra, pero se sabe que evitan la luz del día. Si tuvieras la mala suerte de ver un camaleón en pleno día, significaría que se está fraguando algo horrible. Algo superhorrible en verdad. Algo ultragigasupermegahorrible, para ser más exacto. O para ser absolutamente exacto del todo: el fin del mundo.”
E incluso que la música se convierta de nuevo en solución al problema no deja de tener su su aquel, sobre todo porque lo hace a través de las canciones de los Beatles:
“Y la banda de música más extraña que jamás haya tocado en un sidecar, no se hizo de rogar. Lise tocaba el clarinete, la señorita Strobe aporreaba un piano de juguete, Janne tocaba la tuba, Beatrice el saxofón, el papá comandante pulsaba una guitarra con dos cuerdas rotas, la mamá comandante tocaba un flautín, Truls y Trym el redoblante y la hermana de Tapón le atizaba al bombo mientras su madre gritaba tan alto, feo y desafinado que los turistas de la plaza, boquiabiertos, se llevaban las manos a las orejas:
-¡Silovyuyeyeye! ¡Silovyuyeyeye!”
Si solo os hubiera puesto estos textos diríais que la crítica es positiva; sin embargo en la parte final ocurre una escena, que no pienso relatar, que denota un mal gusto brutal, y, desde luego, la carga de contenido sexual de dicha escena y sus implicaciones de fondo, no parecen los contenidos más adecuados para el público al que está dirigido. En este caso tengo que desaconsejar totalmente su lectura para niños. Un adulto lo puede leer pero tampoco es que la trama le vayaa seducir, volvemos a las simplicidades sin estar demasiado bien realizadas. Nesbo con esta serie está en modo de escritura automático, no dudo de que esté consiguiendo muchas ventas aprovechando al público dirigido pero, sin duda, no parece lo más apropiado. Una pena. Seguiremos, eso sí, la fantástica serie de Harry Hole.
Los textos provienen de la traducción del noruego por Cristina Gómez-Baggethun.
Mucho mejor, afortunadamente, es el segundo libro de Sofía Rhei que narra las aventuras del archiconocido enemigo de Sherlock Holmes en su versión juvenil: “El joven Moriarty y la planta carnívora”, acompañado de nuevo por las buenas ilustraciones de Alfonso Rodríguez Barrera.
Si bien no conecté con el primer libro del joven Moriarty, en este caso la historia está muy bien llevada desde el principio y empezamos a ver los rasgos maquiavélicos del joven enemigo, hay una buena caracterización del peligro potencial que devengará en el futuro:
“Siempre pasaba lo mismo. Si Arabella corregía sus errores idiomáticos, a Frau Weiss le parecía muy bien. Si era yo quien lo hacía, se ponía como una hidra. Todo el mundo nos trataba de manera muy diferente. Y no era justo. Algún día las cosas cambiarían.
Lo tenía tan claro como que mi nombre era James… James Moriarty.”
De hecho alguna introspección nos revela una cierta poesía al imaginarse los lugares más oscuros donde cometer fechorías que resulta ciertamente inquietante:
“Cerré los ojos y sonreí, imaginando lo fabulosa que podría ser esa mazmorra. Tendría las paredes de piedra cubierta de musgo y líquenes, con un montón de insectos y de ratas que me harían compañía. Yo descubriría un pasadizo secreto que conduciría a unas catacumbas abandonadas, llenas de cráneos y ratas aún más grandes, con el pelaje blanco por no haber recibido jamás la luz del sol. Y entonces oiría un goteo sospechoso, y llegaría a un río subterráneo, y entonces…
Las palabras de la señorita Godard interrumpieron mi agradable ensoñación…”
Hablando con Leonora de casos de policías, definitivamente, empezamos a ser conscientes de por dónde van a tirar las apetencias de nuestro joven protagonista:
“-Estoy orgullosa de lo listo que es usted, señorito James. Algún día podría llegar a ser un gran policía.
Yo fruncí el ceño. No estaba seguro de que me apeteciera ser policía. La verdad era que cuando alguien me contaba historias de crímenes no podía evitar sentir más simpatías hacia aquellos que se atrevían a desafiar a la ley… los que hacían lo que les daba la gana en lugar de seguir las reglas establecidas. Los que conseguían hacer trampas sin que nadie les pillara.”
Estupendo el trabajo, tanto en la trama como en la caracterización, además de tener el inevitable cameo que no quiero desvelar pero que está realizado con una escena llena de sutilezas para los conocedores del canon. Espero con verdaderas ganas la siguiente entrega de sus aventuras.
Y la joya de la corona, nuevamente, es la segunda entrega de las historias de Timmy De Sastre y su oso Total, en “De Sastre & Total 2: Mira lo que has hecho” de Stephan Pastis con las divertidísimas ilustraciones del autor. Ya hablé de la primera magnífica entrega por aquí y esta segunda vuelve a redundar en los elementos que suponían un triunfo.
Timmy De Sastre, nuestro simpar investigador, no necesita abuela, es el mejor investigador, sin lugar a dudas:
“Me siento tentado de hacer valer mi rango. De revelar quién soy.
Es un nombre tan reconocible que enseguida sabría que soy el fundador, presidente y consejero delegado de la mejor agencia de detectives de la ciudad y probablemente del estado. Puede que hasta de toda la nación.”
Aunque como el lector bien sabe, las investigaciones rozan el ridículo más espantoso,y ahí está una de las claves; este nivel autoconsciente, es perfectamente perceptible por el lector, y contribuye a que nos saque más de una sonrisa cuando resuelve cada uno de sus casos, ya que siempre se equivoca.
Pastis es muy original a la hora plantear los peligros que pueden fastidiar a nuestro héroe; de hecho, lo podemos ver, sobre todo, al presentar a su némesis , que ya salía en el anterior libro, y a la que, en esta ocasión, le cambia el nombre, aunque sea perfectamente reconocible de nuevo.
“Un empleado SOLO puede activar la alarma si se da uno de los dos casos siguientes de peligro mortal:
1. Se va a acabar el mundo.
2. Ha aparecido la CALZONA
CALZONA significa:
Cruel
Aficionada a
Los
Zarpazos
Ominosos y
Nunca
Amables.”
Capítulos cortos, que empiezan con reformulamientos conocidos como “Accidental, querida Escurri” o “Crónica de una falacia anunciada”, mucho buen humor, dobles sentidos, resoluciones chapuceras y la ternura de sus personajes nos vuelven a traer un libro para disfrutar tanto pequeños como adultos por todas sus posibilidades de lecturas. Qué disfrute, la verdad.
Los textos provienen de la traducción de Isabel Llasat
¡Bola Extra!: No me gustaría acabar sin una mención a la obra de Steve Stevenson y sus historias de detectives con claro aire holmesiano y que he podido descubrir gracias a el “Asesinato en la Torre Eiffel” con las ilustraciones de Stefano Turconi.
De la presentación de la editorial la Galera podemos inferir los ingredientes:
“Aspirante a detective con un olfato extraordinario, rueda por el mundo con el chapucero de su primo Larry, su fiel mayordomo y el gato Watson para resolver los misterios más intrincados”
Nueva reescritura del mito que aprovecha para presentar elementos distintos, como una protagonista femenina, Agatha Mistery, con un olfato detectivesco del nivel de nuestro ya conocido detective, pero más afable que este, y con una familia que ayuda y colabora en sus casos. Hay una novela de formación de fondo y cada entrega se ambienta en un lugar del mundo distinto, con lo que añade exotismo y conocimiento de otras culturas. Si la trama, sin ser compleja, no toma por tontos a los lectores, estamos ante una más que recomendable serie para niños, un sano entretenimiento para recomendar.